Y vos, ¿sos Beatle o Stone?

18 oct. 2014 - o Stone? “Todo el mundo está o con los Beatles o con los Stones. ¿Con quién ... Pero la mejor evidencia de que hay antinomias que duran ...
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espectáculos

| Sábado 18 de octubre de 2014

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Santoral San Lucas, el evangelista | Un día como hoy En 1801, nace en la provincia de Entre Ríos el general Justo José de Urquiza | hoy eS el día Mundial de la Protección de la Naturaleza

Gaturro Por Nik

Manuscrito Por Héctor M. Guyot

Y vos, ¿sos Beatle o Stone?

“T

odo el mundo está o con los Beatles o con los Stones. ¿Con quién estás vos?” La provocación, según cuenta The New York Times, partió de la boca de una mujer hermosa. El interpelado, un hombre acostumbrado a bromear con la curiosidad ajena, respondió esta vez muy seriamente: “Con los Stones”. Se trataba de Mick Jagger. El episodio ocurrió hace apenas unos años. Pero la mejor evidencia de que hay antinomias que duran medio siglo es la reciente edición en España de Los Beatles vs. Los Rolling Stones, un libro en el que un historiador y académico de la Universidad de Georgia, John McMillian, disecciona la rivalidad que enfrentó a estas dos bandas inglesas –o, mejor, a los fanáticos de estas dos bandas– desde principios de los años 60. Aunque nadie me lo haya preguntado, pongo las cartas sobre la mesa: yo estoy con los Beatles. Me pasó como a esos bebes que, a falta de escarpines, lo primero que reciben de su progenitor al llegar a este mundo es la camiseta de Racing o de Independiente: no tuve opción. A los ocho o nueve años mis padres me compraron un Winco blanco que instalé en mi cuarto. Entonces mi padrino me regaló Help, un disco que sigue siendo maravilloso y que aún hoy, cuando lo pone alguna de mis hijas y estallan las armonías vocales del primer corte, me provoca escalofríos. Después de ése, mis siguientes seis o siete discos fueron todos del cuarteto de Liverpool. Llegué a los Stones unos años después, a mediados de los 70, cuando mis padres –otra vez– me regalaron un grabador a pilas con algunos casetes, entre ellos It’s only Rock ’n’ Roll (but I like it). Me gustó, lo escuchaba. Pero mi corazón ya tenía dueño y salí a la vida con argumentos para enfrentar a los que criticaban a los Beatles y veneraban las contorsiones de Jagger y el toque sucio de Richards. Y es cierto, lo que al principio era sólo una espontánea opción estética luego fue más allá porque todo adolescente debe hacerse una identidad. Frágiles, nos apoyábamos en todo lo que teníamos alrededor para mantenernos en pie y avanzar. Y en ese trance los Beatles y los Stones nos dieron su música, que ya era mucho, pero también algo más: el anverso y el reverso de una moneda en la que podíamos experimentar rechazos e identificaciones para encontrar quiénes éramos. Así, con los Beatles éramos rebeldes pero apolíneos, angelicales, soñadores, mientras que con los Stones éramos dionisíacos, viscerales, duros, y hasta deslizábamos simpatías por el demonio. Un River-Boca de la música,

que durante mi adolescencia fue para mí la única religión verdadera. Con justicia, el libro de McMillan desmiente muchas de las cosas que se daban por buenas. A la falsa idea de que los Beatles hacían pop y los Stones hacían rock, le contrapone el hecho de que los Fab four habían acumulado mayor experiencia musical y hasta vital que los supuestos chicos malos. Los Beatles tuvieron Hamburgo, esa ciudad portuaria en la que tocaban hasta la extenuación en tugurios donde podían recibir tanto un puñetazo llegado de una gresca ajena como el consuelo de mujeres generosas y más sabias que ellos. Allí, en Hamburgo, cumplieron las 10.000 horas de práctica que, según el best seller Malcolm Gladwell, se necesitan para alcanzar la maestría en cualquier disciplina. A mí me desquiciaban sobre todo quienes decían que los Stones eran auténticos y que los Beatles, por el contrario, habían sido devorados

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Nos dieron su música, pero también el anverso y el reverso de una moneda en la que podíamos reconocernos por el mercado. Eso sugería que eran falsos. Curiosamente, algo parecido sostienen hoy quienes para defender a muerte a Lennon se ven en la necesidad de subestimar a McCartney. Les diré por qué yo me quedo con los Beatles y con Paul. Me saco el sombrero ante los que traman complejas estructuras armónicas o rítmicas, pero para mí los melodistas son a la música lo que los poetas a la literatura. Tienen línea directa con los dioses. La actitud puede ser importante, sobre todo en el rock, pero a la inspiración y al genio no hay con qué darles. ¿Qué dios le dictó a Mozart la melodía del segundo movimiento del Concierto para piano N° 20? ¿Qué hado le sopló a Beethoven el adagio de la Patética? ¿Quién iluminó a McCartney cuando soñó “Yesterday”, a cuya línea le acopló además una letra perfecta? Me rindo ante quienes pueden expresar la belleza de un modo en apariencia tan simple. Por eso, si hay que elegir yo no dudo: por siempre, Beatles. ß

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Macanudo Por Liniers 4

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HORIZONTALES 1. Casamiento. 5. País africano. 10. Poner carne al fuego. 11. Vestidura masculina. 13. Grácil y elegante. 14. Prueba, test. 15. Exclamación católica de júbilo. 17. Matrícula de Brunei. 18. Niño. 19. Altar. 20. País asiático. 23. Antepuerta o tapiz. 25. Alza, eleva. 26. (Karl) Filósofo alemán. 28. Hijo de Noé. 29. Que tienen forma de huevo. 33. Del signo de Aries (fem.). 35. Miembro de la mano. 36. Fatigar, cansar. 37. Desluzcan. 38. Capital de Yemen. 39. Milmillonésima parte.

D A I S

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VERTICALES 1. Johann Sebastian... 2. Maestro espiritual hindú. 3. Otorgáis. 4. Secreta, recóndita. 5. (Ford) Actor. 6. Poliedro de seis caras. 7. (Gardner) Actriz. 8. Rodeas con un nimbo. 9. Causé gran miedo. 12. Que dura doce meses. 16. Pulmonía. 20. Clavar un aguijón. 21. Conturbes, sobresaltes. 22. Estampa, grabado. 24. Combinan con oxígeno. 27. Tacaña. 30. Abandona. 31. Paraíso terrenal. 32. Produjo ruido. 34. Ácido nucleico.

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Humor petiso Por Diego Parés

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La foto que habla Por Nik