PASTOS TROPICALES: Tecnología necesaria para la ganadería regional (2da. Parte) Ing. Zoot. Pedro G. Pérez - Ing. Zoot. Manuela Toranzos de Pérez
MANTENER LA PRODUCTIVIDAD Se dijo en la nota del número anterior, que es necesario establecer un programa de pasturas que conforme una cadena capaz de cubrir durante todo el año los requerimientos de calidad y cantidad de forrajes del rodeo que se pretende alimentar. No existe el pasto que pueda satisfacer múltiples necesidades, así que el interesado deberá jerarquizar el problema a solucionar.
LOS PROBLEMAS DE CANTIDAD Responder a los requerimientos de cantidad significa adecuar una combinación de pasturas que nos permita obtener el máximo de producción en los años de altas precipitaciones y el mínimo de mermas en las sequías. Asumiendo que se trabajó correctamente en todo el proceso de implantación, es decir se atendió a la calidad de semilla, la época adecuada de siembra, correcta distribución y profundidad de las semillas en una cama de siembra apropiada, y se permitió un firme establecimiento de las matas y una semillazón que garantice la persistencia (El tema es tratado con amplitud en nuestra publicación "Jornadas Sobre Utilización de Pasturas Tropicales", Tucumán, Diciembre de 1994), las praderas tienen una baja en su productividad a partir del tercer año de su establecimiento. Esta merma puede alcanzar valores de hasta un 50% del potencial demostrado en los primeros ciclos de pastoreo, y el productor se encuentra con que un lote en el que se siguió cuidadosamente las normas de manejo aconsejadas, pierde su receptividad. Esta situación debe ser analizada con cuidado, ya que en las condiciones de trabajo normales de cualquier establecimiento ganadero, se deben tomar decisiones que afectan la supervivencia de la pradera, dado las características cíclicas de la producción de pasto, y la inelasticidad de la carga animal. Lo más frecuente será, entonces que, al efecto de la disminución propia de la capacidad de producción, se le sume alguna otra causa, tal como un pastoreo demasiado profundo al comienzo o al final del ciclo húmedo que afectó en número de matas presentes, un año de bajas precipitaciones que motivó una sobrecarga que afectó al sistema, o altas precipitaciones produjeron inundaciones o encharcamientos que disminuyeron el número de matas.
En el Cuadro Nº 1 se analizan las posibles causas, y alternativas por las que se puede optar para solucionar este problema. Suele tenerse como premisa básica en el planeamiento forrajero atacar primero los problemas de cantidad de forraje, ya que son los de más difícil y compleja solución. Cuando se presentan, normalmente debe transportarse grandes volúmenes de material, generalmente de baja calidad, haciendo uso ineficiente del precio pagado por el flete.
LOS PROBLEMAS DE CALIDAD Los problemas de calidad de alimentos pueden enfrentarse desde dos puntos de vista: a) Por la vía de la administración de concentrados. b) Con la incorporación de una pastura o la modificación del programa de uso de los pastos. Se buscará la forma de que los animales pastoreen recursos de calidad, lo que significa contar con pasto verde y tierno (antes de encañazón) para la categoría o el momento que se considere crítico. La posibilidad que se presente esta situación con los pastos tropicales, está limitada al período húmedo. Dentro de este período, que se cumpla al premisa de calidad requiere familiarizarnos con una característica propia de ellos, que es la de perder rápidamente su valor nutritivo. Este alcanza su máximo entre la 4º a 6º semana después del corte, decreciendo luego en forma abrupta. La solución está, entonces, en regular la frecuencia de corte mediante el pastoreo o el uso de la desmalezadora, y en la medida de lo posible, destinando el producto de esos cortes a reservas de calidad para ser usadas en el período invernal. Es importante resaltar que los pastos tropicales solo permiten resolver el problema de calidad en forma estacional. El resto del año se podrá recurrir (según las situaciones particulares) a pasturas tales como la avena y su consociación con melilotus, a concentrados, o a reservas forrajeras de calidad, incluyendo las posibles combinaciones entre ellos. Aún así, el ganadero encontrará un techo de producción más bajo en los pastos tropicales que en cuanto a los de zonas templadas. La alfalfa, por ejemplo, puede producir aumentos de peso de hasta 800 gs/día, mientras que los pastos tropicales tienen promedios de 450 - 500 gs/día, tomando como base animales de 300 kgs de peso vivo promedio. En esta síntesis de las posibilidades y problemas que presentan los pastos tropicales no se trató lo referente a las posibilidades expresadas en términos de carga animal, que requieren de un amplio desarrollo. A pesar de ello queda suficientemente claro que no se puede fijar un valor único de carga animal para cada pastura, sino que esperaremos variaciones debidas a la cantidad
y distribución de lluvias de cada año, que pueden hacer variar la productividad de la pradera en más de un 60%, a lo que se suma el efecto de las particularidades del suelo, y aún otros agentes climáticos, tales como la temperatura y la luminosidad. Esto quiere decir que no se pueden establecer valores fijos sobre los que se pueda planificar, sino que, en todo caso, tendremos un rango de valores posibles para cada situación particular. Resulta también interesante considerar las situaciones de los suelos que se destina a pasturas: Normalmente son los que no pueden tener ningún uso agrícola. Esta particularidad, además de hacer más complejo el problema de la implantación, limita el potencial de producción de los pastos. Hablamos de pasturas adaptadas a condiciones rigurosas de suelo y humedad, pero de ningún modo que estas consigan su máximo potencial con estas limitantes. Las condiciones problema son vigentes para todas las alternativas de producción que nos propongamos. Así tendremos afectada la producción forrajera, y no se obtendrán altos resultados cuando un lote que sale de agricultiura por baja productividad se destine a pasturas. Los pastos tropicales son una alternativa obligada para los sistemas ganaderos ligados a la tierra en las regiones del subtrópico. El conocimiento del comportamiento y el potencial de producción, así como los hábitos particulares de crecimiento y la respuesta a distintas condiciones de pastoreo o de manejo de la pradera, asegurarán un sistema de producción, eficiente y rentable.
LA TAREA A REALIZAR En la campaña 1994-1995 la situación registrada con las encuestas realizadas por este equipo de trabajo es la que sigue:
ENCUESTA 94-95 Ocupación de la Superficie Monte
Agrícola
Pasturas
Superf. s/ Uso
66,1%
16,7%
12,2%
5,0%
Iniciar el proceso de mejora de nuestra ganadería significa fijarnos como objetivo, por ejemplo, hasta 1999, un cambio en las proporciones anteriores, hasta alcanzar la propuesta que se expresan:
OBJETIVO PROPUESTO Ocupación de la Superficie Monte
Agrícola
Pasturas
40,0%
30,0%
30,0%