PDF (Capítulo 11)

Gabriel Restrepo. El libro de Parsons, de 1955, Familia y Procesos Interactivos, sim- ..... economía familiar, la corporación reemplaza por completo ese tipo de.
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LA FAMILIA (Segunda Sesión) Gabriel Restrepo

El libro de Parsons, de 1955, Familia y Procesos Interactivos, simplemente confirmaría la validez del pensamiento de Hegel y desarrollaría en sus particularidades buena parte de los aspectos que Hegel considera esenciales en la familia. Para ubicar un poco el pensamiento del sociólogo norteamericano cabría indicar que ciertamente hay un hilo de aproximación entre el pensamiento de Hegel y el de Parsons. Y más general, entre el pensamiento del idealismo de lafilosofíaalemana y el pensamiento de Parsons a través de Ferdinand Tonnies, quien al examinar La Filosofía del Derecho extracta la contraposición de los principios que regulan comunidades como la familia y principios que regulan sociedades como la sociedad civil. Tonnies extrae de esta revisión del texto de Hegel una suerte de dicotomía para expresar cómo estos dos tipos de representaciones conceptuales se rigen por pautas o principios esencialmente diferentes. La relación de comunidad se basa en el afecto, siendo fundamentales los aspectos simbólicos y en general los aspectos expresivos. La ritualidad también es algo que se marca muy bien en todas las relaciones de la comunidad, al igual que los principios de comensalidad y compartir. En cambio, en las representaciones de sociedad, sea política o económica, predominan típicamente los principios del interés o de la lucha por el poder. En esencia estas sociedades se caracterizan por ser instrumentales y competitivas, por estar regidas por normas universales más que por valores particulares, y porque son más indiferentes al afecto y están

más marcadas por la razón. Tonnies, como toda una escuela en filosofía y sociología alemanas del siglo pasado, lleva al extremo esta contraposición entre comunidad y sociedad. En la sociología norteamericana se ha retomado para representar también esa dicotomía entre la sociedad rural y la urbana. Parsons se aleja de lo que es esta dicotomía porque, para expresarlo en términos de Hegel, esta dicotomía simplemente sería una mala abstracción del entendimiento, que sólo tendría en cuenta las diferencias que hay entre dos entidades, las fijaría, las haría unilaterales, y no avanzaría más allá de ellas. Para un pensamiento como el del estructural-funcionalismo, que no es dialéctico, pero que tiene unos visos que van más allá de la lógica formal, estas dicotomías son insuficientes. Su interés estaría centrado principalmente en ver más allá de las diferencias y relaciones que mantienen entre sí; en ver lo que un pensamiento funcionalista llamaría las relaciones recíprocas, la interpenetración que hay entre dos entidades o esferas. En este sentido Tonnies, aunque no se atiene esencialmente a la diferencia de la escuela del idealismo alemán, extrae de esta antítesis o de estas polaridades lo que Parsons va a llamar las pautas variables, que son las formas como se puede orientar en general la acción de un ego hacia un alter, de un yo hacia un otro y de esta forma trascendería esta dicotomía. Esas pautas variables sirven como eje de clasificación, descripción y explicación de los hechos sociales y son expresadas en la forma de contraposiciones. Por ejemplo, una orientación hacia otro puede ser eminentemente particularista o específicamente universal, determinada por la abstracción en general de las singularidades que hay en el otro individuo; o puede ser afectiva porque mi relación con el otro puede estar determinada por el afecto, o puede tratarse de neutralidad afectiva como en la esfera de una empresa o del estado, en la cual el afecto está excluido de la consideración intersubjetiva de interacción; otra contraposición puede ser entre lo adscriptivo y lo adquisitivo, según que la valoración del otro se dé por lo que él es en cuanto naturaleza, en cuanto cristalización del ser social, o que se dé en términos de su capacidad de acción, de logro, por sus habilidades instrumentales para sobresalir; y lo mismo puede ser el otro par de pautas variables: el carácter difuso o específico en la consideración del otro. Esto le sirve a Parsons como un principio ordenador de todo lo que son las relaciones sociales. Pero de la misma manera que Parsons considera insuficiente una dicotomía como la de comunidad y sociedad, y simplemente la usa para extractar de allí algunos principios generales de descripción y de explicación, también en el caso concreto de la relación entre familia y sociedad se va a apartar de otra especie de trampa del

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pensamiento (que Hegel también en cierta forma critica pero no lo arguye explícitamente) que es la de confundir a la familia con la sociedad, como hacían los pensadores anteriores a Hegel. Por ejemplo, Rousseau y muchos de los pensadores políticos establecían analogías entre el jefe de la familia y el jefe del Estado, mostrando cómo si los hijos deben obediencia al padre, los ciudadanos deben obediencia natural al jefe del Estado. Para Parsons, como para Hegel, la familia no es una sociedad en pequeño; puede considerarse como un sistema social parcial que debe ser referido a un sistema social más amplio como es el de la sociedad. Para Hegel, sin duda, también aparecería esta consideración de la familia como un momento dentro de la sociedad, esto es, que la familia no es en sí misma toda la sociedad, ni refleja la sociedad entera. Este mismo principio es fundamental para Parsons; la familia es un subsistema social que tiene una serie de relaciones muy sutiles con el sistema social total. Pero no puede haber esa confusión que identifique a la familia con la sociedad. A partir de esto, Parsons examina ese subsistema de la familia y sus relaciones con el sistema social total sobre la base de su conceptualización en lo que él llama un sistema de acción. Sistema de acción que en esencia se reduce en su mínima expresión a una relación interactiva entre un ego y un alter, entre un yo y un otro; una relación interactiva en la cual el ego y el alter son tanto organismos físicos y biológicos como personalidades, como actores sociales, y se expresan el uno respecto al otro en términos de los roles que ocupan. Esa interacción está medida fundamentalmente para Parsons por la existencia de códigos culturales que están regulando la acción; códigos culturales que, si son interiorizados en la personalidad, se convierten en normas sociales. Aquí también podríamos ver cierta afinidad del pensamiento de Parsons con las expresiones de Hegel ya que las relaciones humanas son ante todo relaciones culturales, espirituales, mediadas por el espíritu, por la cultura; y determinadas por los signos, por los símbolos, o sea, por esa segunda naturaleza que el hombre se ha labrado a través de la conquista de la cultura, esto es del lenguaje, del conocimiento, de la expresión, de la religión, etc.,. Entonces la interacción entre un yo y un otro, como mínima escala de una acción social, está mediada para Parsons por la cultura como fundamento de la acción humana. Y muy importante para Parsons es que la cultura puede ser un ente exterior y, como Hegel igualmente lo expresa en la Filosofía del Derecho, la cultura llega a ser también un elemento interior; este es el tránsito fundamental y uno de los aspectos fundamentales en los cuales yo vería que hay una comunidad de pensamiento entre Hegel y en general entre todo el idea-

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lismo alemán y la sociología funcionalista. O sea, cómo una cultura que puede ser en determinado momento algo exterior y producto del hombre llega a ser parte de la misma individualidad, de la misma personalidad. Para Parsons la mediación en este tránsito es el proceso de socialización; y justamente la familia tiene como una de sus funciones fundamentales la de llevar adelante el proceso de socialización. Según Parsons, esa es una de las esencialidades de la institución de la familia: socializar a los miembros de la familia en toda la herencia cultural y en todo el tramado de normas sociales que rigen en una sociedad. Parsons examina luego el tipo de imbricaciones y de relaciones entre un subsistema parcial como la familia y el sistema social total que es la sociedad, dentro de una concepción en la cual la familia de ninguna manera se considera como una imagen en pequeño de la sociedad, o como un modelo de la sociedad. Entre otras cosas porque hay (y en esto también se presenta un principio de continuidad entre Parsons y Hegel), una relación de límite entre la familia y la sociedad, o sea, entre ese subsistema social parcial y el sistema social total. Esa relación consiste en que el padre ocupa una posición como cabeza de familia, per una parte; y por otra parte ejerce una función dentro de la estructura ocupacional de la sociedad entera. Ese es uno de los puntos de vinculación entre la familia, diríamos, en el lenguaje de Hegel, como asegurador del patrimonio de la familia, pero también es exterioridad respecto a la familia. En efecto, ésta depende de que el padre, principal aunque no exclusivamente, ejerza una función dentro de la estructura ocupacional. Y esta función es determinante para el estilo de vida de la familia, o sea, para todo lo que es la estratificación de la familia en su conjunto; para todo lo que es la simbolización del lugar que ocupa esa familia concreta en toda la estructura social, en términos de respeto, de conocimiento por parte de los otros, en términos de poder adquisitivo, en términos de los símbolos que esa familia expresa como hecho social. Dentro de esto Parsons estima importante concentrarse en lo que es la familia norteamericana en los años en que escribe, o sea en los años de postguerra, en un momento en el cual el impacto de la ciencia y de la tecnología se estaba sintiendo de muy diversos modos, sobre todo en la estructura social y en particular sobre la familia. La ciencia y la técnica penetran en el interior mismo de la familia con lo que es la racionalización de las labores domésticas antes ejercidas manualmente, y ahora todas regidas por máquinas, por la lavadora, la secadora, la cocina eléctrica, los hornos automáticos, etc. Pero además de esto se pueden considerar otros aspectos que colindan con la existencia de la estructura familiar. Está, por ejemplo, el hecho señalado por Parsons de la ocupación de la mujer fuera del hogar, fundamentalmente en ocupaciones que son muy afines con la función

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que la mujer tiene como centro de la expresividad de la familia dentro del hogar. Vamos a ver más adelante que Parsons, como Hegel, subraya de una forma idéntica y sin ninguna mención de Hegel, que la familia gira sobre dos ejes fundamentales que son: 1. El rol instrumental y el rol expresivo. 2. El eje de la generación, que indica también una diferencia de poder y sobre todo de control de los procesos de socialización. Son esos los dos ejes que definen la estructura de la familia. En Parsons tenemos entonces la primacía de un rol instrumental, que para él es ocupado fundamentalmente por el padre, por el jefe de la familia y que tiene, como señala también Hegel, una exterioridad muy importante en relación con su actividad familiar. Y el rol fundamentalmente expresivo que es ocupado ante todo por la madre; aun si ella trabaja por fuera de la familia, está el hecho de la relación no solamente biológica con el hijo, sino la relación cultural de la madre con los hijos, o sea. todo el proceso de socialización. Como diría Hegel, es ese lenguaje de la piedad, del recogimiento, de la intimidad. Es una función que Parsons no entra a valorar de positiva o negativa, sino a mirar en la validez o importancia que esa expresividad o interioridad tiene para el mantenimiento del balance emocional de la unidad familiar en sí misma. Dados estos parámetros, Parsons considera a la familia americana como el prototipo de la familia que él va a examinar en circunstancias en las cuales los cambios de la ciencia y de la tecnología están afectados todos los planos de la sociedad. En el libro de Parsons hay un cierto convite a científicos de otras especialidades de las ciencias sociales, y en particular a los antropólogos, para que examinen las variaciones de la familia dentro de las estructuras del parentesco a través del tiempo, para encontrar, como dirían los antropólogos, que la familia, a pesar de todas las diferencias en el tiempo y en el espacio, tiene ciertos invariantes que son los mismos que Hegel ha subrayado en la Filosofía del Derecho. Naturalmente Parsons toma aquí la familia americana y señala cómo ella ha llevado a su máximo todo un proceso de diferenciación social. Para Parsons este concepto de diferenciación es fundamental en una perspectiva tanto estructural-funcional como evolutiva. En los dos aspectos es absolutamente fundamental. ¿Y en qué consiste esta diferenciación? En que la familia, como subsistema parcial dentro del sistema social total que es la sociedad, ha perdido una serie de funciones que tenía antes en otras sociedades. Una de esas funciones previas era, por ejemplo, la de la producción económica. Todos sabemos que en las estructuras precapitalistas la unidad productiva poco se diferencia de la unidad doméstica, ya sea en agricultura, o en la artesanía, por lo general la familia es el centro de la actividad

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económica. Y justamente en la modernidad empieza a haber esta ruptura por medio de la cual la familia deja de ser una unidad productiva económica de modo típico. Puede que haya sin duda casos en los cuales la familia sigue siendo una unidad productiva, pero en Estados Unidos, que se preciaba mucho de iniciar su capitalismo sobre la base de una economía familiar, la corporación reemplaza por completo ese tipo de unidad productiva. También en el mismo Estado, tal como lo puede subrayar Max Weber, empieza a haber un divorcio entre lo que es la empresa o la burocracia y la actividad familiar. Una separación neta hasta tal punto que si uno puede aplicar el tabú del incesto en la estructura familiar, de modo análogo podría aplicar una especie de tabú de incesto en las estructuras de la corporación o de la burocracia. ¿En qué sentido? En el sentido de que la consanguinidad se proscribe de las relaciones de trabajo; en muchas entidades está el impedimento legal de que haya familiares en la misma empresa. Entonces se lleva a cabo una relación de separación más o menos tajante entre la familia y la producción y el Estado. En cuanto a la relación entre familia y poder político también el hecho de que las monarquías ya sólo figuren como un elemento simbólico en las sociedades, está indicando que la familia ha perdido peso también como elemento de continuidad del poder. La familia ya no es determinante en la estructura del poder, lo cual no quiere decir que la familia no sea partícipe en toda una estructura de poder; pero lo será en la medida de su estilo de vida. Se da entonces una separación entre lo que es familia y estructura económica, o estructura de poder, y por lo tanto entre lo que es familia y sociedad civil o Estado. ¿Qué queda para la familia? Según Parsons queda la reproducción, que no necesariamente tiene que darse en la familia, ya que es, como Hegel lo diría, el hecho natural, pero donde lo importante es lo cultural, es ese elemento de eticidad que ya Hegel ve como esencial para el funcionamiento de la sociedad moderna. Pero, según Parsons, aparte de la reproducción quedan dos funciones que son absolutamente ineludibles para el funcionamiento de una sociedad tan compleja que ha llevado la productividad a una máxima extensión. Esas dos funciones son la socialización de los hijos y el mantenimiento del balance emocional de los miembros de la familia, entendida ésta como ese refugio o amparo frente a todas las tensiones que provoca la complejidad de la sociedad moderna. Se podría decir que la socialización también en buena medida se realiza ya por entidades ajenas a la familia. Evidentemente la escolaridad hoy es un hecho que cada vez más es asumido por entidades externas a la familia, desde edades

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más tempranas. Por ejemplo, hoy las guarderías vienen a ser ya una norma mientras que antes eran algo absolutamente excepcional. Y así la socialización, por lo menos en la parte escolar, se ha anticipado considerablemente con el paso del tiempo. En la parte de la socialización intervienen también otros elementos externos a la familia que se incrustan en el hogar, como son los medios de comunicación. Aunque esto no está muy examinado por Parsons es un factor que no se puede pasar por alto y que habría que estudiar con más detenimiento. Este hecho de que la familia pueda tenei^ un mundo de imágenes dentro de sí misma, tal como son dadas por el televisor; un mundo de imágenes con el cual no se puede interactuar y que sin embargo es determinante para transmitir toda la cultura a través de la imagen, a través únicamente de la posibilidad de visión; una imagen con la que no hay posibilidad de revisión, de reflexión, de diálogo, sino de visión puramente pasiva. Pero con todo esto, para Parsons la familia sigue siendo absolutamente fundamental en todo el proceso de socialización. En este punto él retoma naturalmente todo el legado de Freud que sería, dijéramos, una mediación entre Hegel y Parsons, pero que de todas formas corrobora lo que Hegel presenta en la Filosofía del Derecho sobre ayudas a la madre en términos de aparatos domésticos y en términos de manejo del hogar. De todos modos, Parsons destaca que el papel de la madre dentro de la familia, en relación con la socialización, sigue siendo ineludible fundamental, esencial; es aun más intenso, más complejo: lo que hace la madre es llevar el niño de la particularidad a la universalidad. En eso consiste el proceso de socialización. La personalidad libre llega a ser formada cuando tiene capacidad de ser universal. O sea, de poder participar del mundo de la cultura de manera autónoma. Parsons señala que dentro de la familia se pueden incluso considerar subsistemas; pero que el subsistema de la relación de la madre y el hijo es vital para la formación de las personalidades. Y él señala con Freud que en general todo el proceso de socialización es un progreso que va de la sensación al pensamiento y a la expresión, o de la particularidad a la universalidad por medio de crisis. Aquí los críticos de Parsons dirían que no tiene ninguna sensibilidad por el análisis genético; pero uno podría ver que este aspecto es muy sensible a las rupturas de estructuras y aquí es donde viene todo su lenguaje de diferenciación. El hecho mismo del nacimiento es una crisis, luego viene otra crisis que es la etapa oral, la anal, luego la edípica, en fin, siguendo a Freud mostrará que hay más o menos cuatro grandes períodos de crisis que llevan fundamentalmente hacía una mayor universalidad. Ese progreso va partiendo de ser un ente orgánico, en feto en el seno de la madre, con unos códigos genéticos que son fundamenta-

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les para la supervivencia y para el paso del feto al bebé recién nacido. Luego viene esa etapa de dependencia oral respecto a la madre, en la cual el niño es uno sólo con la madre. Su cuerpo es uno con la madre. Posteriormente está la etapa de distancia de la madre, en la cual el niño empieza a diferenciar su yo. En seguida vendría esa fase en la cual el padre interviene como otra imagen que ya representa el mundo de afuera, que es la fase edípica, y luego, tras otros momentos de rupturas, encontramos esa relación con los parientes que permiten al niño aprender lo que son otros roles, otros papeles sociales, otras personas. Y finalmente llega la escuela, en la cual el niño empieza a tener una pluralidad, por decirlo así, de máscaras sociales, de papeles sociales que hacen que su pensamiento se agudice, su sensibilidad se discrimine, sujuicio se forme, etc., hastael momento de la adolescencia en el cual con ese grado de libertad en potencia llega el momento de rechazo a la misma familia para constituir una personalidad independiente, que, a su vez, vuelva a iniciar todo el proceso. Parsons examina muy a fondo todos estos pasos, incluso haciendo una comparación entre la familia como subsistema social parcial y grupos pequeños, examinando la manera como funcionan los grupos sociales pequeños, y mostrando cómo también en todo grupo social pequeño hay una serie de invariantes, lo mismo que una serie de división de papeles donde alguien tiene que ejercer la función del rol instrumental, otro la función del rol represivo, etc. Pero lo esencial y fundamental en todo este proceso de socialización de los hijos es ver como no sólo no pierde importancia por el hecho de que haya otras entidades que entran parcialmente a cumplir esa función de socialización, sino que, dadas las complejidades de la sociedad moderna, la relación entre la madre y el niño, y la relación entre los padres en general y el niño, vienen a ser más fundamentales para la formación de la personalidad. A su vez, la otra expresión es que el aislamiento de la familia respecto a las estructuras de poder y a las estructuras económicas de la familia como tal, lleva a que el padre se vea enfrentado a la madre y viceversa sin más espejos que la propia alteridad de ellos mismos. Ya la familia, en cierta forma, ha roto tanto los lazos con la familia extensa, o con la familia de referencia de cada uno de los dos, que ese aislamiento lleva y fuerza a que. la pareja tenga que verse prácticamente el uno en el otro como en su espejo; y esa relación entre los dos llega a ser absolutamente fundamental para el equilibrio emocional de la pareja como tal, del equilibrio interno dentro de la familia. Y con esto entramos a la otra función ineludible de la familia, que es el mantenimiento del balance emocional de las personalidades, ya que el equilibrio de la familia se proyecta en su relación con el mercado ocupacional, con las estructuras de poder, con el Estado, o con los entes

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universales que Hegel toma en consideración, para que los miembros puedan tener algún grado de equilibrio dada la dinámica que tiene esta sociedad. Esos serían los términos fundamentales de una relación entre el pensamiento que Parsons tiene de la familia y el pensamiento que Hegel expresa en los principios de la Filosofía del Derecho. Yo creo, como indicaba al comienzo de esta exposición, que una visión como la de Parsons refuerza los elementos esenciales de pensamiento que ya se contenían en Hegel; y los desarrollos modernos como el sicoanálisis y otras disciplinas ponen de presente esos mismos rasgos fundamentales para la sociedad, relativamente contemporánea, que él analiza en su momento. A partir de allí se podrían hacer mil reflexiones sobre la significación de estos hechos para la sociedad colombiana. Podría haber, por ejemplo, en la sociedad colombiana problemas de ajuste, como diría Parsons, de la institución familiar en relación con la institución total de la sociedad derivados de los fenómenos de la transición demográfica, o sea, baja mortalidad, alta natalidad, o de los efectos de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, inducido por los cambios tecnológicos que también están afectando a la familia en este aspecto. También todo lo que puede ser el ingrediente de conflicto que las tensiones en las estructuras familiares pueden estar introduciendo en una región como Urabá, en donde las migraciones son enormemente aceleradas y donde uno encuentra que puede haber, de pronto, en un mismo espacio, la coincidencia de estructuras familiares y de concepciones del mundo muy diversas. Una visión como la de los chocoanos, que está muy cerca de lo que es la relación entre familia y producción; con una concepción del mundo como la de los antioqueños en una empresa bananera que simplemente supone que la relación del trabajador de la bananera con su familia es una cuestión indiferente para el funcionamiento mismo de la empresa. Habría toda una serie de aproximaciones y de ángulos de examen que sería muy interesante explorar y examinar en relación con estos puntos. Pero lo fundamental ha sido subrayar la tesis de una continuidad, en lo sustancial, entre Hegel, un pensador que dos siglos atrás pudo llegar a captar la esencialidad de una institución como la familia, y un sociólogo como Talcott Parsons, quizás ajeno a la sensibilidad y agudeza de una filosofía como la alemana y en particular a un pensamiento dialéctico como el de Hegel. Síntesis de preguntas, respuestas e intervenciones Dr. Mesa: Creo que esto puede dar pábulo a reflexiones sobre las directrices indicadas ya en la exposición. La afinidad en este caso con el

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pensamiento de Parsons que se mueve, diríamos, en el plano fenoménico; afinidad que habría que buscar tal vez entre ese plano fenoménico y lo que Hegel llamaría la esencialidad. Esto nos plantea una serie de problemas de método extraordinariamente importantes para la sociología, que creo ustedes perciben. ¿Qué podemos decir al respecto? Asistente: Yo vería un contraste de método muy grande. Hegel subraya lo siguiente en su precisión sobre la familia: ...Se tiene en esta unidad, en cuanto esencialidad que es en sí y por sí, la autoconciencia de la propia individualidad, y no se es en ella como persona sino como miembro 1 .

No se es en ella como persona, se niega como persona el individuo, pero al terminar este capítulo él va a encontrar justamente que es la persona la que disuelve la familia; y cuando el individuo tiene personalidad disuelve la familia y se abre paso a la sociedad civil. Así la familia tiene estos dos elementos negativos. Se da lo que Hegel llamaría el devenir, el destruir conservando que no estaría en Parsons, ni la contradicción como un elemento de método. No creo que sea mera cuestión de la forma de exposición, sino de método. Dr. Mesa: ¿Cómo se puede demostrar esto? En la dimensión esencial eso no sería demostrable; pero hay un plano en donde esto se demuestra, que es el estudio empírico. En la exposición se ha señalado como Parsons, cuya educación y el marco de su cultura son radicalmente distintos, tiene un valor (además de muchos otros) y es que demostraría lo que se ha llamado los invariantes fenoménicos. ¿Y por qué son invariantes? Tal vez porque son rasgos esenciales. Ahora, eso no se puede mostrar sino con estudios concretos, empíricos, con sociología empírica en el plano de la sociedad civil, en el plano del fenómeno. Si nos atenemos al lenguaje de Hegel y no sólo al lenguaje sino a lo que éste expresa como concepto, si eso es así empíricamente será porque está determinada de modo necesario esa expresión por su esencia; es una expresión de la esencia. Esa esencia se ha encontrado en el recorrido hacia adentro de todos los fenómenos. Expositor: Yo diría que los elementos están presentes en Parsons. Porque ¿qué es lo que quiere decir Hegel en ese texto? Que el amor, que el vínculo ético presente en esta relación de la pareja y en general de todo el matrimonio, está determinando que los individuos no sean considerados como personas de ese derecho abstracto que había considerado anteriormente, sino como miembros de una misma entidad, que es la comunidad familiar. i

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§ 158.

Sin embargo, el fin de ese amor ético está en imponerse de tal modo sobre la comunidad entera de la familia que los miembros más pequeños lleguen a ser personalidades libres, o sea que se alcance el momento de la disolución de la familia. Esa es toda la dialéctica que hay en esto y también la sociedad civil como ese momento de la plenitud de la familia, de la exterioridad de la familia, del ser de los miembros de la familia fuera de ella, en relación unos con otros. Eso lo capta Parsons también, aunque de otro modo, con otra expresión, con otro método, de todas maneras, esos elementos están en su obra. Puede que sea otro método, pero es tal la agudeza del pensamiento que no puede dejar de captar también la vinculación de estos elementos. Dr. Mesa: ¿Qué sería lo determinante como influencia, advertida o no? Determinante de Hegel en el pensamiento de Parsons o de cualquier otro sociólogo. No sería propiamente en los estudios empíricos. Yo quiero insistir en eso. Sería más bien en lo que hemos visto ahora. En la educación de los hijos, literalmente en la construcción de personalidades que llevan a la disolución de la familia en el sentido de superación como sujetos. Es decir, el problema fundamental de método para nosotros está allí, en el plano fenoménico, pero en su articulación con lo esencial. Es allí precisamente donde el pensamiento de Hegel y de sus discípulos se diferencia de la sicología, la sociología, la antropología y de toda la cultura propiamente positivista, empírica etc.; a los positivistas no les interesa buscar esa articulación de los fenómenos con la esencia. Esas invariantes son por ellos explicadas con base en encuestas, en observaciones de lo puramente fenoménico. Y decir lo puramente fenoménico no es nada peyorativo. Los funcionalistas, los positivistas, nos han legado maravillas descriptivas. Ya en otro plano, es en lo fenoménico donde se suscita el interrogante: ¿por qué es así? Expositor: Es tal vez lo mismo que en los capítulos anteriores expresaba Hegel respecto a la relación entre la pena y el delito. Puede uno captar allí lo esencial de esa relación de la pena que se aplique para tal delito, ello es un asunto que establece la ciencia colectiva, como decía él, el intelecto que viene a aplicarse a campos de mediación particulares, al mundo de lo fenoménico. Asistente: Hay elementos de la exposición que me preocupan un poco. Por ejemplo, lo que se señaló con respecto a la existencia de ese eje, de los roles instrumental y expresivo como invariantes, como algo esencial a la familia. Yo me pregunto: ¿éstos mismos roles no emergen de los cambios mencionados en la esfera productiva? O sea, en el momento en que hay una ruptura entre la unidad doméstica y la unidad productiva, también hay esa ruptura en los roles de la familia. ¿Se puede hablar tan tajantemente de que el rol instrumental está adscrito al

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padre y el rol afectivo está adscrito a la madre, cuando la historia ha mostrado cómo en la familia la función de socialización era de toda la familia y no estaba adscrita sólo a la mujer, y asimismo cómo la función de producción la hacían todos los miembros de la familia, hombres y mujeres por igual? Cuando hay la ruptura entre la unidad doméstica y la unidad productiva, y cuando la mujer debe quedarse en determinado puesto y el hombre salir al mundo público, en ese momento hay un vacío para la familia, o sea, es como si se sintiera la necesidad de crear e inventar otros roles. Hay algunos estudios que muestran como hubo una época en la cual la mujer se quedó sin funciones porque la función productiva, unida a la familia antes del capitalismo, se rompió con la familia capitalista. Y es en ese momento cuando surge una cantidad de códigos, de valores, de normas sobre la crianza de los hijos. Las mujeres tuvieron que crear manuales de cómo criar los hijos, de lo importante que era la función materna en la crianza de los hijos, de lo importante que era mantener ese recinto de paz y de calma que en el fondo era la familia. Es decir, se crea toda una nueva noción del papel de la familia, del papel de la mujer en la familia ante la ausencia de un rol predefinido para ello. Es como un período de vacío que existió allí para la familia. Empieza entonces a hablarse fácilmente de un rol instrumental y un rol expresivo; el instrumental adscrito al hombre y el expresivo a la mujer, lo expresivo asociado con lo íntimo, lo privado, el refugio, la calma; lo instrumental con lo público, lo azaroso, lo difícil. En suma, como que hubo un momento de nacimiento, de creación de esto. Por lo tanto ¿por qué son invariantes? ¿Hay hechos que van a explicar que esos roles emergen o es que en toda la historia, en toda la cultura se pueden encontrar estos dos roles así adscritos a los miembros de la familia? Expositor: En primer lugar habría que decir que dentro de esa invariante Parsons habla de cierta primacía. O sea, que no es absoluto que el padre sea el que tenga el rol instrumental de modo tajantemente separado, pero el hecho es que la primacía sí se conserva. Puede haber cierta posibilidad, ciertos matices, pero para Parsons evidentemente, a pesar de las fluctuaciones que pueda haber en todo, esa invariante se mantiene. Habría que examinar detenidamente esa parte comparativa que hace un antropólogo en el texto de Parsons sobre la estructura familiar en otras sociedades.

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