Ponencia IMEF 2013
Un México de Emprendedores
Importancia de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Pablo Vidales Calderón CIO México RSA Seguros
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Introducción En los países desarrollados la innovación, las transferencias tecnológicas y la explotación de descubrimientos científicos han sido la fuente primordial de un crecimiento económico prologando y la mejora del bienestar social (OCDE, 2005).Para lograr lo anterior se debe trabajar sobre los ejes que se incluyen en el presente estudio: promover la cultura emprendedora, incrementar el financiamiento a emprendedores, fomentar la participación de las grandes empresas en el ecosistema, alinear los programas educativos y, por último, lograr la colaboración de los distintos actores en temas de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI). La existencia de una cultura más emprendedora en México y el fomento en las actividades científicas y tecnológicas pueden lograr los efectos esperados en el desarrollo económico del país. De acuerdo con estudios recientes, este beneficio no depende directamente de la introducción de nuevos productos, servicios, procesos o sistemas al mercado. Para obtener realmente un beneficio en el desarrollo económico no es suficiente introducir las innovaciones al mercado, se necesita que éstas tengan una difusión en el sistema económico y social para que se logre un beneficio sustentable en el país. Lo anterior se hace evidente en los países en vías de industrialización o desarrollo que, a pesar de haber introducido innovaciones importadas de otros países, no han logrado un beneficio real en su desarrollo económico. El presente capítulo aborda la relación entre emprendimiento, ciencia, tecnología e innovación, asumiendo que la transición de un país importador de innovación a uno productor de innovación es esencial para lograr el desarrollo económico que deriva de estas actividades. Este capítulo comienza analizando la situación actual de México en lo que se refiere al sistema de ciencia, tecnología e innovación, para lo cual se mencionan cinco acciones emprendidas por el gobierno para reorganizar el propio sistema de CTI, haciendo algunas observaciones al respecto. Posteriormente se incluyen algunas mejores prácticas internacionales que son relevantes y han ayudado a fortalecer las actividades de CTI y a lograr un desarrollo económico y social en las naciones que las han implementado. Finalmente se incluyen algunas conclusiones y recomendaciones, al igual que en los otros capítulos de esta Ponencia IMEF, para promover un crecimiento en la población de emprendedores y las colaboraciones de empresas y universidades que, a su vez, podrían nutrir al sistema de CTI para la generación de un mayor número de innovaciones. 1. Situación actual en México México inicia un nuevo período de gobierno. Con la llegada a la presidencia de Enrique Peña Nieto ocurrieron cambios relevantes para el tema de ciencia y tecnología e innovación en el país, mismos que pueden sintetizarse en las siguientes acciones: 2
1. Mayor coordinación a nivel de esfuerzos para fortalecer a México en temas de desarrollo en ciencia, tecnología e innovación. 2. Plan de incrementos en el presupuesto asignado a ciencia, tecnología e innovación. 3. Nacimiento de instituciones para la coordinación de las actividades relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación. 4. Cambios en los objetivos y planes de trabajo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para su fortalecimiento. 5. Incorporación de compromisos específicos en materia de ciencia, tecnología e innovación al Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (PND). A continuación se proporcionan detalles de cada uno de estos importantes conceptos: 1. Coordinación de actividades relacionadas con ciencia, tecnología e innovación. Tradicionalmente, nuestro país ha basado su desarrollo en la explotación de los recursos naturales, sin pensar detenidamente en la sustentabilidad o en la posibilidad de una transición hacia una economía basada en el conocimiento. Es en esta última donde la ciencia, la tecnología y la innovación se convierten en los pilares fundamentales del desarrollo. En México la mano de obra barata ya no resulta suficiente para competir globalmente; nuestras riquezas naturales se agotan y no se ve una política de renovación o de alternativas en el corto plazo. El cambio hacia un desarrollo basado en CTI es más alcanzable que nunca. En los años recientes han surgido distintas iniciativas para tener una mejor coordinación de los esfuerzos que emprenden la sociedad y las instituciones para fortalecer las actividades de CTI. Un ejemplo de estas iniciativas es la emprendida por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, conformado por un grupo multidisciplinario de académicos y profesionales en la materia para analizar este tema. 6 Los hallazgos principales de este esfuerzo se resumen en Schwab, 2012, que describe los principales requisitos para una coordinación más eficiente que incluya una mayor cooperación de los distintos niveles de gobierno en materia legislativa y de promoción de políticas públicas, así como la creación de programas que promuevan el desarrollo local, regional y nacional. De igual manera, la UNAM elaboró una propuesta de agenda nacional en CTI que publicó a finales de 2012 (UNAM, 2012). En este documento se propone tener como objetivo estratégico para la política de estado “Hacer del conocimiento y la innovación una palanca fundamental para el
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El Foro Consultivo Científico y Tecnológico está constituido por una Mesa Directiva formada por 21 representantes de la investigación, la tecnología y el sector empresarial, y se apoya en un equipo interdisciplinario de profesionales con amplia experiencia en los temas de CTI (FCCyT, 2013).
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crecimiento económico sustentable de México, que favorezca el desarrollo humano, posibilite una mayor justicia social, consolide la democracia y la paz y fortalezca la soberanía nacional”. Como se describe en estos capítulos, en especial el número 3, la educación y las actividades relacionadas con CTI no son un lujo sino una necesidad de las naciones; de esto se deriva la capacidad de los países de competir globalmente. Nuestro país está destinado a ser un jugador importante en el ámbito geopolítico y económico global. Sin embargo, para lograr lo anterior se debe replantear el sistema nacional de CTI y lograr el uso adecuado de factores clave tales como el bono demográfico, la posición geográfica, la cercanía con Estados Unidos y, por supuesto, de un ecosistema de emprendedores en gestación. No cabe duda de que falta mucho por hacer, sin embargo, se advierte que una mayor coordinación entre los elementos de la triada ciencia, tecnología e innovación se ha reflejado por parte del Gobierno Federal. No fue sino recientemente que la innovación se incluyó como parte fundamental de los esfuerzos de ciencia y tecnología, lo cual está en concordancia con lo realizado en otros países (ver sección de mejores prácticas) con muy buenos resultados. Por ejemplo, la SEP, en un comunicado del 4 de abril del 2013, posterior a la participación de esta institución en el Foro Nacional “México con Educación de Calidad para Todos”, menciona que es indispensable la vinculación de la formación profesional (educación) con las actividades de CTI (SEP, 2013). En un ecosistema incipiente, no solo la cooperación es necesaria, sino también la coherencia entre los esfuerzos que realicen sus integrantes. Solo así se puede lograr la eficiencia necesaria para alcanzar los objetivos y reducir los riesgos provocados por factores externos e internos que amenacen la consolidación del ecosistema y la obtención de los beneficios en términos de desarrollo social y económico. 2. Presupuesto federal para desarrollar aspectos de ciencia, tecnología e innovación. El gobierno actual asignó recursos equivalentes a 70 mil 300 millones de pesos para las actividades relacionadas con la ciencia, tecnología e innovación en 2014; esto representa un incremento de 15% sobre lo destinado por el gobierno anterior, pero es sólo el 0.4% del PIB aproximadamente, lo cual está aún muy por debajo de los índices que arrojan otros países que toman más en serio los recursos que destinan a esta materia. En el contexto de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México está entre las cinco naciones que menos recursos públicos asignan para las actividades relacionadas con la investigación y desarrollo (I+D) de nuevas tecnologías; más aún, no se cuenta con universidades de calidad (entre las 500 mejores universidades del mundo) y la iniciativa privada tampoco destina recursos a las actividades de I+D (ver gráfica 1). A nivel global las cosas no son mejores: por el porcentaje destinado a I+D en el país estamos en la posición 50 de un total de 72 naciones que tienen un gasto anual en I+D por arriba de los 100 millones de dólares en términos reales (Wikipedia, 2013). Recientemente el Gobierno Federal 4
anunció un plan para incrementar la inversión para alcanzar el tan anunciado 1% del PIB para el 2018, de acuerdo con el PND (Rubí, 2013).
Gráfica 1
Fuente: OCDE. Gasto en actividades de CTI en relación con el PIB.
3. Creación de instituciones para la coordinación de la ciencia, tecnología e innovación. A principios del período de gobierno 2012-2018 se anunció la conformación de instituciones y coordinaciones para trabajar los temas relacionados con la CTI. Una de las primeras iniciativas a nivel federal fue la creación de la Coordinación de Ciencia, Tecnología e Innovación (CCTI), que se oficializó en el Diario Oficial de la Federación el 2 de abril de 2013. Esta coordinación se estableció para que, junto con el Conacyt, estudie el marco jurídico para propiciar una mejor gobernanza en el sistema de ciencia, tecnología e innovación (Redacción de El Economista, 2013). La CCTI es una de seis coordinaciones que conforman la Oficina de la Presidencia en el ciclo de gobierno 2012-18, cuya creación no había sucedido en nuestro país en gobiernos anteriores y muestra un claro interés por parte del Gobierno Federal en este importante tema. Es de destacarse que, derivado de lo anterior, no solo se han realizado iniciativas al respecto a nivel del Gobierno Federal, sino que también el Gobierno del Distrito Federal creó la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal, con el objetivo de trabajar junto con el propio Gobierno Federal en las áreas prioritarias de CTI definidas tanto en el PND como en el Programa General de Desarrollo del Distrito Federal. Lo anterior es otra muestra de la relevancia del tema y los esfuerzos por dar mayor coherencia a las acciones en el panorama nacional. 5
Adicionalmente, varios estados de la Federación han iniciado esfuerzos de coordinación en temas de CTI; un ejemplo de esto es Guerrero, que conformó el Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de Guerrero (Cocytieg) que en su origen solo analizada temas de ciencia y tecnología, pero en el año 2009 incluyó la innovación en su plan de actividades. El Cocytieg ha iniciado reuniones de alineación con instituciones federales homólogas en responsabilidades. Otra iniciativa reciente que persigue el objetivo mencionado en esta sección es la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación. Un grupo de instituciones 7 dedicadas a la educación, ciencia y tecnología, con el apoyo de las comisiones de Ciencia y Tecnología del Congreso y otras instituciones gubernamentales, inició la propuesta de una agenda de temas relacionados con la CTI con el fin de que éstos fueran analizados e incluido en el PND (Agenda Ciudadana, 2013). La metodología para la elaboración de la agenda fue una consulta nacional abierta, en la que cualquier ciudadano podía seleccionar los tres retos que consideraba más importantes de un grupo de 10, para ser incluidos en el PND. Los resultados son claros, los retos principales son: educación (17%), agua (15%) y medio ambiente (13%). Los otros son: seguridad alimentaria, energía, salud pública, cambio climático, investigación espacial, migración y salud mental y adicciones. El total de participantes en esta consulta fue de más de 360,000 en todo el país. La definición de una agenda ciudadana sobre temas de CTI y su incorporación al Plan Nacional de Desarrollo, refleja la importancia que tienen estos objetivos para el presente gobierno y para los mexicanos. Cabe destacar que en el PND se le dedica un capítulo completo a los temas de CTI, esto es reconfortante para todos los que creemos que el desarrollo de México debe estar apuntalado por el conocimiento (Gobierno de la República, 2013). En el PND el tema de CTI se engloba en el no menos fundamental objetivo “Un México con Educación de Calidad”. Sin embargo, en el PND para el ciclo 2013-18, a diferencia de los anteriores, los temas de CTI tienen una presencia transversal y muy amplia que incide en más de la mitad de las metas del PND. En el párrafo que presenta el tema de CTI se resumen los retos que enfrenta el país para avanzar en la materia: “México enfrenta el reto de impulsar el posgrado como un factor para el desarrollo de la investigación científica, la innovación tecnológica y la competitividad que requiere el país para una inserción eficiente en la sociedad de la información. La experiencia internacional muestra que para detonar el desarrollo en CTI es conveniente que la inversión en investigación científica y desarrollo experimental (IDE) sea superior o igual al 1% del PIB”.
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Entre las instituciones que participan en este esfuerzo se encuentran: la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República, la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, el Conacyt, la Academia Mexicana de Ciencias, la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, la UNAM, el IPN, la UAM, la UAG, el Rednacecyt y el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal.
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Por todo lo expuesto en este capítulo y en toda la Ponencia IMEF, México tiene una nueva oportunidad; hay muchos factores a favor y una política correcta en temas de desarrollo de los temas de CTI puede tener un gran efecto en el bienestar social y económico del país, provocando un nuevo futuro para todos los mexicanos. 4. Cambios en los objetivos y planes de trabajo del Conacyt para su fortalecimiento. El Conacyt ha sido por más de 40 años el organismo responsable del desarrollo de talento científico y tecnológico, así como la promoción de actividades direccionadas con el desarrollo del país en materia de ciencia y tecnología. Recientemente el Dr. Enrique Cabrero Mendoza, actual director del organismo, destacó que México se encuentra por primera vez en condiciones necesarias para que el sistema de CTI arranque con más posibilidades y el país transite hacia una sociedad del conocimiento. El funcionario también mencionó que el sistema de CTI del país se está consolidando y, ante los cambios, planteó la necesidad de ajustar la estrategia y funciones del Conacyt para enfrentar los nuevos retos del sector. La interacción entre los participantes de la triple hélice (gobierno, empresa y academia) se está replanteando en este nuevo ciclo para el país. El Conacyt, como participante en esta interacción, propone una restructuración interna para mejorar los resultados. Un ejemplo de esto es el fortalecimiento del área de cooperación internacional en temas de CTI, creación de direcciones adjuntas en el organismo, con más recursos, para facilitar la colaboración con empresas y desarrollar mayor capacidad de diálogo con los demás actores del ecosistema y con las comunidades que conforman el Conacyt: estudiantes, investigadores y académicos. 5. Incorporación de compromisos específicos con el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. Los 4 puntos analizados son fundamentales en el replanteamiento del sistema actual de CTI. Adicionalmente se requiere que éstos sean incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo, con el objetivo de enfrentar de mejor manera los retos que se le presentan al país y aprovechar las oportunidades que tiene para el beneficio del desarrollo económico y social de todos los mexicanos. Al producir lo anterior, el gobierno reconoce la relevancia de desarrollar un ecosistema emprendedor y de impulsar la innovación como dos acciones indispensables para lograr el crecimiento deseado. 2. Perspectiva global de la ciencia, la tecnología y la innovación en México. Desde hace algunos años el Institut Européen d'Administration des Affaires (INSEAD) y el World Intellectual Property Organization (WIPO) han publicado el Global Innovation Index (GII), un indicador que reconoce la importancia de la innovación en el desarrollo económico de las naciones. El GII tiene una visión amplia de los temas de innovación, lo que hace posible comparar a países desarrollados, en vías de desarrollo y emergentes, bajo un marco referencial común. México ocupa actualmente el lugar 79 (de un total de 141 economías) dentro de la lista mundial 7
del GII, por arriba de Belice y por debajo de Chile, que ocupa el lugar 39 a nivel mundial y el primero de la región conformada por los países latinoamericanos. Como se muestra en el cuadro 1, el GII mide cinco componentes principales que capturan los elementos necesarios en un país para generar actividades de innovación. Estos pilares son básicamente los mismos a los que se consideran necesarios dentro de un ecosistema que fomente el emprendimiento, como se describe en el capítulo 1 de este trabajo y que son los siguientes: •
Instituciones.
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Capital humano e investigación.
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Infraestructura.
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Sofisticación en los mercados.
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Sofisticación en las empresas.
El resultado del GII tiene dos aristas: la producción tecnológica y de conocimiento y la producción creativa, ambas relacionadas directamente con el emprendimiento, siendo difícil concebir un ecosistema que estimula el emprendimiento carente de alguno de estos dos elementos.
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Cuadro 1
Fuente. http://www.globalinnovationindex.org. Estructura del Global Innovation Index (GII).
De los cinco diversos indicadores que observa el GII, los que atañen a este capítulo son aquellos que se relacionan con la situación de la ciencia y la tecnología en México. Estos factores son: Capital Humano e Investigación e Infraestructura. El primero reporta directamente la situación de las actividades relacionadas con la generación del conocimiento y el segundo apoya indirectamente que éstas ocurran. Adicionalmente, las instituciones, y en específico la políticas y el marco regulatorio, son otros elementos que pueden actuar como catalizadores o detractores de las actividades innovadoras. Como se describió en el capítulo 3, la educación en México pone totalmente de lado los temas que pueden fomentar una cultura más emprendedora en la sociedad. En términos de educación, México ocupa el lugar 82 de un total de 141 naciones de acuerdo con el mismo indicador, esto debido al desempeño en distintos factores que se resumen a continuación: •
Respecto al porcentaje del PNB que México dedica a gastos relacionados con la educación (4.8%), ocupa el lugar 47 de la lista, lo cual ubica a nuestro país arriba del 67% de los países que participan, pero otros indicadores del GII reflejan que la eficiencia en este gasto es muy baja. 9
•
El sistema de educación en México, como se presenta en el capítulo 3, está desvinculado tanto del sistema de CTI como de una posible cultura emprendedora. Esto hace difícil la cohesión entre los sistemas educativos y de CTI e imposibilita concretar todas las acciones que se plantean los distintos actores: gobierno, empresa y academia.
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No existe una correcta vinculación entre los actores para la generación de capital humano, lo cual se refleja en la posición que tiene el país en relación con el factor de capital humano, el 81 de 144 países.
Adicionalmente al bajo desempeño del país en el GII, existen otros factores que no favorecen al entorno de la innovación y, por ende, al ecosistema de emprendimiento, que se mencionan en otros capítulos de este trabajo, tales como ineficiencias institucionales o en los programas de gobierno, la falta de capital de riesgo y la poca participación de la iniciativa privada en el ecosistema. Un indicador importante para definir la posición de México en el panorama global es el Índice Global de Competitividad (GCI, por sus siglas en inglés), que se publica en un estudio anual realizado por el Foro Económico Mundial (Schwab, 2012). El GCI evalúa distintos aspectos de un país que ayudan a medir su nivel de competitividad, muchos de éstos están relacionados con las instituciones de gobierno y las actividades que éstas realizan o regulan, por lo que este indicador también se utiliza en el capítulo 5 sobre gobierno. Según muestra la figura 1, el índice pondera 12 elementos de competitividad que definen tres grupos: requerimientos básicos, catalizadores de la eficiencia e innovación y sofisticación económica. De acuerdo con los elementos que estén presentes y su grupo, se determina el tipo de economía que tienen las naciones: orientadas a factores, eficiencia o innovación, respectivamente. Los 12 componentes no son independientes, de hecho están fuertemente correlacionados; por ejemplo: una fuerte capacidad de innovación (pilar 12) sería imposible sin el capital humano entrenado, educado y saludable (pilares 4 y 5). Todos los pilares se miden de manera individual, pero se agregan en el índice global de competitividad.
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Figura 1
Fuente: World Economic Forum. Perfil de México con referencia al GCI.
El Foro Económico Mundial define cinco etapas de desarrollo para las economías de las naciones (ver tabla 1), de acuerdo con el PIB per cápita y el resultado de los grupos de sub-índices ponderados. En esta escala México se encuentra en la etapa 4, que es la de transición de una economía basada en la eficiencia a una economía orientada a la innovación. En el ranking del GCI 2012-13, México quedó en el lugar 53 de un total de 144 países, con un índice de 4.36 de siete puntos máximo. El país subió cinco posiciones con respecto al listado del 2011-12 y rompió la tendencia descendiente que reportaba desde que ocupó el lugar 48 en el año 2006, 52 (2007), 55 (2008), 60 (2009) y 66 (2010).
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Tabla 1
Fuente: World Economic Forum. Peso de sub-indicadores y límites de ingreso para las etapas de desarrollo.
Este claro ascenso en 2012 acompaña los cambios positivos ya descritos en el capítulo y también tiene cierto grado de expectativa a futuro. Esto es, México tiene que consolidar los cambios necesarios para avanzar en la etapa de transición hacia una economía basada en la innovación y el conocimiento. Las expectativas sobre México se reflejan cuando observamos el ajuste que se propone al GCI de acuerdo con la sustentabilidad de la competitividad. Aquí nuestro país muestra una sustentabilidad de la competitividad a la baja en los dos aspectos considerados: social y ambiental. Respecto al primero, el factor que más influye es la economía informal, tema que se trata en el capítulo 3 sobre educación. La sustentabilidad ambiental se ve afectada por el incremento en las emisiones contaminantes, disminución en la calidad del aire, uso intensivo de agua y recursos naturales no renovables, así como una débil legislación respecto a la protección del medio ambiente. En el mismo estudio se mencionan los factores más problemáticos para realizar negocios en México. Los cuatro más críticos, de acuerdo con la encuesta realizada son: corrupción, crimen y robo, ineficiencia en la burocracia del gobierno y acceso al financiamiento. Se observa que el gobierno puede desempeñar un papel muy importante para mejorar estos factores, lo cual se menciona en el capítulo 5, coadyuvando al desarrollo del sistema de CTI en el país. 3. La propiedad intelectual como catalizador de las actividades de CTI Uno de los objetivos de la propiedad intelectual es fomentar la creatividad en un ecosistema de emprendimiento, y ser un catalizador para los emprendedores. Los derechos que se conceden a la persona sobre una invención de su mente sirven para fomentar este tipo de actividades innovadoras. Al otorgar estos derechos exclusivos sobre el uso de un invento, al inventor se le otorga un periodo en el cual puede enfocarse en la obtención de los beneficios del mismo. Cuando la patente o los derechos expiran, la invención se vuelve del dominio público. Mientras los derechos están vigentes, el público puede refinar el invento o proponer mejoras, las cuales a su vez son patentables y traen beneficios adicionales para el ecosistema (Holland, 2007). 12
La generación de propiedad intelectual se observa en ecosistemas maduros de emprendedores, no en aquellos en las etapas iniciales de formación y consolidación. Sin embargo, el valor de esta actividad es cada vez mayor en la comunidad de emprendedores y de inversionistas relacionados con empresas de base tecnológica. Hace algunos años se pensaba que la generación de propiedad intelectual no tenía mucha utilidad en la industria del software, pero las acciones recientes de grandes empresas en el sector, como el caso de Apple versus Samsung sobre el uso indebido de patentes relacionadas (Barret, 2013) han cambiado la percepción sobre el valor de las patentes. Los cambios en la industria del software y en la ley de propiedad intelectual en Estados Unidos, han incentivado la creación de propiedad intelectual en los emprendedores. Esto se debe a dos factores principales: los inversionistas prefieren invertir en emprendimientos que tengan propiedad intelectual y el cambio en la ley permite registrar patentes provisionales, que tienen un costo mucho más bajo que una patente (el costo de registrar una patente en Estados Unidos puede alcanzar los 20,000 dólares). Estos cambios provocaron un notable crecimiento en el registro de patentes en este país: del total de 1.98 millones de patentes generadas a nivel mundial en 2010, más del 24% son producidas en Estados Unidos; mientras que México aporta solo el 0.7% de éstas. El panorama de la propiedad intelectual en nuestro país es muy diferente. No existe una ley clara de protección y los procesos para registrar patentes u otras formas de propiedad intelectual son muy deficientes; no se favorece a la propiedad intelectual y, adicionalmente, como se menciona en el capítulo anterior, existe un gran porcentaje de la economía sustentado en la economía informal y otros modelos de comercialización (i.e. piratería) que no favorecen la protección de la propiedad intelectual. Son muy pocas las empresas mexicanas que deciden patentar o generar propiedad intelectual, ya que el sistema relacionado es muy débil y esto no favorece al ecosistema de emprendimiento ni a las actividades innovadoras. En promedio se registran 150 patentes por año en nuestro país y en 2007 el registro fue 45% menor que en 2004, lo que refleja la falta de interés en México por generar propiedad intelectual. Existe una relación muy importante entre la capacidad innovadora de una nación y su actividad en el campo de la propiedad intelectual. Por ejemplo, Corea del Sur registra una patente por cada 833 habitantes, Estados Unidos una por cada 1800 habitantes y México apenas una por cada 200 mil habitantes. Corea del Sur ocupa la posición 21 en la lista del GII en 2012, Estados Unidos el número 10 y México se encuentra actualmente, como se mencionó, en el lugar 79 de un total de 141 países. 4. Mejores prácticas en el mundo A continuación se describen algunas prácticas que han sido exitosas en temas de CTI, principalmente en los países industrializados, pero que se comienzan a implementar en las economías emergentes. En los próximos años se podrá observar un nuevo balance en el sistema global de CTI.
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La innovación se considera un motor para el desarrollo social y económico de las naciones y como una herramienta para reducir los niveles de pobreza y desigualdad. La OCDE publicó un estudio comparativo sobre la política de innovación y el desempeño de algunos de los países miembros8 (OCDE, 2005) que más se han distinguido en temas de ciencia, tecnología e innovación. A diferencia de otros estudios publicados por la misma organización, éste se enfoca en aspectos particularmente relevantes para el desempeño de un país en términos de innovación y no en aquellos que se relacionan con el desarrollo económico en lo general. Ejemplos de estos son: relación entre la industria y la ciencia, asociaciones público-privadas relacionadas con la innovación y el manejo de la propiedad intelectual. Para medir el desempeño en innovación, la OCDE revisa la relación entre la inversión realizada en tecnología, innovación y ciencia con el avance en el desarrollo económico. Este último se mide a través de distintos indicadores sociales y económicos, tales como crecimiento del PIB y los porcentajes en morbilidad por grandes enfermedades, entre otros. Los siguientes apartados presentan los hallazgos presentados en el reporte de la OCDE, en el que se identifican los puntos que pueden tomarse como referencia de mejores prácticas y se comparan con la situación de México, considerando el contexto que se describe en el presente capítulo. En el estudio realizado por la OCDE se mencionan algunas buenas prácticas que se identificaron en los países miembros. Éstas se relacionan con el objetivo de cambiar la participación que tienen las actividades relacionadas con CTI y el emprendimiento en el desarrollo económico de estas naciones. A continuación se incluyen algunas de estas prácticas que resultan relevantes para mejorar nuestro sistema de CTI y en general el ecosistema de emprendedores, ya que cada práctica involucra a uno o más participantes del mismo. Finlandia: Cambios en las políticas para iniciar la transición de importador a productor de innovación. En la década de los 80 realizó cambios profundos en la legislación con relación a la ciencia y tecnología, y su relación con la innovación, con la finalidad de resistirse a la importación de innovación y lograr una producción nacional. Adicionalmente, en los 90, Finlandia decidió abrir mucho su economía a los intercambios internacionales y la competencia con otros países, esto debido a la caída de la Unión Soviética y al impacto en el intercambio comercial que Finlandia mantenía con este país. Con esta política de apertura, en pocos años el sector de las tecnologías de Información y las Comunicaciones (TICs) tuvo un gran auge que fue acompañado por una legislación enfocada a la creación de redes nacionales de innovación. Actualmente los finlandeses gozan de los beneficios de estas políticas de largo plazo orientadas a la producción nacional de innovación con una
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Los países incluidos en este estudio son: Finlandia, Holanda, Japón, Reino Unido, Austria y Suecia.
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economía altamente industrializada, que reporta niveles per capita similares a las economías francesa, inglesa, sueca y alemana. El sector más amplio de la economía son los servicios, lo cual no sorprende por el tipo de políticas mencionadas, seguido por manufactura y refinación; la economía primaria representa solo el 2.9% del PIB de Finlandia. Japón: La arquitectura de productos abiertos. Entre los años 60 y 90 Japón se benefició de los efectos de una economía de post-guerra apoyada por las inversiones de Estados Unidos para la reconstrucción del sistema económico japonés. Esta aceleración económica fue correctamente acompañada de un auge en la innovación, guiado por la política de producto cerrado. Esto es, las grandes compañías japonesas se comprometieron a desarrollar internamente innovación en los procesos industriales u obtenerla de sus proveedores, apoyando la generación de ecosistemas de innovación nacionales. El gobierno otorgaba beneficios a las empresas por realizar este tipo de actividades. En este tiempo Japón hizo grandes contribuciones al mundo en temas relacionados con la innovación en procesos; ejemplos de esto son las metodologías de just-in-time (Liker, 2003) y las aportaciones a los procesos de la industria automotriz. Posteriormente, a finales de los años 90, esta nación entró en una crisis de su sistema económico, la cual apenas está superando. Esto se debió a muchos factores, dos de ellos relacionados con la innovación. El primero fue un cambio de foco en las políticas; ahora el gobierno se ha concentrado en abrir la generación de productos. La arquitectura de productos abiertos consiste en que lo que antes se consideraba un producto cerrado que necesitaba de una gran empresa y todo un ecosistema para producirse, ahora se convertía en un conjunto de componentes menos sofisticados que requieren menos concentración de conocimiento. Este cambio de paradigma representa toda una nueva forma de colaboración. Las compañías japonesas se distinguían por poseer amplios conocimientos para la generación de alta tecnología, pero eso no era suficiente para enfrentarse a un mundo más abierto y colaborativo. El cambio en las políticas promotoras de la innovación retó a las empresas a ser más colaborativas y abrir sus productos para adaptarse a los nuevos ciclos de las innovaciones mundiales, en los que ahora no se tiene el mismo tiempo para evolucionar un producto. Holanda: Globalización de las actividades de I+D. Las empresas buscan cada vez más las innovaciones provenientes de diversos lugares o empresas que tienen las condiciones adecuadas para proveerlas. Los grandes grupos de I+D, dentro de las empresas, están siendo reemplazados por sistemas distribuidos de I+D que suelen incluir a universidades, instituciones públicas/privadas de investigación y PYMES con base tecnológica. Esto, agregado al fenómeno de la globalización en todas las industrias, la externalización de la operación de procesos de negocio y el creciente intercambio entre distintos países, ha impulsado a las empresas a realizar actividades de I+D fuera de sus fronteras naturales. Esta práctica se ha observado en algunos países de la OCDE, en particular en Holanda. 15
Esta práctica puede ser conveniente si se desarrollan las condiciones dentro del país para obtener beneficios de este modelo y no solo perder por la movilidad de actividades de este tipo fuera del país. Corea del Sur: CTI como factor del cambio económico. Corea del Sur utilizó el sistema de CTI para pasar de ser uno de los países más pobres en la década de los 60, a convertirse en lo que es hoy: una promesa de potencia industrial. Corea del Sur era una nación basada en una agricultura en vías de desaparición y lanzó un programa de metamorfosis económica a principios de los años 60. En 1962 inició su primer plan de desarrollo a cinco años, consistente en crear una demanda por tecnología. Este programa incluía una fuerte inversión y promoción de todos los factores necesarios para lograr la fundación de un ecosistema tecnológico. Corea incentivó a muchos ciudadanos para que salieran del país a estudiar y prepararse en distintas especialidades tecnológicas: telecomunicaciones, semiconductores, LCD, automóviles y equipos, entre otros. Por otro lado, el país preparó las oportunidades para que el capital humano que se generara regresara a poner en práctica lo asimilado, para lo cual el gobierno invirtió recursos para fomentar la creación de empresas coreanas que utilizaran al recién generado talento. Corea siempre se concentró en la transferencia tecnológica, más allá de las fronteras del mundo científico y académico. El gobierno creó muchos centros de investigación, siempre con la premisa de colaboración con las empresas, igualmente creadas durante este tiempo. Corea del Sur logró en 40 años lo que a otros países altamente desarrollados del occidente les tomó más de 100 años. Actualmente, Corea del Sur dedica 3.95% de su PIB a su sistema de CTI y ocupa el lugar 24 en el GCI, los recursos que destina el gobierno a la CTI representan el 30% del financiamiento total y el restante 70% es contribución del sector industrial del país. Incentivos fiscales para fomentar este tipo de actividades en las empresas Una manera de que las empresas incrementen su actividad en temas de investigación y desarrollo, lo que llevaría a la generación de más innovación, son los incentivos fiscales. En México se intentó otorgar estímulos fiscales para las empresas, pero esto no tuvo buenos resultados y actualmente solo existen iniciativas que destinan recursos económicos parciales a los proyectos que proponen las empresas en colaboración con el sector académico o PYMES. Hasta 2009 nuestro país contó con un Programa de Estímulos Fiscales (PEF) para las empresas que realizaban investigación dentro de su sector, esta iniciativa fue remplazada por el Fondo de Innovación Tecnológica (FIT). El cambio que se menciona se hizo por una recomendación que hizo la OCDE sobre PEF (para más información referirse a Calderón, 2009). Se hicieron varios estudios sobre el PEF en los cuales se destacan las principales fallas de este programa:
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El PEF favoreció a transnacionales y grandes empresas: En un estudio elaborado por la Asociación Mexicana de Ciencias, se menciona que en 2007 solo 10 empresas de las 877 participantes acapararon más del 32% de los recursos, siendo la mayoría transnacionales y grandes empresas; adicionalmente estos recursos no se traducen en innovación (Ciencia y Sociedad, México, 2008).
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Gran parte de los estímulos fiscales fueron reclamados por empresas de servicios, lo cual no necesariamente se traduce en nuevos productos en el mercado.
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EL PEF no era incluyente con las PYMES, por el contrario muy pocas pudieron recibir beneficios de esta iniciativa, debido a las restricciones que tienen en el gasto.
A pesar del fracaso del PEF en México, esto no quiere decir que el sistema de CTI se pueda beneficiar con estímulos fiscales bien gestionados para que las empresas aumenten este tipo de actividades. En el cuadro 2 se resumen algunos ejemplos de políticas en este sentido en otros países. Cuadro 2. Experiencias internacionales en materia de política fiscal.
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Muchos países han fortalecido la relación entre un aumento del gasto en CTI y un crecimiento en el PIB a través de la oferta de estímulos fiscales a las empresas. Éstos se otorgan a través de deducciones o créditos fiscales relacionados con los costos de las actividades de I+D en las empresas. Cabe mencionar que estas prácticas deben acompañarse de los procesos adecuados de control y monitoreo para que den los resultados esperados y no se usen de manera indebida o ineficiente. 5. Conclusiones y recomendaciones A continuación se mencionan algunas recomendaciones para robustecer el sistema de ciencia, tecnología e innovación en México. Estas sugerencias se basan en la recopilación de las acciones que se han emprendido en el país, principalmente por parte del Gobierno Federal y las mejores prácticas en otras naciones. El objetivo de esta sección es conjugar distintos aspectos, tanto de la situación actual como de las experiencias en otros países, en una propuesta integradora para mejorar el sistema de CTI en nuestro país. Las acciones que se resumen a continuación consideran las características propias de México y del ecosistema de emprendimiento que se gesta actualmente. De igual forma, se observan otros condicionantes que se han mencionado en este trabajo, tales como las condiciones del capital de riesgo, la educación, la cultura emprendedora y el rol que ha desempeñado el gobierno recientemente. Al fortalecer el sistema de CTI se busca que los emprendedores, principales actores en el ecosistema, se beneficien de las bondades y aprovechen los recursos que las instituciones y organizaciones relacionadas con un sistema de CTI desarrollado pueden brindarles; ya que el principal propósito de las actividades relacionas con la ciencia, la tecnología y la innovación debe ser el desarrollo de ideas innovadoras más sólidas y plenamente sustentables que permitan desarrollar más y mejores emprendimientos. Más que una propuesta, en esta sección se toma lo mejor de la situación actual del sistema de CTI en México y se complementa con experiencias internacionales para desprender un conjunto de acciones que pueden ayudar a acelerar el desarrollo de un sistema de CTI en el país. 1. Fortalecer el compromiso del sector público y las empresas: Promover la cooperación de instituciones públicas eliminando obstáculos legales y haciendo de este tipo de interacción un objetivo clave en las políticas públicas relacionadas con las actividades de investigación y desarrollo. 2. Promover la colaboración entre las grandes empresas: Las empresas consolidan sus portafolios cada vez más. Sin embargo, el número de tecnologías en cada producto va en aumento. Un ejemplo de esto es la industria automotriz, en donde cada vez más tecnologías se incorporan a los automóviles. Esto aumenta la importancia de la movilidad del conocimiento y la transferencia entre distintas industrias. 18
Por eso se debe promover la cooperación entre las industrias, inclusive si la organización decide generar la tecnología internamente, requeriría contar con el acceso al conocimiento de otras industrias y empresas. Si se decide externalizar el desarrollo de la tecnología, la compañía deberá aplicar políticas de integración, por lo que también se requeriría colaboración. En cualquiera de los dos escenarios anteriores es fundamental promover la investigación colaborativa entre organizaciones académicas públicas y privadas. 3. Fertilizar la creación de PYMES y nuevas empresas con base tecnológica: Las grandes empresas enfrentan muchas complicaciones para externalizar actividades de investigación y desarrollo a empresas más pequeñas. El manejo de un portafolios de fabricación a un nivel de bloques (componentes), de los cuales las actividades de I+D puedan manejarse como proyectos que puedan contratarse con otras compañías, es algo complejo de lograr. Sin embargo, esta estrategia tiene muchos beneficios: •
Fomenta la innovación al promover el intercambio de conocimiento y la transferencia tecnológica.
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Promueve la generación de nuevas PYMES con base tecnológica que se convierten en proveedores de las grandes empresas y enriquecen el ecosistema de emprendimiento.
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Promueve la innovación en las grandes empresas, ya que le permite transferir ciertos riesgos relacionados con las actividades de I+D a las PYMES.
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Asegura el crecimiento y permanencia de las PYMES en el ecosistema al apoyarlas con una relación estratégica con las grandes empresas.
Para lograr los beneficios mencionados, el concepto de proveedor dentro de las cadenas de suministros de las distintas industrias debe evolucionar: pasar de ser un actor pasivo que cumple con la proveeduría de un componente previamente diseñado por la empresa tractora, a un socio emprendedor que coopere con actividades de investigación y desarrollo de diversos componentes que agreguen valor a los productos finales de las grandes empresas. 4. Simplificación y revisión periódica de las políticas en temas de innovación: No son pocos los países en los cuales surge un conjunto de políticas para fomentar la innovación que, con el tiempo, pierde coherencia dentro de un ecosistema cambiante y dinámico. En cualquier ecosistema, las políticas sobre el tema de innovación y las actividades de investigación y desarrollo deben ser revisadas de manera periódica para asegurar la efectividad y eficiencia de las mismas. 5. Reforzar la transferencia de CTI al ecosistema emprendedor: El punto central del esfuerzo, que aquí se resume, es la formación de un ecosistema que promueva el emprendimiento y que
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detone el desarrollo social y económico en el país (ver capítulo 1). Para esto es necesario realizar acciones que habiliten la transferencia de conocimiento científico, tecnologías e innovaciones, de la esfera meramente académica o gubernamental, al corazón del ecosistema: los emprendedores. Es desafortunado que exista tal desconexión entre una fuente primordial de materia prima para consolidar proyectos de emprendimiento sólidos y con beneficios para la sociedad y los emprendedores. Se plantea invertir 1% del PIB en CTI para 2018, pero esto no tendrá ningún beneficio si los esfuerzos no trascienden las barreras ficticias de la ciencia y se siembran en el ecosistema emprendedor para que se conviertan en verdaderos catalizadores de la innovación. 6. Plantear acciones para fortalecer la innovación sistémica en México: En el PND el mejor desarrollo de la CTI en el país se enmarca de manera casi exclusiva en la tecnología con las siguientes líneas de acción: •
Contribuir a que la inversión nacional en investigación científica y desarrollo tecnológico crezca anualmente y alcance un nivel de 1% del PIB.
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Contribuir a la formación y fortalecimiento del capital humano de alto nivel.
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Impulsar el desarrollo de las vocaciones y capacidades científicas, tecnológicas y de innovación locales, para fortalecer el desarrollo regional sustentable e incluyente.
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Contribuir a la transferencia y aprovechamiento del conocimiento, vinculando a las instituciones de educación superior y los centros de investigación con los sectores público, social y privado.
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Contribuir al fortalecimiento de la infraestructura científica y tecnológica del país.
La inclusión del tema de CTI de manera tan clara en el PND es algo muy alentador. Sin embargo, el presente estudio describe las ventajas de un ecosistema que fomente el emprendimiento y la innovación en un sentido amplio. Para esto es necesario fomentar una política de innovación más abierta, la cual promueva la creatividad en todas actividades dentro de la sociedad. Esto es, el conocimiento científico y la actividad innovadora no son exclusivos del campo de la tecnología y esto debe ser claro dentro de las acciones del gobierno y de los ciudadanos. La innovación debe tener un campo de acción amplio en las sociedades, ya que ésta puede generar beneficios en varios aspectos, tales como el desarrollo económico, social, tecnológico o artístico de una nación. Las acciones mencionadas en el PND limitan las posibilidades de la innovación, por lo que se recomienda que en una futura revisión se analice el tema de CTI, en especial de la innovación desde una perspectiva más sistémica. 7. Incrementar la participación del sector industrial en el financiamiento de las actividades de CTI: El Fondo PYME, administrado por el INADEM, tiene entre sus objetivos fortalecer el vínculo entre las empresas y la academia e incrementar la participación de las primeras en el financiamiento 20
de las actividades de CTI en el país. Todos los proyectos que solicitan recursos al Fondo PYME y que son seleccionados, son apoyados de manera parcial; el porcentaje y monto de los apoyos varía entre convocatorias, pero no hay ninguno que sea financiado al 100%, esto incrementa la participación de los sectores productivos en el financiamiento del sistema de CTI nacional. 8. Fortalecer el vínculo empresa-universidad a través del emprendimiento colaborativo para incrementar la actividad relacionada con la CTI en el país: Si la cooperación entre las universidades y el sector industrial es tan favorable para el ecosistema ¿por qué es tan difícil lograr este acercamiento? La academia y la iniciativa privada responden a distintos catalizadores y es necesario desarrollar un concepto que llene las expectativas tanto de la industria como de las instituciones académicas del país. Esto son los Centros de Emprendimiento Colaborativo (Cecas), un concepto ya explorado por otros países que resulta muy eficiente en la generación de innovación académico-empresarial. Con respecto al tema de la colaboración entre las instituciones académicas y la iniciativa privada, ésta es una fuente de “ideas frescas” para que las empresas puedan generar nuevos negocios, es decir, los ayuda a asegurar la continuidad productivo-comercial de sus organizaciones. Sin embargo, existen actualmente muchas razones, algunos son mitos o resultados de una cultura o un contexto particular, que impiden estrechar este tipo de colaboración. La situación anterior se puede reducir a lo siguiente: la iniciativa privada está atrapada en resolver los problemas inmediatos para sobrevivir un día más; la academia se preocupa por lo continuo. Las empresas buscar opciones, pero consideran que el “riesgo” de colaborar con la academia no vale los resultados: son muy a largo plazo. La academia siempre cuestiona a las empresas, ya que considera que no pueden ver el potencial a futuro y no entiende las necesidades inmediatas de los empresarios. Simplemente la academia y la empresa no cuentan con un mecanismo de comunicación adecuado y formal, lo que provoca la pérdida de oportunidades dentro del ecosistema emprendedor. Por todo lo anterior es necesario que el gobierno estimule la colaboración academia-empresa, convirtiéndose en un promotor y rector de este tipo de actividades. Como se mencionó, este ejemplo de vínculo se observa en todos los ecosistemas de innovación que han tenido un impacto positivo en el desarrollo económico y social de las naciones. Se deben crear espacios en los cuales las universidades puedan ingresar el talento que forman, y que esto ayude a las empresas para resolver problemas con el conocimiento que no tienen de manera interna. En la actualidad, la información y el conocimiento necesarios para innovar en una industria ha aumentado de tal manera que para las empresas es cada vez más difícil contar con todo lo necesario para lograr mantener ese nivel de innovación y seguir siendo líderes de su mercado. En el sector de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC), esto es muy notorio. Cuando se funda una empresa, esto se realiza sobre una innovación: un nuevo producto, servicio o proceso que se introduce al mercado. Conforme pasa el tiempo, a esa misma empresa le cuesta 21
mucho contar con el talento necesario para mantener su liderazgo, por lo que empieza a dejar de innovar y quedarse en la retaguardia de su industria. Es este dilema que el concepto de las Cecas resuelve al convertirse en un eje de innovación académico-empresarial. Por parte de la academia, la obtención de recursos económicos para fortalecer tanto la formación de talento como de conocimiento, se ha vuelto uno de los retos más importantes en los años recientes, principalmente para las universidades públicas. El CEC se convierte también en un eje de soporte para la trasferencia de recursos económicos de la iniciativa privada a las universidades públicas. El concepto del CEC que se propone en el presente documento, considera características particulares de México, así como la situación actual del emprendimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación, sin ignorar las mejores prácticas en otras naciones. El CEC debe ser una iniciativa financiera conjunta entre una empresa líder de su sector y una institución de educación superior pública y una universidad privada, con posibles apoyos y beneficios por parte del gobierno, que respondan a metas y objetivos. •
La ubicación de éstos debe ser dentro de la universidad y no en las instalaciones de la empresa.
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Se debe usar un esquema de colaboración abierta, como el propuesto en Chesbrough, 2006, a través del cual los socios puedan trabajar temas de interés común y compartir la propiedad intelectual, de acuerdo con los objetivos e intereses de cada una de las partes de la iniciativa.
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Cada CEC debe desarrollar un portafolio de proyectos alineado al sector estratégico de la industria a la cual está dirigida. En la estrategia y la administración de los proyectos deben participar una autoridad académica en el sector objetivo y un líder represando a las empresas vinculadas.
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Los objetivos y metas para cada CEC deben ser definidos desde el inicio de sus operaciones a un plazo sugerido de tres años. Estos objetivos deben incluir resultados en todas las fases del proceso de innovación: investigación, desarrollo, propiedad intelectual, prototipos, productos y servicios, mejoras a procesos e incubación de nuevas empresas o de proveedores.
9. Aumentar la participación en la globalización de actividades relacionadas con la CTI: Como se mencionó en el caso de Holanda, actualmente los países desarrollados se han abierto más a trabajar con otros países en temas de CTI. México debe trabajar en ofrecer las condiciones necesarias a las grandes empresas internacionales para realizar este tipo de actividades, sin perder los beneficios de hacerlo.
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Finalmente, algunas recomendaciones generales que se mencionan también en un estudio realizado por la OCDE en el año 2010 (OCDE, 2010), con la intención de identificar algunas áreas de mejora del sistema de CTI en el país: •
Mejorar el marco de condiciones para la innovación, mediante la inversión en capital humano en todos los niveles y en todos los sectores de la economía (este punto se analizó en el capítulo anterior y se hicieron algunas recomendaciones particulares al respecto).
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Reducir los obstáculos normativos y financieros para la actividad empresarial y mejorar la gobernabilidad de las entidades en el sector público (este punto se analizó a profundidad en los capítulos sobre grandes empresas y gobierno, respectivamente).
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Mejorar la gobernabilidad del sistema de innovación mediante una mejor coordinación entre los ministerios y organismos, una evaluación más sistemática y descentralizada de la política de innovación.
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Mejorar el acceso de las PYMES a las nuevas tecnologías, así como la participación en las redes del conocimiento.
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Apoyar la inversión en I+D e innovación, introduciendo reformas que garanticen una mayor eficiencia del gasto, en particular mediante la colaboración pública-privada en áreas prioritarias (en esta sección se incluye la propuesta del sistema de centros de emprendimiento colaborativo, precisamente para fortalecer este punto).
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Promover la competencia para aumentar la innovación en todos los sectores y el desarrollo de las infraestructuras esenciales, en particular en las industrias de redes.
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Eliminar los límites de inversión extranjera y la propiedad de la infraestructura de telecomunicaciones por línea fija y en el sector de los servicios; permitir el acceso no discriminatorio de terceros a las redes y reformas el marco de interconexión (actualmente se está renovando la reforma de telecomunicaciones «Presidencia de la República, 2013»).
En resumen, en los meses recientes se han tomado acciones esperanzadoras que muestran una estrategia en temas de ciencia, tecnología e innovación. Estas iniciativas se pueden agrupar en tres: Un primer conjunto son los proyectos que emprendieron distintos jugadores del ecosistema tales como universidades y centros de investigación, así como la parte de la sociedad interesada en estos temas; éstos han surgido de manera orgánica y espontánea, lo que refleja la relevancia social del tema. Un segundo grupo está conformado por las principales iniciativas del Gobierno Federal, que incluye cambios a la organización y responsabilidades del Conacyt, el incremento en los recursos destinados al sistema de CTI y el aumento en la relevancia de estos temas al ser incluidos claramente en el Plan Nacional de Desarrollo de este sexenio. 23
Finalmente, la tercera agrupación. Una de las aportaciones de este trabajo es que integra las propuestas para mejorar el desempeño y la calidad de las actividades relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación en el país. Cabe destacar que estas propuestas se enfocan en la integración del sistema de CTI al ecosistema de emprendimiento: fortaleciendo la cooperación con los emprendedores, incrementando la posibilidad de éxito en los emprendimientos y potencializando los beneficios que pueden generar este tipo de actividades a los emprendedores y al ecosistema.
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