3) - Iñigo Saenz de Urturi

Ellos/as reciben en su oído una serie de compresiones de aire que llamamos sonido y que hacen vibrar su tímpano y… ahí acaba todo. Y si tu interlocutor es ...
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CONECTA

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Hola de nuevo: Es un placer saludarte otra vez y si estás aquí es porque esto te interesa, así que mi alegría es doble, pero sobre todo me alegro por ti y por la decisión que has tomado de seguir leyendo y aprendiendo para mejorar tu inter-acción con lo demás. ¡Vamos allá!

EL SEGUNDO PRINCIPIO:

SI LAS PERSONAS NO TE ENTIENDEN, ES CULPA TUYA. Ya sé que esto es algo que no nos gusta oír ¡pero es verdad! y como otras muchas verdades, a veces nos escuece el ego. Sin embargo y como bien dijo Jesús, el Nazareno, “sólo conociendo la verdad, seremos libres”. Veámoslo así: tú lanzas un mensaje a tu pareja, a tus hijos, a tus empleados, a tus compañeros, a tu jefe, a tu vecino, a tu hermano, a tu cuñada… y dime, ¿tienen ellos la obligación de entenderte? Cuando eres quien emite el mensaje, la única Si tu respuesta es no. ¡Genial puedes seguir leyendo! persona responsable en la comunicación, Si tu respuesta es sí. ¡Genial debes seguir leyendo! eres tú. Toda persona que te escucha es un elemento pasivo en la comunicación. Si son personas que se quieren entender contigo, si son de tu equipo y quieren colaborar contigo, te pueden prestar atención, te pueden parafrasear, te pueden preguntar e incluso pueden tomar notas de lo que dices, pero… pueden. NO tienen que. Ellos/as reciben en su oído una serie de compresiones de aire que llamamos sonido y que hacen vibrar su tímpano y… ahí acaba todo. Y si tu interlocutor es alguien que “pasa” de ti, que no tiene ningún interés en comunicarse contigo, entonces sólo nos queda una opción: ¡captar su atención! Ya que hasta ese momento no eres más que una interrupción. Por lo tanto si alguien no entiende lo que le dices, es un maravilloso espejo donde verás reflejada tu inflexibilidad para comunicarte. Y digo tu inflexibilidad, no tu incapacidad, ya que capacidad para comunicarte tienes ¡y mucha!, el problema es nuestra creencia de que si yo entiendo algo y yo lo he expresado como yo lo entiendo, entonces está claro que si no me entienden… son los demás los que tienen el problema. Hasta que no captes su atención, eres una interrupción.

Y esto es un problema. Un grave problema. Éste es tu problema.

Iñigo Sáenz de Urturi www.inigosaenzdeurturi.com [email protected] 1

CONECTA La buena noticia es que como todo reto, es una grandiosa oportunidad para crecer y aprender a conectar con los demás hasta el punto que los podrás guiar y liderar sin ningún tipo de dificultad.

LA SEGUNDA GRAN MENTIRA QUE NOS HAN VENDIDO

“Trata a los demás como te gusta que te traten a ti” Es increíble cómo nos dejamos llevar por clichés establecidos por las famosas “frases hechas” que tanto daño hacen a la comunicación… y a las personas. Pensemos un instante… Imagina que a mí me gusta que me den bofetadas a la vez que me hablan. Así es como yo me siento a gusto; como me gustan que me hablen. Si no me abofeteas mientras me hablas no estoy contento. Así que como esa es la manera en que me gusta que me traten, yo voy dando bofetadas a todo ser viviente porque de esta manera trato a los demás como me gusta que me traten a mí… ¡y todos contentos! ¡Por el amor de Dios! Pensemos un poco más allá de nuestro ombligo. ¿Y qué pasa si a los demás no les gusta que les abofetee mientras les hablo? ¿Es que acaso soy el centro del universo y todos los demás tienen que bailar a mí son?

ADAPTATÉ A TU OYENTE Y TENDRÁS la GARANTIA DE QUE TE ENTIENDA.

El principio universal es ligeramente distinto: Trata a los demás como ellos/as quieren ser tratados. Es probable que uno de los mejores libros donde puedas aprender esto del gran maestro de las relaciones humanas, Dale Carnegie, sea este:

Cómo Ganar Amigos e Influir en las Personas. El secreto está en investigar, en observar, quien es nuestro interlocutor/a, como piensa, como mira, cómo reacciona, como respira, como se expresa, en definitiva quien es y cómo se relaciona con el mundo para, en un acto de apertura, acercarnos a su forma de ser evolucionando desde la nuestra, y así poder comprenderle mejor y expresarnos como él o ella necesita que nos expresemos para ser entendidos. “¡Pero eso es ser un “papanatas”!”, “Esto es perder mi identidad” suelen decir algunos de mis clientes cuando les digo que debemos adaptarnos a nuestro interlocutor, así que lo dejaré en manos del gran maestro Bruce Lee. “Cuando metes agua en un vaso, adquiere la forma del vaso. Cuando metes agua en una botella, adquiere la forma de la botella, Cuando metes el agua en una vasija, adquiere la forma de la vasija. Pero siempre es agua. ¡Sé cómo el agua amigo mío!”

Y en breve… El porqué de los errores en la comunicación. Iñigo Sáenz de Urturi www.inigosaenzdeurturi.com [email protected] 2