Ni caos ni violencia en la educación Un país sin cuentas claras

10 ago. 2008 - seguirá erosionando el interés general. El riesgo .... plantar la figura del general Roca en los billetes de .... la tracción ferroviaria y demás usos,.
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Opinión

Página 24/LA NACION

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Domingo 10 de agosto de 2008

Cartas de lectores Curiosas alegrías Buenos Aires, domingo 10 de agosto de 2008

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 “LA NACION será una tribuna de doctrina” (Núm. 1, Año 1) Director: BARTOLOMÉ MITRE

Un país sin cuentas claras

A

L fin, voceros habituales de la industria han puesto el grito en el cielo por el grado real de inflación y por la falsedad palmaria de las estadísticas oficiales. Si la política fuera un ejercicio de inocentes debería estarse sintiendo el lamento de la Casa Rosada después de que las tapas de los principales diarios difundieran aquellas declaraciones. Es indudable que el impacto de haberse encontrado con críticas y advertencias de males mayores que los actuales de parte de un elenco que los había acompañado sin muchas reservas ha de haber sido para los gobernantes más doloroso que el desafortunado tropiezo con el campo. Lo que se ha dicho de nuevo en el empresariado urbano estos días es, después de todo, un síntoma descarnado de la realineación que se está produciendo en la sociedad argentina. Expresa, mejor que nada, que el oficialismo se ha quedado sin márgenes para cometer equivocaciones de la gravedad de las que le han hecho perder la confianza de buena parte de la opinión pública nacional. El campo no se puso de rodillas como pretendía el ex presidente Néstor Kirchner. Contestó de pie a la intención de que le fuera arrebatada, con aires de provocación, una parte mayúscula de lo que produce con esfuerzo, con sabiduría y modernidad verificadas en sus altos índices de productividad y con el riesgo inherente a la tarea de lidiar a cielo abierto con la Naturaleza. El campo se había rehusado a las zalamerías con el poder de turno. Tampoco había hecho reclamos de privilegios especiales, como los que se atienden tantas veces en despachos encumbrados. Nada de esto tuvo en cuenta el Gobierno. Incentivó un choque desafortunado que apenas lo explica la soberbia que a veces turba el entendimiento. Encontrarse ahora con expresiones severas de sectores distintos del del campo ha de haber sido un llamado de atención que el Poder Ejecutivo Nacional deberá aprovechar en beneficio propio y del país en su conjunto. Como políticos experimentados y “cuadros notables”, según los adherentes califican a los jefes partidarios encumbrados desde 2003 en la Casa Rosada, sabrán aquéllos que las críticas y el distanciamiento son notas distintivas de cuándo hay que capear temporales. Cuando industriales que han sido solícitos a todo requerimiento oficial dicen sin empacho que aspiran “a la normalización urgente del Indec” o que se manejan “con las cifras de inflación provinciales y con la evolución del costo de los insumos” porque no se puede creer en las cifras del Estado nacional, el Gobierno no puede dejar de advertir que se encuentra en un punto límite. Más allá de esa frontera,

la obstinación en la continuidad de políticas que han sido reafirmadas por la Presidenta en una conferencia de prensa sin repreguntas seguirá erosionando el interés general. El riesgo país ha vuelto a subir hasta las nubes, donde encontrará compañía en esa llamativa tasa del 15 por ciento anual en dólares que se ha pagado por un título público comprado por Venezuela. ¡Diez puntos más de lo que hubiera costado un arreglo con el Fondo Monetario Internacional, tan denostado por el supuesto progresismo vernáculo! Los títulos de deuda argentinos no han parado de caer en la última semana. En parte, por aquel regalo al gobierno chavista y, en parte, por la generalizada sensación de que en nuestro país no existen cuentas claras y que, por ende, la medición del índice por el cual se debe ajustar buena parte de los bonos es una mera ficción. La Argentina es hoy un país sin estadísticas confiables, lo que equivale a decir un país sin cuentas claras. De todo se extrae una enseñanza. De nada sirven los dineros públicos despilfarrados en propaganda pública a no ser para amortiguar y demorar, en el mejor de los casos, la crítica correctiva de los desaciertos de quienes administran el país. La verdad, redoblada en su precio por la tardanza, llega al fin. Se necesita confianza absoluta en el valor de las responsabilidades cívicas para levantar voces de advertencia sobre el rumbo de un gobierno cuando a éste lo rodea la confianza general. Al declinar ésta y mermar el número de incautos dispuestos a aceptar que los males existentes son de la autoría exclusiva de gobiernos precedentes o de quienes activan el pensamiento crítico sin otro propósito que el de la desestabilización institucional, el gobernante comienza a percibir el daño de las imposturas propias y de las imposturas ajenas. No hace falta recordar una vez más a quienes en octubre último, a días de las elecciones generales, salieron por pedido gubernamental, todos en un coro de indignación, a descalificar las voces que se atrevían a señalar serios desvíos en materia inflacionaria a pesar del manto con el que se procuraba ocultar, como ha ocurrido hasta aquí, la falsificación en las estadísticas del Indec. Lo que importa es evitar la reiteración de mistificaciones que con el tiempo potencian dificultades generales y lastiman a las instituciones en cuyo nombre se ha hablado. Sería, pues, injusto cargar las culpas por lo que sucede exclusivamente sobre quienes han conducido estos años los negocios públicos del país.

Ni caos ni violencia en la educación

C

ON mucha más frecuencia de la que desearíamos, nos hemos referido en esta columna editorial al gravísimo problema que afronta hoy la educación en la Argentina como consecuencia de la notoria crisis de autoridad que atraviesa la escuela. Los días pasan y no se observa en la sociedad una reacción de fondo que autorice a mirar con optimismo la evolución de ese problema. Al contrario, se siguen registrando en el ámbito educativo episodios que revelan la existencia de un clima de violencia, caos y anarquía en algunos de los establecimientos de enseñanza más representativos y tradicionales del país. Es el caso del Colegio Mariano Acosta, que no hace mucho fue tomado y ocupado por un sector del estudiantado como expresión de protesta contra la política de becas y de medidas asistenciales que aplica actualmente el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Los alumnos responsables de la toma del colegio afirmaron que hubo una baja del 50 por ciento en el otorgamiento de becas a los sectores sociales más vulnerables de la sociedad, Asimismo, reclamaron la ejecución de las obras edilicias que el colegio necesita y que no se han podido realizar hasta ahora por falta de recursos económicos. El Ministerio de Educación del gobierno porteño decidió llevar la cuestión a la Justicia, entablando una denuncia penal contra los estudiantes por la ilegal ocupación del edificio, que provocó –aduce– la virtual paralización de las clases. Las autoridades acusan a los alumnos de haber intentado llevar adelante una “extorsión” contra las autoridades ministeriales y exigieron la inmediata desocupación del edificio como paso previo al establecimiento de un diálogo tendiente a superar las dificultades existentes. A su vez, los dirigentes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), gremio que apoyó el reclamo estudiantil, anunciaron que iban a contradenunciar judicialmente al gobierno de la ciudad bajo el cargo de abandono de los estudiantes en situación de extrema vulnerabilidad social. Afortunadamente, la sensatez prevaleció sobre las emociones fáciles, y la ocupación, finalmente, fue dejada sin efecto. Corresponde celebrar que se haya comprendido a tiempo

que ningún beneficio podía obtenerse para la educación, ni para ningún sector social, de actitudes tumultuosas y violentas como la que condujo a la toma de un establecimiento de enseñanza tan antiguo y prestigioso como el Mariano Acosta. Debe recordarse que no hace mucho fueron objeto de ocupaciones similares los edificios del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. La pregunta que todos deberíamos formularnos es si se puede avanzar hacia el cumplimiento de los altos objetivos culturales o educativos que el país requiere en un clima de caos y de violencia como el que cotidianamente se vive en muchos colegios de la ciudad y de otras localidades del país. La respuesta es obvia: ningún beneficio puede lograrse de una medida de fuerza que, por su propia naturaleza, contraría y lesiona todo principio de racionalidad, además de representar una amenaza para la paz social y la seguridad colectiva. Tampoco el desencadenamiento de una disputa judicial como la que se pretendió entablar en el caso del Mariano Acosta habría ayudado a superar las dificultades que motorizaron el conflicto. Debe aplaudirse que hayan prevalecido el buen sentido y el respeto recíproco, pasos indispensables para que las partes involucradas en el problema pudieran entablar el diálogo constructivo que se estaba necesitando y del cual habrá de surgir –esperemos– una solución razonable y mínimamente satisfactoria para todas las partes. Es de desear que se descarten definitivamente del ámbito educativo los procedimientos que conllevan violencia y avasallamiento de los principios de orden y de respeto que deben regir permanentemente la relación en los claustros educativos. Es de esperar, asimismo, que los padres de los alumnos ocupen el lugar que les corresponde en la defensa de esos principios esenciales y procuren evitar, en lo sucesivo, que se utilicen procedimientos absolutamente reñidos con el acatamiento a las normas legales y éticas que garantizan el buen desenvolvimiento de la actividad educativa, pilar incuestionable del progreso social y del crecimiento integral y genuino de la República.

Señor Director: “Nos alegramos porque el Congreso cumple sus funciones; nos alegramos porque un ministerio se ocupa de las necesidades del sector al que representa; nos alegramos porque la Presidenta se digna recibir a la prensa. “¿Tan mal estamos que nos alegra que se hagan las cosas como se deben hacer?”

vencida en los comienzos de la gesta independentista de principios del siglo XIX. Ello debe ser un motivo adicional para redoblar los esfuerzos tendientes a recordar tan magno acontecimiento, con grandeza de espíritu y vocación integradora de la Argentina. “Sería conveniente que la ciudadanía fuera informada de los planes y que no se haga de la celebración una cuestión de discordia, sino de concordia.”

Rafael López Saubidet [email protected]

Guillermo V. Lascano Quintana LE 4.415.520

Pulseras

Limpiavidrios

Señor Director: “El sistema de pulseras para control domiciliario de las personas detenidas es una muy buena innovación, sobre todo para la progresiva reinserción de los delincuentes. El problema que tenemos en nuestro país no es que hayamos advertido que no sirven; el problema está en que desde el Estado nacional, con la pretensión de «optimizar el gasto», se compra no lo más eficiente, sino lo más barato. “Optimizar la compra significa comprar al mejor precio lo que mejor funciona, algo que a nuestros burócratas o no les interesa o no entienden.”

Señor Director: “Hace un tiempo, viniendo desde el microcentro hacia Belgrano, por Avda. del Libertador, esperaba en un semáforo, en el cruce de la avenida con Maure, junto con otros automóviles, cuando veo que salen de la vereda hacia los autos detenidos dos hombres pidiendo monedas a cambio de limpiar vidrios; se acercan a un auto y, mientras uno de ellos hacía como que limpiaba el vidrio, el otro le robó el celular y el reloj al conductor. “Ayer, a la misma hora, detenido en

Carlos A. Scarampi Cardiólogo [email protected]

Despertares Señor Director: “Excelente la carta de Santiago Clement (27/7). Es un joven que supo encontrar la parte positiva de la actitud negativa, por el tiempo perdido en el tema del campo. “Si esto ha servido para que se hable menos de fútbol (¡excelente deporte para practicarlo, no sólo para hablarlo y discutir lo que otros hacen!), además de chismes y vicios, y se ha logrado que muchos jóvenes se dieran cuenta de que deben incorporarse a la labor política, es un logro más que importante para el futuro argentino.” Norberto Brodsky Arribeños 1610, Capital

Puestas en escena Señor Director: “Este año, el gobierno nacional nos sorprende con las diferentes puestas en escena de diferentes sainetes: primero, el campo, con más de cuatro meses en cartel; luego el Teatro Colón, un buque fantasma anclado hasta vaya uno a saber cuándo en la burocracia, la inoperancia y el egoísmo y, ahora, nos damos el lujo de nacionalizar Aerolíneas Argentinas. El Gobierno intenta recuperar la compañía por presión de los gremios, a los que se les acabaron los negociados cada vez que un privado se hizo cargo de la aerolínea. “¿Cómo va a hacer el Gobierno para remontar la compañía que tiene en tierra parados más de 25 aviones, muchos de los cuales de 30 años de antigüedad, otros que ya no los fabrica nadie y otros que ya no volarán. Porque espero que no se crea que se trata sólo de pagar sueldos. En fin, otro papelón que nos avergüenza ante el mundo, especialmente de los inversores, que, con tanta seguridad jurídica y gremial, harán fila en la Casa Rosada.” Alejandro Spoltore [email protected]

Oligarquía Señor Director: “Leí en LA NACION que la Presidenta y su par venezolano llamaron a «dar batalla a la oligarquía». “La primera acepción de la palabra, según la Real Academia Española, es «gobierno de pocos». ¿Se darán cuenta los mandatarios de lo acertados que están? Espero que cumplan en ambos países.”

el semáforo de Libertador y Gorostiaga, estaba primero en la fila de autos, y veo a uno de estos «limpiavidrios» simulando pedirle a una señora monedas, pero en realidad la estaba intimidando para robarle, y ella, temblando, buscaba su cartera. Me di cuenta, bajé el vidrio de mi auto y comencé a gritarle; el «limpiavidrios» escapó, por suerte, sin haber podido concretar su robo. Ni allí ni a lo largo de 10 cuadras vi ningún policía.” Ing. Pablo Masoero [email protected]

Roca y Rosas Señor Director: “El proyecto de ley presentado por la diputada Cecilia Merchán, para suplantar la figura del general Roca en los billetes de 100 pesos, es el resultado del contagio de la ideología vengativa de muchos integrantes de las actuales autoridades, con el afán de justificar sus perimidos ideales, el apoyo a la subversión de los años 70 y la simpatía que su ignorancia histórica fomenta con su revisionismo baldado. “¿Por qué no eliminar la figura del general Rosas en los billetes de 20 pesos, que, 50 años antes, encabezó la primera expedición al desierto y su correspondiente genocidio?” Juan C. Poput [email protected]

Década del 90 Señor Director: “Década del 90: época de la convertibilidad, siendo la peor de la Ucedé hacia el peronismo, y viceversa. “Hoy, el doctor Kirchner preside el peronismo. Sin embargo, desde una central obrera, soporte histórico del «movimiento», insta a sus diputados a diferenciarse del partido que fundamos con el ingeniero Alsogaray y otros liberales. Mientras, la historia nos recuerda que el sector político al que perteneció o pertenece el ex presidente fue expulsado por Perón de la Plaza de Mayo.” Alberto Sersócimo Abogado [email protected]

Lic. Santiago Quinto Silveyra [email protected]

Revolución de Mayo Señor Director: “Una tarea tan importante como los preparativos para celebrar el Bicentenario de la Revolución de Mayo no tiene difusión alguna. Sólo se menciona con fines políticos inmediatos un «Acuerdo del Bicentenario», varias veces anunciado y otras tantas postergado. Entre tanto, algunas otras naciones americanas (México, Chile y Colombia) han constituido comisiones de jerarquía, con miembros representativos de diversas tendencias, y comenzado a trabajar en sus cometidos. La Revolución de Mayo fue la única no

Pérez Celis Señor Director: “Agradezco a LA NACION el artículo publicado por el reciente fallecimiento de mi padre, el artista plástico Pérez Celis. “También agradezco a los doctores Astrid Pavlovsky, María Pía Raffa y Marcelo Silva, por la atención excepcional que le brindaron. A Fundaleu, por todo. A sus amigos íntimos, Orlando Barone, Sebastián Bagó, Guillermo Nazar, Bernardo Fernández, Mario Diament, Jacques Martínez, Ricardo Stradella Bianchi y Carlos María Caron, por el apoyo incondicional. A Rafael Squirru y Guido Di Tella, por

A los lectores

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creer en él cuando no era e impulsarlo a ser lo que fue. A mi madre, Sara, por apoyarlo en los comienzos más duros. A Pedro Pompilio, Osvaldo Cabano y todo el personal del Club Atlético Boca Juniors, por brindarnos sus instalaciones para cumplir el deseo final de mi padre: ser velado en la Bombonera. A sus asistentes Gloria, Vera y Noemí, que tanto lo cuidaron. A mi mujer, Angélica, y mis hijos, Florencia, Agustín, y mi nieta Esparta por sostenerme en las etapas más difíciles. “Agradezco a sus amigos y seguidores por incentivarlo a trabajar con intensidad y pasión por el arte. A sus enemigos por incentivarlo a trabajar con mayor intensidad y pasión. “Agradezco muy especialmente a su mujer, Tamara Toma, quien le brindó un matrimonio de plena felicidad y lo cuidó con una devoción tal que sólo el amor profundo puede lograr. “Gracias a todos y, especialmente, a mi padre por inculcarme el amor por el arte, la cultura y la vida.” Sergio Pérez Fernández [email protected]

Espíritu de superación Señor Director: “Cuatro son los valores fundamentales para la existencia exitosa de una nación: el respeto a la ley, el respeto al prójimo, el espíritu de solidaridad y el espíritu de superación. “Nadie puede mirar su pasado y pensar que nada de lo que hizo pudo haberlo hecho mejor. Cuando se piensa de esa forma, es indudable que se carece de espíritu de superación. Todo puede ser mejorado; si no pensáramos así, seríamos esclavos de ideologías que nos harían creer que somos dueños de la verdad. “Es siempre inspirador recordar, en este punto, la famosa frase de Sócrates: «Sólo sé que no sé nada», él, que era el hombre más sabio de su época.” José María Romero Maletti [email protected]

Jardín Japonés Señor Director: “El Jardín Japonés en el parque Tres de Febrero, que es un oasis de paz y belleza, al que entran gratis alumnos, menores y jubilados, es cuestionado porque en él funciona un restaurante y un vivero. “Pero ¿qué dice el gobierno de la ciudad de los carritos de choripanes que funcionan en el mismo parque y ni siquiera cumplen con los requisitos de higiene y salubridad? Ni hablar de la estética. ¿Cómo son las reglas para operar allí? ¿O cómo es el negocio?” Ernesto Hammar [email protected]

Expresión incorrecta Señor Director: “A efectos de un mejor decir, conviene recordar que está vigente la ley nacional 19.511, de mayo de 1972, del sistema métrico legal argentino, que para la energía eléctrica que consumimos en nuestros hogares, en la industria, en la tracción ferroviaria y demás usos, debe expresarse en la unidad kiloWatthora (abreviadamente, kWh), en vez de kiloWatt (abreviadamente, kW), como se está haciendo erróneamente en los medios de comunicación y en los comunicados oficiales. “El kiloWatt se emplea para medir la potencia eléctrica, que es una cosa diferente.” Ing. Marcelo A. Sobrevila [email protected]

Estación Urquiza Señor Director: “Respecto del nombre que se dará a la estación Urquiza de subte, vale hacer notar que, en 2007, el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires manifestó que «los nombres de las estaciones de subterráneos deben corresponderse con los que tengan las calles, plazas, estaciones ferroviarias y edificios públicos relevantes». “En el barrio de Villa Urquiza no existe ninguna arteria, plaza, estación ferroviaria o edificio público relevante con el nombre de Juan Manuel de Rosas, que justifique colocarle tal nombre a la futura estación de subterráneos. Desde 1901 nuestro barrio se llama General Justo José de Urquiza; esperamos y deseamos que esta estación de la línea B se llame Villa Urquiza.” Ricardo Bértola Vicepresidente Club de Leones de V. Urquiza leonesvillaurquiza@argentina. com

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