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martes 17 de marzo del 2015 Gestión
OPINIÓN Bien al polo RESULTADO DE ENERO. Las cifras oficiales del PBI de enero y algunas proyecciones para febrero muestran que, durante el primer bimestre de este año, la economía peruana estuvo más enfriada de lo que se esperaba. Este inicio nada auspicioso tiene una explicación recurrente: la contracción del gasto de los gobiernos regionales y locales, que se sumó a la estacionalidad que este rubro presenta –parece que el verano no es propicio para que estas instancias del Ejecutivo ejecuten sus presupuestos–. En otras palabras, no estamos hablando de algún evento impredecible, sino de una tendencia que cada cuatro años se exacerba: la falta de experiencia de las nuevas autoridades –que asumieron sus cargos en enero– les genera dificultades para definir sus gastos. Pero si ya se sabía que esto iba a pasar (lo advertimos en esta columna, varias veces), ¿por qué el MEF o la PCM no fueron más previsores?
“El sector que hasta hace poco recibía un trato poco amistoso del Gobierno, revivió su papel de antaño”. Seguramente se distribuyó material informativo, pero dudamos que muchos hayan leído con detenimiento esas pautas. Lo idóneo hubiese sido organizar seminarios presenciales una vez conocidos los resultados de las elecciones, a fines del año pasado. Este descuido le está pasando factura al ministro Alonso Segura, pues ya se oyen clamores para que sea reemplazado. Ojalá el presidente Ollanta Humala los desoiga, pues un cambio al frente del MEF terminaría por congelar las expectativas de los agentes económicos. También preocupa que la industria haya caído en enero por noveno mes consecutivo y que tras siete años consecutivos al alza, el empleo haya disminuido en Lima, en el último trimestre móvil. El resultado de enero hubiese sido peor si no fuera por la minería (e hidrocarburos), que registró su expansión más alta de los últimos diez meses (5.6%), paradójicamente el mismo periodo en que el PBI no ha logrado crecer por encima de 2.7%. El sector que hasta hace poco recibía un trato poco amistoso del Gobierno, revivió su papel de antaño: ser el proveedor de los números salvadores. Por lo visto, los paquetes de estímulo todavía no surten efecto en la confianza de los inversionistas. Y el alza del tipo de cambio estaría modificando su conducta de corto plazo, ya que encuentran más atractivo comprar y acumular dólares que destinarlos a proyectos de largo plazo en el país. Si se mantiene ceteris paribus la acción del Gobierno, corremos el riesgo de crecer igual o menos que el 2014.
Consecuencias de la expansión de la demanda agregada interna opinión Jorge González Izquierdo
Economista - Universidad del Pacífico
A
lgunos analistas económicos están pidiendo que se implemente una política fuertemente expansiva de la demanda agregada interna (DAI), dado que la inflación estaría regresando a su rango meta y la economía todavía no da muestras de una sostenida recuperación. Analicemos los probables efectos de esa iniciativa. Para ello usaremos el modelo MundellFleming con apreciable movilidad de capitales y flexibilidad de tasas de interés y tipo de cambio. Asumamos que se usa intensivamente la política fiscal tanto directa como indirectamente tratando de incentivar el gasto privado. Como consecuencia de ello, las expectativas de los agentes económicos mejoran sustancialmente, su ingreso disponible sube, hacen un mayor uso del crédito, el gasto público aumenta, etc. Es probable que la demanda agregada interna crezca apreciablemente. Como consecuencia, en el corto plazo la economía experimentará un impulso
caricatura
porCarlosLavida
reactivador, pero en un plazo mayor se darán presiones para que la tasa de interés aumente provocando una apreciación del tipo de cambio y la intensificación de un déficit en la balanza de bienes y servicios no financieros que ya venía generándose por el efecto sobre las importaciones de la reactivación. Si las expectativas de los agentes económicos perciben la política como permanente, en el sentido de que durará varios años, es probable que el proceso descrito continúe y gran parte de la expansión de la DAI termine estimulando las economías con las que se tienen lazos económicos importantes. Algo que podría alterar un poco el análisis es si en los otros países sube también la tasa de interés.
“El tipo de cambio está subiendo, lo que considero un movimiento de equilibrio que el banco central debe dejar que se cristalice”.
Pero si los agentes económicos perciben la política como algo efímero, transitorio, entonces los efectos se alterarían. Lo más probable es que los efectos sobre la tasa de interés y tipo de cambio sean leves y reversibles. De todas maneras se daría un efecto expansivo interno en el corto plazo que no sería contrarrestado en forma apreciable por la balanza de bienes y servicios no financieros. Cumpliría más con su objetivo la política expansiva de DAI. Este sería el caso en que los Estados Unidos y la eurozona eleven su tasa de interés más o menos pronto. Incluso, hasta se podría experimentar un superávit con el exterior y una elevación del tipo de cambio. Considero que la política fiscal en el país está siendo medianamente expansiva, por lo menos en el papel, al igual que la política crediticia. El gasto autónomo privado podría registrar una leve mejora. Así, la DAI registraría un ligero repunte y el déficit externo como proporción del PBI se reduciría. El tipo de cambio está subiendo, lo que considero un movimiento de equilibrio que el banco central debe dejar que se cristalice. Con lo que es probable que parte apreciable del impulso interno se quede en el país.