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LA TRINIDAD Y LA SALVACIÓN INTEGRAL Por David J. Suazo

Introducción Los cristianos consideran la doctrina de la Trinidad como fundamental a su fe. No habría fe cristiana sin la doctrina de la Trinidad. Este cuerpo de doctrinas que componen la fe cristiana se basa en lo que las Escrituras dicen acerca de Dios, de su naturaleza y de su obra. Desde la creación hasta la consumación de todas las cosas la doctrina de la Trinidad es básica. Desde el comienzo de la teología cristiana, en la Iglesia Primitiva, los teólogos se esforzaron por afirmar la importancia de esta doctrina.1 La doctrina de la salvación es una de las más explicadas en forma trinitaria, debido a la abundante evidencia bíblica. En este artículo se presentará el papel de la Trinidad en la salvación del hombre, haciendo énfasis en el elemento integral de esa salvación.2 El estudio se enfocará en la obra que cada miembro de la Trinidad efectúa en la salvación y en el resultado global e integral de esa obra.

Dios el Padre y la salvación La teología clásica suele atribuir a Dios el Padre el papel de diseñador de la salvación, lo cual incluye, desde luego, las obras de elección, predestinación, llamamiento y consumación. Según Juan 3:16, todo comenzó con el amor de Dios expresado a toda la humanidad con el envío de su hijo para redimirla. Este texto favorito de los cristianos enseña profundamente la obra salvífica de Dios el Padre en cuatro aspectos: 1) carácter de Dios (amor), 2) autor del amor 1

Langdon Gilkey, “God”, capítulo 3 de Christian Theology: An Introduction to its Tradition and Tasks, segunda edición , Peter C. Hodgson and Robert H. King (eds.) (Philadelphia: Fortress Press, 1985): 93-96 2 Cuando se habla de salvación integral se hace referencia a la discusión contemporánea en círculos evangélicos que definen la salvación en términos de un alcance para todas las personas y para toda la persona, no solamente el aspecto espiritual. Aquí sobresale los aportes que la Teología de la Liberación han hecho al concepto d salvación/liberación, los cuales son evaluados acertadamente por E. A. Núñez, Teología de la Liberación (Miami: Editorial Caribe, 1986): 165-193 y Samuel Escobar, La Fe evangélica y las teologías de la liberación (El Paso Tx.: Casa Bautista de Publicaciones, 1987): 143-48

2 y salvación (Dios), 3) el don (el Hijo, el Unigénito) y 4) el propósito (para que todo aquel que crea no se pierda).3 El hecho de que en Jn. 3:16 se use el nombre Dios con artículo, igual que en 1:1 nos indica que se trata de Dios el Padre.4 Como sucede en muchas otras partes de la Biblia, aquí tampoco se explica por qué el Padre nos amó tanto, simplemente se indica una realidad que expresa la magnitud del amor de Dios.5 El otro aspecto sobresaliente de la obra de Dios el Padre en la salvación se expresa en los términos de elección, predestinación, llamamiento. Los pasajes clave son Romanos 8:28-30; 9:16-24; Efesios 1:3-6; 1 Pedro 1:1-2. No hay espacio suficiente para desarrollar cada pasaje, pero especial atención merecen Efesios 1 y 1 Pedro 1, porque allí se hace referencia directa y específica a la obra salvífica de la Trinidad entera. En otras palabras. La salvación es una obra integral en el sentido trinitario porque está hecha por la Trinidad entera. Cada miembro de la Trinidad opera un aspecto de esa obra. En este caso observamos la obra redentora de Dios Padre, eligiendo soberanamente, en amor a los creyentes. John Stott comenta sobre Efesios 1:314 lo siguiente: Primero, Dios el Padre es la fuente o el origen de toda bendición que disfrutamos. Su iniciativa se advierte claramente porque él mismo es el sujeto de casi todos los verbos principales de estos versículos. Es él quien “nos ha bendecido” (v. 3), quien “nos escogió” (v. 4), y nos ha “predestinado para ser adoptados hijos suyos” (v. 5), quien “nos otorgó gratuitamente” su gracia (v.6 Versión Nácar-Colunga, literalmente “nos gratificó con su gracia”), por lo tanto, hizo “sobreabundar” su gracia sobre nosotros (v. 8)… Más aún, él “hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (v. 11)6 Dios el Padre decidió elegirnos para la redención según el puro afecto de su voluntad. Nos eligió por amor, no por necesidad. Esta es una expresión de esa comunidad trinitaria que creó todo y redime por amor.7 En 1 Pedro 1:1-2 también se dice que Dios el Padre planeó la salvación, en la cual están involucrados los otros dos miembros de la Trinidad: 1) El Padre

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Guillermo Hendriksen, El Evangelio según San Juan en Comentario del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Subcomisión de Literatura Cristiana de la Iglesia Cristiana Reformada, 1981): 150 4 Ibid., 151 5 Herman Ridderbos, The Gospel of John: A Theological Commentary (Grand Rapids: W. B. Eerdmans Publishing Company, 1997): 138 6 John R. W. Stott, La Nueva Humanidad: El mensaje de Efesios (Quito: Ediciones Certeza, 1987): 33-34 7 Scott Horrell, “In the Name of the Father, Son and Holy Spirit: Constructing a Trinitarian Worldview”, 1998 (Guatemala: Seteca, Notas de clase Teología y Cosmovisión, 2004) 12-13

3 eligió según su presciencia, 2) el Espíritu Santo obró para llevarnos a creer en Cristo iniciando el proceso de santificación y 3) Jesucristo nos redimió por su sangre.8 A manera de conclusión de esta sección haremos una breve descripción del carácter integral de la obra salvífica de Dios el Padre. El plan redentor de Dios siempre fue universal e integral. Hay una dimensión cósmica del plan redentor de Dios que incluye todas las cosas (Col. 1:19-20).9 También hay una dimensión universal que incluye todas las naciones y todas las personas, tanto en el aspecto individual, como corporativo. Dios planeó una redención que reconcilia al ser humano con Dios, consigo mismo, con los otros seres humanos y con la creación misma. La salvación no se puede ver solamente como un asunto individualista, espiritual, futurista, ultramundano. Es también corporativa, social, política, física, emocional, relacional, presente y aquí en el mundo de hoy. Estos últimos elementos son los que se enfatizan en la Teología de la Liberación, aunque también están presentes, al menos algunos elementos, en la Teología de la Prosperidad, tan popular en círculos neo pentecostales contemporáneos en América Latina..

Dios el Hijo y la salvación Si Dios el Padre es quien diseñó y planeó la salvación, el Hijo es quien la efectúa, la lleva a cabo. Es abundante la información bíblica al respecto, así que nos limitaremos a aquellos pasajes que involucran también a los otros miembros de la Trinidad, como los ya mencionados en la sección anterior, y algún otro. Según Juan 3:16 el amor de Dios se expresa concretamente enviando a su Hijo unigénito, de manera que el Hijo Unigénito es el agente que toma la tarea de realizar la obra redentora. El tema del envío de Jesús es desarrollado por Juan y representa la versión juanina de la encarnación (1:14; 17:18; 20:21), la cual no es narrada, sino interpretada.10

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Stanford Orth, Remando vs. la corriente (Puebla, México: Ediciones Las Américas, 1993):11-12 Pedro Arana Quiróz, “La misión de Dios y la nuestra” en El Trino Dios y la misión integral (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2003): 63 10 Samuel Escobar, “Una cristología para la misión integral” en El Trino Dios y la misión integral (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2003): 89-97 9

4 En Efesios 1:3-14 se describe la obra redentora de Dios el Padre a través de la elección y la obra redentora de Cristo a través de su sangre y el perdón de pecados que van juntos siempre.11 La muerte de Cristo es la obra cumbre de su acto redentor, pero no es solamente su muerte la que tiene carácter redentor, también su vida de obediencia12 y ministerio (Ro. 5:19). El mismo concepto se encuentra declarado en 1 Pedro 1:2.13 Otro texto bíblico que hace referencia a la Trinidad en la salvación es Gálatas 4:4-7. Allí también se hace referencia a la obra de Dios Padre enviando a su Hijo para que él efectuara la redención de la humanidad y nos hiciera miembros de la familia de Dios mediante la adopción del Espíritu. Dios el Padre realizó dos envíos: 1) el del Hijo y 2) el del Espíritu Santo. Se trata de la misma clase de envío por el verbo utilizado14, pero la diferencia es que uno es encarnacional y el otro es habitacional. Uno es al mundo y el otro es a los corazones de los creyentes. Los clásicos conceptos de la redención efectuada por Jesucristo, tales como su sacrificio expiatorio, vicario, universal son del conocimiento del creyente. De manera que aquí haremos más bien una breve reflexión sobre el carácter integral de la obra redentora de Cristo. De nuevo observamos que el alcance de la obra redentora de Cristo, al igual que la obra del Padre, es cósmica (Ef. 1:10). Todo está incluido en la obra redentora de Cristo. Esto, desde luego, nos hace pensar en las dimensiones sociales del evangelio que el evangelista Lucas presenta con mayor claridad en su evangelio. El hecho de que Jesús tuviera una especial preferencia por los marginados (publicanos, samaritanos, leprosos, mujeres, niños y enfermos),15 nos indica que la salvación que Jesús ofrece trasciende lo judío, lo espiritual, lo individualista. Esa salvación tiene que ver con las necesidades humanas aquí y ahora. Ese es el mensaje que Jesús anunció en Nazaret (Lc. 4), donde la liberación se presenta en todas sus dimensiones. Si Dios el Padre

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Guillermo Hendriksen, Efesios: Comentario del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Subcomisión de Literatura Cristiana de la Iglesia Cristiana Reformada, 1984): 89 12 Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana, Vol I: Libro II, Capítulo XVI.5 (Rijswijk, Países Bajos: Fundación Editorial de Literatura Reformada, 1968): 375 13 Orth, Op. Cit. 14 Guillermo Hendirksen, Gálatas: Comentario del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Subcomisión de Literatura de la Iglesia Cristiana Reformada, 1984): 169 15 Darío López, “La misión liberadora de Jesús según Lucas” en C. René Padilla (ed.), Bases bíblicas de la misión (Buenos Aires: Nueva Creación, 1998): 225

5 está interesado en la totalidad de la salvación y la totalidad de los seres humanos, también el Hijo. La salvación trinitaria es integral, así como lo es la Trinidad misma.

Dios el Espíritu Santo y la salvación Dios el Padre diseñó la salvación, Dios el Hijo la efectuó y Dios Espíritu Santo la aplica. Varias son las obras del Espíritu Santo relacionadas con la salvación que el Nuevo Testamento identifica: 1) regeneración (Jn. 3:1-8; Tito 3:5), 2) bautismo (1 Co. 12:13), 3) morada (1 Co. 3:16; 6:19), 4) sello (Ef. 1:13-14; 4:30; 2 Co. 1:21-22), 5) santificación (Ro. 8:127; 1 P. 1:2), 6) convencimiento (Jn. 16: 5-11). Todas estas obras tienen una relación directa con la obra redentora de la Trinidad. También todas estas obras las aplica el Espíritu Santo en cada creyente de manera individual.16 A la vez, el Espíritu Santo también aplica la obra redentora a la iglesia como el cuerpo de Cristo.17 Los pasajes trinitarios que ya hemos considerado en las secciones anteriores también ayudan aquí. Efesios 1:13-14 representan la culminación de la obra trinitaria de redención que Pablo describe en este pasaje. Aquí la obra es sellar a los creyentes y garantizarles que la redención tendrá un final feliz, tal y como había sido diseñada desde el principio. Estos versículos imprimen un carácter de certidumbre y seguridad en toda la obra redentora, de tal manera que el creyente no tiene ninguna razón para dudar de su redención pasada y de su futuro glorioso. El Espíritu Santo es la persona de la Trinidad que entra en contacto directo con el creyente. Aquí Dios el Padre prometió y dio el Espíritu a los que creen como una garantía (arras). Stott lo dice así: Un depósito sobre una casa o en un contrato de locación, sin embargo, es más que una garantía de pago, es la primera cuota del precio de compra. Lo mismo sucede con el Espíritu Santo. Al dárnoslo, Dios no sólo está prometiendo nuestra herencia final, sino que ya nos está dando un primer atisbo que es, sin embargo, “solo una pequeña fracción de la dote futura”.18

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Michael Green, Creo en el Espíritu Santo, Trad. por Ernesto Suárez Villena, (Miami: Editorial Caribe, 1977): 91-120 17 Ibid., 121-148 18 Stott, Op. Cit., 48

6 El elemento comunitario se encuentra en la obra del bautismo que tiene una dimensión tanto individual como corporativa. Por un lado, en el bautismo el Espíritu incorpora al creyente individualmente dentro del cuerpo de Cristo, pero por el otro forma y construye ese cuerpo. La salvación comunitaria es un tema olvidado en la teología evangélica clásica noratlántica. Este tema está siendo recuperado en la teología evangélica del Tercer Mundo, donde el elemento comunitario es mucho más fuerte y refleja mejor lo que sucedió a partir del Pentecostés de Hechos 2.19 Un mayor alcance de la obra del Espíritu Santo en la salvación sería un complemento a lo ya dicho antes sobre el carácter integral de la obra redentora de Dios Padre y Dios Hijo. De nuevo un aporte importante viene de la Teología de la Liberación.

Jon Sobrino dice

acertadamente que sin compromiso con la realidad “sin vida histórica” no puede haber vida espiritual.20 C. René Padilla lo dice así: Como en el caso de Jesús “el propósito de cuya unción él mismo definió en la sinagoga de Nazaret”, la experiencia del Espíritu que vivió la iglesia de Jerusalén se tradujo en misión integral orientada a la transformación de la vida humana en todas sus dimensiones, incluyendo, como hemos visto, su base material.21 La obra del Espíritu Santo en la salvación, entonces se inserta bien en la obra de los otros dos miembros de la Trinidad, dándonos así una visión integral e integradora de la salvación.

Conclusión La cosmovisión teísta trinitaria que ofrece el cristianismo es la que mejor explica esta realidad tan importante como lo es la salvación. Los grandes interrogantes que Robert C. Solomon22 presenta son mejor contestados por esta cosmovisión.

La Trinidad ofrece una

comunidad, relaciones interpersonales, un absoluto en unidad y diversidad, un plan y propósito 19

C. René Padilla, “El Espíritu Santo y la misión integral de la iglesia” en El Trino Dios y la misión integral, 115-147. Aquí el autor trata de aplicar las enseñanzas bíblicas acerca del Espíritu Santo, la salvación y la iglesia, a fin de darle un equilibrio trinitario a la obra redentora de Dios y la misión de la iglesia. 20 Jon Sobrino, Liberación con espíritu (San Salvador: UCA, 1985): 23 21 Padilla, Op. Cit., 143 22 Robert C. Solomon, The Big Questions: A Short Introduction to Philosophy, sexta edición (Belmont CA: Wadsworth/Thompson, 2002)

7 desarrollado armoniosamente por los tres miembros. Todos estos son elementos que responden mejor a la realidad de la vida humana que cualquier otra cosmovisión. La salvación trinitaria es el resultado del diseño de Dios el Padre, la realización del Dios el Hijo y la aplicación de Dios Espíritu Santo. Los creyentes en lo individual son bendecidos y corporativamente son insertados para desarrollar la misión integral. Seminario Teológico Centroamericano Doctorado en Educación Teológica Monografía presentada en cumplimiento de la materia DET 201: Teología y Cosmovisión David Suazo J. 31 de mayo de 2004

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