SEGURIDAD | 17
| Martes 6 de Mayo de 2014
SEGURIDAD Edición de hoy a cargo de Fernando Rodríguez | www.lanacion.com/seguridad
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Asesinan a un hombre y balean a su hijo
Flavia Harispuru fue asaltada el viernes a la tarde, cuando llevaba a su hijo mayor a karate; fue arrastrada cinco metros
Valor de madre. Se colgó del auto para evitar que se llevaran a su bebe
la matanza. Ladrones les tiraron al término de una entradera
Valeria Musse LA NACION
Texto María José Lucesole | Foto Santiago Hafford
E
n un acto desesperado, Flavia Harispuru se colgó de la silla de su bebe y fue arrastrada por la calle con su auto en movimiento; no le importaba que esos dos hombres armados le robaran su Peugeot 206: lo único que quería es que no se llevaran a su hijo. Tampoco le importó el frío metálico que había sentido en la nunca cuando los dos delincuentes la sorprendieron y le apoyaron el caño de una pistola, minutos antes, a metros de su casa, en 527 entre 118 y 119, en Tolosa, al norte de La Plata. No le importó dejar la cartera con el celular y los 2000 pesos que tenía para el supermercado ni la trompada que le asestaron en el ojo para subirse a su auto. Sólo pensaba en sus hijos: en el mayor, de 8 años, al que le apuntaban con una pistola, como a ella en la nuca, y en el bebe, de sólo uno, que iba atado a su silla en el asiento trasero. Flavia entregó todo. Menos a sus hijos. Se desató el cinturón de seguridad y, mientras entregaba el bolso, dijo, con toda la firmeza que pudo: “Soltame al nene y dejame bajar al bebe”. Los ladrones, que les apuntaban, esperaron a que ella y su hijo mayor bajaran. Y arrancaron. La mujer quedó en la calle con Yamil. El bebe siguió atado a su silla, dentro del Peugeot en movimiento y con dos delincuentes armados. “Abrí la puerta trasera y me colgué a la silla del bebe. Les gritaba: «Déjenme sacar al nene», pero no paraban”, relató ayer la mujer a la nacion, al recordar el dramático robo que sufrió el viernes pasado. Todavía había luz de día, eran las seis de la tarde. Flavia había salido de su casa, frente a las vías del ferrocarril Roca, para llevar a Yamil a
karate. Miró rápido por el barrio de casas bajas, todas con rejas y perros, situado cerca de la bajada de la autopista Buenos Aires–La Plata. Es que un mes antes un ladrón que iba en moto ya había intentado robarle a punta de pistola. Incluso, unos meses atrás, su hermana embarazada había recibido un tiro en la panza, a pocas cuadras de allí, donde ahora Flavia se subía al Peugeot azul. Primero ató al bebe en su silla. Luego esperó a que subiera Yamil, el mayor. Cuando se disponía a arrancar, sintió que golpeaban el vidrio de su ventana. No tuvo tiempo para nada: tenía una pistola en la nuca. Otro de los delincuentes entró en el auto y se arrodilló entre la mujer y su hijo mayor. “Le apuntaron a Yamil en el cuello. Me pegaron una piña en el ojo y me dijeron: «Bajate».” En ese instante –una eternidad, le parece ahora– sólo miraba a Yamil a los ojos, para transmitirle tranquilidad. Se desabrochó con dificultad, por los nervios y el temor. Y pedía: “Dejame bajar al bebe”. Pero no... “Me llevaron poco más de cinco metros. Me fui arrastrando colgada del auto, pero no me solté, le pedía por favor que me dejaran sacar al nene...” Sus palabras se aceleran cuando, en este punto del relato, revive la angustia de siquiera imaginar que podía ver alejarse a su niño, que aún usa pañales. El que conducía, en un intento frenético de fuga, le gritaba a la mujer que colgaba de la sillita, con la puerta abierta del asiento trasero: “Sacalo al pibe, que te lo llevo”. Flavia aguantaba la embestida y se sostenía en el aire. No podía desabrochar el cierre de seguridad de la silla del bebe. “Hicieron un desastre
la plata
Un policía y un guardiacárcel, condenados por el triple crimen LA PLATA.– Dos de los acusados por el triple crimen ocurrido en 2007 en una planta transmisora de la policía bonaerense, en las afueras de esta ciudad, fueron condenados ayer. El tribunal que dictó el fallo dará a conocer el viernes el monto de la pena que recaerá sobre el ex policía provincial Marcos Casetti y el ex agente penitenciario Mariano Filippi, hallados culpables del homicidio de los oficiales Pedro Díaz, Ricardo Torres Barboza y Alejandro Vata-
laro. Un tercer acusado, Fernando Maciel, continúa prófugo. Los tres policías fueron asesinados a tiros y cuchilladas el 19 de octubre de 2007 en la planta transmisora situada en las calles 7 y 630, en la localidad de Arana. Los jueces Liliana Torrisi, Claudio Bernard y Silvia Hoerr, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de esta ciudad, difundirán este viernes los fundamentos de su decisión y el monto de las penas que recaerán sobre ambos.ß
rosario
tandil y olavarría
Hubo dos homicidios y ya suman 109
Dos robos, tres ancianos golpeados
Damián Vacca, un repartidor de gaseosas de 33 años, fue acribillado ayer en la zona norte de Rosario. Aún no se estableció si fue víctima de un robo o de una venganza, informaron a Télam fuentes policiales. Mientras que un hombre de 40 años fue acuchillado en el barrio Acindar, en el sudoeste de la ciudad. Con estos dos casos suman 108 los asesinatos en lo que va del año en Rosario.ß
Tres octogenarios sufrieron sendas palizas al ser víctimas de robos en sus casas. En Tandil, un delincuente entró por la ventana de la vivienda de una mujer de 82 años y, durante el asalto, la golpeó con un palo en la cabeza para robarle la plata de la jubilación. Y en Olavarría, un matrimonio mayor fue maniatado y golpeado por dos ladrones que les robaron 2000 pesos y objetos de valor.ß
la pampa
Buenos aires
Un comerciante dio muerte de un tiro en el pecho a un joven de 19 años en un presunto intento de robo en su despensa de Santa Rosa, La Pampa. El almacenero, Leonardo Toffoni, de 59 años, fue detenido, al igual que el supuesto cómplice del baleado, que fue identificado por fuentes policiales como Jorge Pescara, quien junto al otro aprehendido habría roto un vidrio del local para entrar a robar.ß
El procesamiento contra la pareja acusada de haber “esclavizado” durante nueve años a una chica de 15 años a la que tenía en guarda provisoria quedó “firme”, según confirmaron a DyN fuentes judiciales. La defensa oficial de la pareja resolvió no apelar el procesamiento para llegar más rápido al juicio. La pareja fue detenida el 7 de abril por orden de la jueza María Gabriela Lanz.ß
Un almacenero mató Siguen presos por a un joven ladrón esclavizar a una chica
Flavia Harispuru, en su casa, aún angustiada por el drama que le tocó vivir
“Les gritaba: «déjenme sacar al nene», pero no paraban” “Me fui arrastrando colgada del auto, pero no me solté” “Es un drama acostumbrarse a vivir así”
con el coche. Chocaron contra un poste de basura. El auto se frenó. Yo iba colgada de la sillita. Al detenerse pude soltar la traba del cinturón de seguridad… Me dejaron bajar al nene y se fueron con el auto.” Anoche, fuentes del Ministerio de Seguridad informaron a la nacion que todavía no hay detenidos por este terrible episodio. Sólo apareció el Peugeot 206 azul, incendiado. Hizo una pausa y continuó: “Cuando se estaban yendo me metí en la casa de al lado y empecé a golpear, golpear, golpear... Uno sacó la cabeza y me apuntó, y yo me tiré debajo de la parecita con los chicos”. “Mi hijo mayor, más tarde, me dijo: «Mamá, ¿no escuchaste vos que te gritaban «Sacalo porque me lo llevo»?». Yo no me di cuenta de nada. Ni siquiera de que me habían arrastrado con el auto esos cinco metros.” La mujer interrumpe su
conversación con la nacion para buscar un pañal y unas toallas húmedas para cambiar al bebe. Su relato se serena al verlo allí, con sus primeros dientes, intentando dar sus primeros pasos. Al momento del reportaje, Yamil no estaba en la casa. “Tuvo pesadillas ayer y anteayer. Soñó que nos volvían a robar. Por eso lo mandé a lo de la abuela.” La mujer no denunció el episodio a la policía. Lo hizo una vecina, testigo del asalto, que llamó al 911 mientras Flavia era arrastrada por la calle, aferrada a la silla, a su hijo menor. Un patrullero llegó al lugar, más tarde, cuando todo había terminado. “Fue una pesadilla. No tienen respeto ni por las criaturas”, dijo. “Tolosa está terrible por la inseguridad. Ayer le pegaron un tiro a un señor, acá a tres cuadras. Es un drama acostumbrarse a vivir así”, concluyó.ß
Casi muere en pleno vuelo una “mula” argentina que iba a España
pánico en el aire. Se le rompió una de las 58 bolsas de cocaína que había ingerido; el piloto aterrizó de emergencia en las islas Canarias Martín Rodríguez Yebra CORRESPONSAL EN ESPAñA
MADRID.– Cielo despejado, a plena luz del día. La calma de un vuelo normal que había despegado desde Ezeiza se truncó de repente con un grito desesperado. “¡Auxilio, me muero!” Una pasajera argentina de 23 años se retorcía de dolor, vomitaba, temblaba... Con la cabina de clase turista en pánico, el piloto decidió aterrizar de emergencia en el aeropuerto internacional de la isla de Gran Canaria. Un médico había constatado que la vida de la mujer corría peligro. En tierra se supo la razón: habían reventado los envoltorios de cocaína que llevaba en el sistema digestivo y que intentaba ingresar en España. Antes de abordar, E.R.L., la pasajera, había ingerido 58 paquetes con un total de 496 gramos de droga, según informó la Guardia Civil. En una operación de alta complejidad, un equipo médico del Hospital Insular de Las Palmas logró extraer a tiempo la cocaína minutos después del aterrizaje forzoso. “En estos casos, el paciente puede morir en cualquier momento o sufrir daños cerebrales irreversibles. Estamos hablando de 5 o 10 gramos que se desparraman”, señaló un médico del centro asistencial. Las “mulas”, a quienes los narcotraficantes contratan para burlar los controles de los países desarrollados, se exponen al máximo peligro. Ingieren las bolas de cocaína recubiertas por cápsulas plásticas o un simple preservativo y deben
procurar que no se rompan durante el viaje. Las grandes cantidades que llevan pueden resultar letales si entran en contacto con el organismo. Los expertos antidrogas explican que los narcos, en busca de rentabilizar más los envíos, envían a sus correos en misiones cada vez más temerarias. Ya no es tan usual encontrar “mulas” con cápsulas plásticas de droga en polvo, un método que obliga a tragar una importante cantidad de unidades y que es detectable por medio de radiografías. Ahora suelen cargar la droga en estado líquido, que puede ser ingerida en envoltorios de látex. Ingieren
“La chica gemía, tosía, no paraba de pedir auxilio. Fue una escena shockeante” más cantidad en menos paquetes. Pero el riesgo de que se rompan en el estómago se multiplica. El suceso, que conmocionó a los más de 300 pasajeros que volaban de Buenos Aires a Madrid en el vuelo 6844 de Iberia, ocurrió el sábado a las 12.30, horario de las islas Canarias (cuatro más que en la Argentina), aunque se difundió ayer. “La chica gemía, tosía, no paraba de pedir auxilio. Fue una escena shockeante. Nadie sabía bien qué pasaba”, relató una pasajera. Un médico que iba en clase turista constató la gravedad del cuadro. Se diagnosticó que sufría un brote
psicótico producto del consumo masivo de drogas. La tripulación del avión –alertada del creciente número de casos de mulas a las que se les revienta parte de la carga que llevan en el cuerpo– dispuso el aterrizaje de emergencia. Había desconcierto y temor entre los pasajeros, muchos de los cuales no terminaban de entender el origen de los gritos y el motivo por el cual el piloto les ordenaba abrocharse los cinturones para aterrizar cuando todavía faltaban 2 horas y 15 minutos para llegar al aeropuerto de Barajas. Una ambulancia y una patrulla de la Guardia Civil esperaban a pie de pista para llevarse a toda velocidad a E.R.L. al quirófano, donde le extraerían los 58 envoltorios de cocaína. Allí mismo quedó detenida, a disposición del juez de turno, que ya dispuso su ingreso en prisión una vez que se recomponga de la cirugía en el hospital canario. El avión volvió a despegar y llegó a Madrid con dos horas de retraso. Pocos días atrás, en el mismo aeropuerto de Gran Canaria, había ocurrido otro aterrizaje de emergencia debido al colapso de una pasajera de nacionalidad boliviana que cargaba 26 paquetes de cocaína líquida. “Este método –cada vez más empleado– es extremadamente peligroso, porque el riesgo de rotura de los envoltorios, y la consecuente muerte por sobredosis de quien los ha ingerido, es mucho mayor”, señaló ayer la Guardia Civil al dar a conocer, en un comunicado, el caso de la “mula” argentina.ß
Lo que pareció que terminaría concentrado en el miedo propio de vivir, en la propia casa, un hecho de inseguridad, una entradera, culminó en tragedia, producto del azar y de la violencia asesina. Sucedió en Isidro Casanova, partido de La Matanza. Un hombre de 52 años fue asesinado a balazos y su hijo, de 19, resultó gravemente herido cuando un grupo de delincuentes que, poco antes, había concretado el asalto y se había ido con el botín, regresó y disparó indiscriminadamente para “rescatar” a un secuaz que había quedado dentro de la casa y con el que las víctimas se habían trabado en lucha. El dramático episodio comenzó a las 5.30 de ayer, cuando Horacio Mario Gómez y su hijo, Nicolás, se disponían a comenzar temprano la jornada. Sacaron el Renault Clío del garaje de la casa, situada en Martín Coronado al 400. Mientras esperaban para comenzar a transitar por la avenida, fueron sorprendidos por al menos cinco delincuentes que descendieron de un rodado y los obligaron a reingresar en la vivienda. Dentro de la casa estaba Norma, esposa de Horacio y madre de Nicolás. A punta de pistola, los asaltantes redujeron a los tres y los dejaron boca abajo tirados en el piso mientras se apoderaban de dinero en efectivo, objetos de valor y artefactos electrodomésticos que cargaron en el auto en el que habían llegado y en el de la familia. Una vez completado el saqueo, los ladrones escaparon con el botín. Parecía que se había terminado el golpe del asalto para la familia Gómez. Cuando Norma, que estaba en un cuarto, se levantó del suelo pensó que ya no quedaba nadie en la casa, pero una silueta extraña volvió a alterarla: era uno de los ladrones. Ante los gritos de su esposa, Horacio corrió a la habitación y se trenzó con el delincuente, según informaron a la nacion fuentes judiciales. En ese momento, explicaron las fuentes, los restantes delincuentes reingresaron en la casa, golpeando la puerta a patadas y disparando indiscriminadamente mientras buscaban a su cómplice. Lo cubrió con el cuerpo Fuentes policiales indicaron a la nacion que el padre de familia se arrojó sobre su hijo para evitar que lo lastimaran. Horacio Gómez recibió sobre sí gran parte de los proyectiles, lo que le provocó la muerte minutos después. Ni siquiera bastó para que su hijo saliera ileso: Nicolás también fue alcanzado. Anoche permanecía internado en grave estado en el hospital Paroissien, de La Matanza. Investiga el caso el fiscal del distrito Carlos Arribas. “Alrededor de las 5.30 escuché unos cuatro o cinco tiros. Cuando salí, vi que Norma gritaba en la puerta de la casa pidiendo ayuda. Adentro estaban los cuerpos tirados”, contó a la nacion el consuegro de Horacio, Guillermo Paz, que vive enfrente de la casa. En la misma vivienda de Paz viven su hijo y la hija de Gómez, Vanina, que ayer no estaba en la casa porque había sido operada de la vesícula. “Se suponía que hoy [por ayer] Horacio tenía que ir a buscarla al hospital. No sé cómo le dirán lo que pasó con su papá”, dijo Paz, consternado. Agregó que dentro de la casa asaltada también estaba su nieta, de 6 años. Ayer al mediodía, los vecinos de la familia Gómez no podían salir de su estupor. “Norma gritaba desesperada que le habían entrado a robar. ¡Qué tristeza!”, contó a la nacion Matilde Melgarejo, que conoce a la familia “de toda la vida”. Sergio Domínguez, que vive justo al lado de la casa de las víctimas, agregó: “Como todos acá, son una familia de trabajadores. Horacio había estado en un corralón de materiales y ahora era remisero. Esto es tierra de nadie”. Los vecinos indicaron que desde hace más de un año le reclaman a la municipalidad de La Matanza que brinde más seguridad e iluminación en la zona.ß