Aunque no vota, la colectividad en la Argentina sigue el tema con ...

18 sept. 2014 - plomada en baile escocés, su gran conocimiento y su firme defensa de las tradiciones de sus ancestros no son un obstáculo para apoyar el no ...
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el mundo | 3

| Jueves 18 de septiembre de 2014

el referéndum separatista | la relación con el país

Aunque no vota, la colectividad en la Argentina sigue el tema con pasión Fuera del mundo anglosajón, es el país donde hay mayor cantidad de descendientes de escoceses; todavía permanecen unidos por sus tradiciones Rubén Guillemí LA nACIOn

“Yo creo que la comunidad, en la Argentina y en Escocia también, está muy dividida según la edad. Mi padre, de 81 años, es un decidido partidario del no a la independencia. Cuando yo tenía 20 años hubiera apoyado el sí. Ahora, a los 38, me vuelco más por el no. Uno se hace más pragmático y no creo que a Escocia le vaya a ir mejor como país independiente”, dice el economista argentino-escocés Malcolm Gibson. Los escoceses y sus descendientes

La consulta divide a los argentinos en Escocia Todos coinciden en que en la calle se respira nerviosismo El referéndum por la independencia que se celebra hoy también divide a los argentinos que viven en Escocia. Pese a ser una pequeña comunidad, también entre ellos hay argumentos dispares a favor del sí o el no. Pero en lo que todos coinciden es en que los nervios se apoderaron del país. Mary Kemp Clarke, de 56 años, es una firme defensora de la independencia. De madre argentina y padre escocés, hace 36 años que vive en Escocia y hoy votará por el sí. “Es hora de establecer una democracia representativa de los valores escoceses. Somos una nación que puede y sabe tomar decisiones por sí misma, para el bien de Escocia y de acuerdo con nuestra historia, cultura, geografía y los valores de la gente escocesa. Hace años que Escocia vota de manera diferente de la mayoría del Reino Unido, pero nos ligamos gobiernos en Westminster que no elegimos”, explicó Clarke a la nacion. Clarke (“Merita” para sus amigos), que se crió en el país hasta los 20 años, cuando decidió irse a estudiar arqueología prehistórica a la Universidad de Glasgow, aún considera que Buenos Aires es su hogar. “Hasta hace unas semanas el debate, las discusiones y las charlas sobre el referéndum se llevaban a cabo dentro de un marco bastante amigable y respetuoso”, dijo. El quiebre se produjo cuando el sí empezó a crecer en las encuestas. Para Marcos Roca, un abogado de 26 años que llegó hace un mes a Edimburgo para hacer una maestría en criminología, en las calles se respira “algo de tensión y mucha ansiedad”. “«Quiero que se termine de una vez», es una frase bastante común, sobre todo porque muchos ya están cansados de los militantes que tocan las puertas de las casas para convencerte de votar de una u otra forma”, contó desde Edimburgo. Roca dijo que aún no tiene una opinión definitiva sobre el tema del referéndum. “noto muy buenos argumentos en ambos bandos, aunque el sí tiene mucha mayor presencia en las calles y en los medios de comunicación y su campaña es mucho más alegre. El no se limita a meter miedo sobre el futuro sin destacar lo buena que resultó –y resulta– la Unión para Escocia”, sostuvo. En el grupo de Facebook Argentinos en Escocia la división es palpable. La semana pasada hubo un acalorado debate en el sitio. Mientras algunos miembros destacaban que el objetivo de la campaña del no es atemorizar a la población y sostenían que “Escocia puede y debe manejar su propio país”, Mariana Yarnold, una argentina que vive en Aberdeen, dijo que la independencia le traería consecuencias nefastas a Escocia. “A nivel corporativo, muchas empresas están planeando, en silencio, su salida de una Escocia independiente, que además puede empezar ya a despedirse de todos los contratos de construcción de barcos militares en Clyde y Rosyth. O sea, de la fuente de ingresos más importante de probablemente la zona más poblada de Escocia”, sostuvo Yarnold.ß

en la Argentina, unas 100.000 personas, forman la comunidad más numerosa en el exterior fuera del mundo anglosajón. Llegaron al país en tiempos de la colonia y a lo largo de la historia muchos de sus descendientes ocuparon cargos destacados, como los presidentes Juan Perón, Marcelo Levingston y Raúl Alfonsín, hasta la primera médica, Cecilia Grierson, o el “padre del fútbol argentino”, Alexander Watson Hutton. Sus principales puntos de encuentro son hoy el Colegio San Andrés y la Iglesia Presbiteriana. Pero desde el Día del Tartán en Buenos Aires (la

famosa tela escocesa) hasta la celebración de San Andrés, los 30 de noviembre, con mucho haggis (comida a base de cordero) y whisky, y música de gaitas, todo sirve para seguir reuniendo periódicamente a la comunidad, que aunque no vota sigue el tema con pasión. Gibson, uno de los gaiteros de la banda local, es un asiduo concurrente de estos encuentros. “Cuando nació mi hija, le compré un librito de cuentos escrito en gaélico escocés, idioma que hablo. Pero después terminé enseñándole inglés. Eso muestra también mi evolución ideológica

respecto de lo que siento en cuanto al independentismo”, dice Gibson. El único profesor de idioma gaélico escocés en la Argentina, Guillermo Santana Mackinlay, que trabaja en el Instituto de Tecnología Agropecuaria, tiene una visión algo más favorable al sí. “Es un tema complejo, pero creo que los escoceses tienen una identidad y recursos propios como para encarar un proyecto de país independiente”, dice Mackinlay, que también es gaitero y dirige un coro que canta temas en el idioma originario de las Tierras Altas de Escocia. Otro descendiente, Eduardo Moir

Macrae, guía turístico y fundador del Día del Tartán en Buenos Aires, apoya decididamente el sí y no les teme a las advertencias británicas. “Los políticos británicos dicen que las empresas se van a ir de Escocia si se logra la independencia, pero creo que son sólo presiones políticas. Escocia tiene una identidad nacional muy clara”, señala Moir Macrae. Para Pamela Dickin, de la St. Andrew’ Society of the River Plate, diplomada en baile escocés, su gran conocimiento y su firme defensa de las tradiciones de sus ancestros no son un obstáculo para apoyar el no. “Como dice la campaña de los unionistas, yo creo que es better together. Mejor que estemos juntos en Gran Bretaña”, afirma Dickin. Pero en la Argentina, como en Escocia, el disenso es siempre muy civilizado, y los partidarios del sí y del no pueden olvidar todas sus diferencias en torno de una mesa con haggis, siempre bien regado con whisky, que, según la tradición, se toma en copa de licor y sin hielo.ß

Larga tradición en el país

100.000

Escoceses y descendientes La comunidad de inmigrantes en la Argentina es la mayor fuera del mundo anglosajón

1825

Llegan primeros colonos Ese año llegan 220 escoceses en la goleta Symmetry que se radican en Monte Grande, Buenos Aires, formando una colonia agrícola con los hermanos Parish Robertson

1838

Primera escuela escocesa Se funda en Buenos Aires la Saint Andrew’s School