Claudia Piñeiro. “Hay que tomar un poco de distancia

habla de la experiencia perturbadora de enterarse que anticipaban su muerte. Texto Hinde Pomeraniec | Foto Ricardo Pristupluk me fui igual. Cuando llegué a ...
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cultura | 15

| Lunes 3 de noviembre de 2014

Cultura

Edición de hoy a cargo de María Elena Polack www.lanacion.com/cultura | @LNcultura [email protected]

La semana en perspectiva

L Lunes Quizás no lo acompañe el Genio de la cartuchera, pero Mario Méndez promete revelar secretos de sus historias para los más chicos, a las 18 en La Nube M Martes La fotografía también es solidaria. Subasta en beneficio del hospital Elizalde de los primeros premios del 1er Concurso de Fotografía sobre patrimonio Art Déco y Racionalista en la Argentina, a las 19.30, en Avenida del Libertador 1850 M Miércoles Videobardo, quinto festival internacional de videopoesía en distintos formatos visuales y sonoros con presentaciones en vivo de escritores del género. Desde las 19, en el Palais de Glace J Jueves El colectivo de arte Mondongo dialoga con la crítica Laura Buccellato en el ciclo Encuentro de la Academia Nacional de Bellas Artes, a las 19 V Viernes Ramón Gómez Cornet abrazó la fotografía casi desde su niñez a principios del siglo XX. A las 18, Sebastián López hablará del artista plástico y de su muestra Ladrón de Fuego, en Fundación OSDE S Sábado Todo aquello que no es ópera, jornadas dedicadas a Mauricio Kagel con conciertos y charlas, desde las 18.30, en Sánchez de Bustamante 75 D Domingo Mendelssohn, Schumann, Chopin y Debussy interpretados por jóvenes pianistas como Augusto Tomás del Águila, a las 17, en la Biblioteca Nacional, auditorio Jorge Luis Borges, a las 17. Gratis

Literatura infantil, fotografía solidaria, poesía y música

literatura | La entrevista tácita

Cuenta que tiene casi lista su próxima novela, reflexiona sobre política y habla de la experiencia perturbadora de enterarse que anticipaban su muerte

Claudia Piñeiro. “Hay que tomar un poco de distancia del poder” Texto Hinde Pomeraniec | Foto Ricardo Pristupluk

E

s una gran conversadora: lo sabe. Todo relato en sus charlas incluye además un plus de guiños y humor, ya recordando su pasado como contadora, hablando de su infancia en Burzaco o, incluso, contando su reciente internación a causa de una trombosis, de la cual está totalmente recuperada. Las novelas de Claudia Piñeiro se venden mucho. Sus lectores le mandan fotos de sus libros desde diferentes lugares del mundo y para eso la buscan en las redes. Todos los días tiene mensajes en Facebook y en Twitter y los responde siempre, “aunque sea con emoticones”, sonríe. Mientras corrige su última novela en la que regresa a la pura ficción luego de Un comunista en calzoncillos, una emotiva evocación de su padre, Piñeiro se dio el gusto de participar de un cameo en la adaptación de Tuya, que el director Edgardo González Amer acaba de filmar. Yo soy la escritora que puedo ser, yo puedo ser esta escritora. No puedo ser Thomas Bernhard aunque ponga una cita suya en mi novela. Una vez me enojé con alguien que me preguntó cuál era mi receta para que a mis novelas las comprara tanta gente. ¡Yo no tengo ninguna receta! Hay mucho prurito de pensar que uno hace determinadas cosas para que le vaya bien. Yo hago lo que hago lo mejor que puedo y resulta que hay mucha gente a quien le interesa leerlo. No me preocupa tanto que a alguien no le guste lo que escribo, sí me preocupa el prejuicio. Hay gente que se me acerca y me dice: “Ay, yo no te había leído porque sos bestseller”. Y yo no soy bestseller, mis libros pueden serlo. Yo soy Claudia Piñeiro. “Si querés leer esta novela, vas a tener que mirar a mi mamá”. Uso en mi literatura cosas de lo vivido si siento que hay algo potente para contar, no para reparar nada. En Elena sabe y en Un comunista…, donde trabajo las figuras de mi madre y de mi padre, sí hay algo de reparación, pero no es tan lineal. Cuando enfermó de Parkinson, mi mamá babeaba, se limpiaba con un pañuelito todo el tiempo, tenía el cuerpo encorvado, no era fácil mirarla. La gente deja de mirar como si eso fuera malo para el enfermo, pero en realidad uno deja de mirar para no perturbarse. La forma de escritura de esa novela, así, trabada, es como un foco puesto en ella, una manera de decir: si querés leer esta novela, vas a tener que mirarla. La salud me dio la posibilidad de decir no. Tengo una compulsión a hacer todo, no sé decir que no. Me hubiera gustado que lo que pasó me cambiara más de lo que me cambió. Ese fin de semana me dolió la cabeza; siempre tuve dolores de cabeza, pero era un dolor particular; era como un sable atravesado en la cabeza. Uno de esos días yo tenía cuatro actividades en la Feria. Ricardo [Gil Lavedra, su pareja] me llevó en auto. Llegamos, me bajé y le dije: “No puedo, no puedo”, pero

“ Una vez me enojé con alguien que me preguntó cuál era mi receta para que a mis novelas las comprara tanta gente. ¡Yo no tengo ninguna receta! ” me fui igual. Cuando llegué a la última actividad, veía a la gente, pero no entendía las cosas. Pero lo que me hizo ir al médico fue que cuando me puse a escribir no acertaba con las teclas. Algo está mal, pensé. Llamé a mi médica clínica, que me dijo: “Andate ya al Fleni y no vayas manejando”. Ahí me hicieron todos los estudios menos la resonancia, que decidí dejar para otro día. Horas después, estaba en casa cuandoel brazo derecho se me fue para atrás, y sentí que la cara se me iba para el otro lado. Desde sus dos metros de altura, mi hijo me decía “No, mami. No”. Yo no podía controlar mi cuerpo; quería decirle que se quedara tranquilo, pero no podía hablar. Estuve internada como diez días. Fue una trombosis cerebral, producto del uso de anticonceptivos con estrógenos. En esos días le decía a Ricardo: “Si quedo mal, no tenés ninguna obligación conmigo”. Me acordaba de una película malísima de cuando era chica en la que una esquiadora queda cuadripléjica, Una ventana al cielo se llamaba. Mientras se recupera, el novio la va a visitar y ella, orgullosa de lo que había conseguido, le muestra cómo mete la mano en un bol y trata de sacar dos papas fritas sin romperlas, todo un logro para ella. Me acuerdo de la cara de horror de él viendo eso.

Saber que alguien vaticina tu muerte es perturbador. Yo estaba en la cama, leyendo una novela de Gabriela Massuh en mi iPad y se me ocurrió pasar por Twitter. Alguien me había escrito diciendo que se había asustado al leer mi página de Wikipedia y enterarse de que estaba muerta, pero que lo tranquilizó que la fecha era futura: 26/11/14 a las 16.45. Ese futuro me inquietó. Más teniendo en cuenta que a fines de noviembre termina la primera etapa de mi recuperación y evalúan cómo seguimos. Pregunté en TW si alguien sabía cómo corregirlo y un desconocido lo hizo. Igual espero que pase el 26/11/14 a las 16.45, ¡para brindar!

Claudia Piñeiro, 1960 A partir de un premio que la llevó a un éxito rotundo con La viuda de los jueves, Claudia Piñeiro abandonó su carrera como contadora para vivir de la literatura. Guionista, escritora de obras de teatro y de literatura infantil y juvenil, es autora de bestsellers como Tuya, Las grietas de Jara, Elena sabe, Betibú y Un comunista en calzoncillos

Arte contemporáneo en Ushuaia BIENAL. El mito de la isla móvil se manifiesta en casi todas las disciplinas USHUAIA.– Dejó de nevar, salió el sol y con un coro de niños en lo que fue la Cárcel del Fin del Mundo comenzó MAF, III Bienal Regional de Arte Contemporáneo, en la ciudad más austral del mundo, para mostrar y fomentar el arte contemporáneo que se produce en Tierra del Fuego. El concepto insular o el mito de la isla móvil es lo que observa la curadora María Teresa Constantín como hilo conductor, en una tierra a donde la mayoría llega desde lejos: “Ésta es una tierra de promesas, de sueños por cumplir... un paraíso”. De eso habla, por ejemplo, Rosalía Jofré: en su obra se escuchan rela-

tos de recién llegados y se ilustran con documentos y obras. “Es una bitácora”, señala. O la instalación de valijas del grupo Constelar. Por la ciudad se ven los afiches de flores del bosque de Amanda Monsalve, un mural de miradas de Micaela Cantero y un auto misterioso que emerge de la bahía: está cubierto de algas, piedras y mejillones, obra de Carina Gavalda, para alertar sobre la seguridad vial. Entre las instalaciones más impactantes están la de Evelyn Bendjeskov, que recrea las texturas del bosque en el que vive, en paños de fieltro en la panadería del ex pre-

sidio. Y la sutil escalera helicoidal que armó en grupo Escaleno con ramitas, que flota en el espacio Renacer, una fábrica recuperada por sus operarios. Similar a la estructura flotante de Rosana Rojas Ramoa, que amasó cada ramita en cerámica. “Me inspiré en los restos que trae la bahía para hacer este mundo imaginario que de tan frágil se va desgranando”, cuenta. Hay fotografías en blanco y negro de Valeria Dávila Gronros y de Alfio Baldovin, que lleva más de 30 años retratando la isla, y una cartografía de texturas en fotos de Fernanda Rivera Luque. Gabi Kun

y Maya Villasante presentan fotografía intervenida con ilustración. Y se ve videoarte de Gustavo Facciuto, María Jacob y Mónica Alvarado, que además hizo una instalación en una de las islas Bridges. Entre los pintores, están Alejandro Abt; Cecilia de Souza, que expande sus colores por la pared, y Gustavo Oddone, que presentó islas flotantes, literal: cajas suspendidas en el aire con mapas de islas. Todos contaron con la ayuda de un montajista experto, Fernando Brizuela, del equipo del Malba, y la asistencia de Gustavo Groh, coordinador artístico de la bienal. “Los artistas son un termómetro de la sociedad en que viven: hablan de su lugar, manifiestan la dureza de vivir en un territorio tan alejado”, dice Constantín, otro pilar de esta edición del MAF.ß María Paula Zacharías

La política me interesa muchísimo, siempre me interesó. No así lo partidario: no fui ni seré militante. Me interesan los hechos, los escritores somos seres políticos y como comunicadores tenemos una responsabilidad. Siempre hay que tomar un poquito de distancia del poder para poder tener una mirada más crítica. Puede pasar que el partido que gobierne sea el que vos votás, pero siempre hay cosas para marcar. No hablo de criticar porque sí, sino criticar lo que se hace mal y defender lo que se hace bien, pero siempre manteniendo una distancia, no quedar pegado. ß

EN PARÍS

INVESTIGACIÓN

Murió Pierre Daix, escritor y biógrafo de Picasso

Jack el Destripador no fue uno solo, según la caligrafía

PARÍS.– Pierre Daix, el biógrafo de Pablo Picasso y uno de los mayores expertos en la obra del gran artista plástico, murió ayer, a los 92 años, en esta ciudad. Periodista y escritor, Daix, junto con Roland Penrose, escribió varios de los libros más completos sobre la vida y la trayectoria de Picasso. Daix tuvo un destacado papel como activista antinazi durante la Segunda Guerra Mundial, así como de denunciante de crímenes del estalinismo. Fue prisionero del campo de concentración de Mauthausen. También difundió la obra de escritores disidentes, como Alexander Solzhenitsyn, recordó EFE.ß

MONTEVIDEO.– El estudio comparado de la caligrafía de las cartas enviadas por el enigmático Jack el Destripador a Scotland Yard llevó al matemático uruguayo Eduardo Cuitiño a plantear que no hubo un solo asesino de prostitutas, sino “tres sujetos combinados que despistaron a la policía” londinense de fines del siglo XIX, según informó EFE. En Jack el Destripador. Un enigma con solución se analizan las cartas que están accesibles en Internet y se identifica como asesinos a Stephen Herbert Appleford y Frederick Gordon Brown, cuñados y cirujanos forenses, y al norteamericano Samuel Penn.ß