AS THE SUN REACHED ITS HIGH POINT – true midday

Will you grant them?” “Some I shall grant, and others I must deny. People must amend their lives and ask pardon for their sins. They must not offend our Lord any ...
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P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 26

AS THE SUN REACHED ITS HIGH POINT – true midday – sometime after noon, Our Lady appeared as she had promised. Lucia shouted to the crowd, “Put down your umbrellas!” They obeyed her, despite the rain. Then her face flushed and was seen as if transfigured. Francisco and Jacinta also stood rapt in attention at the arrival of Our Lady. Then Lucia greeted Our Lady with her customary obedience: “What do you want of me?” “I want a chapel built here in my honor. I want you to continue saying the Rosary every day. The war will end soon, and the soldiers will return to their homes.” “Yes. Yes.” Then Lucia made bold to ask: “Will you tell me your name?” “I am the Lady of the Rosary.” We see here Our Lady identify herself specifically and primarily with the Holy Rosary. We must pray the Holy Rosary every day for our own salvation and for the salvation of the world. It is a great privilege to pray the Holy Rosary. Lucia then made her petitions known: “I have many petitions from many people. Will you grant them?” “Some I shall grant, and others I must deny. People must amend their lives and ask pardon for their sins. They must not offend our Lord any more, for He is already too much offended!” The last apparition of Fatima recapitulates the original instruction of the Angel of Peace: “Penance! Penance! Penance!”

Lucia then asked: “And is that all you have to ask?" “There is nothing more.” Then Our Lady opened her hands and Lucia saw light streaming up from her hands to the sky. The rain had stopped but the sky was still dark, the sun obscured by dark rain clouds. Suddenly, the sun burst through the clouds and appeared to the crowd as a soft spinning disk of silver. A kind of blue window opened in the clouds, through which the spinning sun was seen. “Look at the sun!” Lucia cried. The crowd of 70,000 raised their eyes to the heavens and witnessed the miracle promised by Our Lady. †

A MEDIDA QUE EL SOL ALCANZABA SU PUNTO MÁS ALTO – hacia el mediodía - algún tiempo después del mediodía, Nuestra Señora apareció como ella había prometido. Lucia gritó a la multitud: - “¡Guarden sus paraguas!” Ellos la obedecieron a ella a pesar de la lluvia. Entonces su rostro se ruborizó y fue visto como que se transfiguro. Francisco y Jacinta también quedaron atónitos ante la llegada de Nuestra Señora. Entonces Lucía saludó a Nuestra Señora con su acostumbrada obediencia: "¿Qué quieres de mí?" "Yo quiero una capilla construida aquí en mi honor. Yo quiero que continúes rezando el Rosario todos los días. La guerra terminará muy pronto, y los soldados regresaran a sus casas." "Sí. Sí." Entonces Lucía se atrevió a preguntar: -“¿Me podrías decir tu nombre? “Yo soy la Señora del Rosario.” Vemos aquí que Nuestra Señora se identifica específicamente y principalmente con el Santo Rosario. Debemos rezar el Santo Rosario todos los días por nuestra propia salvación y por la salvación del mundo. Es un gran privilegio rezar el Santo Rosario. Lucía entonces hizo conocer sus peticiones: "Yo tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Las podrías conceder? "Algunas las concederé, y otros las debo de negar. Las personas deben enmendar sus vidas y pedir perdón por sus pecados. No debemos ofender más a nuestro Señor, porque ya lo hemos ofendido demasiado.” La última aparición de Fátima recapitula la instrucción original del Ángel de la Paz: "¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!" Lucía entonces preguntó: -¿Y eso es todo lo que tienes que preguntar? “No hay nada más.” Entonces Nuestra Señora abrió sus manos y Lucía vio la luz fluyendo de sus manos hacia el cielo. La lluvia se había detenido, pero el cielo todavía estaba oscuro, el sol fue oscurecido por nubes de lluvia oscuras. De repente, el sol irrumpió a través de las nubes y se le apareció a la multitud como un suave disco giratorio de plata. Una especie de ventana azul se abrió entre las nubes, a través de la cual se veía el sol giratorio. –“¡Miren a el sol! “-gritó Lucia. La multitud de 70,000 levantó sus ojos al cielo y presenció el milagro prometido por Nuestra Señora. †