Pautas psicoeducativas después de un desastre natural

Pautas psicoeducativas después de un desastre natural. 1. Posible sintomatología y su evolución. La correcta aplicación de primeros auxilios psicológicos tras ...
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Pautas psicoeducativas después de un desastre natural 1. Posible sintomatología y su evolución La correcta aplicación de primeros auxilios psicológicos tras un incidente crítico tiene como uno de sus objetivos reducir el estrés y así evitar o aminorar que se produzca una cronificación de la sintomatología tanto a corto como a largo plazo. Las personas que han sufrido un incidente crítico como es un desastre natural pueden evolucionar de diferentes formas. Algunas de ellas van a experimentar síntomas de estrés, los cuales son totalmente normales ante la vivencia de una experiencia anormal. De forma natural algunos de los afectados se van a recuperar de la experiencia sin necesidad de asistencia, mientras que otras van a necesitar alguna intervención por parte de profesionales. Si los síntomas son muy intensos y/o muy prolongados en el tiempo pueden desarrollarse dos tipos de trastornos derivados del incidente crítico vivido. - Trastorno de estrés agudo: la persona ha sido expuesta a acontecimientos traumáticos donde se ha experimentado, presenciado o le han explicado sucesos relativos a muertes o amenazas a la propia vida o la de los demás o se ha respondido con una reacción de desesperanza o temor intensos. Los sujetos presentan síntomas disociativos (p.e embotamiento, desapego, aturdimiento, desrealización o amnesia disociativa), síntomas de reexperimentación (p.e sueños, imágenes, flashbacks), evitación de estímulos que recuerdan al trauma, hiperalerta (p.e ansiedad, insomnio, irritabilidad..) y deterioro de la capacidad funcional (p.e malestar, sufrimiento o interferencia en el funcionamiento cotidiano). Esta sintomatología está presente desde el segundo día tras el incidente crítico hasta cuatro semanas. - Trastorno por estrés postraumático: la persona ha sido expuesta a acontecimientos traumáticos donde se ha experimentado, presenciado o le han explicado sucesos relativos a muertes o amenazas a la propia vida o la de los demás o se ha respondido con una reacción de temor desesperanza o temor intensos. Los sujetos presentan síntomas de reexperimentación (p.e recuerdos, sueños, flashbacks, malestar psicológico intenso...), evitación de estímulos relacionados con el trauma (p.e evitación de pensamientos, sentimientos, actividades o lugares que recuerdan al trauma, desapego, restricción de la vida afectiva...) y aumento de la activación (p.e insomnio, irritabilidad, ira, dificultad de concentración...). Las alteraciones se prolongan más de un mes y provocan malestar o deterioro de la vida cotidiana. Es importante reconocer algunos síntomas a tiempo así como su duración con el objetivo de recibir ayuda profesional lo antes posible.

Es necesario recordar que el dolor, el sufrimiento o el proceso de duelo se expresan de forma diferente dependiendo de la cultura, lo cual no es un indicativo de mayor o menor afectación. En culturas asiáticas no está bien visto expresar las emociones en público, mientras que en otras la exteriorización incluso exagerada del dolor de la pérdida es lo que se espera en esa comunidad.

2. Pautas de afrontamiento Es importante reflexionar sobre acontecimientos adversos que se pudieron superar con éxito en el pasado para darse cuenta de que uno mismo es capaz de sobreponerse ante situaciones difíciles e incluso extremas. De este modo seremos conscientes de nuestros propios recursos y podremos ponerlos en marcha. Una de las mejores técnicas de relajación es el yoga, pero se tarda mucho en dominarla y lo que necesitamos es una actuación inmediata. Si una persona conoce alguna técnica de relajación será esta la que se practicará de forma regular. Si por el contrario no se conoce ninguna técnica se aplicará la respiración. Se deberá elegir un momento del día en el que nadie nos moleste, buscar un ambiente tranquilo con la luz y la temperatura adecuadas así como llevar ropa cómoda. Para que la técnica de respiración sea efectiva debemos realizarla de una forma concreta. Nos colocaremos en una posición cómoda, si puede ser tumbados y con los músculos relajados. Inspiraremos lentamente el aire por la nariz realizando una respiración abdominal, llenando las partes más bajas de los pulmones así como la parte media y finalmente la superior. Mantenemos la inspiración unos pocos segundos y espiramos lentamente el aire relajando el tórax y el abdomen. Se puede realizar el ejercicio durante 5-10 minutos tantas veces al día como sea necesario. Otras técnicas de relajación podrían ser la relajación muscular progresiva, el entrenamiento autógeno o mindfulness (atención plena). Estas técnicas necesitan de entrenamiento y es por ello que no son sugeridas como primera elección a no ser que ya se dominen previamente. Otra forma sencilla de liberar algo de estrés es mediante el ejercicio físico. Lazarous y Folkman encontraron ocho dimensiones de afrontamiento agrupadas en dos categorías: a. Focalizado en el problema - Confrontación (p.e expresar ira hacia el culpable) - Planificación de solución de problemas (p.e seguir un plan de acción) b. Focalizado en la emoción

- Autocontrol (p.e guardar los problemas para uno mismo, no precipitarse) - Aceptación de la responsabilidad (p.e disculparse, criticarse...) - Escape-evitación (p.e esperar un milagro, evitar a la gente, tomar alcohol o drogas) - Distanciamiento (p.e olvidar el problema, negación, actuar como si nada) - Reevaluación positiva (p.e pensar que se va a mejorar como persona y a madurar, aprender de la experiencia, superarse) - Búsqueda de apoyo social (p.e pedir ayuda a un amigo, contar el problema) Los resultados indican que la reevaluación positiva y la búsqueda de apoyo social son las estrategias que aportan mayores efectos positivos.

3. Pautas de autocuidado Es importante recordar que antes de hacernos cargo del bienestar de los demás, uno mismo debe cuidarse. El autocuidado proporcionará la mejora dela calidad de vida, la estimulación el desarrollo normal y la reducción de la gravedad de los síntomas. Es básico comer y beber aunque no se tenga hambre; dormir o en el caso que todavía no sea posible, relajarse; reanudar poco a poco las actividades cotidianas para mantenerse conectado con la realidad y retomar el control de la propia vida, mantener contacto con nuestra red de apoyo social (familia, amigos, comunidad...). Está demostrado universalmente que hay ciertas variables que nos proporcionan bienestar. Hacer deporte, tomarnos un tiempo únicamente para nosotros durante el transcurso del día, practicar nuestro hobbie, hacer deporte, estar en contacto con la naturaleza y tomar el sol durante treinta minutos son algunos ejemplos.

4. Pautas para colectivos especiales Debe tenerse en cuenta que la manifestación de los síntomas del trastorno por estrés postraumático en niños y adolescentes pueden ser diferentes. Los síntomas de reexperimentación pueden expresarse mediante juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma, sueños terroríficos o reescenificación del suceso traumático. Estas manifestaciones son normales y ayudan a procesar lo ocurrido, no obstante deberían ir disminuyendo progresivamente. En caso de haber adolescentes en la familia hay varios aspectos a tener en cuenta. Es apropiado tratar al adolescente como si fuera un adulto y hacerlo partícipe de todo el proceso por el que pasa la familia. Los padres deben estar disponibles a la vez que

respetar su propio espacio e informar en vez de aleccionar. Se puede preguntar si quiere hablar y aceptar en el caso que no sea así, proporcionar información concisa y clara, y animarle a expresar sus necesidades. Es positivo ofrecerle una serie de actividades a realizar e invitarle a los planes de la familia, respetando si no se quiere unir. En esta etapa el grupo de iguales es crucial, ya que el adolescente se siente mucho más identificado y comprendido por ellos que por los adultos. No obstante, aunque el adolescente no lo admita o no le guste, sigue necesitando a la familia como apoyo. En el caso de personas con una enfermedad mental grave también hay que tener en cuenta algunas características distintivas. Pueden tener menor tolerancia al estrés y reacciones específicas al mismo, así como mayor dificultad de adaptación. La familia deberá estar atenta al tipo e intención de las preguntas que hace, si está conectado con su entorno, el nivel de angustia, si se expresa con coherencia, grado de aislamiento o socialización. Estas personas tienen recursos de afrontamiento, los cuales dependen de las diferencias individuales y no del diagnóstico. En caso de tomar medicación se seguirán las pautas establecidas por el médico o en caso necesario serán revisadas. Recuerde que si los síntomas se mantienen o aumentan pasadas cuatro semanas será necesario que pida ayuda a un profesional. Teléfonos y direcciones de interés: - Información a víctimas y afectados - Asistencia médica - Asistencia psicológica - Grupos de apoyo - Asistencia adaptada para personas con discapacidad auditiva - Asistencia espiritual en diferentes religiones

Bibliografía Asociación Americana de Psiquiatría. ( 2013 ). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5 ª ed.) . Arlington , VA: . American Psychiatric Publishing Méndez, F., Olivares, J. y Quiles, M. (2008). Técnicas de relajación y respiración. Técnicas de modificación de conducta (pp. 27-70). Madrid, España: Biblioteca Nueva. Sandín, B. (2009). Manual de psicopatología volumen II (pp. 3-37). España: McGraw-Hill Interamericana.