Amores reencontrados en el West End

18 abr. 2010 - TEATRO. La segunda parte de El fantasma de la ópera. Amores reencontrados en el West End ... para él en su teatro. ... el Olympia, de París.
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Espectáculos

Domingo 18 de abril de 2010

LA NACION/Página 5

TEATRO La segunda parte de El fantasma de la ópera

Elena Roger, en España

Expectativa en Madrid por el estreno de Piaf El elenco argentino empezó las previas y estrenará el 27

Ramin Karimloo, el Fantasma titular de la obra tiene bien cuidadas las espaldas con el trabajo de su cover, Tam Mutu

Amores reencontrados en el West End El musical de Lloyd Webber, Love Never Dies, retoma la historia de un clásico que revolucionó el género Por Verónica Pagés Enviada especial LONDRES.– No es fácil. Para poder sentarse tranquilo, con la cabeza despejada y ¿objetiva? a disfrutar (o no) una comedia musical en el West End londinense hay que sacarse muchas sensaciones preexistentes. Es que una ciudad como Londres acumula en el estómago, en la mirada y en la piel de cualquier visitante, por más que su avión haya llegado pocas horas antes de la función. Imposible, mejor relajarse para disfrutar (sí, disfrutar) de eso que llega desde el escenario que encima tiene la firma de Andrew Lloyd Webber. No es otra cosa que Love Never Dies, la segunda parte de El fantasma de la ópera, el musical que desde hace años llena el Her Majesty’s Theatre de amantes del género. Está dirigida por Jack O’Brien, el libro es de Lloyd Webber y Ben Elton; y las letras de Glenn Slater. Hormigas en el cuerpo es lo que se siente apenas uno logra sentarse en su butaca, sobre todo si se llega con tiempo para hojear el nutrido programa de mano en el que se descubre que ahí mismo, en ese escenario del Adelphi Theatre, fue donde hace

cuatro años Elena Roger interpretó Evita. Sabiendo que todas esas emociones no se irán así nomás, es mejor pactar con ellas cierta calma que, en realidad, se logra cuando empiezan a aparecer otras, esas que genera esta historia amor trágico que vuelve a reencontrar, diez años después, a El Fantasma y a Christine.

Amores Las cosas han cambiado, él se ha trasladado a los Estados Unidos y regentea una suerte de circo repleto de personajes freakies, pero sigue extrañando sin pudor alguno a su amada Christine, a la que contacta –sin darse a conocer– para que cante para él en su teatro. Ella está casada con Raoul y tiene a Gustave, un bello niño de, justamente, 10 años. Los tres llegan a Coney Island, donde no pasa mucho hasta que todos los secretos se empiezan a descubrir: ¿quién está detrás de esa generosa invitación?; ¿de quién es hijo realmente el pequeño Gustave?; ¿sigue ella enamorada de él? Esta vez la trama es más romántica que terrorífica, la ternura ha ganado a este fantasma que no puede consigo mismo cuando descubre a Gustave. De hecho, una de

las escenas mejor logradas es en la que juegan juntos –The Beauty Underneath– como si los dos tuvieran 10 años. El Fantasma de la función en cuestión no fue Ramin Karimloo –el intérprete titular– sino que fue interpretado por su cover, Tam Mutu, que estuvo mucho más que simplemente a la altura de las circunstancias; y el Gustave de esa noche (los niños actores tienen alta rotación) fue Harry Child, una maravilla como cantante y como actor. El elenco también tiene a otros intérpretes fuertes como a Summer Straller, que interpreta con sobrado talento a Meg Giry, o a Joseph Millson, que es el frío, distante, calculador y guapísimo Raoul que –vaya a saber uno por qué– uno lo termina queriendo (la escena del bar con Why does she love me?, es maravillosa). Y no se puede dejar de decir algo de Sierra Boggess, quien interpreta a Christine con un caudal de voz y de ternura que apabulla, tanto que hasta por momentos uno se pregunta si esa mujer que se anima a dar vuelta su vida para seguir lo que dice su corazón no debería tener una impronta –desde lo actoral– un poco más fuerte, mejor parada y no tan etérea. Apenas un detalle.

La puesta tiene momentos brillantes en todos los sentidos, con una producción escenográfica que recrea los distintos espacios sin ahorrarse detalles y excelencia salvo en la escena final que, como todo el cierre de esta historia, es un poco forzado. Una pena ya que en la última puntada se deshilacha un poco la costura. Pero a esa altura, hay un montón de nuevas sensaciones que se han acumulado en el estómago como para salir a la noche londinense exultante otra vez. Así las cosas, no es fácil coincidir con lo que dicen casi todos los críticos londinenses que no ven a este Love Never Dies como una digna segunda parte de El fantasma... No es para tanto, se puede percibir cierto encono en las reseñas que no se justifica cuando uno se sienta en la butaca sin ánimos de buscarle la quinta pata al gato. A una historia romántica muy bien contada, con gratísimos momentos de humor, hay que sumarle un puñado de canciones –incluido el tema principal– que no se van fácilmente de la cabeza, tanto que dan ganas de recurrir al disco que afortunadamente ya está, desde hace unas semanas, al alcance de la nostalgia.

“El fenómeno Elena Roger”, así cambios) se trasladó a Madrid para tituló el diario El País a la nota que hacer una breve temporada de esta le realizaron a la actriz argentina. Es magnífica pieza, de la que Elena Roger que la ansiedad por verla en la piel de se despedirá para comenzar un nuevo Edith Piaf es mucha. Sólo dos ciudades proyecto con el Donmar, en Londres (Londres y Buenos Aires) vieron la (el musical Passion). producción que el Donmar Warehouse Todavía no aparecieron demasiadas del West End hizo críticas en los mede Piaf, obra de dios, pero el públiPam Gems, que co que concurrió a ver las previas, por dirigió Jamie Lloyd. Pero desde lo general, se muesel martes pasado, tra exultante. “Rosubió a escena en ger se transforma, Madrid, dando como si también ella envejeciera y comienzo a una serie de funciones se demacrara a meprevias (al mejor dida que avanza la estilo Broadway), función. Viéndola, hasta su estreno, no es extraño que el próximo lunes 26 termine agotada de abril. “Cuando después de cada Elena Roger, como Edith Piaf Elena Ro g er función y que caARCHIVO aparece por última si no conceda envez en escena, vestida de negro y trevistas para cuidarse al máximo la presentada como «la única, la mejor: voz”, dice Laura del Río. En una entrevista con EFE, Roger Piaf», el público ya no sabe si está en el madrileño teatro Nuevo Alcalá o en afirmó: “Edith Piaf fue una diva, una el Olympia, de París. Sencillamente artista de las que ponen los huevos en arranca a aplaudir como si realmente el escenario, como Raphael, pero si huestuviera presenciando un concierto de biera que compararla con un intérprete la Môme, una ovación que se extiende actual sería la Amy Winehouse de endurante varios minutos tras caer el tonces, porque no paraba de hacer quitelón, con toda la sala en pie”, dice lombos”. Directa, con su acento porteLaura del Río, de la agencia DPA. ño, la chica de Barracas ya comenzó a El elenco completo (con algunos conquistar a los españoles.