Información general
Página 10/LA NACION
2
3
En la ciudad de Buenos Aires
Por la ciudad
Telerman prometió erradicar todos los asentamientos en un año y medio Son 24 conglomerados de emergencia que surgieron en los últimos 5 años; hubo críticas de legisladores Por Jesús A. Cornejo
LOS NÚMEROS
De la Redacción de LA NACION
Los primeros Cuando se cumplen cinco días del incendio en la villa El Cartón, donde el fuego consumió el 90 por ciento de las 355 casillas que había en el lugar, el jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, anunció que en el próximo año y medio erradicará los 24 asentamientos de emergencia que surgieron durante los últimos cinco años, como consecuencia de la crisis habitacional que vive la Capital. “Será un tarea lenta. Estamos buscando distintos espacios para construir viviendas y trasladar allí a las familias que viven en condiciones muy precarias en estos asentamientos”, dijo Telerman a LA NACION. Para llevar adelante esta tarea, el Ejecutivo porteño conformó una mesa de trabajo integrada por especialistas y técnicos de los ministerios de Planeamiento y Obras Públicas, de Derechos Humanos, de Gobierno y de Espacio Público que junto con la Corporación del Sur se encargan de redactar programas y encontrar terrenos y pulmones verdes donde se puedan levantar nuevos complejos habitacionales. Los primeros asentamientos que serán erradicados son los conglomerados de emergencia situados en Lamadrid y Pedro de Mendoza, en el barrio de La Boca; en la avenida Pinedo y Suárez, en Barracas, y un sector de la villa Rodrigo Bueno, también en la Boca, según adelantaron en Bolívar 1. Consultados por LA NACION, distintos legisladores porteños salieron al cruce de la propuesta oficial a la que calificaron como un anuncio “marketinero” en tiempo electoral. “Esperamos que esta vez el gobierno tome en serio la crisis habitacional y el problema estructural de las villas. Hasta ahora es un anuncio que no puede ser evaluado, pero sabemos que tanto Ibarra, en su momento, como ahora Telerman, juegan mucho con el marketing y eso siembra dudas”, comentó la legisladora Gabriela Michelli (Compromiso para el Cambio). Por su parte, la diputada Beatriz Baltroc (Frente para la Victoria) aseguró que durante la votación del presupuesto de este año en ningún momento se
■ Los tres primeros asentamiento que serán erradicados están situados en Lamadrid y Pedro de Mendoza, en el barrio de La Boca; en la avenida Pinedo y Suárez, en Barracas, y un sector de la villa Rodrigo Bueno, también en La Boca, según adelantaron en Bolívar 1.
Cantidad ■ A mediados del año pasado la Defensoría del Pueblo de la Ciudad denunció que en los últimos cinco años habían surgido 24 nuevos asentamientos en la Capital.
Población
ARCHIVO
■ Según el último relevamiento, en los asentamientos de emergencia viven unas 12.000 personas, que sumadas a los habitantes que residen en las villas conforman un núcleo de unos 150.000 marginados.
El asentamiento situado en Pinedo y Suárez, en Barracas, será uno de los primeros que desaparecerán
presentó un programa para terminar con los asentamientos de emergencia. “No figura nada en el presupuesto. Los fondos para viviendas fueron planificados en programas a largo plazo, por eso nos extraña este tipo de anuncio. Sería bueno que informen a la Legislatura que tienen pensado hacer en los próximos meses para terminar con el problema de los asentamientos”, dijo la legisladora.
Diferencias Si bien el gobierno de Telerman lleva adelante un plan de urbanización de villas, los asentamientos de emergencia no están incluidos dentro de esos programas. Sucede que los asentamientos son conglomerados que, poco a poco, se fueron formando en terrenos donde es imposible su urbanización, ya sea porque están debajo de una autopista, al costado de las vías del ferrocarril o en un predio que fácilmente se inunda. La proliferación de villas de emergencia fue denunciada por la Defen-
Martes 13 de febrero de 2007
soría del Pueblo de la Ciudad que, a mediados del año pasado, difundió un informe en donde aseguraba que en los últimos cinco años surgieron 24 nuevos asentamientos en la Capital. En ese relevamiento, el ombudsman de la ciudad denunciaba que unas 12.000 personas viven en condiciones infrahumanas en terrenos que se fácilmente se inundan y en donde el lugar no permite su urbanización. Ayer, la Defensoría difundió un nuevo informe en el que indica que, durante el 2006, el tema vivienda estuvo al tope de las demandas vecinales y representó el 11,57 por ciento de las 91.789 demandas realizadas por los vecinos. El detalle indica que de las 924 pedidos que se formalizaron en esas oficinas sobre la crisis habitacional 581 fueron denuncias por demoras administrativas y otras cuestiones del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC); 232 por desalojos, y el resto por la creación de nuevos asentamientos, pedidos de viviendas y administración de terrenos fiscales, entre otras cosas.
Vecinos impiden obras en Soldati Rechazan a la gente de la villa El Cartón Más de cincuenta vecinos de Villa Soldati impidieron nuevamente el ingreso de las máquinas topadoras en el predio de la avenida Cruz y Varela, donde se edificarán las viviendas para las familias de la villa El Cartón que se quedaron sin casa, luego del incendio del jueves último, bajo la AU 7. Además presentaron un recurso de amparo y un petitorio con más de 3000 firmas para impedir que se construya el complejo de viviendas. Los vecinos de Villa Soldati están indignados desde que se enteraron que en el terreno que siempre pensaron que era de una empresa privada se van a levantar las 1100 viviendas que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene planeado construir en cuatro meses. Un vocero del Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas confirmó a LA NACION que, aunque las obras están frenadas, las viviendas estarán listas en cuatro meses. Susana Alarcón, una de las vecinas que no están de acuerdo con que allí vivan las familias de la villa, indicó que no quiere que se construyan allí las viviendas para esa gente, y agregó: “No discriminamos, pero no queremos que nos traigan otro asentamiento al barrio, porque estamos rodeados de villas, y cada vez hay más inseguridad”. Al entender de la ministra de Derechos Humanos y Sociales, Gabriela Cerruti, la situación entre los vecinos de Villa Soldati se había tranquilizado luego de haberse reunido el sábado con la gente del barrio para explicarles el tema de la construcción. La ministra explicó a LA NACION que los vecinos habían entendido mal y creían que construirían las vivien-
das transitorias en ese predio. “Les explicamos que allí construiremos un complejo de 1100 viviendas; 300 para el asentamiento y el resto para gente de Villa Soldati que tenga problemas habitacionales”. Aunque los vecinos reconocen que se pusieron al tanto del tema, y firmaron un documento que les comunicaba la construcción de las obras, Angélica, otra de las vecinas indignadas, explicó que lo que firmaron era “un simple papel sin importancia”, y que no por eso están de acuerdo con que la gente de la villa El Cartón viva allí. La subsecretaria de Promoción e Integración Social, Gabriela Groba, confirmó que anoche se reunían nuevamente “para refrescarles a los vecinos que el acta que firmaron el sábado los comprometía a formar una comisión de seguimiento del proceso de construcción y desarrollo de las viviendas”.
La Ciudad como querellante Tal como se anunció en nuestra edición de ayer, el procurador Agustín Zbar confirmó que se presentó ayer como querellante en la causa ante la jueza Fabiana Palmaghini, en representación del gobierno de la ciudad y de la empresa Autopistas Urbanas SA. Zbar señaló que les queda claro que el incendio fue intencional y quieren saber el móvil del hecho. La empresa se presenta por los daños que el incendio ocasionó a la estructura de la autopista y el gobierno porteño porque tiene la obligación de velar por los derechos de los ciudadanos y porque quiere participar de la investigación para acelerar el procedimiento.
Gabriela Oprandi
Un viaje al pasado junto al río Hay dos lugares de la ciudad donde viajar al pasado parece posible. Al menos, donde el tiempo parece haber retrocedido varias décadas. Se trata de una apariencia, claro, pero hay elementos para afirmar que las costaneras Norte y Sur se parePor Javier cen hoy mucho Navia más a lo que cada una de ellas fue hace mucho tiempo. Tanto, que la que durante décadas había permanecido olvidada y en un virtual abandono, ahora ha vuelto a ser uno de los paseos favoritos de los porteños. La otra, la que hasta no hace tanto era la linda y la que aglutinaba parte de la movida nocturna de la ciudad, está en proceso de perder sus encantos. La Costanera Norte fue hasta comienzos de los años 90 uno de los más especiales circuitos gastronómicos de Buenos Aires. En una ciudad que generación tras generación le daba cada vez más la espalda al río, comer, o bien, simplemente caminar frente al único sitio donde los porteños pueden ver el horizonte, era una salida con un auténtico valor agregado. Sin embargo, el tiempo de esplendor parece haberse acabado. Recorrer la zona es descubrir los tristes esqueletos de los que fueron algunos de los restaurantes más populares de la ciudad. “Negro el Once” puede leerse todavía en el frente de lo que hoy son sus ruinas. Pronto las tirarán abajo. A cada lado, ya hay otros terrenos despejados por las topadoras. Sólo un puñado de los tradicionales “carritos” sobrevive y casi ninguno está ahora pegado al otro. La circulación por el lugar nunca fue tan fluida y los acomodadores de autos ven menguar mes tras mes sus ganancias. Más cerca del Aeroparque, la preocupación es otra. La extensión de la pista y el nuevo anillo vial que unirá la autopista Illia con la avenida Lugones amenazan con hacer desaparecer los locales que aún perduran. En el gobierno porteño aseguran que todos están sujetos a expropiación y algunos contratos de concesión no serán renovados. En la vereda de enfrente crecen los nuevos carritos, similares a los que en los años 70 dieron origen a los restaurantes que hoy desaparecen. Hay más de una docena y ganan cada vez más espacio. El aroma único de las choriceadas lo sienten hasta los “soldados romanos” que caminan por el complejo Tierra Santa. En el Sur, la costanera que permaneció durante décadas olvidada detrás de un puerto parado, ha revivido. Miles de personas concurren a ella los fines de semana. Es casi imposible conseguir lugar para estacionar, y por la noche los autos circulan a paso de hombre. No es el esplendor que conoció en tiempos de la cervecería Munich, cuando el río aún bañaba sus playas de barro. Pero la proliferación de carritos, que también se da allí, recuerda lo que fue el comienzo de la expansión gastronómica en el Norte. Una revive; la otra languidece: los papeles se han invertido. Pero no es del todo un viaje al pasado. El río que nos sacaron no vuelve más.
[email protected]