18 | ADN CULTURA | Viernes 4 de abril de 2014 BEuys En Proa
Trineo, trineo, manta de fieltro, cinturón, linterna y escultura de grasa, 1969 (izq.) Registro de la performance realizada con Uriburu en la Documenta de Kassel (1982)
Uriburu y el verde Venecia
fotos: gentileza proa y nicolás garcia uriburu
En la trastiEnda Argentinos por el mundo
Martín Blaszko será homenajeado este mes por la galería Xippas de Montevideo. La muestra incluirá 33 dibujos y 5 esculturas, así como obra fílmica de mediados del siglo XX. Mientras tanto, en Nueva York, Andrea Juan inauguró ayer una individual en Praxis y Valentina Liernur hará lo propio pasado mañana en Reena Spaulings.
Alicia de Arteaga La nacion
L
a muestra de Fundación Proa, la más importante del alemán Beuys en nuestro país, pone en evidencia la trascendencia de la obra de Nicolás García Uriburu, figura liminar en el compromiso del arte con el cuidado del planeta y protagonista de una forma de protesta visible y solidaria. Su gesta de Venecia resultó ser el hecho saliente de esa edición, la de 1968, marcada por los ecos globales del Mayo Francés. Hay que leer y releer a Pierre Restany en su magnífico libro sobre Uriburu para entender la magnitud de esa acción audaz e inesperada que resultó la coloración de las aguas del Gran Canal; de alguna manera, fue el prólogo del encuentro con Beuys muchos años más tarde, invitado a despertar conciencias con la coloración del Rin. Era junio del 68 cuando Uriburu partió en tren hacia Venecia con la garantía de que en Milán encontraría la fluoresceína producida por el Establecimientos Carlo Erba con la que pensaba teñir las aguas venecianas. La “operación”, recuerda Restany, sería el 19 de junio a las ocho de la mañana, la hora de pleamar, momento en que las aguas de la laguna invaden los canales. La idea, primero conversada con los gondolieri, verdaderos “dueños” de La Serenísima, era recorrer el canal y distribuir el color, mientras Blanca Álvarez de Toledo, su mujer, sacaba las fotos. Con 30 kilogramos de sodio fluorescente, Venecia fue verde durante ocho horas. ¿Arte efímero, acción, performance, protesta? Ese solo gesto consagró al argentino que había ganado el Premio Braque. Los diarios europeos se ocuparon de él, mientras era interrogado por la policía acerca de la insólita coloración. El encuentro con Beuys será en 1981, invitado por Uriburu para colorear las aguas del Rin. La acción es premonitoria. Un año después, en la 7a edición de la Documenta de Kassel, frente a los muros de basalto y de espaldas a la neoclásica fachada del Museo Fridericianum, inician la plantación de 7000 robles. La historia de Beuys se puede recorrer en la muestra de Proa a través de las obras que testimoniaron su paso por el arte y por la vida. Un “raro”, diría Federico Manuel Peralta Ramos. Mientras tanto, Uriburu está en plena producción; finaliza un retrato de Bolívar y prepara la participación en la Bienal de Taipei, invitado por su director, el francés Nicolas Bourriaud. C @alicearte
Sanar con creatividad
El martes próximo a las 18 se presentarán en el Pabellón de las Artes de la UCA más de 130 pinturas de pacientes neuropsiquiátricos de los hospitales Borda y Moyano (foto). Una hora más tarde, en el hotel Panamericano, se realizará una subasta a beneficio de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital de Clínicas.
Visita guiada por la ciudad Viene de la página 17
de fieltro en la que había un coyote, que para Beuys era el animal totémico local. Del otro lado de la jaula estaba el público. Al principio, el coyote le mostraba los dientes. Pero al tercer día, el artista alemán se había ganado la confianza del animal, le daba de comer en su mano y lo abrazó. Luego de eso, salió de la galería en ambulancia, fue cargado hasta el avión y regresó a Alemania. El mundo del arte de Nueva York quedó profundamente conmovido con esa intervención. Warhol hizo una serie de retratos de Beuys y en 1979, el museo Guggenheim presentó la mayor retrospectiva de su obra que se haya realizado jamás. Desde entonces y hasta su muerte, Beuys fue uno de los artistas más famosos del mundo.
Esa fama tuvo su lado negativo. Fue más cuestionado que nunca: se lo llamó farsante, mentiroso, fabulador. Se dijo que su arte era pura propaganda personal. A casi tres décadas de su muerte, la obra de Beuys constituye uno de los legados más radicales y poéticos del arte contemporáneo. Es difícil acceder a ella sin información previa. Pero el desafío de animarse a enfrentarla es premiado con la energía de una producción poética que puede enamorar a los que vayan a Proa con la mente abierta. C Ficha. Joseph Beuys, obras 1955-1985 en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929) hasta junio. Ciclo Artistas+Críticos: sábados a las 17. Más información: www.proa.org
Esta semana abrió en Arce 730 la galería Gráfica Gestual, con una muestra curada por Gustavo Nielsen y Eduardo Stupía. En tanto, la galería Pasto se mudó a Pereyra Lucena 2589, espacio que estrenará hoy con una exposición de Víctor Florido. También hoy, a las 19.30, se proyectarán fotografías del grupo 13f en la Fundación Tomás Eloy Martínez. Mañana a las 16 se presentarán en cheLA (Iguazú 451) obras de Irina Kirchuk, en el marco del proyecto Móvil. Y el lunes próximo, a las 18.30, Verónica Gómez, Lux Lindner y Max Gómez Canle hablarán sobre Roberto Aizenberg en Ruth Benzacar.