Mundo siniestro que conmociona

29 ago. 2009 - bren unas aventuras científicas sumamen- te crueles. Cabo verde es una pieza bási- camente de personajes cuyas intrincadas conductas los ...
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Espectáculos

Sábado 29 de agosto de 2009

LA NACION/Sección 4/Página 5

TEATRO Opinión

La historia de llorar por el amor que fue

Por Ernesto Schoo

Almorzando con Arnold Wesker

María Merlino, brillante protagonista de la obra Buena ((( Tu eres para mí, de Mariana Obersztern. Con Santiago Gobernori, María Merlino y Susana Pampín. Vestuario: Carolina Langer. Escenografía: Dino Bruzzone. Iluminación: Gonzalo Córdova. Sonido: Fernando Kabusacki. Dirección: Mariana Obersztern. Sábados, a las 21, en El Portón de Sánchez. Duración: 60 minutos.

Cierta rutina amatoria de Elizabeth llegó a su fin. César, su ex, está por irse a vivir con otra y se desata el caos. Sola, en su casa, toma el teléfono. “Hola César. Sos un cerdo... Porque sí, porque sí. No tengo que darte explicaciones”. Cuelga. Piensa. Vuelve a llamar. “Hola, César. Vos sos el que tiene que saber [el motivo]. No me hagas pensar a mí lo que no quiero pensar, no me hagas pensar lo que no quiero pensar... Te voy a colgar, César... Te voy a colgar.”. Y cuelga. Elizabeth habla en tono neutro, desafectado, sin inflexiones de voz y sin cambios corporales. No sólo ella: César también. No sólo ellos dos: Alicia, amiga de Elizabeth, es otra critatura que parece estar por fuera de las pasiones y que, para colmo, debe lidiar con otra separación. “¿César? Sos un porcino hediondo... Un vividor... Un tránsfuga de la vida... ¡Voy a colgar!”. Y cuelga, obvio. La sucesión de hechos enumerados quizá sirva al lector para entender el tránsito de este corazón partido que no encuentra razones. Los tonos neutros de Elizabeth contrastan con esos textos desbocados escritos por Mariana Obersztern, autora y directora de Tu eres para mí. De esa forma, se instala en el escenario un signo de comicidad sumamente efectivo que María Merlino, la protagonista, maneja a la perfección apelando a una paleta casi minimalista. Ese mismo registro está presente en las sólidas actuaciones de Santiago Gobernori, como su ex, y de Susana Pampín, su amiga; y en el diseño espacial ideado por Dino Bruzone. Recién al final la directora se permite jugar con un signo más recargado que incluye al bolero que da título al trabajo. La maquinaria escénica que plantea Obersztern tiene momentos impecables en los que demuestra una efectiva cohesión entre las partes que hacen a la obra. De todos modos, a contramano de sus trabajos anteriores (desde Dens in dente hasta El aire alrededor) puede ser que no sorprenda a los que conocen sus otras obras. Es más, Tu eres para mí parece estar montada en los restos de Lengua madres sobre fondo blanco, otro brillante trabajo suyo. Claro que, como en las piezas citadas, la directora y autora vuelve a demostrar una ironía en el armado del texto y en su decodificicación escénica, un trabajo actoral (que comienza en la misma selección del elenco) y un nivel de puesta de un rigor que la confirman como una de las voces más inquietantes de la escena local.

Alejandro Cruz

Un momento desestabilizador, con María Fiorentino y Ramiro Batista

Mundo siniestro que conmociona Gonzalo Demaría delineó un inteligente trabajo sobre seres con patologías intrincadas Muy buena (((( Cabo verde. Autor y director: Gonzalo Demaría. Intérpretes: María Fiorentino, Rodolfo Roca, Luciano Correa, Ramiro Batista. Música original: Gerardo Gardelín. Escenografía y luces: Gonzalo Córdova. Vestuario: Cristina Villamor. Peluquería: Alejandro Granado. Chelo: María Eugenia Castro. En la Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131). Viernes, a las 21.30; sábados, a las 22.30. Duración: 80 minutos.

Más allá de una historia inquietante y con una fuerte carga de perversidad, Cabo verde, la nueva pieza de Gonzalo Demaría, narra un hecho ficticio, pero que puede encontrar resonancias en cierta historia del médico español Pedro Ara (aquel que embalsamó el cadáver de Eva Duarte de Perón), en una etapa en la que el profesional desarrolló una serie de investigaciones en el Hospital de Clínicas de Córdoba. La realidad temporal que muestra la escena, ciertos signos de ira que asoman en el médico y las intrigas que se ponen en juego en algunos personajes remiten a cierta oscuridad de un mundo construido en épocas del peronismo.

(En escena) Pirandello, según Pires Rubén Pires estrena hoy una nueva versión de Seis personajes en busca de un autor. Sábados, a las 22.45, en La Clac, Av. de Mayo 1156 (43826529). De 15 a 30 pesos.

Estreno en el ArteFacto Hoy se estrena Enemigos, un espectáculo libremente inspirado en textos de Anton Chéjov, Alessandro Baricco y Roberto Arlt. Idea, dramaturgia, dirección y actuación de Leonardo Kreimer, Leonardo Castillo y Nicolás Martini. Sábados, a las 21, en el Teatro del ArteFacto, Sarandí 760 (4308-3353).

La trama muestra a un médico higienista que busca a un chico ario, proveniente de un hogar humilde y que, además, sea el séptimo hijo de una familia, cualidad que le ha posibilitado ser apadrinado por el Presidente de la Nación. La mujer del mandatario, ya fallecido, busca a uno de esos pequeños con el fin de que la acompañe. El médico tendrá esa difícil misión y hasta la lleva a buen puerto, pero la aparición inesperada de la madre del joven trastoca muchos de sus planes y se descubren unas aventuras científicas sumamente crueles. Cabo verde es una pieza básicamente de personajes cuyas intrincadas conductas los acercan a unas patologías muy difíciles de desentrañar. Si bien sus pensamientos exponen una normalidad aparente, ellos esconden unas fuertes historias que, cuando comienzan a asomar, provocan cierta conmoción.

Un elenco impecable Gonzalo Demaría dirige a sus actores con mucha precisión. Esos personajes van dejándose ver muy progresivamente y, a medida que avanza la acción, ellos no sólo van adquiriendo una real entereza, sino que, además, demostrarán portar

unas máscaras que, si bien al comienzo resultan algo ingenuas, al finalizar el espectáculo se habrán acercado mucho a lo siniestro. Los cuatro actores demuestran una muy buena construcción de sus respectivas criaturas. La fuerza de una madre –de apariencia débil– por rescatar a su hijo se hace verdadera carne en María Fiorentino. El médico de Rodolfo Roca, aunque pequeño en un comienzo, va demostrando su apasionado universo poco a poco, hasta terminar próximo a la locura. La ingenuidad del discípulo que encarna Luciano Correa se torna pura fortaleza al descubrir los engaños de su tutor. Finalmente, el joven Ramiro Batista hace de su niño un ser verdaderamente desestabilizador de ese mundo que parece tan bien armado. Resultan muy reconocibles los trabajos del escenógrafo e iluminador Gonzalo Córdova. Su espacio se multiplica en significados para transformarse en gabinete, un sendero de tránsito hacia la calle o el aula magna de una vieja facultad de medicina.

Carlos Pacheco

Almorcé con Arnold Wesker en Londres, su ciudad natal (1932), un mediodía de octubre, 44 años atrás. Yo recorría Inglaterra, enviado por Primera Plana y auspiciado por el Consejo Británico, para contar qué pasaba en la “swinging London” (Los Beatles, Mary Quant y compañía) y entrevistar a los nuevos dramaturgos ingleses, que empezaban a conocerse en Buenos Aires. El único de los autores previstos que accedió de buen grado a recibirme fue Pinter. Con Wesker fue distinto. Porque no vaciló en decirme, en cuanto nos sentamos a la mesa de un restaurante italiano, que si había accedido a verme era por la presión ejercida por la ministra inglesa de Cultura de aquella época, la viuda del conocido líder laborista Aneurin Bevan. Dama, al parecer, bastante temible. Le agradecí la deferencia y de a poco el hielo empezó a disolverse. No tanto como para que Wesker (el más vigoroso representante del “drama de la pileta de la cocina”, según lo definieron los críticos ingleses) se abstuviera de señalarme, con alguna pedantería, que yo estaba cometienEl prolífico do una gaffe imperdonable al comer langostinos autor fue con vino tinto, en vez de blanco.

designado sir por la reina Isabel II

* * *

Me contó de sus padres, judíos, dedicados a la sastrería, y de la variedad de actividades que había ejercido: ebanista, librero, plomero, conscripto en la RAF (de ahí vino su primer éxito, Chips with Everything, 1962), viajante de comercio, repostero en un restaurante en París. De esta última andanza nació La cocina (escrita en 1957, estrenada en 1962), que aquí dirigió Jorge Hacker y que pronto veremos, en nueva versión, en una sala del Complejo; así como Raíces acaba de estrenarse en el Regina, dirigida por Luciano Suardi. Se interesó mucho por el éxito de sus obras en Buenos Aires, del que me dijo, bastante enojado, que no tenía ni idea: “No he visto un penique de mis derechos”. Después de almorzar me llevó a conocer la sala que regenteaba, un antiguo taller ferroviario. * * * Aquí se conoció a Wesker bastante temprano. Nuevo Teatro le estrenó las dos primeras obras de su famosa trilogía, Sopa de pollo con cebada y Raíces. La tercera, Hablo de Jerusalén, hubo de presentarse en el teatro Florida, de la Galería Güemes, cuando lo tomó Osvaldo Terranova, pero éste tuvo un entredicho con el director, Roberto Durán, y no se llegó a nada. Wesker ha escrito 42 obras de teatro (seis de ellas “para una mujer”), cuatro libros de cuentos, ensayos y una autobiografía. En 2006 fue designado sir por la reina Isabel II.