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LA RAZÓN • Viernes. 26 de mayo de 2017
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CINE • TEATRO • MÚSICA • GASTRONOMÍA
significativo ver que esa falta de signos fue hasta una expresión escrita del pensamiento», cierra. Y Camacho toma la palabra para comentar la impresión del elenco ante la ausencia de directrices: «Te da bastante libertad, por una parte, y una capacidad de investigar y probar en los ensayos, por otra. Hemos podido hacer diferentes versiones. Es impresionante lo que cambia un punto o una coma, puede ser completamente opuesto el sentido de la frase. La verdad es que como actores ha sido un trabajo muy interesante», completa la actriz. Una preparación en la que se tuvo que conversar bastante para llegar al resultado que se va a presentar en la sala principal del Pavón, como también dialogan mucho en la función. Quizá demasiado. O, al menos, ésa es la
«HE DESCUBIERTO UN SENTIMIENTO DEL QUE HABLAMOS MÁS QUE LO PRACTICAMOS», COMENTA CARRIL
EL TEXTO OMITE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN, HACIENDO ASÍ LIBRE LA INTERPRETACIÓN
conclusión a la que ha llegado Francesco Carril después de su «investigación arqueológica» –como él la llama– del amor: «A lo que me lleva todo es a ver un sentimiento que nos hace hablar mucho. Cuanto más lo hacemos, menos amamos en profundidad. Nos lo dice la función. Todos los personajes están continuamente con él en la boca y al final, después de tantas conversaciones, se olvidan de experimentarlo y vivirlo». Incluso existen teorías que califican al amor como el «más charlatán de los sentimientos». Será éste el motivo por el que la propia Ana Karenina fracasa en su intento de dar con él. Tantos rodeos, pensamientos e intentonas por hacer una tesis se van al traste cuando, al final, alza la voz para definirlo: «El amor es... El amor es... El amor es...», cierra una trabada Ana Karenina delante del patio de butacas. ● DÓNDE: El Pavón Teatro Kamikaze. (Embajadores, 9. Madrid). ● CUÁNDO: del 30 de mayo al 20 de junio. ● CUÁNTO: 20 euros.
FINDE
El argentino llega al Festival de Otoño a Primavera con «4», un cuadro rebosante de temas en el que habla de sus temores y de los absurdos que componen la sociedad
RODRIGO GARCÍA DRAMATURGO
«TENGO MIEDO A VIVIR SIN POESÍA» J. HERRERO - Madrid
E
n «4» hay cabida para todo: gallos, cabezas de coyote, samuráis, tocadiscos con la «Sinfonía nº 4» de Beethoven, gusanos, dibujos animados... Un políptico renacentista sin tema concreto. Y no digamos más «por temor a que el público se quede en casa o salga a cenar o hacer otra cosa esa noche», bromea Rodrigo García (Buenos Aires, 1964), el padre de este universo. «Mejor que vengan y lo descubran. Podemos añadir que sorteamos un Porsche cada noche...». Dicho queda. El argentino llega al Festival de Otoño a Primavera para hablar de los miedos de la sociedad y de lo que le irrita. Para mostrar su desconcierto ante lo absurdo de una sociedad que considera «monstruosa». –Quiero creer que soy libre y que poseo unas facultades «standard» y eso me obliga a hacer de lo cotidiano algo luminoso, rico, en relación a la sociedad que elegí para vivir. Podría irme a la selva amazónica, y por eso insisto en la libertad y en la responsabilidad con uno mismo. No vale quejarse, hay que actuar, y, para colmo, bien, no fallar o, si fallas, corregir, cambiar, no perseverar en lo desagradable. –Denomina los quehaceres diarios de «absurdos», ¿cómo se derriban las estupideces de la sociedad? –Permíteme que hable del individuo, la sociedad es una palabra que me va enorme, me gusta en los buenos libros de sociología, pero la odio en los discursos políticos. La estupidez individual, privada e intransferible, es un asunto que cada cual debemos resolver; yo paso cada noche media hora discutiendo en los foros
del Atlético de Madrid con mi seudónimo secreto y esa forma de estupidez me viene de perlas para luego encender el proyector de vídeo en casa y seguir con el ciclo de Godard, de Alain Tanner o de Fassbinder que había empezado o seguir comparando traducciones de Walt Whitman. ¿Y vamos a llamar estúpida a mi media hora discutiendo sobre Antoine Griezzman o de la táctica ultra defensiva de Simeone? Es una forma de pasión más, yo creo que simpáti-
ca. Si me tirara el día entero, sería preocupante desde luego. –El montaje tiene mucho de eso, de mezclar el ayer y el hoy. –Es un pasatiempo maravilloso investigar y luego combinar los conocimientos. Si fuese científico, no disfrutaría, pero siendo poeta es un goce inimaginable poder desvirtuar, mezclar, darle la vuelta a los hechos concretos al punto de hacerlos fantásticos, irreales. –¿Qué miedos exalta «4»?
–Ciertas dosis de miedo en la vida vienen bien. No creo que sea recomendable vivir en él, aunque ser temerario «full time» tampoco me parece interesante, ya que el miedo es una sensación que nos pone en estado de alerta y algo que merece ser experimentado. Cada cual tiene los suyos, yo le tengo miedo a vivir sin poesía, lo que hoy por hoy equivale a salir a la calle y tropezar con los zombies del teléfono móvil. –¿Qué le molesta? –De los demás, nada. Es triste, porque esta sentencia en apariencia bondadosa se puede también interpretar como que el ser humano no tiene remedio, es una decepción constante, luego lo acepto como es y no pido nada a nadie, excepto a mí mismo. –Aunque usted se ríe de lo que le enfada... –La risa es como el enfado: fugaz. Por eso uno puede reírse de lo que le enfada, o llorar, las lágrimas son tan fugaces como la carcajada. En realidad llorar o reír tiene la importancia y la intensidad que decidamos nosotros, incluso hasta en situaciones límite. –Dice que se inventa las reglas, ¿qué necesita para formar una nueva? –Ese es el tema, el único que me interesa: el estilo. Porque en el estilo se forma el pensamiento. Si soy un individuo único es natural que me esfuerce en encontrar mi peculiar, incompleta y torpe forma de expresión. Aún con todos sus defectos, será la mía y me ha divertido trabajar una vida entera en ella. ● DÓNDE: Teatros del Canal (Sala Verde). Madrid. ● CUÁNDO: del 1 al 4 de junio. ● CUÁNTO: desde 16 euros.
OTROS ESTRENOS ◗ «UNA MIRADA DIFERENTE»
Regresa al CDN –que también estrena «La rebelión de los hijos que nunca tuvimos»– el festival que pretende romper «los miedos y los prejuicios en torno a la discapacidad» en su V edición. T. Valle-Inclán (Madrid). Hasta el 4 de junio.
◗ «INQUISICIÓN»
Juan Antonio Hormigón dirige la dramatización de la obra de Cabello y Mesa (1765-1814). Una obra que supone la primera vez en nuestra historia que se escribía un texto atacando al siniestro tribunal, entonces abolido. T. Comedia (Madrid). Lunes 29 (19:00 h).
◗ «PERDONE QUE LE DISCULPE»
Obra de Vicente León que indaga en la incapacidad humana de vivir, relacionarse y comportarse de una manera coherente y lógica. Teatros Luchana también estrena hoy «Matrioska», de Ernesto Caballero. T. Luchana (Madrid). Todos los domingos.