Cultura
Jueves 16 de agosto de 2007
Una exhibición polémica
Asombro e interés en la muestra de los cadáveres
El público reaccionó muy bien y considera que es pedagógica Por Loreley Gaffoglio De la Redacción de LA NACION En su primer día abierta al público, Bodies. The exhibition, donde se muestran 20 cadáveres humanos y más de 200 órganos, asombró a los más de 1500 visitantes que hasta las 19.30 se acercaron al segundo piso del shopping Abasto. En medio de un respetuoso silencio y con una mezcla de curiosidad, asombro y fascinación, el público recorrió la muestra, que costó más de un millón de dólares, con indisimulable interés. La gente se agolpaba en el sinfín de vitrinas que exhibían tanto huesos como órganos (cerebros con hemorragias, hígados cirróticos, corazones “heridos” por varios infartos, pulmones con enfisema o acumulaciones de alquitrán, aparatos digestivos, úteros con embarazos ectópicos) y hasta fetos de 7 a 20 semanas. Estos últimos, dispuestos en diversos contenedores de vidrio que dan cuenta de la evolución en la gestación, constituyeron uno de los puntos más altos de la exhibición, visitada ayer por mayoría de personas vinculadas al ámbito de la salud. Decenas de testimonios recogidos por LA NACION encomiaron la exhibición y destacaron, por sobre cualquier otro argumento, “el gran valor didáctico y pedagógico” de animarse a exhibir el interior del cuerpo humano tal cual es. Subrayaron, además, “lo novedoso que es mostrar por primera vez en el país la técnica del polímero en materia de disección”. Y, tras concluir la muestra, desecharon cualquier resabio de polémica por la exposición de cadáveres. Alejandro Ramos, un arquitecto que recorrió la muestra con su hijo de 11 años, la juzgó como “algo científico y didáctico de excelente nivel” y observó que tanto estudiantes de medicina como todos los fumadores no deberían dejar de verla. “Me voy con la idea de que hay que cuidar mucho más el cuerpo y hacer a un lado los excesos”, contó a LA NACION. A su lado, Alejandro Jr., su hijo, confiaba: “Me impresionó todo lo que tenemos adentro, cómo está conectado todo y,
GUSTAVO SEIGUER
Gran interés en la muestra de cadáveres humanos, en el Abasto
encima, no tenemos idea sobre cómo funciona”. El interés del funcionamiento anatómico fue la excusa de Mariano Lima, un estudiante de escultura del Consudec. “Me sirvió muchísimo visualmente, sobre todo ver las inserciones musculares para poder luego proyectar una obra en tres dimensiones. La polémica me parece absurda, pero también hay que aclarar que esto de artístico no tiene nada. Arte acá no hay”, sentenció. Su amiga Laura Curiel asintió y sumó una crítica al montaje: “Algunas vitrinas no las podés recorrer por detrás, con lo cual te perdés esa parte del cuerpo que deseás examinar”. A Sergio Padilla, médico diabetólogo del hospital Eva Perón, la muestra le pareció espectacular. “¿Por qué debemos ser sólo los médicos los que tenemos acceso al cuerpo humano? –cuestionó–. Al ser cuerpos donados no veo que se vulnere nada; me pareció muy respetuoso y pedagógico.” “Poder observar íntegramente el aparato circulatorio, hasta con las arterias más pequeñas, algo que en la facultad no ves, porque el formol no te lo permite, es un trabajo realmen-
te espectacular”, evaluó la enfermera Graciela Blanco. Y arremetió contra los reparos éticos. “Los cuerpos aquí tienen un mejor tratamiento que en las facultades, donde a los «preparados» [partes del cuerpo que examinan los estudiantes] se los saca de los piletones con ganchos y no siempre se los manipula con delicadeza”, dijo. La única objeción –añadió su hijo Federico, estudiante de medicina– “es que al «polimerizar» y agregar tintes colorantes transformás el órgano en una especie de caucho, y así modificás su real textura”. El médico clínico Jorge Falcón juzgó “impecable la técnica de preservación” y dijo que “aun tratándose de cuerpos estáticos se da una idea cabal de la dinámica corporal. A esta exposición no le veo ningún dilema ético; al ver esto se pierde el miedo al cuerpo humano. Pero sobre todo se toma conciencia sobre cómo se debería cuidarlo”.
Video. Un recorrido por la muestra y más testimonios www.adncultura.com
LA NACION/Página 17