Rutas: peligroso acoso visual El saqueo de la Anses

por la práctica de un utilitarismo partidista al servicio de intereses particulares, de clases, de grupos o de movimientos. Es necesario que el orden jurídico se ...
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eDITORIALeS | CARTAS

| Lunes 19 de enero de 2015

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre

El saqueo de la Anses por el propio Estado Mala administración, demagogia, subsidios insostenibles e incumplimiento de fallos plantean un futuro muy oscuro para los actuales y los futuros jubilados

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a sangría de los fondos destinados a los jubilados no cesa, con el agravante de que ese dinero no va a parar a los bolsillos de quienes deberían ser sus únicos destinatarios ni a inversiones para poder abonarles a los actuales aportantes y a los futuros beneficiarios del sistema. Como ocurre desde hace años, ese dinero lo pide prestado el Gobierno, mientras sigue demorando el pago de las sentencias ganadas por los jubilados para que les actualicen sus paupérrimos haberes. Al mismo tiempo, el Gobierno se dio el lujo de lanzar una nueva moratoria, que estará abierta hasta septiembre del año próximo, que permite jubilarse a hombres y mujeres que no reúnen los 30 años de aportes mínimos. Una vez aprobada la jubilación por moratoria, los beneficiados tendrán que pagar la primera cuota, mientras que las restantes las deducirá la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) de los haberes previsionales. En total son 60 cuotas que se ajustan cada seis meses mediante el índice de movilidad. Esta medida intenta otorgar cobertura a trabajadores que, por haberse desempeñado en negro, carecen de aportes. La finalidad es loable, y al terminar 2014 ya cobraban 140.000 personas y se habían presentado 650.000 solicitudes, pero la enorme duda que plantea esta política previsional es cuánto tiempo resistirá un sistema que ve saqueados sus fondos por quienes, en vez de administrarlos como corresponde, los destinan al proselitismo, cuando lo que en verdad deberían hacer es pagar en tiempo y forma montos acordes con los aportes realizados sin colocar a los jubilados en la angustiante situación de iniciar largos, costosos y engorrosos juicios para ajustar sus haberes. Por medio de la Anses, el Gobierno ha contraído y sigue incrementando una monstruosa deuda interna que deberán afrontar las próximas administraciones y sufrir las futuras generaciones. En los primeros siete meses de 2014, la Anses tuvo que prestarle al Tesoro 23.503 millones de pesos provenientes de las arcas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). El instrumento empleado fueron ocho Letras del Tesoro suscriptas por el organismo previsional. No es difícil imaginar su incobrabilidad frente a la creciente y proyectada insolvencia fiscal del gobierno nacional. La otra cara de este largo, cruel y hasta ahora impune saqueo son los dramas que padecen los jubilados y que constituyen un espejo de lo que les aguarda frente a ese drenaje del FGS. Cuando estaba por cumplir 101 años, Federico Roller publicó una carta en la nacion en la que narró que hacía dos años había obtenido una sentencia que ordenaba ajustarle la jubilación. En esas líneas, le recordó a Diego Bossio, director ejecutivo de la Anses: “Fuimos los mayores quienes apor-

tamos al país con nuestro trabajo durante muchos años. Por derecho, nos corresponde disfrutar en vida del dinero que se nos debe”. Antes, planteó dos preguntas desgarradoras: “¿Qué debo esperar? ¿O es que espera que yo pase a mejor vida?”. El saqueo del dinero de la clase pasiva lleva ya mucho tiempo y se acrecienta cuanto más aumentan las urgencias financieras del Gobierno. Éste se apropia de fondos que no le pertenecen, empleándolos como un botín de guerra para financiar planes sociales, créditos baratos para empresas, emprendimientos de Energía Argentina SA (Enarsa), un programa de entrega de netbooks y la compra de bonos para cubrir el déficit del Tesoro. A lo largo de estos años se ha desvirtuado la función de la Anses al politizarla y malversar el dinero de los aportantes y las inversiones, que deberían estar exclusivamente destinadas al servicio previsional. En 2012, un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) señaló que se observaba una “ausencia integral de gestión financiera” en el manejo del FGS, que comprende los fondos acumulados de las desaparecidas AFJP, títulos públicos, depósitos bancarios y acciones. Ese mismo año, el Gobierno anunció que emplearía dinero de la Anses para financiar un plan de créditos accesibles para construir viviendas, al tiempo que confirmaba que seguiría desobedeciendo a la Corte Suprema de Justicia, tribunal que le había reclamado no apelar las sentencias y pagarlas sin demora. Ésa fue la política con la que el Gobierno llevó a cabo el saqueo: la permanente postergación de los ajustes de los haberes pese a los fallos que ordenan su actualización, los que a su vez contaban con la confirmación de la Cámara, y pese a que la propia Anses se había comprometido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA a no apelar los juicios ganados por los jubilados por reajuste de haberes. No lo hizo. Debido a la mala administración, a los subsidios insostenibles, al derroche de fondos en el mantenimiento de empresas crónicamente deficitarias, como Aerolíneas Argentinas, y a la imposibilidad de acceder al crédito externo, el Gobierno endeuda progresivamente al Estado consigo mismo, pues los principales tenedores de la deuda pública son el Banco Central, el Banco Nación y el FGS de la Anses. Ninguna culpa tienen los jubilados actuales y los futuros de los desmanejos oficiales, pero, por lo visto, su desamparo y su indefensión los han convertido en presa fácil de un gobierno que, en este como en otros campos, no puede esconder su prepotencia y su sadismo. Así, no debe extrañar que presos que cumplen condenas por graves delitos lleguen a cobrar más que los ex trabajadores que perciben una jubilación mínima.

Rutas: peligroso acoso visual

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stadísticas del año 2013 de la Asociación Civil Luchemos por la Vida dan cuenta de un promedio diario de 22 víctimas mortales por la creciente inseguridad vial. Conductores en estado de ebriedad y la falta de pipetas de testeo cuyo origen estaría en problemas de importación; ausencia de uso de casco o cinturón de seguridad; utilización de celulares mientras se maneja, o conductas temerarias al volante son sólo algunos de los disparadores de la supuesta fatalidad que países como España castigan con penas de prisión pues los consideran “delitos” punibles y no ya meras “infracciones” o “contravenciones”. Definitivamente, esto reviste mucho mayor peso disuasivo, pues involucra la pérdida de la libertad personal. Días pasados, un lector advertía sobre otro grave y creciente peligro: el de la proliferación de enormes carteles luminosos. Mucho se ha discutido sobre esta preocupante cuestión en ciudades saturadas por anuncios que abarrotan los espacios públicos. La legislación sobre publicidad exterior debería dotar a las autoridades de instrumentos jurídicos suficientes para hacer cumplir la ley. Hemos visto fachadas de edificios o monumentos obstruidos también por enormes carteles, alterando totalmente la estética del paisaje urbano y poniendo en grave riesgo la seguridad vial en tanto son elementos altamente distractivos para los conductores. Mucho más cuando las modernas tecnologías les aportan movimiento, luces que encandilan, textos cambiantes, animaciones y demás ingredientes cuyo propósito es, precisamente, capturar la atención de quien va al volante a toda costa y a cualquier precio, incluso el de una vida humana. Utilizadas también para destacar marquesinas, señalizar la vía pública, en semáforos y en equipos móviles, las llamadas pantallas LED llegaron al

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país hace más de diez años para quedarse. Visualmente, modifican la fisonomía del entorno: afectan a los conductores de vehículos, pero también a los habitantes de las viviendas cercanas. Se las suele llamar “luz intrusa”; sin embargo, en muchos edificios se accede a colocar estos carteles porque como se pagan altos alquileres, eso permite a los consorcios reducir gastos y expensas. La ley nacional de tránsito dispone como obligatorio para los propietarios de inmuebles lindantes a la vía pública “no colocar luces ni carteles que puedan confundirse con indicadores del tránsito o que por su intensidad o tamaño puedan perturbarlo”. En la Capital Federal, la Justicia ordenó modificar un cartel luminoso instalado frente al Obelisco por una serie de irregularidades. La ley porteña, que regula las condiciones de la actividad publicitaria exterior, establece la prohibición de anuncios “que utilicen como material lámina reflectora, siempre que impliquen un riesgo para el tránsito”. Dicha norma creó también la Comisión del Paisaje, conformada por miembros del gobierno de la ciudad y de la mayoría de las cámaras de la industria. Es de desear que por fin las regulaciones existentes se hagan cumplir y se diseñen nuevas atentos a los cambios tecnológicos que ya afectan los espacios comunes. Considerando que, como señala la Asociación de Familiares y Víctimas de Accidentes de Tránsito (Favat), el 25% de los accidentes que se producen –por ejemplo, en la avenida Lugones– está vinculado a la distracción que los carteles provocan a los automovilistas, el riesgo aumenta exponencialmente cuando el conductor además de distraerse puede quedar encandilado por un cartel peligrosamente emplazado. Como muchas veces afirmamos desde estas columnas, si pudo evitarse no puede ser considerado un accidente.

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CARTAS DE LOS LECTORES www.lanacion.com.ar /lanacion

Charlie Hebdo Diferencia Si insultan a tu madre, te defenderé a ti. Habrá entonces un debate familiar, social, cultural o filosófico. Si le pegas una piña, lo defenderé a él. Habrá entonces una guerra. Que Dios te dé la sabiduría para reconocer la diferencia. Abel E. Drechsler

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Las vidas perdidas ¿Por qué de pronto todo el mundo se ha convertido en Charlie Hebdo? ¡Yo no lo soy! Sin embargo, ello en nada me impide repudiar en forma absoluta y terminante el acto terrorista de París, como todos los sucesos de esa índole, incluyendo los que sufrimos en esta tierra en la década del 70. Ningún reparo tengo en decir también que el derecho a la libertad de expresión debe ejercerse con responsabilidad. De lo contrario, dado lo inescrutable que a veces es el ser humano, pueden suceder esas cosas. Yo agradezco a Dios no ser Charlie Hebdo, pues, de serlo, debería responder también por las demás vidas que se han visto cercenadas como consecuencia de su provocación y que nada han tenido que ver con la publicación. Por supuesto, me estoy refiriendo a la gente común y a los policías que debieron actuar en la ocasión, a los que debo agregar a sus seres queridos y por supuesto a los heridos. ¿Alguien puede aseverar con seriedad que la alborotadora publicación valió la pena? Las víctimas ajenas a sus responsables y sus familiares, seguro que no.

Los textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, LA NACION podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: [email protected] o a la dirección: Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA) Buenos Aires, Argentina

civismo. Durante mucho tiempo, el sentido jurídico ha estado viciado por la práctica de un utilitarismo partidista al servicio de intereses particulares, de clases, de grupos o de movimientos. Es necesario que el orden jurídico se sienta de nuevo ligado al orden moral”. Después de sesenta años el mundo, y muy especialmente el ejercicio de la política en nuestro país, deberían reflexionar sobre qué valores se construye el progreso humano. Bruno Iussig

DNI 5.606.815

Zoológico

Puente a Colonia

Los gobiernos totalitarios zoologizaron a sus enemigos. Los nazis llamaron cucarachas y ratas a los judíos. Nuestro gobierno a sus opositores les dice gorilas y a los jubilados, caranchos. Quizás si no reaccionamos a tiempo, el próximo gobierno lo ejercerá un veterinario. Y seguiremos enjaulados en nuestra pobreza cívica, como dice Santiago Kovadloff.

Esta Navidad tuve la dicha de compartir con hijos, nietos y bisnietos esos días en Colonia de Sacramento. Todo lo que diga en favor de sus atributos como destino turístico o permanente será insuficiente, la amabilidad de su gente, el clima, la tranquilidad, sus playas, la avenida costera, la gastronomía, el casco histórico con casas como de juguete de siglos pasados y los inigualables atardeceres completan un atractivo como ciudad difícil de igualar. Nuestros pueblos, el uruguayo y el argentino, nacidos del mismo “histórico parto”, unidos por idioma, cultura, también por problemática y necesidades comunes, deberíamos encarar medidas de mayor integración. Si bien el traslado a través del Río de la Plata es cómodo y eficiente, y hay vuelos hasta y desde Montevideo, hace falta implementar la construcción de un puente vial entre los dos países. La idea, varias veces en “tapete”, ha ido quedando guardada en los cajones de algún escritorio… Ya es hora –con ambos países gozando de la democracia desde hace varias décadas– de que se concrete esta magnífica obra, que con el peaje pronto se autofinanciará y generará inmensos recursos a las actividades vinculadas. No afectará los servicios existentes, será una alternativa más. Hacerla realidad será una muestra acabada de la madurez de nuestros pueblos, dando ejemplo de fraternidad, eficiencia y sentido común. Hago votos para poder en otra ocasión llegar por tierra contemplando ambos lados de nuestro amado río color león.

José Mario Lenczner

DNI 10.386.155

En la Red Caso AMIA Facebook

DNI 10.661.522

Respuesta a la ofensa

Víctor Zajdenberg

DNI 4.269.823

AMIA La reacción del oficialismo ante las denuncias del fiscal Nisman en el caso AMIA no hacen más que aumentar las sospechas de la veracidad de lo denunciado. Juan Ignacio Baca Castex [email protected]

Orden moral La carta de lectores “Moral y política”, publicada el 5 del actual, menciona manifestaciones de Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI, a las que quisiera agregar, más atrás en el tiempo, las dichas por Pío XII a los intelectuales franceses en 1954: “El estudio de las instituciones y la búsqueda de remedios en el plano de las estructuras políticas no deben hacer perder de vista las raíces morales de toda crisis de

Rodrigo Gómez

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Francisco García Santillán

El papa Francisco reveló en una conferencia de prensa que si ofendieran a su madre, replicaría con una piña (“si dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo... ¡es normal!”).¿No proclamaba Jesús que se debería colocar la otra mejilla? Son comprensibles las opiniones de que la libertad de expresión no debe ser absoluta y total, pero para limitarla debe haber leyes civiles aprobadas democráticamente por la ciudadanía que las quiera graduar, tribunales cívicos a los cuales concurrir por las supuestas ofensas recibidas y justicia republicana que declare el veredicto final. No es conveniente proclamar abiertamente la normalidad de los instintos de tomar la justicia por mano propia, pues la respuesta puede comenzar con un puñetazo y proseguir hasta el infinito con Charlie Hebdo y todo tipo de aberraciones criminales ya vividas en el siglo pasado, lo que nos llevaría nuevamente a la ley de la selva que Thomas Hobbes previene en su libro Leviatán. Los jihadistas que atacan a editoras, a judíos, a cristianos y a sus propios hermanos musulmanes “no pueden asumir cualquier género de potestad en su propio derecho, aunque lo denominen derecho divino, cuando no es sino usurpación” (Leviatán). Como dice Salman Rushdie en adncultura: “Lo sagrado siempre ha sido una manera de callar a la gente”.

bien él estaba de acuerdo con que es un chantaje, no podía hacer nada. Los formularios de 200 pesos son iguales a los de 150, en ambos casos suministrados por la PFA. Alguien se queda con los 50 pesos. ¿Cómo es posible que la fuerza que debe ocuparse de ejecutar las garantías de los ciudadanos e invitarlos a cumplir con sus obligaciones apoye este tipo de vivezas? ¿Cómo es posible que nosotros aceptemos que esto sea una práctica normal?

“Es hora de que empiecen a aclarar los acusados... no los acusadores” Marcela Bonifacini

“Preguntar es más fácil que responder... así se manejaron siempre”

Armando Taurozzi

[email protected]

Carlos Alberto Vicente

“Ahora empieza a quedar claro el concepto «democratizar la Justicia», que implícitamente significa «controlar» el Poder Judicial. Está muy bien que se investigue, al fin de cuentas todos somos iguales ante la ley ” Leonardo Rubén López

“¡Muchas preguntas y nada de respuestas!” Claudia Boyadjian

Formularios Hay pequeñas situaciones en las que se materializa la descomposición de la norma en el ciudadano medio. Un ejemplo: quiero vender mi auto y cumplir con todos los requisitos. Entre ellos, realizar la verificación del automotor, trámite manejado desde la Policía Federal Argentina. Me presento en la sede Cazadores, Belgrano, donde al llegar me interceptan lo que al principio parecen ser cuidacoches que organizan el estacionamiento en la puerta del taller de verificación. Bajo del auto y en mi caminata para ingresar me intercepta uno de ellos, informándome que si me faltaba el formulario, debía comprarlo justo enfrente del taller. Muy amablemente, un hombre me suministra el formulario y lo completa con mis datos de cédula verde. Al finalizar, el costo es de 200 pesos. Al cruzar la calle, entro al taller y allí, para mi sorpresa, el mismo formulario tiene un valor de 150 pesos. Me di cuenta de que obviamente no hubo una estrepitosa deflación, sino que había sido víctima de un chantaje. Al reclamar al funcionario cómo aceptaban esas prácticas en presencia de la policía, reconoció que “desde que existen los talleres de verificación, también existe esa gente” y que si

Ordenar el tránsito Aquellos que tienen poder político en estos momentos y desean el bien común deberían concentrarse en el tránsito peatonal, automovilístico y ciclista. Apliquen leyes y normativas vigentes. En París, por circular en bicicleta en sentido contrario al tránsito la multa es de 80 euros y otro tanto por violar la luz roja. El peatón tiene derecho de paso, y si así no ocurre y lo ve un agente de tránsito, el automovilista pierde puntos, amén de recibir la multa. Comencemos a madurar. Que aunque la próxima década no se pueda llamar ganada, que nos satisfaga como ciudadanos. En la década del 80, en las esquinas de Lisboa había carteles que decían: “Un tránsito ordenado es reflejo de la educación de un pueblo”. Dr. Ricardo M. Gruz

DNI 11.451.850

Combate necesario Con la muerte por desnutrición del pequeño Néstor Femenía, muchos hemos abierto los ojos al flagelo que azota la Argentina desde hace años, sin que haya acciones del Estado para combatirlo. El doctor Abel Albino y su Fundación Conin surgen, dentro del mar de ignorancia y desidia en el que vivimos sumergidos, como un faro de luz que nos indica que debemos comenzar, sin más tardanza, a combatir la desnutrición desde la gestación de un niño hasta sus primeros años, ya que la formación de su cerebro ocurre en ese lapso. Que no nos ocurra como en el caso del doctor Favaloro, otra figura señera de nuestro país que sólo obtuvo indiferencia y olvido del gobierno de la época. Desearía escuchar de algún candidato a la Presidencia que uno de los puntos iniciales de su gestión será combatir activamente la desnutrición de los niños argentinos. María Elena Carnino

DNI 5.765.149

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