Cincuenta Anos de Arqueologia del Noroeste Argentino (1930-1980): Apuntes de un Casi Testigo y Algo de Protagonista Author(s): Alberto Rex Gonzalez Source: American Antiquity, Vol. 50, No. 3, (Jul., 1985), pp. 505-517 Published by: Society for American Archaeology Stable URL: http://www.jstor.org/stable/280318 Accessed: 16/05/2008 14:49 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of JSTOR's Terms and Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp. JSTOR's Terms and Conditions of Use provides, in part, that unless you have obtained prior permission, you may not download an entire issue of a journal or multiple copies of articles, and you may use content in the JSTOR archive only for your personal, non-commercial use. Please contact the publisher regarding any further use of this work. Publisher contact information may be obtained at http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=sam. Each copy of any part of a JSTOR transmission must contain the same copyright notice that appears on the screen or printed page of such transmission.
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CINCUENTA ANOS DE ARQUEOLOGIA DEL NOROESTE ARGENTINO (1930-1980): APUNTES DE UN CASI TESTIGO Y ALGO DE PROTAGONISTA Alberto Rex Gonzalez 1. En disciplinas cientificas j6venes medio siglo de existencia es un largo lapso. En la primera etapa de la vida de un ser humano, este mismo periodo de tiempo es el mas importante de toda la existencia, ya que incluye los anos de mayores posibilidades creadoras y las mas profundas vivencias existenciales. Una histsoriade los ultimos cincuenta anos de la arqueologia del Noroeste Argentino, deberia ser, como en la historia de cualquier ciencia, un relato cronologico, analitico y valorativo de sus avances tecnicos, de los diferentes marcos te6ricos y categorias utilizadas dentro del panorama cambiante de la sociedad que le di6 origen. Ninguna ciencia puede desgajarse del contexto sociopolitico, economico e ideol6gico en que se desarrolla y transcurre su historia. Asi, la arqueologia andina de los ultimos cincuenta anios, si bien manteniendo cierta unidad general de desarrollo, muestra bastantes diferencias
en cada uno de los paises y es bastante distinta del desarrollo historico
de la arqueologia de otras naciones como Mexico o Estados Unidos. Entender, y mas auin explicar esa historia requiere el conocimiento hist6rico integral, socio-econ6mico y cultural de los paises respectivos, su desarrollo y la cosmovisi6n de sus pueblos. Pero por otro lado, tampoco puede tomarse
la historia de cada pais aisladamente.
Hay un contexto
universal,
dentr
del cual, y en
mayor o menor grado, todas las naciones inscriben su propio acontecer individual. La rapida exposici6n sobre arqueologia regional que voy a dar en estas paginas y de acuerdo con lo que me solicita Patty Jo Watson, con motivo del cincuentenario de American Antiquity, es el producto de un punto de vista un tanto personal, el testimonio bastante directo de alguien que vivio
en esta zona durante ese medio siglo practicando la arqueologia de campafia mas o menos permanentemente y dentro de lo que las circunstancias se lo permitieron. Es muy probable que este testimonio sea un tanto parcial, ya que nuestra perspectiva surge de la experiencia habida en una regi6n periferica del gran centro nuclear andino. De cualquier manera la historia es mas objetiva y valedera cuanto mas testimonios se acumulan. Desde un punto de vista general los que hemos envejecido a lo largo de estos uiltimos cincuenta anios, hemos sido testigos de la mas grande revoluci6n tecnol6gica creada por la humanidad desde el descubrimiento del fuego. Esta revoluci6n no s6oloha cambiado a nuestra sociedad sino que ha incidido en todas las disciplinas cientificas, arqueologia incluida. En este lapso de cincuenta afios los medios de comunicacion han adquirido el mas extraordinario desarrollo. De la modesta radio de galena primero y de grandes tubos auriculares con tableros de comando con medio metro de llaves despues, hemos llegado a los modemos aparatos de transitores, compactos, de alcance universal. La televisi6n pone ante nuestros ojos sucesos acaecidos en las antipodas, al mismo tiempo que nos adocena hasta la idiocia. En transporte ha habido una revoluci6n paralela. De los modestos aviones provistos de motor a explosi6n y helice (palas) se ha llegado a los aviones de propulsi6n (jets) capaces de velocidades inauditas con el consiguiente acortamiento de distancias. En el comienzo de la etapa considerada era muy diflcil pensar desde Buenos Aires Alberto Rex Gonzalez, Investigador, Consejo de Investigaciones Cientificas, Republica Argentina. Director del Museo Etnogrdfico, Universidad de Buenos Aires American Antiquity, 50(3), 1985, pp. 505-517.
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asistir a una reuni6n de arque6logos en Lima, y no hablemos de algun Congreso en Mexico o Peru. Un viaje que hoy emplea una hora y media como es el de Buenos Aires a Santiago de Chile, insumia entonces, por via terrestre tres o cuatro dias. Pero no ha sido s6olola posibilidad de acortar el tiempo el rasgo saliente del cambio. Los menores costos y la aparici6n de un cierto niumero de instituciones que pueden contribuir con las expensas del viaje, junto con una mayor concientizacio6n (a veces) de las autoridades gubemamentales respecto a la necesidad del intercambio cientifico han contribuido a mejorar el nivel de nuestra disciplina, difundiendo el conocimiento de hallazgos y metodologias con gran rapidez. Pero no s6lo son los viajes aereos intemacionales de intercambio los que han experimentado el impacto del progreso t6cnico. Un jeep, por no hablar de helic6pteros, permite hacer hoy, en un dia, una prospecci6n que en otra epoca requeria semanas. Max Uhle realiz6 a lomo de mula el largo viaje entre C6rdoba y Catamarca, el que le insumio semanas (Rowe 1954:3). Es cierto que ese recorrido le signific6 un magnifico conocimiento del terreno, pero el mismo viaje puede hacerse hoy en pocas horas. La fotografia al servicio del arque6logo se resolvia con pesados aparatos de fuelle y amplios negativos, en blanco y negro. Los aparatos pequenios, compactos y eficientes se fabricaron despues. La exposicion e informes de trabajos de campanfiay la tecnica expositiva de las conferencias arqueologicas cambiaron notablemente con la aparici6n de las transparencias de color que reemplazaron al proyector tan complejo como su nombre (epidiascopo). La gran ayuda que para el arqueologo es la fotografia aerea era un lujo dificil, por no decir imposible de obtener en nuestros paises hacia los anios 1930s. La confeccion de grandes mosaicos o de pares estereoscopicos comenzaron a difundirse en el periodo al que nos estamos refiriendo. A esto se agrega hoy la fotografia de satelites y sensores remotos. Si los cambios tecnicos incidieron en nuestra disciplina, la transformacion de las tecnicas especificas fueron paralelamente importantes. Quienes trabajamos en una epoca pre-carbono catorce, tenemos una clara conciencia de ello. La cronologia absoluta era harto deficiente. La especulacion sobre edad cultural era uno de los temas favoritos de los arqueologos, al que limitaba solo el recato especulativo. Sobre cronologia absoluta existian pocos elementos dejuicio en que fundar conclusiones concretas. El argumento mas utilizado, a menudo era intuitivo, aunque hay casos como los de Uhle y Tello cuyas conjeturas resultaron sorprendentes. La informatica nos permite hoy almacenar y procesar datos para obtener en minutos una extensa bibliografia o realizar una seriacion de tumbas, o un catalogo sistematico de hallazgos. El desarrollo de disciplinas como la geomorfologia, la ecologia, la etnobotanica, la etnozoologia, impusieron la necesidad del trabajo en equipo y de estudios interdisciplinarios. La descripcion de las culturas desaparecidas rebaso el mero dato arqueologico, incorporando informacion de la historia y la etnohistoria y la linguilistica;metodologia utilizada desde siempre en el Viejo Mundo, pero poco empleada en America, y hoy incorporada como un hecho irreversible. Quizas las consideraciones que preceden, por demasiado conocidas pareceran irrelevantes. Pero auin los que vivieron esos cambios los experimentaron de manera gradual y progresiva. A menudo sin una conciencia clara de la importancia de los cambios que vivian o con una conciencia que la rutina diluye en el tiempo. Para los profesionales que nacieron y se formaron posteriormente, con cambios definitivos incorporados al quehacer arqueologico, la realidad se torna un hecho establecido, que no se cuestiona ni se valora demasiado. Junto con los cambios tecnologicos hay que considerar los distintos cambios sociopoliticos habidos en nuestros paises y tambien los acontecimientos de importancia universal de este medio siglo que gravitaron en nuestras disciplinas. En este periodo se inscribe la guerra de mayor extension geografica y sangrienta, que haya padecido la humanidad (1939-1945). Su fin lo signo el uso de poderes destructivos jamas imaginados antes, que dejan la incognita terrorifica de una posible destruccion masiva de la vida sobre el planeta. En nuestros paises, los anfiosde la segunda guerra mundial se caracterizaron por un impasse general de los trabajos de campanfia,por problemas generados en falta de movilidad y combustible. Tambien disminuyeron en nuestros paises las investigaciones de europeos y norteamericanos, comprometidos directamente en la accion belica.
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En la etapa de post-guerra hubo cambios notables. En la Argentina signific6 el advenimiento del peronismo, y en casi todos los demas paises la habitual oscilaci6n entre gobiemos civiles y dictaduras militares. Si bien estos regimenes de fuerza reconocen ciertas pautas totalitarias comunes, ha habido variantes en lo que hace a los temas arqueol6gicos y antropol6gicos en general. Lo mas comun en las dictaduras uniformadas es su menosprecio hacia las ciencias humanas y a todo lo que pueda significar un cuestionamiento al sistema establecido. La antropologia no es una disciplina que estos regimenes contemplan con especial complacencia. Los problemas de evoluci6n, cambio y cuestionamiento social se oponen a la indole conservadora de la educaci6n militar. Igualmente se rechaza la evoluci6n biologica cuestionada por el catolicismo ortodoxo, el que por lo general se encuentra intimamente aliado a estos gobiemos de fuerza. Marca una excepci6n en estos regimenes, la revoluci6n peruana de Velazco Alvarado, que reivindic6 al indigena y a sus culturas. Lo comun ha sido en esta clase de gobiemos la prevalencia de un hispanismo franquista. Tal es el sustentado por la dictadura militar argentina en los ultimos anios (1976-1983) que practicamente elimin6-a traves de sus personeros profesionales-la antropologia de las aulas universitarias, persigui6 a los investigadores no adictos al gobiemo e hizo "desaparecer" estudiantes de antropologia y egresados universitarios, eliminando las carreras correspondientes en tres de las universidades nacionales. El desarrollo de la arqueologia no ha tenido un nivel parejo en todos los paises del area. Esto obedece a causas multiples, las que varian de pais en pais. En primer lugar hay que tener en cuenta el grado de desarrollo econ6mico y cultural, que incide en el numero y en la preparaci6n de los posibles investigadores. Las carreras universitarias con especializacion en arqueologia se han formalizado en la mayoria de nuestros paises en el curso de esta demicenturia. Pero auinexisten paises sudamericanos como Paraguay y Bolivia donde la antropologia y sus diferentes ramas, es practicamente desconocida como carrera universitaria. De esta manera mal pueden estimularse vocaciones y formarse investigadores. En otros paises, pese a importantes antecedentes, la creacion de la carrera de arqueologia es producto del uiltimo decenio. La reunion intemacional de arqueologos patrocinada por P.N.U.D. efectuada en Antofagasta (Chile) en Marzo de 1979, mostro las falencias de muchas de las carreras establecidas y la falta de cursos de post-grado dentro de casi toda el area, y las dificultades existentes para crear un post-grado de buen nivel. Otra variable importante para el desarrollo de la arqueologia es el grado de concientizacion que existe en cada pais respecto a las culturas autoctonas, lo que incide en la mayor o menor preocupacion de las autoridades en su estudio y en la preservacion de sus restos. En terminos generales la conquista hispanica dejo una herencia cultural de gran desprecio por el vencido. El indigena figura en algunas cronicas como "cosa" o como "pieza," no como un ser humano. El concepto peyorativo sobre el hombre se hizo extensivo a su cultura. El predominio hispanista en la corriente historica prolongo este enfoque hasta nuestros dias. En algunos paises donde esta actitud se mantiene, la unica posibilidad de cambio es la concientizacion sobre el valor que tiene el conocimiento del pasado autoctono en el fortalecimiento de la cultura y de la identidad nacional, y el enorme interes que presenta el estudio de sus restos arqueologicos como parte del patrimonio nacional, y como patrimonio comun del comportamiento humano en el pasado, para la buisqueda de leyes o principios que rigen el proceso historico. En general, creemos que han habido en Sudamerica dos actitudes diferentes en la motivacion de los estudios arqueologicos. Una basada en el criterio puramente "cientificista," con el lustre personal que daba el ejercicio activo de la "ciencia" en el siglo pasado; un poco, en este caso, el reflejo de los estudios arqueologicos de las civilizaciones clasicas y asiaticas. Este enfoque fue el predominante en Argentina y Chile en los comienzos de estos estudios. El segundo enfoque considera que el conocimiento del pasado precolombino contribuye a afianzar la identidad nacional y es parte del patrimonio historico del pais, tal como ocurre en Mexico y el Peru actualmente. Entre los problemas basicos que los investigadores y estudiantes de nuestro medio deben y han debido afrontar, esta el de la falta de bibliografia. Es dificil encontrar aun hoy en los paises del area andina bibliotecas especializadas que posean una bibliografia adecuada tanto en lo especifico como en publicaciones de teoria antropologica. Faltan, por lo general, colecciones basicas y cuando estas
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existen es excepcional que dichas colecciones esten completas. A menudo carecen estas bibliotecas de colecciones de publicaciones peri6dicas especializadas de los paises del area, inclusive de los paises limitrofes. A veces en esas bibliotecas se encuentran mas facilmente publicaciones peri6dicas de los paises europeos o de Norteamerica, pese a su mayor lejania, que de los paises vecinos. Un problema importante, a menudo poco tenido en cuenta, es el que se refiere al desarrollo de la tecnica del trabajo de campaina. La t6cnica de la estratigrafia ceramica se inicia en el continente en los comienzos del siglo (Willey y Sabloff 1974:88 y ss.). Uhle habia aplicado la superposici6n de tumbas en el Peru en la zona de Trujillo hacia los afios 1903 (Willey y Sabloff 1974:72) y Ambrosetti la aplic6 en sus trabajos de Pampa Grande en el afno 1904 (Ambrosetti 1906). Con todo, la incorporaci6n de tecnicas estratigraficas cuidadosas y extendidas dentro del area ha sido muy lenta y progresiva. En el Noroeste Argentino, se negaba a priori hacia la decada del 1930-1940, la posibilidad de encontrar ninguna superposicion estratigrafica. Lo curioso es que nunca se trat6 de aplicar en el terreno las tecnicas que permitieren negar o aceptar la existencia de superposiciones culturales. Ni se tuvo en cuenta los valiosos antecedentes publicados. Junto con las t&cnicasestratigraficas, se introdujeron otras elementales y basicas en la excavaci6n arqueol6gica, conocidas desde mucho antes en otros paises del continente. Pero la etapa del anticuario, avido buscador de piezas enteras, gravito durante muchos anios en los paises andinos. La excavacion se hacia fundamentalmente con pala y estaba a cargo de peones. El arqueologo se limitaba a tomar notas de los hallazgos, realizando croquis y esquemas de las piezas que se hallaban. Una demostracion clara de estas circunstancias la tenemos en el hecho de que en las excavaciones no se usaban los utensilios imprescindibles para el trabajo de campana. Cuando comenzamos nuestras primeras tareas en los institutos oficiales no existian en la lista de equipos que usaban habitualmente esas instituciones, ni el cucharin (trowel, badilejo), ni las bolsitas o sacos, escobillas, espatulas, o cualquier otro tipo de utensilio elemental de trabajo, a pesar de que en la Argentina existia una vieja tradicion de investigacion que se remontaba a comienzos de siglo y habia acumulado una considerable cantidad de aportes en el campo del conocimiento arqueologico. Quizas esto se debio en buena medida a que la arqueologia de este pais se desarrollo en la periodo de la historia arqueologica que hemos denominado de Exegesis Historica (Gonzalez Ms. 1981), y en el que la actividad se concentr6 casi integramente en la compulsa de los textos historicos de la conquista mas que en verdaderos trabajos de investigacion arqueologica en el terreno. Nosotros trataremos de dar en este articulo una apretada sintesis de los hechos que juzgamos mas relevantes en la historia de la arqueologia de la region del Noroeste Argentino, de los Andes del Sur, ocurrida en los uiltimos cincuenta anios. Trataremos de vincular en lo posible ese desarrollo historico con el del area Andina Central. Como toda historia, esta cenida a condiciones de espacio y tiempo y tiene que seleccionar hechos y hacer valoraciones subjetivas. Otras versiones sobre el mismo tema pueden ser muy distintas a la nuestra. 2. Por ser la Argentina el pais donde hemos trabajado casi toda nuestra vida, es el que mas conocemos y del que logicamente mejor informacion podemos aportar. Algunas caracteristicas basicas de la arqueologia de este sector de la sub-area Andina Meridional la dan: un temprano interes por la arqueologia, una decidida influencia europea y un desarrollo local de estas ciencias muy definido desde sus comienzos.' El desarrollo local de la investigacion arqueologica existio desde fines del siglo pasado y comienzos de este, particularmente con algunos investigadores como J. B. Ambrosetti y F. Outes, quientes con un gran dominio de la bibliografia europea de su epoca, trataron de aplicar sus logros y tecnicas a su pais. Se destaca particularmente J. B. Ambrosetti, quien, segufinya dijimos, intenta un primer estudio estratigrafico de superposicion de tumbas. Ambrosetti conocia los trabajos de Flinders Petrie sobre el predinastico egipcio y no ignoraba la importancia de la descripcion individual del contenido
' Una historia recientede la arqueologiaargentinaes la de Femandez (1979-1980). Nosotros hicimos una breve interpretaci6nsobre el mismo tema parauna obra de conjuntoa ser publicadapor la editorialLibrexde Milan, ignoramossi se di6 o no a la estampa(GonzalezMs. 1981).
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de cada sepulcro de un cementerio o sitio. Esta tecnica la aplic6 cuidadosamente en los cementerios de La Paya (Ambrosetti 1907). El interes de los europeos se manifiesta en esta epoca de comienzos por la Misi6n Francesa de Senechal de La Grange, que tiene por ejecutor al sueco Eric Boman (Boman 1908). Boman curiosamente, pese a un conocimiento muy grande de la arqueologia de campana del N.O.A., fue quien mas utiliz6 el analisis de textos hist6ricos de la epoca de la conquista para interpretar toda clase de materiales arqueol6gicos, introduciendo una modalidad particular que luego va a caracterizar a toda la arqueologia de la Argentina por casi cuatro decadas. De cualquier manera, los estudios de Ambrosetti, Boman y otros contemporaneos, echan las bases sobre las que se desarrollan posteriormente la tradici6n de los estudios arqueologicos en la Argentina. El lapso entre 1930 y 1980 puede dividirse claramente, desde el punto de vista de los estudios arqueol6gicos en dos momentos diferentes. El jalon lo marca la aparici6n de la obra de W. C. Bennett (1948). La etapa primera (1930-1948) esta caracterizada por el uso y abuso de la cr6nica hist6rica para interpretar los materiales y las culturas arqueol6gicas. La segunda por la organizacion de los contextos y secuencias culturales, mejoramiento de t&cnicas y enfoques te6ricos renovados. Hacia comienzos de la decada de 1930, muere S. Debenedetti, el unico discipulo de Ambrosetti y continuador de su obra. Una nueva generaci6n de arque6ologoshabia suplantado a los pioneros. Los logros y la metodologia de los arqueologos de la decada de los '30-40, esta claramente expuesta en un volumen de resumen general, sobre el pasado pre-colombino, que forma parte de una Historia de la Naci6n Argentina, editada en Buenos Aires por la Academia Nacional de la Historia (Vol. I, 1939; Bs. As.); Son sus autores E. Casanova, F. Aparicio, F. Marquez Miranda, E. Palavecino, A. Serrano, J. Frenguielli, M. A. Vignati, J. Imbelloni, E. y D. Wagner. La mayoria de estos figuraban como arqueologos de las principales instituciones nacionales. En esta obra se ilustran abundantes materiales arqueologicos. Pero con excepcion de algunos trabajos (Frenguielli 1939), la informacion se basa en la documentacion historica de la conquista. El material arqueologico sirve fundamentalmente como complemento de la informacion escrita. Esta metodologia la vemos perdurar despues por varias decadas. La encontramos en sintesis mas extensas como la de Serrano sobre los Comechingones (Serrano 1945) y la de Marquez Miranda sobre el N.O.A. (Marquez Miranda 1946). Un rasgo saliente de todos estos trabajos lo constituye la falta de profundidad historica que se atribuye a los pueblos que habitaron cada region. Todas las culturas son sincronicas y los materiales arqueologicos encontrados se asignan a los pueblos hallados por la conquista espaniiolaen cada zona: Comechingones, Diaguitas, etc. A todos ellos se los considera muy recientes. Por contraste, algunos influidos por las viejas ideas ameghinianas siguen creyendo en la muy remota edad de algunos hallazgos arqueologicos de la zona Atlantica (Frenguielli 1939; Vignati 1939). De esta misma epoca, pero con un enfoque ultradifusionista es la lujosa obra de los hermanos Wagner, de origen frances (Wagner 1934). Los autores, que originalmente se dedicaban a coleccionar especimenes de ciencias naturales para enviar a museos europeos, comenzaron a realizar excavaciones arqueologicas en la provincia de Santiago del Estero, obteniendo abundantisimo material. Carentes de formacion en arqueologia, atribuyeron a sus hallazgos una remota antiguiedad y en vez de vincularlos con las culturas del N.O.A., con las que se hallan intimamente relacionados, establecieron fantasticos vinculos con el Viejo Mundo. Un elemento bibliografico de gran importancia para los investigadores de habla hispana fue, en la decada de 1930, la aparicion del Boletfn BibliograJico de Antropologia Americana, fundado en Enero de 1937 y dirigido por A. Caso al comienzo, y por J. Comas poco despues, y que continu6 desempeniando un importante rol hasta su lamentable desaparicion en 1960. Dentro del campo de la teoria, de importancia fundamental por la gravitacion que tuvo en el pensamiento de los arqueologos argentinos, es la figura de J. Imbelloni. Este ha dejado escasos trabajos arqueologicos pero cultivo, como muchos investigadores de su epoca (Uhle, Kroeber, Latcham, etc.), diversas ramas de la antropologia fisica y la linguiistica, y ocasionalmente la arqueologia. La gravitacion mas importante de Imbelloni fue sin embargo en el campo de la teoria. Formado en Italia, de donde era oriundo, recibio una gran influencia de la escuela de Viena, o de Moedling, a la que adhirio sin reservas. Hacia la decada del '30-40 se habia producido ya la critica que elimino temporariamente al evolucionismo del campo de la teoria antropologica. En America
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del Norte al evolucionismo lo reemplaz6 el particularismo hist6orico boasiano, y el estructuralfunctionalismo. En Argentina, el vacio te6rico producido por la retracci6n de la teoria evolucionista de la cultura, lo llen6 integramente la escuela hist6rico-cultural austriaca, difundida por Imbelloni a traves de su obra general de teoria (Imbelloni 1953) y en sus numerosos trabajos y por su pr6dica carismatica en la catedra de Antropologia de la Universidad de Buenos Aires. Su pensamiento gravit6 profundamente en los investigadores argentinos y sigue aun teniendo cierta importancia. Su escuela fue el clima propicio que encontraron numerosos investigadores europeos refugiados de origen italiano, austriaco y croata, venidos a Argentina despues del colapso nazi-fascista de la segunda guerra mundial. Las caracteristicas especiales del pensamiento de la escuela de Viena con su raiz esencialmente religiosa (Harris 1968:390), su racismo y su antievolucionismo, le dio un caracter particularmente grato y afin a la ideologia de las dictaduras militares que han predominado entre los gobiernos de la Argentina en el ultimo cuarto de siglo. Durante las "purgas" realizadas en las Universidades e Institutos oficiales, los adherentes de la escuela de Viena, mas o menos tenida ahora de fenomenologia, no tuvieron mayores problemas. Antes bien, pasaron a ocupar los principales cargos de ensenianza e investigacion. En esta decada se realizan trabajos por investigadores europeos de distinta procedencia y enfoque de los mencionados anteriormente. Alfred Metraux, de origen suizo, fundo el Instituto de Antropologia de la Universidad de Tucuman y fue su primer Director (1928). Dedicado a la etnografia, deja en este campo algunos trabajos fundamentales y en menor numero, algunas notas arqueologicas. Obra de la gestion de Metraux fue la venida a Argentina del sueco S. Ryden quien dejo un trabajo pionero sobre la cultura de La Candelaria (Ryden 1936). La tendencia de hacer arqueologia en base a excavaciones con miras a obtener fundamentalmente piezas arqueologicas enteras, sin mayor recaudo tecnico, se mantiene en la decada siguiente. La sintesis hecha entre los investigadores locales que contribuyeron al Handbook of South American Indians (Steward 1946), no se diferencia mayormente de lo expuesto diez anios antes en la Historia ya mencionada. Algunos centros de investigacion se agregaron en esta etapa. En Cordoba, A. Serrano fundo el Instituto de Arqueologia, Linguiistica y Folklore en la Universidad local (1941). En Santa Fe, Zapata Gollan fundo el Departamento de Estudios Etnograficos y Coloniales (1940) y se aboco de lleno a la primera excavacion del asiento de la ciudad de "Santa Fe la Vieja," utilizando latecnica habitual de laepoca. Esta fue la primera excavacion exhaustiva de un sitio colonial en Argentina. Tambien se fundaron museos regionales como el de La Rioja (Museo Incahuasi) y el de Catamarca (Museo A. Quiroga), el de Salta (Museo Leguizamon) y el de Cachi en los valles Calchaquies. En la Universidad de San Juan se fundo el Instituto de Antropologia y el Museo. En la localidad de Olavarria (Pcia. de Buenos Aires) se fundo el Museo "Damaso Arce," dependiente de la Municipalidad local, cuya publicacion periodica Etn[a aparecio por primera vez en 1965 y continua, apareciendo con intermitencias. En ella se publicaron numerosos trabajos de arqueologia del N.O.A. Los diferentes Institutos de Antropologia han publicado, aunque en forma un tanto irregular, sus respectivas revistas. La del Instituto de Antropologia de la Universidad de Tucuman comenzo a aparecer en 1929; la del Instituto de Antropologia de la Universidad de Cordoba en 1960; la de la Universidad del Litoral en 1959; tambien publica el Instituto de la Universidad de Cuyo, bajo el titulo de Anales de Arqueologfa v Etnologia. El Museo de Cachi publica sus "Estudios Arqueol6gicos," cuyo primer numero aparecio en 1972. Entre los hechos negativos al progreso arqueologico hay que senialar que en 1947 se suprimio autoritariamente la seccion arqueologica del Museo de Historia Natural Bernardino Rivadavia, el museo mas antiguo de Argentina. Sus colecciones pasaron al Museo Etnografico de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Tres Congresos Internacionales de Americanistas se han reunido en Argentina. El primero se realiz6 en 1910 (XVII Congreso) en Buenos Aires, el segundo tuvo por sede a La Plata (XXV Congreso 1932) y el tercero se reuni6 en laciudad de Mar del Plata en 1966 (XXXVII Congreso). De todos ellos se publicaron las Actas respectivas. Tambien se han realizado siete Congresos de Arqueologia Argentina. El primero se reuni6 en la ciudad de Rosario en Mayo de 1970; el segundo
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se reuni6 en Viedma, Rio Negro, en 1972; el tercero en la ciudad de Salta en 1974; el cuarto en la ciudad de San Rafael, Mendoza, en 1976; el quinto en la ciudad de San Juan en 1978; el sexto en la ciudad de San Luis en 1980; el septimo en la ciudad de Jujuy en 1982. S6olose han publicado las Actas del primero, del cuarto, quinto y del septimo Congreso. Los ultimos Congresos fueron realizado durante la plena vigencia de la dictadura militar y en sus reuniones se puso claramente en evidencia hasta que grado inciden los aspectos politicos en la eficiencia y calidad de esos encuentros. Otras reuniones nacionales fueron las llamadas "Convenciones Nacionales," destinadas a establecer un consenso sobre problemas de nomenclatura y taxonomias. Se han realizado dos de estas reuniones: la Primera en la ciudad de Resistencia, en el Chaco (1965); la segunda se realiz6 en Carlos Paz (C6rdoba). En Tucuman, se intent6 crear en 1947, una Licenciatura en Antropologia siguiendo el modelo mexicano. La Universidad de Buenos Aires recibi6 en donaci6n el "Pucara de Tilcara" (1949), que desde hacia unos afios venia siendo "reconstruido" por E. Casanova. Estas "reconstrucciones," hechas basicamente con fines de inter6s turistico, sin equipos especializados y sin la previa investigaci6n arqueolo6gicaexhaustiva, han probado ser nefastas a los fines de la arqueologia cientifica. Por desgracia se han dado igualmente en algunos otros paises de la regi6n andina, continuando aun hasta nuestros dias. Un buen ejemplo de esto es la "reconstrucci6n" en afios recientes (1981) de las ruinas de la "ciudad" de Quilmes, en el N.O.A. En 1948 aparece Runa, 6rgano del Departamento de Antropologia de la Universidad de Buenos A. Salas, con la que culmina la etapa de la exegesis historica (Salas 1945). Al final de la guerra europea llegaron, casi al mismo tiempo que los submarinos alemanes, una cantidad de antropologos y prehistoriadores emigrados. Fueron estos favorecidos por el gobiemo lit la incorporacion academica oficina argentino que habilit en Roma una faoficina para para esos fines y que de los emigrados. Fueron entonces desplazados numerosos profesionales locales (Palavecino, Aparicio, Marquez Miranda, etc.), los que fueron eliminados de sus cargos. El Departamento de Antropologia de la Universidad de Buenos Aires incorporo a 0. Menghin y M. B6rmida; En Mendoza, de Ferdinandy reemplazo a Canals Frau y en Tucuman el antropologo Branimiro Males se hizo de cargo del Instituto Antropologia que fundara Metraux, eliminando a E. Palavecino. Pese a esta revitalizaci6on de la Escuela de Viena, el cambio mas importante en el campo de la arqueologia se produjo con el trabajo de Bennett y colaboradores para el Noroeste Argentino, segiun vimos, y que, creemos marca una etapa en esta ciencia. Por primera vez desde el trabajo de Uhle (Uhle 1912) se intenta establecer una secuencia arqueologica integral de aquella region (Bennett et al. 1948). Bennett fundo su secuencia en los materiales publicados hasta entonces; no pudo consultar directamente el material arqueologico. De cualquier manera establecio una secuencia provisoria basica de gran importancia. Algunos arqueologos rechazaron la secuencia de Bennett y sus colaboradores pero los jalones fundamentales de punto de partida a labores posteriores. Para esta misma epoca Menghin retoma el trabajo de investigacion en el terreno en Patagonia, reproduciendo con agregados y diferentes nombres la secuencia original de Junius Bird y Laming Emperaire (Bird 1946; Menghin 1952), y puso ademas especial enfasis en los estudios de arte rupestre. En las dos decadas siguientes (1950 a 1970) se reafirma una mayor intensidad de trabajo de campanfia,con tecnica ahora mucho mas depurada, junto con la aparicion de una nueva generacion de arqueologos, algunos adherentes por formacion a la escuela de Viena, y otros independientes. Una primera mesa redonda de Arqueologia se reunio en Buenos Aires con motivo de la llegada de Richard Schaedel en Junio de 1954, en la que quedaron expuestas las principales discrepancias entre los diferentes enfoques en arqueologia. Los primeros fechados de radiocarbon sobre materiales argentinos fueron dados a conocer en 1957 (Gonzalez 1957). Es interesante observar que, en general, los adherentes a la escuela historicocultural rechazaron, en los comienzos, la tecnica del C- 14, por lo menos sino en sus escritos, en sus discusiones personales. Esto resulta claro cuando se observan las primeras listas de fechados; en ellas no se hallan los nombres de los adherentes a esa escuela. En la decada de 1950 a 1960 se efectuaron las excavaciones estratigraficas de la cavema de
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Intihuasi en la provincia de San Luis. Alli pudieron establecerse los jalones basicos de la secuencia arqueol6gica de las Sierras Centrales por un lapso de cerca de 8.000 ainos (Gonzalez 1960). En la decada entre 1950 a 1960 fue comin en arqueologia andina, y muchos participamos del equivoco, la busqueda de "sitios paleoliticos." La tendencia resucitaba, dentro de ciertos limites mas depurados, la identificaci6n de "paleolitico" y sitios arqueol6gicos con instrumentos liticos de tipologia grosera, trabajados por percusi6n, y en contextos carentes de puntas de proyectil bien definidas. Una relativa antigiiedad se asignaba a esos sitios. Los yacimientos mas caracteristicos dentro de esta categoria fueron los de San Pedro de Atacama-quizas los casos mas extremos-los de Chivateros en el Peru y Ampajango en la Argentina (Cigliano 1968). La mayoria de estos sitios fueron canteras y los instrumentos de apariencia "paleolitica" fueron utensilios en proceso de fabricaci6n (Cardich y H. de Mendoza 1978-1980). A menudo su antigiiedad es similar, o aun menor, a los yacimientos con elaboradas puntas de proyectil. De cualquier manera no puede negarse la existencia de sitios con utiles de talla ruisticapor percusi6n y sin puntas de proyectil, los que en algunos casos se presentan en niveles antiguos y en otros perduraron hasta epocas tardias. En el N.O.A. el hallazgo de sitios preceramicos de diversas epocas se ha multiplicado en las ultimas decadas (Fernmandez1969, 1971). Muchos de ellos pueden relacionarse con industrias de zonas alejadas del Perui y Bolivia, definiendose un cuadro de extension continental. Tal es el caso del "horizonte" de puntas de cola de pescado (Bird y Cooke 1978), el de puntas lanceoladas tipo Ayampitin (Gonzalez 1952), el de las puntas triangulares, etc. Es muy interesante advertir que cuando las condiciones de preservaci6on han permitido que se conservaran materiales perecibles como canastos, pieles, y objetos de madera, se han podido establecer indudables similitudes con culturas de zonas muy alejadas. Este es el caso de la cultura de Ansilta y Los Morrillos de San Juan, cuyos contextos tienen semejanzas a los de las culturas del Norte de Chile y Sur del Peru (Michieli 1979). Pero si fue importante contribuci6n el conocimiento de la etapa preceramica pura, de parecido interes han sido los hallazgos de la etapa preceramica agricola o de agricultura incipiente. No son muchos los sitios conocidos, pero se bosqueja ya el pasaje de las culturas cazadoras-recolectores a la plena agricultura y a la formacion de aldeas. Es interesante que uno de estos hallazgos se ha realizado en la zona periferica del N.O.A., en la region cuyana del Atuel, en la "'Cueva del Indio" (Lagiglia 1968, 1969). En el extremo opuesto del pais hay que anotar una serie de importantes hallazgos semejantes, efectuados en cavernas de la provincia de Jujuy (Aguerre et al. 1973, Femandez Distel 1974), los que abren nuevas perspectivas y contribuyen a aclarar el proceso cultural habido en el N.O.A. Completando la perspectiva historica se han definido una serie de culturas pertenecientes al Periodo Temprano de la etapa Agroalfarera, como Tafl, Alamito, Cienaga, Candelaria, Campo Colorado, etc.2 En otros casos como en la provincia de Santiago del Estero y la Quebrada de Humahuaca, la secuencia cultural conocida se ha perfeccionado con cuadros mas exactos (Lorandi 1974; Perez 1973). En el valle del Hualfin, en la region Valliserrana, se ha logrado establecer una secuencia arqueologica muy completa. Se utilizo la seriacion de cerca de 2.000 tumbas excavadas por las expediciones de B. M. Barreto, y el uso intensivo de la estratigrafia y los fechados de radiocarbon. Es probable que fuera de la region Sur del Perui no exista otra secuencia tan completa como la del valle del Hualfin (Gonzalez y Cowgill 1970-1975). Sus distintas fases abarcan lapsos temporales no mayores de 100-200 anios. Esta secuencia ha sido muy util para establecer la cronologia relativa y absoluta de las areas aledaniias.Por otra parte ha permitido encarar estudios con enfoque de "arqueologia procesual" (Gonzalez 1979). Entre los proyectos arqueologicos mas ambiciosos, por su extension, realizados en las uiltimas 2 A fin de no recargarla bibliografiaremitimosa obras de sintesis donde se puedenencontrarlas referencias a cada cultura(Gonzalezy Perez 1972).
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decadas se halla el de Santa Rosa de Tastil, ciudad a la que se atribuye una edad preincaica (Cigliano et al. 1973). Otras opiniones recientes prolongarian su existencia hasta la etapa Imperial (Hyslop y Diaz 1983:8). Entre los descubrimientos arqueol6gicos interesantes de las iltimas decadas se encuentra el hallazgo de una zona de pictografias totalmente desconocidas antes. Se trata de centenares de abrigos rocosos situados en el Sudeste de la Sierra de Ancasti, en los limites de las provincias de Catamarca y Santiago del Estero (De La Fuente 1970-1975). Las pictografias pertenecen, al parecer al Periodo Medio y se cuentan por millares. Son sorprendentes las variedades de motivos y su calidad estetica. Entre otros hallazgos y modalidades arqueol6gicas hay que mencionar los efectuados en las altas cumbres montaniosas y que se han dado en denominar "arqueologia de alta montaiia," la que requiere un alto grado de preparaci6n deportiva (Schobinger 1966). Como resultado de un mejor conocimiento de contextos y cronologia, y de una mayor cantidad de materiales, se han aclarado las relaciones e influencias de las culturas del N.O.A. con los centros nucleares. Son particularmente significativas las relaciones con Tiahuanaco, las que habian sido intuidas por Uhle y Debenedetti. Aunque quedan muchos temas sobre estas relaciones por resolver, el numero de evidencias ha aumentado considerablemente en los ultimos anios. La cultura de La Aguada posee muchos elementos de clara inspiraci6n tiahuanacota, tanto en la cerimica, como en los vasos de piedra, y en la iconografia. Muchos de estos elementos estan presentes ya en culturas anteriores a La Aguada como Condorhuasi y Cienaga (250-600 d.C.). Resulta interesante que dentro del territorio ocupado por estas culturas no hay piezas de origen puramente Tiahuanaco. Por lo contrario en la provincia de Jujuy, es decir fuera del ambito de estas culturas, se han hallado por lo menos 6 keros de oro, al parecer importados de aquel gran centro cultural del Titicaca.3 Todo esto crea un cuadro de relaciones mas complejo de lo que se habia supuesto antes. Por un lado se admite la clara influencia Tiahuanaco emanada secundariamente desde San Pedro de Atacama (Gonzalez 1963). Por otro D. L. Browman propone otra influencia llegada directamente por via altiplanica a la Quebrada de Humahuaca (Browman 1978). Pero a su vez hay evidencias arqueologicas de relaciones entre San Pedro y la Quebrada (Tarrag6 1966, 1977). Es decir que lo mas probable es que las influencias tiahuanacotas se ejercieron en diversas epocas y con un juego complejo de interrelaciones que siguieron tanto la via directa (Altiplano-Quebrada) como la via indirecta (Tiahuanaco-San Pedro-regi6n Valliserrana). Otro grupo claro de relaciones es el que puede observarse entre las culturas de El Molle, de Chile y Condorhuasi en el N.O.A. Seguin autores como Iribarren creen que la mayor influencia se ejerci6 desde el oriente de la cordillera hacia Chile. Otros creen que las relaciones fueron en ambos sentidos, y que si bien Condorhuasi tiene un fuerte componente llegado desde el valle de Lerma, y el Este en general, muchos elementos se debieron a la influencia de la cultura de El Molle, que a su vez las recibio desde las altas culturas del Sur peruano (Gonzalez 1963). El progreso sobre nuestros conocimientos acerca de los Incas y la cultura incaica en el Centro Nuclear ha repercutido en las areas perifericas del Imperio. Un gran aliciente en estos trabajos fueron los estudios pioneros de Rowe en Cuzco que abrieron rumbos en lo arqueologico (Rowe 1944) como en lo etnohistorico (Rowe 1946), al damos una vision mas clara de la expansion incaica. Otros aportes teoricos renovadores sobre las culturas andinas han sido los de John Murra y su escuela, los que combinan la investigacion etnohistorica con la arqueologica. Aunque restan muchos problemas por resolver acerca de la ocupacion incaica en el N.O.A. se han aclarado muchos puntos claves como la extension y el sentido de esa ocupacion, sus patrones de asentamiento, su red vial y el mejor conocimiento de numerosos sitios. Se han utilizado tanto los testimonios de la historia como las evidencias arqueologicas. Son muchos los autores que han contribuido en este sentido (Gonzalez 1983; Lorandi 1980; Raffino 1980; Strube 1958, 1963). La sintesis sobre periodificacion de las culturas del N.O.A. han sido tanto el producto de las 3 Se hallan en coleccionesdel Museo Etnografico,del InstitutoNacional de Antropologiay por lo menos tres en una colecci6n privadade Jujuy.
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investigaciones locales como del logico deseo de integrar las culturas de esta regi6n al proceso cultural andino. La periodificaci6n de Bennett (Bennett 1948) fue un intento de establecer etapas de desarrollo para el N.O.A. semejantes a las que este autor habia establecido para los Andes Centrales. Posteriormente se ha tratado de utilizar la periodificaci6n propuesta por Rowe para el Peru (Gonzalez 1955, 1965). Ha habido una serie de puntos de vista muy encontrados. Por ultimo V. Nunfez Regueiro ha modificado los cuadros en vigencia proponiendo una periodificaci6n que se inspira en el enfoque de Lumbreras (NTunezRegueiro 1978). Las distintas lineas de investigaci6n establecidas en los Andes Centrales han sido aplicadas en las areas perifericas con gran utilidad. El trabajo de G. Willey sobre los asentamientos humanos en el valle del Viru (Willey 1956) marc6 rumbos en la arqueologia andina y sirvi6 de guia para su aplicacion en el N.O.A. por Madrazo y Ottonello (1965). Su importancia radica, creemos, en que el estudio de los asentamientos humanos permite una descripci6n mas amplia de la organizaci6n socio-politica y una mayor relaci6n sistemica de las diferentes partes de la cultura. Es decir que el tradicional enfoque descriptivo-funcional se agreg6 la descripcion estructural. De una arqueologia en la que la definici6n contextual de una cultura se hacia sobre un listado de rasgos, se pas6 a una visi6n estructural de las culturas arqueol6gicas. En las decadas posteriores a la de 1950 se crearon las carreras de Antropologia en las universidades de Buenos Aires y La Plata y, posteriormente en las de Mar del Plata, Salta y Rosario y, ultimamente, en la Universidad de Misiones, en Posadas. El problema fundamental, en estos casos, y esto ocurrio en otros paises del Area Andina, fue la falta de recursos humanos convenientemente preparados para integrar el cuerpo docente de manera que la atencion de las catedras fue en algunos casos muy improvisada.
El intercambio cientifico se incremento en estos anios. En 1936 se habia fundado la Sociedad Argentina de Antropologia. Gran parte de sus reuniones estuvieron dedicadas a la arqueologia. La Sociedad organiz6 las llamadas "semanas de Antropologia." Una de ellas (1939) estuvo dedicada integramente a la arqueologia y etnologia de la provincia de Santiago del Estero a fin de evaluar y poner al dia los hallazgos hechos por los hermanos Wagner (Aparicio 1942). En 1964 el Instituto Nacional de la Tradicion fundado por J. A. Carrizo, paso por decreto ministerial a denominarse Instituto Nacional de Antropologia, dependiendo de la Secretaria de Cultura de la Nacion. Su organo de expresion son los denominados "Cuadernos" de los que se han publicado ocho numeros. Los egresados de las carreras de antropologia han ampliado sus posibilidades laborales luego de fundarse el Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Tecnicas en 1955. En 1973 el numero de inscriptos en la carrera de antropologia de la Universidad Nacional de Buenos Aires estaba proximo a los 1.000 alumnos. La situacion de anarquia que invadio a las universidades y la escasez de profesores con solidos antecendentes no permitieron alcanzar el nivel deseado. El problema mas grande sufrido en toda la historia de la arqueologia y antropologia argentina se vivio en los ultimos ocho anios durante la dictadura militar que asolo a la Argentino desde 1976 hasta fines de 1983. Quizas en ninguin pais, excepto en la Alemania de Hitler, los antropologos y las diferentes ramas de la antropologia fueron perseguidos con igual encono. Buena parte de las Ciencias del Hombre, como la psicologia y la sociologia, sufrieron consecuencias parecidas. Un gran nuimerode profesores fueron separados de sus catedras sin justificacion de ninguna clase. Fueron suprimidas las carreras de Antropologia de las Universidades de Mar del Plata, Rosario y Salta. Se cambiaron los planes de estudio, eliminando materias basicas. Se realiz6 una cuidadosa discriminacion de autores en las bibliografias, llegandose a extremos en los limites del ridiculo. Todo autor nacional o extranjero que pudiera tener una lejana connotacion de "izquierdismo" era eliminado de la bibliografila. La censura no conocio limites. En fin, las mismas disciplinas antropologicas, incluyendo la arqueologia, fueron, seguindeclaraciones del propio Ministro de Educacion, materias "subversivas," designacion definitivamente infamante. Es cierto que dentro del campo de la Antropologia existieron hacia comienzos de la epoca de los setenta, buen numero de activistas politicos, entre estudiantes y auinprofesores, pero la persecusion fue realizada de manera totalmente arbritaria y sirvio, basicamente, para canalizar problemas de orden personal, junto con el politico
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y el ideologico. El resultado final fue que algunos de los arque6logos j6venes de labor mas calificada (Niuez Regueiro, Tarrag6, J. A. Prez, 0. Heredia, etc.) debieron emigrar a otros paises de America Latina, junto con una pleyade de brillantes antrop6logos jovenes (e.g., C. Arqueti, E. Menendez, S. Bilbao, H. Vesuri, E. Veron). Un buen numero de estudiantes de antropologia "desaparecieron" habitual del "Proceso" militar. Es diflcil valorar ain en cuantos anos segin el procedimiento retrocedieron estas disciplinas en la Argentina en un momento en que comenzaba su etapa de consolidacion cientifica.
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