PENSEMOS TEOLÓGICAMENTE Por Octavio J. Esqueda La Biblia comienza con una profunda declaración: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" Génesis 1:1). Es importante resaltar que la Biblia no intenta probar la existencia de Dios sino que simplemente la afirma. Dios es el creador de todo lo que existe. Por lo tanto, es él quien define la realidad y nuestra existencia como seres humanos. Nuestro papel como criaturas es obedecer al creador. Sólo en él encontramos el propósito de nuestras vidas y el significado de nuestra relación con los demás y con el resto de la creación. La teología es la reflexión y el conocimiento de Dios. Ya que Dios nos da la explicación de todo lo que existe porque él es el creador, la teología es central para todas las áreas de nuestra vida. Nuestra teología afecta nuestra práctica. El escritor A.W. Tozer afirmó: "Lo que viene a nuestra mente cuando pensamos acerca de Dios es lo más importante acerca de nosotros mismos. ... Por esta razón la cuestión más seria que enfrenta la iglesia es siempre Dios mismo, y la más portentosa cualidad de cualquier ser humano no es aquello que ha dicho o hecho en un momento determinado, sino como es que concibe en su corazón a Dios. ... Antes de que la iglesia caiga en algún tipo de eclipse debe primero existir corrupción en su teología más simple y básica. Simplemente responde incorrectamente a la pregunta: ¿Cómo es Dios? y ahí comienza la decadencia". El teólogo Juan Calvino hizo la misma reflexión al comienzo de su libro Institución de la Religión Cristiana: "Por otra parte, es cosa evidente que el hombre nunca jamás llega al conocimiento de sí mismo, si primero no contempla el rostro de Dios y, después de haberlo contemplado, desciende a considerarse a sí mismo". Si Dios es la fuente de todo lo que existe y la explicación de la realidad, entonces es vital que veamos la vida como Dios lo ha determinado. A la forma de ver el mundo y explicar la realidad se le llama cosmovisión. Nosotros podemos conocer cómo explica Dios el mundo porque él se ha revelado a nosotros; es decir, Dios ha tomado la iniciativa de darnos a conocer sus planes y propósitos. Nosotros podemos conocer la revelación específica de Dios a través de Jesucristo y la Biblia. Por lo tanto, es imprescindible que podamos tener una cosmovisión bíblica para poder vivir de acuerdo a los planes del creador. Cualquier sociedad para que funcione realmente como debe de hacerlo, necesita mantener a Dios como el centro de sus acciones. Dios es el que pone las reglas. El propósito de tener una cosmovisión bíblica es obedecer al creador. En Deuteronomio 29:29 encontramos la intención de la revelación divina:"Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley". Nosotros podemos conocer a Dios porque él se ha revelado a nosotros. Sin embargo, el fin de este conocimiento es la obediencia al Señor del universo. La observación y total dependencia a las leyes divinas es parte esencial de la vida de los seres humanos. Recuerdo que un profesor nos decía frecuentemente que su deseo era que sus alumnos aprendiéramos a "pensar teológicamente" en todo momento. Esto es exactamente lo que tenemos que hacer los cristianos cuando tomamos decisiones en nuestra vida cotidiana. Tener una cosmovisión bíblica es pensar teológicamente. ¿Cuáles son mis responsabilidades sociales? ¿Cómo debo de conducirme en mi trabajo? ¿Cuál es mi relación con el gobierno? ¿Cómo debo vivir? La respuesta es pensar teológicamente.

La base de nuestro comportamiento es la revelación de Dios, la Biblia. Sin embargo, debemos siempre recordar que ésta no se escribió simplemente para satisfacer nuestra curiosidad sino para que la obedezcamos. Cuando lo hacemos, vivimos de acuerdo al plan del creador y sólo así encontramos la plenitud de la vida. Tomado de Baptist Press News: www.bpnews.net Usado con el permiso del autor. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.