58 centenario de los partidos politicos y elecciones 2012

supone la resolución pacífica de las diferencias y los conflictos ...... Estado de Baja California es el único en la República Mexicana que tiene un gobierno.
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Apuntes Legislativos PODER LEGISLATIVO DEL ESTADO DE GUANAJUATO Sexagésima Primera Legislatura 2009-2012 INSTITUTO DE INVESTIGACIONES LEGISLATIVAS

58 CENTENARIO DE LOS PARTIDOS POLITICOS Y ELECCIONES 2012

Supervisión de edición: Lic. Alfredo Sainez Araiza. Diseño y edición de interiores: Natalia Ivonne Lara Rivera

“CENTENARIO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y ELECCIONES 2012” LXI LEGISLATURA H. CONGRESO DEL ESTADO DE GUANAJUATO © Por esta edición: Instituto de Investigaciones Legislativas Callejón de la Condesa Núm. 7 Centro. C.P. 36000. Guanajuato. Gto., México Tel. 01 (473) 102–00–00 extensiones 6074, 6075 y 6080 www.congresogto.gob.mx Primera edición, 2012–02–15 Año 7, Número 58 Impreso en México / Printed in México ISBN: 970-9784-00-5 Esta publicación no puede ser reproducida, incluyendo el diseño de la cubierta y de páginas interiores, ni todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma, ni por ningún medio, sea mecánico, foto químico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo solicitado por escrito y autorizado por el Instituto de Investigaciones Legislativas del H. Congreso del Estado de Guanajuato.

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MESA DIRECTIVA Tercer Año de Ejercicio Legal Segundo Periodo Ordinario Dip. Eduardo López Mares PRESIDENTE

Dip. Jorge Gómez Salazar VICEPRESIDENTE Dip. Francisco Amílcar Mijangos Ramírez PRIMER SECRETARIO Dip. José Jesús Correa Ramírez SEGUNDO SECRETARIO Dip. Luis Gerardo Gutiérrez Chico PROSECRETARIO

JUNTA DE GOBIERNO Y COORDINACIÓN POLÍTICA

Dip. Gerardo Trujillo Flores

Presidente

Dip. Héctor Hugo Varela Flores

Vicepresidente

Dip. María Elena Pérez-Sandi Plascencia Dip. José Luis Barbosa Hernández Dip. Eduardo Ramírez Pérez

Dip. Héctor Astudillo García

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SECRETARÍA GENERAL

Lic. Salvador Márquez Lozornio

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES LEGISLATIVAS Lic. Tomás Bustos Muñoz DIRECTOR GENERAL

Lic. Aarón Soto Martínez

COORDINADOR DE PROMOCIÓN Y FORMACÓN LEGISLATIVA

Lic. Alfredo Sainez Araiza

COORDINADOR DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO LEGISLATIVO

Pluma libre Nos interesa tu opinión, Participa y comparte conocimientos!!! Esperamos tu valiosa colaboración con

Apuntes Legislativos,

tus

solo realiza la

redacción de un tema que te interese sobre la vida legislativa del estado Guanajuato, o preséntala en la Coordinación de Investigación y Desarrollo Legislativo del Instituto de Investigaciones Legislativas del Congreso del Estado de Guanajuato. Callejón de la Condesa No. 7, Zona Centro, C.P. 36000, Guanajuato, Gto., teléfono: 01(473)1020000 extensiones 6074,6075 y 6080, o puedes enviarla a las siguientes direcciones de correo electrónico: [email protected] [email protected]

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Índice Pag. Presentación .....................................................................................................................6 I. DISCURSO DEL DIPUTADO ALEJANDRO RANGEL SEGOVIA ...........................8 II. CONFERENCIA MAGISTRAL DE CÉSAR CANSINO .........................................12 III. PRIMER CENTENARIO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO (1911-2011) ........................................................................................................28 Alfredo Sainez Araiza..........................................................................................28 A) MARCO TEÓRICO DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA ....................28 B) SISTEMA ELECTORAL Y DE PARTIDO EN MÉXICO ...................................33 3.1 Partido, sistema de partido y las raíces históricas en México ....................34 3.2 El influjo del sistema electoral en el sistema de partido en México ...........40 3.3 Influjo del sistema electoral en los sistemas de partidos estatales ............43 C) CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO .................................44 A MANERA DE CONCLUSIONES ..................................................................45 IV. PARTIDOS Y ELECCIONES EN MÉXICO’ 2012 ...............................................46 Alfredo Sainez Araiza..........................................................................................46 A MANERA DE CONCLUSIONES ..................................................................56 V. PARTIDOS POLÍTICOS Y ELECCIÓN EN TEXTOS...........................................58 Gloria del C. Hernández Morales .......................................................................58

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Presentación En México, los partidos políticos constituyen una las principales instituciones del sistema electoral y de nuestra novel democracia, que hoy por hoy, continúan siendo los actores intermediarios entre las necesidades de la población y el ejercicio gubernamental. Con esta visión, en Apuntes Legislativos concitamos a los lectores a la reflexión y repensar en el papel y retos que tienen los partidos políticos, fundamentalmente, a cien años de haber adquirido su personalidad jurídica como institución en nuestro país, rumbo a las elecciones federales y locales concurrentes a celebrarse el próximo 1º de julio. En este tenor, reproducimos de manera literal el discurso del Diputado Alejandro Rangel Segovia, pronunciado el 19 de diciembre de 2011 en el área pública del salón de sesiones del Congreso del Estado de Guanajuato, en el marco del Foro sobre los Partidos Políticos en el Centenario de su Reconocimiento Legal: Génesis, Trayectoria y Prospectiva en Guanajuato, 1911-2011; la Conferencia Magistral, “Los partidos políticos en México. Mitos y realidades” impartida por el Doctor César Cansino 16 de noviembre de 2011, en el marco del Seminario: A Cien Años de los Partidos Políticos en México, 1911-2011. Balance y Perspectiva, organizado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; así como los ensayos, “Primer Centenario de los Partidos Políticos en México (1911-2011)” y “Partidos y Elecciones en México’ 2012”, en donde se analizan, sucintamente, las quince entidades federativas que tendrán comicios electorales concurrentes con las elecciones federales el próximo 1º de julio, a saber: Campeche, Colima, Chiapas, Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, México, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Yucatán y Tabasco. Finalmente, en la Sección de la Biblioteca “José Aguilar y Maya”, se describe sucintamente el contenido de 5 ejemplares relativos al tema, mismos que están a disposición del público en general para su consulta.

Atentamente

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I. DISCURSO DEL DIPUTADO ALEJANDRO RANGEL SEGOVIA1

FORO SOBRE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL CENTENARIO DE SU RECONOCIMIENTO LEGAL: GÉNESIS, TRAYECTORIA Y PROSPECTIVA EN GUANAJUATO, 1911-2011 Guanajuato, Gto., a 19 de Diciembre de 2011, 11:00 horas.

Muy buenos días tengan todas y todos ustedes. Bienvenidos a su casa, este Recinto del Poder Legislativo, como siempre es una casa de todos, de puertas abiertas; ahora con registro de unos meses para acá pero como quiera de puertas abiertas. Han sido presentadas las personalidades principales en este evento. Yo quisiera referirme a este evento reiterándoles la más cordial bienvenida a nombre de las compañeras y los compañeros diputados. Aludir en este Foro a los partidos políticos, a cien años de reconocida su personalidad jurídica, nos invita a hablar no sólo de las “partes” que integran nuestra sociedad o de la génesis, evolución, reconocimiento a rango de ley que hubo en 1911 y el estatus constitucional que se logró en 1977, que han tenido estas “entidades de interés público” que son los partidos políticos en nuestro país; sino a reflexionar seriamente en su papel y funcionamiento que tienen como instrumentos o medios intermediarios entre las necesidades, deseos y expectativas de la población con el ejercicio de quién detenta el poder político, fundamentalmente, porque la “pluralidad de pensamientos e ideales” que sustentan los “documentos básicos” de cada partido, pueden cumplirse o naufragar cuando se accede al poder político; pero sobre todo, con la actuación gubernamental, en virtud de que el político es quién verdaderamente logra establecer una coherencia entre su pensamiento y su palabra con los hechos que desarrolla; a diferencia del demagogo, que piensa la vida de una forma, la dice de otra y actúa de distinta manera. Compartiendo este dilema, agradezco de manera sincera su presencia, y les brindo la más cordial de las bienvenidas. No sólo es trascendental este evento para la clase política guanajuatense, sino para todos los habitantes de nuestra entidad y de México al creer en las instituciones y tener fe en que la democracia habrá de sacarnos adelante de las vicisitudes por las que hoy atravesamos. En el siglo XIX, los partidos políticos eran inexistentes, lo que había eran agrupaciones políticas de ciudadanos en organizaciones llamadas partidos o que actuaban como tales, como movimientos políticos; es decir, no tenían estructura orgánica, ni normas de vida interna, ni dirección permanente y única, sino eran simples tendencias de opinión, amorfas y hasta cierto punto fluctuantes, agrupándose circunstancialmente en torno al gobierno o de alguna fracción oficial o “factor real de poder”. No fue sino con la Ley Electoral, publicada el 1

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20 de diciembre de 1911, que los partidos políticos adquirieron personalidad jurídica, al aparecer el articulado de la ley secundaria correspondiente durante la presidencia de Francisco I. Madero. Aunque, previamente, se reconoció la personalidad jurídica de los partidos políticos con la reforma de Ley Orgánica Electoral de 1861, publicada en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Guanajuato, el 30 de julio de 1911. En este tenor, habría que trazar una línea de investigación en perspectiva de Derecho Comparado con las legislaciones de otras entidades federativas, a fin de indagar si fue la primera en su género. El día de mañana, conmemoramos el Primer Centenario de los Partidos Políticos en México; es decir, cien años de haber adquirido su personalidad jurídica como institución en nuestro país. Sin embargo, la falta de credibilidad y confianza en los partidos políticos percibida a través de encuestas y sondeos de opinión llevadas a cabo por distintas instituciones y organismos públicos nacionales e internacionales, se proyecta, si bien no el agotamiento de la democracia representativa, si la necesidad de repensar en el papel y retos que tienen los partidos políticos como actores intermediarios entre las necesidades y las expectativas de la población ante los diversos órdenes de gobierno. Sin duda, los partidos políticos, hoy por hoy, son el eje articulador de los sistemas políticos, de la democracia representativa y de nuestra democracia electoral. Compartiendo este propósito, las y los legisladores del Congreso del Estado refrendamos nuestro compromiso con la democracia, fundamentalmente, con nuestros representados y con las instituciones. En este tenor, exhortamos a los actores políticos, sociales y civiles a fortalecer, resguardar y consolidar nuestro sistema de partidos para la vida democrática del estado de Guanajuato y de México; a celebrar diversas actividades cívico políticas – encuentros, conferencias, mesas redondas, paneles, seminarios, talleres, foros de análisis y debates– en coordinación con los partidos políticos, -que por cierto hoy están más ausentes que presentes- organismos electorales, las legislaturas federales y estatales con el firme propósito de repensar el origen, el funcionamiento y el papel de estas instituciones políticas para nuestra novel democracia. Por ello, celebramos que el Colegio de Historiadores y el Instituto de Administración Pública junto con el Poder Legislativo del Estado de Guanajuato, hayan tomado la iniciativa y convocado a este significativo, especial y transcendente evento, denominado, FORO SOBRE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL CENTENARIO DE SU RECONOCIMIENTO LEGAL: GÉNESIS, TRAYECTORIA Y PROSPECTIVA EN GUANAJUATO, 1911-2011. Yo soy un admirador de la letra y pensamiento de Antonio Gramsci y de él, un pensador integral e íntegro para su época y situación que le tocó vivir de las aristas en las cuales él se inspira. La política fue uno de sus aciertos al dejarnos algunos legados. Nos escribe en El Intelectual Orgánico su visión sobre los liderazgos emergentes para conducir las masas que decía él, son masas luego amorfas, difíciles de elevar con los intelectuales orgánicos que proviniendo de la propia masa puedan sobresalir y después jalar a modo de resortes de poder, las necesidades, los logros y las preparaciones de las masas en su conjunto. Pero hay que dirigirlas decía Gramsci, no hay que pensar que el direccionamiento más inteligente para el aprovechamiento de los intereses de las propias masas pueda venir de la masa informe; y es más crudo en la realidad cuando dice que estas masas, refiriéndose

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sobre todo a las masas de trabajadores están ocupados en otras cosas como para darse el tiempo, decía él, de aspirar a dirigirse a sí mismo. Esto lo traslada luego cuando reinterpreta en su texto de El Príncipe Moderno, a propósito de las anotaciones que a últimas fechas ha logrado El Príncipe de Maquiavelo, o El Principito. El Príncipe Moderno, escrito por Antonio Gramsci, lo que hace es precisamente traspolar todas las directrices que ofertaba a los príncipes para lograr la conducción del poder, el logro del poder, el mantenimiento del poder, lo traslada al partido político. Lo define como tal, que es ente, que debe tener la inteligencia, la estrategia, la suficiencia, para competir, para representar y para lograr una incuestionable dirección de los intereses de las masas mediante el partido político. Esto pues no podría ser de otra manera por eso a menudo los partidos políticos no les cae bien, que tienen direcciones en su interior, que deben ser cumplidas y esas direcciones lo que buscan es lograr la disciplina de quienes están dentro de los partidos políticos. Tener reglas de participación y con ello competir con otros partidos políticos para asumir el poder y ejercerlo después. De tal suerte que el ciudadano que no se adentra a la vida de un partido político, sin duda, a la distancia y en la superficialidad le parecen estos mecanismos como que cerrados, como que excluyentes o exclusivos, de quienes están ahí y luego leemos sobre todo en últimas fechas, en los últimos años, algo así como quejas de la opinión pública tratando de interpretar este sabor de boca de la sociedad, es decir, los partidos se adjudican en este país, el derecho de decidir por todos, cuando ellos cada vez representan menos. Ese será un tema sin duda de análisis, de debate, en foros como este y otros que puedan lograrse, porque no es una cosa fácil decidir sí se está haciendo bien en la manera en que los partidos políticos hoy deciden su modo de actuar al interior, para después resolver su modo de gobernar al exterior. Yo recuerdo en una ocasión, concurrí a una asociación social denominada Rotarios en Irapuato, y hablando de varios aspectos de la política, una pregunta muy directa, - por cierto de un guanajuatense universitario muy distinguido, contador- decía: “los partidos políticos cada vez están más cerrados a la participación de la ciudadanía, cómo entonces pretenden lograr después que la ciudadanía los comprenda y los respalde en sus postulados, etc.” A mí esa pegunta me causó algo de extrañeza porque me puse a pensar cuál de los partidos políticos en verdad tendría sus puertas cerradas al grado de negarle la participación en sus foros, en sus actividades, en el conocimiento de sus principios, de su programa de acción, de su divulgación ideológica, etc. y no se me ocurrió ninguno. Yo creo que los partidos políticos están ahí, lo que nos mueve ir a uno u a otro a veces son antecedentes inmediatos quizás familiares, quizás de que provengamos de algún sector social de la sociedad y nos identifique con algún partido político más que con otro. Pero cuando se tienen ganas de estar en un partido político implica dar tiempo de uno, dar tiempo de la casa, de los hijos y dar tiempo gratis, porque se trata de ir, de estar, de

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escuchar, de darse a conocer, de hacer activismo, de hacer actividad, de brindar sus ideas, de intercambiarlas con las de otros y todo eso implica tiempo y tiempo, y tiempo. Esa es la manera en que se puede algún día sobresalir sobre los demás, ser acaso ese intelectual orgánico que nos pregonaba Gramsci, elevarse por sobre los demás y pretender algún día entender las reglas de competencia, participar en ellas, sobresalir representando a su partido y luego quizás ser un representante popular para llegar a defender, divulgar y hacer entonces efectiva el programa de acción y todo lo demás que ese partido pregona. De tal suerte que esa es la disyuntiva a veces que no es una condición cómoda el pertenecer a un partido político y eso se sabe sólo cuando se está en el. Después estando en el muchas veces ni así, la mayoría de los militantes de un partido político, no tienen oportunidad de aspirar a algún cargo, y sin embargo, los partidos políticos suelen reconocerle militancias de muchos, muchos años, a muchos que han estado ahí y que luego no han sido regidores o cualquier otro cargo, noble, modesto, o de mayor importancia que se pudiera pensar que sea para lo único para lo que se buscaré estar en un partido político. Se está entonces cuando se logra, militancias grandes, se está por convicción, se está por creer en que ese es el conducto para que las cosas resulten mejor, y se está para exigir que luego es lo que menos hacemos, ni al interior de los propios partidos políticos ni al exterior de los ciudadanos organizados. Yo me extendí, de lo que me habían programado decir, pero me pareció importante comentarles, obviamente aquí desde una óptica y una vivencia muy personal de algunos años ya, estas ideas que creo convenientes a efectos del inicio de este foro. ¡Enhorabuena! ¡Bienvenidos! ¡Muchas gracias! Felicidades por la iniciativa.

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II. CONFERENCIA MAGISTRAL DE CÉSAR CANSINO2

Me da mucho gusto estar en mi Facultad, en mi casa de trabajo, para participar en este evento, charlar esta mañana sobre el tema que nos convoca. Agradezco a las autoridades de la Facultad, al Doctor Lares, por su invitación a Nicéforo Rodríguez. Como soy de casa tengo que participar aquí con mucho gusto, de manera gratuita, espontanea y desinteresada. Agradezco mucho a Enrique por sus comentarios hacia mi persona y sin más preámbulo le damos salida a lo que he preparado para la charla del día de hoy. Cuando me invitaron a participar sobre el tema de partidos políticos, lo primero que me vino a la mente fue un libro muy famoso que es el libro más importante a juzgar por las citas que ha tenido. Se ha convertido en un referente de la ciencia política contemporánea, más importante e influyente sobre partidos políticos es el libro de Ángelo Panebianco, un politólogo italiano. Este libro en particular “Modelos de Partido”, es un libro que tarde o temprano llegará a sus manos, y que todo politólogo debe conocer. Resulta que hace unos años. Hace como quince años invité a Ángelo Panebianco, a hablar de su libro. El libro era de principios de los años 90, y lo invité a México a impartir una charla con respecto a esa temática. Eso fue, repito, hace 15 años, la ciencia política todavía “vivía”, todavía gozaba de cabal salud. Como saben ya la muerte de la ciencia política le decretó su acta de defunción a esta disciplina. 2

Conferencia Magistral, “Los partidos políticos en México. Mitos y realidades” impartida por el Doctor César Cansino 16 de noviembre de 2011, en el marco del Seminario: A Cien Años de los Partidos Políticos en México, 1911-2011. Balance y Perspectiva, organizado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. César Cansino es licenciado y Maestro en Ciencia Política por la UNAM, Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Florencia (Italia), y Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense (España). Actualmente es Catedrático-investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Guadalajara, Jalisco) en el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos; es Profesor de Teoría Política en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y en la Maestría en Ciencias Políticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

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Como quiera que sea, lo invité y Ángelo Panebianco me contestó, que no podía asistir a la reunión para impartir esa conferencia y básicamente lo que él dijo fue: que él ya no se ocupaba de ese tema que eran los partidos políticos, que había escrito un libro pero que después pasó la página para dedicarse a otras cosas. Precisamente esta anécdota la cuento porque yo también hace ya un rato, que no me ocupo de manera central en el estudio de los partidos políticos, y me vi tentado a responder como me dijo Ángelo Panebianco, con una gran honestidad intelectual que lo mejor era prescindir, que agradecía la invitación, pero que él ya no se ocupaba del tema de los partidos políticos, y yo quise hacer lo mismo. Siendo honestos, hace tiempo que no tengo una elaboración teórica, ni contribuyo en los debates temáticos en el asunto de los partidos políticos como cualquier estudioso de la realidad mexicana, latinoamericana, de los problema políticos contemporáneos, pues evidentemente bordeo siempre con los temas de los partidos, de la democracia representativa, etc. Pero eso no significa que no haya tenido en su momento alguna contribución, quizás modesta, no lo sé, en el tema de los partidos políticos. Sobre todo cuando pude participar en los circuitos que en su momento elaboraban propuestas, teorías, investigaciones sobre esta temática en los centros hegemónicos de producción de la ciencia política. Lo menciono porque hay un antecedente, me voy a remitir a ello, pero sobre todo para mostrar muy en sintonía de lo que ha sido el desarrollo intelectual teóricos posteriores, que todo eso que la ciencia política ha venido desarrollando sobre partidos políticos, no nos ayuda a entender la problemática de los partidos políticos y la complejidad en este principio de siglo XXI. Esa literatura, quizás fue valiosa en su momento, fue sugerente y apuntaló muchísimos trabajos, incluso, permitió hacerse muchas preguntas sobre la evolución de los partidos políticos, sobre las contradicciones de estas formas de organización o de intermediación de intereses etc. en fin, quizás por una deformación intelectual haré un brevísimo repaso a esas contribuciones. Buscaré paso seguido, insertar mi pequeña y modesta contribución teórica a la temática de los partidos para precisamente mostrar lo que esa literatura trabajosamente elaboró durante años, hoy, resulta francamente distante, insustancial para dar cuenta de la problemática que hoy acusan estas organizaciones o institutos políticos, como suele llamárseles en México. En fin, tampoco es que haya mucha producción sobre partidos, o si la hay, pero en todo caso no es tan añeja en el tiempo, porque los partidos políticos tal y como los conocemos resulta un fenómeno relativamente reciente. En México, a juzgar por el título del evento que nos reúne son cien años desde que se constituyeron formalmente esta figura indispensable para las democracias representativas. Hegel desde el siglo XIX ya se refería a los partidos políticos y de alguna manera le dio el sesgo al estudio de estas organizaciones que después fue recuperado por la mayoría de los autores de este sesgo elitista que considera a los partidos como estructuras de organización de la democracia. Sobre todo en sociedades complejas que requerían estas modalidades de representación y

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en consecuencia el sesgo que le imprimió siempre Hegel a esta idea de los partidos políticos, era que finalmente eran las élites políticas representadas en los partidos políticos los que tomaban las decisiones vinculantes en una sociedad, por lo cual la democracia se convertía en una jaula de hierro, donde la inmensa mayoría de la población, de los ciudadanos, al carecer de la formación indispensable para participar en los asuntos públicos, tenía que delegar esa actividad en políticos profesionales. De ahí viene toda la literatura del elitismo político como Mosca, Michels y Pareto, ya introduce la idea de la oligarquización de la política y después simultáneamente con estos desarrollos fueron surgiendo los estudios de los que se conoce como Rational Choice, o análisis económicos de la política, Joseph Schumpeter en 1942, Anthony Downs en el 57, Buchanan, con el Cálculo del Consenso, etc. en donde también hay esa idea de que la democracia es un asunto de elites políticas que básicamente se repartían el mercado en estas formas de organización que eran los partidos políticos. Formas modernas de agregación de intereses y sobre todo de búsqueda de los apoyos necesarios para que la elite política, se convirtiera y siguiera detentando el monopolio del ejercicio del poder político y detentar a su vez de los privilegios que supone precisamente detentar el poder político. Simultáneamente, ya para hablar de la ciencia política de los primeros desarrollos, evidentemente circunscritos a la lógica de construcción de un discurso propio de un método científico donde había que plantear hipótesis y demostrarlas pues arrojó primero de manera muy tibia, algunos balbuceos sobre los partidos políticos y la función que desempeñan las democracias. La primera literatura medianamente influyente de la ciencia política son los estudios eclécticos que básicamente buscaban una explicación de por qué existían en las democracias esos partidos con esas tendencias ideológicas y esos posicionamientos en determinadas sociedades. Por qué en un país podía existir un partido obrero, comunista, católico, conservador y ellos encontraban la explicación en el pluralismo social, en las líneas de conflictos sociales que se transferían a los ámbitos de representación política. Esta fue la literatura que dominó la ciencia política de los años 50, 60, y ya después tendríamos que referirnos a los trabajos pioneros y muy importantes de Robert Dahl el politólogo más famoso de todos, lo digo porque ustedes son politólogos. Las referencias que yo doy son referencias que tendrán que leer en algún momento si es que realmente les interesa seguir el llamado de su vocación politológica. Robert Dahl, en 1971 escribe un libro que se llama: “La Poliarquía”, que se refiere el tema de la oposición, el papel que desempeña la oposición, sobre todo la idea del pluralismo que es una característica inherente a las democracias. No se puede hablar de democracia sin pluralismo que en la definición de Robert Dahl era la existencia de más de un partido en condiciones reales de contender por el poder político. A lo de Robert Dahl, siguieron muchísimos otros trabajos y el más importante de todos al menos hasta ese momento, fue el de Sartori, un trabajo del 76 que se llama: Partidos y Sistema de Partidos, todos con una definición muy precisa de las funciones que

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desempeñan los partidos políticos en las democracias y en las no democracias, porque acúrdense que se debe a Sartori la definición del partido hegemónico que nos venía muy bien para el caso del PRI, del partido hegemónico en México, y es una definición que se da en este libro de 1976 y que llegó para quedarse. Ahí fue que a Sartori le interesaba mucho hacer una tipología de los sistemas de los partidos, estudiar a los partidos en relación con otros partidos para hacer una tipología a partir del número de partidos existentes, bipartidista, pluripartidista, y el grado de competencia que se daba entre ellos. Este libro de Sartori del 76 fue el más importante hasta ese momento, hasta que apareció en el escenario un nuevo libro de Ángelo Panebianco que es el autor que me refería al inicio y que se llama: “Modelos de Partidos”. Y en el libro mencionado Ángelo Panebianco introduce una corriente que estaba de moda en la época que era el neo-institucionalismo para enfatizar ante todo que un partido es una organización de poder y que en consecuencia no bastaba saber la función que desempeñaba el partido, sino sobre todo estudiarlo como una élite en conflicto en donde hay disputas internas por ocupar zonas de incertidumbre, espacios de poder y que esas zonas de incertidumbre, y esas relaciones de poder internas dentro de la organización, influía en la imagen que el partido daba hacia los votantes, hacia los ciudadanos. Podría continuar las referencias pero precisamente es ahí en ese momento donde yo inserto lo que fue mi contribución modesta al tema. Ya lo refería Enrique, mi estudio sobre Practical Government salió publicado en la International Political Science Review en un número que yo coordiné y que tuvo mucha influencia en su momento, entre los estudiosos de los partidos políticos. Pero que pretendía ser, repito, no lo haría ahora, he señalado y apuntado en innumerables ocasiones, sobre todo en este libro, porque la ciencia política adolece de serias deficiencias que nos impiden llegar al meollo de la problemática y de la complejidad en este caso de un asunto tan crucial como son los partidos políticos y la ciencia política a lo sumo nos permite hacer tipologías sobre los partidos, examinar sus funciones, ver en la realidad qué tanto cumplen los roles que se esperan de ellos, etc. etc. Pero eso no es la problemática que hoy inquieta, a quien se interesa por la política o por la democracia, esas ya no son las temáticas. Yo en su momento siguiendo esta perspectiva muy politológica cuando yo todavía me movía en los paradigmas cientificistas, desarrollé primero una definición de un partido que fue muy bien aceptada por la comunidad politológica, una definición distinta donde trataba de incorporar lo que se había hecho hasta entonces. Para mí un partido es una organización política con lo cual recuperaba la idea de Panebianco, que cumple determinadas funciones en el sistema político, con lo que también recuperaba la idea de funcionalista, sistémica, clásica a la de Sartori a la definición, pero añadía a la definición un rasgo específico. Un partido es una organización que cumple determinadas funciones, que ejerce determinados roles, y esto es lo que yo añadía dependiendo del lugar que ocupa en el sistema político. No es lo mismo un partido en el gobierno, que un partido de oposición o en la oposición, cumplen funciones totalmente distintas. Pude trabajar sobre todo en la idea de Practical Government, que era la expresión que se introdujo en ese momento para referirse a esta idea del partido gobernante o partido del

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gobierno, y después de una investigación de muchos casos como suele hacerlo una ciencia política rigurosa, demostraba que el grado de influencia de los partidos en el gobierno, es decir, su capacidad de influir en las decisiones que toman los gobiernos, es prácticamente inexistente. Por lo cual la figura de partido gobernante es un mito, un mito genial que en la realidad no se ejerce ni siquiera en las democracias parlamentarias donde supuestamente los ciudadanos votan por los partidos y son los partidos los que forman los gobiernos. Pero en términos prácticos si la función del gobierno es tomar decisiones, los partidos no influyen de manera determinante en este ejercicio cotidiano del poder de los gobiernos de tomar decisiones, en fin, establece una tipología que trato de demostrar porque no influye en la formulación de política, no influye en el reclutamiento de la clase política o del gobierno, porque finalmente vendría siendo una competencia del presidente o del primer ministro, de los ejecutivos, y muchas veces responde a otras lealtades a otras lógicas, digamos que la militancia partidista dejó a su tiempo de ser el trampolín para insertarse en los grandes “bisnes” que suponen ocupar carteras importantes a nivel ejecutivo, y otras variables. Posteriormente introduje después de este estudio, sobre Practical Government que amplifique después para América Latina. Yo estaba metido en esos rollos, sería en esa misma lógica discursiva, nadamas que aquí utilizando, casos de América Latina, no solamente europeos. Como quiera que sea, si yo tuviera que regresar a estas temáticas y ponerme la bata del politólogo, creo que habría un tema igualmente que se ha construido sobre un mito, que es un mito genial y que refiere politológicamente hablando ser desmentido, es decir, si yo fuera politólogo o creyera todavía en la ciencia política haría esa investigación, si tuviera tiempo, pero como ya no me interesa la ciencia política ya no lo voy hacer nadamas lo voy enunciar. Es la idea del partido de oposición. Esto es otro mito genial, el practical position, tampoco existe, ya no existe oposición en la democracia moderna, ¿por qué no existe oposición en las democracias modernas? Porque hoy el poder se comparte y se reparte entre todas las organizaciones políticas. Ya no hay un deslinde claro en términos de posicionamientos, en términos ideológicas, la disputa del centro ideológico, la disputa de los mercados electorales ha llevado a desdibujar posicionamientos y en consecuencia, hoy existen, mas bien, relaciones, negociaciones, acuerdos entre las fuerzas políticas para un único fin que es preservar sus privilegios que supone entrar en algún nivel de la estructura política con posiciones de poder. Hoy, no existe oposición, en el sentido de que hoy, todos los partidos se reparten el pastel y ese simple hecho lo lleva precisamente a mantener posiciones bastante acomodaticias por decirlo de alguna manera, no de confrontación a menos de que sean posicionamientos ideológicos insalvables, una disputa desde los absolutos ideológicos que a veces es importante preservar también con fines mercantiles o fines de captación de votos, pero en la práctica, no se puede hablar ya de oposición. Yo lo anunció, quizás entre algunos de ustedes haya un entusiasta politólogo que todavía cree en la ciencia política y que le gustaría hacer una tesis politológica sobre el practical

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position, sobre el mito de la oposición en las democracias modernas, pues hay tienen un tema que puede ser interesante. Yo se las puedo asesorar si alguien tiene interés. Eso es lo que yo he trabajado, pero eso ya no sirve. No sirve para estudiar la política, y más que para estudiarlo, investigarlo, para medirla de manera rigurosa, sistemática, con un método de control, empírico etc. que es finalmente lo que yo cuestiono, la camisa de fuerza del método que ha inhibido la producción de saberes científicos, y no lo digo yo, quisiera nadamas, brevísimamente apuntar que esto de la muerte de la ciencia política lo dijo la única persona con la suficiente autoridad intelectual y moral para decirlo que es Giovanni Sartori, el mismo que inventó la ciencia política, cincuenta años después dice que no sirve para nada. Así de sencillo, digamos que Sartori ya en la vejez le llegó esos minutos de lucidez, donde quiso ser honesto y decir que eso que él contribuyó a hacer francamente le había dado la espalda a la vida, a la experiencia y que terminó siendo una ciencia de iniciados donde perdió de vista las grandes problemáticas que inquietan a la gente, a la sociedad, que es finalmente la fuente de lo político. La ciencia política, dice Sartori mató la política desde el momento en que lo sustrajo de la sociedad para volverlo una variable tendiente y poderlo desentrañar con fines de explicación científica. Entonces, tampoco se asusten, esto de la muerte de la ciencia política es una cosa seria, por eso yo cuando digo que hace algunos años, cuando todavía vivía la ciencia política, ahora la tendencias es reconocer sus limitaciones. Pero eso ha muerto, lo que no ha muerto es el interés por entender mejor la política, por entender mejor los fenómenos políticos y quizás la ciencia política no es el instrumental, no es el espacio, el lugar, para encontrar las mejores explicaciones de los fenómenos políticos, hay que salirse por ahí, en fin, no es el tema de esta charla, sino simple y sencillamente sí señalar que cuando uno habla hoy de partidos políticos, hay un evidencia lirica inobjetable que es finalmente lo que no se puede evadir. Hablar hoy de partidos políticos, es hablar de la crisis de los partidos políticos, ese es el tema fundamental cuando uno enfoca su mirada precisamente hacia estas formas de organización y agregación de intereses para decirlo en clave, sistémica o funcionalista. La crisis de los partidos políticos. Hablar de la crisis de los partidos políticos es hablar de la crisis de la democracia, que no es otra cosa que la crisis de representación. Si las democracias están en crisis, las democracias institucionalmente hablando, entendidas como forma de gobierno están en crisis, es porque parece que ha flaqueado, se ha diluido, se ha desvanecido uno de sus fundamentos inherentes que es la representatividad. Los partidos no nos representan, no es en México es una tendencia mundial, es decir, yo ciudadano, ustedes ciudadanos, nos sentimos cada vez menos representados por los partidos políticos, ¿ustedes se sienten representados por los partidos? No, y eso es una tendencia mundial que además se ha hecho visible en los últimos años de manera más clara, inobjetable y contundente. Porque no citar el 15 “M” una experiencia reciente, donde se visibiliza este malestar hacia los partidos políticos, donde básicamente a través de las redes sociales, los jóvenes en principio –no en principio, porque finalmente no es que sea básicamente una percepción generacional- pero los jóvenes, en twiter sobre todo en España decidieron salir a las calles

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para decir: “todos los partidos son unos corruptos”, “nos han visto la cara”, “son unos creídos, unos miserables”, “unos cínicos”. Entonces, esa visibilización del descontento nos habla de este desgaste que los partidos políticos en sus funciones sustantivas que es representar a los ciudadanos, esa es la función. Ese es el tema, y la ciencia política no puede ofrecer respuestas fehacientes, profundas, persuasivas para entender esta problemática. Lo de la ciencia política puede hacer cuando se le pregunta, se le inquiere sobre la crisis de los partidos, pues es estadísticas nuevamente, hacer comparaciones superficiales. Bueno, si hay una crisis de los partidos, eso se puede ver por ejemplo el que ha disminuido, ha influido en la votación, hay un creciente abstencionismo que refleja precisamente un alejamiento de los ciudadanos hacia los partidos que los convocan a votar por ellos. La ciencia política puede establecer comparaciones para ver si la matricula, la membrecía de los partidos, la disminución de la matricula es un signo de la crisis de los partidos y en consecuencia la idea del partido de masas del pasado, ya no se sostiene porque hoy, hay partidos que gobiernan en el mundo, lo cual no es un cuento chino, es verdad. Hay partidos que llegan al poder político en una nación y que no tienen militancia partidista y sus oficinas son un espacio de dos cuartos con una secretaria, es decir, ahí también pueden medir esta falta ya de capacidad de un partido de motivar la participación en términos de militancia, precisamente por este alejamiento, por esta falta de entusiasmo e incapacidad para conectar con la sociedad. Eso es lo que puede hacer la ciencia política, no puede hacer más, el tema está ahí para encontrar explicaciones profundas. No va a quedarse en la superficie. Entonces, de qué nos habla la crisis de los partidos, la crisis de la democracia qué nos está sugiriendo. No solamente lo que la ciencia política puede establecer porque además la ciencia política es muy trabajosa. O sea la ciencia política encuentra el problema, hace su diagnóstico, ¡claro! Según mis estadísticas y comparativos hay una crisis de los partidos que se refleja en un descenso significativo en la participación o en la militancia. En consecuencia cómo se soluciona el problema y ahí es donde viene la trampa, ingeniería constitucional, entonces, basta diseñar mejores reglas del juego para los partidos políticos, sugerirles ser muchos más fieles a su oferta política en el momento de ocupar cargos públicos, ser más eficientes en su desempeño. Saber arraigar su propuesta, socialmente, en fin, no deja de ser propuestas de maquillaje, propuestas cosméticas que no van de nuevo al meollo del asunto, no, ese es un problema más grave aún que debe desentrañarse con otros elementos que tiene que ver y que exige también una manera distinta de entender no sólo a los partidos, sino a la democracia. Y no solo a la democracia, sino a la política, y la ciencia política ahí tiene un límite estructural que llegado a ese momento no puede sobrepasar sin violentarse a sí mismas, porque la ciencia política se debe a su programa de búsqueda, científico, riguroso y tiene su camisa de fuerza que no puede quitársela tan fácilmente, ni por la exigencia de poder, respuestas o explicaciones mucho más convincentes y persuasivas y cercanas a la realidad sobre las problemáticas que nos ocupan. ¿Por qué están en crisis los partidos políticos? Hay muchas razones por las cuales están crisis, pero para eso hay que entender algo que la ciencia política ha prescindido de la dimensión simbólica de la política.

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¿Qué es la dimensión simbólica de la política? Que por cierto eso lo trato en la revuelta silenciosa, que es la propuesta para estudiar la democracia, para estudiar los partidos, para estudiar la política, desde este aspecto que pudiera parecer muy innovador y original, pero en realidad es volver a los orígenes. La revuelta silenciosa o la dimensión simbólica de la política es muy sencillo, es simple y sencillamente lo que la gente desea, lo que la gente anhela, lo que la gente piensa, lo que quiere, y en ese sentido, cuando uno estudia los partidos políticos y trata de entender este divorcio, distanciamiento, alejamiento de lo que la gente quiere, es finalmente una de las maneras de tener esta crisis de representación. Los partidos le han dado la espalda a la ciudadanía, no la escuchan, no la oyen, caminan por su lado, hay corto circuito, un distanciamiento, de eso se trata, precisamente de recuperar eso que es la dimensión simbólica. Pero si uno recupera la dimensión simbólica en la política, tendrá necesariamente que pensar la democracia de manera distinta. La democracia no sólo es una forma de gobierno como pretende la ciencia política, sino es sobretodo una forma de sociedad, esa es la gran diferencia, una forma de vida. Pensar entonces la democracia desde las sociedades, es pensarla desde el espacio público, desde el lugar de encuentro de los individuos, de los ciudadanos, es ahí donde finalmente llenan de contenido los valores que han de articular a la sociedad y que les guste o no les guste a quienes ocupan materialmente el poder político que representan en las instancias vinculantes de la sociedad, también esos valores han de influir y repercutir en los actores profesionales de la política. Decía, ¿por qué están en crisis? Bueno, hay muchas explicaciones. Yo no puedo profundizar aquí, evidentemente hay un corto circuito, donde haces el diagnóstico, pero los partidos son fuente de violencia, eso es un tema también que amerita ser investigado, amerita ser reflexionado. ¿En qué consiste la violencia En primer instancia podría ser una barbaridad lo que estoy diciendo, porque uno pudiera pensar en clave politológica que democracia y violencia son agua y aceite, no pueden reflexionarse, priorizarse, de manera vinculante que son excluyentes, que la democracia es una forma de gobierno, que supone la resolución pacífica de las diferencias y los conflictos mediante la configuración de gobiernos, que se ven obligados a mantener formas de equilibrio de los poderes y en esa medida no puede ser el imperio de la arbitrariedad, de la imposición, por ninguna circunstancia. Sin embargo, he dicho aquí una idea que es hasta cierto punto contradictoria con esto al menos que violenta la realidad o la teoría, o lo que nos han dicho que es la democracia como forma de gobierno. ¿Por qué digo que los partidos son fuente de violencia? Bueno, porque la violencia nace entre otras cosas de ignorar a la ciudadanía, eso es el meollo del asunto. Es una violencia inherente a los partidos, porque no escuchan, trabajan a espaldas, gobiernan los partidos

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en el vacío, no hay esa retroalimentación, que desde otras tradiciones de pensamiento siempre se han tratado de reivindicar y defender. Los partidos o los gobernantes, los representantes, tienen que trabajar en atención activa a la sociedad, porque de otra manera estarán gobernando en el vacío y al no hacer esto genera violencia. Genera expresiones de descontento, de ira, de reprobación, de rechazo, etc. en consecuencia genera posicionamientos excluyentes, esa es una fuente de violencia. Otra fuente de violencia de los partidos políticos y aún reconociendo que la oposición es un mito como tal, en términos prácticos, es la dogmatización de la política que procede por efecto de la intervención de los partidos políticos tal y como están configurados a la realidad. Aquí hay una dogmatización de la política que es también exclusión, y exclusión es siempre violencia, porque es la negación del otro y los partidos se han venido construyendo así. Es parte de este desencanto, donde los partidos muchas veces anteponen la descalificación del adversario. La imposibilidad de llegar a consensos, de llegar a acuerdos, reivindicando precisamente condiciones muy endebles, intereses particulares etc. y eso también es una fuente de violencia que abona al descredito de los partidos, abona a esta crisis de los partidos. La sobrevaloración que abusan los partidos, y si no échenla una miradita a Europa ahora que está en crisis y verán los posicionamientos dogmáticos que muchos partidos están manteniendo frente a la crisis. En España es el ejemplo quizás más característico con esta disputa entre la izquierda del PSOE y la derecha del PP que no hay ninguna posibilidad de conciliar, ahí se mueve en los extremos irreconciliables de absolutos insostenibles y que en ese sentido escapan a la realidad. Son posicionamientos que no aproximan, que más bien desalientan la participación ciudadana. Esa dogmatización de la política es violenta, o es una fuente de violencia porque mata la política. Podríamos hacer una canonjía de las ciencias sociales que se construyen a partir del saber es único, de verdades últimas, dice tener la verdad por ser el dogma sobre cómo aproximarse al estudio de algo, termina siendo puro totalitarismo y esa es finalmente la consecuencia haciendo esta analogía que también tiene el dogmatismo de los partidos políticos que reproducen en las democracias modernas terminan siendo espacios de alguna manera totalitarios, porque solamente el dogma puede construirse desde la imposición. No quiero ahondar en estas características de la violencia de los partidos políticos como una de las muchas posibles explicaciones de esta crisis de los partidos. Pero sí les pido retenerla para lo que venga después. En México, hagamos un primer aterrizaje, no es la excepción y eso francamente no deja de ser trágico por una sencilla razón, tenemos once años de democracia, sea once años de democracia y ya tenemos los mismos vicios, las mismas perversiones, patologías de los partidos consolidados en las democracias consolidadas. Reconocidos esas mismas al grado de que hoy adolecemos de la misma violencia institucional generada por los partidos políticos y somos espectadores de una clase política que ha secuestrado al país de manera cínica y que no es capaz de introducir, porque no le conviene, los ajustes normativos institucionales que nos aproximen a una normatividad medianamente basada en los derechos civiles y políticos y las reivindicaciones ciudadanas.

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Entonces, tenemos una clase política perfectamente cobijada, arropada, por una legislación que no solamente le permite mantener y suscribir sino también preservarlos, incrementarlos y reproduce entonces a una escala verdaderamente terrible esta crisis que ya abusan los partidos en democracias consolidadas. Nosotros estamos empezando a aprender a vivir en democracia después de setenta años de dictadura perfecta, después del monopartidismo hegemónico del PRI, del partido de estado, oficia, donde todo pasaba por el partido y donde hay una simulación burda y grosera de democracia. Hemos pasado a un sistema de democrático incipiente con un pluralismo de partidos, pero no ha terminado de cuajar, en el entendido de respaldo, de apoyo. Es muy sintomático por ejemplo, que yo no conozco otro país en el mundo, donde el número de indecisos frente a la convocatoria de los partidos sea tan grande. En México el 40% de los electores no sabe por quién va a votar, no tiene la camiseta de un partido en particular, vota por el candidato el que le llena el ojo en algún momento y le diga: “´pues a mí me late”, pero no hay las identificaciones partidistas que suele ser una cuestión fundamental para las democracias, porque así los partidos en las democracias consolidadas, saben cuál es su parte, su objetivo a perseguir, que normalmente suele a ser de 5 a 10% del electorado indeciso. En México tenemos del 30 al 45% del electorado que no sabe por quién va a votar. ¿ustedes ya saben por quién van a votar? Bueno. Ahí está López Obrador y a muchos les llena López Obrador. No es un dato menor, en todo caso para hablar de cómo en nuestra democracia estamos apenas aprendiendo a vivir el pluralismo de partidos en competencia, en procesos electorales, medianamente confiables. En Michoacán, ya saben lo que pasó, es decir, avance y retroceso. No tenemos todavía una legislación electoral confiable, en fin, lo que todo mundo sabe, no quiero decir obviedades. Pero que termina precisamente motivando este desprestigio, este malestar y que tarde o temprano lo expresa la ciudadanía, no votando, convocando al no voto y todas esas expresiones que no nos dicen otra cosa que hay un profundo malestar hacia la representatividad de los partidos que no convocan los apoyos que ellos quisieran. ¿Qué es lo que hemos construido en México? Incluso podríamos decir que nos hemos alejado si es que hubiera un derrotero posible en los países que transitan a la democracia aunque tardíamente como México, que la van construyendo trabajosamente con medios electorales que fue el eje de la transición en México desde el 77, uno pudiera decir: Bueno, hay de alguna manera un derrotero, que hay que seguir para construir la democracia, para que los partidos se consoliden porque no hay posibilidades de consolidar la democracia o la representatividad de los partidos, si los partidos no se arraigan, si no son capaces de vincularse con la sociedad en general, las clientelas indispensables precisamente para la competencia de partidos. Sin embargo, en México si había un derrotero, si había el script, a partir de los modelo de transición en el mundo, en México siguió su camino, o sea siempre solemos distinguir, nos destacamos de hacer las cosas a la mexicana. Nosotros seguimos nuestro camino, que fue básicamente transitar a la democracia, pero sin hacer una reforma normativa, profunda, integral,

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a las leyes – no tenemos una ley de partidos, no tenemos, o mantenemos en lo general la normatividad que damos en tiempo, pero que resulta que era empezando por la Constitución diseñada y modificada sistemáticamente para reproducir a una clase política en el poder y mantener las características autoritarias de un régimen político. La reproducimos en un régimen que por la vía de la alternancia transitó a la democracia, pero que no ha diseñado, no ha rediseñado, modificado, ese entramado normativo para que funcione de acuerdo a una lógica democrática. En consecuencia como decidimos no hacer la tarea que era indispensable, decidimos no construir la democracia, no instaurar la democracia, que no era otra cosa que la reforma del estado, decidimos hacer parches y reformas políticas bastante in débiles con puntos aislados que no tocan el meollo del asunto que es la forma de gobierno, que son los equilibrios de poderes, que es el federalismo entre otras muchas cosas. Entonces, ¿Qué hemos construido? La propia patología, la propia forma de entender la democracia y lo peor de todo es que hemos terminado por creer que esto que estamos construyendo, esos procesos electorales, impugnados, manoseado, infiltrados por el narco, impugnados después porque no ganan y se incomodan, institutos electorales que actúan de acuerdo a leyes ambiguas en su formulación como el Cofipe después de la reforma del 2007, etc. etc. no hemos construido una patología. Lo que tenemos en México no es normal en una democracia, es algo perverso, es una perversión, hagan de cuenta que si el librito, el script y los otros para acá. Construimos algo inédito, turbio, algo a medio camino entre el autoritarismo y la democracia, algo a la mexicana para que me entiendan. ¿Qué es eso? Bueno, por ejemplo, en un pasado de un partido hegemónico, el PRI a una partidocracia, a un sistema de tres partidos hegemónicos, ahora son tres, antes era uno, pero son igual de hegemónicos que el de antes y la partidocracia es una perversión de la democracia, eso no es normal. La partidocracia es básicamente cuando las fuerzas políticas, los partidos no existen mecanismos institucionales, normativos, para contestarles o para exigirles responsabilidad, ellos son los que deciden, los que se reparten, los que tienen las condiciones optimas para reconocer sus privilegios que son muchos, en la normatividad que existe, es decir, no existen los estímulos suficientes, los incentivos, para que los partidos, sacrifiquen sus sino en formas que su única… sería precisamente eso, una reforma política, una reforma electoral. Sacrifiquen parte de sus privilegios que hoy disfrutan de manera excesiva y que no se corresponde con la lógica normal del funcionamiento de una democracia, en fin, podría dar muchos ejemplos, pero me interesa sacar lo de los partidos. Pero en esto que estamos construyendo en México que es tan patológico como el hecho de que un presidencialismo que ya no es el presidente imperial de la era priista, un presidente en el centro, en el vértice de las decisiones con amplias facultades y prerrogativas. Pero ahora tenemos un presidente advenedizo, un presidente acotado, y eso también es una perversión de la democracia. Por eso estamos escandalizados y vemos tanta inestabilidad. Un presidente que se le cae del cielo sus secretarios de estado. Entonces, eso genera una gran inestabilidad en todos los sentidos., como ustedes quieran pero inestabilidad, incapacidad, ineficiencia, etc. etc. eso también es patológico. Nosotros no votamos, cuando nos llaman a votar por un presidente de la republica, no votamos por

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un presidente débil, por un presidente que no puede hacer prosperar sus iniciativas en el Congreso, por un presidente que tenga pantalones, ¿tampoco votamos por un presidente un loco que viene a matar delincuentes e incendiar el país? No, porque es una locura también, pero no voy hablar del tema. Lo que me interesa en todo caso, para ir acercando la conclusión y no robarles mucho tiempo, para que ustedes me puedan hacer algunas preguntas, o críticas, todo se vale. Lo que interesa en todo caso es mencionar lo siguiente: es decir, hay una tendencia mundial y México ya se sumó a esa tendencia y se sumó de la peor manera, porque lo que estamos viviendo es verdaderamente una barbaridad desde cualquier punto de vista. Hay una tendencia que es la crisis de los partidos políticos. La crisis de la democracia representativa pero existe otra tendencia también mundial que no podemos negar y que sumadas, vistas en conjunto son las que nos obligan invariablemente a mirar a la política de manera distinta, si es que queremos dar cuenta de esta problemática y de la complejidad que encierra y no quedarnos en la superficie de estadísticas, de los estudios comparados, cosméticos, que no van al meollo del asunto. Esa segunda tendencia ya la había apuntado. Básicamente tiene que ver con el malestar social, es decir, hay formas inéditas de activación social que están visibilizando el malestar. Aquí también hemos visto una evolución al respecto, pero hoy, si tuviéramos que hablar de esta segunda tendencia y ser lo más fieles a la realidad, y tampoco sin idealizarla porque es un proceso hasta cierto punto reciente que está en espera de una teorización seria, es todo el fenómeno de las redes sociales. El fenómeno de twiter, el fenómeno de facebook, redes sociales que hoy son indispensables para empezar a entender este malestar social que se ha venido activando simultáneamente con el distanciamiento, con la crisis, con el vacionamiento de los partidos políticos en términos de su capacidad de enraizar su proyecto social. Entonces, hay una gran distancia al lado del movimiento social. En el pasado todavía reciente, formas de organización social las Ongs etc. pero hoy me parece que lo más cercano a esta idea o lo que mejor refleja en términos de un termómetro de lo social y que es, repito, relativamente reciente, son las redes sociales. Yo no sé si ustedes son twiteros o no, seguramente están en la prehistoria del facebook, pero no importa. Los twiteros saben a lo que me estoy refiriendo. Hay un termómetro que aproxima e interesa a esa fotografía de lo que inquieta de lo que preocupa, de lo que la gente piensa, un sector de la gente, tampoco se puede generalizar, pero es un fenómeno interesante. El día de ayer, se anuncia por poner un ejemplo, podría poner muchos. Se anuncia la designación de Manuel López Obrador, como candidato, a los cinco minutos hay discusiones, salieron del closet los “López obradoristas”, los “anti peques”, pero el tema del día lo dio el propio López Obrador, la república amorosa, y además él es genial, se presta mucho a discutirse, a jugar con él y así a la república amorosa, además de que es genial el rollo se presta mucho a discutirse, a jugar con él. A la república amorosa llegó un momento en que tenía cien entradas por minuto o más. Había de todo, los que reivindicaban esta figura, y otros quienes le trataban de dar un sustento filosófico.

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Hoy escuchaba a López Obrador con Carmen Aristegui, le preguntó sobre qué hay de la república amorosa y francamente me decepcionó porque no supo responder, al parecer fue una ocurrencia del momento. Independientemente de esto. Yo creo que es muy importante reconocer que hoy existe en las democracias y lo que nos obligue a entenderlas como forma de sociedad, como formas de vida, lo que se propone finalmente si uno reconoce el valor que tiene las redes sociales como la expresión ahora más cercana a esta idea del debate público de la deliberación pública. Me parece que tendríamos que repensar la democracia en otros términos. No es casual que hoy twiter o las redes sociales, sean para los partidos políticos, porque ya se dieron cuenta en donde está la onda, en donde está la discusión, donde hay un sector de la población que tiene influencia, impacto social y que tener ascendiente, apoyo en twiter resulta crucial para sus aspiraciones políticas. Entonces no es casual que los partidos hoy hagan campaña y vayan hacer sus campañas en twiter, es un espacio ahora. Pero en todo caso y antes de reconocer algunos elementos importantes de por qué twiter y digo twiter básicamente pues yo soy mas twitero que facebook y además porque reconozco en twiter ciertas virtudes que carece facebook, pero no voy a entrar en una temática de esa charla. En todo caso está por teorizarse, empezaría diciendo que no podemos meter en el mismo saco los medios electrónicos convencionales, televisión, radio, que por cierto están ahora metidos en una confusión profunda por muchas razones y las redes sociales hay que meterlos en sacos distintos. Los medios de comunicación como ustedes saben han sido muy importantes en el México reciente y en las democracias en general, como socializadores de posicionamientos de los partidos, como espacios para buscar, motivar apoyos, etc. Pero esos espacios, son espacios básicamente interesados, es decir, ahí están los dueños de los medios que evidentemente influyen con sus intereses, son espacios donde el mensaje se transmite de manera vertical y unidireccional, no hay retroalimentación, funcionan, repito, a partir de lo que los dueños de los medios buscan, sobre todo proyectar y se deben a esa lógica, que han vivido su propia transición pero finalmente siguen atrapados en esa lógica. Las redes sociales por el contrario, son espacios que han sido ocupados por los ciudadanos, por la sociedad. No son espacios ocupados por un puñado de empresarios que fijen la línea de la red social, es decir, si tienen dueño, sabemos que tienen dueño y cotizan en la bolsa, que son millonarios, pero no, finalmente quien les imprimió su característica de debate en múltiples direcciones es la sociedad. La sociedad los ocupó, los hizo suyos. Quien entra en twiter se apropia del espacio de la red social y le imprime su sello, y uno participa en la medida de su interés, y es un espacio no unidireccional sino múltiple, diverso en múltiples direcciones y uno se comunica como quiere comunicarse y transmite su mensaje y puede ser contestado, respondido y así se genera precisamente la influencia en las redes sociales.

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Si tuviéramos que teorizar más allá de estas generalizaciones que acabo de hacer, es evidente que es lo más cercano a la idea de entender la democracia como un espacio público. Si por espacio público entendemos que el lugar decisivo de la existencia humana, el lugar donde individuos en condiciones mínimas de libertad, de igualdad, hacen públicas, transmiten, comunican sus anhelos, sus deseos, sus diferencias, sus cuestionamientos a la autoridad, etc. etc. Es ahí donde se genera, se construye y se instituyen los valores que han de articular a la sociedad y bajo los cuales han de regirse también la autoridad política. Es la idea más próxima. Las redes sociales a esta idea por demás teorizada hace años, pero que no existía esta realidad. Yo no sé qué diría… si hubieran tenido acceso desde el momento en que escribían sus libros sobre democracia a esta realidad. Me parece que diría que esto retrata, refleja, se aproxima muy bien a ese ideal de la democracia como espacio público, como espacio de liberación, como construcción simbólica, que vuelve precisamente al poder político como algo vacío, como algo potencialmente de todos, pero sobre todo de manera simbólica y en consecuencia le da a lo simbólico, que no es otra cosa que lo que la gente piensa un carácter fundamental para la democracia y al ciudadano lo vuelve el verdadero protagonista de la política y en consecuencia obliga a la autoridad a tomarlo en cuenta. Ahora, ¿cuál es el desafío entonces? Si esto es así, si esto se está construyendo cotidianamente las redes sociales y los partidos políticos son testigos de su poco aprecio y de su creciente distanciamiento respecto de la sociedad. Nos ilustra entre otras muchas cosas y las ciencias sociales, la ciencia política se ha dado cuenta de la necesidad de repensar la democracia desde el ciudadano, así de sencillo. Por eso la ciencia política introdujo un concepto que ahora atrapa muchos incautos que es el de calidad de la democracia. Y una democracia es una democracia de calidad, una buena democracia dice la ciencia política como yo les digo, cuando la democracia permite no solamente que los ciudadanos elijan a sus representantes, sufragio efectivo y derechos políticos al respecto, sino que pueda sancionarlos a todos. Cuando los gobernantes, los partidos políticos, los actores políticos, incumplen sus funciones, abusan de sus cargos y en consecuencia requiere o suscita un malestar por parte de la sociedad. Una democracia de calidad dicen los partidarios de este modelo, es aquella donde el ciudadano puede exigir cuentas a sus gobernantes. No basta con poder elegirlos sino también. “a ver, a ver, tú dijiste esto y esto y no es cierto”, y por eso tú te ves obligado a aclarar las cosas. Una democracia de calidad es cuando el ciudadano tiene la capacidad de revocar el mandato de sus malos gobernantes. Una democracia de calidad es donde hay reciprocidad, donde lo que se promete en una campaña, lo que prometen los partidos y los candidatos, se cumpla. Haya una responsabilidad en el ejercicio del poder público. Hay muchas maneras, vías para acercar a los políticos, a los partidos, a los representantes al ciudadano y eso es lo que la ciencia política está trabajando a rendición de cuentas, reciprocidad, estado de derecho, etc. etc. etc. En México en esta materia todo está por hacerse, ¿estamos de acuerdo? Aquí solamente hay que enunciarlo porque estamos muy lejos, estamos todavía años luz de que se

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concreten las condiciones mínimas que la propia ciencia política ha introducido para hablar de una democracia de calidad que aproxime, que acorte la distancia real y práctica entre la autoridad y el ciudadano. Estamos muy lejos. Cuando ha habido oportunidad de hacerlo, abortan de manera cruda y vulgar porque a los partidos no les interesa. Queremos una reforma política que se discutió y aprobó ahora en el Congreso, en el Senado, después de que el Congreso, la Cámara de Diputados, la parchó, a su mínima expresión, pero no está la revocación de mandar, ni lo sueñen. En este país los ciudadanos no podemos exigir que un mal gobernante sea retirado de su cargo por abusar de su autoridad, no tenemos esa facultad, no tenemos reelección, es un derecho ciudadano no es una cuestión técnica. No tenemos la capacidad de elegir a nuestros diputados, a nuestros gobernantes y mucho menos al presidente porque seguimos todavía atrapados en la lógica del pasado. ¿Por qué? Porque son prerrogativas de las cúpulas de los partidos que no están en condiciones, no quieren simple y sencillamente concederles ese derecho a los ciudadanos. Entonces, en términos prácticos todo está por hacerse en México, en términos de este ideal que ha sido de alguna manera introducida por la ciencia política el concepto de calidad de la democracia. Estamos años luz, no tenemos las condiciones ni siquiera, bueno, existe ahora en la reforma, el tema de formas de democracia indirecta, pero es una caricatura no se aproxima para nada lo que una democracia debe contemplar en forma de plebiscito, referéndum, que también son prerrogativas para el ciudadano y para una democracia sensible a los ciudadanos. Sigue habiendo pues una partidocracia que le da la espalda, que secuestra, que ha secuestrado a nuestro país y que es parte de la tragedia. ¿Pero qué es lo que la gente quiere? y vuelvo al tema, lo que la gente quiere es lo mismo que quieren los indignados. Tampoco se necesita mucha ciencia, es más no se necesita ciencia. La ciencia política es incapaz de aproximarse a una idea al respecto. Es lo mismo que quieren los indignados en España, o los que están protestando en Berlín, o en varias ciudades europeas, es exactamente lo mismo. Lo que las sociedades quieren y para eso es el termómetro en las redes sociales que visibilizan el malestar, pues quieren mejores partidos políticos. Fíjense ustedes, los ciudadanos nos quieren vivir sin partidos, no quieren asumir en sus manos las riendas del ejercicio del poder, simplemente queremos mejores partidos políticos, y ¿Qué es ser mejor partido político? Simplemente ser lo que la ciudadanía demanda. La ciudadanía quiere que los partidos trabajen en sintonía con la sociedad. Dicho de otra manera reivindicar la democracia como espacio público y reivindicar este espacio de construcción simbólica de los valores, no significa estar criticando la democracia representativa para construir una mítica democracia participativa que sustituya la representatividad. No. La ciudadanía no quiere sociedades sin partidos quieren buenos partidos, buena representación, así es como quieren vivir, en un estado de derecho en un país, o en países donde tus garantías sean reservadas por la autoridad, donde se actúe de manera reactiva, donde no se gobierne el vacío, eso es lo que la gente quiere, y por eso digo que no se necesita mucha ciencia. En México no queremos violencia, los mexicanos no queremos más violencia y por eso salimos a votar por estos cretinos que nos convocan a votar por ellos. Creemos todavía que las cosas se pueden resolver en el cauce institucional, pero es lo que no han entendido las

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autoridades nos han metido en una espiral de violencia indiscriminada por esta guerra estúpida. Pero los mexicanos no queremos esto, sino que encontremos soluciones y eso será el eje de la oferta política que me parece triunfará en el 2012. En consecuencia mi propuesta para estudiar los partidos políticos no es otra que estudiar lo social, estudiar lo que se está consiguiendo y tejiendo por las redes sociales. Los partidos políticos y esto también no enseña a ver la construcción simbólica de la democracia, no puede apropiarse de la política. No pueden, es una estupidez pensar que pueden apropiarse de la política. Porque la política no les pertenece. La política es la que se da en espacios públicos y la hacemos nosotros los ciudadanos todos los días. Los políticos saben que buena parte de sus posibilidades de ganar en el 2012, concluiré con esto, depende de su capacidad de incidir en las redes sociales y lo hacen, ya están todos, ya tienen su cuenta. ¿Si saben que Peña Nieto contrató al equipo, para infiltrarse en las redes sociales? Van a echar todo, todo lo van a apostar a las redes sociales, quien no lo haga, quien no incursione y trate de seducir al twitero - y el twitero es una raza dura ¡eh!está perdido. Esta es mi primera conclusión de esta mañana. En buena medida la contienda electoral del 2012 se va a jugar en twiter. Segunda conclusión, ya lo había dicho. Hablar de democracia como espacio público no es defender una mítica idea de democracia participativa. En todo caso lo que la gente quiere es una democracia representativa en funciones y estas sólo pueden funcionar si se apuntala la democracia participativa que es la que generamos todos los días los ciudadanos que somos desde esta perspectiva, los verdaderos sujetos de la política. No lo olviden, somos nosotros los sujetos de la política, nos han hecho creer lo contrario pero no es cierto. Concluyo con una frase de José Ortega y Gasset, - concluyó porque hay que concluir con algo-, y que dijo ya hace muchos años, en los años 20s, del siglo pasado: “Lo que no he hecho el pueblo no lo hará nadie”. Muchas Gracias.

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III. PRIMER CENTENARIO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO (19112011) Alfredo Sainez Araiza3 Resumen La falta de credibilidad y confianza en los partidos políticos percibida a través de encuestas y sondeos de opinión llevadas a cabo por distintas instituciones y organismos públicos nacionales e internacionales, se proyecta, si bien no el agotamiento de la democracia representativa, si en la necesidad de repensar en el papel y retos que tienen los partidos políticos como actores intermediarios entre las necesidades y expectativas de la población ante los diversos órdenes de gobiernos, fundamentalmente, a cien años de haber adquirido su personalidad jurídica como institución en nuestro país. En el siglo XIX, los partidos políticos eran inexistentes, lo que había eran agrupaciones políticas de ciudadanos en organizaciones llamadas partidos o que actuaban como tales, como movimientos políticos; es decir, no tenían estructura orgánica, ni normas de vida internas, ni dirección permanente y única, sino eran simples tendencias de opinión, amorfas y hasta cierto punto fluctuantes, agrupándose circunstancialmente en torno al gobierno o de alguna fracción oficial o “factor real de poder”. No fue sino con la Ley Electoral del 19 de diciembre de 1911, que los partidos políticos adquirieron personalidad jurídica, al aparecer en los artículos 20, 21, 25, 26, 27, 28, 37, 38, 47, 48, 54, 68, 79, 80, 87, 89, 112 y 117 de la ley secundaria durante la presidencia de Francisco I. Madero. Aunque, previamente, se reconoció la personalidad jurídica de los partidos políticos con la reforma de Ley Orgánica Electoral de 1861, publicada en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Guanajuato, el 30 de julio de 1911. En este tenor, habría que trazar una línea de investigación en perspectiva de Derecho Comparado con las legislaciones de otras entidades federativas, a fin de indagar si fue la primera en su género. Más allá de esta disputa y “regateo”, el Primer Centenario de los Partidos Políticos en México, nos debe concitar a los actores políticos a celebrar diversas actividades cívico políticas – encuentros, conferencias, mesas redondas, paneles, seminarios, talleres, foros de análisis y debates– en coordinación con los partidos políticos, organismos electorales, las legislaturas federales y estatales con el firme propósito de repensar el origen, el funcionamiento y el papel de estas instituciones políticas para nuestra novel democracia. A) MARCO TEÓRICO DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA 3

Politólogo egresado de la FCP y S de la UNAM. Catedrático de la Universidad de Guanajuato. Coordinador de Investigación y Desarrollo Legislativo del IIL del Congreso del Estado de Guanajuato.

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Desde tiempos inmemorables en los pueblos y naciones, los métodos e instrumentos para la acceder a la función pública, así como las normas, requisitos y medios para postular candidatos a distintos cargos gubernamentales han variado a lo largo de los años y han estado determinados por la forma de gobierno, el contexto político, económico, social, cultural y, de manera general, por el proceso histórico. En algunas ciudades de la antigua Grecia, como Esparta, las elecciones eran uno de los procedimientos para acceder a los cargos y magistraturas. En contraste, en Atenas, era el sorteo. En ambas ciudades, los candidatos para poder acceder a algún puesto público debían cumplir con el requisito de ciudadanía, cuyo sistema jurídico brinda al ciudadano la titularidad de derechos, en especial los derechos políticos, reconocidos y otorgados por el Estado a quienes cumplían con lo exigido por la norma respecto a los requerimientos para adquirir o conservar la calidad de ciudadanos, quienes gozaban de la protección como miembros de su comunidad política.4 La constitución espartana reconocía como ciudadanos a una minoría privilegiada de la población, los Iguales5 (homoioi) –únicos que disfrutaban de derechos políticos–, así como cuatro instituciones: los Reyes, el Consejo, la Asamblea y los Eforos. La asamblea del pueblo o Apella, integrada por ciudadanos espartanos tenía como misión fundamental la elección de los Eforos y de los gerontes y deliberaba sobre toda clase de asuntos. Los cinco Eforos eran elegidos por el lapso de un año entre todos los ciudadanos y tenían facultades casi ilimitadas: “ejercían fiscalización general sobre todos los ciudadanos, podían hacer comparecer a los reyes a juicio y deponer magistrados (...) conducían las negociaciones con los demás estados y recibían a las embajadas extranjeras”6. De igual forma, los 28 gerontes, que integraban el Consejo aristocrático, la Gerusía, eran elegidos con carácter vitalicio y por aclamación entre los ancianos de más de 60 años. “La Gerusía era presidida por los reyes, cuyo voto tenía el mismo valor que el de los demás gerontes.”7 4

MARTÍNEZ SILVA, Mario, Diccionario Electoral, Instituto Nacional de Estudios Políticos, A.C., 1ª edición, México, 1999 p.133 y 134. 5 GALIANA, María, Esparta y Atenas. La democracia ateniense, Kapelusz, Buenos Aires, Argentina, 1975, p. 9, La autora nos refiere que “esta igualdad era una igualdad de condición y no una igualdad en todos los aspectos” y ejemplifica: “al ciudadano le esta prohibida toda actividad u oficio; otros trabajan por él y para él. Era dueño de un lote de tierra proporcionado por el Estado y trabajado por siervos. El debía consagrar todo su tiempo al servicio de las armas (...) En una familia solamente el primogénito podía heredar el lote y conservar sus derechos de ciudadano; de este modo, muchos individuos nacidos ciudadanos se vieron privados de sus derechos civiles. La ciudadanía no solamente se perdía por esa circunstancia sino también se perdía por dejar de cumplir con alguna de las innumerables obligaciones que regían la vida espartana”. “En Esparta se contraponían dos clases, descendientes ambas de los conquistadores dorios: los ciudadanos, que poseían todos los derechos (los Iguales), y los que habían perdido todos los derechos políticos (los Inferiores)” 6 GALIANA, Op.cit., p. 13 7 Ibíd., p. 12

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Por otra parte, en la Roma clásica, la ciudadanía se definía en términos de capacidad para ocupar un puesto público, aunque, poco a poco se hizo extensiva a los plebeyos y después a las personas que habían sido conquistadas, derivando el conceptos de ciudadanía más en una protección que la gente recibía de la ley que una participación activa en su formulación y ejecución, sólo se excluían las mujeres y las clases más bajas.8 Las autoridades romanas recurrieron al plebescitum para legitimar sus decisiones ante la asamblea de los plebeyos. Posteriormente, la práctica del plebiscito fue utilizada para definir problemas de soberanía.9 Durante la Edad Media, en algunas ciudades europeas se practicaron elecciones para designar los cargos municipales. Sin embargo, la evolución de las instituciones que caracterizan al estado moderno han sobrevenido el paso del Estado feudal al Estado estamental del estado estamental a la monarquía absoluta, de la monarquía absoluta al Estado representativo.10 En este sentido, la idea de representatividad se opone a la idea del derecho divino.11 Democracia representativa Al ser sustituido el Estado absolutista por el Estado liberal democrático, la soberanía pasó del monarca al pueblo, cuya integración dejó de atribuirse a los estamentos y gremios para adjudicarse al individuo, cuya suma de voluntades individuales conforma la voluntad popular, la cual está representada. El Estado representativo es un Estado en el que las principales deliberaciones políticas son realizadas por los representantes elegidos, el presidente de la República, el Parlamento junto con los consejos regionales, etc.12 Estas formas en su acepción moderna, no nacieron de la noche a la mañana, fue un proceso gradual que inició con el renacimiento113 – concebido como el paso de la Alta Edad Media a la Edad Moderna– y se conjugó con la revolución científica14, las corrientes filosóficas del racionalismo15 y del empirismo16, que confluyeron en el movimiento de la Ilustración17. 8

MARTÍNEZ SILVA, Op.Cit., p.134 PRUD’HOMME, Jean-Francois, “Los instrumentos de la democracia directa”, Consulta popular y democracia directa, Cuadernos de divulgación de la cultura democrática, No 15, Instituto Federal Electoral, México, 1997, p. 23 10 BOBBIO, Norberto, “El modelo iusnaturalista”, en Fundamentos del Poder Político, Grijalbo, México, 1996, pp.68-69 11 DABIN, Jean, Doctrina general del estado. Elementos de filosofía política. Trad. Héctor González Uribe y Jesús Toral Moreno, UNAM, México, 2003, p.119 12 BOBBIO, Norberto, El futuro de la democracia, Trad. José F. Fernández Santillán, FCE, México, 1986, p.34 13 CHÁVEZ CALDERÓN, Pedro, Historia de las doctrinas filosóficas, Pearson, México, 1998, p.115. Al respecto, el autor nos señala: En un periodo de dos siglos (XV y XVI) hay un triple renacer: del individuo, de la cultura y de la sociedad. 14 CORTÉS MORATÓ, Jordi y a Martínez Riu, Antoni, Diccionario de filosofía en CD-ROM, Herder, Barcelona. Por “revolución científica” se entiende el periodo de renovación de las ciencias de la naturaleza, ocurrido entre los siglos XVI y XVIII, y que se inicia con la publicación de la obra de Nicolás Copérnico “Sobre la revolución de los orbes celestes” en 1543 15 ARNAU, H., Temas y Textos de Filosofía, Alambra, México, 1995, p.164. El racionalismo moderno es una corriente filosófica que nace en la Francia en el siglo XVII, la cual sostiene que el punto de partida del 9

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En Inglaterra, ya en el siglo XVI privaba la idea de que los ciudadanos se encontraban presentes en el parlamento en las personas de sus representantes. Las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa cristalizaron la teoría de la representación política, la cual se convirtió en el principal factor de legitimidad del ejercicio del poder e inauguró la dependencia de los elegidos respecto a los electores, en cuanto a su obligación de velar por el bienestar de esos electores y el derecho de los mismos a fiscalizar las acciones de sus representantes. Se dio origen así, al gobierno representativo, como una manera de conciliar la democracia con la imposibilidad práctica de realizar un gobierno ejercido directamente por todos los ciudadanos. En este contexto, la participación de la población en las elecciones modernas es resultado del gobierno representativo que se inicia en Inglaterra y producto del desarrollo de las teorías políticas de Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), entre otros enciclopedistas, durante el siglo XVIII. Para Rousseau la soberanía no podía “ser representada por la misma razón que no puede ser enajenada; (...) la voluntad general (...) no puede ser representada (...) Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus representantes; no son sino sus comisarios; no pueden acordar nada definitivamente. Toda ley no ratificada en persona por el pueblo es nula; no es una ley. El pueblo inglés cree ser libre, pero se equivoca; sólo lo es durante la elección de los miembros del parlamento; una vez elegidos, se convierte en esclavo, no es nada”18. De esta manera, el filósofo suizo, ilustrado y nacido en Ginebra plantea el referéndum. En este sentido, Jean Dabin, refuerza esta idea y apunta: “el pueblo debe, pues, intervenir de manera directa en cada acto de legislación, por lo menos por medio de la ratificación, y si ha nombrado diputados para elaborar leyes, los proyectos votados están sometidos necesariamente a referéndum (...), la soberanía ‘consiste esencialmente en la voluntad general y la voluntad no se representa’”19 Durante la época moderna para acceder a la función pública se adoptó el procedimiento de la elección, propio de la antigua oligarquía de la ciudad de Esparta y, no, el sorteo, correspondiente a la democracia ateniense. Pero, ¿cuándo aparecen los partidos en la historia de la humanidad?, ¿qué es lo que motiva el surgimiento de los partidos políticos modernos?, ¿por qué si el fin de los partidos es acceder al poder no surgen a la par de quien detenta el poder, es decir, del Estado?, ¿qué relación guardan los partidos conocimiento no son los datos de los sentidos, sino las ideas propias del espíritu humano. Surge como reacción a la orientación filosófica medieval puesta en crisis por las nuevas ideas del Renacimiento. . 16 Véase a CORTÉS MORATÓ, Jordi, Op. Cit., y ARNAU , H., Op. Cit., p.186. El empirismo sostiene que las ideas y el conocimiento en general provienen de la experiencia, tanto en sentido psicológico como epistemológico 17 La Ilustración es un conjunto sistemático de ideas filosóficas y políticas que se extiende por países de Europa –Inglaterra, Francia y Alemania, principalmente– desde mediados del siglo XVII al XVIII, y que se considera como uno de los periodos más intelectualmente revolucionarios de la historia. 18 ROUSSSEAU, Jean Jacques, El contrato social, trad. María José Villaverde, Altaya, Barcelona, 1993, p.94 19 DABIN, Jean, Op. Cit., pp. 201-202

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políticos con la democracia representativa?, ¿por qué los partidos se han consolidado como vehículo para acceder al poder? Estas entre otras preguntas, se irán contestando conforme avancemos en el capitulado de este trabajo, por lo pronto, Jorge Fernández Ruiz nos refiere que, “el vocablo partido es participio pasado del verbo partir, o sea, es el resultado de la acción de partir (...) en términos políticos viene a ser la agrupación de una parte de la población con fines de dominación, situación que la historia a registrado con frecuencia en la evolución de los pueblos cuando, divididos en dominantes y dominados, una parte de éstos últimos pretende hacerse del poder público para reivindicar sus derechos”20 y, ejemplifica: “en el siglo V A.C., en Atenas el partido oligárquico, jefaturado por Cimón, (era) contrapuesto al partido popular encabezado por Pericles; en Roma, en siglo inmediato anterior a nuestra era, Mario y Sila jefaturaban sendos partidos rivales: popular y aristocrático, respectivamente”21. Sin embargo, nos advierte que en los inicios del Estado moderno “no existen partidos políticos porque, en la versión contractualista, todos los suscriptores del pacto social marchan unidos en busca de la seguridad común, sin que nadie pretenda disentir para no poner en peligro su propia seguridad, más con el correr del tiempo su problemática se vuelve compleja, las decisiones se adoptan por decisión del sector más fuerte de la población –que no necesariamente el más numeroso–, muchas veces en perjuicio del resto, lo que genera la organización de un grupo opositor para asumir la toma decisiones en consonancia con su ideario o ideología, ese grupo es un partido político en embrión.”22 En concreto, “el partido político nace, pues, de la contraposición de intereses y/o de la divergencia o discrepancia de opiniones en torno al papel que debe asumir el Estado y, en consecuencia, a la orientación de su actuación en el ejercicio del poder público.”23 En cuanto a los partidos políticos modernos, su advenimiento queda fuertemente imbricado con el ejercicio de la democracia representativa24, en donde la representación política es opuesta al absolutismo y la autocracia en la medida de que en éstos no existe el control de los súbditos sino la subordinación; y es distinta de la democracia directa en la cual los individuos ejercen el poder en persona, sin ser sustituidos por representantes y los gobernantes son elegidos por el pueblo y obran en su nombre desde el poder. El mecanismo estructural de garantía de la representación política son las elecciones libres y competitivas.25 No obstante, ¿por qué los partidos políticos sean convertido en el medio predominante en las elecciones?, ¿cómo ha sido la evolución de la democracia representativa en México?, ¿por qué si la preferencia electoral está determinada también por el perfil de los candidatos sólo los partidos políticos gozan del reconocimiento legal para competir y ser el “vehículo” para acceder algún puesto de

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FERNÁNDEZ RUIZ, Jorge, Poder Legislativo, Porrúa-UNAM, México, 2003, p. 86 Ibid., p. 87 22 Ibid, p.86 23 Ibid., p.87 24 Ídem 25 Vea representación en MARTÍNEZ SILVA, Mario, Op. Cit., p. 21

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elección popular en nuestro país?, ¿cómo impacta e influye el sistema electoral en el sistema de partidos en México? B) SISTEMA ELECTORAL Y DE PARTIDO EN MÉXICO

La noción del sistema electoral ha sido definida por diversos teóricos de la política entre los que destacan, en el ámbito internacional, Dieter Nohlen26 y, en el nacional, Leonardo Valdés,27 Pedro Aguirre28 y Alonso Lujambio.29 Las connotaciones de éstos autores aluden 26

NOHLEN, Dieter, Diccionario Electoral, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, CAPEL, 1ª Edición, Costa Rica 1989, p. 636. Nohlen nos define el sistema electoral como el “(...) principio de representación de que subyace al procedimiento técnico de la elección, y al procedimiento mismo, por medio del cual los electores expresan su voluntad política en votos que a su vez se convierten en escaños o poder público.” 27 VALDÉS, Leonardo, Sistemas Electorales y de Partidos, IFE, 1ª Edición, México 1995, p. 9 Valdés define a los sistemas electorales como “(...) el conjunto de medios a través de los cuales la voluntad de ciudadanos se transforma en órganos de gobierno o de representación política. Las múltiples voluntades que en un momento determinado se expresan mediante la simple marca de cada votante en una boleta forman parte de un complejo proceso político regulado jurídicamente y que tiene como fin establecer con claridad el o los triunfadores de la contienda, para conformar los poderes políticos de una nación.” 28 AGUIRRE, Pedro, Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos, Japón, IFE, 1ª Edición, México 1999, p.12. Para este autor, el concepto de sistema electoral “tiene dos acepciones: en sentido amplio, como sinónimo de derecho electoral o régimen electoral, es decir, el conjunto de normas, instituciones y procedimientos que regulan la organización de las elecciones, la integración de los órganos de representación popular y, generalmente, a los partidos políticos; y en sentido estricto, como los principios y los métodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir, como el procedimiento técnico de la elección por medio del cual la voluntad de los ciudadanos manifestada en las urnas se traduce en representación política en un Parlamento.” 29 Autores varios, Léxico de la política, FLACSO, SEP-CONACYT, FUNDACIÓN HEINRICH BÖLL, FCE, 1ª Edición, México 2000, p. 675. A este respecto, Alonso Lujambio, nos señala que se entiende por sistema electoral “el modo en que las preferencias político-electorales de los ciudadanos se agregan para producir un determinado resultado, sea para adjudicar puestos legislativos (escaños en cuerpos colegiados) o ejecutivos (cargos de gobierno unipersonales)” Para él, existen “cinco grandes tipos de sistemas electorales: 1) los de mayoría simple o relativa; 2) los de mayoría absoluta; 3) los de representación proporcional; 4) los llamados de representación semiproporcional, y 5) los mixtos.”

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a la representación política que los ciudadanos tienen en el seno de los poderes públicos y explican, en gran medida, cómo ha sido la representación política en el Poder Legislativo, fundamentalmente, en la Cámara de Diputados en México, y la evolución del sistema electoral e influencia que ha tenido en el sistema de partidos o viceversa. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, en su tercera acepción, define a la evolución como el “desarrollo de las cosas o de los organismos, por medio del cual pasan gradualmente de un estado a otro.”30 Partiendo de este concepto, se puede comprender el desarrollado de los partidos políticos, el influjo del sistema electoral en los sistemas de partidos31, el tránsito de un sistema de partido a otro, es decir, “(...) el paso de un sistema de partido hegemónico en elecciones no competitivas a un sistema multipartista en elecciones competitivas (...)”32 3.1 Partido, sistema de partido y las raíces históricas en México Partido El partido político ha sido concebido como una forma de “socialización” que descansando en un reclutamiento (formalmente) libre, tiene como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por ese medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales (la realización de fines objetivos o el logro de ventajas personales o ambas cosas).33 También ha sido considerado como una organización permanente de un agrupamiento humano unido por una identidad de opiniones acerca de la vida política y consagrado a conquistar el poder con técnicas más o menos semejantes.34 Y, se ha definido como una institución política, surgida en el contexto de una legislación nacional, libremente formada por ciudadanos y grupos de diferentes de la población, que aunando su inquietud política a la voluntad de defensa de sus intereses –manifestados en un programa ideológico, directo o indirecto–, tratan por medio de su organización y una estrategia y tácticas adecuadas, alcanzar el poder ya sea por la vía electoral o revolucionaria, y una vez alcanzado, mantenerse en él.35 Sin embargo, hay que advertir, que no es posible elaborar definiciones de los partidos políticos válidas para todo tiempo y lugar;36 es decir, hay que tener en cuenta los rasgos fundamentales de la sociedad en ese momento, sobre todo en sus aspectos políticos.37 Sistema de Partido

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Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, 21ª Edición, Madrid 1992, T. I, p. 928 DUVERGER, Maurice, Instituciones Políticas y Derecho Constitucional, Ariel, Barcelona, 1986, p. 118 32 LUJAMBIO, Alonso, El Poder Compartido, Océano, 1ª Edición, México, 2000, p.21 33 WEBER, Max, Economía y Sociedad, FCE, 12ª Reimpresión, México 1998, p. 228 34 CERRONI, Umberto, Teoría marxista del partido político, Pasado y Presente, 10ª Edición, México 1987, p.1 35 RODRÍGUEZ ARAUJO, Octavio, Partidos Políticos, en Grandes Tendencias Políticas Contemporáneas, 1ª Edición, UNAM, México 1986, p. 29 36 MELLA MÁRQUEZ, Manuel, Op. Cit, p. 29 37 Ibid, p. 30 31

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Con respecto, a la definición de sistema de partido, diversos politólogos de la altura de Maurice Duverger,38Dieter Nohlen39 y Stefano Bartolini;40 así como los mexicanos Leonardo Valdés41 y Pedro Aguirre42 han aludido a este concepto. Empero, una de las definiciones más universales, extendida y refinada, que constituye un referente teórico contemporáneo sobre los sistemas de partidos y su clasificación, es la de Giovanni Sartori. La interrelación de un partido con los demás partidos que actúan en el mismo sistema político da origen al sistema de partidos que, en opinión de Sartori43 puede ser: de partido único (Albania y la Unión Soviética hasta 1989); partido hegemónico (México hasta 1988); partido predominante (Japón y Suecia hasta antes de la crisis del Partido Liberal Democrático Japonés y del Partido Socialdemócrata Sueco), bipartidismo (los Estados Unidos y el Reino Unido); pluralismo moderado (Alemania y los Países Bajos); pluralismo polarizado (Italia, hasta antes de su más reciente reforma electoral), y atomización (Malasia). Los dos primeros corresponden a un sistema no competitivo y a los otros cinco restantes a un sistema competitivo. Para el analista político italiano, el sistema de partidos es no competitivo “si, y sólo si, no permite elecciones disputadas (...).”44 Para aclarar una posible confusión entre la competencia y competitividad, nos establece la diferencia: “(...) la competencia es una 38

DUVERGER, Maurice, Op.Cit, p. 115, nos señala que “en cada país, durante un periodo más o menos largo, el número de partidos, sus estructuras internas, sus ideologías, sus dimensiones respectivas, sus alianzas, sus tipos de oposición, presentan una cierta estabilidad. Este conjunto estable constituye un sistema de partidos (...)”, los cuales pueden clasificarse en categorías, “así la distinción de las democracias liberales y de los regímenes autoritarios corresponde más o menos a los sistemas pluralistas de partidos y a los sistemas de partidos de partido único: las democracias liberales son regímenes pluralistas, los regímenes autoritarios son regímenes de partido único o regímenes sin partidos. Los mismos sistemas pluralistas se dividen en dos grandes categorías: bipartidismo y pluripartidismo.” 39 Nohlen, Dieter, Op. Cit, p. 631, nos refiere al sistema de partido como “el conjunto de partidos en un determinado Estado y los elementos que caracterizan su estructura: cantidad de partidos, las relaciones entre sí, tanto respecto a la magnitud de ellos como a sus fuerzas relacionales y en tercer lugar, las ubicaciones mutuas, ideológicas y estratégicas, como elementos para determinar las formas de interacción; las relaciones con el medio circundante, con la base social y el sistema político. Correspondiente a esta definición, el análisis del sistema de partidos se refiere principalmente a tres ámbitos: su estructura, su génesis y su función o capacidad funcional”. 40 BARTOLINi, Stefano, Manual de Ciencia Política, Alianza Universidad Textos, Madrid 1996, pp. 218-219, nos define al sistema de partido como “(...) el resultado de las interacciones entre las unidades partidistas que lo componen; más concretamente es el resultado de las interacciones que resultan de la competición políticoelectoral. El sistema de partidos se caracteriza por una serie de propiedades autónomas que no son típicas o propias de las unidades partidistas tomadas aisladamente (...).” 41 VALDÉS, Leonardo, Op. Cit., p.29, nos ofrece una simple pero –a decir de él-- también compleja definición del sistema de partido: “es el espacio de competencia leal entre los partidos, orientado hacia la obtención y el ejercicio del poder político.” 42 AGUIRRE, Pedro, Op. Cit., pp.12-13, con relación al sistema de partidos, nos refiere que es “la forma en la que las organizaciones partidistas interactúan entre sí o, en su caso, a la forma en la que un solo partido actúa dentro de un régimen representativo. En este sentido, se puede hablar de un sistema de partidos competitivo, de un sistema de partido hegemónico, o de un sistema bipartidista o multipartidista (...)”. 43 Legislación y estadísticas electorales. 1814-1997 de la Enciclopedia Parlamentaria de México, Ibíd., cita a Cárdenas Gracia, Jaime, en Partidos políticos y democracia, p.24 44 SARTORI, Giovanni, Op. Cit, p. 258-259

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estructura o una regla del juego. La competitividad es un estado concreto del juego. Así la competencia abarca la ‘no competitividad’.”45 Más adelante, nos precisa que la “(...) competencia es igual a, y se puede definir como, competencia potencial (...), la competitividad es una de las propiedades, o uno de los atributos de la competencia.”46 Finalmente, nos señala que la competitividad se mide por dos aspectos: “por la proximidad entre los resultados y/o por la frecuencia con que unos partidos suceden a otros en el poder.”47 De acuerdo con la tipología de Sartori, el sistema de partido es hegemónico, si “permite la existencia de otros partidos únicamente como satélites, o, en todo caso, como partidos subordinados; esto es, no se puede desafiar la hegemonía del partido en el poder”48; es predominante, si hay “una configuración del poder en la que un partido gobierna solo, sin estar sujeto a la alternación, siempre que continúe obteniendo, electoralmente, una mayoría absoluta”;49 y, multipartidista si ningún partido mantiene una mayoría absoluta, la fuerza o la debilidad relativa de los partidos se clasifica conforme a su relativa indispensabilidad o dispensabilidad para las coaliciones y/o tiene una capacidad potencial de imitación (chantaje).50 A Cien Años de los Partidos Políticos en México En el siglo XIX, el concepto de partido en México era concebido como una demarcación territorial, Junta de Partido. No fue sino con la Ley Electoral del 19 de diciembre de 1911, que los partidos políticos adquirieron personalidad jurídica, al aparecer en los artículos 20, 21, 25, 26, 27, 28, 37, 38, 47, 48, 54, 68, 79, 80, 87, 89, 112 y 117 de la ley secundaria.51 Es importante señalar, que el origen de los partidos en el mundo se puede localizar a mediados del siglo XIX y que antes de esta época la palabra partido no implicaba una organización electoral ni tampoco un movimiento organizado; significaba una tendencia ideológica o de facción, e incluso, era un término peyorativo y negativo.52 En el caso mexicano, formal y legalmente no existieron los partidos políticos en el siglo decimonónico. En cambio surgieron agrupaciones políticas de ciudadanos en organizaciones llamadas partidos o que actuaban como tales; las cuales no eran en 45

Idem. Idem. 47 Ibid, p. 260 48 Ibid, pp.160-161 49 Ibid., p.161 50 Sartori, Giovanni, Op. Cit., p. 161 51 Véase a GARCÍA OROZCO, Antonio, Legislación electoral mexicana 1812-1973, Publicación del Diario Oficial de la Secretaría de Gobernación, 1ª Edición, México 1973, pp. 209-215 46

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Rodríguez Araujo, Octavio, Op. Cit., p. 3

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realidad partidos, sino movimientos políticos; es decir, no tenían estructura orgánica, ni normas de vida internas, ni dirección permanente y única, sino eran simples tendencias de opinión, amorfas y hasta cierto punto fluctuantes, agrupándose circunstancialmente ora en torno al gobierno, o de alguna fracción oficial; ora en torno a un general o a la sombra de la Iglesia; ora en torno a cierto órgano de prensa53. Por esta razón, es comprensible la inexistencia de partidos políticos activamente participativos en la vida pública, en un país que salía apenas de una larga opresión colonial y cuyos factores reales de poder 54 eran los caudillos, el clero y el ejército, quienes tenían una participación predominante. Para muestra basta un botón: Desde la instauración del imperio de Agustín de Iturbide en 1822 hasta las elecciones presidenciales ganadas por Francisco I. Madero en 1911, la forma de hacer política fue a través de corrientes, logias, tendencias ideológicas (liberales y conservadores) y partidos por analogía. En el imperio de Iturbide aparecieron tres corrientes políticas perfectamente identificables: los iturbidistas, los borbónicos y los republicanos. Las logias de escoceses y yorkinos: Nicolás Bravo es Gran Maestre del Rito Escocés y Vicente Guerrero lo es del Rito Yorkino. Los escoceses eran partidarios de un gobierno monárquico bajo el mando de un príncipe europeo de la Casa de Borbón, en tanto que los Yorkinos se pronunciaban por la República federal y la eliminación de los españoles en la vida pública del nuevo país. Posteriormente la influencia de las logias decreció, pero de 1824 a 1828 la forma predominante de participación política fue a través de ellas. A partir de la dictadura de Anastasio Bustamante hasta la Revolución de Ayutla, el debate y las agrupaciones políticas se formaron en torno a las ideas de federalismo y centralismo, así como de los personajes relevantes que encabezan no una unidad formal de partido sino más bien corrientes de opinión que se materializaban en la vida pública, Gómez Farias encabezó o atrajo a los federalistas y Santa Anna a los centralistas, llamados también liberales o conservadores respectivamente. Los liberales, a su vez, por la fuerza de sus planteamientos se dividieron en puros y moderados; en diferentes etapas los más representativos de aquellos fueron Gómez Farías y Juárez; el general Manuel Gómez Pedraza era reconocido como jefe de los liberales puros, al cual se identificaban personajes como De la Rosa, Payno, Otero, Lafragua, Rodríguez Puebla. En otros momentos, Santos Degollado y González Ortega fueron considerados liberales moderados.

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Fuentes Díaz, Vicente, “Los partidos políticos en el siglo XIX”, en El camino de la democracia en México, coeditado por el Archivo General de la Nación, Comité de Biblioteca e Informática de la Cámara de Diputados, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 1ª Edición, México 1988, p. 191 54 González Casanova, Pablo, La democracia en México, Era, 16ª Edición, México 1985, pp. 45 y 46, sostiene que “los verdaderos factores reales de poder en México –como en muchos países hispanoamericanos– han sido y en ocasiones siguen siendo: a) los caciques y caudillos regionales y locales; b) el ejército; c) el clero; d) los latifundistas y los empresarios nacionales y extranjeros (...) que han influido o influyen en la decisión gubernamental (...)” .

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Después de la restauración de la República los conservadores desaparecieron como fuerza política y los liberales triunfantes se identificaron alrededor de tres personajes: Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz.55 Sin embargo, después de la Reforma y del triunfo de la República en 1867 el país seguía sin verdaderos partidos ¿Cómo iban a surgir éstos en un país atrasado, de abrumadora mayoría analfabeta, con una economía semifeudal, incomunicado, sin prensa popular, agobiado por el caciquismo y otras formas de opresión?56 El general Díaz se levantó en armas contra el presidente Juárez con el Plan de la Noria, en 1871, en el cual propuso entre otros temas: “Que la elección de presidente sea directa, personal, y que no pueda ser elegido ningún ciudadano que en el año anterior haya ejercido por un solo día autoridad o encargo cuyas funciones se extiendan a todo el territorio nacional... Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder, y ésta será la última revolución.”57 Apoyaron a Díaz los militares Donato Guerra, Vicente Riva Palacio, Trinidad García de la Cadena, Jerónimo Treviño, Pedro Martínez, Miguel Negrete, Servando Canales, Francisco Naranjo, Juan N. Méndez, Juan Sóstomo Bonilla y otros. El dominio militar de la situación la logró Juárez con el apoyó de los generales Ignacio Mejía, ministro de Guerra, así como de Sostenes Rocha e Ignacio R. Alatorre. A la muerte de Juárez, quedaron enfrentadas dos corrientes liberales: los civilistas encabezados por el presidente Lerdo y los militares comandados por Díaz. Durante el gobierno de Díaz las formalidades electorales fueron cubiertas organizándose para cada reelección de Porfirio clubes políticos que desembocaron en dos corrientes: los “Científicos”, agrupados en torno del poderoso secretario de Hacienda José Yves Limantour y los “Reyistas”, partidarios del gobernador de Nuevo León y en una época secretario de Guerra Bernardo Reyes. Posteriormente, con el inicio de la Revolución en 1910 y la expectativa que despertó la candidatura presidencial de Francisco I. Madero en 1911 surgieron varios partidos, todos de vida circunstancial. Así por ejemplo, en estas elecciones participaron los partidos Antirre-elecionista, Católico, Liberal, Liberal Radical, Liberal Puro, Evolucionista, Constitucional Progresista y otros. Durante la XXVI Legislatura del Congreso se aprobó la ley electoral, estableciéndose el voto directo en las elecciones legislativas.58 Ya como presidente de la República, Francisco I. Madero expidió la primera ley electoral que reconoció la figura de los partidos políticos. Esta establecía en su artículo 117, fracción I, que los partidos políticos tendrían en las operaciones electorales la intervención que les señalara esta ley, siempre “(...) que hayan sido fundados por una asamblea constitutiva de cien ciudadanos por lo menos.”59

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Legislación y estadísticas electorales. 1814-1997 de la Enciclopedia Parlamentaria de México, coeditada por el IFE, IIL y LVI Legislatura de la H. Cámara de Diputados, México MCMXCVII, Volumen III, Tomo 2, Serie IV, pp. 31-33 y 34 56 FUENTES DÍAZ, Vicente, Op. Cit., p.193 57 Legislación y estadísticas electorales. 1814-1997 de la Enciclopedia Parlamentaria de México, Ibíd. 58 Idem. 59 GARCÍA OROZCO, Antonio, Op. Cit., p. 214

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Con esta disposición se evidenció la reacción contra el gobierno de Díaz, proliferando, de manera excesiva, partidos políticos regionales y locales al establecerse que sólo se requerían 100 miembros para constituir un partido político y que las propuestas de candidatos a los distintos puestos de elección popular eran una prerrogativa exclusiva de éstos.60 Cabe señalar, que en esta Ley no se establecieron las candidaturas independientes para acceder a algún puesto de elección popular. Sin embargo, Leonor Garay Morales, nos refiere que “permaneció la figura de los candidatos individuales, por lo que tanto éstos como los partidos tuvieron derecho a registrar candidaturas y nombrar representantes ante los órganos electorales, pero todavía por aquellas épocas prevalecían los candidatos individuales por sobre los partidos, porque en todo caso, los primeros llegaban a constituirse en partidos políticos, es decir, los partidos políticos dependían del candidato, siempre en la persona de un caudillo o un líder carismático, y no los candidatos de un partido político.”61 En este contexto, en el estado de Guanajuato, “los grupos locales en pugna aminoran sus rencillas prevaleciendo los liberales sobre los conservadores (…) La estructuración de las élites locales de las dos generaciones que actúan entre 1876 y 1911, la organización arreglada de acuerdo a los intereses, la formación de una nueva sociedad civil, la emergencia de nuevos grupos y actores y, muy especialmente la creación de una nueva cultura política con sus distintos contenidos conforma el escenario regional.” 62 En la entidad federativa de Guanajuato, el reconocimiento jurídico de los partidos políticos se establece en una ley secundaria – con antelación a la legislación nacional en esta materia –, en el Decreto Número 48 aprobado por la XXIV Legislatura del Congreso, mandado publicar por el gobernador interino Juan B. Castelazo en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Guanajuato el 30 de julio de 1911, el cual reformó la Ley Orgánica Electoral de 1861 e incluyó la figura de partido político en los artículos 2º, 3º, 4º y 5º de este ordenamiento, promoviendo la libre formación de estas instituciones – con un mínimo de 100 partidarios – para que postulen sus respectivos candidatos, confiriéndoles el derecho de vigilar el proceso electoral mediante un delegado en cada casilla para presenciar el acto de la elección, asistir, sin voz ni voto, al cómputo de la misma, formular protestas por escrito, solicitar copias del acta de la elección, entre otras.63 A pesar de su reconocimiento jurídico, los partidos políticos presentaron dos principales obstáculos: su vinculación con los caudillos y sus lazos con la clase obrera. En estas condiciones, las clases medias tradicionales, las antiguas oligarquías y el clero no llegaron a construir un partido político. Los partidos se vieron obligados apoyar a caudillos rebeldes surgidos del bloque en el poder, apoyaron movimientos políticos efímeros y contradictorios o armaron alzamientos; no tuvieron la fuerza para construir una nueva mediación política electoral, que adquiriera el carácter de un partido con principios, programas y organización.

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LAJOUS, Alejandra, Los partidos políticos en México, La Red de Jonas, 2ª Edición, México 1986, p.13 GARAY MORALES, Leonor, “Candidatos Ciudadanos y Gestación de Partidos Políticos” en Candidaturas independientes. Consúltese página de Internet: www.scjn.gob.mx/reforma/archivos/5775.pdf 62 RIONDA RAMÍREZ, Luis Miguel (1998): Origen y evolución de los partidos políticos en el estado de Guanajuato, IEEG, Guanajuato, México, p. 19 63 SAINEZ ARAIZA, Alfredo, Constitución Política del Estado de Guanajuato. Edición Comentada, Universidad de Guanajuato, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1ª Edición, México, 2006, p.128 61

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La respuesta violenta y la política discontinua fueron las únicas alternativas de esos grupos y facciones.64 Posteriormente, la Ley para la Elección Federal de 1918, contempló la figura de los partidos políticos, así como los “candidatos no dependientes de partidos políticos”. Es importante, señalar que esta legislación fue la última que tomó en cuenta a los candidatos ciudadanos en su normatividad, otorgándoles los mismos derechos que a los candidatos de partidos, siempre que estuvieran apoyados por lo menos con 50 ciudadanos del distrito electoral en que se postularan y hubiesen firmado su adhesión voluntaria en un acta formal; estos candidatos debían registrarse durante los plazos establecidos en la propia ley en la cabecera del distrito electoral, en el caso de diputados, o en la capital del Estado si se tratara de senadores o del presidente de la República.65 En este contexto, resulta conveniente apuntar que durante el siglo decimonónico no existieron los partidos formal y legalmente constituidos, mucho menos, un sistema de partidos. En este sentido, cabe reflexionar: ¿qué papel jugaba la candidatura de un caudillo, general o terrateniente en el sistema electoral mexicano? No era esta, acaso, ¿una “candidatura independiente”? De ser aceptable esta hipótesis, ¿en qué medida de facto los “candidatos independientes” en el siglo XIX precedieron a los partidos y al sistema de partidos? Antes de aventurarnos a dar respuesta a estas interrogantes, habrá que explorar la evolución e influencia que ha tenido el sistema electoral en el sistema de partido en México. 3.2 El influjo del sistema electoral en el sistema de partido en México El sistema electoral es uno de los factores que ha tenido y tiene una mayor incidencia en tránsito del sistema de partido. La influencia de los sistemas electorales ha sido reconocida y teorizada por dos notables exponentes: Maurice Duverger y Giovanni Sartori. Para el teórico político francés, Duverger, el régimen electoral es uno de los factores más importantes que condiciona de forma decisiva cuatro aspectos básicos de los sistemas de partidos: el número de partidos, la dimensión de éstos, las alianzas y la representación.66 Al respecto el politólogo italiano, Sartori, sostiene que los sistemas electorales son importantes porque además de traducir los votos en escaños han contribuido a dar forma al sistema de partidos, siendo un factor determinante en la creación del sistema de partidos que tienen todos los países, particularmente, en la determinación del número de partidos.67 64

GONZÁLEZ CASANOVA, Pablo, El Estado y los partidos políticos en México, Era, 5ª Edición, México 1986, p. 109 65 GARAY MORALES, Leonor, Op. Cit. 66 MELLA MÁRQUEZ, Manuel, Curso de partidos políticos, Akal, Madrid 1997, p. 200. 67 Versión estenográfica de la Conferencia Magistral "Sistemas electorales en perspectiva comparada", dictada por el doctor de Giovanni Sartori, en el Auditorio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el 29 de enero de 2001.

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Con la Ley electoral del 19 de diciembre de 1911, los partidos políticos adquirieron no sólo personalidad jurídica, sino la inclusión legal en el sistema electoral mexicano. Posteriormente, con la creación de la figura de diputados de partido (diputados plurinominales) establecida en la Ley Electoral Federal, publicada el 28 de diciembre de 1963 en el Diario Oficial de la Federación y, más adelante, con el reconocimiento constitucional de los partidos políticos en el sistema electoral mediante la reforma al Artículo 41 constitucional, se contribuyó a la proliferación de un mayor número de partidos políticos. Para ello, el Presidente de la República, José López Portillo, promovió una reforma de adición a este precepto, misma que publicó en el Diario Oficial de la Federación el 6 de diciembre de 1977, elevando el status de los partidos a rango constitucional, para quedar como sigue: “ARTICULO 41º.- ... “Los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las formas específicas de su intervención en el proceso electoral. “Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo. “Los partidos políticos tendrán derecho al uso en forma permanente de los medios de comunicación social, de acuerdo con las formas y procedimientos que establezca la ley. “En los procesos electorales federales los partidos políticos nacionales deberán contar, en forma equitativa, con un mínimo de elementos para sus actividades tendientes a la obtención del sufragio popular. “Los partidos nacionales tendrán derecho a participar en las elecciones estatales y municipales.”68 En la exposición de motivos de esta iniciativa de reformas a la Constitución se plantea: “elevar a la jerarquía del texto constitucional la normación de los partidos políticos asegura su presencia como factores determinantes en el ejercicio de la soberanía popular y en la existencia del gobierno representativo, y contribuye a garantizar su pleno y libre desarrollo. “Imbricados en la estructura del Estado, como cuerpos intermedios de la sociedad que coadyuvan a integrar la representación nacional y a la formación del poder público (...)”49 quedó fijada la naturaleza de los partidos políticos “como entidades cuyo fin consiste en promover la participación del pueblo y en hacer posible, mediante el sufragio universal, libre, directo y secreto, el acceso de los ciudadanos a la representación popular, de acuerdo con los programas y principios que postulan.”69 Es importante señalar, que las reformas constitucionales y reglamentarias de 1977 en materia electoral no fueron una concesión gratuita del gobierno federal a los partidos 68

RIVES SÁNCHEZ, Roberto, La Constitución Mexicana Hacia el Siglo XXI, Plaza y Váldes S.A.-Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, A.C., México, 2000, p. 197 49 Exposición de motivos de la Iniciativa de Reformas y Adiciones a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos presentada por el Presidente de la República a la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, el día 27 de octubre de 1977 69 Ídem

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políticos de oposición. Estas reformas tuvieron como antecedente la presión política del movimiento del 68, con lo cual se inició el proceso de democratización en México surgiendo con gran energía y carácter masivo el reclamo democrático en el país, orientado a cambiar las condiciones generales de la vida política.70 El espíritu libertario conjugado con los anhelos, aspiraciones y las luchas del pueblo mexicano como el movimiento de 196871 han contribuido a la progresiva evolución del sistema electoral. De tal forma que, el influjo electoral se ha reflejado no sólo en el sistema de partido sino en la composición política del Congreso, por lo menos en tres momentos: primero, en la representación hegemónica del PRI en la Cámara de Diputados y única en la de Senadores; segundo, con la representación mayoritaria (con sobre representación) primero sólo en la Cámara de Diputados y luego en ambas cámaras; y tercero, con un pluralismo completo en todo el Congreso. Por este motivo, se puede afirmar que de 1929 hasta antes de las elecciones de 1988, se haya tenido la hegemonía de un solo partido, y de 1988 hasta antes de las elecciones de 1997, el predominio de del PRI. A partir de la incorporación legal de los partidos políticos al sistema electoral mexicano, éstos son reconocidos como cuerpos intermedios de la sociedad, cuyo fin es hacer posible el acceso de los ciudadanos a la representación popular, en concordancia con el artículo 35, fracción II, constitucional, que reconoce las prerrogativas del ciudadano de “poder ser votado para todos los cargos de elección popular (...)”. 72 Sin embargo, nuestra Carta Magna, no signa la figura de “candidato independiente”, sólo reconoce a los partidos políticos como entidades de interés público, a través de los cuales los ciudadanos pueden integrarse a la representación nacional y acceder al ejercicio del poder público, de acuerdo con sus programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo. Al respecto, Salazar Ugarte, comenta: “en México, la participación en las elecciones es una prerrogativa exclusiva de los partidos políticos por lo que atinadamente se ha sostenido que no existen candidaturas independientes (...) El tema de las candidaturas es un tema polémico complejo que, desde mi perspectiva, debe analizarse por sus propios méritos. En realidad cualquier candidatura que aspire a ganar una elección (sobre todo si es de gran envergadura) deberá contar con el apoyo de un grupo de ciudadanos organizados en una estructura relativamente institucionalizada. En este sentido las candidaturas independientes requieren de un apoyo institucional (en este caso privado) que sólo se diferenciaría de los partidos por su naturaleza jurídica y que, en cuanto instancias privadas, representarían a ciertos ‘grupos de interés’ que escaparían del régimen constitucional que establece las prerrogativas y obligaciones de las ‘entidades de interés público’. Por este motivo parece inoportuna su eventual constitucionalización. Esto no supone dar un cheque en blanco a los partidos ni apoyar las tendencias oligárquicas que empujan hacia la concentración de las decisiones (que en la práctica, suponen el manejo discrecional de las candidaturas) en las cúpulas partidistas (....), en lugar de abrir las puertas a supuestas ‘candidaturas independientes’, sería oportuno establecer expresamente en la Constitución la obligación de los partidos de renovar sus órganos 70

WOLDENBERG KARAKOWSKY, José, México: la mecánica de su cambio democrático, en Derecho y legislación electoral, 30 años después de 1968, Miguel Ángel Porrúa, 1ª Edición, México 1999, pp. 27y 28. 71 AUTORES VARIOS, Derecho y legislación electoral , 30 años después de 1968, Miguel Ángel Porrúa, 1ª Edición, México 1999. 72 RIVES SÁNCHEZ, Roberto, Op. Cit., p. 193

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directivos y elegir a sus candidatos mediante elecciones democráticas, facultando a las autoridades electorales para verificar y, en su caso sancionar, el (in) cumplimiento de esta obligación.”73 Sin duda, la participación en las elecciones ha sido una prerrogativa exclusiva de los partidos políticos y no de candidaturas independientes; a tal grado, que se ha ido forjando y transformado el sistema de partido en México. De 1929 y hasta antes de las elecciones federales de 1988, se transitó de un sistema de partido hegemónico a uno predominante. Como resultado de las elecciones de 1997, el sistema de partido predominante tránsito a un sistema multipartidista. Con el influjo del sistema electoral sobre el sistema de partido en nuestro país, el partido del Presidente de la República no sólo perdió la mayoría calificada y absoluta en el seno de la Cámara de Diputados durante la LIV y LVII Legislaturas como resultado de los comicios federales de 1988 y 1997, respectivamente, sino el órgano legislativo empezó a ejercer con mayor efectividad las funciones de control político sobre el Poder Ejecutivo y empezó vislumbrarse desde hace 15 años un nuevo sistema de partido con un perfil multipardista. A la par del surgimiento del multipartidismo en México, encuestas y sondeos de opinión han develado la poca credibilidad y confianza que tienen los ciudadanos en los partidos políticos.

3.3 Influjo del sistema electoral en los sistemas de partidos estatales Como resultado de las elecciones locales de este año, el sistema político mexicano presenta una nueva fisonomía: En relación con las legislaturas estatales, existen 13 con sistemas de partidos predominantes (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Guanajuato, Hidalgo, México, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán); 10 multipartidistas (Baja California Sur, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí y Zacatecas) y 9 bipartidistas (Campeche, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Veracruz). Cabe destacar, que el Congreso del Estado de Baja California es el único en la República Mexicana que tiene un gobierno dividido; es decir, donde el partido del gobernador (PAN) no tiene la mayoría absoluta sino otro partido (PRI); además, en 19 congresos locales ningún partido controla por sí solo el 50 por ciento de los asientos en el pleno de su recinto legislativo, tales son los casos de 73

CARBONELl, Miguel, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Comentada y Concordada, ibid, pp. 125-126

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Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, lo que significa que las fuerzas políticas tendrán que establecer acuerdos y consensos para construir “conjuntos ganadores” o coaliciones legislativas para promover iniciativas de ley o formular políticas públicas y, por ende, reformas a la Constitución, a leyes secundarias y reglamentarias. En cuanto a las gubernaturas, el PRI gobierna veinte estados (Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Hidalgo, México, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas), que en conjunto suman 61 millones 854 mil 474 habitantes; es decir, representan el 55 por ciento de la población mexicana; seguido del PAN, que gobierna seis estados (Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Sonora) con 21 millones 66 mil 724 habitantes (18.7 por ciento); en tercer lugar, el PRD, que gobierna tres entidades federativas (Chiapas, Distrito Federal y Guerrero) con una población de 17 millones 53 mil 129 habitantes (15.18 por ciento); y, finalmente, existen tres gubernaturas de coalición electoral (Oaxaca, Puebla y Sinaloa), cuyo número total de habitantes es de 12 millones 348 mil 430 habitantes, que representan el 11 por ciento del total de la población en México. C) CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO La ausencia de credibilidad y confianza en los partidos políticos reflejada en las últimas encuestas y sondeos de opinión que han realizado diversas instituciones y organismos públicos nacionales e internacionales, la caída de la participación electoral y el “voto blanco” son tan sólo al algunos síntomas que proyectan, si bien no el agotamiento de la democracia representativa, la necesidad de repensar en el papel y los retos que tienen los partidos políticos para incentivar la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos del Estado mexicano. En los años de 1999, 2001 y 2004, el Instituto Federal Electoral (IFE), la Secretaría de Gobernación y Transparencia Internacional, respectivamente, realizaron sondeos y encuestas nacionales sobre la cultura política ciudadana, mostrando los resultados una profunda crisis de los partidos políticos y la marcada desconfianza que la mayoría de los mexicanos tienen de estas instituciones hoy involucradas en escándalos de corrupción o en actos de autoritarismo. Desde el 2000 a la fecha ninguno de los partidos en México ha permanecido al margen de actos de ilegalidad. Los últimos espectáculos de “video escándalos” o “audio escándalos” en el PRD confirman el enorme rechazo y el distanciamiento que día a día se expresa entre los partidos y la ciudadanía. En mayor o menor grado, la corrupción y el desorden en la dirigencia nacional del PRD es un fenómeno que también existe en PAN, PRI, PVEM y PT, que conforman el multipartidismo en nuestro país. Este no es un acontecimiento reciente, parte de una descomposición de varios años en el sistema político mexicano, que ha ocasionado el crecimiento del abstencionismo en los procesos electorales y la displicencia ciudadana en la participación y solución de sus problemas colectivos.

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Los resultados de las encuestas y sondeos de opinión muestran una serie de fenómenos que ahora habría que tomar en cuenta para tener mayor claridad del panorama político convulso que tenemos. La consulta del IFE, a la pregunta de cuál es la persona que más representa los intereses de la ciudadanía, 34% dijo que el presidente de la República; 16, el presidente municipal; 14, el gobernador; 13, los diputados, y únicamente 12% dijo que los partidos políticos. Actualmente, de acuerdo con el Barómetro Global de la Corrupción 2010, los partidos políticos son señalados como la institución más corrupta en todas partes del mundo: Ocho de cada diez personas consideran a los partidos políticos como corruptos o extremadamente corruptos. Por detrás de ellos se encuentran el funcionariado, el poder judicial, el congreso/policía y la policía. Con el paso del tiempo, ha empeorado la opinión pública sobre los partidos políticos y mejorado sobre el poder judicial. En México, las instituciones más corruptas son los partidos políticos al igual que la policía con 4.4 en una escala de 1 a 5, en la que 1 significa que la institución no es nada corrupta y 5 que es extremadamente corrupta, seguido del sistema judicial con 4.3 A MANERA DE CONCLUSIONES Ante estas circunstancias y a cien años de reconocer la personalidad jurídica de los partidos políticos en México, resulta conveniente repensar en el papel y los retos que tienen como verdaderas entidades de interés público y no de intereses particulares y mezquinos. Pero sobre todo, en las acciones que deban emprender para acreditarse como actores intermediarios entre las demandas y expectativas de la población ante los distintos órdenes de gobierno. A partir de este ensayo se derivan una serie de líneas de investigación pendientes que tendrán que explorarse en perspectiva del Derecho Comparado con las legislaciones de otras entidades federativas, que van desde el reconocimiento jurídico de los partidos políticos en las leyes secundarias hasta la inclusión de esta figura en las constituciones respectivas. Por ejemplo: cabe indagar si la reforma de Ley Orgánica Electoral de 1861, publicada en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Guanajuato, el 30 de julio de 1911, fue la primera ley –en relación con otras afines – que reconoció la personalidad jurídica de los partidos políticos en México. Finalmente, el resultado de esta reflexión debe conminar, particularmente, a los actores políticos a realizar conferencias, seminarios, mesas redondas, paneles, talleres y foros de discusión para analizar retrospectivamente y prospectivamente, lo que han sido, son y deben ser los partidos políticos como instituciones democráticas, que garanticen el buen funcionamiento de nuestro sistema político. Estos son algunos retos y puntos centrales sobre la mejora de la democracia representativa en nuestro país. La corresponsabilidad es de todas y todos. ¡Ustedes tienen la palabra!

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IV. PARTIDOS Y ELECCIONES EN MÉXICO’ 2012 Alfredo Sainez Araiza4 Este 1º de julio de 2012 se llevarán a cabo elecciones federales, en donde estará en juego la presidencia de la República y la renovación de las cámaras del Congreso de la Unión (500 diputados y 128 senadores). A la par, habrá comicios electorales concurrentes con las elecciones federales en quince entidades federativas, en donde estarán en juego cinco gubernaturas, 871 ayuntamientos y 513 diputaciones; además, de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (DF), las 16 delegaciones y 66 asambleístas del DF. Previamente, a estas elecciones concurrentes, habrá comicios electorales extraordinarios el próximo 18 de marzo en el estado de Hidalgo, en donde se renovarán dos ayuntamientos: Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero y Xochicoatlán. Hidalgo El 3 de julio de 2011, en el estado de Hidalgo hubo elecciones en 84 municipios para renovar los ayuntamientos, a los integrantes del Poder Legislativo y al titular del Poder Ejecutivo. Sin embargo, los resultados de las elecciones para los ayuntamientos de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero y Xochicoatlán fueron impugnados. a) Elección municipal de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero El 6 de julio de 2011, el Consejo Municipal Electoral del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, en Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero, realizó el cómputo atinente, declaró la validez de la elección y otorgó las constancias de mayoría a la planilla postulada por el Partido Verde Ecologista de México. No obstante, el 10 de julio de ese año, el Partido Revolucionario Institucional promovió juicio de inconformidad, en contra de los resultados contenidos en la referida acta de cómputo municipal, la declaración de validez de la elección y la entrega de la constancia de mayoría a la planilla ganadora; medio de impugnación que se radicó en el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Hidalgo, con el número de expediente JIN-56-PRI-022/2011. En este tenor, como última instancia, el 21 de octubre de 2011, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, correspondiente a la Quinta Circunscripción Plurinominal, resolvió revocar la sentencia de fecha 16 de agosto de 2011, emitida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Hidalgo, en el juicio de inconformidad registrado bajo el número de expediente JIN-56-PRI-022/2011; decretar la nulidad de la elección de miembros del ayuntamiento del Municipio de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero, Estado de Hidalgo, celebrada el 3 de julio de 2011; y revocar la declaración de validez de la elección y las constancias de mayoría expedidas a favor de la planilla registrada por el Partido Verde Ecologista de México; y, 4

Politólogo egresado de la FCP y S de la UNAM. Catedrático de la Universidad de Guanajuato. Coordinador de Investigación y Desarrollo Legislativo del IIL del Congreso del Estado de Guanajuato

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b) Elección municipal de Xochicoatlán A la par de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero, los resultados la elección para el Ayuntamiento de Xochicoatlán fueron impugnados por la Coalición Poder con Rumbo, quién promovió un juicio de inconformidad, en contra de los resultados contenidos en el acta de cómputo municipal, la declaración de validez de la elección y la entrega de la constancia de mayoría a la planilla ganadora; medio de impugnación que se radicó en el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Hidalgo, con el número de expediente JIN-79-CPCR-005/2011. Al respecto, como última instancia, el 21 de octubre de 2011, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, correspondiente a la Quinta Circunscripción Plurinominal, resolvió revocar la sentencia de fecha 16 de agosto de 2011, emitida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Hidalgo, en el juicio de inconformidad registrado bajo el número de expediente JIN-56-PRI-022/2011; decretar la nulidad de la elección de miembros del ayuntamiento del Municipio de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero, celebrada el 3 de julio de 2011; y revocar la declaración de validez de la elección y las constancias de mayoría expedidas a favor de la planilla registrada por el Partido Verde Ecologista de México. En suma, el 11 de de noviembre de 2011, mediante oficio IEE/PRESIDENCIA/328/2011, el Consejero Presidente del Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, informó al Secretario Ejecutivo del Instituto Federal Electoral, que derivado de las Resoluciones emitidas por la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, correspondiente a la Quinta Circunscripción Plurinominal en los juicios de revisión constitucional identificados con las claves ST-JRC-50/2011 y STJRC-57/2011 14, se ordenó la celebración de Elección Extraordinaria en los municipios de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero y Xochicoatlán, ambos del estado de Hidalgo.1 En este contexto, el Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, el 17 de noviembre de 2011, convocó a los ciudadanos de los municipios de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero y Xochicoatlán del Estado de Hidalgo, para que a través de los Partidos Políticos o Coaliciones, registrados ante el Consejo General de este Instituto, participen en la elección constitucional extraordinaria, para elegir a los miembros de dichos Ayuntamientos, a celebrarse el 18 de marzo de 2012, para el periodo comprendido del 2 de mayo de 2012 al 4 de septiembre del año 2016. Estos comicios extraordinarios para elegir ayuntamientos se llevarán a cabo en un escenario político en donde el PRI no ha perdido ninguna elección de gobernador desde que se fundó el Partido Nacional Revolucionario en 1929. Cabe recordar, que el otrora candidato Francisco Olvera Ruiz –actualmente gobernador del Estado–, fue postulado el 4 de julio de 2010 por la alianza electoral PRI-PANAL-PVEM, la cual derrotó a Xochitl Gálvez Ruiz, candidata de la alianza PAN-PRD-Convergencia-Hidalgo Nos Une. Invariablemente, el partido del gobernador Olvera se mantiene como predominante al tener la mayoría 1

Véase Primera Sección del Diario Oficial, fechado el 10 de enero de 2012, en el que se establece el ACUERDO del Consejo General del Instituto Federal Electoral por el que se aprueba y ordena la publicación del Catálogo de emisoras para el Proceso Electoral Extraordinario en los municipios de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero y Xochicoatlán, en el Estado de Hidalgo, y se determina el tiempo que se destinará a los partidos políticos.

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absoluta en el pleno del recinto legislativo con 16 escaños de un total de 30; seguido del grupo parlamentario del PRD con 4, PAN 3; PVEM uno y otras representaciones con 6 curules. Con esta correlación de fuerzas, el partido del gobernador no ha tenido ningún problema para formular políticas públicas e impulsar reformas a leyes secundarias y reglamentarias en el seno del congreso local. Consecuentemente, condiciona las políticas públicas municipales. Elecciones locales concurrentes con los comicios federales El próximo 1º de julio, quince entidades federativas tendrán comicios electorales concurrentes con las elecciones federales: Campeche, Colima, Chiapas, Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, México, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Yucatán y Tabasco, que en conjunto tienen suman 65 millones 393 mil 934 habitantes (el 58.18 por ciento); es decir, representan más de la mitad de nuestra población en el país, de acuerdo con los resultados del Censo 2010, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Campeche En el estado de Campeche se eligen 11 ayuntamientos y 35 diputaciones (21 uninominales y 14 plurinominales) en un escenario político, en donde no habido alternancia en el gobierno del Poder Ejecutivo desde que se fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929. Hasta antes de los resultados de los comicios electorales para elegir gobernador, el 5 de julio de 2009, el estado de Campeche tenía un sistema de partido predominante en el seno del congreso local; sin embargo, el sistema de partido predominante transitó a un bipartidismo entre el PRI y PAN con 17 y 14 legisladores, respectivamente, de un total de 35. Hasta el momento, el PRI tiene una mayoría relativa, lo que obliga al grupo parlamentario del partido del gobernador, Fernando Ortega Bernés (2009-2015), ha coaligarse con otras fuerzas políticas para impulsar reformas o adiciones a leyes secundarias (o reglamentarias) y a la Constitución. Esta Ley Fundamental, para ser reformada o adicionada, demanda las dos terceras partes de los diputados presentes para su aprobación; además, de la aprobación de la mayoría de los Ayuntamientos. Considerando los resultados del Censo 2010, el estado de Campeche tiene una población de 822 mil 001 habitantes. En este tenor, tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal cada diputado representa a 23 mil 486 habitantes, que lo ubica en el último lugar en esta categoría. Colima En el estado de Colima se eligen 10 ayuntamientos y 25 diputaciones (16 uninominales y 9 plurinominales) en un escenario político, en donde no habido alternancia en el gobierno del Poder Ejecutivo desde que se fundó el PNR en 1929. De igual forma, que el estado de Campeche, hubo elecciones para elegir gobernador, el 5 de julio de 2009. Sin embargo, el sistema de partido predominante en el seno del

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congreso local, que prevalecía antes de estos comicios, no cambió; es decir, se mantuvo con 14 diputados el grupo parlamentario del PRI, seguido del PAN con 7; Panal, 3; y PT uno de un total de 25. Esta correlación de fuerzas políticas en el Congreso ha permitido que el partido del gobernador, por sí sólo, impulse reformas o adiciones a leyes secundarias o reglamentarias; no así, para reformar o adicionar la Constitución local, ya que requiere de la aprobación de las dos terceras partes del número total de diputados: en sentido estricto, de 17 legisladores; además, de la aprobación de la mayoría de los ayuntamientos. Considerando los resultados del Censo 2010, el estado de Colima tiene una población de 650 mil 129 habitantes. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal cada diputado representa a 26 mil 005 habitantes, que lo ubica en el lugar 31 en esta categoría en relación con las demás entidades. Chiapas En el estado de Chiapas se eligen 118 ayuntamientos y 40 diputaciones (24 uninominales y 16 plurinominales) caracterizado como una de las entidades con mayor número de gobernadores interinos -15 interinatos comprendidos dentro de un periodo de 80 añosdurante las administraciones priistas y por la alternancia del PRD desde hace doce años en el Poder Ejecutivo con Pablo Salazar Mendicuchía (2000-2006) y la continuidad en el gobierno de Juan Sabines Guerrero (2006-2012). Ambos postulados por este Partido. Actualmente, el multipartidismo prevalece en la legislatura estatal con una mayoría relativa del grupo parlamentario del PRI, 12 escaños; seguido del PAN con 9; el PRD con 8; el PVEM con 6; el PT con 2; y, otras fuerzas políticas con 3 curules de un total 40 diputaciones que integran el Congreso. Por lo pronto, el partido del gobernador al no tener ni la mayoría absoluta ni calificada en el Pleno del Congreso para impulsar reformas a leyes secundarias o reglamentarias y modificaciones a la Constitución, ha tenido que coaligarse con otras fuerzas políticas y, consecuentemente, formular las políticas públicas consensualmente. Cabe señalar, que el tercer domingo de agosto próximo, habrá elecciones ordinarias de Gobernador en el estado de Chiapas. Según los resultados del Censo 2010, el estado de Chiapas tiene una población de 4 millones 793 mil 406 habitantes. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal cada diputado representa a 119 mil 835 habitantes, que lo ubica en el lugar 8 en esta categoría en relación con las demás entidades. Distrito Federal En el Distrito Federal se elege al nuevo Jefe de Gobierno; 16 delegados y 66 asambleístas (40 uninominales y 26 plurinominales). Desde hace 15 años el PRD gobierna la capital de la República y ha tenido 5 Jefes de Gobierno: el primero con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1997-2000); el segundo con el interinato de Rosario Robles Berlanga (2000-2000); el tercero con Andrés Manuel López Obrador (2000-2005); el cuarto con el interinato de Alejandro Encinas Rodríguez (20052006) y el quinto con Marcelo Ebrad Casaubón (2006 - 2012).

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Actualmente, el partido del Jefe de Gobierno mantiene la mayoría absoluta; es decir, 34 de 66 escaños en la Asamblea Legislativa, que caracterizan al sistema de partido como predominante; seguido del PAN con 17 legisladores; el PRI con 4; el PT y PVEM con 3 cada uno; y, el resto de las fuerzas políticas 4 curules. En este tenor, el partido del Jefe de Gobierno no ha requerido de manera forzosa coaligarse con ningún grupo parlamentario para promover e impulsar reformas a leyes secundarias o reglamentarias. Según los resultados del Censo 2010, el estado de Chiapas tiene una población de 8 millones 873 mil 017 habitantes. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal cada diputado representa a 119 mil 835 habitantes, que lo ubica en el lugar 6 en esta categoría en relación con las demás entidades. Guanajuato En el estado de Guanajuato se elige al gobernador, 46 ayuntamientos y 36 diputaciones (22 uninominales y 14 plurinominales) en un escenario en donde el PAN gobierna por más de dos décadas a la sociedad guanajuatense. La Constitución Política de Guanajuato, publicada en el Periódico Oficial No 26 de 28 de marzo de 1976, establecía para ser adicionada o reformada “el voto de las dos terceras partes de la totalidad de los Diputados y, además, que sean aprobadas por la mayoría de los Ayuntamientos” (art. 145). En este contexto y como consecuencia de la competencia en las elecciones locales de 1988, el sistema de partido transitó de hegemónico a predominante; a grado tal, que el partido del gobernador en el Congreso del Estado no tuvo una mayoría calificada para impulsar modificaciones a la Ley Fundamental. Posteriormente, ante los polémicos resultados derivados de los comicios electorales celebrados el 14 de agosto de 1991, se nombró a un gobernador interino (Carlos Medina Plascencia), lo que generó un gobierno dividido; es decir, en donde la mayoría absoluta (50% más 1) del Congreso la tuvo el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI); e incluso, esta fuerza política distinta a la del gobernador tenía la mayoría calificada debido a que el sistema de partido pasó de predominante a hegemónico, circunstancia que prevaleció de 1991 a 1997, comprendiendo las administraciones del gobierno interino de Carlos Medina Plascencia y parte del gobierno constitucional de Vicente Fox. En este tiempo, se promovió una reforma al artículo 143 constitucional, publicada en el Periódico Oficial, el 15 de noviembre de 1994, cuya normatividad vigente establece que las adiciones o reformas constitucionales sean aprobadas “por el voto de cuando menos el setenta por ciento de sus miembros y, además, sean aprobadas por la mayoría de los Ayuntamientos”. Más adelante, la competencia en las elecciones locales de 1997, propiciaron que el sistema de partido hegemónico transitara a multipartidismo, generando que el partido del gobernador en el Congreso del Estado no tuviera una mayoría absoluta durante el trienio de 1997 a 2000 y, por ende, no pudiera impulsar, por sí solo, reformas a leyes secundarias y reglamentarias. Consecuentemente, el Partido Acción Nacional (PAN) se coaligó con otras fuerzas políticas para legislar, lo que replanteó una nueva relación entre los poderes. No obstante, como resultado de las elecciones llevadas a cabo en el año 2000, el multipartidismo pasó a un sistema predominante, que se refleja hasta el momento en la composición del Congreso local.

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Desde el año 1991 hasta nuestros días, el PAN gobierna el estado de Guanajuato: primero con el gobernador interino, Carlos Medina Plascencia (1991-1997); segundo con el gobernador constitucional, Vicente Fox Quesada (1997-1999); tercero con el gobernador sustituto, Ramón Martín Huerta (1999-2000); cuarto con el gobernador constitucional, Juan Carlos Romero Hicks (2000-2006); y, actualmente, con el licenciado Juan Manuel Oliva Ramírez (2006-2012) gobierna constitucionalmente una población que se estima en 5 millones 485 mil 971 habitantes, según el último Censo del Instituto Nacional de Estadística Geografía Informática. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal cada diputado representa a 152 mil 388 habitantes, que lo ubica en el lugar 6 en esta categoría en relación con las demás entidades. Guerrero En el estado de Guerrero se eligen 81 ayuntamientos y 46 diputaciones (28 uninominales y 18 plurinominales). La primera ocasión que se dio la alternancia en el Poder Ejecutivo del estado de Guerrero fue con el PRD, quien postuló a Zeferino Torreblanca (2005-2011) y, por segunda ocasión, a Ángel Heladio Aguirre Rivero (2011-2017). Cabe recordar, que como resultado de las elecciones para gobernador, llevadas a cabo el 30 de enero de 2011, el PRD mantiene la gubernatura al nominar como candidato de la coalición Guerrero nos Une (PRD, PT y Convergencia) a Ángel Heladio Aguirre Rivero. Sin embargo, el partido del gobernador ha tenido que coaligarse con otras fuerzas políticas para construir mayorías calificadas y absolutas e impulsar reformas a la constitución estatal, leyes secundarias y reglamentarias, en razón de que prevalece un sistema multipartidista, en donde el grupo parlamentario del PRD cuenta con 22 legisladores, seguido del PRI con 13, el PAN con 4 y el resto con 7 diputados de un total de 46 congresistas. En este tenor y considerando que la población del estado de Guerrero se estima en 3 millones 386 mil 706 habitantes derivada del último Censo, cada legislador representan alrededor de 73 mil 624 habitantes, ubicando al congreso local en el lugar número 19 después de la legislatura de Yucatán y antes del Congreso de Querétaro en términos de la representación legislativa por población estatal. Jalisco En el estado de Jalisco se renueva el Poder Ejecutivo estatal; 125 ayuntamientos y 39 parlamentarios (20 uninominales y 19 plurinominales). La primera ocasión que se dio la alternancia en el Poder Ejecutivo en el estado de Jalisco fue hace 17años con el PAN, quien postuló a Alberto Cárdenas Jiménez (19952011). A partir de entonces y hasta nuestros días, el “blanquiazul” ha mantenido gubernatura con Francisco Ramirez Acuña (2001-2007) y, posteriormente, con Gerardo Octavio Solís Gómez (2006-2007) como gobernador interino. Hasta el momento, Emilio González Márquez (2007-2013) gobierna la entidad federativa que tiene una población de 7 millones 350 mil 355 habitantes, en un escenario político donde prevalece un bipartidismo en el Congreso local entre el PRI y el PAN con 18 y 17 diputados, respectivamente. En este tenor, para impulsar reformas a leyes secundarias o reglamentarias tiene que construir

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conjuntos ganadores con el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) o el grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México (PVEM); sin embargo, para promover reformas constitucionales tiene que consensuar con la fuerza política del PRI, en razón de que el porcentaje mínimo requerido para una votación de esta naturaleza son las dos terceras partes del número total que integran la Legislatura; es decir, demanda de 26 votos de un total de 39, más la mayoría de los Ayuntamientos. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 188 mil 471 habitantes, que lo ubica en el lugar 2 en esta categoría en relación con las demás entidades. México En el estado de México se eligen 125 ayuntamientos y 75 diputaciones (45 uninominales y 30 plurinominales) en un escenario político, en donde no habido alternancia en el gobierno del Poder Ejecutivo desde que se fundó el PNR en 1929. Como consecuencia de las elecciones celebradas el 5 de julio de 2009, el Congreso del Estado de México pasó de un multipartidismo a uno predominante, en donde el partido del gobernador (PRI) tiene 39 diputados de un total de 75. Con poco más de la mayoría absoluta, el grupo parlamentario del PRI ha podido, por sí sólo, promover reformas o adiciones a leyes secundarias o reglamentarias. En cuanto a la aprobación de reformas o adiciones a la Constitución local ha tenido que construir coaliciones legislativas con otras fuerzas políticas para lograr las dos terceras partes de los diputados que integren el Congreso, es decir, 50 parlamentarios; además, de la mitad más uno de los Ayuntamientos. Posteriormente, como resultado de los comicios electorales del 3 de julio de 2011, el PRI mantuvo la gubernatura: Enrique Peña Nieto pasó la estafeta a Eruviel Ávila Villegas. Teniendo como base el número de habitantes por entidad federativa – de acuerdo con los resultados del Censo 2010– y la composición actual de las legislaturas estatales, se aprecia que el Estado de México seguido de Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Puebla y el Distrito Federal son las entidades federativas, cuyos legisladores tienen una mayor representación numérica de la población. En contraste, los estados de Campeche, Colima, Baja California, Nayarit y Tlaxcala tienen una menor representación de la población. Para muestra basta un botón: Un legislador del Congreso del Estado de México representa a 202 mil 324 habitantes debido a que la población mexiquense es de 15 millones 174 mil 272 y que el número de diputados locales es de 75. En contraste, un diputado del Congreso estatal de Campeche representa a 23 mil 486 habitantes, dado que la población es de 822 mil 001 habitantes y el número de parlamentarios locales es de 35. Ahora bien, atendiendo a la nueva geografía electoral federal derivada del cálculo de los resultados del Censo 2010, el Estado de México tendrá 41 distritos electorales uninominales de un total de 300 y, por ende, el mismo número de diputados federales por el Principio de Mayoría Relativa, seguido del Distrito Federal con 24; Jalisco y Veracruz con 20; Guanajuato y Puebla con 15. En suma, el Estado de México es poblacionalmente y geopolíticamente estratégico para las elecciones del 1º de julio de este año.

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Morelos En el estado de Morelos se elegirá al gobernador; así como 33 ayuntamientos y 30 diputaciones (18 uninominales y 12 plurinominales). La primera ocasión que se dio la alternancia en el Poder Ejecutivo en el estado de Jalisco fue hace 12 años con el PAN, quien postuló a Sergio Alberto Estrada Cajigal Ramírez (2000-2006. A partir de entonces y hasta nuestros días, el “blanquiazul” ha mantenido gubernatura con Marco Adame Castillo (2006-2012). Como resultado de las elecciones celebradas el 5 de julio de 2009, el Congreso del Estado de Morelos transitó de un sistema bipartidista a un multipartidismo. Consecuentemente, el partido (PAN) del gobernador ha tenido que establecer acuerdos y consensos con las distintas fuerzas políticas, particularmente, con el grupo parlamentario del PRI, que tiene 15 diputados de un total de 30, a fin de promover reformas a leyes secundarias y-o reglamentarias y a la Constitución del Estado. Para este propósito, se requiere de la aprobación de las dos terceras partes del número total de diputados; a saber de 20 congresistas; además de la mayoría de los ayuntamientos. Según los resultados del Censo 2010, el estado de Morelos tiene una población de 1 millón 776 mil 727 habitantes. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 59 mil 224 habitantes, que lo ubica en el lugar 23 en esta categoría en relación con las demás entidades. Nuevo León En el estado de Nuevo León se eligen 51 ayuntamientos y 42 diputaciones (26 uninominales y 16 plurinominales) en un contexto en donde el PRI ha gobernado, consecutivamente, durante dos sexenios después de la alternancia del PAN. Hasta antes de las elecciones de 1997, el PRI había mantenido el poder gubernamental desde que se fundó el PNR. Sin embargo, a raíz de los comicios electorales en ese año, el PAN ganó la gubernatura con Fernando Canales Clariond (1997-2003). Más adelante, la titularidad del Poder Ejecutivo fue asumida por Fernando Elizondo Barragán del PAN en el 2003. En este mismo año, el PRI reconquistó la gubernatura con José Natividad González Parás (2003-2009) y la mantiene con Rodrigo Medina de la Cruz (2009-2015). Con las elecciones celebradas el 5 de julio de 2009, el sistema de partido predominante pasó a un bipartidismo entre el PRI y PAN con 19 y 17 parlamentarios, respectivamente, de un total de 42. Consecuentemente, el grupo parlamentario del PRI ha tenido que construir “conjuntos ganadores” o coaliciones legislativas para impulsar reformas o adiciones a leyes secundarias o reglamentarias y a la Constitución. La Constitución local para ser reformada o adicionada demanda para su aprobación las dos terceras partes, cuando menos de los diputados que integran la legislatura, es decir, 28 legisladores. Respecto a la aprobación de los Ayuntamientos no hay disposición jurídica. De acuerdo con los resultados del Censo 2010, el estado de Nuevo León tiene una población de 4 millones 643 mil 321 habitantes. Tomando como referencia el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 110 mil 555 habitantes, que lo ubica en el lugar 9 en esta categoría en relación con las demás entidades.

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Querétaro En el estado de Querétaro se eligen 18 ayuntamientos y 25 diputaciones (15 uninominales y 10 plurinominales) en un contexto en donde el PRI, hace tres años, recuperó la gubernatura con José Eduardo Calzada Rovirosa (2009-2015), luego de la alternancia del PAN con Ignacio Loyola (1997-2003) y la ratificación del “blanquiazul” en la gubernatura con Francisco Garrido Patrón (2003-2009). Como resultado de las elecciones celebradas el 5 de julio de 2009, en el Congreso de Querétaro, el sistema de partido predominante pasó a un bipartidismo entre el PRI y PAN con 9 y 10 congresistas, respectivamente, de un total de 25. Cabe destacar, que en este estado hubo alternancia en el gobierno de PAN a PRI. No obstante, el partido del gobernador José Eduardo Calzada Rovirosa (2009-2015) ha tenido que construir coaliciones legislativas para lograr reformas o adiciones a leyes secundarias o reglamentarias y a la Constitución. La reforma o adición a la Constitución local exige para su aprobación las dos terceras partes del número total de los integrantes de la legislatura, o sea, 17 diputados; además, de las dos terceras partes de los Ayuntamientos. De acuerdo con los resultados del Censo 2010, el estado de Querétaro tiene una población de 1 millón 827 mil 985 habitantes. Con esta base y considerando el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 73 mil 119 habitantes, que lo ubica en el lugar 20 en esta categoría en relación con las demás entidades. San Luis Potosí En el estado de San Luis Potosí se eligen 58 ayuntamientos y 27 diputaciones (15 uninominales y 12 plurinominales). Como resultado de las elecciones de 2009, el sistema de partido predominante transitó a un multipartidismo en el Congreso de San Luis Potosí; de forma tal, que el grupo parlamentario del PAN cuenta con 10 diputados; PRI, 8; Panal, 4; PVEM, 2; PRD, PT y el Partido Conciencia Popular con un diputado de un total de 27. Razonablemente, el PRI que alternó en el Poder Ejecutivo del Estado ha tenido que establecer acuerdos y consensos con las distintas fuerzas políticas para impulsar reformas o adiciones a leyes secundarias o reglamentarias y a la Constitución. Para aprobar esta última, se requiere de las dos terceras partes del número total de diputados; es decir, 18 congresistas; además, de las tres cuartas partes de los Ayuntamientos. De acuerdo con los resultados del Censo 2010, el estado de San Luis Potosí tiene una población de 2 millones 585 mil 942 habitantes. Con esta base y considerando el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 95 mil 776 habitantes, que lo ubica en el lugar 13 en esta categoría en relación con las demás entidades. Sonora En el estado de Sonora se eligen 72 ayuntamientos y 33 diputaciones (21 uninominales y 12 plurinominales).

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Después de los resultados de las elecciones del 5 de julio de 2009, el sistema de partido predominante transitó a un bipartidismo entre el PRI y el PAN con 12 y 14 diputados, respectivamente, de un total de 33 legisladores en el Congreso de Sonora. Cabe destacar, que en esta entidad federativa hubo alternancia en el gobierno y el Poder Ejecutivo transitó de PRI a PAN. El partido del gobernador (PAN) ha tenido que construir coaliciones legislativas con otras fuerzas políticas para promover y aprobar modificaciones a leyes secundarias o reglamentarias y a la Constitución. Para aprobar modificaciones constitucionales, se requiere del voto de las dos terceras partes de los miembros, es decir, 22 congresistas; además de la mayoría del número total de los Ayuntamientos. De acuerdo con los resultados del Censo 2010, el estado de Sonora tiene una población de 2 millones 662 mil 432 habitantes. Con esta base y considerando el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 80 mil 680 habitantes, que lo ubica en el lugar 17 en esta categoría en relación con las demás entidades. Yucatán En el estado de Yucatán se elige al gobernador; así como 106 ayuntamientos y 25 diputaciones (15 uninominales y 10 plurinominales). La primera alternancia en el Poder Ejecutivo del Estado de Yucatán surgió con Patricio Patrón Laviada (2001-2007) al ganar el PAN las elecciones para gobernador. No obstante, el PRI recuperó el “escaque político” con Ivonne Ortega Pacheco (2007-2013). Con los comicios del 16 de mayo en el estado de Yucatán, arrancaron las primeras elecciones estatales de 2010 en nuestro país, de un total de quince. Hasta antes de estos comicios electorales, la correlación de fuerzas favorecía al grupo parlamentario del PRI, que tenía 14; seguido del grupo parlamentario del PAN con 9 y las representaciones del PRD y PTSY tenían uno cada una, de un total de 25 congresistas (15 de mayoría relativa y 10 de representación proporcional). En este contexto, el partido (PRI) de la gobernadora Ivonne Ortega tenía la mayoría absoluta para impulsar reformas a leyes secundarias y reglamentarias, pero no tenía la mayoría calificada, es decir, las dos terceras partes de la totalidad de los integrantes del Poder Legislativo para impulsar reformas a la Constitución estatal y, por tanto, para lograr este propósito tenía que coaligarse con otros partidos. Con las elecciones locales del 16 de mayo de 2010, la correlación de fuerzas cambió y, por ende, la composición de Congreso del Estado de Yucatán: el grupo parlamentario del PRI pasa de 14 a 15 diputados locales (60 por ciento); el grupo parlamentario del PAN cuenta con 6; los grupos parlamentarios del PRD y PVEM cuentan con dos cada uno y otra representación política un diputado. Consecuentemente, el sistema de partido predominante se mantiene y el partido de la gobernadora conserva la mayoría absoluta. El estado de Yucatán tiene una población de 1 millón 953 mil 027 habitantes, según los resultados del Censo 2010. Con esta base y considerando el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 78 mil 121 habitantes, que lo ubica en el lugar 18 en esta categoría en relación con las demás entidades.

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Tabasco En el estado de Tabasco se eligen un Gobernador, 35 legisladores (21 uninominales y 14 plurinominales) y 17 Ayuntamientos en un escenario político, en donde no habido alternancia en el gobierno del Poder Ejecutivo desde que se fundó el PNR en 1929. En este contexto, el grupo parlamentario del PRI mantiene la mayoría absoluta en el Congreso del estado de Tabasco, al tener 18 legisladores, seguido del PRD con 11, el PAN con 3, el PT con 1 y el resto de las fuerzas políticas 2 de un total de 35 escaños. En este tenor, con este sistema de partido predominante, el gobernador Andrés Granier Melo (2007-2013) ha impulsado modificaciones a leyes secundarias y reglamentarias. En cambio, para promover y aprobar reformas a la constitución local ha tenido que coaligarse con otras fuerzas políticas, en virtud de que se requieren las dos terceras partes de los diputados presentes de los 35; además, de la mayoría de los ayuntamientos del Estado. El estado de Tabasco tiene una población de 2 millones 238 mil 818 habitantes, según los resultados del Censo 2010. Con esta base y considerando el número total de legisladores y la población estatal, cada diputado representa a 63 mil 966 habitantes, que lo ubica en el lugar 22 en esta categoría en relación con las demás entidades. A MANERA DE CONCLUSIONES Actualmente en México vivimos quince años de multipartidismo. Muestra de ello, es la fisonomía que presenta el sistema político mexicano, en donde el grupo parlamentario del presidente de la República (PAN) ni ninguna otra fuerza política cuenta con mayorías absolutas y calificadas en las cámaras del Congreso de la Unión. En esta misma tendencia subyace en 19 congresos locales, en donde ningún grupo parlamentario controla, por sí solo, el 50 por ciento más uno de la votación en el pleno de su recinto legislativo, lo que significa que los “jugadores con veto” como los denomina George Tsebelis (2006), sea como actores individuales o colectivos, determinan cómo funcionan las instituciones políticas, ya sea para cambiarlas o mantenerlas. En este tenor, el cambiar el statu quo legislativo se entiende como el cambio de políticas; es decir, aquellos que les desagrada el statu quo preferirán un sistema político con capacidad para hacer los cambios políticos rápidamente, mientras que los defensores del statu quo preferirán un sistema que produzca estabilidad política. En ambos casos, las y los legisladores federales o locales, o bien, los grupos o representaciones parlamentarias, previa identidad y como establecedores de la agenda legislativa tienen que consensuarla para construir coaliciones legislativas o conjuntos ganadores. Ante este escenario y como resultado de las elecciones federales y locales concurrentes, a celebrarse el 1º de julio próximo, cabe reflexionar: ¿cuáles son las perspectivas para integrar "coaliciones legislativas" mínimas ganadoras o "conjuntos ganadores" que permitan impulsar agendas políticas comunes a fin de cambiar o mantener el statu quo mediante reformas a la Constitución, leyes secundarias y-o reglamentarias en las cámaras del Congreso de la Unión y congresos locales? Esta cuestión constituye el fondo del problema.

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En suma, el estudio de la construcción de coaliciones legislativas es importante no sólo porque nos permite observar el cambio o mantenimiento del statu quo mediante reformas a la Constitución, leyes secundarias y-o reglamentarias en las cámaras del Congreso de la Unión y los congresos locales, sino para analizar e indagar en los “patrones” derivados de las pautas de comportamiento de los jugadores con veto individual y colectivo en relación con la tipología de los sistemas de partidos en las legislaturas; vincular la filosofía política con la filosofía del derecho, es decir, el estudio del poder político, respectivamente, desde las perspectivas de la legitimidad y legalidad; aportar a la Administración Pública infinidad de elementos, que permitan analizar el proceso de las políticas públicas en las fases de formulación, implementación, ejecución y evaluación; y, consecuentemente, vislumbrar la eficacia y eficiencia de las políticas públicas en los distintos órdenes de gobierno; e incluso, aportar al Derecho Parlamentario la mejora del proceso, procedimientos y rediseños legislativos. Pero sobre todo, impulsar una “verdadera” reforma del Estado mediante el diálogo, los acuerdos y los consensos entre los grupos o representaciones parlamentarias en los distintos órdenes de gobierno.

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V. PARTIDOS POLÍTICOS Y ELECCIÓN EN TEXTOS Gloria del C. Hernández Morales5 Con el objetivo de promover la consulta, lectura y estudio del acervo de la Biblioteca del H. Congreso del Estado de Guanajuato “José Aguilar y Maya”, en este número 58 de Apuntes Legislativos abordamos el tema, Centenario de Partidos Políticos y Elecciones 2012, tema coyuntural de significativa relevancia para la vida política y social de nuestro país. Demos paso pues a los libros que presentamos. El primer ejemplar se titula “Los partidos Políticos”. El autor es Lucio Mendieta y Núñez. Es una tercera edición de 1977. Es un libro clásico dentro del estudio de los partidos políticos. Su índice nos da una clara idea de la temática que aborda: definiciones, clasificaciones, la génesis de los partidos, la doctrina y el programa, organización y disciplina, el líder, la propaganda, la lucha de partidos, la degeneración y extinción de los partidos políticos, la función social de los partidos políticos, la mayoría silenciosa y la mutua influencia de la sociedad y los partidos políticos. Sin duda alguna el presente libro nos da una clara idea de la función e importancia de los partidos políticos en una democracia.

Mendieta y Núñez, Lucio Los partidos políticos / Lucio Mendieta y Núñez: México, D.F Editorial Porrúa. S.A: 1977 153 pág. (Partidos Políticos) [No. Eje] 1

El segundo de los libros se llama “Pasado, Presente y futuro de los partidos Políticos en México”. Hugo Sánchez Gudiño y Gonzalo Ferrara Bravo son los coordinadores. Editorial Miguel Ángel Porrúa. De John Ackerman a Francisco Paoli Bolio, entre Javier Esteinou y 5

Jefe de Departamento de Biblioteca “José Aguilar y Maya

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Lorenzo Córdova Vianello, pasando por Daniel Márquez, Enrique Cuna, Elías Polanco Flavio Galván, Fernando Ojesto y un total 14 expertos (académicos, investigadores, magistrados y ex funcionarios políticos) reunidos en la FES – UNAM- Aragón, los días 21 y 22 de octubre del 2009, reflexionando públicamente en el Coloquio de Derecho Electoral Pasado, presente y futuro de los partidos políticos en México, organizado por la división de Estudios de Posgrado en Derecho de la UNAM, cuyos trabajos se condensan en este libro, mismos que convergen en un objetivo común: el análisis crítico del sistema de partidos políticos en México frente al derecho electoral y la democracia. Con un abanico limitado de propuestas y ante un ambiente de polarización electoral que inició en las elecciones federales intermedias de 2009 y que no verá la luz al final del túnel hasta las elecciones presidenciales de 2012, los principales actores políticos se mueven en esa dirección, apuntando sus agendas correspondientes. En sincronía con el proceso sucesorio, esta obra y sus autores ofrecen distintas claves para entender la realidad político – electoral de México en la primera década del siglo XXI.

Sánchez Gudiño, Hugo y Farrera Bravo, Gonzalo (Coordinadores) Pasado, presente y futuro de los partidos políticos en México. / Hugo Sánchez Gudiño y Gonzalo Ferrera Bravo : México, D.F UNAM, Miguel Ángel Porrúa: 2009 366. (Partidos Políticos) [No. Eje] 1

El tercer ejemplar lleva por título “Declive y reconfiguración de la democracia representativa”, Pablo Armando González Ulloa Aguirre es el coordinador de la obra. Este libro tiene como objetivo tratar el tema de la representación política a través de un análisis que complementa teoría y empiria. En estos días hablar de representación se vuelve muy problemático ante la crisis que personifican los partidos y el poder Legislativo como muestra sólo hay que revisar los niveles de desconfianza en América Latina. Los ensayos contenidos en la presente obra se preocupan por la democracia representativa, es decir, la acepción moderna de la representación en la cual ya se incluyen las ideas señaladas por Pitkin de igualdad y justicia. Por ello se espera de un “gobierno representativo que luche por el bienestar popular, y quizá creemos improbable que otros gobiernos también lo

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hagan. Pero el hecho de que un gobierno se preocupe por el interés de los súbditos es con mucho una evidencia, un criterio necesario pero no suficiente para calificarlo de representativo”. Por ello la representación contiene elementos que son necesarios más no suficientes para llamar a los gobiernos representativos. Solo en el momento en el que se da la suma de todos ellos puede ser nombrado como tal. .

González Ulloa Aguirre, Pablo Armando Declive y reconfiguración de la democracia representativa. / Pablo Armando González Aguirre: México, D.F UNAM, FCPYS, Miguel Ángel Porrúa: 2009 202 pág. (Partidos políticos, democracia representativa.) [No. Eje] 1

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El cuarto libro se titula “Reflexiones sobre la acción Política” de César Camacho Quiroz. El autor se dedica a la política y escribe sobre ella, lo cual resulta doblemente comprometedor, pues implica responsabilidad y decisión. Puesto que la palabra impresa permanece, obliga a la congruencia; ineludiblemente al plasmar su dicho, quien escribe compromete sus hechos y viceversa. Se trata de una dinámica permanente que pone a prueba la consistencia del político que publica su pensamiento y ofrece su punto de vista a los lectores, muchos de ellos, sus electores. Política de siempre,, desde hace casi una década, César Camacho, ha tenido el arrojo de dedicarse a las dos actividades simultáneamente y en ambas, por decir lo menos, ha salidos bien librado. Esta obra contiene sus consideraciones y pronunciamientos durante los últimos cuatro años a propósito de la coyuntura política. El material seleccionado y reunido abarca los grandes temas de la acción y afecto de gobernar desde la visión crítica del análisis, como desde la posición responsable del legislador. El 152 reflexiones sobre la política, el autor abarca aspectos fundamentales de la vida política, con su singular estilo dibuja un escenario político en medio del cual se asume protagonista.

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Camacho Quiroz, César. Reflexiones sobre la acción política / César Camacho Quiroz: México, D.F Miguel Ángel Porrúa: 2008 202 pág. (Acción política) [No. Eje] 1

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El último y quinto de los ejemplares que mostramos en Apuntes Legislativos lleva por nombre “2 de Julio. La crónica minuto a minuto del día más importante de nuestra historia contemporánea” de Carlos Tello Díaz. Editado por Planeta. El 2 de julio de 2006 México vivió la elección más competida y cuestionada de su historia. Los comicios generaron dudas e incertidumbre entre los mexicanos dejando una sombra que amenaza el rumbo democrático del país. ¿Hubo sustituciones generalizadas de funcionarios de casillas? ¿Relleno de urnas con votos ilegales? ¿Falsificación de actas de escrutinio? ¿Compra de representantes de partidos? ¿Inequidad en los medios de comunicación? ¿Realmente fueron extraviados 3 millones de sufragios? ¿fueron manipulados por medio de un algoritmo, los números del PREP? ¿Fueron probadas las irregularidades de la elección? En esta apasionante crónica, llena de datos sorprendentes, Carlos Tello Díaz recrea minuto a minuto, hora por hora, aquella larga, compleja y angustiosa jornada, sin duda la más importante en nuestra historia contemporánea. Por sus páginas aparecen, para dar su testimonio, los principales actores de la elección: candidatos, dirigentes políticos, periodistas, encuestadores, ejecutivos de medios, intelectuales, ciudadanos comunes y corrientes y, desde luego, funcionarios del Instituto Federal electoral. . con base en estos testimonios revelados, y a partir de una revisión exhaustiva de los periódicos, los noticieros y los documentos que retratan la contienda muchos de ellos inéditos, Tello Díaz nos presenta con su rigor habitual, la crónica puntual de la elección presidencial del 2 de julio.

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Tello Díaz, Carlos 2 de Julio. La crónica minuto a minuto del día más importante de nuestra historia contemporánea / Carlos Tello Díaz: México, D.F Editorial Planeta: 2007 252 pág. (Partidos políticos, elección) [No. Eje] 1

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