Spinetta, ese amigo del alma

A la hora de trazar una relación en- tre el rock argentino y la literatura, el nombre de Luis Alberto Spinetta es uno de los primeros en emerger. Su obra musical ...
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espectáculos

| Sábado 12 de abril de 2014

Spinetta, ese amigo del alma

tributo. Lito Vitale lo homenajea en el marco del Encuentro Federal de la Palabra

La música de las palabras

Sebastián Espósito LA NACIoN

A la hora de trazar una relación entre el rock argentino y la literatura, el nombre de Luis Alberto Spinetta es uno de los primeros en emerger. Su obra musical está cruzada por autores, textos y experiencias literarias y ese es el puntapié para Spinetta y el lenguaje del cielo, el homenaje que Lito Vitale le rendirá esta tarde, a las 17.30, en el marco del Encuentro Federal de la Palabra, en Tecnópolis. “Produje un tributo a Luis Alberto Spinetta en febrero del año pasado, en Villa Gesell, al cumplirse un año de su muerte –comenta Vitale–.Tuvo un muy buen recibimiento por parte del público, gustó y la gente de Igualdad Cultural, que me encargó ese evento, ahora me volvió a convocar. Me pareció que no tenía sentido repetir aquel homenaje, que se llamó Alma de diamante. Perdía sentido y al tratarse del Encuentro Federal de la Palabra, qué mejor que aprovechar que Spinetta era un artista tan leído e influido por la palabra y rendirle homenaje conectando la literatura con su obra.” No estará solo Lito Vitale en este nuevo tributo a ese amigo del alma que es el Flaco Spinetta. El pianista armó una banda para la ocasión con músicos que integraron diferentes formaciones del ex Almendra, Pescado Rabioso e Invisible: Jota Morelli en batería, Guillermo Arrom en guitarra, Leo Sujatovich en teclados, Machi Rufino en bajo e Isabel de Sebastián en voces. Junto a ellos participará una lista de bandas, “más alternativas que las que participaron del tributo anterior”, sostiene Vitale. Se trata de Eruca Sativa, Rosal, Guillermo Beresñak, Rayos Láser, Aqualáctica, Huevo,

Spinetta y el lenguaje del cielo Hoy, a las 17.30. Hasta el 20 también puede visitarse una muestra fotográfica dedicada a Spinetta. Darío Sztajnszrajber El filósofo cruza a Platón, Nietzsche y Derrida con clásicos del rock argentino interpretados por una banda en directo. Hoy, a las 16. Tecnópolis Gral. Paz y Constituyentes. La entrada es gratuita.

Luis Alberto Spinetta Benito Cerati, Luna y Mateo Sujatovich. También participarán Palo Pandolfo, Bersuit Vergarabat, Dread Mar-I, Javier Malosetti, Willy Crook, Nico Cota y Gonzalo Aloras. En tanto, la actriz Virginia Innocenti leerá poemas de Spinetta. Artaud “La obra de Luis siempre te conecta con lo más profundo de tu ser. Para mí significa recordar la etapa en la que decidí dedicarme a hacer música”, señala Vitale. Y parte importante de esa decisión es Artaud, disco que el Flaco Spinetta editó en 1973 bajo el paraguas de Pescado

archivo/soledad aznárez

Rabioso y dedicó a la obra del poeta surrealista francés Antonin Artaud. “Vamos a tocar ese álbum completo –agrega el pianista–, que es la mayor referencia literaria expresada por Spinetta en su obra, y otras canciones. Le metimos mucho ensayo. Las músicas de Luis no son simples. Algunos temas los encaramos en versiones parecidas a las originales, pero otros no. Los chicos de Acualáctica, por ejemplo, tienen una versión increíble de «Mi elemento» que va a sorprender a muchos.” Dividido en varios segmentos, el concierto contará, además de con la interpretación íntegra de Artaud,

con otros clásicos del repertorio spinetteano, entre los que se distinguen las canciones influidas por las lecturas de Carlos Castaneda y temas de sus distintas etapas. “No seas fanática”, “Fermín”, “Alma de diamante”, “Lejísimo” y “Durazno sangrando” serán de la partida. Vitale, quien el próximo miércoles –a las 19.30– se presentará en la Biblioteca Nacional en el Día de Concientización sobre el Autismo, también se sumará a tocar con las bandas invitadas. Con Rosal interpretará “Un viento celeste” (de Jade) y con la banda cordobesa Rayos Láser y Benito Cerati, “La bengala perdida”. Luis Alberto Spinetta vuelve a ser protagonista de un nuevo y merecido homenaje. Como en cada uno de ellos, los músicos consagrados y los emergentes coinciden en darle las gracias a ese Flaco genial.ß

García Pintos, Palomino y el director Graciosi

martín felipe/afv

La clase media, retratada homenaje. A 50 años de su estreno, se

repone un clásico de Roberto Cossa

Carlos Pacheco PARA LA NACIoN

Este año se conmemoran cincuenta años del estreno de Nuestro fin de semana, la primera obra de Roberto “Tito” Cossa, y el Complejo Teatral de Buenos Aires decidió homenajear al autor reponiendo este texto, sin dudas uno de los más emblemáticos de la década del 60. El espectáculo se dio a conocer en marzo de 1964, con dirección de Yirair Mossian, y fue interpretado por el Teatro de Jóvenes en la sala Río Bamba. En su elenco se destacaban intérpretes como Juan Carlos Gené y Federico Luppi. En oportunidad de su estreno, Samuel Eichelbaum sostuvo: “Cossa logra una obra de auténtica actualidad en nuestro medio que no es una pintura costumbrista de la clase media en Buenos Aires, pero sí su descripción existencial”. El investigador Luis ordaz, por su parte, escribió: “Se ve a Cossa hondamente preocupado por los pequeños anhelos y las frustraciones tremendas de la gente que vive y padece en su cercanía”. Y agrega: “Componentes de una clase media zarandeada y maltratada hasta conducirla al desánimo y la desesperanza, pero tan tenaz y valerosa a la vez”. La acción transcurre en un barrio de San Isidro. Los dueños de casa, Raúl y Beatriz, deciden compartir un fin de semana con amigos y vecinos. Mientras las horas trascurren, el espectador tomará contacto con la realidad de cada una de esas criaturas, desesperadas por alcanzar un bienestar que se les va de las manos. De ayer a hoy Interpretada por Juan Palomino, Alejo García Pintos, Victoria Carreras, María Carámbula, Patricia Durán, Gabriel Fernández, Tamara Garzón, Federico Alí y Juan Manuel Romero y, con dirección de Jorge Graciosi, la pieza sube a escena en el Teatro Regio. “Me gusta la investigación, rescatar algunos textos, refrescarlos”, señala Graciosi, un director cuya producción, desde 2002, se destaca por la variedad de títulos reconocidos de la dramaturgia nacional, tanto clásica como contemporánea. Ésta es la octava pieza que dirige de Cossa; sin dudas, encuentra en el mundo del autor una proximidad muy conmovedora. “Me ayuda también la amistad que hemos construido. Es como el hermano mayor que no tuve”, confiesa. Respecto de la vigencia de Nuestro fin de semana, el director reconoce: “La historia de los sueños y las frustraciones de la clase media va a seguir toda la vida. Son pequeños antihéroes que nunca dan un portazo, que llegan hasta ahí, emocional y económicamente. Tito escribió esta obra en los 60. Veníamos del 55, con una clase media que había perdido uno de sus sueños de independencia después de la industrialización del país y cuando todo el mundo se quería independizar; incluso los intelectuales tenían sueños de aires distintos. Habíamos pasado la revolución cubana, después vino el Mayo francés. Había sueños postergados y, lamentablemente, no se pudieron cumplir. Decidí ubicar la acción de la obra en esa década. Tito retocó el texto. Hoy hay cosas que se deben entender desde la platea y no decirlas desde el escenario”. A dos actores nacidos en la década del 60, Juan Palomino y Alejo García Pintos, les toca, en esta oportunidad, representar esa época. “En algunos casos, me reconozco; en otros, he sido atravesado por la memoria y veo a mi familia –dice Palomino–. No siento parentesco con mi personaje, porque no está sostenido con fuertes convicciones. Lo que sucede está en el interior de esas conductas y ése es el gran desafío de la obra y la gran trampa. Uno tiene que te-

ner la suficiente fuerza emocional para encarar esto que, aparentemente, es una fotografía y de ahí debe salir una mano que golpee al espectador.” “En verdad estaba muy alejado de esa idiosincrasia y de esa clase media –explica García Pintos–. Empecé a investigar la época y descubrí una sociedad acartonada, pacata. Ves fotos y lo único loco que hay, en contraposición, son los Beatles. Traté de llegar, aunque sea lateralmente a ese mundo, a esos silencios, a esas pausas, a esas incomodidades que dicen unas cosas, pero que expresan otras. Ese fin de semana va a transformar a todos de una manera muy simple, muy reconocible para cualquier espectador.” Raúl, el personaje que recrea Palomino, es un vendedor de máquinas de escribir que busca independizarse y ser dueño de una pequeña empresa. “Él no tiene una formación sociológica o política –aclara el actor–. Es como Willy Loman [el personaje de La muerte de un viajante, de Arthur Miller], muy vulnerable a lo que le puede ocurrir.” En contraposición, Carlos, el rol de Alejo de García Pintos, “es un personaje satélite –así lo define el intérprete–, es culturalmente más formado, es un soñador, un buscavidas y, a la vez, un gran miedoso, como el argentino medio [se ríe]. Dice que va a hacer esto, lo otro, pero vuelve cíclicamente al punto cero”. El lugar de la clase media Revisar Nuestro fin de semana implica necesariamente observar a la clase media argentina al cabo de las décadas. “La clase media se agrandó –explica Jorge Graciosi–. En ese momento, era una clase que había nacido casi en ese tiempo. La clase de los hijos de inmigrantes que llegaron, algunos, a ser profesionales. Ahí nació la clase media porteña y la del conurbano. Pero ahora se agrandó. Tenés la clase media media, la media baja, la media alta, la más o menos alta. Es muy difícil de abarcar. Pero todas ellas tienen sueños de progreso social. También podríamos decir que se agrandó el conflicto. Algunas quieren la tarjeta de crédito, pero otras tienen sueños a nivel educacional, de salud. Desde el estreno de la pieza pasaron 50 años y pasó de todo en el país, hasta una dictadura terrible. Hasta el rol de la mujer cambió. En la obra, ninguna mujer trabaja y esos matrimonios no lo pasan bien económicamente. Son mujeres sumisas y hoy eso se revirtió totalmente.” “Es que la situación más cómoda es el statu quo –explica Juan Palomino–. Si me arriesgo, piensa la clase media, voy a correr riesgo y le voy a echar la culpa al país. Así seguimos hoy y eso está en la obra: «Este maldito país». Dirían las mujeres: «Si estamos bien así. No hagamos locuras». Por otro lado, los sectores medios son los más adecuados para contar una historia. Definen elecciones, condiciones estéticas. De esos sectores salen también los emergentes culturales y artísticos.” “El gran tema es que la clase media argentina no puede avanzar y se queda en su pequeño mundito –sintetiza Alejo García Pintos–. La pasión termina convirtiéndose en una necesidad no básica. Lo ves actualmente. La policía hace paro y es un escándalo nacional, y paran los docentes y son unos locos. Es una clase que se especializa en cultivarse para poder decir, protestar. Y, en otros momentos, es una mayoría silenciosa que no entendés. Y definen elecciones.” Un fresco sobre la argentina sesentista volvió a escena. Imposible será que no reflexionemos sobre nuestra condición de clase.ß

Nuestro fin de semana De Roberto Cossa Teatro Regio, Córdoba 6056. Jueves a sábados, 20.30; domingos, 19.30.