Espectáculos
Jueves 17 de julio de 2008
LA NACION/Sección 4/Página 9
TEATRO Se estrena Whitelocke, un general inglés, en el Cervantes
Una reflexión sobre la obediencia Arturo Bonín habla sobre su trabajo en esta obra y la importancia de la historia para entender el presente En las últimas semanas, el juicio, en Córdoba, a Luciano Benjamín Menéndez volvió a instalar, entre otros, un tema en nuestra sociedad: el de la obediencia militar. Un hombre actúa siguiendo un mandato establecido cuyas consecuencias pueden resultar nefastas. Si uno toma distancia de esos hombres e intenta observarlos, no sólo aparecerá la posibilidad de aceptarlos o rechazarlos; también asomará un interrogante: ¿se cuestionaron el cumplimiento de esa misión que llevaron a cabo?, ¿dudaron antes de ponerla en práctica? Algunas de estas preguntas quizá tengan respuestas en un proyecto que el Teatro Nacional Cervantes estrena hoy en la sala Orestes Caviglia: se trata de Whitelocke, un general inglés, de Cristian Krämer y Jorge Castelli. La pieza es una adaptación de la novela El delicado umbral de la tempestad, del mismo Castelli, que recibió el
Estrenos Esta semana. La cartelera porteña se renueva con varios estrenos, tanto comerciales como del circuito off Elsa De J. W. Berger, con dirección de Carolina Adamovsky. Con Gaby Ferrero, Javier Lorenzo y Ellen Wolf. Viernes y sábados, a las 21, en el Espacio Callejón, Humahuaca 3759. Entrada, $ 20.
Whitelocke, un general inglés (ver nota aparte).
Hay que vender la casa Escrita y dirigida por Rosario Zubeldía. Con Perla Cassetari, Osvaldo Cuello y elenco. Sábados, a las 21, en Boedo XXI, Boedo 853 (4957-1400). Entrada $ 20.
Un hombre en quiebra De David Lescot, con dirección de Julio Molina. Con Román Lamas, Tatiana Sandoval y Gabriel Fernández. Hoy, miércoles 23 y jueves 24, a las 20, en la Alianza Francesa, Córdoba 946 (4322-0068). Gratis.
Hairspray Dirigida por Ricky Pashkus. Con Enrique Pinti, Vanesa Butera y elenco. Miércoles y jueves, a las 20.30; viernes, a las 21; sábados, a las 19.30 y a las 23, y domingos, a las 20. Teatro Astral, Corrientes 1639. Entradas desde $ 50.
Segundo set Escrita y dirigida por Ezequiel Tronconi. Con Paula Carruega, Pablo Cerri, Ezequiel Cipols, Esteban Coletti y elenco. Trasnoche de los sábados, a las 0.45, en El Cubo, Zelaya 3053 (4963-2568).
Dos pequeños asesinatos Libro y dirección de Daniel Pérez Guerrero. Con Facundo Basualdo y Fernando Pereyra. Domingos, a las 20, en El Vitral, Rodríguez Peña 344.
El lugar De Carlos Gorostiza, con dirección de Norberto Vázquez Freijo. Con Roberto Angueira, Miriam Bigliano y elenco. Jueves, a las 20.30, en La Manufactura Papelera, Bolívar 1582 (4307-9167). Entrada, $ 24 (incluye consumición).
Quién dijo que era buena Unipersonal de Victoria Carreras, dirigido por Alejandra Marino. Miércoles, a las 21, en Bataclana Bar & Concert, Corrientes 3500. Entrada, $ 30.
La re-vuelta de los padres De Ana Jusid, con dirección de Guillermo Ghio. Con Juan Carrasco, Loren Acuña, María Eugenia Alvarez y Santiago Saracca. Viernes y sábados, a las 21, en C. C. Caras y Caretas, Venezuela 370. Entradas, $ 20.
Nuevos dueños en el Lorange Nadie duda que el productor Carlos Rottemberg es un hiperkinético. De hecho, un día antes de partir hacia la ciudad de Rafaela para la inauguración del festival, vendió el Lorange, una de las tantas salas que tiene “el señor de los teatros”. Según parece, se desprendió del espacio para afrontar los gastos de construcción del teatro Argentino, que promete (re)inaugurar dentro de dos años. Isabel Majdalani es la nueva propietaria de la sala ubicada en una galería de Corrientes en la que se pueden conseguir objetos bizarros, material porno y juguetes de colección. Majdalani está ligada al mundo de las comedias musicales. De hecho, fue una de las productoras de Jack el Destripador, el trabajo de Juan Rodó.
Premio Novela de LA NACION en 2000. Con la dirección de Rosario Zubeldía, la pieza subirá a escena con Arturo Bonín y un elenco que integran Irene Bazzano, Roberto Bobe, Miguel Dao, Gabriel Ferrari, Sergio Surraco y Julio Viera. Bonín es un apasionado de las cuestiones históricas y, a la vez, está convencido de que un actor debe estar comprometido con su tiempo. Y estos temas le interesan “porque hablan de lo que nos pasa –dice– , de lo que somos PARA AGENDAR
Whitelocke, un general inglés. De Cristian Krämer y Jorge Castelli, con dirección de Rosario Zubeldía, y actuaciones de Arturo Bonín y elenco. Teatro Cervantes. Libertad 815. Desde hoy, los jueves, viernes y sábados, a las 21.30; domingos, a las 21. Entrada, $ 20.
en este momento. Si un actor no puede dar testimonio de su época, no puede contar qué es lo que le pasa. Mi nieto, por ejemplo, no va a saber quién es él. El teatro es entretenimiento, es diversión, pero también es responsabilidad de quienes estamos en esta profesión, trabajar en esta dirección”. El germen de este proyecto tiene una rica historia. En 2000, cuando se publicó la novela de Castelli, Arturo Bonín reconoció en esa narración “un carozo teatral”. Lo llamó al autor y le propuso llevarla a la escena. Pero Castelli, por no estar ligado a la dramaturgia, no se sintió capaz de hacerlo. Cuatro años después, fue el narrador quien llamó al actor para decirle que su texto iba a adaptarse al teatro, gracias al interés de Cristian Krämer. El general inglés Whitelocke, formado bajo la obediencia y la disciplina, se enfrenta al dilema de bombardear una ciudad u ordenar
la rendición de sus tropas. Así, la pieza intenta echar una mirada sobre el complejo tema de la obediencia, aunque también propone una reflexión sobre lo ético en las distintas situaciones y conductas humanas. Cuando, por primera vez, Bonín conoció a este personaje, lo emparentó con el protagonista de El corazón de las tinieblas, la novela de Joseph Conrad. “Ese general que se instala en el campo de batalla enemigo pero como un habitante más del campo enemigo. Es un loco. En un primer momento sentí que entre ambos había un mundo común, y eso me conmocionó.” “Lo que me atrae de Whitelock –explica– es que, por momentos, uno termina compadeciéndolo, queda atrapado como en una red, pero cuando toma distancia siente que en verdad ese tipo es un hijo de puta. El está entrampado en algo que fue aceptando, este estilo,
JULIA PONTIERI
Arturo Bonín interpreta al general inglés Whitelocke
este código de la vida, donde la obediencia es lo primordial: primero acatar y obedecer y después reflexionar sobre eso.” Al ser consultado sobre las dificultades que propone la construcción de un personaje con esta conducta, dice: “Creo que lo interesante de esto es la posibilidad de poder bucear dentro de uno. Muchas de esas cosas todos
las tenemos adentro. Y esta profesión tiene eso de maravilloso: poder poner afuera, con total impunidad, nuestras partes más miserables. En este caso le presto a Whitelocke mis partes miserables. Es aceptar a rajatablas las leyes de la actuación”.
Carlos Pacheco