Por dónde debería pasar la política oficial para el

La estatua ecuestre e ícono ba- rrial fue inaugurada el 25 de ma- yo de 1934, con bombos, bombas y platillos -no es una imagen tan sólo literaria- casi tal como ...
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Campo

Página 14/Sección 5/LA NACION

RINCON GAUCHO

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Por Norberto García Rozada de la Redacción de LA NACION

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ARCHIVO/HERNAN CENTENO

El Resero, símbolo de una Buenos Aires con memoria rural Hace poco más de un siglo, la ciudad y el campo se daban la mano en el sudoeste de la metrópoli. El territorio urbano descendía, no siempre suavemente, hacia el valle del Riachuelo, donde en el bañado de Flores se podía apreciar una vasta pincelada de fauna y flora silvestres. Desde allí hasta la aún muy futura traza de la avenida General Paz se mezclaban núcleos barriales que pugnaban por salir del cascarón y manchones verdes que anticipaban la monotonía de la llanura pampeana. Ocurre que por allí menudeaban los terrenos baldíos y las quintas cuyas amplias extensiones iban menguando a fuerza de loteos o recortadas por el avance de los pavimentos consolidados y de las construcciones aún precarias, pero construcciones al fin. Hasta no mucho antes de ese entonces -albores del siglo XX-, el ganado destinado al consumo urbano era faenado en los denominados Corrales Viejos, a la vera del actual parque de los Patricios. Instalaciones precarias y añosas que movilizaron el propósito de trasladarlas a los terrenos casi vírgenes del deslinde sudoeste de la ciudad. “Más allá es nada...”, supo decir de esos parajes aquel cronista sagaz que en vida fue Juan José de Soiza Reilly. Allí, bajo la transitoria y rápidamente extinguida denominación de Nueva Chicago -sobreviviente merced a la existencia del club de fútbol homónimo-, comenzó a crecer un polo de importantísimo movimiento industrial y comercial, cuyo centro indiscutible serían, con el tiempo, el Matadero Municipal y, algo más tarde, el Mercado de Hacienda. Nacían, pues, un barrio y una historia muy particular.

El Resero Esos y otros detalles son parte esencial del libro El Resero, la historia de una estatua, escrito por Orlando W. Falco, pluma ágil e historiador de Mataderos, quien hurgó en el pasado para darle a conocer al presente y al futuro las alternativas vitales de una obra de arte bella, austera y emblemática. La estatua de marras, encargada por la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a principios de 1929, al escultor Emilio Jacinto Sarniguet, y terminada en 1932, al bastante módico costo de 20.000 pesos, hizo precario alto durante casi dos años ante el famoso Palais de Glace, en Recoleta. Pero ya tenía una meta hacia la cual avanzaba al paso, con la impavidez y la tenacidad de sus iguales vivos: la plazoleta ubicada frente a la entrada de la administración del Matadero y del Mercado. Sarniguet no era un improvisado. Había nacido en 1888, cursado estudios artísticos en la antigua academia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y en 1907 había efectuado el entonces imprescindible viaje a

Europa, becado por el Jockey Club para darle rienda suelta -la figura viene como anillo al dedo- a su especialización en figuras de animales. El origen de la beca se explicaba por el hecho de que el padre de Sarniguet era cronometrista -“relojero”- en el hipódromo de Palermo. Sarniguet tenía habilidades diversas: tallaba, moldeaba, esculpía, dibujaba y pintaba, pero su fuerte era la escultura y dentro de ella, los caballos, cuyas características había mamado acompañando a su padre en sus menesteres cotidianos. Encomendada que le fue la estatua de El Resero, Sarniguet, ya segundo premio nacional por la escultura Relinchando, decidió con acierto que el protagonista no podía hacer otra cosa que montar un caballo criollo, raza que estaba en proceso de recuperación merced a la dedicación y el apasionamiento de la familia Solanet. Fue, pues, a las fuentes y eligió las más apropiadas.

En El Cardal Justamente en la estancia El Cardal, de don Emilio Solanet, el artista hizo, se cuenta, un doble hallazgo: encontró al modelo humano, un viejo resero, el “Cuñao” Cabañas, nacido en los pagos de Ayacucho. Este criollo montaba un criollo, moro de pelaje y pasuco o amblador -equinos que al andar mueven mano y pata del mismo flanco- que, según mentas, se llamaba “Huemul” y del cual Sarniguet tomó los rasgos esenciales para la cabalgadura de El Resero que, dato curioso, hasta luce una marca en su muslo izquierdo: la de Güiraldes, en honor de don Manuel, hacendado y ex intendente porteño, y de su hijo Ricardo, nada más ni nada menos que el autor de Don Segundo Sombra. La estatua ecuestre e ícono barrial fue inaugurada el 25 de mayo de 1934, con bombos, bombas y platillos -no es una imagen tan sólo literaria- casi tal como hoy se la puede apreciar. Más adelante, en 1948, el pedestal fue elevado en algo más de un metro y ya en la época actual hubo que enjaularlo dentro de una verja, protectora de diabluras y atropellos. Y para remate, hasta tuvo moneda propia, la de diez pesos emitida en formato dodecagonal entre 1963 y 1968, ahora sin más valor que el numismático y sólo ubicable en colecciones y comercios especializados. Por suerte, El Resero original jamás ha tenido que navegar por el tempestuoso mar de las inflaciones, las devaluaciones y los cambios de signo monetario. Aún es el símbolo de Mataderos y ojalá siga siéndolo por muchísimos años más. Siempre como mirando sin ver un imaginario horizonte pampeano, mientras el caballo medio que inclina cabeza y pescuezo, tal como si tratase de hacer el último esfuerzo para ponerle fin a una jornada de trabajo ya tan larga como el tiempo y la imaginación.

Para el período desde hoy

en la pampa húmeda

hasta el viernes 23 de febrero (realizado el jueves 15/2)

día más cálidas, con bajas chances para lluvias. Comenzando el próximo miércoles, las temperraturas se tornarán más calurosas en toda la región.

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Normal

Precipitación normal:

OPINION

6

Mapas y pronósticos aportados por Telemet/AccuWeather, Inc. ©2007

Por encima de lo normal

a 12 grados. El domingo y la próxima semana, las condiciones se tornarán cada día más cálidas.

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Por debajo de lo normal

17-25 mm

CORDOBA SUR

El sábado será un día moderado, tornándose más fresco a la noche.

SANTA FE CENTRO

Tiempo moderado durante la jornada del sábado y el domingo, tornándose fresco a la noche. Las temperaturas mínimas rondarán entre 8 y 13 grados. La próxima semana, las condiciones se tornarán cada día más cálidas.

BUENOS AIRES SUR

CORDOBA CENTRO Tiempo moderado durante el sábado, tornándose fresco a la noche. En el interior, las mínimas serán de 7

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Sábado 17 de febrero de 2007

Febrero 16-22

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Un libro de Osvaldo W. Falco recrea la historia de la escultura y del barrio donde aún hoy se concentra la hacienda de consumo

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BUENOS AIRES NORTE

El fin de semana se presentará mayormente seco. Las temperaturas durante el día serán moderadas, siendo más frescas por la noche. En el interior, las mínimas se situarán entre 3 a 8 grados. El tiempo se tornará cada vez más cálido a medida que avancen los días.

La obra de Sarniguet, de 1934, ícono del barrio de Mataderos

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PRONOSTICO DEL TIEMPO

Tiempo moderado durante el sábado y el domingo , tornándose fresco a la noche. En el interior, las mínimas alcanzarán 5 a 10 grados. La próxima semana, las condiciones se tornarán cada día más cálidas, con bajas chances para lluvias. 2

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Las mínimas se situarán entre 5 y 10 grados. El domingo y la próxima semana, las condiciones se tornarán cada

SANTA FE SUR Tiempo moderado durante el sábado y el domingo, tornándose fresco a la noche. En el interior, las mínimas alcanzarán 7 a 12 grados. La próxima semana, las condiciones se tornarán cada día más cálidas, sin importantes precipitaciones.

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Por dónde debería pasar la política oficial para el sector ganadero Por Camilo Tiscornia Para LA NACION En los últimos dos años los argentinos asistimos a un notable despliegue de medidas por parte del Gobierno en su afán por contener el precio de la carne, a pesar de lo cual éste aumentó un 27%. A la luz de esto, el objetivo de esta columna es doble: por un lado, busca reseñar el comportamiento del precio de la carne en los últimos años y algunos de sus efectos macroeconómicos para entender la preocupación del Gobierno; y por el otro, trata de esbozar un principio de solución. Desde la salida de la convertibilidad se observa que el componente correspondiente a la carne dentro del Indice de Precios al Consumidor (IPC) está entre los que más aumentó: 160%. Pero no sólo eso: además, la carne es uno de los ítems de mayor peso dentro del IPC: 7%. Por otro lado, también comparando con diciembre de 2001, el salario promedio creció la mitad de lo que aumentó la carne, lo que permite tener una idea del impacto de este último aumento en un país, en el cual el consumo de carne es tan importante. Otra forma de ver esto mismo es en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares: comparando la situación de mayo del 98 con la del segundo trimestre de 2006, la cantidad de carne que la persona podía adquirir con sus ingresos se redujo en cerca de un 30%. Que el precio de la carne tenga tanto impacto sobre el gasto de los hogares es clave para las mediciones de pobreza e indigencia. Hoy el gasto en carne es cerca del 40% del valor de la canasta usada para medir la indigencia y casi el 20% de la usada para medir la pobreza. Así, por cada

La escasa oferta vacuna complicó al mercado ARCHIVO

10% de suba de la carne la cantidad de hogares indigentes sube en más de 5%, al tiempo que la de hogares pobres sube más de un 2%. Todos los datos anteriores permiten entender la preocupación que el tema de la carne le genera al Gobierno. Sin embargo, el compartir esa preocupación no implica compartir su estrategia para encarar la cuestión.

Cómo llegamos a esto Ahora bien, la clave para cualquier estrategia es un diagnóstico previo adecuado, el cual, en mi opinión, es que hay una importante escasez de oferta ante una demanda que se recuperó fuertemente. ¿Cómo se llegó a ésto? En lo que hace a la demanda, cabe destacar algo que el Gobierno considera central en su política económica: un tipo de cambio alto. Este, al abaratar la producción local, indujo a una mayor demanda de la misma por parte del resto del mundo, lo que se potenció con el crecimiento de la economía mundial y, en el caso de la carne, con la reapertura de merca-

dos que se habían cerrado por la aftosa. A esto se sumó la recuperación de la demanda local luego de pasada la crisis 2001/2. En cuanto a la oferta, el elevado tipo de cambio y los precios internacionales fomentaron la inversión en el sector agropecuario a pesar de las altísimas retenciones a las exportaciones. Sin embargo, dada la intervención del Gobierno en el sector ganadero, la inversión se volcó mayormente al sector agrícola. ¿Cómo se resuelve esta situación? Principios económicos básicos nos lo indican: en el corto plazo, los precios deben aumentar para adecuar la demanda a la oferta, siendo esto la señal que permitirá incrementar la oferta a mayor plazo. Es importante notar que en este proceso durante un tiempo se produce un efecto de retroalimentación: al aumentar los precios, los productores retienen más vientres, lo que tiende a elevar más los precios en el corto plazo. Sin embargo, pasado el tiempo que requiere lograr un mayor stock, los precios se moderan y el mercado queda ampliado.

Por ende, al querer abortar la suba de precios, el Gobierno se guía con un criterio de corto plazo que no hace más que impedir el desarrollo de la verdadera solución. Por otro lado, en el camino, como las medidas que adopta no contienen los precios, se ve inducido a intervenir más, complicando más la situación: así, por ejemplo, si ante el desaliento los productores comenzaran a liquidar su stock para destinar sus campos a la agricultura, el precio de la hacienda podría bajar en el corto plazo, lo que sería funcional a los intereses del Gobierno, pero se estaría incubando un problema mayor en el futuro. El quid de la cuestión es entonces el horizonte de planeación: la verdadera solución al desbalance entre oferta y demanda llega en el largo plazo, pero el Gobierno está preocupado por el corto plazo en el que se produce el alza de precios. Esto debería ser tenido en cuenta por los productores, porque por más que ellos sepan cómo se resuelve el problema, deben encontrar una forma de mitigar (ya que evitar es imposible) el aumento de precios de corto plazo, o se seguirán enfrentando con el gobierno. Considero que un principio de solución pasa por la diferenciación de precios entre los cortes de exportación y de consumo interno, ya que, en general, no son los mismos. Esto requiere un cambio en la forma de comercialización de los animales, pasando del esquema de la media res a un esquema por cortes. El mismo ya se esta dando, aunque, una vez más, requiere tiempo, ya que deben modificarse estructuras de larga data. El autor es economista y profesor del Centro de Estudios e Investogación para la Dirigencia Agroindustrial (Ceida)