UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN / FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN I 2013 Cátedra Pedro Arturo Gómez APUNTE DE CÁTEDRA Aproximaciones al concepto de globalización Lic. Eva Fontdevila Textos consultados: Sierra, Luis Ignacio. Globalización, multiculturalismo y comunicación. Paradojas y debates. Revista Diálogos de la Comunicación, 2002 Castells, Manuel. Comunicación y Poder. Alianza, Madrid, 2009 Thompson, J. B. Los media y la modernidad. Paidós, Barcelona, 1998
INTRODUCCIÓN Pretender sintetizar en pocas páginas qué venimos entendiendo como globalización parece una tarea osada. Sin embargo, haremos el esfuerzo de trazar algunas ideas principales que nos permitan escapar a miradas reduccionistas y definitivas. Tratamos en este texto de abrir algunos ejes centrales del problema a partir de las contribuciones teóricas mencionadas. Los tres textos seleccionados por la cátedra se refieren a los fenómenos de la globalización desde abordajes diversos. Manuel Castells plantea centralmente el rol que Internet cumple en la concreción de un proyecto de autocomunicación de masas, en el que se tensionan lo local y lo global, se pone en juego las variables económicas de gran escala, el comportamiento de los avances tecnológicos y las políticas regulatorias del campo de la comunicación. Luis Ignacio Sierra, por su parte se propone evidenciar tensiones propias de tres conceptos o discursos que Sierra considera “elementos constitutivos y clave de identidad de las sociedades del nuevo milenio”: la globalización, el multiculturalismo y la comunicación. A lo largo del texto Sierra expone visiones contrapuestas de interpretación de los tres elementos, bajo su propia hipótesis, a saber: “solo la equilibrada, crítica y razonable interacción de reconocimiento dialógico de esta trilogía, se juega la posibilidad de conformar una nueva sociedad multicultural que favorezca la dignidad y los intereses de los seres humanos”. La alternativa de solución a las contradicciones entre los conceptos será entonces, el reconocimiento dialógico intercultural”. Finalmente J. B. Thompson propone una interpretación acerca de la teoría del Imperialismo cultural, y por qué no alcanza a explicar la complejidad de los fenómenos de la globalización. Propone, en cambio, reflexionar en torno a la posibilidad de entender a la globalización como tensión entre la difusión globalizada de bienes culturales y su apropiación localizada, es decir, mediada por usos, interpretaciones y culturas locales. Conviene asumir e incorporar que Globalización, como concepto y como conjunto de fenómenos concretos es, a su vez, un conjunto de interpretaciones sobre aspectos políticos, económicos, tecnológicos, sociales y culturales, todos los cuales conviven y ninguno de por sí explica el problema.
DESARROLLO Globalización: ¿de qué fenómenos estamos hablando? Manuel Castells enfatiza la cuestión de la globalización al explicar por qué Internet es una nueva forma de interactividad ya que la comunicación se produce de “Muchos a muchos”, en “Tiempo real” y “Punto a punto”. El autor considera Internet un fenómeno de autocomunicación de masas porque tiene potencialmente una audiencia global, y porque uno mismo como usuario genera el mensaje, define los receptores y selecciona contenidos. Castells se aboca a estudiar la llamada convergencia, uno de cuyos aspectos es la transformación tecnológica que ha aportado la digitalización, y que se manifiesta en la omnipresencia de lo local – global, entendido este par de términos como inseparable. En cuanto a los factores culturales de la convergencia, Castells sostiene que se dan al mismo tiempo dos pares de tendencias contrapuestas: por un lado el desarrollo de una cultura global y múltiples identidades, y por otro el ascenso del individualismo y del comunalismo. Una de las manifestaciones de la globalización para Castells se verifica en la pérdida de autonomía para las programaciones que viven las emisoras locales de TV y la radio. Estos fenómenos resultan en una emisión centralizada de noticias y programación de música a la carta. Para el autor la personalización disfraza la concentración de la producción de contenidos. Desde esta óptica, se están desarrollando redes horizontales de comunicación interactiva que conectan lo local y lo global en cualquier momento, mediante redes horizontales multimodales que intercambian muchos tipos de documentos (Fotografías o proyectos cooperativos a gran escala como wikipedia). Los medios –igual que las empresas- han experimentado la globalización, digitalización, creación de redes y la desregulación. Aunque a veces parezca lo contrario, los medios de comunicación no son globales, son nacionales o locales. Lo que es global son las redes que conectan la financiación, producción y distribución de os medios dentro de cada país y entre países. Se están conformando redes globales de empresas multimedia interconectadas que se organizan en alianzas estratégicas con nodos dominantes que son mega corporaciones. Se sirven de empresas del ámbito nacional y local. Es decir que para Castells el capital está globalizado, los contenidos localizado o nacionalizado A este conjunto de fenómenos el autor lo visibiliza como Economías de sinergia, caracterizadas por la integración de plataformas y productos para mejorar la rentabilidad. El sistema multimedial global tiene como núcleo corporaciones de propiedad cada vez más concentrada, con capacidad de generar diversos productos en una plataforma, diversas plataformas para cada producto y la segmentación de audiencias El éxito de los medios nacionales depende de su capacidad de sumarse a esta red global Para J. B. Thompson, la globalización es un fenómeno cuyos orígenes pueden ser trazados desde la expansión del comercio a finales de la Edad Media y a principios del período moderno. Se manifiesta cuando: a) las actividades tienen lugar en un territorio global, b) las actividades están organizadas, planificadas y coordinadas a escala global y c) las actividades implican cierto grado de reciprocidad e interdependencia, localizadas en diferentes partes del mundo se configuran de la misma manera y se influyen mutuamente. Recién en el Siglo XIX las redes de comunicación se organizaron sistemáticamente a escala global. Ello se debió en parte al desarrollo de nuevas tecnologías que permitieron disociar la comunicación del transporte físico. Sin embargo, estaba igualmente vinculada a cuestiones económicas, políticas y militares. Thompson se detiene en identificar algunas de las dimensiones principales de los procesos de comunicación global, destacando su carácter estructurado y desigual, a saber: 1) la emergencia de
conglomerados de comunicación transnacionales como jugadores claves del sistema de comunicación y difusión global de información. 2) el impacto social de las nuevas tecnologías, 3) el flujo asimétrico de los productos basados en la información y en la comunicación dentro del sistema global. 4) las variaciones y desigualdades en términos de acceso a las redes globales de comunicación. Al analizar la globalización Sierra asume que existe un consenso generalizado acerca de la existencia de un nuevo orden global. Como origen del fenómeno, expone posiciones que indican sus comienzos en la conquista de América, como imposición de la visión occidental, otras que los sitúan entre los SXV y XVIII con la expansión capitalista, pero sin dudas su cristalización se ubica en el SXX. Sierra caracteriza las interpretaciones sobre la globalización y destaca dos a las que contrasta claramente. Por un lado la visión más generalizada, que identifica la globalización con la ideología neoliberal capitalista del pensamiento único, y por otro lado las apreciaciones críticas de dos investigadores latinoamericanos, Néstor García Canclini y Renato Ortiz. La visión neoliberal capitalista de la globalización entiende a esta desde el punto de vista económico, de liberalización de los mercados, del libre flujo de bienes y servicios, en busca de la rentabilidad ilimitada. En esta mirada, solo sobreviven en el mundo global las economías “duras”, mientras el tercer mundo está llamado a someterse a las políticas impuestas desde los organismos financieros y multilaterales de crédito (BM, FMI, etc.) Se trata de una interpretación de la globalización que hace eje en el poder imperialista de Estados Unidos, más específicamente de sus corporaciones que dominan el mercado global (con su correlato de la homogeneización cultural). Según Ignacio Ramonet, los monopolios mediáticos serían los únicos interlocutores de los ciudadanos. En este escenario, los países se dividen entre los acreedores y los deudores, con la consecuente proliferación de la exclusión social, económica y política de las mayorías. Desde esta óptica, la globalización tendría 3 causas: la apertura económica, la liberalización de los mercados de capitales y a revolución de las comunicaciones (la globalización es de base inmaterial, basada en el desarrollo informático). Los representantes de la otra visión, llamada crítica por Sierra, como García Canclini. sostienen que si bien es innegable que formamos parte de una era global, la globalización no es ni un paradigma científico ni social ni cultural, que pueda contrastarse con referentes empíricos; ni tampoco un paradigma político porque no constituye un modo único de desarrollo. Para G. Canclini la globalización implica procesos contradictorios que relacionan de maneras diversas lo local-global y lo local-local. Este autor rechaza tanto la visión neoliberal capitalista como la posmoderna. En definitiva, si no hay una sola mirada sobre la globalización es porque el rasgo fundamental de ésta es, precisamente, lo fragmentario. La globalización es un conjunto de procesos al mismo tiempo de fragmentación y de homogeneización que reordenan las diferencias sin suprimirlas. Parte de la complejidad reside en que en la globalización conviven la integración en fenómenos transnacionales y procesos como la xenofobia y el racismo. Para Renato Ortiz, por su parte, la globalización es una situación y un contexto histórico, que redefine los grandes relatos: religión, mercado, ambiente, política. Para el autor, la globalización no es sinónimo de homogeneidad, pero tampoco todo lo contrario, es decir, multiculturalidad y mundo mosaico. Ortiz propone superar esas visiones con una visión de la modernidad mundo a través de la diversidad. Se refiere a “globalización” para la economía y la tecnología y “mundialización” para la cultura, como concepción de mundo que convive con otras. También rechaza las visiones ideológicas que identifican a la globalización con procesos impuestos por el mercado (como se ha visto en la interpretación neoliberal capitalista). Los procesos de la globalización producen desterritorialización como re territorialización. Recepción: consumo y transformaciones culturales Para Manuel Castells, si el individualismo es la satisfacción de necesidades personales y el comunalismo la consideración del bien colectivo por encima de los individuos, la consecuencia es que de la cultura global y el individualismo se construye culturalmente el consumismo de marca, cuya arma principal es que a industria del entretenimiento global que apoya a y se apoya en la publicidad para la construcción de una cultura. De la globalización y el comunalismo, por su parte, resulta, para Castells, el cosmopolitismo,
caracterizado por intentar construir una esfera pública mundial en torno a valores comunes de la ciudadanía global. . Según el autor, lo global influye en lo local porque: 1. Las empresas locales compran programaciones –CNN, HBO, ESPN, etc.2. Los actores mediáticos de abajo adoptan modelos comerciales de los grandes 3. Las empresas de medios globales crean camuflajes de contenidos locales con formatos estándares popularizados Pero también lo local influye en lo global porque las empresas locales tratan de colocar contenidos locales en esas redes globales. Thompson, por su parte, se pregunta cuál teoría puede explicar las pautas de la comunicación global y esclarecer sus posibles consecuencias. Propone y critica la desarrollada por Herbert Schiller en Mass Communications and American Empire publicada en 1969. Shiller sostiene que a partir de la II Guerra Mundial se ha consolidado el predominio de Estados Unidos, quien basa su poderío en dos factores clave: la fuerza económica, procedente fundamentalmente de las actividades de las corporaciones transnacionales y la efectividad de las comunicaciones, que ha permitido a las empresas norteamericanas y a las organizaciones militares tomar el liderazgo en el desarrollo y control de los sistemas de comunicación. Shiller ejemplifica con el modelo comercial del sistema de radiodifusión. J. B. Thompson critica algunos puntos de esta tesis, que impedirían sostenerla en la actualidad. Sostiene que la economía global se ha convertido en multipolar (Europa, Japón, etc. aparecen en escena) y dice que afirmar que la invasión cultural electrónica corrompe las auténticas tradiciones y culturas locales, es desconocer la cultura híbrida en perspectiva histórica. Frente a la afirmación de Shiller de que los productos mediáticos importados afectan a los receptores haciéndolos más consumistas, Thompson propone que el proceso hermenéutico de recepción y apropiación de los productos mediáticos es un proceso social complejo en el que los individuos dan sentido activo a los mensajes, adoptando varias actitudes hacia ellos y utilizándolos de manera distinta en el transcurso de sus vidas cotidianas. La propuesta superadora de Thompson consiste en la interpretación de los fenómenos como Difusión globalizada, apropiación localizada. En este enfoque, La apropiación de productos mediáticos es un fenómeno localizado, en el sentido que implica a individuos concretos situados en contextos socio históricos particulares, y que utilizan los recursos disponibles con intención de dar sentido a los mensajes mediáticos e incorporarlos a sus vidas. En un proceso de apropiación los mensajes se transforman, ya que los individuos los adaptan a contextos prácticos de la vida cotidiana. La globalización de la comunicación no ha eliminado el carácter localizado de la apropiación; por el contrario, ha creado un nuevo tipo de eje simbólico que Thompson describe como “difusión globalizada y apropiación localizada. En su ensayo, Sierra propone quitar a los medios del centro de la reflexión sobre comunicación, y plantearse el fomento de una comunicación intercultural intersubjetiva, deliberativa, tolerante y respetuosa de la diferencia, basada en el respeto íntegro de la dignidad humana. El autor sostiene que no se puede desconocer es la mundialización comunicativa, que transforma las categorías de espacio y tiempo, bases de la heterogeneidad y la reciprocidad. Toma de Jesús Martín Barbero la idea de que “aún atravesado por las redes de lo global, el lugar sigue hecho del tejido de vecindades y solidaridades”. La diversidad cultural se entiende como exposición de unas culturas ante otras, en un permanente ejercicio de reconocimiento de la diferencia y a una exigencia de respeto por aquello que no es transferible o comunicable”.