Análisis del poema Yo misma fui mi ruta de Julia de Burgos

Análisis del poema Yo misma fui mi ruta Cuando examinamos el título de este poema, podríamos pensar que hay en él un grave error de construcción gramatical que conocemos como pleonasmo. Se trata del uso repetitivo e innecesario de palabras cuando tienen el mismo significado. Yomisma-fui: las tres palabras aluden a la persona, así que bien hubiera podido titularse “Fui mi ruta”. Consciente o no, la repetición cumple aquí el objetivo de abrir el poema con un acto de afirmación poderoso. Julia está declarándole al mundo su independencia. En la primera estrofa, expone y explica la propuesta que la sociedad en la que le tocó vivir le ha hecho; incluso, confiesa que ha hecho un esfuerzo enorme para seguirla. Su sentido de libertad e independencia, sin embargo, le ha imposibilitado seguirla. Su visión de un mundo libre y lleno de oportunidades para ambos sexos, le impedían ajustarse a vivir una vida escondiendo sus talentos , habilidades y aspiraciones.

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Análisis del poema Yo misma fui mi ruta En la segunda estrofa, Julia analiza el revuelo que causa una persona cuando desea ser y actuar diferente a lo que lo sociedad le ha impuesto. Hay, según la poeta, un precio que pagar que se traduce en un juicio demoledor por parte de quienes piensan que los modelos tradicionales deben prevalecer, a quienes, metafóricamente, llama “troncos viejos”. La sociedad es vista, pues, como un gran árbol. Por esta razón, y ya en la tercera estrofa, Julia anuncia su decisión de despegarse de ese árbol, independientemente de lo que ese acto implicaba. Está dispuesta a aguantar los azotes porque tiene su mirada puesta en el future en el que cree. Tomada esta decisión, comienza el proceso de liberación y surge en su rostro la expresión de la verdadera felicidad, que no es otra que la de vivir su vida a su modo.

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Análisis del poema Yo misma fui mi ruta En la cuarta estrofa, Julia se autoproclama como símbolo, no solo de la mujer, también de cualquier otro grupo social que haya sido sometido a la esclavitud de ideas limitantes. “Y fui toda en mí como fue en mí la vida” es un verso que manifiesta el nuevo sabor que adquiere la vida cuando se vive en plenitud.

Ya al final del poema, y a manera de conclusión, la poeta insiste en la disculpa, pero se reafirma en su decisión, aun a pesar de que una de las consecuencias más adversas de esa decisión fuera perder el reconocimiento de la sociedad, especialmente, de la sociedad literaria de su época.

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