Ricardo Bartís, ante dos experiencias

10 sept. 2007 - contundente dentro del teatro moder- no. En verdad .... de teatro viejo, pobre en la elementa- ... el teatro. María Guerrero de la capital españo-.
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Espectáculos

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Lunes 10 de septiembre de 2007

María Eva Albistur: canciones y poesías

El sueño psicodélico de una artista libre Continuación de la Pág. 1, Col. 6

Ricardo Bartís, ante dos experiencias Hoy estrena La pesca, en el FIBA, y prepara una versión de Hedda Gabler SOLEDAD AZNAREZ

Por Carlos Pacheco Para LA NACION El espacio del Sportivo Teatral, el estudio de Ricardo Bartís, está por estos días muy complicado. Mientras en la parte delantera se presentan las últimas funciones de De mal en peor, experiencia que está a punto de salir para Europa a hacer funciones en el Festival de Otoño, de Madrid, y luego en París, Toulouse y Barcelona, en la parte trasera se ensayan dos experiencias muy opuestas: Hedda Gabler, la emblemática pieza de Enrik Ibsen (que se estrenará en octubre) y La pesca, una propuesta que se presentará en el marco del VI Festival Internacional de Buenos Aires, únicamente hoy y el lunes 17, y los miércoles 12 y 19, a las 23. Ninguno de los dos trabajos está finalizado, pero ambos poseen una marca natural dentro del Sportivo, son investigaciones rigurosas y complejas donde la actuación ocupa un espacio preponderante y definitorio. El final de De mal en peor lo muestra a Ricardo Bartís satisfecho. No es de reponer sus espectáculos; considera que no hay que hacerlo. “Hay que tener cierta hidalguía –dice–; los objetos tienen su tiempo, y eso hay que respetarlo”. Se muestra convencido de que ha sido “un trabajo muy noble” y repara en las exitosas funciones que durante tres años mantuvo en cartel la propuesta. Algo llama la atención, también. Estuvo ensayando dos experiencias casi a la par: Hedda Gabler, un texto casi opuesto a su estética, y La pesca, un material de creación más grupal que le posibilita reencontrarse con dos actores con los que hacía mucho tiempo que no trabajaba: Luis Machín y Sergio Boris. Al dúo se une Carlos Defeo, con quien en este último tiempo ha compartido más actividad. Respecto del primero, todo empezó como un juego entre el director y algunos actores. Al comienzo ingresaron a la obra de Ibsen por el mero interés de descubrir cuáles eran los valores que hacían que ese material resultara tan contundente dentro del teatro moderno. En verdad, descubrieron que no eran tantos según su registros de trabajo. Entre ellos, comentaban: “¿Por qué tiene tanta prensa Hedda Gabler? ¿Viste que no dice tantas cosas inteligentes? ¿Qué es lo tan singular de la obra?”. De alguna manera, podría afirmarse que el desencuentro con esa pieza los atrapó. “Para nosotros es un ejercicio –dice Bartís–. Nuestra intención era ver si podíamos acercarnos a ese material, resolver las obligaciones que su lenguaje nos planteaba y, después, tomar partido por un desarrollo de opinión que se manifestará en la actuación. Al comienzo teníamos la sensación de que íbamos a fracasar: o porque no íbamos a poder resolverlo o porque es una pieza que no se puede sacar de la representación “Hicieron una versión muy cercana al original, pero reducida. “En vez de dilatar el tiempo –explica el director–, lo afinamos. Nos mantenemos cerca del texto. No hay agregados; no hay alteraciones secuenciales; no desarrollamos otras escenas.” –En De mal en peor trabajaste a partir de Florencio Sánchez y ahora, a partir de Ibsen. ¿Los procesos dramatúrgicos fueron muy diferentes? –En el primer caso, la libertad de poder inventar la historia me llevaba a un territorio insospechado, el vodevil, las entradas y salidas, jugar. Acá, la obra no te lo permite porque enton-

El FIBA produce ■ La pesca es el primero de los tres espectáculos del segmento “El festival produce”. Mañana, a las 19, se estrenará La paranoia, el nuevo trabajo de Rafael Spregelburd, en el Centro Cultural de la Cooperación (también el miércoles), y el viernes, a las 18.30, Hay algo que me golpea, un trabajo en proceso entre los directores Carolina Adamovsky, Carolina Balbi, Horacio Banega, Ariel Farace, Matías Feldman, Hernán Morán y Manuel Santos Iñurrieta, en el Centro de Exposiciones. ces se resiente mucho su naturaleza última: un drama contemporáneo de seres aburridos que no encuentran respuestas a sus deseos; o aparece el deseo sin objeto, o aquello que se desea en un momento dado se convierte en una situación de dificultad y desencuentro. ¿Por qué uno se casa con quien no debe? ¿Por qué se enamora de quien no debe? Los seres humanos se dañan y no tienen muy en claro por qué lo hacen. –Hay algo de la conducta de esa mujer, Hedda Gabler, que te inquieta... –En el espectáculo, Hedda bosteza todo el tiempo; está aburrida y el aburrimiento mata. Si te aburrís, sos boleta. El aburrimiento es una enfermedad terminal. Esta es una clase que no puede salir de eso. Es una heroína pobre. No la miramos con simpatía; es alguien que no dice nada inteligente. Pero te-

níamos ganas de hacer algo de cámara, vestirnos de época e investigar. –En el segundo trabajo, La pesca, el mundo que se plantea es muy diferente. –Es una historia que tiene que ver más con nosotros. Volvemos a un mundo argentino, a territorios que nos resultan estimulantes. La historia se desarrolla en el sótano de una fábrica abandonada. Es un lugar que en los años 60-70 está muy próximo al entubamiento del arroyo Maldonado. Abajo se han producido unas filtraciones que generaron unos enormes piletones. Después, la fabrica se cierra y el espacio queda abandonado. Unos muchachos van a pescar mojarritas, traen chanchitos de los lagos de Palermo, bagres de la Costanera. Y hasta tarariras del sur de Entre Ríos. Crean, entonces, un proyecto de la pesca ba-

La Cia. dos Atores hace una deconstrucción de Hamlet

Indagación teatral sobre un clásico Esta noche, a las 21, sube a escena –en la Sala Villa Villa del Centro Cultural Recoleta–, Ensaio.Hamlet, la propuesta del grupo brasileño Cia. dos Atores, que trabaja por primera vez con una obra de William Shakespeare. Con la dirección de Enrique Díaz, Ensaio.Hamlet indaga en la obra original desde una serie de planteos que generan los actores, preguntas que surgen de su experiencia de vida. En este sentido, la puesta se convierte en una suerte de “deconstrucción” del clásico, una autopsia que involucra no sólo a los personajes sino también a los intérpretes y a los espectadores. La Cia. dos Atores fue fundada en 1988 para responder a la necesidad de estudiar y experimentar nuevas posibilidades de la escena teatral. Con este impulso de búsqueda y renovación permanente del lenguaje teatral, el grupo montó más de una decena de espectáculos por los cuales recibió numerosos reconocimientos nacionales e internacionales como el Premio de la Asociación

de Críticos de París a la Mejor Obra Internacional por la pieza que se conocerá hoy en Buenos Aires. Una de las características de esta compañía es el intercambio ya que realizan trabajos en el exterior y reciben artistas de otros lugares. Con un espíritu de trabajo colectivo, gran parte de sus obras son el resultado de la colaboración entre los actores, quienes aportan cuestionamientos desde diferentes disciplinas, se dividen en grupos para la indagación teatral e intercambian ideas, para nutrirse y fortalecerse en la diversidad creativa. La función del director se limita a realizar un trabajo de edición y de organización del material que se obtiene al finalizar esos procesos, muchos de los cuales son considerados parte misma del espectáculo. Durante diecisiete años, la Cia. dos Atores desarrolló un estilo particular en el que el humor y lo brasileño intenta brindar un mix estético contemporáneo y audaz. Las demás funciones serán mañana, a las 15 y a las 21, y pasado maña-

jo techo porque asoma también cierto pensamiento filosófico sobre los tiempos por venir, ligados con el silencio y la derrota. Hay que irse para adentro, pescar bajo techo. Pero la cuestión en ese hábitat se complica: las tarariras crecen y se comen al resto de los peces y, cuando ya no tienen cómo alimentarse, se comen entre ellas y se degeneran. Aparecen las tarariras titán. “Las referencias históricas –cuenta Bartís– son una simple excusa para poder bromear sobre el campo imaginario del que observa. Los muchachos bajan en los años 80 a ver el lugar y, claro, de la gesta histórica no queda nada. Las tarariras se destruyeron. Uno de los personajes es un viejo militante, pero de superficie; estuvo cerca de la gesta histórica, y los otros dos son unos cuarentones que vivieron escuchando los relatos de aquella gesta. –Parece muy delirante, pero su trasfondo resulta elocuente... –En realidad, es una excusa para hablar de Perón, el peronismo, la pesca. Ahí asoman algunas resonancias contemporáneas. Un movimiento devaluado, especie de fetiche. Un cadáver sin brazos, esos brazos que convocaban a mucha gente y que sigue moviendo pasiones. Partimos de la idea de que el peronismo une en la división y une en la entrega. Lo que el peronismo formula es una hipótesis de entrega y de traición; lo que ofrece por izquierda lo va a traicionar por derecha. Como en toda mitología, cada uno convierte la voz del mito en su propia voz. Una situación que nos parece muy teatral es que cada uno escucha, en el habla de Perón, un discurso diferente. Acá lo verificamos: somos todos peronistas y, al mismo tiempo, ese enunciado no nos da ninguna identidad real en la cual podamos hermanarnos. Todo lo contrario. Nos va a obligar a matarnos como las tarariras metidas en el charco. –Es muy sugestivo lo que comenzará a pasar cuando los dos trabajos se estrenen. En el piso superior, una clase social bosteza y, en el inferior, otra pelea por encontrar cierta identidad. –Si ves lo de arriba, es muy simple. Es otra clase social; es otra configuración asociativa del universo. El de abajo es teatro anarquista de principios del siglo pasado. Es una especie de teatro viejo, pobre en la elementalidad y rusticidad de sus signos; totalmente argentino y viejo.

Agenda Hoy ■ A las 15. Del otro lado del mar, de Omar Pacheco, en La Otra Orilla. ■ A las 17. Algo de ruido hace, escrita y dirigida por Romina Paula, en Espacio Callejón. ■ A las 17. Los hijos de los hijos, dirigida por Saavedra y Dreizik, en La Maravillosa. ■ A las 19. Un amor de Chajarí, de Alfredo Ramos, en el Teatro del Abasto. ■ A las 21. Espía a una mujer que se mata, con dirección de Daniel Veronese, en el Camarín de las Musas. ■ A las 21. Interiores, dirigida por Mariano Pensotti. En el C. C. Rojas, Corrientes 2038.

Falleció la actriz Emma Penella

del cantautor español en su gira europea. “Yo ya quería grabar mis canciones y cuando las escuchó Joaquín, me prestó su estudio para que lo hiciera. Fue como entrar a España por la puerta grande, como si acá viniera alguien de afuera y tocara con Charly.” María Eva, que lleva en su nombre el tributo a Eva Perón que le obsequió para siempre su padre; el actual secretario de Medios de la Nación, Enrique “Pepe” Albistur, asegura que recuerda aquella época de pocos días y muchas noches de gira europea, como una ensoñación: “Justamente el disco nuevo habla de algo que tiene que ver con esa sensación, con la fuerza con la que uno vive el presente, y que hace que, con el tiempo, lo vivido intensamente parezca un sueño”. Las palabras de Albistur tienen correlato en el sonido envolvente, psicodélico, definitivamente onírico que atraviesa cada una de las composiciones que integrarán su tercer álbum. Una marca registrada del ex Avant Press y ex El Otro Yo, Ezequiel Araujo. “Yo venía con las canciones queriendo llegar a un lugar que no llegaba, y Ezequiel lo logró. Me parece que en el país, él es el único productor que trabaja los discos con una mirada artística. No hace un producto y ya. No tiene una forma definida de trabajar, está siempre experimentando y no es conformista: nunca se graba algo de la misma manera dos veces.”

Mientras ultima los detalles de su próximo disco, esta chica MySpace (en myspace.com/albistur se puede escuchar algo de sus más recientes creaciones y leer mucho de sus influencias y sus amigos) ya piensa, trabaja, en las grabaciones de unos poemas de Leonardo Favio. “Siempre fui muy fan de su cine y un día me regalaron la biografía de él, Pasen y vean. Me gustó tanto que elegí uno de los poemas que aparecen al final del libro y lo musicalicé, bien orquestado, con aires de radioteatro, unos violines tobas y unas cuerdas. Cuando lo terminé, se lo mandé de regalo, simplemente por amor, para devolverle algo de lo que él me había dado, con una cartita y todo. Al poco tiempo, recibí un e-mail de Favio, diciendo que era la primera carta que escribía desde que había vuelto a la Argentina en los años 80 y que me quería conocer. Y bueno, así fue que nos cruzamos, vino a uno de mis conciertos en Buenos Aires, fuimos a cenar y terminó recitando uno de sus poemas en un disco mío. Ahora que volví a vivir acá, cada tanto me llama y nos vamos a tomar un té a La Biela y nos quedamos horas charlando. Como él está mal y no puede cantar, me pasó unos poemas, algunos inéditos incluso, y me propuso hacer unas sesiones de grabación. Todavía no sé dónde va a terminar todo esto, pero la verdad es que cuando lo pienso un minuto, no lo puedo creer.” Así es, la vida de María Eva, parece un sueño. Como sus canciones.

María Eva en su casa-estudio, donde Charly grabó su último disco MARIANA ARAUJO

La Vela Puerca dio otro paso más Muy bueno

✩✩✩✩ Concierto de la agrupación uruguaya La Vela Puerca. Presentación de su último álbum, El impulso. Anteayer, en el estadio de Ferro.

“Hace casi diez años que venimos a la Argentina, y siempre es un pasito más, que nunca deja de sorprendernos.” Ya habían pasado seis temas y el líder natural de La Vela Puerca, el cantante Sebastián Teysera –el “Enano”, para todos–, se permitió salir un poco del riguroso plan para expresar su agradecimiento. Es que si existe un ideal en la industria del rock, la progresión de la banda uruguaya es una de las que más se asemejan a él. En una década, el grupo que encabeza el nuevo despertar del rock charrúa pasó de ir de gira por la costa atlántica y el circuito de locales porteños a organizar un concierto de estadio en soledad. En el medio, tocó en El Teatro, en Obras, en el Luna Park y fue subiendo peldaños en las grillas de festivales como Pepsi Music y Cosquín Rock. De eso se trataba el show de Ferro, de pasar en limpio el trabajo de una década y de presentar en sociedad las trece canciones de El impulso. Como toda banda que estrena disco, en la lista de temas descansa buena parte del secreto, y La Vela Puerca eligió entregar las novedades de a dos y de a tres, más un set en continuado de seis canciones hacia la mitad del show. El resto quedó para los clásicos, una decena entre el primer disco (Deskarado) y el segundo (De bichos y flores) y otra decena del tercero,

A contraluz. El primer acierto, entonces, correspondía al trabajo previo, que optaba por dejar en el camino a muchos de los temas de sus comienzos para privilegiar su etapa más reciente. Ensayado al detalle, el show de anteayer mostró a una banda madura, capaz de responder con solvencia tanto a su sonido histórico, el ska festivo y el ska-punk combativo como a la mirada introspectiva, oscura y existencialista que se vislumbra en El impulso. Y si el público es el jurado, éste, numeroso, de más de 20 mil personas, abrió los brazos y los oídos, y recibió a las nuevas canciones con la misma calidez que a las viejas conocidas. Se despertó con “De atar” y “Por dentro” y deliró con “El huracán”, “Mi semilla”, “Zafar” y “Profeta” (la última de las 33 previstas), todos clásicos, por cierto, pero cantó la nueva “Frágil” junto a Teysera y Sebastián Cebreiro (una segunda voz a la que le sobra el paño para cobrar mayor protagonismo) y celebró hasta el éxtasis con “Su ración”. Esa fue la prueba mayor de la sociedad entre La Vela y su gente. Mientras el “Enano” cantaba “el impulso le dura hasta la puerta,/ qué difícil bajar y poder sonreír”, los cuerpos se entregaban al baile, seducidos por la belleza de unos versos tristes. “Muchas gracias a todos por haber venido, por haber crecido juntos.” Así, Teysera se despidió de todos; fuera de programa, regresaría para improvisar algo más, pero sólo hasta el próximo paso.

Sebastián Espósito

Trabajó en teatro y en cine para grandes directores españoles

Emma Penella

Con el fallecimiento de Emma Penella, a los 76 años, como consecuencia de una insuficiencia renal y cardíaca, desaparece una de las más importantes actrices del cine y del teatro de España. Había nacido en Madrid, en 1931, y desde muy joven se sintió atraída por el escenario y, tras realizar estudios de arte escénico, debutó en el teatro María Guerrero de la capital española, donde compuso diversos personajes en obras clásicas y modernas. Paralelamente incursionó en el cine con una enorme diversidad de personajes hasta que, en 1963, el director José Luis García Berlanga le brindó

su gran oportunidad en el film El verdugo. Sin embargo, anteriormente, ya había demostrado su garra dramática en Cómicos, también de Bardem; Los peces rojos, de J. A. Nieves Conde; Un marido de ida y vuelta, de Luis Lucía, y otras producciones que rodó en Italia y en Francia. En 1954, encabezó la delegación española al Primer Festival de Cine de Mar del Plata, en tanto que su calidad de actriz se mostró por aquella época en sus composiciones para el teatro María Guerrero, de las cuales su protagonización de El enfermo imaginario, de Molière, le brindó elogios de

la crítica y del público y se mantuvo varias temporadas en cartel. Intervino, además, en importantes programas televisivos, estuvo casada con el productor Emiliano Piedra y durante su extensa trayectoria artística logró numerosos premios, entre ellos, en 1997, la Medalla al Mérito en las Bellas Artes. En los últimos años, prosiguió su carrera cinematográfica con papeles menores en films de Francisco Regueiro y de Carlos Saura, y participó en varias miniseries para la televisión.

FEDERICO CASTRO OLIVERA

Teysera cantó los éxitos de la banda y presentó el álbum El impulso

Adolfo C. Martínez