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Madrid, 5 de abril de 2013 Sr. D. José Ramón Bauzá Presidente del Govern de les Illes Balears Gobierno Balear - Consejería de Presidencia Carrer de la Llotja de Mar, 3 07012 Palma de Mallorca, Islas Baleares

Estimado Presidente: Te escribo con especial ilusión por lo que entraña, en lo personal y profesional, la petición que te traslado y que confío tengas a bien aceptar. Aunque este sea uno de los aspectos más desconocidos de la trayectoria de mi padre, lo cierto es que durante los últimos diez años de su vida, Félix Rodríguez de la Fuente dedicó buena parte de sus esfuerzos a conseguir la protección del archipiélago de Cabrera, mediante su declaración como el primer Parque Nacional Marítimo-Terrestre de España. Lo hizo con total determinación y entrega como era, por otro lado, característico en él, pero motivado por la profunda creencia en la importancia de la empresa que estaba acometiendo para el futuro de mallorquines y españoles y, en definitiva, de nuestros mares y costas. Así impulsó y capitaneó estudios científicos, campañas de divulgación y diálogo con los organismos gubernamentales de la época. En sus esfuerzos contó inicialmente con la colaboración de Adena-WWF y del Fomento del Turismo de Mallorca, entidades con las que impulsó la creación, en 1977, de la Comisión para la Conservación de Cabrera (CCC), en la que se integraron distintas instituciones públicas y privadas, civiles y militares, y a la que posteriormente se incorporaron los organismos del gobierno pre-autonómico. Su fallecimiento en 1980 no le permitió ver culminado su proyecto para Cabrera que, tras algunos años de desaceleración tras su desaparición, recibió un nuevo impulso a partir de 1985 gracias a los esfuerzos del GOB y Greenpeace, que recogieron el testigo y la inspiración de mi padre y sus colaboradores. Como consecuencia de estos esfuerzos, una iniciativa unánime del Parlament Balear permitió poner en marcha un proceso parlamentario que culminó con la declaración, por parte del Congreso de los Diputados, del Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera en abril de 1991. Hoy, 36 años más tarde, tanto las Illes Balears como toda España se benefician de la existencia de este espacio natural protegido emblemático, único en todo el Mediterráneo, del que todos los sectores –incluso aquellos que en principio obstaculizaron su declaración– se muestran orgullosos, a pesar de que los recientes recortes presupuestarios estén perjudicando su gestión y afectando seriamente a su vigilancia. Cuando se declaró ese primer Parque Nacional con componente marítimo de España, los conocimientos sobre los ecosistemas marinos de Cabrera y la legislación sobre los mismos no alcanzaban los niveles actuales. Tampoco existía el nivel actual de interés y comprensión sobre la conservación marina. Como consecuencia de ello, el área marina del Parque Nacional quedó limitada a los fondos más someros que rodean al archipiélago. Con ello quedaron protegidos

ecosistemas importantes, como aquellos representados por la presencia de la Posidonia oceanica, pero no otros hábitats y especies de igual importancia, pero que se ubican a mayores profundidades. Ha llegado ahora el momento de dotar a Cabrera de una amplia zona marítima protegida que esté en consonancia con la importancia internacional del Parque y –sobre todo- con los valores ecológicos presentes en sus fondos, al tiempo que ayude a implantar las medidas legales de protección de los mismos que ya han sido establecidas por la Unión Europea, el Gobierno español y numerosas convenciones internacionales. En esta fase de la historia de la conservación en Cabrera, y debido a su especialización en temas marinos, es Oceana la organización conservacionista que ha tomado el relevo para preparar, a través de la investigación sobre el terreno, la divulgación y el diálogo con instituciones y otros actores, para conseguir una generosa ampliación de la zona marítima del Parque Nacional. Como puedes imaginar, dada la implicación de mi padre en la declaración de Cabrera como el primer Parque Nacional Marítimo-Terrestre de España, la Fundación Félix Rodriguez de la Fuente apoya plenamente las iniciativas de Oceana en ese sentido. En 2006, el gobierno del Partido Popular en Baleares puso en marcha una serie de iniciativas de investigación destinadas a la ampliación del Parque Nacional de Cabrera, incluyendo una estrecha colaboración con Oceana para avanzar en esa dirección. Desgraciadamente, y después de la convocatoria electoral de 2007, estas iniciativas perdieron impulso político. Próximamente, la Fundación Félix Rodriguez de la Fuente y Oceana convocaremos una rueda de prensa en Palma de Mallorca en la que informaremos de la adhesión de la Fundación que dirijo a esta noble y necesaria causa, además de recordar la implicación que en su día tuvo mi querido padre y la satisfacción que le hubiera causado ver aprobada la necesaria ampliación del Parque. Por esta razón me permito animarte a que tengas a bien retomar la iniciativa en este frente, con la seguridad de que los esfuerzos que realices serán reconocidos por la comunidad internacional interesada en los temas de conservación, y que el resultado de incrementar la superficie marina protegida de las Illes Balears tendrá como resultado un valor añadido a su atractivo turístico, paisajístico y natural. He creido conveniente escribirte en cuanto hemos decidido convocar dicha rueda de prensa, confiando en que este marco sería el ideal para anunciar la implicación del Govern en la ampliación del Parque. Espero poder reunirme próximamente contigo para hablar de los detalles de la iniciativa y te agradezco de antemano el interés que, estoy segura, este ilusionante proyecto suscita en una persona como tú, con un reconocido sentido de responsabilidad hacia la Comunidad que presides. En cualquier caso, te animo a que mientras el proceso culmina, dés las instrucciones pertinentes para que la legalidad vigente en temas pesqueros y de conservación de los ecosistemas marinos sea respetada estrictamente en las aguas que rodean a Cabrera, para evitar que sus valores ecológicos sean destruidos irreversiblemente. Un cordial saludo,

Odile Rodríguez de la Fuente Directora General Fundación Félix Rodríguez de la Fuente