By Susan Frey EdSource Today ¿Clases los sábados?

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By Susan Frey EdSource Today

Estudiantes del Programa de Educación Migrante en Los Ángeles excavan en busca de fósiles. Crédito: LAUSD Programa de Educación Migrante.

 

¿Clases los sábados? La mayoría de los estudiantes protestarían por tal intromisión en su tiempo libre, pero para los hijos de los trabajadores migrantes, las clases los sábados es un asunto de familia. Combinados con programas de después de escuela y de verano, los cursos sabatinos son una parte requerida del Programa de Educación Migrante, financiado con fondos federales, el cual da a algunos de los estudiantes del país, en su mayoría en riesgo, la oportunidad mantenerse al nivel académico de sus compañeros.

El Programa de Educación Migrante es para niños cuyos padres trabajan en empleos que les requieren el mudarse constantemente, como lo es la industria de la agricultura. Los niños pueden asistir a muchas escuelas diferentes durante el año, ya que las familias se mudan de una región a otra siguiendo el cultivo de los plantíos de la temporada. Para asegurar que esos niños no se atrasen, el programa ofrece una variedad de servicios tal como las clases académicas, instrucción bilingüe y multicultural, educación vocacional e incluso, cuidado de la salud. Los programas de sábados han sido vistos como una forma de complementar los años académicos regulares e impulsar el logro académico de los estudiantes. Sin embargo, el uso formal de los sábados como parte del calendario escolar, por parte del Programa de Educación Migrante, es algo inusual en California. El programa incluye múltiples actividades los sábados para toda la familia, con guardería para bebés y niños, además programa preescolar para niños de 3 a 4 años de edad, proyectos con actividades prácticas para estudiantes de primaria y secundaria, así como la oportunidad de ponerse al corriente con los créditos para los estudiantes de preparatoria. Las clases para adultos están enfocadas en la alfabetización, nutrición, computación y capacitaciones para padres. Los distritos que deseen participar con el Programa de Educación Migrante, el cual es voluntario para

ambos escuelas y familias, deben de ofrecer servicios académicos extracurriculares, es decir, fuera del horario regular de clases para que puedan recibir fondos federales. Entrevistas recientes por parte de EdSource, han encontrado que algunos planteles ofrecen tutorías especiales o clases especializadas para niveles avanzados, mientras que otros estudiantes participan en eventos deportivos o artísticos los sábados o desempeñan trabajo de servicio a la comunidad. Además, algunas escuelas utilizan los programas académicos de los sábados como una forma de recuperación de las pérdidas de fondos por el promedio de asistencia diaria, al exigir que los estudiantes con alto índice de ausencias participen en el programa. Sin embargo, pocos programas se comparan en gran escala, en el enfoque profundo por parte del Programa de Educación Migrante, el cual intenta prevenir la pérdida de aprendizaje que pudieran sufrir los estudiantes al ser transferidos de una escuela a otra cuando sus padres siguen la cosecha o su trabajo itinerante. Los que abogan por el incremento de tiempo de aprendizaje para el estudiante, dicen que los programas de sábados es uno de los caminos que la escuela puede utilizar para estimular el éxito académico de los estudiantes, esto en conjunto con más horas de clase y más días escolares. “Todos hablan por el hecho de que el horario convencional de 180-días, 5 días a la semana, no está basado en las necesidades de los niños y las familias”, dicho por Chris Gabrieli, Presidente del Centro Nacional a Tiempo y Aprendiendo de Maryland, el cual aboga por la prolongación del tiempo de instrucción en el salón de clase. “Dicho horario está basado en una serie de rutinas convenientes para la gente (alrededor de un horario de trabajo para los adultos). Sin embargo, mucha experimentación que se está viendo se basa en lo que la gente dice, que ahora existen diferentes poblaciones de estudiantes con diferentes necesidades y posiblemente no deberíamos de estar muy atados a las tradiciones”. Muchos programas sabatinos han sido muy difíciles de mantener debido a los costos y los diversos grados de interés entre los participantes. Gabrieli denota, sin embargo aquellos que involucran y sirven a toda la familia pueden tener más oportunidad de éxito a largo plazo, ya que pueden crear aceptación por parte de la comunidad. Rosa León, maestra del Programa de Educación Migrante en el Distrito Escolar de Los Ángeles, comenta que desearía que las clases interactivas, prácticas y orientadas hacia la familia, estuvieran disponibles para todos los estudiantes. Todos los estudiantes y las familias, dijo, se podrían beneficiar con este enfoque.

Enfoque a profundidad

El Programa Migrante apoya a los jóvenes, de 3 a 21 años de edad, cuyos padres u otros miembros de la familia hayan trabajado en el ramo de la agricultura, pesca, lechería, procesamiento y empaque de comida, forestal o en la industria ganadera en un momento determinado durante los últimos tres años. Mientras que siguen el trabajo de temporada, los padres tienen que haberse llevado a sus hijos de su escuela regular a otro distrito, sin tomar en cuenta si los estudiantes hayan asistido a la escuela en la segunda ubicación, como lo afirman los organizadores del programa. No todos los estudiantes elegibles participan en el Programa Migrante, el cual es voluntario. A nivel estatal, 133, 928 estudiantes fueron elegibles para participar en el año escolar 2011-2012, pero sólo 79, 547 asistieron a clases, según las cifras del Departamento de Educación de California. En el Distrito de Los Ángeles, 2, 500 estudiantes reúnen los requisitos para ser parte del programa, sin embargo, solamente el 10 por ciento de ellos participan, a pesar de los esfuerzos por parte del personal para alentar a que haya una mayor asistencia. El programa de Los Ángeles ofrece clases durante el verano y después del horario regular de clases, además de ocho a nueve clases sabatinas por semestre, con un horario de 8:00am a 1:30pm.

Estudiantes en Los Ángeles, exploran las marismas en la playa de Cabrillo durante un paseo el sábado organizado por el Programa de educación Migrante. Crédito: LAUSD Programa de Educación Migrante.

Muchas de las familias que participan en el Programa Migrante de Los Ángeles, regresan al trabajo de temporada cuando no pueden encontrar otro trabajo o si son despedidos de su empleo, dijo Nellie Barrientos, Coordinadora del Programa de Educación Migrante en el Distrito Escolar de Los Ángeles. “Cuando las familias no encuentran trabajo en Los Ángeles, una de las alternativas que tienen es buscar trabajo en el campo al norte en Fresno, Bakersfield, Oxnard, Tulare, o Santa María”, mencionó Barrientos en un correo electrónico. Mientras que el distrito invita a cada familia elegible para que asistan, muchos se enfrentan con retos logísticos, dijo Barrientos. Los estudiantes migrantes se encuentran dispersos a través del gran distrito urbano y puede ser que a los padres se les dificulte encontrar transporte para llegar a los tres planteles en los que se ofrece el programa

los sábados. Además, algunos padres trabajan los sábados o tienen otras ocupaciones, sin mencionar que no es una tarea fácil lograr que los adolescentes se levanten en la mañana.

Programa benéfico El programa provee ayuda académica valiosa, pero también expone a los estudiantes a experiencias que posiblemente no podrían experimentar de otra manera, como lo son los paseos fuera del estado o excursiones a playas locales para el estudio de marismas. Claudia Bañuelos, cuyos padres trabajaron en la cosecha de la lechuga, tenía 14 años y era buena estudiante el Distrito de Los Ángeles cuando su mamá asistió para que participara en las clases los sábados con la familia. “No sentía la necesidad de ir, levantarme temprano el sábado”, recordó. “Pero una vez que llegábamos, sabíamos que había un propósito para nosotros”. Como ella no necesitaba recuperar créditos, Bañuelos ayudaba dando tutoría a los estudiantes más jóvenes. Bañuelos, ahora de 32 años, graduada de la Universidad Estatal de California en Fresno, mencionó que los maestros dedicados que trabajaban en el programa, le ayudaron a darse cuenta de que tenía opciones educativas y profesionales que no había considerado antes. Consciente de su acento español, Bañuelos no había pensado asistir a la universidad y había planeado obtener cualquier trabajo posible cuando terminara la preparatoria. Los maestros del programa le ayudaron a darse cuenta de que no había nada inapropiado con su acento español, mencionó. “El inglés no era mi primer idioma”, dijo, así que sólo tenía que trabajar con él y asegurarme de que me entendieran. Es lo que soy”. En la actualidad madre de tres hijos, Bañuelos es encargada de un programa de después de escuela y planea regresar a la universidad en enero para obtener ya sea una credencial de maestra o una carrera de enfermería. Su mamá Rosa Bañuelos, mencionó – el programa “cambio nuestras vidas”. Ahora que sus hijas crecieron, Bañuelos es voluntaria en el Programa de Educación Migrante. “Aprendí a ser un padre líder, aprendí a escribir”, dijo. “Mi esposo y yo aprendimos que la educación de nuestros hijos, es un asunto de familia – que se necesita toda la familia”.

Trabajo “gratificante” El Programa de Educación Migrante es impartido por maestros con credencial, como la maestra de kinder León, quien enseña en la Escuela Primaria Avenida Humphreys en el este de Los Ángeles en días de instrucción regulares durante el año escolar y con el programa en la Escuela Primaria Harmony en el sur de L. A. durante el verano y los sábados. “Requiere mucho trabajo, pero es muy gratificante”, dijo León. Los estudiantes vienen por que quieren venir y los padres están muy agradecidos por esta oportunidad”.

Los estudiantes de kinder del Programa de Educación Migrante en Los Ángeles, estudian la vida marina y escriben ensayos acerca de lo aprendido. Crédito: LAUSD Programa de Educación Migrante

Se les da a los estudiantes una calificación de 1 a 4 al inicio del semestre y se desarrolla un plan individual por cada uno basado en esa calificación. Se examina nuevamente a los estudiantes al final del semestre. Se les entrega a los maestros regulares la información recaudada, un examen escrito de los estudiantes y muestras de su trabajo. “Muchos de los estudiantes aumentan un punto, e incluso algunos aumentan hasta dos puntos”, mencionó León. “Incluso si tienen la misma calificación, puedo ver el crecimiento, especialmente en kínder, en la manera como los niños se expresan”. Esto incluye su habilidad para hablar en oraciones completas en inglés, extender su vocabulario y crear proyectos de arte más sofisticados. La información en los exámenes escritos por 157 estudiantes de los tres planteles en la primavera del 2013, muestran que más del 60 por ciento de los estudiantes mejoró por lo menos por un punto en su examen de escritura, con casi un cuarto de estudiantes que aumentaron dos puntos. Con la introducción de los Estándares Comunes Estatales, el Programa de Educación Migrante se está enfocando más en el pensamiento y la escritura críticos. El verano pasado, los estudiantes de kínder de la maestra León, investigaron sobre las amenazas de la vida marina y se les pidió que escribieran una opinión acerca de la importancia de preservar los hábitats del océano. Sin embargo, quizás el mayor beneficio del programa, de acuerdo con los graduados, es el estímulo que se le da a la confianza en sí mismos. Mariana Alonzo, 18, la hija de un recolector de naranja, estudiante de ingeniería civil en la Universidad de California, Davis, participó en el Programa Migrante. Mariana

recuerda su viaje a Washington, D. C., ofrecido a los estudiantes de secundaria a través del Programa de Educación Migrante. Nunca se había aventurado fuera de California. “Por ese viaje, fui capaz de salir de mi zona de comodidad”, dijo. “Fue una semana sin mis padres. Fue difícil. Lloré, pero me ayudó a ser más fuerte y me hizo darme cuenta de que tenía que ser independiente algún día. .