Ponencia IMEF 2013
Un México de Emprendedores
Modelo de ecosistema de emprendimiento Federico Casas Alatriste Urquiza Director General T-Systems México
1
Introducción Nuestro país enfrenta muchos y muy diversos retos. Sin embargo, el de mayor trascendencia es el que se refiere a ampliar nuestra capacidad de generación de riqueza, de manera que se permita incluir en un México próspero a los millones de mexicanos que están actualmente excluidos y que viven en condiciones de pobreza. Este es el reto principal de esta generación. La oportunidad radica en que contamos con una población joven y un bono demográfico que, bien utilizado, puede hacer viable el cambio requerido. Este proceso requiere de la participación y el esfuerzo de todos los sectores y también exige una clara estrategia en donde se defina una visión y se establezcan prioridades nacionales claras. Una de estas prioridades debe ser ampliar significativamente el número y la calidad de las empresas del país. No se trata solamente de “arropar” a las pequeñas empresas, que forman una parte sustantiva de nuestra capacidad económica, sino de propiciar, fomentar y cuidar los emprendimientos de alto impacto. Aquellos que después de haber nacido pequeños pueden hacer la diferencia, no sólo en la condición económica del emprendedor, sino también en su entorno local, regional, nacional e incluso global. Es importante diferenciar entre un negocio pequeño tradicional y un emprendimiento de alto impacto. Los negocios pequeños tradicionales tienen un lugar y un peso significativo en la economía de los países, y México no es la excepción. Aquí se incluyen los pequeños comercios, talleres y otro tipo de establecimientos que nacen pequeños y así se mantienen mientras subsisten. Resultan de valor para las personas y las familias y, si son legales y formales, también para la economía en su conjunto. De acuerdo con Marcus Dantus, emprendedor y director de Wayra México: “Las empresas de alto impacto son empresas de reciente creación, generalmente asociadas a alguna innovación y con un alto y evidente potencial de crecimiento. Son usualmente ideas que se generan en respuesta a alguna necesidad patente que resuelven de una manera diferenciada a las soluciones actuales, proveyendo de mayores beneficios a sus clientes” (Dantus, 2013). Continuando con este autor: “Para ser exitosas, requieren de una estrategia clara y una detallada planeación financiera que les permita conseguir capital para acelerar su crecimiento”. Hablamos entonces de negocios con un enorme potencial de crecimiento y de generación de empleo, en mucho casos con una base tecnológica y que tendrán impactos relevantes en la economía. Algunos de los ejemplos exitosos más conocidos son Apple, Microsoft, Google, Facebook, etc. Estas empresas son, hoy en día, inmensas corporaciones de alto valor para la economía. Algún día, hace pocos años, fueron simplemente una idea y luego un emprendimiento. En paralelo con estos ejemplos conocidos por todos, hay muchos otros casos exitosos y también miles de fracasos. Ideas que empezaron a ser empresas y que, finalmente, desaparecieron, implicando pérdidas para los emprendedores y para los inversionistas. El riesgo en este terreno es 2
muy alto y es parte esencial de la naturaleza de los emprendimientos. El beneficio generado por los que logran el éxito, en su conjunto, sobrepasa enormemente las pérdidas de los fracasos. Los emprendimientos de alto impacto no se dan de manera aislada, ni son obra de la casualidad. Para que la actividad económica de un país o una ciudad se vea positiva y significativamente impactada por un número importante de nuevos emprendimientos, se requiere de la generación de un ecosistema de emprendimiento. En este terreno sucede lo que en el deporte o en las artes. Las estrellas no se dan aisladas, para sobresalir se requiere un enfoque de largo plazo, sistemático, que promueva la actitud y la acción emprendedora, que genere muchas acciones de emprendimiento; unas serán medianamente exitosas, pocas muy exitosas y otras, la mayoría, fracasarán. Estas últimas son importantes también, porque habrá que aceptarlas y aprender de ellas. La creación de un ecosistema de emprendimiento no puede lograrse por decreto. La lógica de los ecosistemas de emprendimiento exitosos corresponde a la nueva estructura social y tecnológica del mundo contemporáneo: no es jerárquica sino más bien de redes. Brad Feld, en su libro Startup Communities, dice: “La red domina tanto en el mundo en línea como en el físico. A través de la red hay nodos y cada uno de ellos empieza con un emprendimiento…La energía, la actividad y la innovación en sociedad están dispersas a través de la red y concentradas en lugares inesperados…En el mundo físico, mucha de esta energía, actividad e innovación ocurre en pequeñas regiones geográficas que yo llamo Startup Communities” (Feld, 2012). Nosotros hemos denominado a estas comunidades ecosistemas de emprendimiento.
1. El modelo Los modelos son simplificaciones de la realidad que ayudan a entenderla mejor. En este sentido, tener un modelo, un esquema o una representación gráfica facilita el entendimiento de los fenómenos sociales. En muchos casos estos gráficos siguen una lógica geométrica, rígida, jerárquica, que no es una fiel representación de estas nuevas realidades que se están viviendo. Por esto, buscamos una figura en la naturaleza que pudiera usarse para representar y ayudar a entender a estos ecosistemas; pensamos en un corte neuronal, en átomos o en galaxias y, finalmente, encontramos algo más sencillo y accesible: una flor. Tanto en su estructura como en su función reproductora existen similitudes importantes con estas comunidades emprendedoras (figura 1).
3
Figura 1
Lo primero es que el ecosistema es una unidad que interactúa con su medio ambiente, que tiene una función creadora y reproductiva. Los pétalos representan a los principales componentes sociales que influyen en la formación y mantenimiento del ecosistema: la educación, la ciencia y la tecnología, el gobierno, las grandes empresas y el financiamiento y capital. En el centro se encuentran los emprendedores, acompañados por mentores; entre unos y otros hay líneas de interacción constante, de manera que se forma una comunidad. Es como el cáliz de la flor, ahí precisamente se desarrolla la actividad reproductiva. Ahí interactúan elementos internos, los emprendedores, y externos, los clientes y los proveedores. Es con la innovación y acción de los emprendedores que se generan las nuevas empresas, los emprendimientos de alto impacto. La influencia de cada uno de los cinco componentes es vital para el ecosistema y las interfaces entre los componentes son igualmente importantes. Por ejemplo, una cercana colaboración entre 4
universidades y la comunidad científica para la generación de innovación; la colaboración entre las grandes empresas y las universidades para desarrollar mecanismos de vinculación y apoyo, de incubación y/o de aceleración. La acción concertada entre inversionistas de riesgo y el gobierno para ampliar las opciones de acceso a capital y muchas más. En el entorno, interactuando con los emprendedores, están, en primer lugar, los clientes, con sus necesidades, las cuales tratarán de ser satisfechas mediante los productos o servicios del emprendimiento; sin clientes, todo lo demás carecería de sentido. También se encuentran los proveedores, incluidos asesores, abogados, contadores, etc. y, por supuesto, dado que es el mundo real, también los competidores que buscarán ganar en la lucha por convencer a los clientes. Existen ejemplos exitosos de este tipo de ecosistemas en distintos países y ciudades alrededor del mundo. Todavía no hay información estadísticamente confiable sobre la distribución y magnitud del fenómeno emprendedor en el mundo, sin embargo uno de los primeros intentos, aun con limitaciones en el alcance, es una investigación realizada en 2012 por tres jóvenes emprendedores, denominada Startup Genome, que incluyó la compilación de datos de más de 50,000 startups y 50 entrevistas cualitativas profundas con emprendedores e inversionistas (Herrmann, Marmer & Dogrultan, 2012). De acuerdo con este estudio, los 20 ecosistemas de emprendedores más importantes son: 1. Silicon Valley 2. Tel Aviv 3. Los Ángeles 4. Seattle 5. Ciudad de Nueva York 6. Boston 7. Londres 8. Toronto 9. Vancouver 10. Chicago 11. París 12. Sydney 13. Sao Paulo 14. Moscú 15. Berlín 16. Waterloo (Canadá) 17. Singapur 18. Melbourne 19. Bangalore 20. Santiago 5
El análisis comparativo que sirvió de base para elaborar este primer ranking se construyó considerando ocho variables: Resultados de los emprendimientos, Fondeo, Desempeño de las empresas, Talento, Infraestructura de soporte, Mentalidad emprendedora, Establecimiento de tendencias y Diferenciación del ecosistema. Si bien el resultado es cuestionable y perfectible, contar con una primera lista resulta de mucha utilidad para los interesados en el fenómeno emprendedor. Algunos aspectos por resaltar son: cinco de los seis primeros lugares están ocupados por ecosistemas localizados en los Estados Unidos, de éstos, el primer lugar es sin discusión el Valle del Silicio. Tel Aviv, en Israel, está considerada como el número dos. Londres, en el lugar siete, es el ecosistema europeo mejor calificado. Singapur es el mejor evaluado entre los asiáticos y sólo hay dos ecosistemas latinoamericanos considerados entre los veinte primeros: Sao Paulo, Brasil, en el lugar 13 y Santiago de Chile en el 20. 2. Condiciones clave Hay cada vez mayor evidencia de la importancia de estos ecosistemas para la creación de nuevas empresas que impulsan la innovación y la competitividad de las economías. Cada vez más gobiernos no sólo observan el fenómeno, sino tratan de imitarlo e insertarlo con la más alta prioridad en la lista de sus políticas públicas. Sin embargo, para crear y mantener de manera exitosa un ecosistema emprendedor, hay que entender la lógica de su funcionamiento, los jugadores que lo integran y sus roles, así como los principios sobre los que se basan. Retomando a Feld, describe un marco con cuatro condiciones clave: 1. Los emprendedores deben ser los líderes de la comunidad emprendedora. Este es un principio fundamental; cualquiera de los componentes sociales del ecosistema que quiera tomar el mando, el liderazgo, en la formación o conservación del ecosistema, acabaría por atentar contra su propia naturaleza y contra el fenómeno mismo del emprendimiento. Si las universidades quisieran tener el rol protagónico, fracasarían, porque el emprendimiento empresarial no es parte de su esencia; si la comunidad científica decidiera emprender por su cuenta, con base en sus investigaciones y desarrollos, muy probablemente el resultado sería muy pobre por su falta de sentido de negocio; si el gobierno quisiera dirigir a los emprendedores, también atentaría contra la naturaleza misma del emprendimiento y quedaría envuelto en una trama burocrática; si las grandes empresas quisieran cooptar y apropiarse de los emprendedores, acabarían con el espíritu esencial de los mismos y los convertirían en asalariados; si los fondos de capital de riesgo tomaran por sí solos la dirección y la gestión de los emprendimientos, podrían tener algún éxito, pero al perder a los emprendedores perderían la capacidad de replicarlo.
6
Aun con los riesgos relativos a la juventud e inexperiencia de muchos emprendedores al inicio de su carrera, son ellos los que tienen que liderar los esfuerzos. En ellos se encuentra el motor y la motivación, la frescura para entender las necesidades de una nueva generación de clientes, de la que ellos forman parte, la capacidad de innovar y la resiliencia para reponerse eventualmente de los fracasos. 2. Los líderes deben tener un compromiso de largo plazo. Los emprendimientos de alto impacto no son ocurrencias, requieren de tiempo para su maduración. Feld dice en su libro que se requiere, desde el principio y también después, un horizonte de al menos veinte años. Por esto, los emprendedores, los verdaderos líderes de estas comunidades, tienen que hacer del emprendimiento una opción de vida. No es como una carrera o como una etapa, es una forma de vida. Esto se repite con claridad en las descripciones que hacen los diversos autores sobre las características distintivas del emprendedor. 3. La comunidad emprendedora debe ser incluyente para cualquiera que desee participar en la misma. La apertura y la inclusión son características básicas de un ecosistema emprendedor efectivo. No se podría entender a un ecosistema permanentemente innovador si estuviera cerrado a un grupo original, por más capaz que éste sea. En distintas prácticas, que se describirán más adelante, como la de Chile, no sólo se abre el sistema a la participación de otros, sino que se fomenta que emprendedores provenientes de otros países participen para dar un sentido de globalidad a las acciones. 4. La comunidad emprendedora debe tener continuamente actividades que mantengan involucrados a todos sus miembros. Un ingrediente fundamental para construir y mantener unida a una comunidad emprendedora son las reuniones, de cualquier tipo, que no sólo permiten sino que impulsan el intercambio entre los emprendedores y con los otros miembros del ecosistema: mentores, incubadoras, grandes empresas, etc. En el Valle del Silicio, prácticamente todos los días hay eventos que facilitan esta interacción, lo mismo sucede en Boulder y en cualquiera de las comunidades emprendedoras exitosas. Este “contagio” continuo y mutuo de ideas, entusiasmo y toma de riesgo genera la energía necesaria para mantener en movimiento y en evolución a estas comunidades. Nosotros agregaríamos a la tesis de Feld una quinta condición clave, que probablemente no sea la quinta sino la primera: Las empresas (los nuevos emprendimientos no son la excepción) existen y subsisten porque son capaces de identificar una necesidad en sus clientes y encuentran una mejor forma de satisfacerla que sus competidores. No se trata de pedir a los clientes que diseñen un producto o un servicio; como decía Henry Ford: “Si le hubiera preguntado a la gente que quería, me habría dicho que un caballo más rápido”. Se trata de entender las necesidades y conectar los puntos con las infinitas nuevas posibilidades que abre la tecnología.
7
Imaginemos por un momento las necesidades asociadas con los millones de personas que viven en condiciones de pobreza, no sólo en nuestro país sino en el mundo. Pensemos, por ejemplo, en las personas que viven en la periferia de las grandes metrópolis como Sao Paulo, Nueva Delhi o la Ciudad de México, que dedican cada día dos o más horas para transportarse de su casa a su trabajo y otro tanto de regreso. ¿Qué se puede hacer para minimizar esos trayectos? ¿Cómo puede la tecnología llevar las labores productivas y remuneradas a la casa? O bien ¿cómo puede aprovecharse el tiempo de traslado para hacerlo productivo? Detrás de éstas y otras preguntas hay inmensas oportunidades que los emprendedores pueden convertir en empresas. 3. Innovación en reversa En los países emergentes se está gestando una tendencia denominada “Innovación en reversa” (Wikipedia, 2013). La idea es que, a diferencia de la gran mayoría de las innovaciones que se desarrollan actualmente en las economías avanzadas y que se exportan a todo el mundo, en los países emergentes se identifiquen necesidades en sus habitantes/clientes y se desarrollen innovaciones que respondan y satisfagan en condiciones de ventaja a los mismos. Se utiliza el término “reversa” porque estas innovaciones pueden ser “exportadas” también a los mercados de las economías avanzadas y, entonces, seguir el sentido contrario a la mayoría de las innovaciones. Mantener el foco de los emprendedores en las necesidades de su mercado cercano es, sin duda, un factor clave para su éxito y para el éxito del movimiento emprendedor en países como el nuestro, con carencias básicas en amplios segmentos de la población. Una vez reconocida la importancia de contar con ecosistemas de emprendedores y aceptando que el liderazgo de los mismos debe recaer en los propios emprendedores, caben entonces las siguientes preguntas: ¿Qué hacer para crear una de estas comunidades? ¿Los distintos participantes tienen algún papel que jugar en la creación de las mismas? ¿Se debe dejar todo exclusivamente en manos de los jóvenes, potenciales emprendedores? Una pregunta fundamental es: ¿Puede esto funcionar en México? La respuesta la tiene cada uno de nosotros. Tiene que ver con nuestra propia postura ante la vida, con el grado de confianza que tenemos en “ser mexicanos”. Citando a Dantus: “Somos un pueblo alegre, trabajador y con una capacidad creativa inmejorable, características que mantenemos sin importar las adversidades que históricamente se nos han presentado. Sólo queda imaginarse que podríamos lograr con un poco de viento en popa” (Dantus, 2013). En el IMEF pensamos que podemos crear no uno, sino varios ecosistemas emprendedores en México; lo creemos porque los estamos viendo gestarse, porque hay el talento y también la convicción política de que no sólo es posible, sino que es indispensable hacerlo. En línea con esta convicción, el IMEF firmó el pasado 17 de octubre un convenio con el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) para sumarse a la Red de Apoyo al Emprendedor a través de la Red Nacional de Empresarios Mentores. 8
Es evidente que cada uno de los componentes potenciales de un nuevo ecosistema tiene una o varias tareas por desarrollar, pero sobre todo es claro que al interactuar más intensamente y con un claro sentido de propósito compartido, entre los distintos componentes y con los emprendedores, se avanzará hacia la creación y el sostenimiento de un ecosistema exitoso. En los capítulos siguientes de esta Ponencia IMEF 2013, se profundiza en el papel de cada componente. A cada uno de ellos: educación, ciencia y tecnología, gobierno, grandes empresas y el financiamiento y capital se dedica un capítulo. Cada capítulo inicia con una introducción o marco de referencia, continúa con una descripción de la situación actual del componente, posteriormente se incluyen algunas mejores prácticas tanto a nivel nacional como internacional. No se pretende hacer un estudio exhaustivo de las mismas, pero sí mencionar y usar como referencia y reflexión algunos casos notoriamente exitosos en los distintos componentes. Por último se mencionan algunas propuestas orientadas a responder a las preguntas planteadas anteriormente. Para ser consistentes con este marco conceptual, la Ponencia IMEF se inicia con un capítulo dedicado a los emprendedores en México, escrito por dos jóvenes emprendedores buscando así, desde el análisis y la propuesta, conocer y reconocer el papel de liderazgo de los mismos emprendedores en la creación y mantenimiento del ecosistema. 4. Conclusiones y propuestas El principal reto de esta generación es ampliar nuestra capacidad de creación de riqueza, de manera que se permita incluir en un México próspero a los millones de mexicanos que están actualmente excluidos y que viven en condiciones de pobreza. Este proceso requiere de la participación y el esfuerzo de todos los sectores y exige también una clara estrategia en la que se defina una visión y se establezcan prioridades nacionales claras. Una de estas prioridades debe ser propiciar, fomentar y cuidar los emprendimientos de alto impacto. Para que la actividad económica de un país se vea positiva y significativamente impactada por un número importante de nuevos emprendimientos, se requiere de la generación de ecosistemas de emprendimiento. Los ecosistemas de emprendimiento se forman con emprendedores, mentores, clientes y proveedores, interactuando con cinco componentes: educación, ciencia y tecnología, gobierno, grandes empresas y financiamiento y capital. Existen casos exitosos y mejores prácticas de ecosistemas de emprendimiento en el mundo. Destacan el Valle del Silicio, Tel Aviv, Londres y Singapur. Se identifican cinco condiciones clave para el éxito de los ecosistemas emprendedores: 9
1. Los emprendedores deben ser los líderes de la comunidad emprendedora. 2. Los líderes deben tener un compromiso de largo plazo. 3. La comunidad emprendedora debe ser incluyente para cualquiera que desee participar en la misma. 4. La comunidad emprendedora debe tener continuamente actividades que mantengan involucrados a todos sus miembros. 5. Los emprendimientos existen y subsisten porque son capaces de identificar una necesidad en sus clientes y encuentran una mejor forma de satisfacerla que sus competidores. Los emprendedores en México y en los países emergentes en general, deben enfocarse en las necesidades de su propio interno y generar “innovación en reversa”. En el IMEF pensamos que se pueden crear ecosistemas emprendedores exitosos en México, los estamos viendo gestarse, porque hay el talento y también la convicción de que no sólo es posible, sino que es indispensable hacerlo. Bibliografía Dantus, Marcus. Innovación y emprendimiento en México. Artículo proporcionado por el autor. 2013 Feld, Brad. Startup Communities. “Building and Entrepeneurial Ecosystem in your City”. Wiley Global Finance. 2012 Ford, Henry. Consultada en Frasespedia. http://www.frasespedia.com/frases-de-innovacion-dehenry-ford/ 2013 Herrmann, Bjoern & Marmer, Max & Dogrultan, Ertan. Start up Compass. Start up Genome Report. Consultado en http://blog.startupcompass.co/pages/startup-genome-report-1. 2013 Wikipedia. Reverse Innovation. http://en.wikipedia.org/wiki/Reverse_innovation. 2013
Consultada
en
10