Vecinos de Belgrano denuncian un “descontrol” en el Barrio Chino

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INFORMACION GENERAL

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Lunes 23 de agosto de 2010

POLEMICA s UN PUNTO TURISTICO QUE DESPIERTA CRITICAS

HERNAN ZENTENO

El colorido arco de entrada al Barrio Chino, un punto de discordia; además, un contenedor está en la calle desde hace años

Vecinos de Belgrano denuncian un “descontrol” en el Barrio Chino Por infracciones como falta de higiene, invasión de la vía pública y destrucción de árboles calle Arribeños y Olazábal, que cortó el tránsito, y el lugar se pobló de visitantes. LA NACION intentó hablar con los responsables de la Asociación del Barrio Chino, pero indicaron que estaban “de viaje”. Gabriel Goizueta, vicepresidente de la Asociación Civil Vecinos de Belgrano, afirmó: “Todo parecía muy lindo, pero, en realidad, un día antes del acto, y mediante una resolución firmada por Molinero, que fue publicada en el Boletín Oficial, no se autorizó a efectuar esos cortes de tránsito. Sin embargo, se hicieron y estuvieron promocionados por el centro comunal N° 13. Insólito. Por eso hicimos una denuncia”, dijo Goizueta.

PABLO TOMINO LA NACION El Barrio Chino, un polo de atracción para miles de vecinos y turistas que lo recorren cada fin de semana, esconde también un lado oscuro: el rechazo de buena parte de los habitantes de esa zona de Belgrano, molestos por “el descontrol” que, afirman, alteró su cotidianidad y su calidad de vida. En ese polo delimitado por Arribeños, Blanco Encalada, Montañeses y Juramento, en Belgrano, un grupo de vecinos denuncian un sinfín de irregularidades que van desde la poda indiscriminada de los árboles, invasión de la vía pública, venta de alimentos en la calle, estacionamiento indebido, falta de higiene en algunos comercios y descuido con el retiro de los residuos que se apilan en las calles, hasta la construcción de un arco identificatorio del lugar que, protestan, obstruye la senda peatonal. Las autoridades porteñas, en cambio, afirman que el Barrio Chino no está exento de controles y que los comercios son inspeccionados con frecuencia. Por otra parte, deslindaron la responsabilidad de sancionar la venta ambulante a la policía, pues se trata de una contravención. De hecho, el descontento vecinal derivó en numerosas denuncias ante el gobierno porteño y también ante la Justicia, como, por ejemplo, por el funcionamiento de un depósito clandestino de alimentos situado en Mendoza 1658, que fue clausurado y allanado en varias ocasiones. Así lo explicó Enrique Banfi, presidente de la Asociación Civil Vecinos de Belgrano, que junto con varios vecinos califican al barrio en el que viven como “un sitio donde reina el descontrol”. “Aquí, los comerciantes hacen su negocio sin que el Estado ponga los debidos límites y cada quien hace lo que quiere. Lo peor es que, cuando llegan los inspectores, los comerciantes bajan las persianas y los inspectores no verifican si están o no en regla. Y así subsisten”, cuenta Banfi. LA NACION recorrió durante distintos días la zona en cuestión y comprobó irregularidades que pueden advertirse a simple vista: algunos locales gastronómicos venden comida a la calle desde un ventanal; en un supermercado en Mendoza al

Qué dice la ciudad JULIAN BONGIOVANI

Denuncian que quitaron o serrucharon 32 árboles en la zona 1600 puede advertirse que la basura se apila en el mismo sitio por donde ingresan los alimentos; la presencia de un camión de basura que pasa buena parte del día en la esquina de Mendoza y Arribeños, por la gran cantidad que residuos que generan los comercios y que provoca olores desagradables. También hay árboles que fueron serruchados y otros cuyos canteros fueron rellenados con baldosas o cemento para evitar su crecimiento.

“Todo un descontrol” Ana Luisa Paulesu, presidenta de la Asociación de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Nuevo Belgrano, dijo a LA NACION que “es todo un descontrol: se han serruchado 32 árboles para transformar un barrio residencial en una zona

exclusivamente comercial. Y, poco a poco, este barrio de casas bajas se está transformando en una suerte de «Salada japonesa»”. Otro hecho conflictivo ocurrió el 16 de mayo pasado y motivó que algunos vecinos presentaran una denuncia en el Juzgado Nacional en lo Correccional Nº 8, a cargo del juez Luis Schelgel. Ese día se realizó un acto cuya autorización había sido denegada por el subsecretario de Seguridad de la ciudad, Matías Molinero, pero que funcionarios de menor rango lo permitieron. Fue en ocasión de los festejos por los 200 años de la Revolución de Mayo y el aniversario del nacimiento de Buda, organizado por la Asociación del Barrio Chino de Buenos Aires y el monasterio budista Fo Guang Shan. Se ubicó un escenario en la

Quieren que vuelvan los recitales a River El gobierno porteño buscará desde hoy que el estadio de River Plate, junto con otros escenarios que fueron suspendidos para organizar megarrecitales, vuelva a ser el centro de los grandes shows porteños. Para eso, el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, que hoy se reunirá con el presidente de River, Daniel Passarella, les exigirá a los organizadores de estos eventos que realicen estudios de impacto ambiental y que cumplan las condiciones que mitiguen los efectos de las vibraciones por la acción de miles de personas saltando al mismo tiempo. Vale recordar que esa actividad, además de los ruidos molestos, causaba rajaduras en viviendas de la zona, según denuncias vecinales, razón por la que la Justicia había ordenado suspender los recitales.

Según la Agencia Gubernamental de Control (AGC), organismo de la ciudad que realiza controles para verificar si los comercios tienen la correspondiente habilitación y, en el caso de los locales que expenden alimentos, si cumplen con las normas de higiene y salubridad, en lo que va del año se realizaron 120 inspecciones, cuatro clausuras, 14 intimaciones por mejoras y 83 actas de infracción; se detectaron seis puestos ambulantes, y se secuestraron 235 kilos de comida vencida o en mal estado de conservación. Pero su labor es insuficiente, como ocurre en otros puntos conflictivos de la ciudad. La AGC envió a LA NACION la nómina completa con todas las inspecciones realizadas a los comercios, con la fecha en que los inspectores visitaron cada lugar. De todas maneras, ningún funcionario de la AGC quiso referirse al tema. Vale recordar que aún no asumió formalmente en esa área Javier Ibáñez, que reemplazó a Oscar Ríos, echado por Macri tras el derrumbe de un gimnasio en Villa Urquiza. En cuanto a la construcción del arco de entrada en el Barrio Chino, si bien los funcionarios nunca lo admitieron, resultó una medida polémica. Tanto es así que hasta el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, lo inauguró el año pasado en un acto simbólico, en su despacho, cortando una cinta desde un monitor de TV, junto con autoridades chinas. Entonces, habían explicado que esa decisión se había tomado para resguardar la seguridad de los representantes extranjeros.

Un almacén de aromas y colores exóticos JULIO CELIZ LA NACION Transitar por sus calles provoca la fantasía de estar en un suburbio de Pekín, pero estamos en el Barrio Chino de Belgrano, elegido por cientos de visitantes cada fin de semana. La inmensa mayoría lo hacen empujados por la gastronomía o para abastecerse en alguno de los cuatro supermercados con productos únicos que hay en la zona. Es que, a la hora de comer, la propuesta es muy variada: hay pequeñas cantinas de comida al paso, con pocas mesas y en general con clientela oriental, donde conejos y patos laqueados en salsa de soja se exhiben en vidrieras como un manjar. También se vende chorizo chino de cerdo, tempura de pescado y verdura, calamar crocante y

garras de pollo o gallina. Los olores penetrantes se hacen sentir, pero es cuestión de acostumbrarse. En los restaurantes, los chop suey, chaw fan y chaw mien, carnes y mariscos salteados, arrolladitos primavera, buñuelos de camarones y fideos de arroz son moneda corriente. No faltan el aceite de sésamo, el vino de arroz y mucho más. El listado de locales gastronómicos incluye, entre otros, a Todos Contentos, Palitos, Dragón Porteño, Hsiang Ting Tang y China Rose. Con todo el toque oriental, BuddhaBA es otro clásico. Sus habitués destacan la gama de tés, el espacio al aire libre del segundo piso y un plus: la galería de arte, amenizada siempre con música instrumental que seda el espíritu. Las góndolas de los supermercados, colmadas de productos chinos son un paseo en sí mismas, aunque sea para

curiosear. Desde los ultraconocidos rolls de sushi (con atún, salmón ahumado, kanikama y otros) hasta pulpo disecado, arroz de varias clases, leche de soja, algas, latas de postre de maní, vino chino para cocinar, cervezas chinas, botellas de sake, dulces... Lo natural es un imán para muchos. Se consiguen pimientos de todos los colores, frutas secas, harinas varias, hongos, hierbas aromáticas y sushi preparado para comer en casa. Uno de los mejores y pionero en el barrio es Casa China, instalado a mediados de los 80. Para los que buscan un contacto más espiritual, el templo budista Chong Kuan –Montañeses 2175– es el lugar indicado. Tiene una imagen dorada de Buda que impacta. Para ingresar es obligación dejar el calzado a un costado. Los domingos, a las 14, se oficia una ceremonia con acceso

libre. En el mismo edificio se organizan clases de meditación, cursos de caligrafía, kung-fu e idiomas. Pero en nuestro China Town, que en los últimos años también empezó a recibir el nombre de Barrio Oriental por la llegada creciente de comerciantes de otras nacionalidades asiáticas, hay que animarse a revisar. En la galería de Arribeños al 2100 un local tiene las paredes forradas de revistas de cómics orientales y novelas. En otro se consiguen DVD de películas chinas. En los bazares cuelgan las tradicionales lámparas de papel rojo y los gatitos de la abundancia no dejan de saludar, junto a dragones y tortugas. Farmacias, salones de belleza, masajes y acupuntura completan un panorama en el que el chino, tanto en la cartelería como en la forma oral, le gana la pulseada al castellano.