Buen maridaje de saber y destreza Juventud, divino tesoro

de destreza física. El desafío que deben enfrentar los dúos que compiten consiste en que uno de ellos conteste preguntas de cultura general y, si lo hace co-.
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espectáculos

| Jueves 19 de Junio de 2014

Dave Franco y Zac Efron, dos universitarios que enloquecen a la familia vecina

uip

cine

Juventud, divino tesoro buenos vecinos ( neighbors, estados unidos/2014). ★★★★ muy buena. dirección: Nicholas Stoller. guion: Andrew J. Cohen, Brendan O’Brien. fotografía: Brandon Trost. edición: Zene Baker. música: Michael Andrews. elenco: Seth Rogen, Zac Efron, Rose Byrne, Dave Franco, Ike Barinholtz, Christopher

Mintz-Plasse, Halston Sage, Lisa Kudrow. distribuidora: UIP. duración: 97 minutos. calificación: Apta para mayores de 16 años con reservas.

U

no de los más sólidos directores de comedia del momento, Nicholas Stoller, ha logrado el gran éxito de su carrera con Buenos vecinos. Una recaudación de 130 millones de dólares solamente en los Estados Unidos, con un presupuesto de sólo 18 millones puede cambiar una carrera para siempre (Stoller venía, además, de un fracaso con la muy buena The

Five-Year Engagement, no estrenada en la Argentina). Forgetting Sarah Marshall y Get Him to the Greek son otras de sus comedias también recomendables. Ninguna de esas tres tenía un esquema argumental muy transitado. Con Buenos vecinos, Stoller apeló a la fórmula de los vecinos en conflicto, ya usada muchas veces en Hollywood (Los vecinos, con John Belushi y Dan Aykroyd por ejemplo).

La película trata de una pareja con una bebe y de los que llegan a la casa de al lado, una fraternidad universitaria en plan fiesta sobre fiesta. La pareja está integrada por el canadiense Seth Rogen (uno de los mejores comediantes de la actualidad) y la excelsa australiana Rose Byrne (de Damas en guerra); los vecinos están comandados por Zac Efron. Si Rogen es una fuente abundante de comicidad, aquí Efron demuestra que bien marcado puede ser muy efectivo. Contar detalles argumentales no tiene sentido –ya demasiado adelanta el trailer– pero la descripción del humor de esta película debería hacer notar que hay diálogos cortantes,

veloces; chistes sobre y desde los modos de hablar (en eso brillan Rogen y Byrne); humor físico con efecto sorpresa perfecto; crudeza en los chistes sexuales; salvajadas varias en términos de humor con drogas y escatología diversa. Hay chistes, gags, golpes, tácticas y estrategias en un entramado humorístico elaborado, y la película adquiere velocidades diversas: cuando muestra la guerra entre vecinos es pirotécnica, pero fuera de la batalla y las fiestas la película es menos energética. Stoller sabe manejar diferentes compases cómicos, y al desacelerar evidencia por un lado un defecto (el exceso de música que explica la situación, habitual en tantas comedias de Hollywood) y por otro una virtud: su capacidad para contar una segunda historia por debajo de la primera, tan habitual en la tradición clasicista del cine estadounidense. Stoller decide que su film con más apariencia de ser una mera sucesión de chistes no será sólo eso. A esos chistes, que son muchos y no pocos son extraordinarios, Stoller los dispone por encima de una historia sobre el paso de los años, sobre la expectativas sobre el futuro y, sobre todo, sobre diversos límites y posibilidades. Esa es la magia de una película como Buenos vecinos: diversión salvaje y escatológica con humor adolescente en medio de una mirada que siempre se sabe adulta. De esa combinación nace una película en la que la risa fuerte y la diversión bestial no dejan de lado la lucidez, incluso cierta amargura. Los grandes cómicos siempre tienen zonas oscuras. La película propone una excursión a algunas de las idiosincrasias más polémicas del sueño americano (el suburbio como encierro doméstico y barrial y la fraternidad como encierro en la adolescencia eterna), las hace chiste y desde el chiste presenta no una sino dos pinturas generacionales, las definidas por los Batman de Michael Keaton y Christian Bale.ß Javier Porta Fouz

Leunis, cómodo en su nuevo rol

Telefé

televisión

Buen maridaje de saber y destreza el escape perfecto. ★★★★ muy bueno. conducción: Leandro Leunis (“el Chino”). ayudante: Ivana Nadal. producción ejecutiva: Federico Leucino y Juan Parodi. dirección: Eugenio Gorkin. horario: miércoles, a las 21. canal: Telefé.

E

l formato de este programa reúne de una manera muy ingeniosa las modalidades de los ciclos de entretenimientos basados en la erudición de los participantes y aquellos que se sustentan en las pruebas de destreza física. El desafío que deben enfrentar los dúos que compiten consiste en que uno de ellos conteste preguntas de cultura general y, si lo hace correctamente, gana la posibilidad de que el otro miembro ingrese –durante períodos de tiempo que van aumentando de a diez segundos cada vez– a una parte del estudio repleta de premios. El participante que ingresa a ese lugar debe calcular mentalmente el tiempo que lleva adentro, recolectar la mayor cantidad de artículos que pueda y lograr salir antes de que se cierren las puertas de acceso. Lo que debe recolectar no es siempre lo mismo, ni cualquier cosa: las consignas van variando con el transcurso del juego, haciéndose más complejas y dificultosas, a medida que la pareja avanza en su camino hacia los premios mayores. En algunas oportunidades, deben recoger elementos determinados –ositos de peluche, por ejemplo– y llevarlos a

15,4 puntos de rating

consiguió de promedio en su segunda emisión, el miércoles 11. En el debut había promediado 15 puntos de rating.

una balanza hasta superar un peso determinado que les posibilitará acceder a un nivel superior de competencia. Otras veces pueden recolectar directamente los artículos que se llevarán de premio u otros que luego pueden canjear por lo que desean. Un primer elemento de suspenso lo da el hecho de que hasta después de la quinta pregunta –o sea: la posibilidad de ingresar al estudio durante 50 segundos– la dupla concursante no puede decidir retirarse con los premios acumulados hasta ese momento: si contesta mal una pregunta, pierde todo. Más adelante se abren otras posibilidades de arriesgar lo acumulado. La variedad de los juegos propuestos, en la que se encuentran, entre otras posibilidades, pruebas con jueguitos electrónicos, vuelve muy atractivo el programa. Lo mismo el diseño del ámbito en que se desarrollan las competencias, muy funcional a las necesidades del certamen y a la vez visualmente agradable. La labor del conductor, Chino Leunis, y su ayudante resultan correctas. Ambos consiguen enseguida relacionarse en diferentes planos de complicidad con los participantes, lo cual genera situaciones humorísticas que aportan simpatía a las emisiones. Las rondas de preguntas generan ese interés particular que provoca en el público este recurso desde que se inventó. Por su lado, los desafíos de destreza física generan la cuota necesaria de suspenso y adrenalina que va creciendo a medida que avanza la participación de los concursantes en el programa. Sin duda un maridaje acertado.ß Ricardo Marín