CLIMATOLOGIA / LAS RAZONES DE LOS EVENTOS EXTREMOS El fenómeno de El Niño, clave en la crisis de la sequía Se trata del calentamiento del Pacífico en la zona del Ecuador. Pero también se destaca la falta de previsión y la intensa deforestación. Por Cecilia Farre/Florencia Ballarino
Una suma de factores naturales y humanos son los que explican la sequía y la crisis hídrica en la provincia de Córdoba y en otras regiones del país. La falta de mediciones y políticas de prevención, así como la deforestación, la escasez de lluvias desde hace varios meses y la influencia del fenómeno de El Niño, son algunas de las causas de la situación, según los científicos. Entre los factores naturales se encuentra la Oscilación del Sur El Niño, un fenómeno que se genera en el Océano Pacífico ecuatorial a partir del aumento inusual de la temperatura de la superficie del mar y repercute en la circulación de la atmósfera, en la presión y en los vientos. Esta variación produce modificaciones climáticas en distintas partes del mundo con intensidades y efectos diversos. De acuerdo con la zona, puede provocar excesos o falta de agua y, por ende, inundaciones, sequías e incendios con los consecuentes impactos para la salud, la vida y la economía de una población. A diferencia del cambio climático, tanto la influencia de El Niño en el clima de un determinado lugar como sus efectos son temporarios y muy oscilantes, ya que es un fenómeno variable. “El proceso de El Niño es culpable de la situación actual y según los modelos del IPCC se estima que va a provocar un aumento de la sequedad en el centro-oeste y noroeste del país incluido el noroeste patagónico”, explicó Osvaldo Canziani, doctor en Meteorología y miembro directivo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Y agregó que para el litoral proyectan un aumento del 15% de las precipitaciones que se caracterizarán por ser fuertes y violentas con casos de granizo. “Es la máquina de la atmósfera que está muy desequilibrada”, advirtió Canziani, por lo que en el futuro los eventos extremos como sequías, fuertes tormentas e inundaciones se verán exacerbados. Sin embargo, el fenómeno de El Niño no es nuevo y existen registros desde principios del siglo pasado, incluso con eventos memorables entre 1982 y 1983 y desde 1997 hasta 1998, que fueron los más intensos del siglo XX y que causaron muertes y pérdidas económicas en todo el mundo. De acuerdo con el Departamento de Climatología del Servicio Meteorológico Nacional, para el futuro más próximo, en líneas generales, se presentará en su versión más suave o débil. “Como es un fenómeno muy oscilante es difícil predecir cuán extremo puede ser y hay que analizar cada caso y zona en particular para poder considerarlo la causa de determinadas situaciones”, aclaró Moira Doyle, doctora en Ciencias de la Atmósfera, integrante del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera e investigadora del CONICET. Lo cierto es que no se puede mencionar una sola razón y entre los factores humanos que agravaron la situación de crisis hídrica, Canziani menciona la falta de mediciones para saber cuál es el recurso que se tiene –por ejemplo el de aguas subterráneas para poder balancear el
sistema– y la necesidad de estudios sobre las condiciones de desastres y de un sistema de alertas tempranas. De lo contrario, “cuando a uno le avisan que puede haber una tormenta ya está encima”. Imitar a los mayas que guardaban el agua para cuando escasee en lugar de enviarla al mar, es una de las recomendaciones de Canziani, además de un cambio de mentalidad orientada al ahorro de este preciado recurso. En este sentido, medidas como el proyecto de un acueducto que lleve agua a los cordobeses desde el Río Paraná son soluciones viables “en lugar de esperar que Dios resuelva todo”, concluyó quién también recibió el Premio Nobel de la Paz 2007. Francia y Brasil adoptaron una posición conjunta de cara a la Conferencia de Copenhague, que reunirá a 192 países del 7 al 18 de diciembre, para cerrar un acuerdo mundial contra el cambio climático. Los presidentes Nicolas Sarkozy y Lula da Silva instaron a EEUU y a China a realizar propuestas “más audaces” para reducir la emisión de dióxido de carbono (CO2). “Hacemos público hoy, un texto brasileño y francés porque queremos que Copenhague sea un éxito. No aceptaremos un acuerdo disminuido”, sostuvo Sarkozy. La propuesta conjunta, que el presidente Lula presentó como “nuestra Biblia climática”, estipula que para ambos países “la lucha contra el cambio climático es un imperativo que debe ser íntegramente compatible con un crecimiento económico duradero y la erradicación de la pobreza”. Polémica. Mientras Brasil se comprometió a reducir entre 36% y 39% sus emisiones de CO2 para 2020, como parte del acuerdo firmado ayer en Francia, Argentina continúa con contradicciones en materia climática y sin peso en las negociaciones mundiales. La construcción de una central térmica a base de carbón en Río Turbio, provincia de Santa Cruz, que producirá graves impactos en el medio ambiente es un hito en ese sentido muy criticado por los especialistas, por no ir en la dirección correcta. La usina será la más contaminante de todas las centrales térmicas del país y duplicará –en promedio– las emisiones de CO2 de las plantas ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires.