Matilda Blanco “me gusta llevar la moda a la tele”

1 nov. 2012 - MULTIFACÉTICA. Es estilista, crítica de moda, productora de desfiles, asesora de imagen, y como si esto fuera poco lanzó su propia marca.
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MULTIFACÉTICA. Es estilista, crítica de moda, productora de desfiles,

asesora de imagen, y como si esto fuera poco lanzó su propia marca de indumentaria, Magoya Ropa. Conocela

Matilda Blanco “me gusta llevar la moda a la tele” Texto: Carolina Prioglio @Caroprioglio | Fotos Diego Spivacow/AFV

| Jueves 1º de noviembre de 2012

E

l reloj marca las 10 en punto cuando Matilda Blanco abre las puertas de su showroom. Además de estilista, crítica de moda, asesora de imagen y productora de desfiles, hace dos años, Matilda decidió incursionar en el diseño de indumentaria y fundó, junto a la estilista Florencia Cucchi, la marca Magoya Ropa. Mientras acomoda las prendas habla del desafío de ponerse en el rol de creadora. También de las más de 270 tapas como editora de moda. Está contenta porque con la marca de a poco gana reconocimiento: participó en la última edición de BAFWEEK y de Ruta de la Moda, el ciclo de desfiles que organiza, junto a APSA, en el interior. El resto del tiempo Matilda lo pasa como panelista en el programa Este es el show y como jurado en La argentina más linda, en Sábado show. Además, dicta seminarios de estilismo e imagen personal. –Hacés de todo. ¿Cómo te definís? –Soy una creativa de la moda y de ahí se fueron desprendiendo esas facetas de trabajo… Aunque mi corazón está siempre en el estilismo. –¿Cómo empezaste? –Empecé haciendo la coreografía de los desfiles del relacionista público Javier Lúquez. Estudié danza clásica con Maurice Béjart, en el Teatro Colón y en el Teatro Argentino de La Plata. Vengo de una familia creativa: mi abuelo era sastre; mi mamá, violinista. Pero no seguí en la danza porque la moda pesaba mucho en mi vida. Adonde iba llevaba una revista Vogue conmigo. Así que cuando terminé con ballet conseguí una beca y me fui a estudiar moda a París.

–¿Cómo es hacer moda en la TV? –Para mí es un nuevo camino. Este es el show me cambió la vida por el cariño de la gente y por el espacio que me dieron en el programa. Llegué casi de casualidad: me convocaron un día para hacer una crítica por los Martín Fierro, y después de unos meses me llamaron otra vez, y otra vez, y me copaba porque me sentía muy bien tratada. Al poco tiempo me propusieron ser panelista. –¿Se puede decir que hay moda en la TV argentina? –Parecería que hay varios espacios bien delimitados: el que pertenece a un espacio no puede pertenecer al otro. A mí me gusta sumar, desdibujar esos límites y poder llevar la moda pura, oficial, a la televisión. –¿Seguís asesorando en imagen a personajes conocidos? –Asesoré a muchas actrices, políticos y empresarios, pero decidí dejarlo cuando tomé el lugar de crítica de moda en TV. No me parecía del todo honesto

¿empresaria yO? Una de las prendas preferidas de Matilda: top bordado de la última colección de Magoya Ropa. “Estoy feliz con el rol de empresaria, siempre quise tener una marca propia”, concluye. Info: [email protected]

asesorar y criticar. Igualmente, no es la veta que más me gusta porque hay que tener paciencia y saber llevar egos. –Ponerte en el rol de crítica te expone a lo mismo en respuesta, ¿cómo te llevás con esa situación? –No estoy pendiente de las críticas. Lo mío en Este es el show es un personaje y mi crítica va desde un lugar constructivo. No voy por la vida diciéndole a la gente si están mal o bien vestidos. Es sólo mi trabajo. –¿Qué tiene que tener un buen curso de producción de moda? –Lo que puedo decir es que ser una buena estilista no se logra haciendo solamente un curso. En realidad, una estilista es lo más parecida a un piloto: tiene que tener horas de vuelo, una mirada entrenada. Por eso, las mejores son siempre las más grandes. –¿Por qué el vintage y el retro como los protagonistas de tu marca Magoya Ropa? –Toda la vida fui amante del vintage y fui comprando prendas para coleccionar y enriquecer en mis producciones, hasta que se me ocurrió crear una marca. Al principio armé un showroom en el garaje de casa y poco a poco fue creciendo hasta que pudimos armar el showroom en Palermo. Hay ropa vintage reacondicionada –de Chanel, Dior, Ferragamo…–, otras prendas intervenidas y una pequeña colección de ropa retro hecha con géneros antiguos. Además tenemos una colección propia. Ya estamos en Córdoba y en breve abrimos en Mendoza y Rosario. –¿Cómo ves la moda argentina en este momento? –Creo que hay que tener cuidado de que la creatividad no se fugue a otras latitudes.ß

DISEÑO SUSTENTABLE

Chunchino: el buen ejemplo Una marca de ropa para bebes que se basa en el ecodiseño y la filosofía de lo sustentable. Creada por Ileana Lacabanne, microemprendedora y madre de dos niños, tiene como punto de partida hacer el bien con la mirada puesta en los chicos Texto María Elena Baggio @elenabaggio

Desde el packaging hasta la tela, un proceso 100% ecológico

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a historia de Chunchino Eco-Bebé comenzó con el primer embarazo de Ileana Lacabanne. El puntapié inicial fue la idea de encarar un proyecto de diseño con el cual dar un buen ejemplo. ¿Su fin? Ayudar a hacer realidad un mundo mejor para las generaciones que vienen. “Estudié materiales y así llegué al algodón orgánico y agroecológico, a los conceptos de ecodiseño y sustentabilidad.” Una filosofía que comulga con el consumo responsable, la preservación del medio ambiente, el comercio justo y el desarrollo sostenible. “Jamás había diseñado una prenda y no sabía nada de telas, pero cuando conocí las ventajas del algodón orgánico supe que era lo mejor para estar en contacto con la piel del bebe (en las primeras semanas es cinco veces más delgada que la de un adulto). Tiene una calidad superior por sobre el común, es mucho más suave, para su cultivo no se utilizan pesticidas ni químicos, y no se contamina el agua. Además es cómodo, hipoalergénico y regula la temperatura corporal”, cuenta Lacabanne. Con esa motivación por delante y el nacimiento de Felipe, su hijo que hoy tiene 5 años, los dibujos y moldes surgieron espon-

táneamente. “Prendas básicas y atemporales, las más funcionales para estar con el bebe. Luego le agregué estampados simples, lo menos invasivos posibles, y como no quería usar cierres ni metal ni elástico, uso botones naturales de coco y amarras de tiras del mismo algodón.” A fines de 2008 y con una inversión inicial de $ 14.000 registró la marca y estableció el modelo de negocio sustentable. Contactó a pequeños proveedores de materias primas de algodón orgánico y agroecológico de Chaco reunidos en el grupo Otro Mercado al Sur, y tercerizó el trabajo de confección con Mundo Alameda, un taller textil que garantiza trabajo digno y salario justo. Para 2009 contaba con una primera tanda de 400 prendas, cuyo target de venta online era regalos corporativos para nacimiento con packaging 100% reciclable realizado por RedActivos. Hoy, la línea tiene ropa, baberos, gorros, portachupetes, mantas, portabebes y bolsos porta enfant, que cuando se dejan de usar se vuelven colcha y morral. Todo se comercializa a través de www.chunchino.com con envíos a todo el país y en puntos de venta en Buenos Aires (la tienda Cúbreme, en Palermo, es uno de ellos), Neuquén, Córdoba y Rosario. Un ejemplo que hace la diferencia.ß