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MARTES 13 Y 09 Y 2011

BÁSQUETBOL: MIRANDO LONDRES 2012

LA COLUMNA DE

MANU GINÓBILI

AHORA EL DESAFÍO ES VOLVER A JUGAR EN EQUIPO La celebración en la cancha, luego del triunfo sobre Brasil; otra postal inolvidable de la Generación Dorada

// M . R I ZZ I

UN FESTEJO BIEN ÍNTIMO, CON NUEVOS RITUALES EL PLANTEL CELEBRÓ EL TÍTULO EN EL HOTEL, JUNTO CON FAMILIARES Y DIRIGENTES

M

AR DEL PLATA (De un enviado especial).– El salón del hotel se preparó especialmente. Todo fue tal como lo pidieron los jugadores. Un grupo de dirigentes, el cuerpo técnico y los jugadores acompañados por sus familias en una reunión íntima, que tuvo sus cantos, sus festejos, pero que no llegó a la locura adolescente que en otros años podía haberlos caracterizado. Un integrante del plantel contó que la Confederación Argentina de Básquetbol le obsequió a cada jugador un reloj de una marca importante y anillos de oro para las mujeres de cada uno de ellos. Estaban con sus hijos, con sus esposas, con sus hermanos, con sus padres. Son trabajadores que cumplieron un objetivo, hombres de familia que a las 4 de la mañana volvieron a dormir. “Es que ya estamos longevos y necesitamos descansar”, contó Carlos Delfino. Pero también en ellos perdura un espíritu juvenil. Pasada la medianoche, la conferencia de prensa tras la coronación volvió a ser interrumpida a los gritos por Pepe Sánchez y Oberto, entre otros. El capitán Luis Scola, serio, como siempre, no dudó un instante en atacarlos frente al micrófono: “¿Cómo hicimos para ganar un título con estos inmaduros? No tengo idea. Se lo aclaro, tienen que saberlo. Es un misterio que no sé cómo resolver”. En el trato con esta gente, Pepe Sánchez puede pedir permiso para interrumpir una nota y preguntar: “¿Les molesta si tomo otro trago de champagne?”, y luego llevarse la botella a la boca. En otro pasillo, Pablo Prigioni chilla con Juan Gutiérrez: “¡Yo te avisé, Brasil, yo te avisé!”, y a unos metros de allí, todo casi en simultáneo, Manu Ginóbili, calma a los periodistas

NOCIONI, MOMENTO MÁGICO “Todo esto es mágico. Ganamos por carácter y personalidad. Otra página más para el libro que espero nunca se termine de escribir”, comentó el Chapu Nocioni, siempre envuelto en el entusiasmo, aunque se haya perdido varios partidos por su lesión en el tobillo.

argentinos y pide disculpas: “Déjenme contestar una en inglés”, para responderle al menos una vez a Mike Monroe, el periodista de San Antonio Express que está en Mar del Plata. En la fiesta en la cancha, la emoción también fue distinta esta vez. Porque tras la premiación, la organización permitió el ingreso de manera prolija de los familiares de los jugadores. Pudieron fotografiarse en plena cancha, sin interrupciones con sus afectos y el trofeo por el que tanto lucharon. ¿Y el tradicional corte de redes? De un lado, Scola; del otro, Prigioni. Carlos Delfino, en TyC Sports, contó más tarde: “En Atenas 2004 el flaco Herrmann estaba sentado en el aro cortándolas. Acá tuvieron que subirlos a los hombros para que alcanzaran y ninguno llegó a tocar el aro. Estábamos todos destruidos. Los que más corrían eran nuestros hijos ahí abajo. Fuimos cambiando mucho en estos años”. También fue muy emocionante la salida del plantel en el ómnibus camino al hotel Sheraton. Unas 500 personas esperaban afuera a los jugadores, que comenzaron a asomarse por los respiraderos del techo del vehículo. Primero salió Nocioni, con una botella de champagne; luego el Yacaré señalando sus bigotes, y por último Scola, con la Copa. Pueden ser los severos y rigurosos rivales llenos de ambición en el parquet. Pueden ser los chiquilines que no dejan las bromas ni un instante en la concentración. Pueden ser los respetuosos profesionales que manejan como nadie las relaciones públicas, atentos a cumplir con cada formalidad. Y pueden ser, también, “familieros” sensibles que disfrutan de esta oportunidad única. En cada una de esas facetas se los ve ordenados, divertidos y ejemplares.

MAR DEL PLATA.– Siento un enorme alivio y una gran felicidad por haber cumplido el objetivo después de sufrir, renegar y sentir un cansancio como pocas veces tuve en mi vida. No queríamos fracasar y sentimos todo el tiempo esa obligación de conseguir la clasificación. Después del complicado triunfo contra Puerto Rico, que nos dio el pase a Londres 2012, no pude evitar pensar en lo que hubiera sido quedarnos fuera de los Juegos en nuestra casa y tener que enfrentarnos con Dominicana por el tercer puesto. Cuando me cayó esa ficha, me saqué un gran peso de encima. Hubiera sido uno de los peores golpes de mi carrera. La verdad es que se sintió la presión y el esfuerzo de jugar tantos partidos durísimos seguidos. Provocó un gran desgaste, especialmente en mí. Creo que por eso no pudimos jugar tan bien y lucirnos. Por suerte, en el partido clave, contra Puerto Rico, encontré esa seguidilla de triples (creo que nunca metí seis consecutivos en un partido) que fueron decisivos. No encontraba cómo penetrar, me doblaban la marca o hacían zona y entonces empecé a probar desde afuera. Una vez que tomé confianza y sentí que estaba dulce ya ni me importó si tenía la marca encima o no, seguí tirando. Ya en la final me costó más entrar en ritmo ofensivo porque estaba exhausto, sin piernas, tuve un gran defensor enfrente como Alex y, además, me frustré con los árbitros. Sentí que me perjudicaban y empecé a jugar contra ellos, buscando que me pitaran alguna falta. Acepto que no estuve muy lúcido. Me sentí vacío y con mucho fastidio. Por eso hay que destacar más lo de Luis (Scola), que hizo como 60 puntos en los dos últimos partidos. No me sorprende, lo he visto anotar 40 en uno solo, pero o cuando más trabado y difícil estaba taba el juego, él tuvo una eficacia ia tremenda. Nos dio vida. Y no hay que olvidarse de que hizo un gran sacrificio por recuperarse rápido de su operación en la rodilla. También hay que valorar la excepcional eficacia de

Pablo (Prigioni), que fue muy importante. Sobre el cierre de la final metió uno que fue definitorio. Y más allá de esa buena cantidad de triples, creo que no hicimos nuestro juego, que fuimos bastante individualistas. Un aspecto por mejorar para Londres. Ahora el desafío es volver a jugar en equipo. Como fue siempre en nuestra historia. Yo creo que tanta presión de la gente nos llevó a esas ofensivas individuales, pero a la vez nos ayudó y empujó para sacrificarnos más en defensa. Igual fue sensacional el clima que se vivió en el estadio, con la gente cantando, con el himno, con nuestros familiares en las tribunas. Nosotros sabíamos que podía vivirse algo así y que no íbamos a poder golear y gustar, pero por momentos se nos hizo muy difícil ganar la clasificación. Aunque quisimos, fue imposible aislarse de ese ambiente. No quiero dejar de destacar el esfuerzo y la valentía de Chapu Nocioni, de querer darnos una mano con el tobillo roto y arriesgar tanto su físico. Habla de su compromiso. Creo que este equipo ya aprendió a sobreponerse a los golpes y las ausencias por lesiones. Recuerdo del título no me llevé ninguno, no es mi costumbre, lo más importante es que pudimos festejar mucho, con nuestra gente y que me voy con una medalla dorada y un reloj que nos regalaron a cada uno. Así que tengo una gran felicidad y ahora sólo pienso meterme en formol. En una cámara frigorífica para recuperarme. Las vacaciones las empezaré el 19, después de la carrera solidaria que estoy organizando para la Fundación en Bahía Blanca. Espero que vengan a participar.

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