Temas sociales

... defectuoso podría ser bueno, pero eso llevaría a la quiebra a toda la industria del software en el primer año. Redes de computadoras - Andrew S. Tanenbaum.
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USOS DE LAS REDES DE COMPUTADORAS

Temas sociales La amplia introducción de las redes ha presentado problemas sociales, éticos y políticos. Un rasgo popular de muchas redes son los grupos de noticias o bol etines electrónicos mediante los cuales las personas pueden intercambiar mensajes con individuos de los mismos intereses. Siempre y cuando los asuntos se restrinjan a temas técnicos o pasatiempos como la jardinería, no surgirán demasiados problemas. El problema viene cuando los grupos de noticias se enfocan en temas que las personas en realidad tocan con cuidado, como política, religión o sexo. Los puntos de vista enviados a tales grupos podrían ser ofensivos para algunas personas. Peor aún, podrían no ser políticamente correctos. Además, los mensajes no tienen que limitarse a texto. En la actualidad se pueden enviar fotografías en alta resolución e incluso pequeños videoclips a través de redes de computadoras. Algunas personas practican la filosofía de vive y deja vivir, pero otras sienten que enviar cierto material (por ejemplo, ataques a países o religiones en particular, pornografía, etcétera) es sencillamente inaceptable y debe ser censurado. Los diversos países tienen diferentes y conflictivas leyes al respecto. De esta manera, el debate se aviva. Las personas han demandado a los operadores de redes, afirmando que son responsables, como sucede en el caso de los periódicos y las revistas, del contenido que transmiten. La respuesta inevitable es que una red es como una compañía de teléfonos o la oficina de correos, por lo que no se puede esperar que vigilen lo que dicen los usuarios. Más aún, si los operadores de redes censuraran los mensajes, borrarían cualquier contenido que contuviera incluso la mínima posibilidad de que se les demandara, pero con esto violarían los derechos de sus usuarios a la libre expresión. Probablemente lo más seguro sería decir que este debate seguirá durante algún tiempo. Otra área divertida es la de los derechos de los empleados en comparación con los de los empleadores. Muchas personas leen y escriben correo electrónico en el trabajo. Muchos empleadores han exigido el derecho a leer y, posiblemente, censurar los mensajes de los empleados, incluso los enviados desde un equipo doméstico después de las horas de trabajo. No todos los empleados están de acuerdo con esto. Otro tema de importancia es el de los derechos del gobierno y los de los ciudadanos. El FBI ha instalado un sistema en muchos proveedores de servicios de Internet para curiosear entre todos los correos electrónicos en busca de fragmentos que le interesen (Blaze y Bellovin, 2000; Sobel, 2001; Zacks, 2001). El sistema se llamaba originalmente Carnivore pero la mala publicidad provocó que se cambiara el nombre por uno menos agresivo que sonara como DCS1000. Pero su objetivo sigue siendo el de espiar a millones de personas con la esperanza de encontrar información acerca de actividades ilegales. Por desgracia, la Cuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos prohíbe que el gobierno realice investigaciones sin una orden de cateo. Decidir si estas palabras, escritas en el siglo XVIII, aún son válidas en el siglo XXI es un asunto que podría mantener ocupadas a las cortes hasta el siglo XXII. El gobierno no tiene el monopolio de las amenazas contra la privacidad de una persona. El sector privado también hace su parte. Por ejemplo, los archivos pequeños llamados cookies que los navegadores Web almacenan en las computadoras de los usuarios permiten que las empresas rastreen las actividades de éstos en el ciberespacio, y podrían permitir que los números de tarjeta de crédito, del seguro social y otra información confidencial se divulguen por toda la Internet (Berghel, 2001).

Las redes de computadoras ofrecen la posibilidad de enviar mensajes anónimos. En algunas situaciones esta capacidad podría ser deseable. Por ejemplo, los estudiantes, soldados, empleados y ciudadanos pueden denunciar el comportamiento ilegal de algunos profesores, oficiales, superiores y políticos sin temor a represalias. Por otra parte, en Estados Unidos, y en la mayoría de las democracias, la ley otorga específicamente a una persona acusada el derecho de poder confrontar y desafiar a su acusador en la corte. Las acusaciones anónimas no se pueden usar como evidencia. En resumen, las redes de computadoras, como la imprenta hace 500 años, permiten que el ciudadano común distribuya sus puntos de vista en diversos modos y a audiencias diferentes, lo cual antes no era posible. Este nuevo fondo de libertad ofrece consigo muchos temas sociales, políticos y morales sin resolver. Junto con lo bueno viene lo malo. Así parece ser la vida. Internet hace posible encontrar con rapidez información, pero una gran cantidad de ella está mal documentada, es falsa o completamente errónea. El consejo médico que obtuvo en Internet podría haber venido de un ganador del Premio Nobel o de un desertor de la preparatoria. Las redes de computadoras también han introducido nuevos tipos de comportamientos antisociales y criminales. La publicidad no deseada (spam) se ha convertido en algo común debido a que algunas personas se dedican a reunir millones de direcciones de correo electrónico y las venden en CD-ROMs a comerciantes. Los mensajes por correo electrónico que contienen elementos activos (básicamente programas o macros que se ejecutan en la máquina del receptor) pueden contener virus potencialmente destructores. El robo de identidad se ha convertido en un problema grave, ya que los ladrones ahora reúnen información sobre una persona para obtener tarjetas de crédito y otros documentos a nombre de ella. Por último, la capacidad de transmitir música y vídeo de manera digital ha abierto la puert a a violaciones masivas de derechos de autor, que son difíciles de detectar y castigar. Muchos de estos problemas se podrían resolver si la industria de las computadoras tomara la seguridad de las computadoras con seriedad. Si todos los mensajes se codificaran y autenticaran, sería más difícil que se cometieran delitos. El problema es que los proveedores de hardware y software saben que poner funciones de seguridad cuesta dinero y que sus clientes no las solicitan. Además, una gran cantidad de los problemas proviene de un software con fallas, debido a que los proveedores saturan de funciones sus programas, lo que implica más código e, inevitablemente, más fallas. Un impuesto a las funciones nuevas podría ayudar, pero eso sería como vender un problema por centavos. Reponer el software defectuoso podría ser bueno, pero eso llevaría a la quiebra a toda la industria del software en el primer año.

Redes de computadoras - Andrew S. Tanenbaum