Brasil apuesta al valor agregado de conservar

integrada por las ONG Aves Ar- gentinas, Guyra Paraguay, Save. Brasil y Aves Uruguay, con la par- ticipación de la Fundación Vida. Silvestre Argentina (FVSA).
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Campo

Página 10/Sección 5/LA NACION

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Sábado 1º de diciembre de 2007

( SEMINARIO )

( AGRICULTURA )

El estrés climático es la principal causa de pérdidas en soja

Aumenta en este ciclo la demanda de fertilizantes

En Estados Unidos están desarrollando variedades resistentes a excesos o falta de agua y a las altas y bajas temperaturas

Por Héctor Müller

Por Roberto Seifert De la Redacción de LA NACION Los factores de estrés abiótico, como los excesos o falta de agua y las bajas o altas temperaturas, son las principales causas de las pérdidas en el cultivo de soja. Así lo explicó esta semana el profesor Grover Shannon, de la Universidad de Missouri, Estados Unidos, durante un seminario realizado en el NH City Hotel de Buenos Aires, organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja). Previamente, el presidente de Acsoja, Rodolfo Rossi, al afirmar que la intención de la entidad es aumentar el rendimiento promedio nacional de la oleaginosa, deslizó una visión más abarcativa: “También queremos ver cómo este cultivo promueve más mano de obra y la integración con los demás cultivos del país”. Uno de los capítulos más importantes de la jornada fue el referido a la biotecnología. En ese contexto, Grover Shannon, demostró cómo en su país, a partir de la adversidad, el mejoramiento genético permitió que los cultivos rindan más. “Este ejemplo es aplicable en las zonas centro y norte de la Argentina, donde con técnicas similares, nosotros podríamos avanzar”, comentó luego Rossi a LA NACION. Shannon habló de los avances en la investigación de las semillas resistentes al estrés abiótico (tanto por falta de agua como por excesos hídricos, temperaturas altas o bajas o salinidad) que buscan el aumento de los rendimientos sin expandir las superficies.

“Queremos ver cómo este cultivo también promueve mayor mano de obra”, dijo Rodolfo Rossi, presidente de Asoja “Los factores abióticos causan más pérdidas en el cultivo de la soja que las que ocasionan las enfermedades, las malezas o los insectos”, señaló el investigador estadounidense. Shannon explicó que “en los Estados Unidos, Brasil y la Argentina, donde se produce la mayor parte de soja del mundo, los rastrojos, enfermedades, insectos y pestes están a menudo bajo control; pero las variaciones de rendimiento entre un año y otro en un mismo campo se deben casi siempre al estrés abiótico”. El científico norteamericano adelantó que “hoy hay más optimismo que nunca acerca de que estos problemas puedan resolverse a través de buenos cultivos y la biotecnología”, señaló. Contó que en su país hay equipos multidisciplinarios integrados por cultivadores, fisiólogos y genetistas moleculares que están trabajando juntos para coordinar una investigación para limitar el estrés abiótico en la soja. Aunque el tema no figuraba en la agenda, la falta de la propiedad intelectual en el cultivo de soja en la Argentina fue comentado varias veces durante

el seminario, precisamente como un impedimento para el desarrollo de la investigación en el país de variedades resistentes a estrés. Eduardo Cucagna, del semillero Ferias del Norte, de Salto, Buenos Aires, señaló que el tema de la propiedad intelectual referida a las obtenciones vegetales es un tema que la industria semillera quiere actualizar, sobre todo porque hoy la investigación es cada vez más costosa. “Al no haber una adecuada retribución por la investigación y por el uso de la semilla, se frenan los planes de inversión y se retrasa el lanzamiento de productos al mercado”, dijo Cucagna. Para Rodolfo Rossi, “la propiedad intelectual se impone a la altura de las nuevas visiones, tecnologías y necesidades que tenemos para seguir creando valor en todas las cadenas productivas y poder seguir exportando productos de alta calidad”.

Las fronteras En otro orden, Esteban Hopp, coordinador del Area Estratégica de Biología Molecular, Bioinformática y Genética Avanzada del INTA, se refirió a las fronteras de la biotecnología. “Estamos en la sociedad del conocimiento, que es el elemento clave para agregar valor a los bienes y servicios, incluyendo a aquellos de origen agropecuario”, señaló. Y a propósito, el investigador argentino recordó algunos de los temas en que la biotecnología es importante: “La bioenergía; la calidad nutricional, en el cual se trata de diseñar productos que estén hechos a la medida del genotipo del consumidor, como los alimentos para celíacos, y la demanda del consumidor por una mejor bioseguridad”, fueron algunos de sus ejemplos. De Uruguay participó Daniel Pagliano, del grupo Nidetec, dedicado a la biotecnología, genética y plantaciones. Recordó que 12 años atrás en su etapa de investigador Rodolfo Rossi le había hecho llegar una solicitud para ingresar la primera soja transgénica en su país. “Trabajamos con ahínco y hoy vemos que la soja es el cultivo de mayor expansión en Uruguay”, sostuvo Pagliano. Un tema que no se pudo soslayar fue el de los biocombustibles. Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles explicó que para 2010 se espera en Europa una demanda 11,4 millones de toneladas de biodiésel. “Aquí tenemos una enorme posibilidad de negocios, dado que el Viejo Continente no está en condiciones de abastecer ese volumen. Y menos cuando fijamos las metas para 2020 cuando la demanda va a ascender a más de 25 millones de toneladas”, explicó. “De hecho –agregó–, son pocos los países en el comercio internacional que tienen excedentes exportables de magnitud para poder atender volúmenes como éstos.” Concluyó Molina que la industria argentina, la de Malasia, Indonesia, los Estados Unidos y Brasil “seguramente van a ser los grandes jugadores del comercio internacional de biodiésel”.

De la Redacción de LA NACION

El campo del productor Fernando Adauto de Souza FOTOS DE ANIBAL PARERA Y JUAN MARIA RAGGIO

Brasil apuesta al valor agregado de conservar Una cooperativa ganadera de Rio Grande do Sul aprovecha las ventajas de los pastizales nativos para producir carne de alta calidad Por Mercedes Colombres Enviada especial BAGE, Rio Grande do Sul.– Respeto por la tierra, cuidado de las tradiciones gaúchas, rentabilidad. Tres conceptos que no están asociados naturalmente, pero que, a fuerza de perseverancia, la cooperativa Apropampa, de Bagé (Rio Grande do Sul, Brasil), logró unificar en una iniciativa denominada Carne do Pampa Gaúcho da Campanha Meridional. Ni Apropampa ni Pampa Gaúcho nacieron con fines conservacionistas ni económicos. Fueron pensadas con la meta de conservar la tradición de los gaúchos del avance de la agricultura. “Apropampa es una asociación que busca promover la carne y el cuero producidos en la región, bajo nuestra indicación de procedencia”, explicaron en Apropampa. En el camino, los productores se encontraron con científicos de Alianzas del Pastizal, una iniciativa impulsada por la federación Bird Life International e integrada por las ONG Aves Argentinas, Guyra Paraguay, Save Brasil y Aves Uruguay, con la participación de la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA). “Les ofrecimos agregar a su producto el concepto de que esta producción favorece el cuidado del pastizal nativo y sus especies”, explicó Aníbal Parera, director de la FVSA, durante el Encuentro de Ganaderos de Pastizales Naturales de las Pampas del Cono Sur, realizado en conjunto por Apropampa y Alianzas del Pastizal. Según los participantes de la iniciativa, la rentabilidad, aunque no fue el objetivo principal, fue tomada en cuenta y fue favorecida por el logro de la identificación de origen de la carne producida en la zona, lo que permite a los productores colocar mejor su producto. “El consumidor del Primer Mundo cada vez valora más el producto que, además de ser bueno, respeta valores éticos, conserva la cultura y el medio ambiente. En eso esta carne tiene una oportunidad”, destacó Alessandra Loureiro de Souza, técnica de Embrapa (el INTA de Brasil). Los productores de Pampa Gaúcho fueron los primeros en América en recibir la indicación geográfica de procedencia, en diciembre de 2006. “Para obtener el sello, 21 productores se sometieron a un proceso de certificación que duró dos años y medio”, explicó Ricardo Weiler, presidente de Apropampa.

Panorama alentador

Adauto (adelante) explica los detalles del manejo

El sello fue definido sobre varios pilares: la larga historia en producción de vacunos que ostenta la región, el mejoramiento constante de las razas locales, la moderna industria local, el cuidado de la sanidad y el aprovechamiento sustentable del pastizal. Otras características exigidas para poder ser parte del grupo son que la carne tenga trazabilidad desde el nacimiento de los animales, que el rebaño haya sido alimentado con pastos naturales y que las razas de origen de las carnes sean sólo Angus, Hereford o cruzas de éstas. Actualmente, hay 1.293.500 hectáreas certificadas como productoras de carne de Pampa Gaúcho. La faena de los animales está a cargo de Frigorífico Mercosur y la comercialización es a través de grandes cadenas. A través del sistema de indicación de origen, ingresando en www.carnedopampag aucho.com.br, el consumidor puede ingresar el código del pack del corte comprado y saber todos los detalles de la cría del vacuno.

Estrategias El modelo de ganadería con pastizal natural respeta a rajatabla varias premisas. La más importante, según los técnicos, es dividir los lotes de manera de hacer un uso controlado de los mismos. “Se divide el campo en potreros teniendo en cuenta las comunidades vegetales naturales, es decir, de acuerdo con las características y épocas de crecimiento de las principales especies de valor forrajero”, explicó Fernando Miñarro, coordinador del programa Pastizales de la FVSA. “Luego se adecua la carga y los períodos de tiempo que los animales permanecen en cada potrero”, agregó.

“Otras estrategias a tener en cuenta son hacer diferimentos y suplementar estratégicamente con minerales”, explicó Carlos Nabinger, de Apropampa. “También, dentro de este modelo, es posible mejorar hasta un 20% del campo con pasturas implantadas en intersiembra, para tener una reserva extra en el invierno”, agregó. Los resultados exhibidos por Nabinger son contundentes. Sólo ajustando la carga, se pasa de ganar 70 kg por ha por año a 230 kg/ha/año. Si se agrega fósforo y nitrógeno en el pastizal, se ganan hasta 400 y 700 kg/ha/año, respectivamente. Y si se complementa todo eso con la implantación de especies de invierno, la ganancia llega a 1000 kg/ha/año. “Así se termina un novillo en dos años y medio. No es un milagro, es manejo”, dijo Nabinger. Otro que exhibió resultados fue Fernando Adauto de Souza, uno de los inspiradores de Apropampa. “Usamos el pastoreo continuo con diferimentos periódicos. El mejoramiento de las nativas es realizado con fertilización e introducción de un 20% de raigrás y sólo sembrada entre las nativas”, explicó Adauto, que hace diferimentos con una doble función: los de fin de primavera sirven para permitir la germinación del raigrás y otras nativas y garantizan una reserva de pasto para el verano, y los de verano permiten la semillazón de nativas, reservando pastos para otoño. “Con este modelo se beneficia la fauna, en especial las aves amenazadas que procrean en estos pastizales, como el tordo amarillo”, finalizó el productor, que tiene una ganancia de 200 kg/ha/año y un índice de parición del 95%.

Un modelo para el Mercosur Grover Shannon, de la Universidad de Missouri GENTILEZA RICARDO CEPPI

BAGE, Rio Grande do Sul (De una enviada especial).– Lograr un modelo en el que producción, rentabilidad y conservación van de la mano es el objetivo que se impusieron los productores y las entidades reunidas en Bagé, entre las que se encuentran, en representación de la Argentina, las ONG Aves Argentinas, Fundación Vida Silvestre Argentina y la Fundación Reserva del Iberá, además de la Sociedad Rural de General Lavalle y varios productores de las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Chaco. El objetivo final, lanzado casi al cierre del encuentro, es lograr un sello regional con un protocolo de prácticas de manejo propio, objetivo para el que se conformó un grupo de expertos de todos los países que

El consumo de fertilizantes aumentará este año un 20% respecto de 2006. Así lo estimó Enzo G. Cástino gerente ejecutivo de Fertilizar al ser consultado sobre el mercado de nutrientes. Es que para el especialista, crece la conciencia por parte del productor sobre la importancia de la fertilización y la relación de precios del insumo ha sido buena, por lo menos, hasta la aplicación a la siembra de los granos gruesos. “Lo que tenemos oficialmente, por ahora, es hasta el tercer trimestre. Hasta septiembre el mercado nos está dando unas 2.200.000 toneladas de consumo de fertilizantes”, agregó Cástino. El total de 2006 fue de 3.110.000 toneladas y si a esto se le agrega lo que fue para industria, se llega a 3.240.000 toneladas. Por lo tanto, parecería superior a la de este año, pero Cástino destaca que, por el momento, estamos hablando hasta el tercer trimestre de 2007, que, como se dijo, arroja 2.200.000 toneladas y el total de 2006 fue de 3.110.000, “pero nosotros esperamos que este año esa cifra se va a superar, porque normalmente en el cuarto trimestre se demanda alrededor del 35 al 40% de todo el consumo anual”, sostuvo Cástino. Entonces, si se le agregan a lo que se consumió hasta el tercer trimestre de 2007, las cifras del cuarto trimestre de 2006, ya se llega a las 3.400.000 toneladas, “pero barajamos más, estamos esperando cifras cercanas a las 3.500.000 toneladas, para arriba. Es un poco la percepción que se tiene dentro de la industria”, dijo el dirigente de Fertilizar.

se ocuparán de concretar la iniciativa del “sello Mercosur”. Los expertos argentinos reunidos en Bagé dijeron que los campos de la bahía de Samborombón son una excelente oportunidad para traspolar el modelo brasileño. “Nos encantaría tener el modelo este en la Argentina, con ayuda del Estado. En algún momento se intentó, con el proyecto Terneros Pampa del Salado, pero la iniciativa fracasó”, dijeron Daniel Borsani y Marcelo Goicoechea, ganaderos de General Lavalle presentes en Bagé. Para los dos productores, en el nivel local, las dos limitantes para difundir el modelo respetando el pastizal son “conseguir la integración de los productores y hacerles ver que los beneficios de esto son a largo plazo”.

Por otro lado, en el nivel regional, para Borsani y Goicoechea una dificultad puede ser la limitación que tienen los de Apropampa de producir sólo con razas británicas. “Sin lugar a dudas, en la bahía de Samborombón tenemos muy buenas condiciones para hacer ganadería sobre pastizales naturales y obtener tan buenos resultados como los de Brasil, conservando al mismo tiempo especies amenazadas, como el venado de las pampas”, coincidieron ambos. Para el correntino Enrique Lacour, otro de los productores invitados, el problema más grande puede llegar a ser el trabajo integrado. “Nuestros campos están muy bien manejados individualmente, pero puede costar trabajar en equipo”, reflexionó.

La entidad observa que hasta el tercer trimestre, la demanda en nitrogenados fue de 1.000.000 de toneladas; en fosfatados, 920.000 toneladas; azufrados unas 150.000 toneladas; potásicos, cerca de 38.000 toneladas, “un panorama bastante alentador si se tiene en cuenta los problemas que hubo de abastecimiento”, sostuvo Cástino. Entre los cultivos más fertilizados se destaca en primer lugar el trigo, donde la reposición alcanza casi al 90%, porcentaje que es considerado muy bueno; se aplica alrededor de 600.000 toneladas de productos nitrogenados y 370.000 toneladas de fosfatados. Le sigue el maíz y Fertilizar destaca que el productor se ha volcado en forma muy significativa a la nutrición de la soja, “es impresionante como la gente está cada vez más consciente de esta práctica, si bien sigue siendo el cultivo que menos se fertiliza”, agregó. Se observa, con cifras de la última campaña, que todavía Cástino el productor fer- ■ “Crecería el tiliza la soja de consumo un 20%” primera, pero no la de segunda. Hay solamente un 40% de productores que aplican nutrientes a las dos (la de primera y la de segunda) y se utilizan normalmente productos. fosfatados. Un dato interesante es que la importación de urea este año va a rondar las 550.000 toneladas. Es decir, unas 200.000-250.000 por encima del cupo libre aduanero que se había establecido hace dos o tres meses. “Obviamente, esa importación es a precios más altos, pero implica que a pesar de los precios más elevados, la relación de granos costo-insumo siguió siendo favorable, no sabemos hasta cuando, porque estamos viendo que a nivel internacional el insumo está cada vez más caro, pero la situación hasta hace uno o dos meses, señala que la demanda fue fuerte”, agregó.

Relaciones Por ejemplo, en trigo, el año pasado se necesitaban 31 quintales por tonelada de urea y ahora se requieren 21 quintales por tonelada. No es igual para el maíz, pero la relación todavía sigue siendo la adecuada para que se fertilice. Cástino señaló algunas relaciones: si se transforma en valor fertilizante la totalidad de los nutrientes extraídos, se ve que en maíz se extraen alrededor de 570 millones de dólares y se reponen unos 190-200 millones. En trigo la relación es más favorable, se extraen unos 400 millones y se reponen unos 370 millones; donde hay todavía un diferencial grande es en la soja donde se extraen, incluido el nitrógeno, unos US$ 1500 millones y se reponen solamente unos 300 millones. “Lo que no debemos hacer es echarle la culpa a la soja, tenemos que hacer bien las cosas nosotros”, agregó. “La relación entre la extracción y la reposición tiene todavía un balance negativo, tenemos que seguir trabajando, sobre todo en soja”, finalizó Cástino.