Mujeres acorraladas por sus angustias

15 abr. 2010 - Aaron Eckhart (Batman: El caballero de la noche), Burke resulta un perso- naje frío y contradictorio, pero no de una manera interesante o ...
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Espectáculos

Página 4/LA NACION

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Jueves 15 de abril de 2010

CINE

Mujeres acorraladas por sus angustias Los directores Julio Midú y Fabio Junco proponen una nueva historia producida íntegramente en Saladillo Buena ((( Crisálidas (Argentina/2009). Dirección: Julio Midú y Fabio Junco. Fotografía: Julio Midú. Montaje: Leandro Zarucchi. Con Natalia Di Gruccio, Viviana Esains, Florencia Midú, Yeny Mieres, Marcela Moscatello. Hablada en español. Presentada por Cine con Vecinos. 89 min. Calificación: Solo para mayores de 13 años. ALFA

James Marsden protagoniza esta adaptación de un cuento de Richard Matheson Si hay algo bueno que le ocurre al cine nacional es que en los últimos tiempos viene creciendo el interés del interior por querer expresarse también con este lenguaje y medio. Es el caso de Julio Midú y Fabio Junco quienes con sede en Saladillo y Cine con Vecinos, el evento que ellos mismos impulsan entre los vecinos de esa localidad, ha respaldado ya una veintena de largometrajes, solo dos estrenados en salas de Buenos Aires. Lo interesante de estas propuestas es su modo integral de producción, sus presupuestos acotados y por sobre cualquier otra cosa, la participación de los vecinos del lugar. Su cine es popular y sencillo; sus aspiraciones, en la medida que crecen, van apareciendo cada vez con mayor claridad. Esta vez se trata de una historia que reúne a cinco mujeres que conviven buena parte de sus días en un

CINE CON VECINOS

Yeny Mieres, Marcela Moscatello, Natalia Di Gruccio, Florencia Midú y Viviana Esains, las cinco protagonistas

pequeño taller textil. Marisa (Yeny Mieres) está casada con un peón de campo mayor que ella; Mercedes (Viviana Esains) es de Buenos Aires, de donde llegó junto a su esposo médico y a su hijo en edad escolar; Ana (Florencia Midú) es la más joven de todas y vive con su abuela, con la que no se lleva bien al tiempo que sufre en silencio una enfermedad terminal; Sofía (Natalia Di Gruccio), ya pasó los veinte hace rato y vive con su padre, a quien hace creer que tiene un novio

a la distancia con el que se va a casar para evitar esa típica definición de que se quedó “para vestir santos”, y Norma (Marcela Moscatello) a pesar de ser la “gordita buena” del grupo, es la que tras la ironía también esconde mucha soledad. Todas cargan en su mochila angustias, depresiones, sueños que no se cumplen y el tiempo que pasa sin que nada cambie, incluso para aquella que espera una señal de su abuela antes de que llegue su fin. Midú y Junco pasan de los buenos

momentos bien trabajados, algunos de intenso drama, a otros más convencionales, pero aún así consiguen lo que buscan: la empatía con el espectador. Los trabajos femeninos, en particular los de Midú y Viviana Esains, se lucen, a diferencia de los masculinos, a los que les falta bastante ajuste, pero no impiden que el resultado sea equilibrado y, por momentos, muy riguroso.

Claudio D. Minghetti

Un romance con pocos matices Regular (( Nuevamente amor (Love Happens, EE.UU./2009). Dirección y guión: Brandon Camp. Con Jennifer Aniston, Aaron Eckhart, John Carroll Lynch y Martin Sheen. Fotografía: Eric Edwards. Música: Christopher Young. Edición: Dana E. Glauberman. Presentada por: Distribution Company. Duración: 109 minutos. Calificación: apta para todo público.

La historia que cuenta este film podría figurar como una de esas anécdotas o fábulas con moraleja que aparecen en los libros de autoayuda. Una receta para el romance que tiene todos los ingredientes necesarios para la mezcla y sin embargo el resultado es un plato bastante insípido. En el

centro del relato está Burke, un viudo que a partir del proceso de duelo que tuvo que sobrellevar cuando su mujer murió en un accidente se transformó en autor de unos mencionados libros de autoayuda. Conferencista y gurú al borde de dar el gran salto para esparcir su mensaje al gran público sufriente de los Estados Unidos, el hombre está en una encrucijada personal y profesional. Porque lejos de enseñar con el ejemplo, el hombre no cumple lo que predica, y aunque pasaron años del fallecimiento de su mujer él aún no superó la pérdida. Interpretado por Aaron Eckhart (Batman: El caballero de la noche), Burke resulta un personaje frío y contradictorio, pero no de una manera interesante o misteriosa, sino sencillamente poco atractiva. Al-

go similar sucede con Eloise (Jennifer Aniston), la mujer que comienza a interesarle a pesar de que en su primer encuentro ella finge ser sordomuda para evitar una invitación a salir. Aniston, una experimentada comediante, no consigue darle demasiada carnadura a su Eloise, que desde el guión es una sumatoria de tics y neurosis, la caricatura de una mujer adulta en busca del amor que últimamente los films de corte romántico repiten como si se tratara de calcos. Empeñado en resaltar el dramatismo de su historia, el director y guionista debutante Brandon Camp le da más tiempo en pantalla al seminario que organiza el gurú de autoayuda que al incipiente romance. Allí, sufridas personas que perdieron algún ser que-

DISTRIBUTION COMPANY

Aniston y Eckhart, amores difíciles

rido se someten a ejercicios conductistas que incluyen ridículas salidas de compras y una caminata sobre brasas calientes para el olvido. Claro que en esas escenas aparece el punto más alto del film, la conmovedora actuación de John Carroll Lynch (La isla siniestra), un intérprete de carácter que consigue emocionar como un padre intentando recuperarse de la trágica muerte de su hijo adolescente.

Natalia Trzenko

Dilema moral repleto de repeticiones y clichés La caja mortal no logra ni sorprender ni asustar Regular (( La caja mortal (The Box, EE.UU./2009). Dirección: Richard Kelly. Con Cameron Diaz, James Marsden, Frank Langella, James Rebhorn y otros. Guión: Richard Kelly, basado en el cuento “Button Button”, de Richard Matheson. Fotografía: Steven Poster. Música: Win Butler, Régine Chassagne y Owen Pallett. Presentada por Alfa. Duración: 115 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años, con reservas.

El director Richard Kelly adaptó el relato “Button Button” de Richard Matheson para la pantalla, fijando su mirada en Norman, maestra de una escuela privada, y en Arthur, su marido, un ingeniero que trabaja para la NASA. Ambos integran un matrimonio feliz hasta que un día un hombre con el rostro desfigurado aparece en su hogar y les presentará una propuesta que alterará sus vidas. El misterioso individuo es portador de una caja en la que, según él, y apretando un botón, podrá convertir a la pareja en millonarios. Para ello, sin embargo, y en caso de aceptar la propuesta, algún ser humano morirá en el mundo. Con sólo 24 horas para aceptar la proposición, Norman y Arthur se enfrentarán a un gran dilema moral y no tardarán en descubrir que las ramificaciones de esta decisión están fuera de su control y se extenderán mucho más allá de su propia fortuna y destino.

De aquí en más, la línea argumental recorrerá una serie de aventuras y desventuras que, cada vez más, enredarán la historia hasta convertirla en un rompecabezas bastante difícil de armar. El director pretendió lograr un film de suspenso imbricado con esos misterios que obligan a los seres humanos a decidir cual podrá ser su futuro, pero su intento careció del necesario tono obsesionante del original. Así, el film entra en una senda que tropieza a cada paso con preguntas sin respuestas y con elementos que procuran magnificar el entramado hasta convertirlo en una serie de escenas que nunca logran el necesario poder de sorprender. Cameron Diaz pone su mayor empeño en personificar a esa mujer envuelta en el secreto que encierra esa caja, pero poco es lo que puede hacer para dar cierta credibilidad a su papel, en tanto que James Marsden, como el atribulado marido, aporta sólo un rostro dispuesto siempre a las muecas de horror. Frank Langella, como el hombre que porta ese elemento que pondrá en juego la ambición de la pareja, compone su parte con indudable solvencia, en tanto que el resto del elenco cae casi siempre en lo estereotipado de sus respectivas partes. Así, el suspenso queda a mitad de camino entre el miedo y la repetición.

Adolfo C. Martínez