Martes 19 de enero de 2010
Página 8/Sección 5/LA NACION
| PUERTO DE BUENOS AIRES |
FOTOS DE SONIA SUAREZ
Avanzan las obras de Ivetra en el predio Aún con cierta demora en los tiempos, la zona entregada al Instituto Verificador del Transporte demuestra progresos
“No tenemos más problemas con los operadores”
Por Emiliano Galli De la Redacción de LA NACION
El edificio que tendrá un restaurante, quiosco, baños y duchas para los choferes, lo más avanzado
Un empleado de Ivetra verifica los certificados entregados por el camionero, en el ingreso provisorio del predio
debería volcar a obras como ésta. Creen que el importe es alto. Por otra parte, las terminales –aún con interés propio en el proyecto, por el que desembolsaron inversiones millonarias– pretenden ver “desaparecer” las colas de camiones que se generan en la Av. Castillo y en los accesos a sus gates, al tiempo que descomprimirán sus playas para llevar los con-
tenedores vacíos a otra parte. Aun sin haberse planificado de esa manera, las brutales caídas en la operación portuaria debido a la crisis transformó en inmejorable la época para avanzar con esta obra. Las navieras, por otra parte, celebrarán cualquier obra que mejore la eficiencia en el puerto, es decir, en sus accesos terrestres, aunque pun-
tualmente esta obra no los mejore directamente, reportará un “aire” de forma indirecta. Rodolfo Ibarra, gerente general de Ivetra, recorrió con LA NACION las incipientes obras. Mucha imaginación hay que tener para ver en ese espacio de matorrales lo que la maqueta presenta en pequeña escala. Pero ya se pueden constatar, con losas y azulejos, los avances en el “edificio” que prestará servicios de comida y aseo a los choferes. Es la única construcción civil que se erigió. Ni las oficinas de Ivetra tienen sus cimientos: operan en dos contenedores adaptados, con computadores y handhelds en los que van armando las bases de datos técnicas de los camiones y previsionales de los choferes. “Cuando empezamos los controles, desapareció el 10% de los camiones viejos que circulaban en el puerto”, destaca Ibarra. No podían cumplir con alguna de las 15 variables de seguridad que exigen: la verificación técnica, el seguro, la licencia nacional habilitante, la licencia municipal, el RUTA, o contar con matafuegos, la calcomanía de velocidad máxima o el parabrisas en condiciones. “Nuestra ambición es poder funcionar ya en abril con las 4,5 hectáreas para estacionamiento de camiones”, recordó Ibarra. “Queremos sacar al camión de la calle”, añadió, tras agregar: “Le das a un chofer un equipo que con carga y todo vale US$ 300.000 y lo tenés tirado, sin un baño siquiera. Les sirve a las terminales este pulmón, a la ciudad e incluso a los empresarios del transporte, porque acá habrá seguridad, iluminación, duchas... No tenían nada”. Unos 400 camiones podrán esperar en el estacionamiento. Y los choferes van por más: piden un quincho, a la vera de una arboleda, para esperar, más relajados todavía.
CON LAS CARGAS
En un relleno ganado al río por parte de la Administración General de Puertos (AGP), en dársena F, detrás de Central Puerto, comenzaron hace algunos meses las obras que, según Ivetra (el Instituto Verificador del Transporte), el concesionario del predio, promete cambiarle la cara al tránsito de camiones que acceden al puerto. El ingreso no es el mejor. Los camiones que van a “verificar” comparten el acceso con los que van a la terminal 5 y hasta con los taxis que llevan turistas a la terminal de cruceros anexa. El espíritu del proyecto: ordenar el tráfico de camiones en la zona portuaria; optimizar el movimiento de vacíos; brindarles estacionamiento a los camiones y servicios a sus choferes; agilizar en el movimiento general, y centralizar los trámites para despachantes. Pero Ivetra tiene que remontar un traspié: la fallida comunicación del proyecto. O la no comunicación de éste. Ya en abril de 2009, este suplemento daba cuenta del proyecto que vinculaba a la Federación de Camioneros con Terminales Río de la Plata y Bactssa (concesionarias de las terminales 1 a 3 y 5 de Puerto Nuevo, respectivamente) en la administración de casi 16 hectáreas dadas bajo el régimen de permiso de uso, por diez años, bajo la condición de realizar inversiones que den lugar a un espacio logístico para el estacionamiento de camiones y el almacenamiento de contenedores vacíos. Pero, entonces, no hubo ningún tipo de comunicación (explicación) formal de qué es lo que se pretendía con esta obra. Y los dadores de carga y los despachantes se toparon de golpe, sin ningún tipo de resolución oficial hasta el momento, con que tenían que comprar un certificado de habilitación (no para la carga, sino para el camión que ingresara en el puerto) de US$ 14 más IVA. Las protestas no se hicieron esperar y las cartas pidiendo explicaciones se multiplicaron. Los directivos de Ivetra esperan ahora que la comunidad del comercio exterior pueda apreciar los beneficios que derivarán (en tiempos y seguridad operativos) de esta obra. Pero los importadores y exportadores no logran comprender por qué, de forma privada, se avanza con algo que reconocen positivo en el fondo, cuando abonan sistemáticamente tasas a las cargas que, en rigor, la AGP
“En octubre se conciliará el resto del terreno. Todo el proyecto demandará cuatro años”, explicó Ibarra. –¿Y cómo está el tema del cobro y de los controles? –Se están realizando en APC, donde los importadores, exportadores o despachantes adquieren el certificado que se presenta en las terminales o acá [en las oficinas provisorias de Ivetra]. –¿Qué conclusión hacen, o análisis, con los datos que tienen? –Ya tenemos relevadas más de 600 empresas que prestan servicios en el puerto y 3000 unidades relevadas. Ahora, vamos a empezar a respaldar documentalmente, guardando copias. En la segunda fase, cuando habilitemos los gates de Ivetra, la idea es que funcione un canal verde para todos los que aprobaron el ingreso en esta etapa. Es decir, buscar sólo lo que se venció en los documentos. Ivetra desarrolló un software propio mediante el cual ingresa la patente del tractor y acoplado, y le “salta” toda la información del vehículo y del conductor. –¿Están cruzadas las bases que arman con las oficiales, como de AFIP, por ejemplo? –No, no están cruzadas. –¿Y cómo saben si la empresa está en regla con los aportes? –Con la presentación que hace la empresa del formulario 931, y la otra, que es la de autónomo, porque hay mucho chofer independiente. –¿Cómo está la relación con los despachantes y operadores? –Diría que no tenemos ningún problema más. –En su momento, protestaron... –Es una opinión personal, pero toda modificación de statu quo lleva a reacciones. Este es un proyecto muy grande y es indudable que, en algún momento, todos verán el beneficio. Pero estamos de acuerdo que una cosa era decirlo, otra empezarlo, y otra empezar a verlo. El primero que lo percibe hoy es el camionero. El transportista ya empezó a completar equipo y mejorar papeles. La actitud inmediatamente es otra. –Se dijo también que los US$ 14 eran para financiar las obras y recuperar la inversión en diez años. ¿Es así? ¿No es alto el monto? –No tengo idea. Este es un proyecto que, en principio, rondaba los 20 millones de dólares. ¿Cuánto mueve el puerto de Buenos Aires? Nadie lo sabe. ¿Y cuánto se invierte de todo eso en la infraestructura de la logística? Cero. Cuando esto funcione, ninguno podrá decir que la tasa es cara.