MANUAL DEL ANARQUISTA

conocer y saber, aunque el conocimiento y el saber hay que ... ¿Alguna de ustedes puede explicarme el motivo del pánico? ..... re, y pensamiento libertario.
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MANUAL DEL ANARQUISTA Ser anárquico La rabia y la infamia La debilidad de los potentes La psicosis del terror Ejercitar la violencia Severino y Fina Marino y Benedetta Dominar la violencia Conquistar la libertad El anárquico y la mujer Revolución anárquica Generar el pánico

Marino Cortucci Ancona 1900 Buenos Aires1933

Los seres racionales nunca deben levantar sus manos para humillar otro ser; el ser racional nunca ataca, se defiende. Marino Cortucci, 1932 - Cárcel de Devoto

Gustavo Guglielmotti

Mi pequeño y grande amor Este “Bachiller” y los dibujos en el trazados, si nada aportara para tus aspiraciones, por lo menos te demostrará mi afecto y el amor inmenso hacia todos los seres, y en particular a ti, a quienes los dedico. Cuando recorras éstas lineas, éstas hojas y si aún tus manos y tus entusiasmos no te dan para dibujar lo que en éstas páginas ves; no te sorprendas ni pienses que para tal cosa es necesario un colegio, ni academia de bellas artes: tal cosa puede hacerla quien lo desee sin más esfuerzo que un poco de constancia y perseverancia. Dicho esto por cuanto que todo lo que me es dado pensar y ejecutar, no lo he aprendido en los colegios; todos mis pocos conocimientos y capacidad son fruto de mi inquietud para conocer y saber, aunque el conocimiento y el saber hay que robarlos en muchos casos.

Cuando los años y el tiempo habrán hecho de ti un ser consciente de tus actos, al ojear éstas líneas, de tu pecho brotará un algo que de llevará a querer saber quien fue (si ya no existiera) lo que ha sido y lo que podía ser; y aunque la que te dio pasta de su ser para nutrirte desde tu cuna, sabrá decírtelo sin la vestidura de la hipocresía; cual mis sentimientos, mis ansias, mis amores, mis maldades, y algo de mi vida práctica; yo de mis mismas manos diré algo del pasado. Mi vida tiene una proyección extraña... Nací, allá en la sombría península, llamada Italia; digo sombría, no porqué la fecunda Naturaleza no haya imprimido en esa tierra toda la sabia de la belleza, sino porqué en ella tuvieron lugar las más brutales de las tiranías, las más absurdas creencias...

Bozzo Biografico - Primeras páginas. Escrito por Marino Cortucci para su hija, Floralba - Cárcel de Devoto - Buenos Aires 1933

Bozzo Biografico - Primeras páginas. Escrito por Marino Cortucci para su hija, Floralba - Cárcel de Devoto - Buenos Aires 1933

Introducción Difícilmente me ha ocurrido que al ponerme a escribir un libro me asaltara el temor de hacerlo mal o de no conseguir hacerlo en forma coherente. Generalmente, las dudas se disipan antes de comenzar a escribir un libro pero en este caso, por más que intento informarme a cerca de los hechos, para tener la seguridad de lo que escribo el problema es diferente. Al tocar la figura de mi abuelo “Marino Cortucci” estoy tocando una de las partes más importantes y más íntimas de toda la historia de mi famiglia y esto es una responsabilidad que va mucho más allá de lo que un ser humano puede desear. La dificultad que me está enloqueciendo es conseguir entender las cosas que en mi personalidad, me pertenecen y las cosas que en realidad pertenecían a Marino Cortucci. ¿Cual de los dos es el que escribe en este libro? ¿Cual de ambos es el que actúa? Cuando me informo sobre la forma de encarar la vida de mi abuelo y de sus compañeros anárquicos me doy cuenta de la semejanza increíble que existe entre ambos, no obstante los 33 años de inexistencia que nos separan. Muchas cosas que siempre consideré características mías son en realidad suyas, la diferencia es que yo no las conocía y las aprendí entre los libros que sabiamente escribió en la cárcel. Recuerdo que una vez, pregunté a mi madre y a mi abuela esto: Hay una cosa característica de mi vida que no consigo entender. La escena que se repite seguido es esta: yo estoy hablando con una persona y empezamos a discutir, a un cierto punto yo me enojo por mi carácter, y las palabras se hacen duras. Se trata sólo de una discusión y no tengo ninguna intención de atacar al otro, pero el otro se aterroriza, como si yo hubiese sacado una pistola. ¿Alguna de ustedes puede explicarme el motivo del pánico? Mi mamá y mi abuela se miran un momento: “Si... es tu mirada, tenés los colores de Severino y la mirada de Mario... tu mirada tiene esas características. Por eso cuando te alteras en una discusión la gente va en pánico. Se trata de temperamento anárquico”. Se trata de una de las muchas cosas que obviamente unen nuestras vidas que en una Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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familia normal pasan desapercibidas porque los parecidos entre padres, hijos y abuelos no sorprenden demasiado pero entre una persona que muere en el 1933 y otra que nace en el 1966 son mucho más sorprendentes. Recuerdo aún hoy la primera vez que escribí un tema para la escuela. Tenía en aquel entonces 10 años y luego de haberlo leído mi madre sonrió con esa sonrisa extraña de quien ha entendido algo que ningún otro podría entender. “... la misma forma de escribir de mi papá...”. Me estoy dando cuenta que por más esfuerzo que haga para dar a este libro una estructura racional, ordenada y matemática, va a ser imposible lograrlo; como es imposible entender que es lo que en realidad me pertenece como individuo y que es lo que es parte de la herencia genética que me une al pasado. En mi vida y por azar, no obstante los esfuerzos que todos han hecho por esconder lo que era parte de la vida de mi abuelo y de su temperamento, ha vuelto todo. Ha vuelto al poesía, ha vuelto el temperamento, la pasión y el amor maravilloso. La mirada crítica, la capacidad de observar y entender el mundo, como realmente es y como lo veía también el. Este libro, me veo en la necesidad de advertirte antes de empezarlo, no obstante mis esfuerzos va a ser como mi vida, que deseo siempre ordenada y es inevitablemente Anárquica. Te pido disculpas por esto, es algo que no podría cambiar, ni siquiera naciendo otras 10 veces o cambiando continente otras siete.

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Indice Marino Cortucci La lucha La infamia La gloria

Marino y teo Ser ANáRQUICO El equilibrio La resistencia La vista La fuerza La rabia

la debilidad de los potentes La sacra familia La psicología

Sigmund Freud la medicina y la familia

La psicosis del terror ejercitar la violencia SEverino y fina Marino y Benedetta

El anárquico y la relación con la mujer El punto de vista femenino

revolución anárquica

Dominar la violencia

La anarquía como filosofía de vida

Conquistar la propia libertad

Generar el pánico

La fuerza la vista la potencia

La estrategia del los reptiles

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Lo que encontrarás en este libro PRIMERA PARTE La memoria de Marino Cortucci (Mario Cortucci para la historia) fue ensuciada por el libro de Osvaldo Bayer “Severino Di Giovanni. El idealista de la violencia” en más de cuatro lugares diferentes y por más de 3 personas diferentes. En el primer capitulo demuestro porqué queda claro que el comportamiento de Marino Cortucci fue el que se esperaba Severino y no el que cuentan Fina, la policía, los compañeros de cárcel de Marino y Osvaldo Bayer en su libro que pretende ser de periodismo histórico. La primera parte es lo que describe la personalidad maravillosa de Marino Cortucci y las cosas que dejó para la posteridad y que transforman, al menos desde mi punto de vista, el haber sacrificado su vida por algo que realmente valía la pena hacer. Segunda parte Esta es la parte que da nombre al libro. Se trata de una forma de comportarse que es la religión del Anárquico. Es una forma de vivir de la persona que vive en la lucha. Una persona que lleva una vida normal, dentro la monotonía del cotidiano; puede permitirse el lujo de vivir de cualquier manera. Haciendo cosas que debilitan su salud y sus sentidos: puede concederse el lujo de lo que la gente llama “Normalidad”. Puede tener lumbago, problemas de vista, frío, necesidad de dormir bajo el calor de las cubiertas todos los días, necesidad de ropa, zapatos y medias durante todo el año, la necesidad absoluta de comer dos veces por día todos los días como la necesidad de ser apreciado y respetado por todos los semejantes. El anárquico debe saber que no puede permitirse muchos de estos lujos. El anárquico sabe que es dueño y esclavo del propio temperamento y que la violencia, como la injusticia, Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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partes de este mundo, pueden rebelarse en su contra en cualquier momento y que dentro la lucha, hasta su familia o sus mejores amigos pueden convertirse en enemigos que se lanzan en su contra, persiguiéndolo como a un perro rabioso. Debe entender los motivos de la lucha y las formas en que la sociedad ataca constantemente y por todos lados el comportamiento anárquico. Entender esto es la base del equilibrio mental, anímico y psicofísico; una cosa indispensable en la vida de un anárquico. La libertad y la prisión Estar en prisión es una parte probable de la vida del anárquico, como lo es morir a causa de un atentado en la vida de un fascista, nazzista, o de cualquier persona que ejerce la violencia desde la parte del régimen oficial. Se trata de lo que se llaman “las reglas del juego”, cada parte en la guerra tiene las suyas. De una parte el sistema judicial con sus mecanismos y sus injusticias y desde la otra el anarquista con su astucia y su ferocidad, para luchar en contra de un enemigo mucho más potente que él. Lejos de querer defender una parte de la guerra o de intentar justificar lo que no puede ni quiere ser justificado mi intento es rescatar las cosas de valor que una situación de violencia inaudita deja para la posteridad. Quiero pensar que “más cantidad de violencia hay en la historia y más grande debería ser el dono hacia la posteridad”. No tengo la más puta idea si esto que acabo de declarar sea verdadero o falso, digamos que de alguna manera, es una forma de dar una justificación positiva al hecho que la violencia exista. Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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No hay enseñanza en la escena en que se coloca una bomba, en que la bomba estalla y crea decenas de muertos y heridos. No hay nada que aprender de una escena donde una persona viene acribillada por otros o ajusticiada. Nada enseña lo que han sufrido las personas dentro los campos de concentración en Europa. La enseñanza debería estar escondida en los pocos momentos de tranquilidad entre una acción violenta y la otra. En el entender la mecánica de la rabia y la cólera. En el entender como lograr evitar que la violencia comience, visto que es imposible decidir voluntariamente cuando termina. El manual del anárquico Es una forma de comportarse que Marino aprende en prisión. Se trata de una forma de defenderse y sobre todo de mantenerse en forma, incluso dentro una celda por años, para estar en condiciones físicas y anímicas perfectas para la acción en el momento que se presenta la oportunidad. Se trata de un entrenamiento para tener el cuerpo perfectamente calibrado para la lucha, en cualquier momento se presente la necesidad. El anárquico debe tener conciencia de lo que es, de su temperamento y de sus puntos débiles. Un anárquico debe vivir de forma correcta, porque llamar la atención significa exponerse a ser reconocido, visto, capturado. No puede pelearse con la gente por estupideces, como no puede participar en lugares como un estadio en el que se pueden crear escenas de violencia inútil contra la policía y contra los hinchas del otro equipo. Mientras una persona normal puede permitirse el lujo de agarrarse a trompadas con otro, el anárquico no puede hacerlo. No puede hacerlo porque el anárquico sabe perfectamente que puede Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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matarlo. Sabe el precio que tiene crearse un enemigo luego de una pelea, por este motivo lo evita. Crearse enemigos es un lujo carísimo que ninguna persona inteligente debería concederse, si puede evitarlo. Agarrarse a patadas con otro para una persona normal es un accidente que puede ocurrir. Para una persona que se ocupa de fabricar bombas, organizar atentados, matar gente o organizar asaltos y robos; hacerse fichar e interrogar por la policía, de seguro, no es una buena idea. No sólo se pondría en peligro él, sino que por su estupidez pondría en peligro la seguridad de los demás integrantes del grupo. ¿Poner la otra mejilla? De ninguna manera. Se trata de estrategias para evitar la violencia sin tener que soportar las consecuencias. Estrategias de defensa que te llevan a evitar ser golpeado o herido por una persona que te ataca y que hacen que en caso de romperle una pierna, toda la gente que se encuentra a tu alrededor deba decir “El otro lo estaba atacando, y el no sabiendo que hacer, para defenderse le rompió una pierna... lo estaban atacando y él defendiéndose le rompió una pierna”. Si la violencia, las tragedias, las bombas y los asesinatos son la parte negativa en la vida de un anárquico; entender como eliminarla, como evitarla y como terminarla son la parte positiva. Porque nos ayudan a evitar también a nosotros la violencia que existe en nuestras vidas. La pasión, la poesía y el amor infinitamente romántico La violencia, el miedo, la conciencia de una vida que podría terminarse con todo lo que has conseguido construir, en los próximos 10 minutos. La duda que cada Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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persona que se acerca pueda ser la persona que te apunta una pistola y te encarcela de por vida o que te tira un tiro en la cabeza, lleva al anárquico a exprimir sus sentimientos al máximo exponente de lo que puede hacer. A exprimirlos y a sentirlos, no hay mejor forma de apreciar lo que uno tiene como delante del riesgo de perderlos para siempre. El anárquico sabe que todo el futuro puede desaparecer antes del día siguiente y por esto vive en forma más intensa que la de las demás personas. Si una persona sabe que cuando se despide de otra, existe la posibilidad que sea para siempre, se despide de otra manera, habla de otra manera, la mira de otra manera. El anárquico vive de esta manera. Una persona normal que sabe que dentro de 2 años volverá a ver s su mujer y a su hija puede tranquilamente perder su tiempo mientras espera. Marino Cortucci, en la duda constante de saber que, como sucedió, podía morir durante la fuga o que luego de la fuga debería mantenerse alejado de la todos los nexos que la policía pudiera encontrar hacia él, familia inclusa, escribió todo lo que pudo antes de la fatal madrugada en la que murió. Mas que entender el motivo que lleva a un revolucionario a vivir el amor hacia una mujer en forma maravillosa y poética, lo que este libro rescata es la forma de conseguir vivir el amor lleno de pasión y de poesía sin la necesidad de la tragedia inminente e inevitable.

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Marino Cortucci El amor El coraje La infamia La gloria

La deuda con la historia Hay cosas que aún hoy me dejan sin palabras. En la defensa que el mismo prepara para defenderse ante el Juez de Sentencia, Marino Cortucci escribe: ¿Que puedo objetar de las acusaciones que dice hacerme el llamado R. Pereira? Usted ha de tener un concepto propio de la vida. El argumentar al respecto sería, a mi criterio, rebajar a su persona por cuanto, si muchos detalles se le escapan de la manera de como se tortura a un hombre, sabe, positivamente que ésta ha sido aplicada con inaudita ferocidad refinamiento; luego la justicia ¿Condenará con sólo la prueba que con la tortura se fabrica? Si esto sucede hay que aclararlo, la justicia no sólo es ciega, sino está vencida por lo mismo a lo que atañe nuestro caso. Pero esto no es todo, se ha ido más lejos, se me hizo aparecer como confidente, entregador de Di Giovanni y Scarfò, con el evidente propósito de humillarme moralmente; pero aún me queda el orgullo de haber comprobado que no lo hayan conseguido. No por lo que yo pueda decir, sino porque los compañeros de ideología me consideran merecedor de sus aprecios, pésale a la policía y sus propósitos. Lo que me sorprende es que ha sido encarcelado sin pruebas, ha sido torturado salvajemente, le han dado “Cadena perpetua” sin tener ninguna prueba y él en su defensa declara “se ha ido más lejos se me hace aparecer como confidente de la policía”. De todo lo que le habían hecho lo peor fue acusarlo de colaborar con la policía. Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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Marino Cortucci era completamente inocente Recuerdo una vez que en un diálogo con Simone Bondio me aclaró el motivo por el cuál confiaba ciegamente en la integridad de Marino Cortucci. El sacó a relucir la sonrisa de quien conoce hechos de los que no le agrada hablar, pero defender a su amigo y compañero fue más importante. Le digo “Entiendo que haya sido tu amigo y que la confianza que tenías en él supera cualquier realidad pero ¿como puedes tener la seguridad que bajo tortura no haya hablado? Sería lógico que lo haya hecho. Era un ser humano. ¿Como se puede resistir a 6 días de picana y demás torturas? El pesa mis palabras y sigue sonriendo. Me mira a los ojos, sabe que tiene en la manga un As que no puede ser discutido, ni siquiera por Dios en persona. Lo estoy provocando, pero es un hombre de pistolas, de violencia y de honor, no consigo romper el muro de goma. Ningún joven de buena familia como yo, de 24 años puede desequilibrarlo. En todo caso continúo. ¿Que es lo que cambia en la historia? ¿Que cambia en la historia si el que habló fue él y no Alejandro? El - Mucho, diría que cambia todo. Yo - Cayeron todos o desaparecieron, los que no cayeron se exiliaron. No entiendo la necesidad de defender este detalle, que haya hablado él o Alejandro es la misma idéntica cosa. Al menos para la historia. Su mirada cambia, la sonrisa desaparece. Me mira entre las cejas enormes, acabo de hacer un insulto por el cual en el pasado, él habría matado, muy probablemente lo ha hecho. Pasan algunos segundos. La sonrisa vuelve a su boca. Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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Simone Bondio Dice: “Si el que hablaba era Marino en lugar de Alejandro yo estaba muerto... Yo me salvé porque Alejandro no sabía de mi. Yo tengo la absoluta seguridad de quién fue el buchón y quien fue el valiente. Yo debo la vida y mi libertad a que Marino no hablara y que el infame no supiese mi nombre. Las cosas que estaban en la cabeza de Marino Cortucci, Severino y Paulino, nunca llegaron a los oídos de la policía, puedo asegurártelo sobre la cabeza de tu madre; Amor y esperanza de mi amigo y compañero, Marino Cortucci. Nunca confundas el hombre con el infame... es un error que se paga con la vida, la mayor parte de las veces, con la propia y la de otros.” Aclarado este detalle, volvió a su normal silencio. Nunca hablaba demasiado de la realidad de esa época, la intuyo mucho más terrible de lo que cuentan los libros. CON LAS PATAS CORTAS “Gustavo, es necesario que entiendas una cosa, en lo que a pensamiento se refiere, y pensamiento libertario significa lucha, debes entender que el enemigo que tienes delante si bien no es inteligente, es fuerte, muy fuerte y por este motivo tu, debes obrar con 10 veces su inteligencia. Debes moverte siempre como un hombre que comparte una habitación con un gorila de 200 kg. Obrar y dejar ver tus intenciones sólo cuando consigues hacerlo sin que pueda matarte por ello.” (El Petiso)

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Osvaldo, en el libro “Di Giovanni el idealista de la violencia” dice 4 veces que el que delata la ubicación de Severino y la quinta de Burzaco es Marino Cortucci. La policía declara esto. El historiador generalmente comete el error de confiar excesivamente en su trabajo, consecuencia de tener que trabajar sólo y la mayor parte de las veces a oscuras de la descendencia de las personas de las cuales escribe. Aclara, que esto es la declaración de la policía. Esto pone en claro la autenticidad de lo que escribe. En todo caso esto no quita que lo haya escrito y sobre todo, no quita que lo mantenga y que no se retracte, como no lo está haciendo. El refugio del señor Tavelli (El Petiso) Cuando tenía 10 años, mi familia decidió ir de vacaciones a un lugar extraño. Una casa en Córdoba de un “Amigo de familia”. “Tio petiso”, lo llamaba mi mamá y cuando mi abuela hablaba con él lo llamaba “Peti”. Me sorprendió siempre el enorme respeto y admiración con la cual “El Petiso” se dirigía a mi abuela. Cada vez que se refería a ella lo hacía como quien habla de un héroe capaz de hacer empresas por encima de cualquier otro ser. Lo encontraríamos delante de la estación del tren de una ciudad que no recuerdo el nombre. El nos esperaba sentado sobre una pared. Era un hombre delgado y pequeño, no llegaba a 1.65 de altura. Subimos todos a un Land Rover. En un cierto momento el se salió de la calle principal y encaró un río de montaña en forma perpendicular. Bajó la marcha y la conversación se detuvo un momento, la tensión dentro del auto despertó mi atención. Recuerdo que sus manos manipulaban el volante y la palanca de cambios con extraña delicadeza, como si consiguiera sentir los engranajes sobre sus dedos al poner las marchas. Sostenía el volante de la misma manera, como sintiendo el fondo del rio sobre sus manos. La atención que ponía hablaba claro, era una situación de peligro evidente, no quería perder el control del auto. Me asomé por la ventanilla para mirar el agua, la profundidad del río era de 40 cm y la corriente era bastante fuerte. Me sorprendió la trasparencia del agua. Llegamos a un lugar encantado, Una pequeña casa delante de un río en medio de nada. La casa estaba casi completamente cubierta por las hojas de una enredadera. Y a pocos meManual del Anarquista - Marino Cortucci

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tros de la casa el río creaba una laguna. Recuerdo haber hecho el baño en esa laguna y que debajo del agua, cuando me zambullía, veía truchas que nadaban de una parte a la otra. En uno de los paseos que hicimos él se detuvo para recoger algo en el piso. Un recipiente de vidrio milimetrado, lo levantó y controló la cantidad de agua “Llovió bastante, 35 milímetros”. Lo volvió a posicionar en el mismo lugar donde estaba. Se encontró con mi mirada en silencio. De alguna manera se dio cuenta de lo que tenía en la cabeza, si bien yo no hubiese dicho una palabra. “Tengo que tener siempre controlada la cantidad de agua que cae del cielo, para saber cuales son los lugares que puedo atravesar con el auto y cuales son los que no puedo”. Mantuve la mirada sobre sus ojos, en su mirada la de alguien que de alguna forma me conoce o simplemente tiene la convicción de conocerme, incluso mejor que yo mismo. Agrega “Una sola entrada y muchas salidas”. Y sonríe con extraño afecto. Delante de un bosque que recuerdo enorme y que se perdía entre las montañas dijo “Ves todos estos árboles? Los planté yo, uno por uno”. Era un bosque de pino con más de 30 años. “El los plantó porque un hombre le pagó para hacerlo” agregó luego mi madre y en su actitud y seriedad con que lo dijo era claro que mentía. En la casa que recuerdo con muebles de madera humildes hechos a mano, sobre una especie de mesa vi varas cartas con los sobres abiertos. En los sobres la dirección no la recuerdo pero el nombre era “Sr. Tavelli”. Manual del Anarquista - Marino Cortucci

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