Viernes 5 de julio de 2013 | adn cultura | 19 opinión
vairoletto, Premio Faena Alicia de Arteaga La nacion
S
Chuchuguaza. técnica mixta, 2011
Puerto Argentino, técnica mixta, 2010
Todas las obras que tienen personajes humanos muestran la gran retratista que es Marcia Schvartz. Sus “morochas” son insuperables: desde la que presenta en Bailanta Top hasta la que muestra en La negra va a la pachanga, pasando por la mujer que se destaca sobre un fondo caótico de los afiches superpuestos en Constitución. En Preparándose para Arteva (sic) se autorretrata con una ironía feroz y en Mate con galletas transforma una escena cotidiana en una especie de altar laico de potencia mística. Cuando presentó en 2006 los retratos que
había pintado durante los primeros diez años de su carrera, escribí un texto que podría reproducirse casi idéntico porque, a pesar de las mutaciones intensas y del crecimiento espiritual de su pintura, su obra es fiel a su propia mitología, quizá porque sabe alimentarse de todo, sin desperdiciar nada. Dije entonces (y repito ahora): “La vida es una paradoja: para experimentarla intensamente es necesario no desoír el eco que la muerte produce en cada respiración […]. El actual terror ante la muerte ha llevado a la producción masiva de imágenes fetiche: la televisión y la publicidad sólo muestran cuerpos jóvenes que el retoque digital hace parecer perfectos. De la imaginación masiva han desaparecido tanto la vida que envejece como el cuerpo que engorda o se degrada”. Ésos son los cuerpos que viven en las obras de Schvartz: los descartados, los superfluos, los mal vistos. Los que realmente existen fuera del foco de la cámara televisiva. Pero, paradójicamente, ese cuerpo que se degrada es el único capaz de gozar (y de mostrar el goce) de la vida. Sin degradación, sin exceso, sin imperfección. el cuerpo muere: es momificado, que es lo contrario de la celebración de la vida. Marcia Schvartz es una dibujante eximia, una excelente pintora y tiene un ojo único, como de halcón cebado por la inminencia de una presa. Pinta la vida como quien retrata un campo de batalla luego de una masacre sangrienta. De esos arrebatos gloriosos y mortales, ella toma lo que aún palpita, lo que sangra y maravilla. Y en Zoolatrías y entidades extrañas hace de ese despojo victorioso un talismán sagrado. C Más datos. Zoolatrías y entidades extrañas, de Marcia Schvartz, en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA, Alicia M. de Justo al 1300. Martes a domingo de 11 a 19. Hasta el 4 de agosto.
RamiRo PeReyRa/GZa. La VoZ DeL iNTeRioR
adn Schvartz Buenos Aires, 1955 Es hija del editor y librero Gregorio Schvartz y de la historiadora Hebe Clementi. Estudió con Ricardo Carreira, Yuyo Noé y Aída Carballo (a quien considera su maestra). Ha realizado decenas de muestras individuales. Varios museos cuentan con obras suyas, como el Museo Nacional de Bellas Artes, Malba, el Mamba, el Sívori, el Castagnino (Rosario) y el de Arte Contemporáneo de la Universidad de San Pablo (Brasil). Ha recibido importantes premios, entre los que se destaca el Gran Premio Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales 2013.
i no tienen Cedines, pueden probar con Vailorettos, la moneda virtual que entró en circulación con una nueva edición del Premio Faena a las Artes, instituido en 2006. Vairoletto, bandido rural que inspiró un clásico tema de León Gieco, fue también musa de la fundación que lleva su nombre, creada por Franco Darío Vico, ganador del premio en su edición 2012. El jurado de selección integrado por Inés Katzenstein, de la Universidad Di Tella; Carlos Basualdo, curador del Museo de Filadelfia. y Caroline Bourgeois, de la Fundación François Pinault, con la coordinación de Ximena Caminos, eligió al santafecino nacido en 1984, entre otras razones, por “el rechazo al gran gesto escultórico que impone el Faena y por hacer del premio un juego político de redistribución de fondos”. Franco Vico, en línea con el Robin Hood de las pampas, que se solidarizaba con los más pobres mientras se despachaba contras las jerarquías, repartió el 75% de lo ganado en la producción de proyectos que serán exhibidos en el Faena Arts Center a partir de mañana a las 17. Será una inauguración sabatina, según modalidad en alza instalada años ha por la Fundación Proa con memoria ditelliana. El artista- filántropo Franco Vico, integrante del programa de la Universidad Di Tella con la dirección de Pablo Siquier, distribuyó lo ganado de esta forma: 25 mil dólares para él y los 50.000 restantes fueron destinados a la producción de los proyectos que se verán en el Faena. Con curaduría de Lucrecia Palacios, graduada en Gestión de las Artes en la Universidad del Salvador, becaria de la Fundación Carolina, la edición 2012 tiene un premio dentro del premio como una matrioska moscovita. Los ganadores del Premio Fundación Vailoretto son: Bagedelli, Bailet, Bueno, Bulacio, Cabeza, Colectivo B.C., Colectivo Foto Crazy, Colectivo Orquídeas y Avispo hacen Rizoma, colectivo superficial, Rigoberto Díaz, Fontanet, Víctor Gómez, Huidobro, Krejcarek, Luebert, Ponte, Ricca, Rodríguez Elverdin, Omar Rosas, Liv Schulman, Solá, Spinella, Tedesco, Utrera y Johannes Vogl. C
Vairolettos, billetes inspirados en el Robin Hood de las pampas