6
|
enfoques
| Domingo 9 De junio De 2013
MI Mundo dIgItaL
Enrique Carrier
Analista especializado en Internet, informática y telecomunicaciones, Enrique Carrier (@enriquecarrier) es de los que están todo el día conectados a la Web. “En la computadora, arranco con Tweetdeck y Google, cada uno en una pestaña. En el celular, mi página de inicio es el inbox”, asegura. Es, justamente, Google, la tecnología que más profundamente le cambió la vida. “Rompió con la búsqueda tipo directorio habitual en la época”, explica. Aquí, sus recomendaciones.
twItter coMo recurso “Twitter es mi plataforma de acceso a la información, sean medios, blogs, personalidades o, simplemente, gente.”
http://tweetdeck.com Para acceder a Twitter desde la PC. Para dispositivos móviles: Blaq, para BlackBerry y Plume, en Android.
rankIng de twItteros
sItIos dIgItaLes
www.businessinsider.com www.fiercewireless.com www.telecoms.com www.ft.com “Para estar al tanto de las noticias de la industria tecnológica.”
1 @rsametband “Información sobre tecnología con un estilo naturalmente descontracturado.” 2 @taos “Ofrece la visión de un yanqui argentinizado sobre las noticias y cosas que pasan en el país.”
www.economist.com El sitio web de la influyente revista semanal británica The Economist. “Ofrece información internacional sobre temas varios, aunque el nombre sugiera otra cosa.”
3 @phillynewrocker “«Autoexiliado» en Filadelfia, comenta y opina sobre política y negocios de las comunicaciones. Participativo.”
el perfil
Alejandro Slokar, el juez K que impulsa desde adentro la reforma judicial y aspira a la Corte lingham, donde sus padres tenían una librería. Hijo de la escuela pública, siempre fue muy estudioso y excelente alumno. Solía jugar tenis, pero entre leer y jugar, siempre elegía lo primero. Hincha de Independiente, tiene una hermana más grande, esposa de un militar. Es divorciado y la madre de su único hijo, Guido, es española. No es un improvisado y no llegó adonde llegó por vínculos políticos. Quienes lo quieren y quienes lo critican reconocen que es un académico valioso y que tiene experiencia. Escribió centenares de artículos y capítulos de libros y dio conferencias en toda la región sobre criminología, sistema carcelario y sistema penal. Empezó a estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires junto con un amigo del colegio, también de Hurlingham, y ahora juez federal, Julián Ercolini. Cuando cumplió 19 años, ingresó como meritorio en el Juzgado Penal Nº 1 de Morón y, un año más tarde, consiguió su primer cargo. Hizo toda la carrera trabajando en ese tribunal y llegó a ser secretario de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de Morón. Antes de recibirse de abogado, empezó a dar clases como ayudante alumno en la cátedra de Esteban Righi, el ex procurador general de la Nación y abogado del matrimonio Kirchner. Gracias a él conoció a Zaffaroni, que le dio una carta de recomendación para estudiar en España. Allá cursó un posgrado en delitos socioeconómicos en la Universidad de Barcelona e hizo una maestría en justicia criminal y criminología crítica. De regreso, volvió a Tribunales y retomó las clases, pero cambió de cátedra en la UBA. Dejó a Righi y adoptó a Zaffaroni como su tutor. Para escribir en coautoría con él y el fiscal Alejandro Alagia el famoso Tratado de Derecho Penal trabajaron cinco años y recolectaron información en todo el mundo. Durante ese tiempo fue investigador del Conicet. Tantos años cerca del juez de la Corte hicieron que Slokar comparta con él no sólo una visión sobre el derecho penal y el sistema democrático, sino también ciertos modismos. Es titular de cátedra designado por concurso en la UBA y en la Universidad Nacional de La Plata y, también por concurso, fue elegido en 1999 defensor general en lo Penal, Con-
Discípulo de Zaffaroni, académico destacado y funcionario ambicioso, es uno de los armadores de la agrupación Justicia Legítima Laura Zommer PARA LA NACION
H
abla de terminar con la aristocracia judicial, pero se viste como un hacendado, tiene una chacra y una 4 x 4, y vive en Recoleta. Discípulo de Raúl Eugenio Zaffaroni, es un prototipo del llamado “garantismo”. Escribió cientos de artículos y hasta un tratado de derecho penal en el que sostiene que la prisión preventiva no es una pena, pero se niega a conceder arresto domiciliario en los juicios por delitos de lesa humanidad, aun cuando el acusado tenga más de 80 años. Alejandro Slokar, juez de la Cámara de Casación Penal y secretario de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios de Néstor Kirchner, es un jurista repleto de contradicciones. Es uno de los precursores y armadores políticos de Justicia Legítima, la asociación de fiscales, defensores y jueces que nació en diciembre de 2012 para impulsar “desde adentro” del Poder Judicial la “democratización” de la Justicia que encaró el Gobierno y que la oposición cuestiona. Defiende la reforma judicial K con algunas reservas, ambiguas, pero reservas al fin. “Es alguien que apoya este proceso, quiere sacar y saca ventajas con él, pero no es uno de sus ideólogos”, precisa un jurista que habla off the record. “Justicia Legítima no tiene un padre o una madre, sino que somos varios y nos manejamos de una manera bastante horizontal (lo cual lo hace un tanto caótico, aunque divertido)”, dice un fiscal del grupo. “Por eso ahora tuvimos que hacer una asociación y poner autoridades, para que alguien ordene el debate. Pero no hay mandamases. Ahora están comenzando las represalias de la corporación, de gente que ha visto cuestionado su poder absoluto. Denegaciones de licencias, demoras en contratos y designaciones, entre otras cosas. Pequeños actos de poder mezquinos y, por
supuesto, mediocres”, sigue. Un juez que conoce a Slokar y es crítico opina que la misión de Justicia Legítima no es cambiar la Justicia, sino que cambie de manos: “Como dice Lorenzetti, los K están replicando en el Poder Judicial lo que ya hicieron en otras instituciones. Primero dan una batalla cultural –para la que Justicia Legítima es bien funcional–, luego quitan recursos y finalmente ponen gente que les responda, que no necesariamente es iletrada”. “El Catedrático” Slokar es un hombre ambicioso, de convicciones firmes y carácter difícil, coinciden quienes lo conocen bien, que sueña con un lugar en la Corte Suprema. En el Ministerio de Justicia le decían “el Catedrático” y aún lo recuerdan por sus ojos claros, su soberbia y sus malos modos. Sin embargo, todas las fuentes consultadas reconocen su vocación transformadora y que antes de tomar decisiones las estudiaba. “Él lideró un proceso de reforma en el sistema penitenciario federal, tanto en lo referido a transparencia como a derechos humanos, pero las cárceles siguen siendo un desastre total”, dijo una ex funcionaria. Lo mismo opinan muchos en la Casación, adonde llegó con la misión de renovar un tribunal con el que el Gobierno se había enfrentado dura y públicamente por demorar los juicios por violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. A poco de asumir provocó la primera crisis interna del máximo tribunal penal del país, porque cuestionó el sistema de subrogancias que se utilizaba y pidió la renuncia de dos de sus pares, Luis María Cabral y Mariano González Palazzo. “Mientras sus colegas van en bote y pelean y hacen acuerdos por los salvavidas, él va en transatlántico y tiene previsto un helicóptero para ir a donde quiere”, resume un magistrado. Nació el 23 de febrero de 1963, en una familia de clase media. Pasó su infancia y su adolescencia en Hur-
quién es b Nombre y apellido Alejandro Slokar b Edad 50 años b En la academia Estudió derecho en la UBA, hizo posgrados en España y se especializó en derecho penal. Tiene una destacada vida académica, y es profesor en la UBA y en La Plata. b En la Justicia Comenzó su carrera judicial en los tribunales de Morón. Es juez de la Cámara de Casación Penal y fue secretario de Política Criminal de Néstor Kirchner.
travencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Cámara de Casación, donde es juez desde 2011, no es un ámbito extraño para él. Durante cinco años, entre 1994 y 1999, en pleno gobierno menemista, trabajó como relator de Jorge Casanovas, el ex ministro de Justicia bonaerense fallecido, que personificó la política de seguridad de “mano dura”. “Alejandro no es una persona manejable, sino que actúa por convicciones propias. Es decente y honesto, no sólo en lo económico, sino intelectualmente. Podrá tener una personalidad difícil de llevar, pero conoce el funcionamiento de las instituciones. Por haber sido secretario de política criminal, sabe lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en el Estado, de modo que no habla pavadas”, dice un fiscal. Slokar celebró este verano sus 50 años con una gran fiesta. Además de un típico video de su vida, proyectó uno más bien político, donde se mostraron “logros del modelo”. Muchos invitados aplaudieron a rabiar cuando apareció Néstor Kirchner en pantalla. Otros se sorprendieron y criticaron que el ahora camarista no incluyera referencia alguna a la militancia radical que tuvo en la juventud.ß
reaLIsMo trágIco
Mi amigo K y el muñeco del Nestornauta Diego Sehinkman PARA LA NACION
e
n la semana visité a un amigo K. En el cuarto de su hijita reinaban las Barbies. Y en su biblioteca, un simpático muñeco del Nestornauta. Todo lo que sigue es lo que pensé. Y que para evitar peleas, no le dije. La muñeca Barbie es la exageración de las medidas de una mujer. Y el muñeco del Nestornauta, la exageración de las medidas de un hombre. Desde la muerte de Perón, a muchos adultos argentinos les estaba faltando un ícono. Los íconos funcionan como modeladores sociales y exaltan siempre algún valor: la belleza, la bondad, el coraje. Sea uno niño o adulto, es tranquilizador tener íconos en la repisa. La niña tiene a su modelo. Y el no tan niño, al “modelo”.
En eso andaban muchos, idealizando estantes, cuando alguien reparó en lo siguiente: “Mirá que la Barbie viene en una caja. Y el Nestornauta, con una caja”. Al relato infantil e idealizado que quiso imponer el Gobierno le falló una preposición. Muchos piensan que ese “con” que debería haber sido “en” le daría a la figura menor sustentación. Dicen que “con caja”, Nestornauta se cae de la repisa. Sin embargo y para mi sorpresa, mi amigo K comentó lo siguiente: “Lo de la bóveda no es agradable. Pero vos sabés que para hacer política se necesita plata…”. La frase me dejó consternado. Mi amigo, que es kirchnerista –aunque muchas veces crítico– era ya la tercera persona a la que le escuchaba decir lo mismo. Hacer política es caro. Si no tenés mucha guita…”
Se me cayeron los hombros. Advertí cabalmente que la batalla cultural estaba logrando una nueva conquista: que mucha gente empiece a acomodar los argumentos y a justificar la plata negra de cajas fuertes, aviones y valijas. Para algunos empieza a ser normal que un gobernador o presidente elija a un empleado de confianza, le pida que arme una constructora, le derive luego desde el Ejecutivo toda la obra pública para poder “tener caja para hacer política”. A los que son capaces de naturalizar y justificar cualquier cosa en el afán de no quedarse huérfanos, los llamaremos “contorsionistas argumentales”. Así como en el circo un tipo es capaz de dislocarse a voluntad un hombro para poder entrar en una pequeña caja, éstos son capaces de dislocar el sentido común y retorcer cualquier idea hasta entrar en la
pequeña urna electoral con la boleta K en la mano. Veámoslos en acción: Contorsionista: –A ver, yo no digo que esté bien. Pero ¿cómo hacés para torcerles el brazo a las corporaciones si no tenés poder económico? Analicemos la frase en cámara lenta, dividiéndola en dos. La primera parte dice: “Yo no digo que esté bien”. Lo cual querría decir: “Aceptaría en voz baja que existieran operaciones recaudatorias non sanctas, si éstas son para combatir a quien no quiere el bien del pueblo, que es el fin último. ¿Para qué empachan de euros las valijas? Para librar la guerra santa. No hay que creer en el exorcista. Satanás tomó posesión de un cuerpo (el cuerpo principal del diario Clarín). Y a Satanás no se lo vence tirándole agua bendita. ¡Se le corta el chorro!”. Ahora la segunda parte del enun-
ciado: “Para torcerles el brazo a las corporaciones”. ¿A qué corporaciones se referirá mi amigo, teniendo en cuenta que salvo Clarín, casi todas están alineadas con el Gobierno? Y entonces uno escuchará como respuesta el mantra, repetido e hipnótico, ideal para quien quiera ser sugestionado: “Las corporaciones, el capital concentrado. Las corporaciones, el capital concentrado”. Dice la psicología que la renegación es un modo de defensa consis-
tente en que el sujeto rehúsa reconocer la realidad de una percepción traumatizante. Tal vez por eso mi amigo, despidiéndome en la puerta, me dice: “Además, Néstor es Néstor y Lázaro es Lázaro”. Para intentar demostrar que no son lo mismo, en una intervención quirúrgica sin precedente, el cirujano de la renegación intenta separar a Nestornauta de Lázaro. Ambos unidos por la caja… torácica.ß Twitter @diegosehinkman