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en un ultrasonido de rutina, que ya no le quedaba suficiente líquido amnióti- co. “La doctora quería pasarme a qui- rófano en ese momento, me dijo que.
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repor taje Síntesis

Abusan en hospitales de los partos por cesárea Suzana De los Ángeles/Fotos: Geraldine Vásquez y Alfredo Fernández/Síntesis

En Puebla, ocho de cada 10 bebés nacen por cesárea, por tal, los partos son medicados; además, la tasa de esta práctica rebasa la recomendación de la OMS que sugiere como máximo realizar 15% cuando un parto no puede desarrollarse de manera normal

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Este día, miles de personas limpian y decoran las tumbas de su madre.

Riesgos de la cesárea Con una cesárea la recuperación de la madre es más lenta: Además, aumenta el riesgo ° de contraer infecciones, de una

lesión en la vejiga, útero y vasos sanguíneos, una hemorragia, accidentes anestésicos, coágulos en las piernas, dificultades para realizar actividades normales

También puede presentar do° lor en la incisión 6 meses o más,

después del nacimiento; en tanto, para el bebé algunos son extraídos en forma prematura, y podría presentar problemas respiratorios o alimenticios.

Es más difícil para las madres ° formar vínculo con el bebé; in-

cluso alguna son menos propensas de abrazar, amamantarlo o de tener habitación compartida, debido a las dificultades del cuidado por el proceso de recuperación de una cirugía mayor

e concentra, respira profundo, sostiene el aire, hunde la barbilla en su pecho y empuja con fuerza durante unos segundos, la doula –asistente de parto- toca su vientre de 38 semanas para confirmar su dureza; su marido la observa atento. Adhara ha practicado este ejercicio desde hace días, y debe perfeccionarlo para el momento del parto. El nacimiento de su primer hijo está cerca y desea tenerlo de forma natural, con un alumbramiento fisiológico, sin anestesia y ningún tipo de fármacos con un personal médico que respete su integridad y su cuerpo, pero en estos días un procedimiento de esta naturaleza, podría resultar poco convencional, tomando en cuenta que en Puebla ocho de cada 10 bebés nacen por cesárea, y los partos son totalmente medicados. La tasa actual de cesáreas rebasa la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sugiere como máximo realizar un 15 por ciento de cesáreas cuando un parto no puede desarrollarse de manera normal

Cesáreas innecesarias

México es el primer país en el mundo en tener la mayor incidencia de cesáreas, al realizarse un 41% de estos procedimientos en hospitales públicos y un 70% en hospitales privados, de acuerdo a la organización no gubernamental “El Poder del Consumidor”, le siguen Brasil, con el 52%, República Dominicana con el 42% y Paraguay con el 33%. En Puebla esta tendencia no es la excepción, y en los últimos 4 años el porcentaje de intervenciones quirúrgicas ha aumentado notablemente; de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), durante 2009 en Puebla el 38% de los nacimientos ocurrieron por esta vía, mientras que el 68% fue por parto normal; para 2012 la Encuesta Nacional de Nutrición de Salud y Nutrición reveló que el 57 por ciento de los nacimientos fueron por cesárea, y la mayoría en los hospitales del sector privado.

es el lugar que ocupa en el 1incidencia mundo México por mayor de cesáreas

de estos procedimiende cesáreas se prac41% 70% tos (cesárea) en los tican en diferentes hospitales públicos en México hospitales privados de México

Alicia Elizaga Struck, sicoterapeuta, doula –asistente en el parto y en lactancia- trabaja con los futuros padres, previo al parto.

En tanto en los hospitales de la Secretaría de Salud del Estado durante 2012 se atendieron 48 mil 718 partos, de los cuales 17 mil 117 fueron por cesárea, equivalentes al 35%; de enero a marzo de esta año hay un claro aumento de estos procedimientos, pues de 15 mil 752 nacimientos ocurridos en los hospitales del sector salud en la entidad, 11 mil 540 han sido por cesárea. Para demostrar este índice, basta con preguntar a las mujeres que en los últimos cinco años dieron a luz, cómo fue su parto y de 10 mujeres, cuando menos siete recurrieron a la cesárea.

A la baja, partos naturales

Para Alicia Elizaga Struck sicoterapeuta, doula –asistente en el parto y en lactancia- en Puebla hay un claro abuso de estas intervenciones quirúrgicas, pues cada vez hay menos médicos que van

por un parto normal y la mayoría de los casos se habrían evitado si la madre se hubiera informado o recurrido a una segunda o tercera opinión. “Para muchos médicos una cesárea es más sencilla, más rápida y más segura, el parto requiere muchos conocimientos y mucho tiempo. Las mujeres al final del embarazo están cansadas, incomodas y los ginecólogos lo planean de bonita manera: yo no quiero correr riesgos con tu bebé… esa es la frase mágica que emplean muchos médicos”. Ángela estuvo a punto de tener una cesárea innecesaria en un hospital público cuando tenía 34 semanas de gestación, pues la obstetra que llevaba su embarazo, aparentemente descubrió en un ultrasonido de rutina, que ya no le quedaba suficiente líquido amniótico. “La doctora quería pasarme a qui-

rófano en ese momento, me dijo que no tenía caso hacer ningún perfil biofísico -test para comprobar el bienestar fetal-”. La doctora la presionaba para que se quedara en el hospital, a pesar de que el bebé sería prematuro y permanecería en la incubadora hasta que ganara peso, pues no había alcanzado ni las 37 semanas de gestación. Después de consultarlo con su esposo y su asistente de parto, decidió abandonar el hospital, pese a la molestia de la obstetra. Ese mismo día se practicó un ultrasonido particular y un perfil biofísico y comprobó que su bebé no corría riesgo; cinco semanas después nació su pequeño Julián con un peso de 3 kilos 190 gramos, con suficiente líquido amniótico y en perfecto estado de salud, con un parto totalmente natural.

•Con el derecho que nos da la libertad, con la libertad que nos da el derecho•Con el derecho que nos da la libertad, con la libertad que nos da el derecho•Con el derecho que nos da la libertad, con la libertad que nos da el derecho•

8-9 Viernes

10 de mayo de 2013 Puebla, Puebla.

No tengo miedo, al contrario estoy muy ilusionada por el nacimiento de mi bebé, ya quiero saber cómo es, amamantarlo y tenerlo en mis brazos para darle todo mi cariño Que se informen, porque a veces con la desinformación se cometen errores, muchas veces los médicos infunden miedo en las personas y eso provoca una cesárea y no se vale que los médicos tomen la decisión por uno Mi ginecólogo está de acuerdo, me ha dado esa libertad y yo quiero aprovecharla. Recomiendo a las mujeres que están próximas a dar a luz, que se involucren en su parto, lo mismo que su pareja y que no dejen todo al azar

Adhara Tiene 38 semanas de embarazo

4

años pasaron para que en el estado de Puebla aumentará la práctica de las cesáreas

38%

de nacimientos ocurrieron por el procedimiento de cesárea en Puebla

68%

de nacimientos fueron por parto normal en Puebla, durante 2009: Inegi

57%

de los partos en el estado de Puebla fueron por cesáreas, para el 2012

embarazos complicados, de alto riesgo y con bebés dañados. Se intentó entrevistar a tres reconocidos gineco-obstetras, identificados en el medio por practicar constantes cesáreas en hospitales privados, con la finalidad de conocer su opinión sobre el tema; pero ninguno accedió a participar.

La opción a decidir

Cusos sicoprofilácticos

Los cursos sicoprofilácticos deben ser impartidos por una educadora perinatal certificada, pues sólo ella está capacitada para ayudar a las parejas a establecer un plan de parto adecuado a sus necesidades y deseos. Pero Jazmín no corrió con la misma suerte, y aunque su embarazo transcurrió con normalidad, al final su ginecólogo le propuso una cesárea programada, pues su bebé “era muy grande”, y según el médico “no pasaría por el canal de parto”. Ante el temor de que hubiera consecuencias, Jazmín aceptó y ella misma eligió la fecha del nacimiento de su hija. Su bebé nació con un peso de 3 kilos cien gramos y 49 centímetros; su recuperación fue lenta, pero a pesar de esto, no se arrepiente de la cesárea. Alicia afirma que hay algunos casos en los que sí se justifica un procedimiento de esta naturaleza como por ejemplo: cuando hay embarazos de alto riesgo con preclamsia severa, diabetes, placenta previa, o bien cuando cambia el ritmo cardiaco del bebé, o hay líquido meconiano faltando varias semanas

para el nacimiento. La doula explica que actualmente muchos médicos no están capacitados para realizar un parto complicado sin llegar a la cesárea, como los bebés colocados en posición podálica (de pies o nalgas) o con circular en el cuello, y optan por resolver el parto de forma rápida y sin fatigar a la mujer. En una cesárea tradicional a la mujer se le coloca un suero, le aplican una anestesia en la columna vertebral, le amarran las manos para evitar que toque su vientre; el médico abre su útero, saca al bebé, se lo muestra para que lo bese; el pediatra le aspira las secreciones y lo pasa a un cunero o una incubadora. Todo ocurre en menos de una hora, sin dolor, ni fatiga para la mujer. Diana Assia Zamora, pediatra del Hospital Ángeles Puebla aseguró que en el sector privado ocurren más ce-

Mitos médicos para programar una cesárea

Cesárea previa, cadera estrecha, circular en el cuello, bebé muy grande, bebé viene de nalgas o de pies, no hay dilatación, madre mayor de 35 años, embarazo gemelar, placenta vieja, y placenta baja. sáreas que en el sector público, debido a que los gineco-obstetras no quieren riesgos y porque muchas madres prefieren someterse a este procedimiento, puntualiza que cuando hay un embarazo bien llevado y saludable, la mejor opción es el parto.

En el sector público

Explica que en el sector público ocurren más partos que cesáreas, porque muchas veces ya no hay más opción y es tarde practicar una intervención, pues hay mujeres que llegan al hospital con un trabajo de parto avanzado, algunas en fase expulsiva, en el que el bebé ya presenta complicaciones severas como falta de oxígeno, ingesta de meconio –primera evacuación del bebé- y con estrés fetal; se induce para acelerar el nacimiento del bebé, lo que provoca consecuencias irreversibles, como pro-

blemas respiratorios, parálisis cerebral infantil, o incluso la muerte. Y es que en este sector con frecuencia ocurren casos dramáticos de mujeres que no son consientes de la responsabilidad que implica un embarazo, que no se cuidaron, que no desean al bebé, que son madres alcohólicas o drogadictas que no se percataron de que quedaron embarazadas o bien de mujeres que no están preparadas sicológicamente para dar a luz, que nunca acudieron a una consulta ginecológica. Diana afirma que para revertir la tendencia de cesáreas, de inicio es importante que la mujer tenga un embarazo deseado, pues así se cuida, toma sus vitaminas, se alimenta bien, acude a sus consultas médicas, se prepara física y mentalmente, y se hace consiente de la responsabilidad que tiene en sus manos; de lo contrario, continuará habiendo

Muchas mujeres que están próximas a dar a luz desconocen que pueden planear cómo desean traer a sus hijos al mundo; la mayoría no se prepara para el parto, no saben cómo será ese proceso, cómo deben respirar, cómo pujar, qué es normal y qué no; en suma están desinformadas y dan por hecho que su cuerpo responderá por sí solo, al momento de parir o que el personal médico le dirá qué hacer. Esto provoca que en la mayoría de los casos las mujeres sean tratadas de forma inhumana por el personal médico, sin que puedan opinar o tan sólo decidir en qué posición prefiere parir.

Experiencia en Puebla

Con más de 10 años de experiencia Alicia ha asistido 500 partos en Puebla, de los cuales 200 han sido con la ayuda de agua, todos en hospitales privados y afirma que los partos tradicionales son medicados, aunque la embarazada llegue con trabajo de parto avanzado, le colocan un suero, porque son los protocolos y la mayoría del personal médico, son practicantes de medicina. En los partos tradicionales se impide la presencia de la pareja, a la mujer se le suministra oxitocina, un medicamento que sirve para acelerar el parto, lo que provoca contracciones más intensas y consecutivas; además se le coloca un bloqueo en la columna vertebral –una anestesia-, que reduce las contracciones. Los médicos colocan a las mujeres en posición ginecológica, recostada y con las piernas abiertas, la cual dificulta la expulsión rápida del bebé, implica un mayor esfuerzo y es sumamente incómodo para la parturienta, pero no así para el médico.

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