TEJIDO OSEO Dentro de las variedades del TC denso, el tejido óseo por su composición es el que tiene mayor resistencia y rigidez, pero pese a su aspecto aparentemente estático, el hueso es un tejido marcadamente lábil y dinámico durante toda la vida. Función: Soporte de partes blandas Protección de órganos vitales (sistema nervioso central) Aloja la médula ósea Apoya a músculos esqueléticos Sistema de palancas Depósito de calcio, fósforo y otros iones (metabolismo) Funcionalmente el hueso puede ser dividido en un componente cortical (compacto) y un componente trabecular (esponjoso). La estabilidad estructural es proporcionada por el hueso cortical o compacto (comprende aproximadamente el 80% del esqueleto). En su interior transcurren los conductos de Havers a través de los cuales pasan los vasos sanguíneos longitudinales y los canales transversales de Volkmann que alojan ramificaciones vasculares. Alrededor de cada conducto de Havers se disponen láminas colágenas mineralizadas y concéntricas que constituyen el osteón u osteona que representa la unidad remodeladora del hueso cortical. El hueso esponjoso o trabecular consiste en una red de trabéculas o espículas orientadas en la dirección de las líneas de fuerza, que alojan la médula ósea. El área de superficie del hueso trabecular es mayor que la del hueso compacto y por consiguiente su papel principal es metabólico más que estructural.
Las cuatro actividades morfológicamente diferenciables del hueso son: Crecimiento, modelación, remodelación y reparación. El crecimiento (aumento de masa) y la modelación (características esculturales y orientación espacial de los huesos) tienen lugar antes del cierre del disco epifisario y ambos son responsables del desarrollo de los huesos fetales que tienen idéntica forma en los adultos. Si bien ambos mecanismos se asocian son independientes entre sí. La remodelación se produce durante toda la vida y está relacionada con la homeostasis mineral. Consiste en la unión de procesos de reabsorción y formación ósea. La reparación involucra tanto a micro como macrofracturas. Para lograr una mejor comprensión del tejido óseo analizamos en primer término su composición: Vimos que el TC denso se caracteriza por poseer mayor cantidad de SIC o MEC que células. 1
La SIC del hueso se llama matriz ósea y la misma tiene un componente orgánico constituido por fibras colágenas (tipo I) y mucopolisacáridos sulfatados y glucoproteínas y un componente mineral: fosfato de calcio. Las células que lo constituyen son: Células osteógenas u osteoprogenitoras que se diferencian en osteoblastos que forman la matriz ósea y cuando quedan atrapados en la misma se transforman en osteocitos necesarios para la estabilidad del hueso y finalmente los osteoclastos responsables de la resorción ósea.
TEJIDO OSEO MATRIZ
CELULAS
SIC O OSEA ORGANICA fibras colágenas mucopolisac. sulfatados glucoproteínas
INORGANICA
OSTEOGENAS
fosfato de calcio bicarbonato magnesio potasio sodio
OSTEOBLASTOS OSTEOCITOS OSTEOCLASTOS
HISTOLOGIA La arquitectura del hueso guarda cierta analogía con el cartílago en el sentido de que ambos poseen principalmente MEC y que sus células se hallan alojadas en cavidades llamadas lagunas, además ambos están cubiertos por una membrana de TC denso llamada periostio y pericondrio respectivamente. La diferencia radica que su MEC se halla calcificada lo que le confiere rigidez y resistencia para llevar a cabo su función. Estructuralmente todos los huesos están revestidos en sus superficies internas y externas por tejido conjuntivo que tiene células osteogénicas: el endostio y el periostio, respectivamente. Periostio: es esencial para la mantención del tejido óseo ya que en los puntos donde se pierde aparecen zonas de resorción ósea. Formado por TC denso, fibroso en su capa más externa y más rico en células y vasos en su capa interna lindante al hueso. Algunas fibras colágenas del tejido óseo se continúan con las del periostio constituyendo las fibras de Sharpey. Aloja las células osteógenas que son semejantes a los fibroblastos y se transforman en osteoblastos desempeñando un importante papel en el crecimiento y en la reparación de fracturas. Sus vasos se ramifican y penetran en los huesos a través de los conductos de la matriz ósea. Endostio: formado por células osteogénicas aplanadas, reviste las cavidades del hueso esponjoso, el conducto medular y los conductos de Havers y de Volkmann. MEC O SIC: se denomina matriz ósea y se halla compuesta por sustancia orgánica e inorgánica. La sustancia orgánica constituye el 23-24% del total de la matriz ósea y está constituida en un 88-89% por fibras colágenas de tipo I, elaboradas y secretadas por
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los osteoblastos por el mismo mecanismo que los fibroblastos; además contiene mucopolisacáridos sulfatados y glucoproteínas. Las sales de calcio se precipitan en la misma, proceso que se denomina calcificación. El componente inorgánico de la matriz ósea constituye el 76-77% restante y se halla compuesto por fosfato de calcio que forma cristales de hidroxiapatita en forma de agujas o tabletas alargadas dispuestas entre las fibrillas de colágeno y la sustancia amorfa (resistencia) mas otras sales como bicarbonato, magnesio, potasio sodio, citratos. Células: Osteoblastos: son células redondas o irregulares con núcleos excéntricos que al igual que el citoplasma son basófilos. La basofilia del citoplasma se debe a su alto contenido en RER y pilas de AG porque son células secretoras. Se disponen en la superficie de las trabéculas uno al lado del otro con prolongaciones citoplasmáticas que los unen entre sí; dichas prolongaciones son las responsables de la futura formación de conductillos. Su función consiste en formar fibras colágenas de tipo I, proteoglucanos, glucoproteínas y la concentración del fosfato cálcico con la consecuente mineralización del hueso. Los osteoblastos activos tienen forma cuboide con citoplasma basófilo mientras que los inactivos son aplanados disminuyendo la basofilia. A medida que producen la matriz se van aislando y se constituyen en osteocitos. La matriz depositada alrededor del cuerpo celular forma la laguna mientras que la que lo hace alrededor de las prolongaciones citoplasmáticas forma la pared de los conductillos. La matriz recién formada y no calcificada se denomina matriz o sustancia osteoide. Menos del 30% de los osteoblastos se transforman en osteocitos (en aproximadamente 3 días), un 6% se mantienen en hileras sobre la superficie de las trabéculas y el resto muere por apoptosis. Los osteoblastos periféricos se mantienen unidos por prolongaciones con los osteocitos incorporados en la matriz. Osteocitos: Constituyen el grupo más numeroso de las células del hueso (95%) y ocupan las cavidades o lagunas de la matriz ósea, en las preparaciones comunes solo se ven sus núcleos. Son células planas en forma de almendra con núcleos densos, pequeño RER y AG, con prolongaciones citoplasmáticas con uniones comunicantes (gaps) que permiten el flujo de hormonas y de iones entre sí. En el espacio que queda entre las prolongaciones citoplasmáticas y la pared de los conductillos y las lagunas circula líquido tisular que transporta sustancias nutrientes y metabolitos. En el hueso nuevo los osteocitos y las lagunas son más grandes lo que sugiere que durante un breve período añaden SIC a las paredes de sus lagunas. Los osteocitos actúan a través del sistema lacuno-canalicular como sensores de las fuerzas mecánicas a través de integrinas de sus membranas que reconocen los cambios de presión del líquido que circula por los mismos, convirtiendo
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esa señal física en señal bioquímica que actuaría sobre la actividad de las células efectoras osteoblastos y osteoclastos en la remodelación ósea. Tienen una vida media de 25 años y el número de osteocitos muertos aumenta con la edad, desde el 1% al nacer a más del 75% en la senectud. Mecanismo de calcificación del hueso: los osteoblastos y los osteocitos son esenciales para la calcificación del hueso. El calcio que se deposita en el hueso llega a través del torrente circulatorio y pasa desde los capilares al líquido tisular. Vimos que en el tejido cartilaginoso cuando los condrocitos secretan FA la MEC que los rodea se calcifica, pues bien, en el hueso sucede algo similar: los osteoblastos secretan FA en abundancia. En condiciones normales hay iones suficientes de calcio y fosfato en la sangre y en el líquido tisular de manera que si se añaden mas iones de calcio y fosfato estos precipitan en forma de fosfato de calcio, requiriendo además un medio alcalino. La FA liberaría los fosfatos de complejos orgánicos preexistentes (hexosafosfatos y glicerofosfatos) en el lugar elevando la concentración de los mismos que precipitarían con el calcio en la matriz que rodea las células. La precipitación se hace en forma de cristales de hidroxiapatita que en forma de agujas, bastones o túbulos se distribuyen de manera lineal a lo largo de las fibrillas de colágena o incluso dentro de las mismas. Es probable que el lugar destinado al mineral en la sustancia orgánica deba estar relacionado con el agua del mucopolisacárido sulfatado, cuya cantidad disminuye después de la calcificación y que le forma una capa de hidratación que facilita el intercambio de iones entre el cristal y el líquido intersticial. Osteoclastos: son células móviles, grandes, multinucleadas, en general con 6-12 núcleos (hasta 50) semejantes entre sí y que en las células jóvenes son ovoides con membranas nucleares lisas, cromatina regular en gránulos finos y 1 o 2 nucléolos. En los osteoclastos viejos las membranas nucleares aparecen contraídas, los núcleos son oscuros e incluso picnóticos. El citoplasma de los mas jóvenes puede ser basófilo pero en general es eosinófilo, en algunos de aspecto espumoso. Ocupan pequeños huecos en la superficie del hueso denominados lagunas de Howship. Poseen un borde estriado o en cepillo en la superficie expuesta al hueso que al ME corresponde a numerosas salientes de tipo velloso que se doblan y entremezclan entre sí de manera irregular y en cuya base se observan invaginaciones tubulares de la membrana celular que se extienden hasta la periferia del citoplasma y que en los cortes forman vesículas o invaginaciones abiertas. El borde estriado carece de organelas pero entre el mismo y el núcleo hay abundantes mitocondrias lo que indica que el osteoclasto es una célula muy activa. Hay poco RER y abundante AG del cual se organizan tres tipos de vesículas: a- gránulos oscuros o lisosomas b- vesículas más grandes y más pálidas y c- vesículas cubiertas.
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Los gránulos oscuros contienen FA y las vesículas contendrían enzimas hidrolíticas. La actividad de los osteoclastos está relacionada con la resorción (destrucción) del hueso. Ellos secretan ácidos, colagenasa y otras enzimas que atacan la matriz ósea liberando el calcio y fagocitan los restos de la misma. La resorción del hueso incluye tanto la eliminación de la sustancia mineral como de la sustancia orgánica constituida en su mayor parte por colágena. Los osteoclastos producirían un ambiente local lo suficientemente ácido en la superficie del borde fruncido para hacer que las sales óseas actúen como amortiguadores resultando una sal de fosfato cálcico mucho más soluble que antes. Las enzimas proteolíticas de las vesículas afectarían a los mucopolisacáridos de la matriz orgánica. Los osteoclastos son células que no se dividen y corresponden a fusión de otras. Tendrían doble origen por un lado a partir de células osteoprogenitoras u osteógenas y por otro por fusión de macrófagos provenientes de la sangre o de la médula ósea. Células osteógenas u osteoprogenitoras: se encuentran en la capa profunda del periostio y durante el período de crecimiento darán origen a los osteoblastos que añaden hueso a la superficie (anchura), mientras que las que se encuentran en el endostio serán las precursoras de los osteoclastos que erosionan la superficie interna de la diáfisis y aumentan la cavidad medular. Las células osteógenas en la superficie del hueso en reposo son aplanadas y cuando ocurre crecimiento se observan mitosis que indican proliferación de las mismas que se diferencian en osteoblastos. Las células osteoprogenitoras que se encuentran en un ambiente vascular se diferencian en osteoblastos, mientras que las alejadas de los vasos se diferencian en condroblastos. La glándula paratiroides produce una hormona paratiroidea que actúa sobre las células que revisten o recubren las superficies óseas estimulando la formación de osteoclastos que resorben hueso de manera activa aumentando la concentración de calcio en la sangre e impide la diferenciación en osteoblastos por lo tanto no se forma hueso nuevo. La calcitonina producida por las células parafoliculares de la glándula tiroides es secretada cuando aumenta la concentración sanguínea de calcio por encima de su valor normal y su acción se ejerce por un lado estimulando la actividad osteoblástica que forma nuevo hueso que absorberá el calcio de la sangre y disminuirá los procesos de resorción del hueso. De acuerdo a la disposición de la MEC y de las células, el hueso se clasifica en: Hueso compacto, denso o cortical: sin cavidades visibles. Rodea las epífisis y forma prácticamente toda la diáfisis (excepto alrededor del conducto medular) Forma las tablas interna y externa de los huesos planos (diploe). Constituye la osteona u ostión, unidad remodeladora del hueso formada por los conductos de Havers rodeados de láminas concéntricas de hueso calcificado y comunicados entre sí por los canales de Wolkman. En la imagen se observa un conducto central rodeado de láminas concéntricas de hueso calcificado, se ven las lagunas con los osteocitos y los conductos que rodean sus prolongaciones.
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Hueso esponjoso: forma las epífisis y centro de los huesos cortos y planos y presenta cavidades que contienen la médula ósea (roja y amarilla). Las trabéculas forman redes y en su superficie se disponen los osteoblastos mientras que en las lagunas se hallan los osteocitos, todos comunicados entre sí a través de los canales que rodean sus prolongaciones. En la imagen las trabéculas están teñidas de rosa y las puntas de flecha señalan las lagunas con osteocitos y las flechas señalan los osteoblastos dispuestos en la periferia de la trabécula. El espacio que queda entre las trabéculas corresponde a médula ósea adiposa en la que también se ven vasos sanguíneos. Hueso primario o inmaduro: carece de disposición laminar y contiene menor cantidad de minerales. Presenta fibras colágenas dispuestas en distintas direcciones; es el primero que se forma. Hueso secundario o maduro o laminar: organizado, con sistemas haversianos desarrollados, hueso adulto. EMBRIOLOGIA El tejido óseo se forma en el embrión a partir del mesénquima y utiliza un molde de cartílago desarrollado en sus comienzos desde las células mesenquimatosas de las somitas (esclerotoma) y de membranas. Al término de la 4ª semana del desarrollo se forman los esbozos, yemas o primordios de las extremidades que aparecen como apéndices o evaginaciones de la pared ventrolateral del cuerpo, constituidas por un núcleo central de mesénquima derivado del mesodermo el que formará hueso, cartílago y tejidos conectivos de la extremidad, cubierta a esta altura de un ectodermo cúbico que dará origen a la piel. Las células del mesénquima se condensan, se hacen muy numerosas y en su parte central se van separando cada vez mas entre sí porque comienzan a producir SIC y finalmente se convierten en condrocitos (6ª semana); como resultado de la diferenciación continua de las células mesenquimatosas se forman los moldes cartilaginosos en los que se formará el futuro hueso. El mesénquima que rodea los moldes dará origen al pericondrio con dos capas, una externa fibrosa que formará colágeno y una interna celular con células potencialmente formadoras de cartílago. El molde aumenta de longitud por crecimiento intersticial y en anchura por mecanismo de aposición (repasar crecimiento de cartílago). En los extremos del hueso lo hace por crecimiento intersticial. En la parte central del molde los condrocitos crecen, se hipertrofian, disminuye la SIC entre ellos y producen fosfatasa alcalina (FA) y se calcifica la SIC y los condrocitos mueren porque no reciben
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suficiente nutrición. La SIC comienza a desintegrarse dejando cavidades dentro de la misma. Al mismo tiempo el sistema vascular se va desarrollando e invade el pericondrio y el aporte de 02 hace que las células de su capa interna empiecen a diferenciarse en células óseas: osteoblastos y osteocitos formando una capa delgada de hueso (como una cáscara) alrededor de la diáfisis (tallo) del modelo cartilaginoso y el pericondrio vascularizado se transforma en periostio. En los lugares donde el cartílago calcificado comienza a desintegrarse los capilares se movilizan desde el periostio acompañados de células osteogénicas y osteoblastos constituyendo lo que se llama yema perióstica. Cuando estas yemas alcanzan el interior del modelo cartilaginoso constituyen un centro de osificación, que significa que a partir de este lugar comenzará a formarse hueso que sustituirá al modelo cartilaginoso. El primer hueso que se forma se deposita sobre los residuos cartilaginosos. Por otro lado, a cada lado del modelo el cartílago joven continua creciendo por el mecanismo intersticial y así aumenta la longitud del modelo pero las células cartilaginosas que están cerca del hueso en formación van madurando, produciendo FA, la SIC se calcifica y los condrocitos mueren. La SIC calcificada se desintegra y las cavidades que dejan son rápidamente invadidas por brotes de capilares con células osteoprogenitoras y osteoblastos que migran desde el centro de osificación y forman hueso en los residuos cartilaginosos que quedan. Así el cartílago es destruido en el frente de osificación con la misma velocidad que crece por crecimiento intersticial en el extremo del modelo. El aumento de la osificación en la parte media del hueso da por resultado la formación de la cavidad medular. Las células osteogénicas siguen añadiendo hueso a los lados del modelo que crece en anchura y se vuelve así mas fuerte mientras que en el centro se vuelve poroso porque se resorbe y deja una cavidad llamada cavidad medular que pronto se llena de tejido mieloide (médula ósea). El centro de osificación desarrollado en la parte media constituye el centro diafisario de osificación que dará origen a la diáfisis del hueso. En los huesos más largos del cuerpo se desarrollan otros centros en los extremos de los modelos cartilaginosos llamados centros epifisarios de osificiación (epífisis = en la punta) que originarán mas tarde las epífisis óseas. El desarrollo de los centros comienza cuando los condrocitos maduran, la SIC se calcifica y los capilares junto a las células osteogénicas invaden las cavidades, de modo que la osificación se extiende en todas las direcciones hasta detenerse cuando sustituye todo el cartílago epifisario quedando solo una delgada capa que forma el cartílago articular y otra en forma de disco o placa transversa que se extiende de un lado al otro del hueso hasta que ha terminado el crecimiento longitudinal post-natal de los mismos denominado disco o placa epifisaria. El disco epifisario y la parte de la diáfisis adyacente al mismo constituyen los que se llama zona de crecimiento del hueso largo que en los niños es un sitio de gran actividad celular en el que se consideran simultáneamente diversos procesos: crecimiento intersticial, maduración, calcificación y muerte de los condrocitos, desintegración del cartílago, formación, calcificación y destrucción del hueso. Constitución de la placa epifisaria: desde la epífisis hasta la diáfisis. 1- Zona de cartílago en reposo, adyacente a la epífisis. 2- Zona de cartílago proliferativo. 3- Zona de cartílago en maduración. 4- Zona de cartílago calcificado.
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1- No participa en el crecimiento de la placa epifisaria y sirve para fijarla al hueso de la epífisis. Tiene 1 condrocitos de moderado tamaño dispersos irregularmente en la SIC, 2 la que difunde las sustancias que alimentan a las células de las otras zonas. 3 2- Células cartilaginosas jóvenes en proliferación constituyen columnas como pilas de moneda, pueden 4 verse mitosis. La función es sustituir las células que mueren en la superficie diafisaria. 3- Las células maduran y aumentan su tamaño, ocupan más espacio, por lo tanto agrandan el disco epifisario en sentido longitudinal y producen FA. 4- Descansa directamente sobre el hueso de la diáfisis, de espesor irregular con SIC calcificada y células muertas. El cartílago comienza a descomponerse y desintegrarse y deja cavidades que son invadidas por capilares y células osteógenas que depositarán hueso. Esta es una zona de osteogénesis activa. Al estar calcificados los huesos tienen que remodelarse para crecer y formar tejido óseo nuevo, para lo cual se reabsorbe parcialmente el tejido ya formado. Crecimiento del hueso como un todo: El crecimiento longitudinal del hueso depende del crecimiento intersticial del cartílago epifisario sobre el cual se forma hueso por aposición al mismo ritmo. Las falanges (huesos cortos) no desarrollan centros de osificación, dependen del crecimiento intersticial del cartílago en sus extremos, siendo reemplazado a partir del centro diafisario y cuando termina el crecimiento el cartílago queda reducido a la superficie articular. En los huesos largos el crecimiento intersticial del cartílago del disco epifisario permite el crecimiento longitudinal de la diáfisis. En estos huesos los centros de osificación epifisarios permiten el crecimiento del tamaño de las epífisis tanto en anchura como en altura. Las diáfisis de los huesos largos hacen un embudo a medida que se acercan a las epífisis de modo que muchos de ellos tienen un diámetro mayor en la metáfisis (zona intermedia entre diáfisis y epífisis) que en su parte media. En tanto el hueso crece longitudinalmente el diámetro ensanchado de la diáfisis se mantiene porque se resorbe de manera continua en su superficie interna. En la zona del cartílago en maduración, los condrocitos se disponen en filas longitudinales separadas entre sí por SIC. Las células están contenidas en túneles longitudinales cuyas paredes están constituidas por la SIC; cuando las células mueren esta sustancia se desintegra y se forman túneles más grandes que son invadidos por capilares, células osteógenas y osteoblastos. Los osteoblastos tapizan las paredes de los túneles depositando hueso en los mismos mientras los capilares ocupan el interior de los túneles. En la periferia del disco epifisario se depositan capas sucesivas de hueso dentro de túneles más grandes formados por fusión de otros más pequeños lo que estrecha las luces de los túneles más grandes y las diversas capas de hueso que se forman en ellos les da un aspecto laminar a sus paredes engrosadas.
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Las células osteógenas del túnel proliferan por mitosis, algunas se diferencian en osteoblastos y luego en osteocitos que se rodean de SIC. Esto da por resultado una capa laminar de huesos depositada dentro del túnel. Las células osteógenas que quedan para revestir el túnel repiten el procedimiento de manera que se deposita una nueva capa de hueso y así sucesivamente varias capas hasta que el túnel se reduce a un conducto estrecho que contienen un vaso sanguíneo y algunos osteoblastos o células osteógenas. Esta distribución de un canal rodeado de capas concéntricas de hueso se llama sistema de Havers u osteón que son unidades de estructura del hueso compacto o denso. Cada conducto contiene uno o dos vasos que son los encargados de nutrir a los osteocitos de las láminas o capas circundantes. “Un sistema de Havers se desarrolla por medio de llenado de un túnel desde su interior con capas concéntricas de hueso”. El hueso largo crece en anchura depositándose nuevas capas de hueso en la parte externa de la diáfisis, al mismo tiempo que se reabsorbe en su cara interna. El crecimiento es por aposición a partir del periostio. La superficie de la diáfisis no es uniforme sino que presenta una serie de pliegues longitudinales con surcos entre ellos cubiertos por células osteógenas y osteoblastos del periostio que se extienden hasta el fondo de los mismos. Los osteoblastos que cubren los pliegues proliferan y algunos depositan hueso de modo que los bordes se va extendiendo gradualmente y se acercan hasta ponerse en contacto formando un túnel. Como el surco estaba revestido también por periostio con sus vasos y células ahora tiene un revestimiento de osteoblastos y un vaso sanguíneo en su interior y por ende se convertirá en
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sistema de Havers. De esta manera se añaden nuevos sistemas de Havers a la periferia de la diáfisis por debajo del periostio. Cuando disminuye en intensidad el crecimiento óseo en anchura la superficie de la diáfisis se hace mas lisa y el crecimiento por aposición se hace por capas óseas uniformes y lisas llamadas laminillas circunsferenciales que tienden a rodear toda la diáfisis. El crecimiento del hueso por depósito en la parte externa se acompaña simultáneamente por resorción en la parte interna de modo que a medida que se van añadiendo nuevos sistemas de Havers los ya formados quedan en situación profunda, los vasos periósticos que constituyen los conductos haversianos ocupan los conductos de Volkmann que reúnen los sistemas haversianos en ángulo recto. Los osteoblastos que recubren las superficies externas e internas del hueso, una vez que éste alcanza su anchura total, proliferan añadiendo laminillas circunsferenciales externas e internas para alisarlas. Los huesos planos crecen por formación de tejido óseo desde el periostio de las suturas y cara externa del hueso. En la cara interna se produce la reabsorción. Osificación: significa formación de hueso. Puede ser endocondral o intramembranosa. La primera utiliza un molde de cartílago y corresponde a la descripta en embriología, por la cual se forman los huesos, crecen en altura y en anchura, se forma el esqueleto y se reparan las fracturas Consta fundamentalmente de dos procesos: 1º el cartílago hialino se modifica produciendo la hipertrofia de los condrocitos con reducción de la matriz cartilaginosa a finos tabiques, su mineralización y muerte de los condrocitos y 2º la invasión de las cavidades por capilares y células osteógenas y osteoblastos que producen matriz ósea sobre los tabiques del cartílago calcificados que le sirven de puntos de apoyo. La osificación intramembranosa se observa en los huesos del cráneo y se realiza a partir del mesénquima, generalmente en dos centros para cada uno de los huesos de la bóveda craneal. Un grupo de células se transforma es osteoblastos que producirán matriz ósea y se transformarán en osteocitos mientras que otros se constituirán en células madre (osteogénicas) que se mantienen por sí mismas para abastecer nuevos osteoblastos a la región. Las células osteógenas y osteoblastos se mantienen unidos a los bordes del hueso ya formado y la matriz ósea que forman constituye una red de trabéculas o espículas que forman hueso esponjoso, en cuya superficie se observan los osteoblastos y en su interior tienen lagunas que contienen osteocitos; esta disposición en trabéculas finas les permite a los osteocitos su nutrición ya que la misma llega a través de los canalículos. La palpación del cráneo del recién nacido descubre zonas blandas o fontanales en las que las membranas conjuntivas no están todavía osificadas. FRACTURA En el lugar de la fractura ocurren los siguientes acontecimientos: 1º- hemorragia por destrucción de huesos y vasos 2º- reabsorción del coágulo y restos de tejido por macrófagos 3º- desde el periostio y el endostio migran células osteogénicas que proliferan y forman un collar alrededor de los cabos o extremos de la fractura manteniéndolos unidos 4º en el mismo aparecen focos de formación de cartílago (zonas alejadas de los vasos) donde se producirá osificación endocondral y focos de osificación intramembranosa (regiones mejor irrigadas) constituyendo el callo óseo que en un principio consiste en hueso primario o inmaduro, desordenado. Cuando se vuelve a la actividad las tracciones y presiones producen la remodelación del hueso así formado.
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El esqueleto tiene el 99% del calcio del organismo constituyendo la principal fuente de reserva y almacenamiento. El calcio en la sangre (calcemia) interviene en múltiples sistemas enzimáticos con relación a la contracción muscular y a la transmisión del impulso nervioso. En el medio extracelular interviene en proceso de coagulación, adhesión celular y en la respuesta del músculo liso al estímulo nervioso. Existe un intercambio continuo entre el calcio de los huesos y la sangre manteniendo su valor constante en el plasma. Durante el crecimiento es necesario el aporte de proteínas con cuyos AA las células formarán colágeno; aporte de calcio; aporte de vitamina B estimula la absorción del calcio en el intestino delgado y aporte de vitamina D que actúa en el ámbito de ADN de las células del revestimiento del intestino delgado que induce a la producción de ARN mensajero que codifica la proteína transportadora de calcio a través de la membrana celular. La falta de calcio produce raquitismo en el niño donde la matriz ósea no se calcifica normalmente alternado el crecimiento y produciendo deformidades óseas. En el adulto produce osteomalacia, calcificación deficiente de la matriz neoformada con fragilidad ósea. La osteoporosis es la disminución de la matriz ósea. La vitamina A se relaciona con la actividad y distribución de los osteoblastos y osteoclastos. El déficit de vitamina C disminuye la síntesis de colágeno. La hormona del crecimiento (hipófisis) actúa sobre el disco epifisario, su disminución produce el enanismo y su aumento antes del cierre del cartílago, produce gigantismo y en el adulto acromegalia. El hígado también interviene a través de las somatomedinas sobre el disco epifisario y las hormonas sexuales son estimuladoras de la formación de hueso. BIBLIOGRAFIA: Tratados de Histología de Ham y Junquiera Atlas de Histología de FCS UNER
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