Con lxs Trabajadorxs PODEMOS!

más se desataba una crisis mundial del capitalismo, originada por la caída de la rentabilidad, que aunque tuvo su inicio en el plano financiero, se extendió ...
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APUNTES PARA UNA ALTERANTIVA POLITICA

Con lxs trabajadorxs PODEMOS! Borrador de PRINCIPIOS POLÍTICOS para la Asamblea Ciudadana SI SE PUEDE!

Firmantes: LUIS A. OSORIO MOURE ALEJANDRO ARIAS REDONDO JOSEFINA MARTÍNEZ ANTONIO LIZ VÁZQUEZ JUAN CARLOS ARIAS SANZ

Este documento es el resultado de la confluencia de los borradores de principios políticos avalados por los círculos de HORTALEZA y TRABAJADORXS MADRID.

1. Contexto: crisis de régimen, crisis económica y movilización social El Estado español está atravesando una profunda crisis política que se muestra en la deslegitimación de los políticos profesionales del bipartidismo y que afecta a instituciones centrales del régimen político y del Estado. Es una crisis del conjunto del régimen político del ‘78. En aquella época fruto de las grandes movilizaciones de los trabajadores, los estudiantes y las fuerzas de la cultura, los poderes dominantes se vieron forzados a organizar una “transición a la democracia”. El pacto constitucional, que se concretó en el abandono de la llamada “ruptura democrática” por parte de las organizaciones de izquierda, políticas y sindicales, para pasar a un pacto con las fuerzas de la derecha y del Régimen, incluida la Monarquía, tuvo a su vez el objetivo de impedir que se desarrollara el auge de la movilización social, que en última instancia, era lo que había convencido a los grandes poderes económicos que la dictadura ya no iba más. El Pacto de la Moncloa sirvió para que las grandes organizaciones políticas y sindicales bloquearan el auge del movimiento obrero bajo la bandera de la “consolidación de la democracia”. Después de décadas de dictadura sangrienta, millones de personas ansiaban las más elementarles libertades. Eso contribuyó a que los argumentos de los dirigentes de los partidos de la izquierda y de los sindicatos fuesen aceptados. Desde 1982, año en que el PSOE obtuvo 10 millones de votos, los grandes poderes capitalistas nacionales e internacionales, dominaron la sociedad española a través de los dos grandes partidos, el PSOE y el PP. Durante décadas, a pesar del retroceso de las conquistas y la instauración de una ficción de democracia, el crecimiento económico -el llamado “milagro español”- permitió que el régimen se mantuviera. Pero en 2007, la situación mundial cambio. La burbuja inmobiliaria y del crédito estalló. Una vez más se desataba una crisis mundial del capitalismo, originada por la caída de la rentabilidad, que aunque tuvo su inicio en el plano financiero, se extendió rápidamente a la economía real y provocó un desplome de la inversión en todos los países del mundo. En la Unión europea, los poderes capitalistas optaron por poner en práctica una salvaje política de austeridad y recortes, política que ya había hecho escuela en América Latina, mientras los Estados efectuaban un rescate masivo de la banca privada y los grandes empresarios, provocando un nuevo ciclo de endeudamiento estatal. Una política cuyo objetivo fue paliar la caída en la tasa de beneficios de los ricos a costa de una feroz ofensiva contra las conquistas de la mayoría de la población, mediante ataques a las libertades democráticas, reformas laborales, paro masivo, desahucios, despidos, recortes en sanidad, enseñanza, educación, servicios sociales, dependencia, seguro de desempleo, etc. En este período, los gobiernos del PSOE y el PP, han seguido a rajatabla los dictados de los poderes económicos en el Estado Español e Internacionalmente, poniendo en práctica un verdadero austericidio, para hacer pagar los platos rotos de la crisis a la mayoría social, los trabajadores y el pueblo. Esta política les llevó a perder entre 4 millones y medio y cinco millones desde los momentos álgidos de noviembre de 2011. Así, los dos partidos que sustentaron el poder desde 1978 han perdido estrepitosamente su apoyo social, una consecuencia directa de la crisis económica y de las brutales políticas de austeridad y recortes. Es ante esta situación que una gran indignación recorre las calles y crece también una gran aspiración democrática que choca contra los límites de este régimen decadente.

Desde 15 de mayo de 2011 la indignación llenó las plazas de todo el Estado. Desde entonces la movilización social se ha hecho presente con renovadas fuerzas: mareas, plataformas contra los desahucios, huelgas generales, encierros y manifestaciones masivas, protagonizadas por las mayorías sociales explotadas, junto a miles de jóvenes y estudiantes. Huelgas generales y de trabajadores en lucha, grandes manifestaciones de mujeres contra la reforma de la ley del aborto y huelgas estudiantiles. Del 15M al 22M, hemos desarrollado manifestaciones masivas contra las medidas del gobierno y la Troika. Hasta ahora toda esta movilización ha sido insuficiente para frenar la enorme ofensiva. Las cúpulas burocráticas de los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) se niegan a dar continuidad a las huelgas y la movilización social, mientras buscan pactos y firman EREs contra la voluntad de sus propios afiliados, traicionando las luchas. Pero el ciclo de movilización social sigue abierto y es necesario profundizarlo. La movilización social en las calles, junto a una profunda auto organización y unidad para la lucha, son la única garantía de poder enfrentar y superar la crisis que vivimos.

2. Un programa con medidas democráticas y de urgencia social Hoy PODEMOS ha sembrado ilusiones en centenares de miles de personas. Esta situación nos brinda una enorme oportunidad para proponer un conjunto de ideas fuerza que permita agruparnos, unirnos en las calles, las empresas, los lugares de trabajo y estudio, las universidades y las plazas. Un programa para dar una salida favorable a la mayoría social que somos los trabajadores y trabajadoras, los parados, la juventud, los pensionistas y el pueblo pobre, con una respuesta a la altura de la crisis que atravesamos. Un programa que retome algunas de las medidas trazadas en el Manifiesto “Mover ficha" así como otras formuladas durante las marchas del 22M, que contaron con amplia aprobación social y se pronunciaban contra el austericidio y los recortes, a favor de una política totalmente diferente a la del PP, el PSOE, e incluso la que ha llevado a cabo Izquierda Unida, pactando con el PSOE en Andalucía o con el PP en Extremadura. Uno de los reclamos principales de la movilización social desde el 15M en adelante ha sido el descontento con esta democracia para ricos, expresado en “lo llaman democracia y no lo es” y en el sentir masivo de que “no nos representan”. Al mismo tiempo hay una profunda aspiración de poder conseguir una mayor democratización en todos los ámbitos de la vida política, económica y social. PODEMOS tiene por delante la gran tarea de acompañar, impulsar y desarrollar esas aspiraciones democráticas, en una perspectiva de movilización y autoorganización desde abajo, contra los políticos del régimen y los poderes reales de los grandes empresarios y banqueros. Por eso PODEMOS debe presentar una serie de medidas urgentes, que parta de las necesidades más inmediatas y contenga las principales reivindicaciones sociales y democráticas a las que aspira la mayoría social:

Por el camino hacia una verdadera DEMOCRACIA POLÍTICA: -Investigación y el castigo a los políticos corruptos y sus cómplices empresariales; Revocabilidad por sus electores de todos los que ocupen cargos políticos; Prohibición del financiamiento a los partidos por parte de empresas y bancos, y la propuesta de que todos los cargos públicos no ganen más que el salario medio de un trabajador cualificado, son medidas elementales para terminar con las tramas de corrupción, las “puertas giratorias” y la casta de políticos profesionales del régimen.

-El derecho a la autodeterminación de los pueblos; Eliminación de la monarquía a través de un referéndum por la república y el modelo de Estado; Separación total de la Iglesia del Estado; Anulación de todas las causas contra activistas y luchadores junto a la anulación de todas las leyes que criminalizan la protesta social, son otras medidas democráticas fundamentales.

Por el camino hacia una DEMOCRACIA SOCIAL: -Establecimiento de un salario social para todos los parados; Incremento sustancial del salario mínimo interprofesional; Terminar con los desahucios y por el derecho a una vivienda para todos; Ningún parado sin una ayuda al menos igual al SMI; Servicios sociales y sanidad de calidad para todas y todos; Derecho a la educación pública y gratuita en todos los niveles; Vivienda digna para todas y todos; Derecho al aborto libre y gratuito; No al decreto que niega la sanidad a los inmigrantes; No a la ley de extranjería y a las cuchillas inhumanas de la valla y cierre de los CIES. -Retirada inmediata de la reforma laboral, para restablecer todos los derechos de negociación colectiva y evitar el progresivo abaratamiento del despido y la pérdida de todos los derechos laborales en la empresa; Prohibición de los despidos masivos; Retirada del ataque a nuestros planes de pensiones; Democratización de los sindicatos para terminar con las burocracias corruptas; No a la reducción drástica de nuestros derechos de huelga y manifestación tal como plantea el Proyecto de ley de la llamada Seguridad Ciudadana, todas medidas urgentes y necesarias para que la mayoría social, los trabajadores, trabajadoras, parados, jóvenes, estudiantes, campesinos y el pueblo empobrecido, podamos salir de esta crisis.

Por el camino hacia una DEMOCRACIA ECONÓMICA: -En primer lugar tenemos que señalar claramente el papel de bancos y el capital financiero en esta crisis que nos ahoga y decir que no vamos a pagar una deuda que no es nuestra. PODEMOS se ha centrado en el problema de la deuda desde el principio y lo ha concretado en la petición de la derogación del artículo 135 de la Constitución, un artículo que fue introducido con nocturnidad y alevosía en el mes de agosto de 2011, por Zapatero, previo pacto con el PP, y bajo las presiones del BCE y de los grandes poderes imperialistas europeos. Tenemos una enorme deuda de los bancos con el exterior, una enorme deuda de las empresas no financieras (1 billón de euros), una deuda de las familias (casi 800.000 millones) y una deuda pública que acaba de superar el billón de euros, el 98,9% del PIB. Esta deuda es la que está en el centro de las justificaciones de las políticas de austeridad. Se ha vuelto común sostener que hace falta una auditoria de la deuda para dilucidar cuál es ilegítima. El ejemplo más cercano de acuerdo entre un Estado y los mercados financieros y la banca para una reducción de deuda lo tenemos en Grecia. Los bancos perdieron muy poco y redujeron drásticamente sus riesgos que pasaron al BCE y a otras instituciones públicas, pero de poco les sirvió a los trabajadores y el pueblo griego. La abrumadora mayoría de las deudas del Estado español son ilegitimas. Por ello, debemos decir bien claro: No debemos, no pagamos. -Esta medida fundamental sólo puede llevarse a cabo contra la voluntad de los mercados y demás instituciones del capital financiero. Muy probablemente los mercados dejarían de financiar a los bancos españoles, con lo que habría una brutal retirada de capitales de nuestro país. Por ello, si no queremos que esa situación paralice la economía, con el consiguiente incremento del paro y la pobreza, será necesario avanzar en la nacionalización de la banca y sectores clave de la economía, como la energía, transportes y telecomunicaciones, controlado por nosotros mismos, trabajadores y usuarios, para llevar a cabo un plan económico que permitiese a la economía crecer, desarrollarse y crear empleo. -Para terminar con la tragedia social que deviene del paro, proponemos el reparto del trabajo entre todas las manos disponibles, reduciendo la jornada sin reducir el salario. Y mediante

impuestos progresivos a las grandes fortunas, conseguir financiar planes de obras públicas para crear puestos de trabajo. *

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Sin duda alguna, llevar a cabo un programa de este tipo, que afecte los intereses de los capitalistas, nos enfrentaría a los grandes poderes económicos aquí y en Europa, que tratarían de movilizar todas sus fuerzas y sus recursos contra nosotros. Para defendernos, la única alternativa posible y realista, será basarnos en la más amplia y unitaria movilización de los trabajadores y la mayoría social a lo largo y ancho de todo el Estado Español, llamando a su vez a los trabajadores en Europa, particularmente en el sur de Europa, desde Portugal hasta Atenas pasando por Paris o Roma, como primer paso en la extensión de lucha de los trabajadores europeos contra la Europa de los ricos, los banqueros, los poderosos, oponiendo la Europa de los pobres y los oprimidos.

3. Por una Asamblea Constituyente verdaderamente libre y soberana Para poder debatir y decidir democráticamente sobre todas estas medidas y otras que consideramos urgentes, hace falta impulsar decididamente la convocatoria a una Asamblea Constituyente que sea verdaderamente libre y soberana. Un proceso constituyente que dé respuesta a las aspiraciones democráticas de millones que dicen “lo llaman democracia y no lo es”, que supere la constitución del ’78 que preservó a la monarquía heredera del franquismo y el Estado español como una cárcel de pueblos. En definitiva, una Asamblea Constituyente en la que se pueda discutir y resolver todas las grandes demandas democráticas y sociales pendientes, y que abra la vía para la instauración de un nuevo régimen político que se base en las aspiraciones de los trabajadores y de la mayoría de la población. Ninguna de estas medidas democráticas y sociales se podrá consolidar y afianzar si no cuestionamos el poder real, ya que como decimos en las plazas y las calles: “Es una dictadura, eso es”. Detrás del PP-PSOE está el poder de los grandes empresarios y banqueros. Ellos no van a permitir un proceso democrático desde abajo, ni mucho menos que implementemos estas medidas. Ya estamos viendo en los grandes medios de comunicación, sectores académicos, del régimen y empresariales, reacciones contra medidas elementales como la renta universal o el no pago de la deuda. Es una campaña contra PODEMOS de la casta política y empresarial, que solo podemos responder de una manera: reafirmando el programa de medidas urgentes que es necesario y apelando a la movilización social para imponerlas. No podrán conquistarse por la vía exclusivamente electoral. La participación electoral y en las instituciones tiene que estar al servicio de desarrollar una amplia y profunda movilización de los trabajadores y el pueblo. Por eso es necesario rechazar las hipótesis puramente “electoralistas”, que nos llevarán a nuevas frustraciones. No hay otra manera. Esta lucha social y política entre los que quieren sobrevivir a este régimen corrupto y decadente (mediante la regeneración o la represión) y los que queremos una verdadera ruptura transformadora, se va a decidir finalmente mediante la movilización y autoorganización de los trabajadores y el pueblo. Madrid, octubre de 2014