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V. LOS SALESIANOS. Y LA AMAZONIA. TOMO II. Relaciones Etnográficas y Geográficas. Juan Bottasso. (Compilador). Abya-Yala. 1993 ...
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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA TOMO II Relaciones Etnográficas y Geográficas

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA TOMO II Relaciones Etnográficas y Geográficas

Juan Bottasso (Compilador)

Abya-Yala 1993

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA Relaciones etnográficas y geográficas Juan Bottasso (Compilador) 1* Edición:

© Ediciones Abya-Yala 12 de Octubre 14-30 y Wilson Casilla: 17-12-719 Teléfono: 562-633 Quito-Ecuador

Revisión: Autoedición:

José Juncosa, Juan Bottasso, Patricia Wattel Abya-Yala Editing Quito-Ecuador Martha Vinueza M. Guerrero achuar Gráficas Modelo Cayambe-Ecuador 9978-99-088-7

Supervisión de autoedición: Foto de la Portada: Impresión: ISBN:

Algunas de las fotografías incluidas en el texto han sido elaboradas por el Taller Visual sobre materiales de distintas fuentes.

Taller Visual:

Veintimilla y 6 de Diciembre. Casilla 17-12-672 Télf.: 233-143. Fax.: (593) 2 504-735

A Mons. Pedro Gábrielli, consagrado 5 S obispo de Méndez en el año Centenario del Vicariato 19-09-93

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AGRADECIMIENTO La edición de este volumen ha sido posible gracias al aporte de las siguientes personas y entidades: -

Inspectoría Salesiana de Ecuador Vicariato Apostólico de Méndez P. Carlos Zanutto P. Carlos Valverde - Edibosco (Cuenca) P. Ambrosio Sainaghi - Casa Central de las Misiones (Cuenca) Misión de Wasakentsa

PRESENTACIÓN

Todo el material que contiene este volumen ha sido ya publicado, como se apunta en la nota introductoria de cada texto. Pero se trata de ediciones agotadas e inalcanzables en este momento, de tal manera que esta recopilación puede resultar de utilidad. Tratándose de varios autores, no faltan las repeticiones, pero se han escogido los textos de manera que se enriquezcan y se complementen unos con otros. Para la grafía de las palabras shuar se ha respetado la de cada autor, aunque no corresponda a la manera actual de escribir. Al cumplirse los 100 años de presencia Salesiana entre los Schuar, este tomo constituye un testimonio del esfuerzo que ellos han hecho, no solamente para "enseñar", sino también para intentar "comprender". Juan Bottasso Agosto 1993 Abreviaciones AHMS.: Archivo Histórico Misiones Salesianas (Quito-Ecuador) B S.: Bollettino Salesiano (Turín-Italia). EB.: El Ecuador a Don Bosco Santo, Elias Brito, 1938 (QuitoEcuador). MSH.: Mundo Shuar (Sucúa-Ecuador)

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INTRODUCCIÓN

El etnocentrismo como punto de partida La visión que por siglos se tuvo de las culturas autóctonas y de la shuar en particular no nos permite esperar de los misioneros investigaciones detalladas en este campo. La mentalidad de la época no veía más que depravación y supersticiones1 ; en el mejor de los casos, curiosidades.

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Se podrían citar infinitos textos que prueban esta afirmación. Aquí van unos pocos ejemplos: En la república de la floresta se descubren las profundidades del misterio que, al decir de Pascal, es incomprensible si no se eslabona con la caída de nuestro estado primitivo. ¡Tanta degradación en seres que poco menos que los ángeles y corona de las obras del todo poderoso! Los árboles que tal vez nacieron antes de la aurora que mostró a Colón las verdes playas de Guanahaní son allí los únicos testigos de los aborígenes del Oriente salvaje. ¡Cuántas generaciones habrían caído como caen los árboles añosos! Las que quedan ¿entrarán en el gremio de la civilización cristiana, o seguirán creciendo destructoras de sí mismas cual el bejuco, parásito terrible que da muerte a los árboles y en su víctima se apoya para vivir? Palmo a palmo han conquistado todo para sí ese reino que le acabo de pintar, las tribus nómadas de los cobrizos. No lo conquistaron para cultivarlo y establecer ciudades: no lo han tocado. Lo han regado sí de sangre humana, lo han habitado bajo la ley de tallón, bajo el exterminio y lo habitan bajo los desconciertos inhumanos de la guerra fratricida. La sola ocupación para que creen haber nacido es el parlamentarismo. El sólo fin de su existencia es urdir venganzas y perpetrar, a través de los años, el crimen de Caín. AL. AGUILERA (EB III, p. 565). ¿Quién puede describir la fatiga de nuestros misioneros en nuestros bosques orientales? Ellos abren, con el pecho, camino en la enmarañada

6 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS De todas maneras, antes de que Tos salesianos entraran al Vicariato, mucho había sido escrito sobre las costumbres shuar, como se puede fácilselva; comen el pan remojado con el sudor de sus espaldas; beben el agua del torrente en el hueco de la mano; caminan con los pies desnudos, hinchados y allagados. Encontraron por fin el fugitivo salvaje ¿Dieron con la oveja perdida? ¡Ay, no! Dieron con el tigre sediento de la sangre del hombre blanco. Discurso del Can. Juan Ma. CUESTA (EB, III, p. 598). Entre este pueblo infiel el demonio ha establecido su reino, y ¡ay de quien pretende hacerlo huir! porque sabe probar duramente su fuerza y furia diabólicas. Muchas veces se les presenta bajo la forma de un hombre negro, que los carga sobre la espalda, los lleva veloz como el viento, los transporta de un lugar a otro y !ay de aquellos que gritan porque los amenaza arrojarles a un precipicio o hacerles perecer!... Otras veces, como una gruesa mano negra que trata de dejar a aquellos que viven en la Misión e introducirlos en la floresta. Antes de la venida de los Misioneros Salesianos a Macas, ninguno podía salir por la noche, porque se sentía rodeado e invadido de espíritus malignos que lo atormentaban y desaparecían por la mañana al toque del Ángelus. Instituto de las Hijas de Ma. Auxiliadora 1904-1954. Su cincuentenario en el Ecuador, p. 55. Se trata de un folleto conmemorativo. El título del artículo es: "El reino de Satanás'" Algunas citaciones también, que retratan la mentalidad de los misioneros evangélicos. Aunque su vivacidad me atraía, me sentía repelido por su suciedad y hábitos personales. Siempre olían a sudor, humo y comida echada a perder y se rascaban como monos. Casi todos estos hombres y mujeres usaban sus ropas hasta que se encontraban enteramente cubiertas de manchas, luego las teñían de un subido color púrpura. Para ellos, el jabón era un remedio que solo se usaba para las enfermedades de la piel. F. y M. DROWN, o.c, p. 87. El jívaro es maestro en "S.E.D.", o sea sentarse, escupir y dormir F. y M. DROWN, o.c, p. 90. En la escuela cantan porque están contentos. Nuestro pueblo no tiene canciones alegres, ¿ Verdad? El brujo canta mientras cura a los enfermos. Los ancianos cantan sobre la caza o la muerte de sus enemigos durante la guerra, y las mujeres se lamentan por los muertos o agonizantes. Todos nuestros cantos son malos o tristes, ¿no es así? Los de los misioneros son tan alegres que me siento feliz al escucharlos. P. y M.-DROWN, o.c, p. 149.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 7 mente deducir de la bibliografía general2 . La mayoría de las cosas se debe a los jesuitas. El salesiano P. Ciríaco Santinelli, dejó un manuscrito de 265 páginas3, destinado a ser publicado en la serie de las "Letture Cattoliche" de Turín. De la página 1 a la 83 hace un resumen de la obra clásica del jesuita Chantre y Herrera4, repitiendo sus mismos juicios y apreciaciones. La obra quedó inédita. Entre las publicaciones de los salesianos muy valiosas son las crónicas de las exploraciones de los primeros tiempos, que fueron publicadas en Turín, por el "Bollettino Salesiano" afinesdel siglo pasado y a comienzos del presente 5 . A veces reproducen literalmente ciertas páginas de los dominicos 6 . El naturalista de Turín, Enrico Festa, que permaneció siete meses en Gualaquiza7 , nos hace conocer en su diario8 que el Hno. Jacinto Pancheri tenía un enorme espíritu de observación, pero más orientado hacia el mundo de lafloray de la fauna, que a los detalles etnográficos. Pero el salesiano que ocupa el primer puesto en este campo, no solo a lo largo del período inicial, sino de toda la historia del Vicariato, es el P. Miguel Allioni. Se conservan dos copias de un manuscrito suyo9 que,

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K. WATINK (C. ZANUTTO), J. BOTTASSO, Bibliografía General de la Nación Jívara (Sucúa, 1978): MSH, H 1. AHMS / 3 S, 1 . José CHANTRE Y HERRERA, Historia de las Misiones de la Compañía de Jesús en el Maraflón Español (Madrid, 1901). Particularmente interesante: BS (1894) pp. 74-79: 99-105;168-173; (1895) pp. 17-22; 95-99; 237-241; (1896) pp. 92-96; (1897) pp. 312-317; (1899) pp. 34-39; (1902) 274; (1904) pp. 47-49; 138-141; 232-237; 267-270; 334-336. Como el famoso pasaje de la carta de José Magalli C. III: "El jívaro es pérfido astuto, soberbio, egoísta..." (MSH, E 2 p.52) que vemos repetido literalmente en muchas publicaciones salesianas. MSH, E 6, p. 8. Enrico Festa, Nel Darien e nelFEcuador (Torino, 1909 ), Passim, entre p. 79 y 205. Una de éstas, que está en poder del P. Domingo Barrueco (Cuenca), carece de la primera página, así que se desconoce el título original. La otra se encuentra

8 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS curiosamente permaneció inédito hasta 1978, cuando salió en la serie de etnohistoria de Mundo Shuar. El P. Allioni, demuestra en su escrito una aplicación ordenada, serena, metódica en describir la vida del pueblo shuar. El es el primero en afrontar este tema con el tono llano de quien habla de cosas normales. Antes (y también mucho después), quien emprendía esta tarea, asumía un tono tremendista y casi nunca se liberaba de la obsesión de ser sensacional, de sorprender a cada párrafo con noticias inauditas. En el índice de la obra de Allioni no se encuentran los títulos acostumbrados como la "tsantsa", la venganza, los brujos... sino los temas que describen la vida de un pueblo como todos: enfermedades, agricultura, medios de transporte, matemática y cosmografía, matrimonio y posición de la mujer, nacimiento y posición del niño, derecho y justicia. Allioni es también el primero en preocuparse de recoger algunos mitos y cantos, consignando a veces hasta parte del texto shuar 1 0 . La documentación etnográfica experimentó un compás de interrupción en el período entre 1910 y 1920, paralelamente a la crisis del Vicariato, al trabajoso reanudarse de las labores, al cambio del Vicario, etc. Con el Pontificado de Pío XI se generalizó en todo el mundo misionero la preocupación por una documentación etnográfica seria. En vista de la Exposición Misionera Vaticana de 1925 fue enviado al Ecuador el P. Carlos Crespi, recién doctorado en Ciencias Naturales, en la Universidad de Padua. Además de no poseer una preparación específica en campo antropológico, el padre tenía la propensión a usar un lenguaje más apto para la propaganda, que para la documentación y divulgación científica. Imbuido además de la atmósfera italiana de aquellos años, trajo consigo una mentalidad fuertemente aculturante. De sus investigaciones se conservan varias

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en la Biblioteca Municipal de New York, según asegura el Dr. Mauricio Gnerre que la vio. MSH, E6, p.87ss.

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cosas. Dos cuadernos escritos en lápiz (seguramente borradores que nunca pasó a limpio) contienen muchos detalles sobre el vestido, el saludo, la habitación, la pesca, las pinturas corporales. Otro manuscrito más pequeño, contiene notas sobre otros temas, como la cerámica y el telar. El P. Crespi fue el primero en filmar escenas de vida shuar, obviamente reconstruidas y con lenguaje decididamente publicitario. El guión, que se conserva, está escrito en castellano e inglés. En otro pequeño guión distinto, hay anotaciones curiosas y raras, como la que dice que los shuar cazaban cabezas para hacer sacrificios humanos l l. Del mismo padre es también un cuadernillo sin título que recoge una verdadera, aunque muy incompleta, colección de mitos shuar (doce), con el detalle muy interesante que el texto es en shuar, con la traducción interlinear en italiano. Hay una circular de Mons. Comín del 24/IX/1927 que contiene una preocupación que podríamos definir muy "moderna": la que se refiere a la necesidad de conocer a fondo la cultura de los Shuar, para comprenderlos y ser comprendidos (aunque esto él lo exprese con el etnocentrismo típico de su época). Ustedes están en las selvas para predicar el Evangelio: deben tratar de que la verdad se adhiera a las pobres mentes de los salvajes y conquiste sus corazones. Se trata de realizar una especie de injerto. ¿No será necesario conocer la planta en la que se hace el injerto, para poderlo realizar bien? Ustedes deben conocer a los jívaros. En estos pobrecitos existen aún muchos escondrijos que nosotros no conocemos. Muchos años de trabajo estéril, ¿no se deben tal vez al desconocer nosotros a estos seres que queremos hacer cristianos? Así que deben trabajar para conocerlos en sus creencias, sus leyes, sus tradiciones, en todo (... ) . Puede ser también que encuentren algo que no sea de destruir, sino orientar para su mayor bien. 12 Cuando el P. Juan Vigna llegó a Pro-Vicario, en 1941, se propuso lograr que la documentación de la cultura shuar fuera una preocupación del 1

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MSH, E6, p.87ss. AHMS/VIICm.

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Vicariato como tal. En vista de esto y a raíz del cincuentenario de las Misiones Salesianas del Ecuador, en octubre de 1944, lanzó un concurso para que se estudiara "la raza y la civilización jívara" 13 . Se lee en el n»13 del bando: "Dicho concurso lleva la finalidad de reunir elementos importantísimos sobre la civilización jívara, antes de que ésta desaparezca, arrollada por la civilización blanca". Sin duda él ve como fatal el sucumbir de la cultura shuar, pero no se puede negar que finalmente hay un juicio positivo sobre esta civilización, aunque se la vea amenazada. Los trabajos presentados fueron solamente los dos que se conservan 14 . El del P. Juan Ghinassi, llena 26 páginas muy apretadas. Más corto, es el del P. Corbellini (es tal vez el primero en considerar de manera positiva la agresividad shuar , 5 , vista como funcional a la defensa). En la misma ocasión el P. Vigna organizó la recolección de objetos para una gran "Exposición Misionera" en Cuenca. El plan detallado de la exposición que trazó 16 demuestra una visión bastante amplia y seria del asunto. En efecto el P. Vigna no se limitaba a estimular el interés de los demás. Existe un cuadernillo suyo de 1927, escrito con letra muy esmerada, que lleva como título "Sui Kivari: frammenti e commenti". Desarrolla 12 temas cada uno en una página o dos 17 . Para ofrecer una pauta a cuantos hubiesen querido participar en el concurso de 1944, de que hemos hablado arriba, él mismo había escrito un trabajo bastante extenso, que la Revista América Indígena publicó en enero de 1945 18 . 13

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V. Circular del P Juan Vigna, del 23/IV/1945 (AHMS / VII, V). En ella se lee: Sí no nos damos prisa de reunir lodo lo que pueda interesar la raza jívara, después de poco no sería posible decir de ella más que lo que por referencia se contará, a modo de tradición, y esto maleado por el reflejo de la nueva civilización, que está haciendo desaparecer esa raza. AHMS 13 G, 1. Ibid. AHMS/VV, 3.,3 AHMS / 3 V, 4. América Indígena (México. 1945) pp. 35-49. Una copia de dicho artículo fue enviada a todos los misioneros, con el pedido de corregirlo y completarlo (Cir. 23/ IVV 1945).

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De 1950 son las "Indicaciones para la formación de un museo nacional" del P. Telésforo Corbellini 19 . En ellas, al lado de la preocupación por ilustrar la cultura hay -y aún más fuerte-la de poner de relieve la labor misionera 2 0 . Por otro lado son los años en que toda la atención de los salesianos se va concentrando en la organización de los internados, lo que explica el tono de las publicaciones de la época. La literatura salesiana deja de hablar de la vida de los Shuar, para publicar crónicas y episodios de la vida de las misiones. A mediados de los años 50 el P. Isidoro Formaggio realizó la primera película en colores, pero en ella la preocupación de la propaganda prevalece sobre los demás intereses. Inclusive, los elementos etnográficos son reconstruidos con el criterio de un sensacionalismo folklorista. El 9/1X/1957 fue fundado el Centro Misional de Investigaciones Científicas, por el Sr. Lino Rampón, estudiante salesiano de filosofía, Centro que fue aprobado por el Gobierno, mediante el acuerdo N° 40/38 el 26/1/60. Los objetivos de dicho Centro merecen ser conocidos. Finalidades: 1. Cooperar al conocimiento científico de la Hoya Amazónica. 2. Organizar una biblioteca, que reúna los estudios realizados. 3. Sostener una cátedra de Antropología Misional, para la forma ción de los jóvenes misioneros católicos. 19

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AHMS/3VV.3. Muchas veces las exposiciones misioneras han usado el dato etnográfico simplemente para llamar la atención sobre la labor (o las necesidades) de los misioneros. La misma preocupación la encontramos en la circular de Mons. D. Comín, del 25/ V/ 1948. El Ministro de Gobierno y Oriente pide la participación de los salesianos en una Exposición Nacional, dedicada especialmente al Oriente y auspiciada por la Unión Nacional de Periodistas. Mons. Comín recomienda: No debemos, queridos misioneros, dejar escapar esta oportunidad para demostrar al Gobierno, y a la Nación en general, que nosotros sabemos responder amplia y decididamente a las esperanzas y justas peticiones de los funcionarios públicos. (AHMS I VII, Cm).

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4. Publicar un boletín de Orientación e Información, sobre las actividades del Centro Misional. Desarrollo 1. En la primera finalidad juega un papel lo específico del Centro, que es la investigación de los misioneros residentes en los Centros Misionales y que fungen de puente entre el medio ambiente y el Centro que organiza las investigaciones. 2. La segunda finalidad es como consecuencia de la primera; pero mientras ésta requiere una acción lenta y constante, la segunda asegura, vez por vez, que ningún estudio de los realizados se perderá, porque no se tiende a publicar una enciclopedia sintética, sino estudios parciales, de acuerdo con los planes de investigación específicos y concretos que se trabajen. 3. La tercera finalidad tiende a preparar a los misioneros católicos, no solo en aquello que pertenece estrictamente a su ministerio, sino también en lo que atañe a una colaboración siempre más amplia y técnica con el Centro, y asegurar además sus futuros dirigentes; 4. La cuarta finalidad procura la formación y conservación del ambiente favorable al trabajo de investigación entre los misioneros, como también mantener relaciones con personas e instituciones similares en ésta clase de estudios 2 1 . Aunque esta iniciativa haya tenido propósitos aculturantes declarados y casi obsesivos, y a pesar de que haya gozado de una existencia muy efímera (después de la fecha de la aprobación oficial comenzó a paralizarse), ha dejado una documentación nada despreciable 2 2 y ha organizado un museo muy valioso y bien estructurado, sin duda la documentación material más completa sobre una cultura ecuatoriana 2 3 . Del CMIC fue 21 22 23

AHMSS / 3 A 1,3., pp.39-40. AHMS/3VV, 3. El catálogo del Museo se encuentra en AHMS / 3 VV, 3. Pero desde que fue

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 13 presidente el P. Ernesto Alvarez, más tarde Arzobispo de Cuenca, y miembro el arquitecto Hernán Crespo, que llegará a ser muy conocido como Director del Museo de Antropología del Banco Central del Ecuador. El largo camino del "centro" a la "periferia" En el seno del CMIC fue motivado para trabajar Siró Pellizzaro, muy unido a Lino Rampón. Con él publicó en 1961 Mitos-LeyendasHistorias de la Nación Shuar24, que constituye cabalmente el cuaderno n° 2 de las Investigaciones del CMIC. El mismo año, el CMIC publicó su Mapa Antropográfico. La trayectoria de Pellizzaro es sorprendente y ejemplar. Como todo el mundo, él partió con el deseo de habilitarse para una catequesis eficaz. El aprendizaje de la lengua entraba en este objetivo, y él, que en los años

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publicado este catálogo, el museo fue muy enriquecido. -Con respecto a los proyectos del CMIC el P. Emilio Gambirasio escribió entonces: ¿Para qué este trabajo?. Pues estamos convencidos de que el hombre no es del todo un misterio. Con la paciencia, el sacrificio y el trabajo, con la indispensable cooperación de los misioneros, se podrá llegar a penetrar en el santuario del yo colectivo, para, una vez conocida la máquina humana e iluminados por las concepciones cristianas de la vida, guiarla mejor hacia sus fines eternos por los caminos de la tierra. BS (febrero 1958) p. 7. - El Padre aquí se refiere al proyecto del organizar un curso de "Antropología misional". Sobre el Plan (que no se realizó), sigue diciendo: ... Al respecto cúmpleme manifestar que el proyecto, merece nuestra aprobación, no sólo por las consideraciones que hemos expuesto anteriormente, en el orden científico y educacional, sino también porque redundaría positivamente en favor del Oriente Ecuatoriano, permitiendo que este gran sector de la patria se capacite con la culturización de los indios, constituyéndose en parte integrante de nuestra nacionalidad. Ibid, p. 8. -Los Superiores de las Casas Salesianas del Ecuador, reunidos en Cuenca el 8/ IV /l 959 alabaron la labor del CMIC y urgieron la recolección de material (monografías, fotos, películas...) pero todo esto visto en función de propaganda. Se trata de una edición mimeografiada. Las "Leyendas jíbaras", impresas en Cuenca en 1968 no son lo mismo, sino un resumen de los principales mitos shuar.

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1955-57 tuvo en Yaupi como director al P. Juan Ghinassi, se dedicó al estudio de la lengua con mucha seriedad, llegando a ser uno de sus mejores conocedores, como veremos más adelante. Pero, el deseo de una mayor eficacia catequística, le llevó a dar un paso más, que él describe de manera extremadamente explícita en la introducción a sus "reseñas catequísticas" 25 - Se trata de conocer en detalle, uno por uno y a fondo, todos los errores y supersticiones shuar, para irlos refutando. Fue el deseo de demolerlas, que llevó a Siró Pellizzaro a estudiar seriamente las costumbres shuar. Pero el acercamiento al pueblo, hecho con simpatía, el deseo de conocer cada detalle en su contexto, fueron cambiando la perspectiva de Pellizzaro. También el clima general estaba cambiando. En la Iglesia católica el Concilio aún no había comenzado, pero muchas cosas hervían en el mundo de la cultura y en Bogotá (1959-1962) Pellizzaro tuvo oportunidad de realizar contactos que ampliaron su horizonte. Ya en los años anteriores a los estudios teológicos, había grabado un gran número de cantos y mitos, cosa que siguió haciendo a su regreso a Ecuador, cada año, entre un curso y otro. Pero poco a poco lo iba haciendo con una visión más amplia y positiva de las cosas. A pesar de no encontrar mucha comprensión en el ambiente, él siguió documentando y grabando, hasta reunir un caudal casi ilimitado de cintas y cuadernos. El afán de dedicar el máximo de atención y tiempo a la labor de documentación, antes de que los cambios la volvieran imposible, y la sensación de manejar un cuerpo de nociones aún poco organizado y descifrable, detuvieron siempre a Siró Pellizzaro de publicar sus materiales. En 1973 salió su "Técnicas y Estructuras familiares de los Shuar", pero es poca cosa, frente a la cantidad de documentos por él recogida.

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Quiero que en este catecismo se recojan todas las supersticiones y creencias shuar y se refuten en el desarrollo. (...). Búsquese en una palabra que los Shuar, y también los Shuar más atraídos, puedan entender con este catecismo la belleza de la religión católica y la falsedad de sus muchas supersticiones. Espero que de buen grado se ponga a la obra para poder alcanzar una mejor culturización del Shuar. (Estas palabras van dirigidas a Juan Arcos desde la Misión de Limón, en octubre de 1958).

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 15 Fue solamente en 1976 que se decidió a dar comienzo a la publicación del "corpus mithologicum", en edición bilingüe, con traducción literal interlinear y traducción libre aparte, aunque sea a manera de borrador, con el propósito de revisar y organizar el todo algún día, cuando el conocimiento del mundo mitológico shuar esté más completo. Cuando la obra esté terminada probablemente constituirá la mayor colección de material de este tipo, en Sudamérica. Juntamente con los mitos, el P. Pellizzaro ha publicado ya un par de cuadernos de cantos shuar y achuar, otro sector sobre el cual está muy documentado. En 1964 fue fundada la Federación Shuar26. No se puede afirmar que el propulsor -P. Juan Shutka- y los Shuar que laboraron con él en los primeros momentos, hayan tenido como prioritario el objetivo cultural. La Federación nació para organizar a los Shuar, con criterios (en un comienzo) más bien desarrollistas, y hacer de la unión de fuerzas shuar un núcleo competitivo con las fuerzas de los colonos. Pero la evolución del ambiente general, la maduración de los Shuar, siempre más conscientes de sus posibilidades, la presencia, en un segundo momento, muy activa y pensante del P. Alfredo Germani, el aporte de voluntarios de distintas tendencias, inyectaron otros intereses, enriqueciendo la plataforma ideológica de la Federación. Aunque ésta no se haya nunca propuesto programas específicos de investigación, los ha apoyado, como ha apoyado y financiado varias publicaciones 27 . La resistencia de 26 27

Para la Historia de la Federación V. Federación de Centros Shuar (Sucúa, 1976) p. 115 ss. La publicación de "Técnicas y estructuras familiares" de S. PELLIZZARO fue costeada casi al completo por la Federación, así como la publicación de las "Leyendas jíbaras" del mismo autor. Se debe también a la preocupación de la Federación la traducción al castellano y publicación de "The Jíbaro", de M. J. HARNER. A continuación va una lista de obras que fueron publicadas por la Federación. No todas (o solo indirectamentemente) tienen un contenido cultural: J. ARCOS, T. NAKAIMP, J . TIMIAS, Celebraciones dominicales. A. ROUBY, L. BOLLA, D. TIMIAS, Catecismo Shuar. M. KRIZAN, J. ARCOS, Yaunchunmaya Yusa chichame. AA. W., Curso fundamental de líderes. A GERMANI, Unuimiartai.

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los últimos años frente a la presencia de antropólogos e investigadores sociales se debe al hecho que éstos se han multiplicado de manera excesiva y muchas veces no se ve ninguna relación entre sus estudios y los intereses del pueblo estudiado. La Federación tuvo la clarividencia de difundir sus ideas y programas, no solamente en el interior del grupo, sino hacia afuera. Iniciativas como el cortometraje "Tuna Chicham" (= La Voz de la Cascada) y el periódico "Chicham", han tenido resonancia especialmente fuera del grupo, en el Ecuador y en el exterior. A través de estos instrumentos de divulgación, los Shuar se han presentado como un grupo celoso de sus valores, informado sobre los peligros que le esperan, consciente de su personalidad étnica. Esta notoriedad ha fructificado, en el momento de solicitar apoyos y ayudas. Los programas de Radio Federación, así como los de las Escuelas Radiofónicas, se han hecho los principales divulgadores de temas culturales. Es muy importante el papel jugado por la música. La Federación, con su Radio, ha vuelto a lanzarla en un momento en que apenas sobrevivía. Los festivales organizados con motivo de las asambleas federales de cada año, resultaron una óptima ocasión para grabar y reunir material, comprometiendo la participación y el interés de un sector muy amplio. No se puede afirmar que todo el grupo haya evolucionado en este sentido, pero los pasos dados son evidentes. El asesoramiento de los salesianos en este proceso no ha sido homogéneo. Es evidente que, con la rapidez de los cambios, se hayan creado tensiones y alguna vez, contradicciones, pero en el conjunto, no se puede negar que esta obra de flanqueamiento haya resultado determinante. L. BOLLA, D. ANTUNI, V. CALLEJS, Misa Shuar nampetaijai. AA. VV. Vademécum de la enfermera. J. ARCOS, M. KRIZAN, Don Bosco Chichame. R. TANKAMASH, Anentaimiaiachu anentaimsartin. A. GERMANI, Shuara antunktaa, nn. 1,2,3,4,5,6. A. GERMANI, Shuara aartá, nn. 1,2. A. GERMANI, Guía didáctica, nn. 1,2. M. ROSERO, Espiritualidad shuar.

LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 17 Documento muy expresivo del cambio de clima general entre los misioneros, en lo que a cultura se refiere, es el diario de José Arnalot "Lo que los Achuar me han enseñado" 28 . No se trata solamente de una crónica pormenorizada de la experiencia del P. Luis Bolla, sino un cuadro matizado y amplio de la situación del Vicariato, también con sus contrastes. El libro pone de relieve que ciertas ideas han penetrado en profundidad y han transformado totalmente la vida de varias personas. En 1976, en la Misión de Sevilla Don Bosco, nace una iniciativa que en cierto sentido, sin habérselo explícitamente propuesto, reasume los propósitos del CMIC, enriquecidos por los nuevos aportes de las ciencias antropológicas. Se trata de Mundo Shuar, que llegó a publicar varias decenas de cuadernos. Será suficiente intentar un resumen de-las consideraciones que me han impulsado a emprender esta obra. * Buena parte de estudios de misioneros (lengua, etnografía, historia...) han permanecido inéditos, es decir, prácticamente inutilizados, seguramente no por mala voluntad, sino por la falta de un instrumento de divulgación. * En los archivos existen aún muchos documentos inéditos, o publicados en ediciones que hoy se han vuelto imposibles de encontrar. * Asistimos a una explosión de interés por la investigación antropológica, que desemboca en un sinnúmero de estudios y tesis sobre el grupo shuar, realizados a veces por individuos profesionalmente muy serios. Es lamentable que no sean divulgados, o lo sean tan sólo en lenguas que están fuera del alcance de los mismos Shuar y de cuantos trabajan con ellos.

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Se trata del diario de los casi tres años (1972-1975) que el autor pasó en Wichim'. La obra fue traducida y publicada en italiano en 1979, con el título: "La capanna senza steccato" (Bologna) y reeditada en 1992 por L'Arciere (Cuneo).

18 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS * El grupo Shuar vive un momento de rápida evolución. Muchos aspectos tradicionales desaparecen a un ritmo acelerado. Están muriendo los últimos depositarios de antiguas tradiciones y relatos. Muchas costumbres y riquezas lingüísticas están cambiando, lo que significa que una parte de ellos muere. * En un momento en que se habla de conscientizar a las generaciones nuevas sobre los valores de la tradición, hay que comprometerlas, por lo menos sus elementos más conscientes, para que busquen ellos mismos, y documenten estos valores. * También con los otros grupos que componen la etnia Jívara, Achuar de Perú (I.L.V.), Awajún de Perú (jesuítas, B. Berlín...), Wampis de Perú (I.L.V.) y algunos que mantienen con la misma un contacto desde siglos (Canelos: N. Whitten), se ha comenzado a documentar y publicar. Es importante seguir en todo el frente y hacer conocer el material, para componer el mosaico cultural de esta área de la Amazonia. * Si se quiere tratar con un pueblo, y mucho más si se lo pretende ayudar, ningún esfuerzo es suficiente para comprenderlo a fondo, de otra manera no habría diálogo, sino imposición, limosna, paternalismo. - En el campo religioso, no se trata de dar listas de nuevos pecados o introducir otros ritos, sino entrar en un contacto profundo con el alma del pueblo. Para lograrlo no basta investigar las formas religiosas de su cultura, sino todo su mundo social. - Se habla de renovar la escuela y volverla canal de transmisión de valores no extraños. Esto está bien, pero para que se pueda hacer, hay que disponer de una documentación muy amplia. Claro que las expresiones orales de la tradición, las celebraciones, la atmósfera en que se vivían ciertos valores, son algo imposible de reproducir con nuestros fríos medios de documentación; la escritura, las fotos, las grabaciones, nivelan, seleccionan elementos y empobrecen, pero nos ofrecen la única posibilidad de documentación.

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LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 19 "Mundo Shuar" no ha sido solamente un centro de publicaciones, sino también de documentación. Ha trabajado para que de todo lo que se ha escrito sobre los Shuar quedara una copia o fotocopia, de tal manera que existiera un auténtico banco de datos, y así los que quisieran conocer a los Shuar pudieran aprovechar de todo el trabajo que a lo largo de tantos años ya ha sido realizado. En síntesis Los salesianos, a lo largo de una permanencia centenaria entre los Shuar, habrían podido documentar inmensamente más: hombres de cultura, por lo menos muchos de ellos, dedicados y constantes, que vivieron décadas y décadas en medio de este pueblo... Con todo, a pesar de la mentalidad que circulaba, es más bien de admirar que hayan hecho lo que han hecho. Lástima que, por varios motivos, las obras escritas por antropólogos serios a lo largo de este siglo, hayan resultado prácticamente ignoradas por los salesianos, si se exceptúan ciertos artículos de Paul Rivet, que vemos citados en algunas publicaciones salesianas. 29 Paul Rivet a su vez, utilizó material salesiano, como el de María. Rafael Karsten y Matthew Stirling, que escribieron en inglés, quedaron fuera del alcance de los misioneros. Así Flornoy, que, de otra parte, nada escribió de particularmente original. El libro de Michael J. Harner, escrito en tiempos más recientes, empezó a circular en el Vicariato a raíz de la traducción castellana, promovida por la "Federación Shuar". En 1983 "Mundo Shuar" se convirtió en el Centro Cultural Abya29

Por ejemplo por el folleto "Vicariato apostólico di Méndez e Gualaquiza" (Torino, 1925), que reproduce tres dibujos de Rivet, sin citar la obra de la que los saca. Un inventarío de todos los manuscritos salesianos sobre temas lingüísticos se encuentra en el Catálogo del Archivo Histórico de las Misiones Salesianas (AHMS).

2 0 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS

Yala, al extenderse el interés de los promotores a todas las culturas indígenas, no solo del Ecuador, sino del Continente. Evidentemente este hecho no borró la preocupación de conocer y dar a conocer la cultura shuar. Tanto así que desde entonces se publicaron obras de importancia capital como las siguientes: DESCOLA, Philippe, LA SELVA CULTA, 1986 (2da. edición 1989). SEYMOUR-Smith, Charlotte, SHIVIAR, 1988. NAPOLITANO, Emanuela, SHUAR Y ANENT, 1988. KARSTEN, Rafael. LA VIDA Y LA CULTURA DE LOS SHUAR, 2 tomos, 1988. TAYLOR, Anne Christine. AL ESTE DE LOS ANDES, T. II, 1989. Además, en la década de los ochenta han entrado en escena como protagonistas los propios miembros del pueblo shuar. El Instituto Superior de Bomboiza, encargado de preparar el personal docente para las escuelas bilingües interculturales shuar, ha promovido entre sus alumnos las investigaciones etnográficas, lingüísticas e históricas. Muchas de estas monografías han sido publicadas por Ediciones Abya-yala: Los Anent (Ma. Magdalena Chumpí, K, 1985); La selva nuestra vida (Manuel Mashinkias Ch. -Mariana Awak, 1986); El tigre y el anaconda (Luis Chinkim', Rene Petsain, Juan J. Jimpikit, 1987); Mujer y poesía en el Pue-blo Shuar (Yolanda Ujukam, Fanny Antón, Alicia Awananchi).

RELACIONES ETNOGRÁFICAS

MIGUEL ALUONI

De este misionero piamontés es poco lo que se sabe. Consta que entró a Gualaquiza en 1908 y que en un viaje a Guayaquil, en 1912, fue segado por la fiebre amarilla, la que en los mismos días se llevó a otros 4 cohermanos salesianos. Al morir, Miguel Allioni tenía 32 años.

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En Turín se había dedicado al estudio de las ciencias naturales, especialmente de la botánica. Y es el estilo del naturalista el que se manifiesta a lo largo de toda la obra: exactitud, minuciosidad, gusto por la clasificación, descripciones sintéticas, curiosidad insaciable, ausencia de vuelos líricos y de frondosidades literarias. Evidentemente, él también fue hijo de su época, en lo que se refiere al concepto de "civilización" y del "progreso"y, como consecuencia, sus apreciaciones sobre los Shuar no son siempre positivas. Pero no se puede negar que el esfuerzo por descubrir los muchos valores y las potencialidades de este pueblo se adelantan con mucho a los logros posteriores de la antropología. Su trabajo fue contemporáneo a los estudios de Paul Rivet, a quien no conoció, y anterior a los de R. Karsten. Lo que se conserva de su trabajo no es el manuscrito primitivo, sino una copia mecanografiada en italiano. Todo hace suponer que la copia no haya sido realizada por el mismo Allioni, sino por alguien que conocía apenas el castellano y no tenía idea del shuar. El resultado fue un tanto desastroso: muchas de las palabras no italianas son transcritas de manera defectuosa. Los vocablos shuar a veces hay que interpretarlos o reconstruirlos, con bastante dificultad. En vista de esto he optado por

utilizar solamente la grafía que está en vigencia en la actualidad, con excepción de los nombres geográficos, cuyo uso ya se ha impuesto, o que no he podido identificar. He mantenido la forma "shanza" (tsantsa), que el autor ha usado constantemente. Es interesante notar que Allioni usa casi siempre la "k" en lugar de la "c" (kutanga, ipiaku...).

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También es digno de notar que él mismo utiliza mucho más el término "shuar" que el término "jívaro", a pesar de haber sido este último casi exclusivo en su época. La traducción del italiano es del suscrito y del p. Natale Pulici, quien, además, ha cuidado la transcripción de los vocablos shuar. Allioni habría dado una contribución decisiva al conocimiento del alma shuar, si la muerte no hubiera truncado su dedicación en los comienzos. Este trabajo había sido ya publicado en 1978 por Ed Mundo Shuar.

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 2 5

El pueblo Shuar

A oriente de la gran cordillera Andina, que de Sur a Norte atraviesa la República del Ecuador, hay una inmensa selva tropical que, desde las estribaciones de la cordillera, se extiende hacia la enorme cuenca fluvial conocida con el nombre de Marañón o Amazonas, sigue el curso del río y ocupa toda la hoya, hasta donde el Yapurá se une con el Amazonas. En esta región ilimitada, desconocida en sus tres cuartas partes, viven muchas poblaciones completamente salvajes, perdidas en la selva, a quienes los agentes naturales han conferido un rasgo local que las diferencia absolutamente de todo otro pueblo salvaje. Más que al tipo Guaraní o Patagón, se acerca al tipo del Caribe, y si se da crédito a los lingüistas, se acerca también al tipo Japonés-yamato. Yo limitaré mis observaciones solamente a la "Gens Shuara" ("Gens" en el sentido latino), que vive esparcida en lasflorestasde la hoya del Morona, del medio Santiago y tal vez en algunos puntos del Pastaza y cuyo núcleo más denso ocupa el Río Upano (llamado por los Jívaros Namangas), afluente del Santiago, el Río Paute, igualmente tributario del Santiago y el Zamora, que es propiamente el origen del Río. En medio de este pueblo vivo desde dos años y me he siempre esforzado por observarlo lo más que he podido, para entenderlo; si en este

2 6 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS

escrito se encuentran muchas lagunas se debe a que muchas veces no me he fiado más que de mí mismo y he escrito solamente aquello de lo cual estaba moralmente seguro. Así, de tantas narraciones y anécdotas que he escuchado o he leído, he buscado asegurar la autenticidad y si alguna conclusión no es mía personal, anotaré la fuente. Lastimosamente las fuentes son pocas y esas pocas tienen un valor bastante dudoso, ya que muchas veces no se trata más que de observaciones momentáneas o simples expresiones.

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De todas maneras, entre las demás, me parece justo citar las siguientes: 1) Crónica de la Misión Salesiana de Gualaquiza, manuscrita y conservada en los archivos de la casa (tiene un valor más histórico que etnográfico, pero sirve para demostrar ciertas tesis). 2) BoUettino Salesiano: publicación de relaciones de los misioneros de Gualaquiza; especialmente notables las de Jacinto Pancheri, de 1894 a 1895, de Félix Tallachini en 1902, de Calógero Gusmano, desde 1902. 3) Alí-Belfádel -Gli Sciuoar dell' Ecuador, nella "Rivista d' Italia", del 1908. Me parece el estudio más exacto, especialmente desde el punto de vista etnográfico. 4) Enrico Festa: "Nel Darien e nell' Ecuador", diario di un naturalista (1910). El autor vivió casi siete meses en esta región y nos entrega en apuntes de agenda una gran cantidad de noticias etnográficas. 5) Tallachini: "Katipi". Cuento perteneciente a las "lecturas amenas". El libro se propone describir a este pueblo, y contiene también mucha poesía. 6) Magalli: "Seis cartas dirigidas al Presidente de la República por etc.." 1895. Se trata del superior de las misiones dominicanas de Macas y Canelos, que escribe sus impresiones al Presidente de la República; contiene noticias interesantes, pero lamentablemente también muchas cosas inexactas y exageradas.

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 2 7

7) "Nankijukima", por el p. Vacas Galindo. El p. V.G. estuvo por cuatro años en las misiones de Macas y Canelos y viajó hasta Iquitos. Suyo es también el mapa geográfico de la Región, el más completo, hasta la fecha. "Nankijukima" es muy poético. 8) Genaro García. Informe del Gobemadorado sobre la provincia del Oriente al Ministerio, etc. 1909. Aunque no se refiera directamente a esta región, sino a otras más al norte, con todo es exactísimo en lo que se relaciona a las condiciones precarias de los civilizados. Introducción 1) La "Gens Shuara" es un pueblo absolutamente primitivo, que vive al estado natural. El influjo de la civilización es mínimo hasta ahora, porque no ha renunciado a ninguna de sus costumbres. No tiene sociedad política, no tienehistoria o tradiciones históricas, no tiene una religión concreta y por consiguiente no tiene jefes, ni jueces ni sacerdotes, ni leyes. No conoce la escritura, ni la numeración (llega sólo hasta el diez), no cultiva ninguna de las "bellas artes" (ni música, ni pintura, ni escultura, etc), no sabe trabajar los metales, olvidó la elaboración de la piedra. El gusto estético, cuanto a la fabricación de las casas, es limitado, diría fosilizado. La característica que distingue a los Jívaros es el individualismo, el amor a la independencia, a la libertad, por lo cual renuncia a todas las comodidades, a todas las ventajas, con tal de vivir libre, como el loro o el mono de sus selvas. Nadie puede gloriarse de haberlos dominado, ningún pueblo extraño logró conseguir de ellos tributos o sujeción. Cada uno es independiente y rey en su casa. Como no tiene límites la libertad de vivir, así no los tiene la libertad de pensamiento. Cada cual es juez de sus relaciones con los demás y es ejecutor de su propia justicia. Las costumbres más inveteradas no tienen fuerza de ley. 2) ¿Cuáles pueden ser las causas principales de esta vida tan salvajemente individualista? Tal vez la principal se debe buscar en la naturaleza de la región misma. La selva impenetrable les sirve para atacar y para defenderse. La abrupta cordillera que los separa del altiplano, como opuso

2 8 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS una barrera a la civilización incaica, la opuso también a la civilización española. La falta de ríos fáciles de navegar, la fecundidad sorprendente del suelo, hace que el primitivo encuentre cerca de su casa lo que necesita para vivir. Hasta ahora no siente la necesidad de la vida civilizada. Geografía y estadística 1) Hasta la fecha no se pueden fijar con seguridad los límites de este pueblo, también por el hecho que es del todo incompleta la exploración de la zona. Si se comparan los mapas de Wolf con los de Vacas Galindo, se diría que el curso de los ríos y la dirección de las montañas son aproximados, pero no es así. Para la parte que conozco personalmente, es decir el curso del Zamora, el del Bomboiza, el del Río Indanza, del Calagrás, adjunto un mapa con los puntos visitados o reconocidos. Volviendo al pueblo jívaro, se pueden asignar estos límites a la "Gens Shuara": Las posiciones astronómicas extremas, sacadas en máxima parte del mapa de Vacas Galindo, pero de las cuales no me hago responsable, son: Al Norte:

Río Pastaza, a la confluencia con el Chiguaza: Long. O. Gr. 0°6' - Lat. sur. 1°50'.

Al Este:

Río Pastaza, cerca del punto Sucre: Long. O. Gr. 78°34' - Lat. Sur 3°5'

Al Sur:

Pongo de Manseriche: Long. O. Gr. 80° Lat. Sur 4°30'

Al Oeste:

Huamboshara (¿Wamputsar?): Long. O. Gr. 81°20' - Lat Sur 4°1'.

De tal manera que la región ocupada es aproximadamente un cuadrilátero, más o menos romboidal, cuyo eje mayor és de 2°40', el menor de 2°55'.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 2 9 El criterio para distinguir esta población indígena de otras es especialmente la lengua y las armas. Los caracteresfisiológicosexigen un trabajo más largo y por el momento imposible de ser realizado en Gualaquiza. Al Oeste de la cordillera andina oriental (teniendo en cuenta que ordinariamente ellos no residen en puntos más elevados de los 1500 mts.) donde más se acercan a las montañas y consiguientemente el punto más occidental es Saraguro y (¿Wamputsar?) en la cuenca del alto Zamora. Desde el segundo de estos puntos se puede pasar a la ciudad de Loja, cabecera de la provincia del mismo nombre. Al Norte podría ser el río Pastaza, que desde el altiplano de la provincia del Chimborazo, abriéndose paso a través de la garganta de Agoyán, corre hacia Oriente y, virando hacia el Sur, desemboca en el Marañón. He dicho "podría ser", porque allí existen también Indios Canelos, que pertenecen a la raza quichua, o hablan un dialecto quichua; los Jívaros que viven en medio de ellos, son muy pocos. A E. este pueblo limita con el mismo río Pastaza, pero también aquí el Jívaro no es exclusivo. Existen también otras poblaciones y según lo que me aseguraron (en el mapa de Vacas Galindo esto se da por cosa segura) también al otro lado del Pastaza viven familias Jívaras. El lindero Sur puede ser marcado por la línea que une la desembocadura del Pastaza con la del Santiago, el mismo río Marañón, y otra línea que, partiendo de la desembocadura del Santiago, alcance la cumbre del Cóndor (poderosa ramificación oriental de los Andes) y suba hasta su origen. Los indígenas que viven en el versante Sur de esta cordillera, hasta el Marañón, conocidos con el nombre de Patucumas tienen costumbres parecidas a las de los Jívaros, pero la lengua es perfectamente quichua, de tal manera que no se los puede clasificar bajo la nomenclatura de Jívaros1 . Estos límites son bastante inseguros y probablemente, Una tradición bastante creíble explica de esta manera la existencia de estos quichuas jivarizados: A mediados del siglo XVIIIo una buena parte de los Indios del Valle Juntas (prov. de Loja) se habían rebelado contra las autoridades religiosas y civiles, y cuando el gobernador de Loja envió tropas para someterlos, ellos prefirieron el exilio a la servidumbre.

3 0 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS después de una exploración exhaustiva, convendrá cambiarlos. Aquí añado simplemente que para ponerlos no me ha servido el haberlos visto en los mapas, sino las informaciones de los mismos Jívaros, viajeros incansables, que hacen consistir una de sus glorias en viajar mucho y conocer sus fronteras. Los puntos más poblados son los siguientes: 1) Méndez: por los Jívaros llamados Untsurí (es decir innumerables), en la cuenca del Upano (el Pausa de los Jívaros). También la densidad es relativa: nunca un poblado, un caserío, unas casas reunidas. Población probable: mil habitantes.

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2) Pachicosa: son unas 12 las casas esparcidas a lo largo del río Pachicosa, Cayamasa y Zamora. Puede haber unos 120 habitantes. 3) Gualaquiza: abarcando todos los habitantes de Gualaquiza, Bomboiza, Cuyes y Cuchipamba, a donde se puede ir en medio día de camino, tenemos 24 casas, pero en conjunto no se llega a los 100 habitantes. Más allá hablaré de las causas de lo reducido de la población.

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4) Mangueisa, en el alto valle del Zamora: uno de los puntos más avanzados de la población, antes bien, se podría decir, el baluarte contra los Patucumas, enemigos mortales de todos los Jívaros. Las casas son ocho y cuentan con unos 100 habitantes. 5) Tinki-Apuntius: ya se encuentran cerca de la confluencia del Zamora con el Paute y las casas son seis, tal vez con 50 pobladores. m

6) Chuchumbleza, seis casas y unos 50 habitantes. Comprende también el sitio llamado "Tres Cruces".

Quemaron las poblaciones y las cosechas y emigraron hacia Oriente. Pasaron el Zamora, subieron aguas arriba por el Mangueisa, traspusieron la cordillera del Cóndor y bajaron a los valles cálidos y fértiles del Río Patucuma, del cual después tomaron el nombre. Allí aniquilaron o asimilaron las pocas familias jívaras que existían y de las mismas adoptaron varias costumbres.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 31

7) Indanza: tres casas y unos 50 habitantes. 8) Yunganza-Chupianza: cuatro casas, con unos 50 habitantes. A lo largo del Santiago parece haber un buen número de casas, pero no me ha sido posible visitarlas y además son muy pocos los salvajes que desde allá vienen por aquí. Creo no alejarme de la verdad admitiendo que esta raza se compone de 800 ó 1000 familias, con un conjunto de 5 ó 6 mil habitantes. Estos salvajes fueron denominados de distintas maneras por los civilizados: Fibaros, Kivaros, Fivari, Civari, Scivari, Schuoar; todas corrupciones del nombre que ellos mismos se dan. Su nombre es Shuar o (Shuar' (a): la afinalque muchas veces se añade es puramente eufónica o interrogativa). Como por ejemplo: amoe Shuar-al Eres Jívaro? Shuara viñanul Vienen unos Jívaros? En cambio: Shuar itije: soy Shuar. Shuar cha: Jívaro enemigo. Shuarta, Shuarchan: jivarito, mi jívaro. Este es su nombre y notieneotro particular para indicar los habitantes de una parte de su territorio. Así llaman Shuar a los que viven en Macas y Canelos, como también a los que viven en el Pongo y en Mangueisa. Hasta la fecha no se ha podido establecer con seguridad a qué grupo étnico pertenecen estos salvajes. Sin duda su lengua presenta afinidades gramaticales comunes con la lengua japonesa y podría ser objeto de un estudio interesante de parte de alguien que estuviera muy adentrado en la lingüística comparada. Si me resulta posible, voy a presentar aparte el diccionario, un frasario y un embrión de gramática. Aquí anoto solamente unos puntos de contacto entre las dos lenguas2 . A)

La lengua japonesa no tiene artículos, no conoce géneros gramaticales y no determina el género natural de la mayor parte de los casos. Generalmente no hace distinción entre singular y plural. Es lo mismo que pasa con la lengua shuar, sin artículos, sin géneros, sin números exactamente definidos. Para la lengua japonesa me he servido de la Japaniske conversations Gramatich von Hermán Plant. Ed. Julius Groos -Heidelberg, 1904.

32 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS

B)

La lengua japonesa no tiene declinaciones; la función lógica la determinan unas partículas pospositivas. En la lengua jívara, no solamente la función lógica de las palabras, sino también la función posesiva, y conjuntiva se confia a partículas, generalmente sufijos.

C)

La lengua japonesa tiene una conjugación para la forma negativa e interrogativa. Lo mismo pasa con la lengua jívara.

D)

La lengua japonesa no tiene el infinitivo y tiene en cambio una forma causativa, potencial, etc. La lengua jívara no tiene infinitivo y en cambio tiene la partícula causativa sufija "azan" o "asan", que se parece curiosamente al sufijo causativo "saseru" o "seru". La partícula potencial o reflexiva jívara, es la misma que en japonés: jap.: eru, ru; jiv.: ur, ru, etc.

Si de la sintaxis pasamos a las palabras, vemos que a ambas les falta la letra 1, que una larga serie de palabras tiene un significado parecido en las dos lenguas, o dos palabras muy parecidas en la forma, tienen el mismo significado. Voy a indicar unas cuantas: JAPONES:

JÍVARO: Aa Kapantin Au Atair Chikich' Ishichik Kakaram Uunt Tu Aja Ji

allá, afuera rojo él orden otro pequeño fuerte grande, mucho así, como 3 campo, huerto luz, fuego, ojo

actí. akai ano ateru Chigai Chiissi Chikara dci de? bata hi

allá rojo él ordenar diversidad pequeño fuerza grande, mucho como campo sol, luz, fuego, día

La "d" inicial no existe en jívaro, y la "o" es muy cerrada, parecida a la "u".

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 3 3

f~

Ya Jea Ee

estrella casa sí, bueno

Hiíai Ye li

Inúá Uwishín

mucho, grande médico, brujo

Imi Ishi

ka

partícula eufónica

ka

K Kaya Kanus Ikiam Maak

partícula interrogativa piedra, en general río bosque bien, sí, de veras

Kane Kawa Ki Ma

Naari Naki Ame Aminiu Ashi Ashimia Yumi

nombre propio ocioso, echado tú tuyo todo, todos terminar agua

Uutjai Wisha Ya Yaún

llorar yo y ayer, noche

estrella casa bien, bonito; iua= sí importante médico, medicina (arte) partícula interrogativa

metal, oro río árbol, madera verdad, makete verdadero Na nombre propio Nakigara cadáver Omae tú Órname tuyo Shiju siempre Shimai término Umi mar; yu=agua caliente Utai canto Washa, washi yo Ya y Yo noche; yu= la tarde

Se podría además añadir una lista de nombres propios de persona y geográficos, que tienen semejanza entre sí, pero tal vez voy a hablar de esto en un artículo aparte. También los rasgos físicos tienen puntos de contacto con la raza japonesa. La población jívara es poca y esparcida en un territorio extensísimo. La poca densidad no se puede atribuir al clima, ni a la escasez de elementos vitales: antes bien estos serían tan favorables como para dar cabida a una población diez veces mayor. La causa de la escasez hay que atribuirla a las

3 4 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS guerras internas, a la falta de una sociedad constituida, a la mortalidad infantil, y en parte también al vicio. En cuanto a estadísticas es inútil buscarlas. Los que viven cerca de la sede misional traen sus niños a bautizar, pero para los matrimonios todavía no reconocen la importancia del acto. Para ellos casarse no es una cosa solemne, sino un simple episodio. También el registro de defunciones que existe en las parroquias no es un índice exacto de la mortandad entre los Jívaros, porque se registran solamente los muertos que han tenido sepultura eclesiástica, y a veces, ni esto. A los niños muertos debajo de los nueve-diez años no se los registra, a los que mueren en la guerra tampoco. En el territorio de Gualaquiza, Bomboiza, Chuchumbleza, Pachicosa, tenemos un promedio de 30-40 bautismos cada año4. La vida semi-errante impide todo censo completo. En general los Jívaros viven largo tiempo, si la suerte les ahorra la muerte violenta, y no son raros los que superan los 80, 90 y hasta 100 años de edad. Shakaimia murió con más de 100 años, Narankas, muerto en octubre de 1909 tenía alrededor de 120 años, Entsakua, que vive en Cuyes, tiene por lo menos 100 años, Zamata Agustín, vecino de Cuchipamba, 90 años, Saant de Chuchumbleza más o menos 90 años, Asamat, hermana de Narankas, 90 años, Nanki, de Gualaquiza y madre de Ramu, 100 años, Putsúm, de Calagrás, abuela de Katip', 100 años. Y su vejez no es impotente y enfermiza, sino vivaz y viril. A pesar de su edad ultracentenaria, Narankas se mantuvo vigoroso hasta los últimos años y murió de úlceras cancerosas a la nariz. Putsúm, centenaria, se va tranquila, sola y cargando su chankin, de Calagrás a Indanza, cruzando la selva, y se trata de dos días de viaje. Narankas tiene hijos que no han alcanzado los 20 años de edad. Tusha, de Cuchipamba, que pasa los setenta, es un trabajador incansable, un caminante formidable, es la alegría y la bulla personificada y a su familia, ya respetable, de 15 hijos, se añade uno cada año. Sin embargo, a pesar de esta resistencia viril, a pesar de la fecundidad, la raza va desapareciendo poco a poco. Hace 30 años vivían todavía en Gualaquiza más de 250

En 1908 los bautismos han sido 24, en 1909, 50, en 1910, 35.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 35 personas y ahora son escasamente unas 100. La mayoría han muerto en la guerra. Otra característica de este pueblo singular es la igualdad perfecta de todas las familias, más aún, de todos los individuos. Cada cual vale lo que su valor personal. No existen nobles y plebeyos, amos y siervos, dominadores y sometidos. Cada casa es un reino en sí y el hijo del Jívaro más valiente es considerado de la misma manera que cualquier otro; el prestigio del cual goza un Jívaro, lo debe únicamente a sus acciones. Cada familia se basta a sí misma. Cada Jívaro es al tiempo cazador y agricultor. Cada uno fabrica su casa, sus vestidos y ni después de la muerte hay distinción entre los unos y los otros: el mismo llanto, las mismas costumbres fúnebres acompañaron a Narankas, a quien se veneraba como valeroso guerrero y a Sharup, que murió joven, después de dos años de enfermedad.

I--

Cuanto a su origen ya he dicho algo. Aquí añado una observación personal y es que en nada se parecen a los quichuas de la Sierra, ni en lo físico, ni en lo moral, ni en las costumbres, ni en la lengua5. Con esto no quiero excluir que el largo contacto de siglos entre unos y otros, haya introducido entre los Jívaros alguna costumbre quichua, como el telar para tejer, las armas de piedra (ahora desaparecidas). Pero esto es demasiado poco. No han aprendido a trabajar los metales, ni a elaborar la caña de azúcar. Se diría que este pueblo ha sido y permanece refractario a toda civilización. Existe entre ellos una leyenda que trata de su origen, pero no parece reflejar la verdad, tanta es la diversidad de los tipos. Parece haber sido Los quichuas son pueblos pacíficos, eminentemente agrícolas, sometidos completamente antes por los Incas y después por los españoles. La lengua quichua no tiene en común con la jívara ni siquiera unas 50 palabras, ni la sintaxis. Si entre los Jívaros se encuentran algunas palabras quichuas, se trata de animales o cosas traídas por los quichuas mismos. Así: kuchi (quichua)= chancho y kuchi (jívaro)= chancho; kachi (quichua)= sal y kachi (jívaro)= sal; kutánk (jívaro) = piedra de molino y kutanga (quichua)= asiento.

3 6 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS creada, más que transmitida. Reza así: al comienzo el blanco (quichua) y el Jívaro vivían juntos en la Sierra. El Jívaro era fuerte, animoso, prepotente; el blanco era cobarde, no sabía usar la lanza y vivía esclavo. Había guerra entre los dos y Dios, que prefería al blanco, le dio el oro, la plata y todas las cosas. Al Jívaro en cambio lo puso en una canoa con un plátano y una lanza y lo mandó río abajo por el Paute. Así el Jívaro fijó su morada en la selva y sigue luchando, el blanco en cambio vive en la Sierra, con todas las comodidades. Naturaleza de la región. Es enteramente cubierta por selvas vírgenes, las más estupendas del mundo, cruzada por innumerables ríos de cierto tamaño. No se encuentra encerrada entre montañas abruptas ni extensas planicies. Se trata de montañas ricas en vegetación que enmarcan las corrientes de agua, cerca de las cuales viven los Jívaros. El punto más bajo, en el desemboque del Marañón, es a 500 mts. s.n.m.6 La altura de los montes va de los 1000 a los 2500 metros sobre el nivel del mar. La población está muy regada: nunca se ven dos casas cercanas. Cada casa se halla en medio de una huerta, totalmente rodeada por la selva virgen. Cuando una casa llega a vieja (lo cual sucede después de dos o tres años) la abandonan y van a establecerse en otro punto, tanto más que consideran toda la selva como su propiedad. De tal manera que son semi-nómadas. Generalmente ponen sus casas a lo largo de los ríos, para facilitar la pesca. Por la densa vegetación y las lluvias muy frecuentes, el clima es muy húmedo y solamente la higiene que adoptaron los salva de una cantidad de enfermedades, que en cambio sufren los pocos civilizados que viven en estos valles. La base de su sustento lo forman los productos de sus huertas, a los cuales se añade la cacería, pesca y, a veces (unas cuantas en el año), los puercos que ellos crían. No existe cría de ganado, ni pastos. Son sobrios en la comida, pero intemperantes en el uso de la nijiamanchi (la bebida predilecta). Cuando viajan se limitan a un poco de yuca y una pequeña masa de nijiamanchi y caminan como galgos.

El clima es húmedo, pero no es palúdico y hasta el Santiago tenemos pantanos extensos, pero no paludes y el agua es hasta demasiado correntosa, tanto que vuelve muy incómodo el viajar.

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 37 Constitución física del Shuar 1) Hay un conjunto de características que distingue el tipo jívaro de cualquier otro primitivo. Premito que los Jívaros aborrecen los cruces con otras gentes, de tal manera que, desde cincuenta años para acá, se cita un solo caso de matrimonio entre un Jívaro y una mujer civilizada7 . Una tradición no muy histórica cuenta que poco después de la conquista española, los Jívaros se levantaron, destruyeron tres ciudades, mataron a los hombres y tomaron prisioneras a las mujeres, de las cuales tuvieron hijos. Como prueba citan los pocos pelos que muchos de ellos llevan en el mentón. Podría tal vez ser verdad, pero entonces habría que decir que todas las familias han recibido sangre extranjera. Se cuenta también que en una época más cercana a nosotros los Jívaros hacían incursiones entre los cristianos, exactamente para robar mujeres. En las memorias de nuestros misioneros se refiere el hecho que los Jívaros robaron dos mujeres en el Pongo. La una, como no quería vivir entre ellos, la mataron, la otra debería vivir aún. A ella le escribieron una carta los misioneros salesianos y se la mandaron con un Jívaro de confianza, pero no llegó respuesta ninguna, ni a voz, ni por escrito. Generalmente aborrecen este tipo de uniones. A un cristiano que pidió una de sus mujeres como esposa y estaba dispuesto a vivir a la manera de ellos, le contestaron: "Tú no eres Jívaro y no te la podemos dar". Esto para demostrar que el Jívaro no es el producto de un mestizaje (por lo menos reciente) y que probablemente es el mismo tipo genuino que antiguamente encontraron los españoles. No estoy en condiciones de realizar mediciones antropométricas, pero creo que las fotografías que adjunto pueden ser suficientes para dar una idea de esta raza y hacer notar que son casi insignificantes las diferencias entre los Jívaros de Gualaquiza, los de Macas y de Mangueisa.

El hecho se remonta a dos generaciones atrás. Ignacio Wisúm fue llevado a la Sierra por los padres jesuítas, cuando era aún niño. Allá se crió y volvió a Gualaquiza ya hecho hombre y se casó con una tal Cleofes Torres. Aquí vivió y trabajó su finquita como un civilizado y tuvo bastantes hijos, que tomaron el apellido de la madre. Era enemigo de los demás Jívaros. Más tarde volvió a la Sierra y murió en Sígsig de tifoidea.

3 8 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS A la homogeneidad del tipo contribuyen mucho el continuo intercambio de relaciones y de matrimonios con Jívaros que viven en otras partes. Una serie de medidas antropométricas nos la facilita el Dr. AlíBelfadel, pero, si se me permite hacer una observación, el individuo por él estudiado, Joaquín Bosco, no es una buena muestra de la raza y además se halla en una edad en que los caracteres viriles aún no han recibido la impronta viril. Joaquín es hijo de un Jívaro que lo tuvo cuando tenía más de ochenta años, fue sacado del ambiente jívaro cuando era niño, vivió por 10 años lejos de la selva y de la familia, aprendiendo el oficio de sastre, que es tan alejado del estilo de vida de sus paisanos. Actualmente, como el joven ha vuelto a la vida primitiva, toma otra vez, por así decir, las facciones jívaras, pero se encuentra en un estado de notable inferioridad, con respecto a los demás miembros de su misma familia. 2) Figura. La impresión que causa un Jívaro desde el primer momento es la de ser un hombre libre y fuerte. Su cabeza está bien erguida sobre el tronco, el busto es fornido, los miembros musculosos, la mirada fija sobre el interlocutor, las fosas nasales dilatadas, el paso vigoroso, la voz dura como la de aquel que manda, los gestos vibrantes. Entre ellos predomina el temperamento sanguíneo y bilioso. Casi no existe el temperamento linfático y menos aún el nervioso. Su vitalidad es exuberante: movimiento, locuacidad, amor a las empresas. El Jívaro teme siempre, pero no tiene miedo. Día y noche está alerta contra las insidias, pero no renuncia ni a la independencia, ni a la soledad de la floresta, para cambiarlas con la vida civilizada. Por esto el aspecto físico es agradable y si se añade que se mantiene limpio en la persona, cosa no frecuente entre los civilizados de estas comarcas, se comprende que no es desagradable tratar con ellos. La posición normal del ojo es la horizontal, con un ligero epicanto externo. Examinando la fotografía de muchos de ellos, no he encontrado ninguno con los ojos en posición diagonal. El iris es generalmente color castaño, pero no son raros los iris de un negro terciopelado y lúcido; muy raros los grises. Las cejas son muy desarrolladas, y en muchos casi llegan a unirse. La nariz es prominente, redondeada y dilatada hacia abajo, con las aletas dilatadas, la punta agrandada, el tabique muy pronunciado. Esta última característica es muy marcada en muchísimos de ellos. El filo de la nariz es recto y ligeramente hundido; pero nunca, ni en los viejos, la nariz

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 3 9 es aguileña. No he encontrado narices chatas, con las fosas dilatadas. De Utitiaj (Joaquín Bosco), Alí-Belfadel nos proporciona estas medidas: largo mm. 53; ancho mm. 18 en la raíz, mm. 46 en las fosas; índice nasal 86,79. El sentido del olfato parece poco desarrollado, tanto es así que no rechazan la carne de puerco y el pescado cuando ya empiezan a agusanarse. Tienen un solo vocablo para indicar el buen olor: "kunkuim", igual oloroso, perfumado; y uno solo para indicar el mal olor: "mején" igual hediondo, repelente. Tienen los labios bien formados, bastante grandes, muy raras veces sobresalientes. No faltan individuos con labios finos, movedizos, con una sonrisa que parece la de un traidor. Los dientes son bienfirmes,la dentadura es buena, con los incisivos particularmente desarrollados. Suelen mascar dos hierbas que negrean sus dientes: lo hacen cabalmente para negrearlos y preservarlos de la caries. La una se llama piú: es la hoja de una Melastoma (de la cual ignoro el nombre específico, porque he visto solamente la hoja), y crece en los bosques de Indanza; ellos enrollan las hojas a manera de tabaco y las van mordisqueando. El zumo es agrio, irritante, pero no venenoso. Después de tres o cuatro días los dientes se vuelven negros, lúcidos, empezando por la base. La otra sustancia que mascan también es el fruto de una Umbrelífera, que pertenece al género Sium (o cercano): la llaman nashump. El zumo de este fruto es aún más agrio y escupen hasta la saliva, porque, según dicen, si se traga se tienen fuertes dolores de vientre, con vómito. Parece que tanto una sustancia como la otra tienen una acción preservadora de los dientes, muy enérgica. En efecto todavía no me ha sucedido de encontrar dentaduras dañadas, ni siquiera en los viejos. En Gualaquiza conozco solamente a una vieja desmuelada8 . Los pelos por su color natural deberían verse castaños, pero en realidad aparecen siempre de un color negro lúcido y de una suavidad que admira. El color negro lúcido se debe a una tintura que en Italia no conocemos y que tal vez significaría la fortuna de algún perfumista. Esta tintura se recaba de un árbol de grandes

La coca no se usa ni crece en estos montes. Existe una especie de pimienta que podría ser mascada, pero no se usa.

4 0 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS dimensiones, que pertenece a la familia de las Sapindaceas (tal vez una Petrocarya Abl.), que los Jívaros llaman shua 9 . Este fruto tiene la forma y el tamaño de una pera y puede llegar a pesar 200 gr. La pulpa es desabrida y para usarla los Jívaros raspan una de las drupas con un cuchillo, añaden agua, y después de unas cuantas horas la infusión está lista para el uso. En este estado no tiene color, pero ellos se la aplican al pelo por la noche y este el día siguiente está ya negro. Parece tratarse de un ácido parecido al ácido gálico; no es venenoso. Nunca pintan el pelo con otras substancias, menos que nunca con achiote (ipiak). La melena la dejan crecer abundantemente y es siempre lacia. Nunca he encontrado pelos ensortijados, crespos, lanosos. Los viejos dejan de usar la shua y se dejan los pelos blancos. A los niños de ambos sexos cortan el pelo corto, probablemente por motivos de higiene, y cortan también un poco el pelo cuando muere alguien. He visto muy pocos calvos y a estos no se los considera mucho. El tipo jívaro primitivo parece no tener bigotes ni barba. Digo "parece", porque es algo muy raro encontrar a un Jívaro adulto sin por lo menos unos pelos en la barbilla, y por otra parte, nunca se encuentran Jívaros cuyos pelos tengan más de un centímetro de largo. No estoy en condición de establecer si estos pelos se deben a la misma raza o si son el producto de mestizaje. El resto del cuerpo es poco peloso. Están sin pelo las piernas, los brazos, el pecho; con pocos pelos los sobacos y mediocremente pelosa la ingle. De tal manera que el adorno natural de los Jívaros es la melena, que en las mujeres llega a veces hasta la cintura y a menudo también en los hombres. Añado que el cuidado más largo lo dedican al pelo. El color de la piel es oliváceo y tiende hacia el color bronce. Todo el cuerpo tiene el mismo color. La piel la tienen suave por el uso del baño y del achiote, a pesar de que a menudo vayan desnudos. También la palma de la mano es suave, sin callos. La planta de los pies es más dura, como es Una observación: el nombre del pueblo shuar ¿podría venir de la costumbre de pintarse de negro no solamente el pelo, sino también la cara, los brazos, el pecho, con la shua? Cuando van a la guerra se pintan con shuá hasta la cintura. (Los shuar dicen súa. Nota del T.)

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 4 1

natural en gente que anda descalza, pero no es ese cuero duro, como en los indios de la Sierra, que caminan días enteros entre piedras y abrojos y no sienten nada. Tal vez es la humedad del clima la que contribuye a mantener suave el cutis. Sudan mucho y la rápida transpiración, facilitada por el hecho de tener descubierto el cuerpo, contribuye de manera no pequeña a mantenerlos sanos. Su cara casi no cambia de color para expresar los sentimientos internos. Cuando tienen miedo o lloran sus muertos, se difunde sobre su rostro un color más oliváceo y su frente se humedece por el sudor. Tienen las orejas grandes, con las volutas regulares. El lóbulo de la oreja pegado a la piel es muy desarrollado, tal vez también por la costumbre de introducir canutos en los lóbulos de la oreja, como entre nosotros se llevan los aretes. El pabellón, a pesar de ser ancho, no es salido. La estatura es menos que regular: la mayoría no supera el metro y sesenta cmts. Pero el desarrollo armonioso de las varias partes, el pecho ancho y las piernas bien firmes, los hacen parecer más altos. En vía excepcional he hallado individuos de un físico atlético. Tíi, de Chuchumbleza, mide 1,85 y las demás medidas están en proporción. Mankash, de Méndez, es aún más alto: 1,92. Es algo delgado, pero es tal vez el Jívaro más temido entre los que viven en aquella comarca. Tíi es bastante torpe, mientras que él goza el renombre de ser un excelente orador y de tener una inteligencia fuera de lo común. Estos son los individuos más altos que he encontrado hasta la fecha. He hablado del desarrollo armonioso de todos sus miembros y es esto lo que hace simpáticos a estos primitivos: uno se complace al ver esa exuberancia de fuerza y de vida. No existen columnas vertebrales torcidas, ni pechos hundidos, ni caderas delgadas, ni piernas raquíticas y tampoco manos o pies deformes. Las fotografías adjuntas pueden probar la verdad de lo que afirmo. También las mujeres generalmente son bien conformadas. Son más bajas de estatura, pero robustas, con los huesos bien desarrollados, demuestran claramente su rol en la sociedad doméstica; no son guerreras, sino trabajadoras. El hombre es un guerrero nato, la mujer una campesina. Sentidos. Tal vez en estos primitivos a los cinco sentidos comunes hay que añadir un sexto, que los pueblos civilizados han perdido. Y es el

4 4 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS

Enfermedades entre los Jívaros La vida salvaje conoce un número mucho menor de enfermedades que la vida civilizada, de tal manera que se hace pronto a enumerarlas. Series enteras de enfermedades no existen por aquí. La ausencia de enfermedades nerviosas es casi total, nadie recuerda un loco, tampoco existen enfermedades infecciosas endémicas. La última epidemia de viruela se remonta a 30 años hace, y fue importada por unos civilizados. En aquel entonces murieron muchos niños jívaros. Los mayores recuerdan que el p. Pozzi, jesuita, los hizo vacunar a todos. Ahora también los Jívaros tienen terror de la viruela y tan pronto saben que algún cristiano está enfermo, preguntan cómo y cuándo se ha enfermado y se alejan lo más pronto posible. No recuerdo haber visto leprosos, ni haber oído hablar de ellos, mientras que ésta es una de las enfermedades infecciosas que se dan en el Ecuador del Norte. Hay una sola enfermedad de la piel que es frecuente y tiene forma epidémica, en cuanto son muchos los que la tienen y es la sarna o roña. He visto a viejos que estaban cubiertos de sarna de pies a cabeza y viejas cuya piel se había vuelto de un color pardo sucio. La causa principal de la sarna es el contacto entre los cuerpos, el dormir en la selva, durante los viajes, sobre hojas húmedas. Otra molestia que toma formas epidémicas entre los niños, pero sin ser fatal, es el sarampión, que tiene una forma muy benigna. En la crónica de la misión se lee que por dos veces entró esta enfermedad entre los Jívaros y traían a los niños a la misión, para que los curaran. Son casi desconocidas las enfermedades constitucionales. No se ven niños raquíticos, escrofulosos, viejos gotosos, diabéticos. La misma educación espartana se encarga de fortalecer

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LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 4 5 o destruir los organismos enfermos, desde la primera edad 12. Entre los Jívaros las enfermedades se pueden reducir a dos categorías, si se exceptúan las accidentales: las del aparato digestivo y las del aparato de locomoción. Hay también casos nada raros de tuberculosis, probablemente de importación europea. Enfermedad sumamente frecuente, casi diría dominante, entre los Jívaros es la de los parásitos intestinales. Los misioneros lo saben y cuando llegan los salvajes y se quejan de dolores de barriga, de diarrea, etc., después de la primera pregunta se dan cuenta que se trata de lombrices, así que la santonina es de uso más frecuente que la quinina y que cualquier otra medicina. El efecto inmediato es seguro. No conozco remedios indígenas. Otra enfermedad que coge especialmente a los niños y a los viejos es la sipatera, una especie de disentería combinada con hepatitis. Generalmente la forma es benigna y el tratamiento es del todo primitivo. Se calienta manteca de puerco y se da de tomar en gran cantidad. Si el niño se resiste, le ponen un palo entre los dientes a manera de freno y con un embudo introducen la manteca. Se hacen tres suministros en tres días y generalmente el enfermo queda curado. Si recae, acuden al huando, del cual hablaré más adelante. La cantidad increíble de nijamanchi a veces sin fermentar, que suelen tomar, no puede sino inflar el vientre y a la larga inhabilitarlo para la digestión normal. El remedio que me aseguran ser eficaz, lo recaban de una hierba llamada tambugi. También para la oclusión intestinal causada por la gran cantidad de carne de puerco, tienen un remedio apropiado: el

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caso a tantos pequeños golpes que se reciben, aquí casi no se puede soportar el pinchazo de los mosquitos, que en sí es menos grave que el del zancudo. Mientras que donde nosotros se puede dormir con los zancudos, aquí los mosquitos constituyen el tormento más grande. Tal vez el infanticidio tiene como finalidad eliminar los seres infelices, porque es casi imposible hallar entre los Jívaros individuos deformes, ciegos, tullidos o sordos de nacimiento.

4 8 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS

natém, pero sí dan el hitando. La planta puede crecer hasta dos metros, en forma de arbusto y produce flores campaniformes, tubulares, largas 20-30 cmts. de un lindo color amarillo-rosado. Serían lindas también como adorno. Para la medicina cogen los troncos leñosos y los raspan con un cuchillo, hasta obtener una cantidad hasta de medio kilo. La hierven en agua y después la filtran con un paño. La tomada del huando debe ser precedida por el ayuno del día entero. A veces los adultos toman el natém los días anteriores. Se toma toda la infusión y se causa el vómito con el agua tibia. El efecto de la daturina se hace sentir muy pronto. Una modorra y una especie de letargo pesado se adueña del paciente y se lo debe asistir, para que no caiga o se hiera con algún instrumento. Las visiones más extrañas y terroríficas se presentan a la fantasía y en verdad parecen justificar el cuento de que están en contacto con el mundo extrasensible. Después de este período que dura tres o cuatro horas, llega un sueño aletargado. Se despiertan después de un día, cansados, atontados, con las pupilas dilatadas y no ven casi nada. Después de tres días todas las facultades vuelven a su estado normal. En muchas enfermedades nerviosas parece que el huando tenga una acción indirecta, suspendiendo la sensación de dolor y dejando pasar así el momento más peligroso de la enfermedad en una semi-inconciencia. 4.- El yaj'. Se trata de un bejuco que tal vez pertenece a las solanáceas (digo "tal vez", porque tales son los caracteres de las hojas, pero aún no he llegado a conocer las flores). Se lo usa también como narcótico, juntamente con el natém. Utilizan las hojas, pero es probable que en las raíces y el tronco el principio sea aún más vehemente. Abunda en la selva, pegado a troncos altísimos. 5.- Huaco. Es la medicina específica que se usa contra las mordeduras de serpientes (Miconia Huaco R.). Las hojas en infusión se aplican contra la parte dolorida, hasta hacer calmar el dolor. Usan el huaco también contra los reumatismos, a veces en infusión en aguardiente. Esta planta es frecuente en los lugares más húmedos de la selva, cerca de los charcos de agua estancada. Se trata de una enredadera.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 4 9 6.- Tambugi. Arbusto de m. 1-1,50, del cual utilizan las hojas y el tronco, como purgante. Ignoro a qué familia pertenezca. 1.- Ají (pimienta roja): es otro remedio contra las picaduras de las culebras, pero no se aplica directamente sobre la herida, sino como contraveneno, por vía oral o anal. Suelen hacer una especie de lavado que el uwishin o el más viejo del grupo, "tout bonnement" sopla con la boca en el intestino recto 13. 8.- Tizambo. Es un hemético como la guayusa, pero la usan raras veces. Como se ve, el arte de la salud está en sus comienzos donde los Jívaros y añadiré que no tiene verdaderos médicos. Los uwishin o brujos no se los llama para curar, sino para cortar la brujería que algún Jívaro enemigo puede haber inoculado. Utilizan cantinelas y chupan. De esto diré en otra parte. Existen unos viejos y unas viejas a quienes se llama para curar y son bastante prácticos. Parece que conocen también otras medicinas

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La picadura de serpiente no es rara. Las culebras más temibles son dos: la makanchi y la chontilla. Cuando un Jívaro es mordido es llevado a la casa más cercana y en el huerto de la misma le preparan un rancho, en donde se quedará hasta sanarse del todo, porque, según ellos, no es lícito entrar en la casa con una mordedura de éstas. El paciente se tiende sobre hojas secas, a sus pies se prende un fogón, en el cual se quema un nido de comején (termita), que se encuentra con facilidad en cualquier parte de la floresta. Se ralla una docena de ajíes y se los deja en el agua por una media hora. Al mismo tiempo se cogen unas plantas de huaco y se hace una infusión. El uwishin o curandero, si está presente, o en su ausencia el más viejo de la casa, aplica las hojas de huaco sobre la herida, sin abrirla, sin chuparla, sin hacer salir la sangre, después llena la boca y el ano del herido con la infusión, y la deja una media hora, Dios sabe con cuánto gusto del paciente. Este, una vez liberado del suplicio, descansa y la operación se repite dos o tres veces. En la actualidad acuden con frecuencia también a los misioneros, para conseguir los remedios del caso. Estos consisten generalmente en permanganato potásico, ácido crómico, ácido fénico, amoníaco.

5 0 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS desconocidas a los demás Jívaros. Pero, para ser sincero, hasta la fecha en nada, o casi, he penetrado en sus costumbres.,4 Se puede concluir que el pueblo jívaro es generalmente sano y robusto, tanto que los que llegan a los 15 años y no son muertos en la guerra, tienen esperanza de llegar a una vejez muy avanzada y en buena salud, Pero la mayoría mueren cuando niños, aparte el infanticidio. La manera de criarlos es tan dura, diría tan sin piedad, que si el organismo no es bien robusto, sucumbe antes de los cinco años de edad. Así que las causas principales de las enfermedades son: 1. la intemperancia con ocasión de las fiestas; 2. la importación desde los civilizados (enfermedades epidémicas e infecciosas, enfermedades venéreas); 3. dormir en la selva sobre hojas frescas (sarna, reumas). En cambio favorecen la salud estos otros hechos: 1. Una higiene bien adaptada al clima, baños frecuentes, limpieza de la persona, de la casa, el movimiento, la cacería, el fuego siempre prendido a los pies de la cama. 2. Las casas aisladas en medio de amplias huertas, en los lugares más secos, es decir todo el contrario de la aglomeración en las ciudades, la exclusión de la casa de los puercos y de las aves (los perros están siempre atados). 3. La cocina simple, casi espartana, el poco uso del alcohol (hasta ahora). 4. Los cuidados profilácticos a los enfermos. El que sufre de una enfermedad infecciosa es separado del resto de la familia y no se admite en la casa hasta que se sane. La asistencia se confía a una sola persona, los demás no se le pueden acercar. Todo lo que pertenece al muerto se quema o se deja sobre la tumba.

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En Chuchumblesa el viejo Saant es médico famoso y no uwishin. La madre de Chup', Mama, es también una curandera apreciada y fue llamada a Gualaquiza para curar a Vicente Asamat.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 51 Durante estos dos años de mi permanencia murieron las siguientes personas (no siempre pude comprobar exactamente la enfermedad): Edad Narankas Jinkiasak Pinchiniam Chías Anchumir Sharup' Churai Wampash Waar"

120 años 50 40 60 14 25 12 6 20

Lugar

Enfermedad

Bomboiza Cuyes Gualaquiza "

Cáncer nasal y senilidad Disentería

it

Tuberculosis pulmonar

M

n

Calagrás

Gangrena, causada por herida

Gualaquiza Bomboiza

n ti

Aborto

No tengo en cuenta los que han sido matados en guerra o han muerto de accidente. Habitaciones La casa (jea) La expresión más alta del sentido artístico del pueblo jívaro es la construcción de la casa, cuyo modelo es totalmente de ellos, sin mezclas o reminiscencias de las casas de los cristianos civilizados, o de los indios quichuas de la Sierra. El tipo es uno solo, sin modificaciones. Vista una casa se han visto todas. El material, la manera de la construcción, la disposición de la paja en el techo, la disposición interna de los peak, la forma del tunduli, todo es igual, perfectamente igual en todas las casas. Lo que difiere son las dimensiones, pero las proporciones no. En Gualaquiza, frente a la casa de la misión, he mandado construir por los Jívaros una casa de su estilo, que sirve para dar hospitalidad a los que llegan a la misión y a los que están de paso, y así pude seguir la técnica de la construcción, paso a paso.

52 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS La forma fundamental es un rectángulo, cerrado a los dos extremos por dos semicírculos. Las puertas se encuentran en las dos extremidades. Está toda hecha de madera o más bien de troncos redondos. Para la estructura fundamental los palos miden cms. 15-20 de diámetro. Los demás según el gusto. El techo es de paja. Las proporciones entre el largo, alto o ancho son las siguientes: 5-3-2, o también: 5-2-2. A veces 7-3-2. No disponen de ningún instrumento particular para ponerla a escuadra y toda la atención la ponen en plantar bien los dos postes centrales, que son fundamentales, porque de ellos dependen todas las medidas. La distancia entre los dos es igual a su altura. El tercer poste central, cuya función se desconoce, dista un metro o dos del poste principal. A veces entre los dos postes centrales levantan otro, pero solamente en las casas más grandes. A los lados de los dos principales se levantan otros palos, dos por cada lado, a una distancia igual. Sobre estos palos tienden el armazón. Los palos longitudinales los empalman sólidamente y los transversales los amarran con bejucos y, los que tienen más suerte, los clavan. La madera preferida para la estructura es la chonta (pero no la que tiene espinas-euterpe sp.), porque su tronco está vacío en la mitad y es sumamenteresistentee incorruptible. La prefieren, pero usan también otros tipos de madera. El material de las paredes es también, en gran parte, de chonta, pero menos escogida que para el techo. Conviene tener en cuenta que sus casas están destinadas a durar menos de 10 años. Entierran los palos en el terreno más o menos 1/6 del largo total. Si esta profundidad parece escasa, téngase en cuenta que el lugar escogido para la casa es siempre de tierra pisonada, resistente y eventualmente vuelven a pisonarlo y a aplanarlo con cuidado. El rectángulo delimitado de esta manera es el primero en ser tapado por el techo, pero para colocar las vigas y después la paja, levantan un andamio interno provisional, con madera muy ordinaria, porque de ninguna manera suben sobre el techo. Una vez levantada esta armazón provisional con bejucos (y a veces con la vid silvestre, que es más

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 53 resistente) utilizan la corteza de sapán 15 partida en tiras, cuya hoja es muy resistente: con esta amarran los palos transversales. La paja para el techo la proporciona una palmera de altura modesta, que pertenece al género "Mauritia", que ellos llaman kampanak. La recogen en la selva en cantidad enorme, la doblan uniendo dos, tres o cuatro hojas y la dejan, para que se seque. Para colocarla en el techo comienzan con la parte inferior y con mucho cuidado la van cociendo con una piola gruesa de la misma corteza de sapán o con pita. La aguja, de madera de chonta, mide 15 cms., tiene forma aplastada. La cumbrera la tapan con la misma paja, trenzada de otra manera y para contenerla le ponen encima dos palos pesados a un lado y al otro, unidos entre ellos. Para trenzar la paja del techo ponen el cuidado más grande, porque de esta depende la duración de la casa. Cuando la paja ya no sirve, en lugar de arreglar el techo abandonan la casa 16 . Una vez concluida la parte central, construyen con el mismo sistema los dos semicírculos laterales: primeramente el andamio postizo interno, después el armazón, después toda la estructura, con ramas flexibles, y finalmente la paja. Una vez acabado el techo, colocan las paredes y las puertas. En la foto que adjunto se ve la casa de Wisúm: se distingue muy bien el sistema usado para plantar los palos y unirlos entre ellos. Dos travesanos asegurados a los postes son los puntos a los cuales se amarran las tiras de la pared. Es siempre el sapán que sirve para amarrar; lo ponen doble para asegurar bien las latillas. Estas son tan unidas que dejan penetrar la luz, pero no puede pasar ni un pollito. Vale la pena señalar cómo construyen la puerta. En la selva crecen muchos árboles colosales, cuya base se compone de unas bambas leñosas altas y gruesas, dispuestas en radio y que caen en diagonal: en medio de ellas un hombre puede desaparecer cómodamente. Generalmente pertenecen a la familia de las Moreas-grn. ficus, pero los ejemplares más grandes y de mayor valor 15

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Árbol elevado cuyas semillas más que purgantes son venenosas. Pertenece a las Thimeleaceas. Su nombre técnico es "Dapsonopsis Humboldii". Aquí se lo usa especialmente por su corteza, que se puede partir en tiras muy finas a todo lo largo. También los cristianos lo usan para sus trabajos. También los cristianos civilizados de Gualaquiza utilizan esta paja para tapar los techos, pero dura mucho menos, porque hay un insecto que la acaba poco a poco. En cambio en la casa de los Jívaros dura mucho más, debido a que el humo no permite que se asienten los insectos roedores.

5 4 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS

pertenecen a las Meliáceas, a los géneros Cedrela y Switenia. De estas láminas leñosas de la base los Jívaros recortan la puerta con el hacha. Generalmente tiene 3-4 metros de largo y 0,70 de ancho. Con la misma hacha la van adelgazando, hasta obtener un grosor de 6-8 cms. La tabla formada de esta manera es sólida a prueba de bala de plomo, pesada. En las dos extremidades hay dos prominencias cilindricas que se introducen en los dinteles. Para cerrarla no utilizan llaves, sino que la trancan internamente con un palo. Las puertas se abren siempre desde adentro. En jívaro se llaman wait. Esta es la construcción de la casa. Ninguna ventana, ninguna chimenea. El aire y la luz penetran a través de las paredes. El humo sale por las pajas del techo. La verdadera casa del Jívaro es esta. Cuando no la han construido todavía, suelen hacer otra provisional que se podría más bien llamar choza. No tiene paredes y es rectangular. No es tapada con kampanak sino con hojas de una palmera común, que se trenza a manera de estera. Para construir su casa el Jívaro nunca trabaja solo, sino que invita a sus parientes y amigos. Como dicen aquí: hace una minga. Obviamente un día le tocará devolver este servicio, cuando se lo pidan. A veces trabajan diez o doce hombres. El primer trabajo por hacer es reunir y preparar la paja kampanak, después hay que amontonar el material restante: palos, bejucos, corteza de sopan. El Jívaro no trabaja de la mañana a la tarde, sino con intervalos. Cuando trabaja lo hace con energía y con fuerza. Después de tres-cuatro horas suspende, descansa, come, conversa, duerme, a veces por un período igual, después trabaja otra vez. Si lo sorprende la noche no importa: prende una fogata y con esta luz sigue hasta que le viene a bien. No ama el silencio, por lo cual todos gritan y se animan con la voz. No debe en absoluto faltar la nijamanchi y, a ser posible, el aguardiente. Una vez que el Jívaro tiene la casa, se siente feliz y se preocupa de adecentar el interior. A lo largo de las paredes dispone las camas, por un lado las de los hombres y por el otro las de las mujeres. Prepara también el telar, el tunduli y después los asientos y lo necesario para sostener las ollas y contener los productos de la huerta. La cama ipeak) está hecha de caña (kupat), dispuesta de tal manera que las piernas sobresalgan a lo largo. Tiene una longitud más o menos de 1,20-1,30 y un ancho de unos dos metros, para que puedan dormir en él

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 55 unas tres o cuatro personas. Está levantada del suelo unos 60 cms. hacia la pared y unos 40 hacia los pies. A la distancia de dos cuartas de la extremidad inferior de la cama hay un travesano de madera, el patach sostenido por dos horquetas. Sobre este travesano apoyan los pies mientras descansan: debajo de él está prendido el fogón, día y noche. Esta es la cama. Para las mujeres a los dos lados hay una especie de pared de caña. A veces la hay también de frente. Alrededor de la cama de las mujeres a un metro de distancia del peak hay aún una pantalla hecha de hojas de palmera trenzadas. Los hombres no tienen ninguna pantalla alrededor de su cama. A veces colocan una latilla de guadúa por el lado de la cabeza, para defenderse del aire de la noche. En cambio sobre la cama hay una repisa, que se extiende hasta el fogón. Allí ponen a madurar los racimos de plátano, hacen secar el maíz, el maní, tienen el algodón, etc. A los postes que sostienen el techo está amarrado el huso para hilar el algodón (sumpi), el paquete de algodón (uruch'), el wampach del Jívaro y las armas: lanza y escopeta. A los dos lados del peak cerca del fogón, están los asientos bajos (kutank). Cuanto a la disposición de los peak, el que está a la izquierda es el del dueño de casa (ayump), el de la derecha se destina a los visitantes y a los compañeros. Cerca de la puerta de las mujeres hay también siempre dos peak. El de la derecha pertenece a la esposa del dueño, el de la izquierda a la mujer más anciana y a las mujeres solteras. Los niños duermen en las camas de las mujeres, pero cuando alcanzan el uso de la razón están en la parte central. A veces en el centro está el dueño de casa, especialmente si es viejo y enfermo. Cuando el Jívaro tiene miedo a los enemigos, construye una palizada, cerca de la pared de la casa, de tal manera que quedan cerradas todas las aberturas, y no quedan sino unas rendijas, para mirar hacia afuera. Otras veces se construye una auténtica muralla, con piedras y tierra, hasta la altura de un metro, pero solamente en dirección de las camas. En una ocasión pude ver unas fosas redondas, que tenían un metro de profundidad, por uno de diámetro. Me dijeron que servían para agazaparse en caso de asalto (esto lo vi una sola vez). Otra cosa que no falta en ninguna casa es el telar (akanerta) para fabricar el itipi y el tarachi y que describiré a su tiempo. Hay también el tunduli, o tambor jívaro, colgado con bejucos

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cerca de la pared. Además suele haber un gran disco de madera cavada, pumbutash, que sirve para secar y moler el achiote (ipiak). En el suelo están las ollas de barro, que sirven para la cocina. Del techo cuelgan bejucos y cuerdas de cabuya, para colgar los canastos y los objetos de uso personal. A veces a los postes del centro están colgadas las cerbatanas (umí), los escudos de madera {tantar) que sirven sólo de adorno, las armas, etc. Este es el sencillísimo mobiliario de una casa shuar, cuando está completamente arreglada. En una casa por lo general reside una sola familia. En caso de peligro o de guerra se reúnen varias familias para la defensa mutua. Casi no existen las familias patriarcales. Existiendo un solo tipo de casas y siendo total la igualdad política de los Jívaros, en nada se distingue la casa de un Jívaro que goza de ascendiente de la de cualquier otro. Para las aves tienen una casita en la huerta, cerrada de tal manera que no pueda entrar el zorro y el murciélago (jnashu) no pueda chupar la sangre de las gallinas. Para los puercos, fuera de la huerta, mantienen uno o dos ranchitos tapados, que tienen una forma apropiada. En la casa de Juan Chiriap, en las orillas del Bomboiza, he visto dos de ellos de forma redonda, con una palizada alrededor. Durante los viajes, cuando los sorprende la noche, fabrican rápidamente un ranchito. El ayamantai o rancho para soñar, lo construyen con más cuidado, porque allí pasan días enteros. No conocen las letrinas. En sus casas no hay en absoluto señales de religión. Solamente los niños los entierran en casa, al pie del peak en el cual han muerto. Los demás los ponen afuera. No ostentan trofeos. La shansha, cuando existe, no ocupa un sitio especial, sino que el dueño la pone mezclada con los demás objetos, sobre el peak. Alimentación El fuego y el fogón. En la casa de los Shuar el fuego no se apaga. Cuando esto sucede es señal que la casa se debe abandonar. Por lo ordinario el fuego no es una llama; se trata de troncos que se van consumiendo poco a poco por las puntas. Uno de los motivos por los cuales no hacen que se levante la llama es porque sus pinink son sumamente delgadas y una llamarada improvisa podría quebrarlas. Además

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 57 prefieren que la cocción se haga a fuego lento. En la actualidad los Shuar para prender el fuego utilizan el pedernal (shanara) obtenido de los civilizados y usan también los fósforos. El sistema primitivo que ellos tenían y que varios ancianos de su grupo me han descrito, ha desaparecido17 . Se componía de dos partes: un tronco de madera dura (tal vez cedro) que tenía un agujero redondo del diámetro de 2 centímetros y algunos cms. de profundidad, en el cual hacían dar vueltas rapidísimas a otro palito puntiagudo y durísimo 18 . En el mismo hueco se encontraba la mecha (¿cuál? nadie me lo supo explicar). Daban vueltas hasta que la mecha se encendía. Pero esta operación era bastante rara, porque, también cuando estaban de viaje, llevaban consigo algún trozo de nido de comején encendido, que no estorbaba mucho y permitía encender rápidamente la candela. Ahora en ningún punto del territorio utilizan este sistema y los jóvenes ni lo conocen. Los Shuar no tienen un verdadero fogón. El mismo fuego que está encendido a los pies de cada peaka sirve para cocinar las comidas y cada familia las cocina para sí. Para los que no tienen una familia propia, cocina la mamá o la hermana, pero el varón cocina solamente la carne de puerco y el pescado, o cuando se encuentra solo durante un viaje. En la casa la cocina está reservada exclusivamente a la mujer. Si ella demora en venir, los hombres comen uno que otro plátano, toman nijamanchi, pero no ponen mano a la candela. Es la mujer la que se ocupa de esto. Prepara la nijamanchi, cocina la yuca, el camote, el plátano, las gallinas, la carne de puerco, horna el paki (pécari) y se ocupa de todas las ollas. Las hijas la ayudan tan pronto están en condición de hacerlo. La mujer parte la leña, aviva la candela, la cubre, limpia las cenizas. En una palabra: la cocina es su reino exclusivo: delante de su cama, sobre el fogón, están todos los recipientes de la cocina. Los tiestos son pocos y casi todos uniformes, de tierra semicocida. La fabricación de estos recipientes es una de las principales atribuciones de

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Así me dijeron Joaquín Puwainchir, Gregorio Chumpik', Agustín Asamat. Utilizaban también una piedra negra sumamente dura, una piedra basáltica y ésta la restregaban contra la madera, hasta que la mecha se prendía.

5 8 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS la mujer. Utilizan una arcilla fina19 , pastosa, de color ceniza-oscuro. Se encuentra en abundancia a lo largo de los riachuelos, donde el agua ha erosionado las orillas 20 . El mismo limo que el río Bomboiza deposita al desembocar en el Gualaquiza se lo considera excelente y se usa en abundancia 21- Es curioso que todos los tiestos tienen forma redonda, la base pequeña, son barrigones y de una regularidad admirable. El trabajo exige bastante tiempo, una gran paciencia y mucho ojo. De esta manera logran producir pinink de la capacidad de 15-20 litros, en forma de escudilla, vaso y olla. Cuando han terminado de elaborar una pinink la exponen al sol por varios días seguidos, hasta que ha adquirido cierta consistencia, después la cogen y con la pepa de una papilionácea, que los civilizados llaman "ojo de venado" y los Shuar Jiumianku la asalisan bien, la exponen nuevamente al sol y la fabricación está terminada 22 .

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La barnizan con achiote u otra sustancia. Ningún recipiente tiene asas. La forma más usada es la del tazón y sirve para comer ordinariamente. Otros recipientes más grandes sirven para la nijamanchi. Los de boca más ancha, en forma de vaso, sirven para cocinar los alimentos, mientras que las ollas sirven para fermentar los varios tipos de chicha.

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Otras veces se trata de arcilla fina y blanca, que podría competir con el caolín que se usa para la porcelana y la loza. Hay depósitos de esto a lo largo del río Churiaku, cerca de la casa de Juan Coronel. La humedad excesiva, las lluvias, la selva, disgregan fácilmente las rocas más duras de este territorio. Donde las erosiones del agua ponen al descubierto micasistos, greiss, diorita, granito, después de diez años la piedra está disgregada, deshecha. Tienen una tablita para el trabajo, sobre la cual extienden la base circular del recipiente, después cogen por trocitos la arcilla y con las manos hacen unos chorizos que van colocando alrededor del vaso sucesivamente. No hacen un solo recipiente a la vez, sino tres o cuatro. Cuando se dan cuenta que la masa no es lo suficientemente consistente para una piñinga, pasan a otra. En la fotografía del interior de la casa de Visuma se ve cabalmente una mujer ocupada en la alfarería. Para cocinarlas colocan dos troncos paralelos, a la distancia de medio metro. En la mitad ponen las ollas, cubren por todos los lados con leña liviana y queman por espacio de algunos días.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 5 9 Para traer agua y para poner la guayusa, usan a veces también las ollas de barro cocido, pero más a menudo usan calabazas (lagenaria) vacías, que se alargan a manera de agarradera, y tienen un agujero en el cuello. Para tapar las pinink usan hojas de plátano, de banano, de caña agria y también hojas de Philodendron, que los civilizados llaman "coles del monte". Cucharas, tenedores y cuchillos no los usan para cocinar y tampoco para comer. Las manos y los dedos sirven de cubiertos. Como excepción, algunos en las ocasiones solemnes comienzan a utilizar la cuchara que les ha regalado el misionero y llegan hasta a cortar la carne con el cuchillo. Pero se trata de excepciones, como acabo de decir. Manera de cocinar. Tienen dos maneras de cocinar: hervir y asar. La yuca la hierven, tanto para comerla como para preparar la nijamanchi. Hierven también la carne del puerco de monte, del puerco doméstico, la carne de gallina y a menudo la misma carne de mono; la pelma, el camote, la zanahoria. En cambio asan los pájaros, ensartados en el cañón de la escopeta o, a falta de ésta, en un palito 23 . La chonta la hierven y cuando la quieren conservar la pelan y medio la chamuscan y ahuman, colgándola sobre una especie de parrilla, a un metro de la candela. Este mismo sistema lo utilizan los civilizados, para conservar este fruto del Oriente tan exquisito. El pescado lo comen cocinado en una hoja de plátano y puesto en la olla (ichínkian) o también lo ensartan en un asador y lo fríen. El maíz generalmente lo asan y a veces lo hierven.

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La yuca (mama) se cocina de la siguiente manera: ponen un poco de agua en el fondo de la pinink, después donde llega ésta tienden en cruz dos o tres palitos sobre los cuales disponen los tuberos de la yuca que así se cocina en bañomaría. Esto tiene la ventaja de no desperdiciar los jugos de la yuca dulce, y de volverla suave, tierna, sabrosa. Hago notar que se trata de la yuca dulce, no de la amarga: sus hojas no son venenosas, sus tuberos los chanchos lo comen crudos. La yuca amarga (manihot utilissima Pohl) la cultivan en cambio en la Costa.

6 0 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS A menudo asan los monos enteros, si son pequeños, como también las partes más carnosas de los puercos tiernos. Una preparación especial es reservada a las ranas y los sapos: botan el cuero, los intestinos y la cabeza, lo que queda lo ponen en una hoja de plátano y lo amarran bien apretado con unafibravegetal, después lo colocan en medio de las brasas. Se cocina lentamente. Cuando la hoja está medio carbonizada, está bueno para ser comido. Los plátanos los comen crudos o los asan entre las brasas. Cuando el plátano está cocinado es muy suave y tiene un perfume particular. Las hormigas voladoras grandes como porotos, que ellos suelen comer como pasatiempo, las fríen también entre las cenizas. No condimentan las comidas, menos unos pocos que de los civilizados han aprendido a usar la manteca de chancho. De ordinario tampoco usan la sal24 . Como se puede apreciar, la cocina no podría ser más simple. Cuanto a la comida, el Shuar es fácil de satisfacer; no es así con la bebida. Prefieren renunciar a la comida, pero no a la nijamanchi25. Bebidas. - La bebida preferida por el Shuar es la nijamanchi que los indios de la Sierra llaman chicha. Los unos y los otros la preparan aproximadamente de la misma manera 26. 24

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Estando a lo que me dicen, los Shuar de Méndez y del Pongo, obtienen la sal de unas fuentes saladas que brotan en sus territorios. La sacan haciendo evaporar el agua con el fuego. Tienen también la técnica de purificarla bastante bien, hirviéndola y espumándola varias veces. Es un trabajo reservado a los hombres. Tukup' de Méndez, que en estos días (junio 1909) se encuentra en la casa de Kayap, ensayará la sal de la vertiente del Salado. Un plato apetecido es el de los gusanos de las mariposas. A veces para procurárselos tumban grandes troncos, los sacan y los comen crudos o cocinados. Se conocen tres especies: mukint, tampirush y... Nótese que la preparación de la chicha por medio de la masticación y fermentación de la saliva es típica de casi todas las poblaciones indígenas de Sudamérica. Se encuentra entre las tribus del Orinoco, los Achuaras del río Ñapo, los Kayapas de Esmeraldas, los Quichuas de la Sierra, las poblaciones salvajes del Mato Grosso, del Chaco, del Mapiri y adelante, hasta los Patagones y los Fueguinos. Lo que varía es la materia, no el proceso. Los pueblos civilizados de Sudamérica en algunas partes han adoptado la chicha. Así en las tierras altas del Ecuador, donde se ha sustituido la fermentación de la saliva con la fermentación artificial. Véase lo que dice Mantegazza en su "Higiene popular".

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Son siempre las mujeres las que la preparan. Cuando los tuberos de yuca están ya fríos, ellas se sientan entre dos ollas (en el suelo, obviamente). De la una cogen los tuberos, los mascan bien y escupen en la otra olla, en la cual siguen mezclando. En una media hora la pinink está llena y puede ser suficiente para un día, porque basta un puñado de esa masa fermentada (Alí-Belfadel la llama jocosamente puré) para preparar un buen tazón. Una hora antes de tomarla ponen un puñado de masa en una pinink, añaden agua y mezclan con la mano. A veces añaden aún saliva y la fermentación comienza enseguida. Una espuma blanca y espesa flota sobre la taza y en este estado se la sirve. El sabor se acerca al de la leche. Es refrescante, quita la sed y, a pesar de que sea algo alcohólica, hay que tomarla en cantidades enormes para emborracharse. De esta chicha se hace un uso increíble en las casas jívaras. Cuando forasteros o amigos entran en la casa, como primera cosa las mujeres traen las pinink llenas. Antes toma el que invita y después se da la vuelta a los huéspedes, que toman todos de la misma taza, sin problemas. Por la mañana cada hombre toma 3,4 pinink y, como la fermentación no ha terminado, sigue en el estómago. Así se ven los Shuar con el vientre inflado, tanto que parecen hidrópicos. La nijamanchi es una bebida y al mismo tiempo una comida. Cuando un Shuar viaja solo y debe dormir en la selva, en el carril (wampach1) lleva tantos paquetes hechos con hojas de coles del monte (Philodendron) cuantos son los días de viaje. Cada día desata uno y prepara la nijamanchi. Cuando un grupo de hombres parte para la cacería en la selva o va de pesca y piensa ausentarse varios días, lleva consigo la yuca fermentada. A veces preparan la nijamanchi con la chonta, pero entonces la preparación es distinta. Una vez cocinada la chonta la pelan y la machacan con un mazo de madera en una plataforma cuadrada de madera cóncava, llamada pumpukat. El día siguiente las mujeres la mascan y, como de costumbre, llenan varias ollas. La nijamanchi de chonta tiene casi el sabor del chocolate. Si uno no se fija en la preparación, encuentra estas bebidas no solamente potables, sino sabrosas. Las he tomado varias veces y hablo por experiencia personal 27 . 27

Los civilizados suelen a veces preparar un "ponche" con la harina de chonta. Es una exquisita bebida caliente; la harina de chonta sirve también para volver

62 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS Otra bebida que usan a menudo por la mañana en ayunas es la guayusa, que se puede llamar su té. De su preparación ya hablé al tratar de las plantas medicinales. No tienen otras bebidas de uso diario, no aman las bebidas fuertes y aunque aquí en Gualaquiza los entabladores produzcan mucha aguardiente, ellos lo utilizan poco. No usan tampoco la leche, el café, el chocolate. Antes bien, de la leche tienen horror. El cacao se encuentra en abundancia al estado silvestre, pero lo recogen sólo para venderlo a los civilizados. En conclusión. Los Shuar comen mucha carne, poco pescado, mucha fruta de plátano, mucha yuca, pelma, camote, maíz. Beben mucha nijamanchi y todas las mañanas toman su guayusa. Las comidas son tres por día (no hablo de los niños, que como .los de todo el mundo, comen siempre, tienen hambre todo el día): al amanecer, al mediodía y al atardecer. En esta región, donde el día es igual a la noche, el sol es su reloj y no utilizan otros instrumentos para medir la hora. Por la mañana, cuando amanece, los Shuar están ya despiertos y ocupados en hilar el algodón, mientras conversan o escuchan el discurso del jefe de la familia o el más viejo de los presentes 28 . De esto voy a hablar más luego. Las mujeres presentan a los hombres las pinink con la guayusa tibia, se enjuagan la boca y tragan el líquido. Después de cinco minutos salen a la huerta para vomitar lo que les quedaba en el estómago y regresan. Entonces cada mujer trae las pinink con la nijamanchi y si el hombre tiene dos, tres mujeres, cada una presenta su producto.

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más sabrosas las sopas. Los Shuar son golosos de esta fruta que llaman "uwí" y crían muchas plantas en sus huertas. Existen muchas variedades, desde las de fruto grande como una pera, de un color amarillo-pálido. Las más grandes y alargadas son las mejores. Las pequeñas sirven para engordar a los puercos. En la casa de Anank también su mamá hace el discurso y está lleno de energía, preguntas, repeticiones, apostrofes típicas. El argumento son los así llamados asuntos de cada día, exhortaciones, reproches. Voy a hablar de esto con mayor amplitud más luego.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 6 3 El hombre, imperturbable, toma lo que le presentan y recomienza su trabajo y su conversación. Después de una media hora o de una hora regresa la esposa o las esposas con un tazón de yuca y otro, si es que hay, con carne, porotos o maíz asado. No tienen mesas, y cuando no están sentados en el peak están acurrucados con los dos tazones en el suelo, cada uno en su sitio. Las mujeres vienen a sentarse al lado de sus esposos, naturalmente en el suelo, y comen en silencio, pescando con los dedos en los platos lo que más les agrada. No sacan otros platos. Cuando han terminado pelan algún plátano, toman otra pinink de nijamanchi y el desayuno está terminado. Entonces el que tiene que salir para trabajar o hacer una visita hace su aseo, se tercia el carril de cuero o de piolas, coge la lanza o se pone la escopeta en bandolera y se va. Las mujeres tienen los pequeños en la espalda o al pecho, la chankin atrás, colgada con una corteza que pasa por la frente y se van a la huerta. Muy a menudo la casa queda totalmente vacía, porque se llevan también el perro. Solamente la candela queda prendida.

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Hacia el mediodía regresan los más cercanos, para el almuerzo. Los demás comen afuera. La mujer aviva el fuego, cocina la yuca, cocina o asa la carne si la hay, cocina la chonta y el plátano y como primera cosa presenta otra pinink de nijamanchi al marido. Después trae dos tazones como por la mañana. En varias casas he observado que antes de comer los hombres se enjuagan la boca y se lavan las manos con agua. Pero no creo que esta costumbre sea general. Cada uno se sienta sobre el peak o sobre el kutank y a su lado se sienta la mujer. Comen en silencio, sin cumplidos recíprocos. Esta comida es más abundante, pero muy poco variada. Después de la yuca comen la chonta, si es tiempo de chontas, o si no, camote, granadillas o plátano frito y acaban con la infaltable nijamanchi. No salen enseguida al trabajo, sino que en ese tiempo la mujer prepara la nijamanchi. Si no tiene tiempo para esto, lo hace después de la cena. Esta tiene siempre lugar después de la puesta del sol. Entonces se encuentran todos en la casa. Se trata de la comida más abundante y variada. Para la cena se preparan los pájaros asados, el pescado cocinado en las hojas de Philodendron, las hormigas voladoras, etc. En esta comida terminan ávidamente todo lo que hay, de tal manera que si alguien se presenta cuando han acabado, difícilmente encuentra siquiera un poco de

6 4 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS yuca fría. Obviamente comienzan y terminan la cena con nijamanchi y durante la comida traen de una vez todo lo que hay para comer, en tres, cuatro, cinco recipientes, de los cuales se sirven alternativamente el marido, la mujer y los niños. Se suelen también regalar e intercalar comidas entre las varias familias de cada casa. Las mujeres no comen menos que los hombres, siempre a lado de los maridos y gozan de una total libertad y familiaridad en la elección y en la cantidad. Los niños roen además algún choclo de maíz asado y después cada uno se va a la cama y duerme hasta el día siguiente 29 . Comidas de las cuales se abstienen. Comen indiferentemente muchas especies de pájaros,30 comen los huevos, los pescados, pero se abstienen rigurosamente de la carne de res, oveja, cabra, conejo, venado. Cuando en la cacería matan algún conejo o venado lo venden a los civilizados o si no, lo dan a los perros. De la misma manera no quieren ni ver la leche, el queso, la mantequilla. Cuando se les pregunta, contestan simplemente que esas carnes no les gustan y probablemente su asco por ese tipo de comida no tiene otra explicación que una antipatía natural. En efecto no conocen una ley religiosa o una autoridad que se los prohiba. Pero debo añadir que los Shuar que vienen a la misión, fácilmente se acostumbran a estas carnes y se aficionan también a la leche, al café, al chocolate, hasta el punto de volverse golosos de tales cosas. Cuando ayunan como preparación a alguna fiesta o también sólo para pedir la ayuda del espíritu, se abstienen de los aliños y de las carnes, sin aducir otra explicación que la costumbre. Es notable el hecho que cuando han tomado el huando (maikiuá) y se han despertado, por varios días aborrecen las carnes y comen muy poco. No tengo noticia de alguna

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Los Shuar rehuyen el comer los parásitos del pelo y de la piel. Antes bien, las mujeres los cazan constantemente, acurrucadas una detrás de otra, presentando un cuadro parecido al de los monos ocupados en el mismo trabajo. Rechazan todas las aves de rapiña, como también los rampicantes y parecidos. Hay también un pajarito muy pequeño (tal vez un Fringilla), que tiene el cuerpo negro y la cabeza roja, que no puede ser comido, porque en él está el alma de un difunto.

LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 6 5 comida que esté prohibida por costumbre a unos individuos en especial y a las mujeres embarazadas. No conocen la antropofagia y probablemente nunca la conocieron. Antes, si comen carne, nunca la comen cruda, aborrecen la sangre 31 y, repito, su dieta básica no es carnívora, sino vegetal. De aquí se explica también que si bien a veces este pueblo es feroz, terrible, nunca es cruel 3 2 y si se acabara entre ellos la guerra fratricida y surgiera un jefe poderoso, respetado, se vería este pueblo llegar muy pronto a la civilización. Trabajan la tierra con pasión y sus huertas, por la amplitud y los productos, pueden causar envidia a los civilizados. Adornos: arreglo de la persona El Shuar es vanidoso y ama adornarse y lucir bien. A diferencia de nuestras costumbres, es mucho más marcado en los hombres que en las mujeres el deseo de adornos. Por esto, mientras se ve al hombre hacer gala de lo que tiene de bonito y de raro, las mujeres están vestidas siempre de la misma manera y tienen solamente uno que otro adornito. La parte principal del aseo consiste en cuidar la cabellera. Comenzaré con hablar de esta. El pelo (intiash). Los Shuar llevan la cabellera larga y cuanto más es tupida, negra, mórbida, tanto más los enorgullece. Todas las mañanas la lavan con cuidado, y para mantenerla lúcida, de vez en cuando la bañan con shua. De este cosmético ya he hablado. Añadiré que para ellos tiene un precio real y lo hacen pagar caro. A lo largo del día se peinan repetidas veces y cuando llega algún amigo, antes de comenzar la conversación, se arreglan la melena. Se peinan con una peinilla que ellos mismos fabrican 31 32

La sangre de puerco, cocinada y reducida a polvo, la llevan consigo cuando viajan. El enemigo lo matan, pero no lo hacen sufrir antes de que muera. De la misma forma, no usan suplicios crueles. Antes bien, se gloría de tener un buen corazón, y desaprueban a los cristinanos de Macas, por haber matado a un cristiano. "Que lo maten, decían, pero que no lo hagan sufrir tanto". Entre ellos no existen penas corporales y no castigan a los hijos golpeándolos. Se han escrito muchas cosas sobre el mal trato a las mujeres: puede que se hayan dado casos, no lo niego, pero, por lo general, las tratan bien.

6 6 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS con saetitas de caña. La llaman painí-temash. Generalmente dividen la cabellera en tres partes: una gran trenza recoge todo el pelo del occipucio y de la nuca y éste lo envuelven en una cinta de algodón (etsemat), que ciñe la frente, se amarra sobre la nuca y después baja dividida en hilos amarrados a canillas de pájaros llamados tayu yflecosde plumas amarillas, rojas y carmín del pájaro tsukanká. La cinta frontal tiene un largo de 1,201,10 mts. como promedio. El tayu-ukunch es un conjunto de varios huesos de tayu (cada uno largo 8-10 cms. y hueco, por lo cual puede pasar el hilo de algodón). Esta trenza durante las visitas y en las ceremonias la dejan caer a lo largo de la espalda, pero cuando están de viaje la envuelven alrededor de la cabeza y la fijan en la sien, a la derecha o a la izquierda, con el painitemashi. Los pelos de la parte delantera de la cabeza los parten en dos trenzas (akaiki), dejando libres solamente unos pocos en la frente, a manera de franja. Los demás los recogen en dos trencitas que caen detrás de las orejas, amarradas a todo lo largo, con cordones de algodón. A veces estas llegan hasta 25 cms. Los pelos dejados en la frente los peinan con cuidado, los hacen caer hasta media frente y los cortan de manera que queden bien parejos. Cuando el Shuar está de duelo deja suelto el pelo de las dos trenzas y lo corta a la altura de las sienes 33 . Cuando ayuna o se prepara a la fiesta de la shansha, no se deja la franja, sino que recoge todo el pelo en las dos trenzas laterales. En ese caso elimina también el etsemat el tayu-ukunch y los flecos de plumas de tsukanká. A veces alrededor de la cabeza tienen como un aro de gala, hecho de tiras de carrizos amarrados con hilos de colores {tentém). Alrededor de este aro ponen unas plumas de tsukanká en dos estratos, alternando las amarillas con las rojas. Esta disposición del tentém con el etsemat colgando a lo largo de la espalda, produce un bonito efecto.34

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La mujer en cambio se lo corta del todo. El "tentém" lo fabrican aquí en Gualaquiza, pero la mayoría de las veces lo traen los del Pongo, que, entre los Shuar, pasan por los más creativos y ricos en iniciativas.

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LOS SALES 1ANOS Y LA AMAZONIA / 6 7 He visto también, pero pocas veces, una especie de cilindro sin ala y sin fondo (jumpurak) fabricado con tiras de carrizo y por encima las plumas de tsukanká. Las mujeres llevan siempre el pelo suelto por la espalda. A veces tienen una cintita que, partiendo de la frente, se amarra sobre la nuca, pero a ellas no es permitido ningún arreglo especial del pelo. En las orejas los hombres llevan siempre unos canutos que llaman kuish. Desde pequeños, a la edad de 2-3 años, el papá con un espino o una aguja, huequea el lobo y coloca allí un hilo de algodón. Cuando el niño va creciendo le ponen un cordón con un pendiente hecho con plumas de tórtola. Más tarde, hacia los nueve años, introducen dos palitos muy delgados y poco a poco más grandes, hasta llegar a canutos de 10-15 mms. de diámetro, largos 20-25 cms. De los kuish cuelganflecosde plumas de pájaro o alas iridiscentes de coleópteros. Pero esto lo hacen sólo en las solemnidades. De ordinario no llevan adornos. Los más ingeniosos hacen unos dibujos hacia la extremidad del kuish con la punta de un chuchillo o con un hierro al rojo vivo. Los kuish son vacíos y se usan también para poner adentro las agujas y los anzuelos. La extremidad la tapan con algodón y a veces sobresalen las cabezas de los alfileres. También las mujeres llevan los kuish en las orejas, y además llevan otro palito en el labio inferior, llamado tukunak. Este a veces lleva dibujos y de ordinario está apoyado a la barbilla. Este agujero no daña en nada la pronunciación. Todavía no se ha acabado el arreglo de la cara: falta pintarse. Para hacerlo usan el achiote (ipiak-Bixa orellana) y la shua misma que usan para el pelo. Los dibujos y los colores indican las varias fases de la vida y las distintas circunstancias. Cuando utilizan solamente la shua y se pintan completamente la cara, el cuello, el pecho, los brazos y las manos, es señal que va a haber guerra y que la muerte del enemigo está cercana. Hago notar que la shua no negrea de inmediato la piel: solamente al día siguiente aparece totalmente negra la parte que ha sido pintada. Cuando se pintan con tiras transversales negras, es señal de luto y de ayuno. Cuando usan también el achiote indica visita. El ipiaku lo ponen de preferencia sobre los pómulos y la barbilla,

6 8 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS raramente sobre el pecho. Como se trata de uno de los cosméticos más usados, llevan siempre consigo la pasta, en un tubito de caña, cerrado en un extremo con masilla y en el otro con un tapón de piel o de algodón. Para pintarse usan el dedo índice y por esto lo llaman ipiak suntai, es decir el que pinta con ipiak 35. Esta pintura no es muy estable, de tal manera que es necesario que cada día la renueven, pero casi nunca cambian de dibujo. Ultimo entre los adornos y no el menos caro, es el akachu una cintura fabricada con cordoncitos de pelos humanos, trenzados con mucha habilidad y finura. Luce muy bien. También este adorno lo fabrican en el Pongo y lo pagan bastante caro, por ejemplo una libra de pólvora, una punta de lanza de hierro, un cuchillo grande con el cabo blanco. Lo guardan celosamente y raramente lo regalan. Esto en lo referente a los hombres. Las mujeres no tienen otro adorno que el palito de labio inferior (tukunak) y de las orejas (jaiishi), los collares de mullos del cuello (shauk) y una cintura hecha con pedazos de concha, alas de coleópteros, campanillas adquiridas de los civilizados. Esta cintura suena como las maracas, cuando caminan. Por esto, la utilizan en los bailes. A los niños, hasta que no se ponen el itip no ponen en absoluto ningún adorno, con excepción de dosflecosde plumas en las orejas. Aquí cada cual debe ganarse o comprar los materiales para adornarse. Para las mujeres piensa el marido y son muy frecuentes los regalos de cintas, flecos, plumas, sonajas, botones... Vestidos Se reducen a la mínima expresión: un rectángulo de algodón para los hombres y un rectángulo de algodón para las mujeres. El vestido del hombre -llamado itip- lo tejen ellos mismos, con su telar primitivo. Tiene varios colores, entre los cuales prevalece el color café. Los demás colores son el blanco, el rojo, el azul, pero no son estables y así, después de poco tiempo, todo se vuelve de un mismo tinte café, que mucho se acerca al color de su cuerpo. Este color no es casual.

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En la selva difícilmente son visibles, y cuando van de cacería, pueden acercarse mucho al animal, sin despertar su atención. Cada hombre posee varios itip, uno para las visitas y las ceremonias (éste baja hasta media pierna, casi al tobillo) "otro para el trabajo, que llega a la rodilla, y a veces un tercero, muy corto, para las guerras, la cacería, los viajes. El rectángulo mide mts. 1,20-1,40. Lo ajustan al cuerpo por la parte superior, con un doblado especial. No se lo quitan, ni de día, ni de noche. Ordinariamente se lo amarran con una simple soguilla de fibra vegetal, o con una cinta, durante las visitas. Para la cacería añaden el akachu. Las mujeres llevan el tarach, un corte de algodón que cubre el cuerpo, desde el pecho a la media rodilla. Pasa debajo del sobaco izquierdo y se fija sobre el hombro derecho (a veces también sobre el izquierdo), por medio de una espina o una aguja. Tienen además un cinturón defibravegetal que ajusta el tarach al cuerpo. El color es igual que el del itip de los hombres. Raramente una mujer tiene dos tarach. Para cargar los niños en la espalda o al pecho, tienen otra tela del mismo color y de la misma hechura, que pasa bajo el sobaco derecho y sobre el hombro izquierdo y se amarra por delante. Dentro de esta tela colocan y llevan los niños. Tampoco las mujeres se quitan nunca el tarach y demuestran cierto sentido de pudor en todos sus actos. Los niños no se visten hasta los 10-12 años. Las niñas se ponen el tarach desde pequeñitas. Todos los Shuar usan la uniformidad más grande en el vestido. A veces cuando vienen a la misión se les regalan camisas, pantalones, chaquetas. Las usan cuando van de visita o vienen a la misión, pero tan pronto vuelven a la selva toman otra vez su vestidura normal. No utilizan sombreros contra el sol o la lluvia. Aquí no estamos en los desiertos y el sol difícilmente penetra en la selva. No utilizan ningún tipo de calzado. Donde ellos no existe la moda. Al cuello llevan collares (shauk) de los tipos más variados y fabricados con los objetos más dispares. Hay collares hechos con mullos de vidrio, que compran de los civilizados en el Pongo. Los aprecian mucho y dicen que los encuentran ya agujereados en el lecho de los ríos36. Con 36

Juan Demaría, misionero salesiano, (muerto en Ambato el 6-1-1909) que proporcionó la mayoría de las informaciones al Dr. Alí-Belfadel, para su trabajo referente a los Shuar, pensó un tiempo que tales mullos fueran naturales,

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esos jais hacen collares de uno o varios colores, utilizando una fibra vegetal muy robusta y los hacen de 3-4, hasta 20-30 vueltas. Especialmente las mujeres llevan verdaderos manojos, regalados por los maridos: a veces constituyen la prenda de compromiso matrimonial. Otro collar que se ve mucho está hecho con semillas que ellos llaman kumianku a veces con mullos entreverados. Fabrican collares también con los frutos de la Croix lacrima, que llaman jutzari. Los que viven cerca de pueblos civilizados piden o desean botones de colores vivos, de vidrio o de metal, para colocarlos en tiras de piel o de algodón y hacerse collares. A veces tienen también colgado del cuello (especialmente las mujeres) un trozo de vainilla disecada y doblada que desprende un perfume agradable. La llaman sekut. No sé si la consideran un amuleto. Seguramente no sirve para ser olfateada. Ellos dicen que aleja los insectos y puede que sea verdad. Finalmente el gran collar que del cuello baja hasta la cintura es exclusivo de los grandes capitanes, y no es fácil de encontrar 3 7 . Es más fácil encontrar otro, fabricado con dientes de mono: Uno que pude obtener de Nicolás Narankas de Cuchipamba, estaba hecho cabalmente con dientes incisivos de mono, llamados cuchi y con pepas de kumianku. Tienen además otro collar hecho con las semillas de una papilionácea (Erytrina), muy parecida a los porotos. Los Shuar la llaman entsa y los civilizados porotillo. Estos van generalmente por parejas y están unidos en la espalda. Los granos son rojos y negros y los dos collares los cruzan sobre el pecho. A manera de brazaletes utilizan cueros de culebra muy apretados, pero no sirven para demostrar el rol o la importancia, sino que indican si han adelgazado o han engordado38. También las mujeres llevan

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pero, después de haber vivido por seis meses en medio de ellos, se convenció de lo contrario y fue el primero en ponerme sobre aviso. El collar que examinó el Dr. Alí-Belfadel lo obtuvo el misionero P. Mattana, en una excursión donde un jefe jívaro de Méndez. Está hecho con los dientes de 14 tigres. Se trata de algo único. De los brazaletes que a veces se encuentran en la parte superior del brazo las mujeres cuelgan sonajas o flecos de plumas de tsunkanká.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 71 este tipo de brazaletes y unas pocas veces he visto que los llevan también en los tobillos. Como el vestido del hombre no tiene bolsillos, llevan un carril, que puede ser de piola de algodón (wampach') o de piel de mono (kapach). El primero es más largo de fabricar y es también más apreciado, pero el segundo es impermeable. La piel para curtirla la rocían de ceniza y la tienden en el suelo, después cortan las extremidades, la doblan, de manera que la parte del bajo vientre llegue a la altura del cuello y la cabeza sirva de tapa. Cosen siempre con fibras vegetales que extraen de los bejucos. El kapach es sostenido por un cinturón de piel. Las mujeres ponen en el seno las cosas que quieren conservar. No tienen kapach. Armas Las armas típicas del pueblo shuar se reducen a dos: la lanza (nankí) y la bodoquera (umi). La segunda sirve casi exclusivamente para cazar pequeños pájaros. La lanza tiene varias dimensiones: puede medir hasta dos metros o ser simplemente de un metro y medio. Está hecha de madera de chonta (uví), de canelo o de otra madera dura y pesada. En la extremidad lleva a veces un hierro de lanza, comprado a los civilizados y muy bien pegado con una masilla negra, parecida al alquitrán, muy resistente, que sacan de los árboles. Cuando no tiene esta punta de hierro, toda la lanza es de madera, pero en este caso se trata siempre de madera de chonta, tan dura que el hacha la puede cortar con dificultad. En otros tiempos para la punta de la lanza utilizaban también piedras duras pulidas, pero este sistema se ha perdido del todo. Ahora, por lo menos los que vienen a la casa de la misión, ya no conocen el proceso de trabajar las piedras, ni para la lanza, ni para el hacha. Cuando quieren adornar la lanza calientan un barniz compuesto, por partes iguales, de una sustancia vegetal llamada yukaíp 39 y de ipiak. Este 39

El yukaip es un exudado de la Visinia guttífera. Puede servir muy bien como masilla. Se trata de una laca de un color amarillento oscuro. Un árbol puede producir cien gramos de esta sustancia en tres o cuatro días.

72 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS barniz tiene un tinte anaranjado, es muy tenaz y perfectamente lizo. El Shuar nunca sale de la casa sin la lanza o la escopeta. Para la guerra no conocen otra arma. Y no es simplemente un arma terrible, sino mortal. La manejan con mucha habilidad y a veces envenenan la punta. Los grandes guerreros tienen en su casa muchas lanzas de distintas dimensiones. Con la misma lanza cortan la cabeza del enemigo matado y no les es lícito cortarla de otra manera. Con la lanza atacan el tigre, el tapir, el oso, el puma y también con la lanza cogen los pescados más grandes en el Río Santiago y en el Marañón. La bodoquera («mi) es un tubo de madera largo hasta 4 metros, compuesto de dos mitades de madera de "palo jívaro", cuidadosamente acanalado a todo lo largo y alisado internamente con la pepa de kumiangu (durísima y con la superficie bastante áspera), de manera que se asemeja a las dos mitades de un lápiz. Las dos partes, unidas estrechamente y pegadas con la cera de abejas silvestres, forman un tubo perfectamente regular, con un diámetro interno de 6-8 mms. Todo alrededor van amarrando con una tira de bejuco bien colocada y embreada con copal, cera vegetal y yukaip *° , calentando obviamente el todo. Cuando esta especie de alquitrán se ha enfriado es más fácil quebrar la bodoquera que deshacerla poco a poco. Como embocadura colocan un hueso blanco hueco (una canilla de perro). A pesar de ser tan larga, es bastante liviana, tanto que se puede dirigir hacia una dirección teniéndola firme por una extremidad. Con la cerbatana mandan hasta a 15-20 mts. pequeñas saetas (tsentsak) delgadas y flexibles, no más grandes que una aguja para tejer. Estas saetas las fabrican con la nervatura de una hoja de palmera, probablemente la carludovica y las guardan en una aljaba de bambú, larga 15-20 cms. y del diámetro de 6 cms. Amarrado a la aljaba {tunta) hay un poro vacío, grande como una toronja (mati), con un hueco circular, en el cual ponen el algodón que envuelven en la extremidad de la saeta. Esto es para que la flecha se adhiera bien al tubo de la bodoquera y el aire la impulse con toda la fuerza.

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La embreada la llaman sekat. A veces usan el látex de kangumi, una especie de gutapercha, de igual resistencia.

LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 73 En la aljaba hay unas pajas, en medio de las cuales se encuentran las flechitas. Ponen también un poco de algodón en el fondo, para que las flechas no se emboten. La punta de la flecha la bañan en un veneno pegajoso, negro, que compran en el Pongo y dicen que está fabricado con pimientos rojos y un látex denso, tal vez de una Euforbia. Este veneno no se obtiene en este valle de Bomboiza. Tiene un efecto inmediato. Un pájaro herido por una flecha no sufre en su plumaje y muere casi enseguida. La carne se puede comer sin problemas. Para sacarle punta a lasflechasusan una especie de quijada de mono que ellos llaman diente de pescado. Esta es el arma con la cual van a cazar los pájaros. Pero, como se puede ver, se trata más de una diversión que de una verdadera actividad que proporciona la comida. El Shuar tiene siempre listas varias flechas y, para no perder tiempo, las coloca sobre la oreja 4 1 . V"

No usan otras armas de su fabricación. Pero en la actualidad se van introduciendo por doquiera las armas de fuego, desde las escopetas de uno o dos cañones a las carabinas, a los fusiles más perfeccionados. Los aprecian tanto que para adquirirlos dan con gusto un chancho bien gordo, o una huerta entera. Estas armas las saben usar estupendamente. Compran la pólvora, pero saben fundir el plomo. El regalo más codiciado por ellos son los cartuchos y las municiones 4 2 . Otros compran revólveres y pistolas. Yo he visto donde el Timiasa una provisión abundante de cartuchos, balas, pólvora, municiones. Mariano Katip' me aseguró que los Achuar (una tribu shuar que vive hacia el norte, en las selvas del Río Ñapo y Bobonaza) usan el arco y las flechas grandes de madera de chonta y además las envenenan. Nadie más 41 42

Cerca de la embocadura de la umi ponen una prominencia de 2 cm. más o menos, que sirve para la mira. Me han contado que por el Pachicosa y el Chuchumbleza los Shuar fabrican balas de un metal que se parece a la plata, que ellos encuentran por acá y por allá en los ríos.

7 4 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS me supo decir nada al respecto. Las hachas de piedra servían únicamente para trabajar, como también los cuchillos de piedra. Me han hablado también de una especie de puñal de piedra, pero no he encontrado aún a nadie que me lo sepa describir. Una arma de defensa fue para ellos en otros tiempos el escudo (tantar) formado con secciones transversales del tronco de cedro o de canelo, resistente y liviano, del diámetro de mts. 0,70-0,80-0,90, con unas cintas de cuero para agarrarlo. Actualmente tiene solamente valor de adorno y nadie lo usa para la defensa. El arma, por así decir, nacional de los Shuar es la lanza de chonta o de cerezo, con la punta de hierro batido, que ellos usan para lanzar sobre el enemigo a 3-4 metros de distancia. Es siempre bien afílada y con la punta lúcida. En los viajes la usan como bordón o la llevan sobre el hombro, con la punta hacia adelante. Cuando la conversación es tranquila, la lanza está apoyada en el suelo, pero cuando se acaloran está siempre por los aires y se mueve amenazadora frente al adversario. Caza y pesca La una y la otra son entre las principales ocupaciones de los Shuar. Cuando la excursión es corta, salen solos, pero cuando debe prolongarse varios días, toman parte en ella todos los que están en condición de hacerlo, también los niños de 10 años. La cacería es abundante, pero es mejor que renuncie a ella quien no ha nacido en estas selvas y no sabe, como los Shuar, caminar rápidamente entre las lianas y los espinos y no sabe medir el peligro como para meterse en medio de la maleza infranqueable y que no posee, como estos hijos de la naturaleza virgen, el sentido de la orientación, la manera de reencontrar el camino o, mejor, de abrirse el camino para regresar a la casa. Cuando han decidido partir para una gran batida de caza, llevan consigo la yuca mascada, para preparar la chicha, llevan algunos plátanos, una buena cantidad de pólvora, algunos perros amarrados (los prefieren de color oscuro, para que no llamen la atención) y salen al amanecer. Como todas las tribus de la selva, caminan en columna de uno en uno, también cuando el camino es ancho, en perfecto silencio, evitando también hacer

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crujir las ramas. De esta manera van hasta dar con la pista de los sajinos (pekarí), que ellos llaman pakki que van en manadas hasta de 100 ó 200 y hacen unos recorridos larguísimos 4 3 . Una vez que descubren la pista, nada los puede detener. Consigo no llevan el machete para abrirse camino. Les basta abrir un hueco y se arrastran como serpientes. El itipi es ya muy corto, pero, por poco que les moleste, se lo amarran a la cintura. Vadean los ríos, los torrentes y mientras tanto espían con sumo cuidado los alrededores. Muchos pájaros no cantan y otros los hacen raras veces, pero muy difícilmente pueden esconderse a los cazadores, quienes se acercan sigilosamente y el ave no se escapa más. A veces divisan el venado, que llaman japa y lo sorprenden antes de que ese tímido animal tenga tiempo para olfatear el aire. No cazan los loros, los pájaros carpinteros, los buitres, porque no aman su carne. Pero si se dan cuenta de la presencia de un tigre o de un oso, no se quedan tranquilos, hasta haberlo matado. También los monos representan para ellos un buen bocado, pero las batidas de caza las organizan solamente para matar los saginos. Cuando alcanzan una manada, se colocan de lado y azuzan en su medio los perros para que los dispersen, entonces los atacan de uno en uno. De esta manera pueden llegar a matar hasta 15-20. Entonces prenden la candela, destripan los animales, los despedazan, los enfilan en palos y los ahuman someramente. Después los envuelven en hojas de plátano o de caña gyria, haciendo unos paquetes que amarran con fibras vegetales y los llevan a la casa. No sacan los dientes de los saginos, como hacen en cambio con los dientes de los monos, de los pumas, de los tigres, para utilizarlos en sus collares. No son amantes de los trofeos y en sus casas

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Según me contó el misionero Juan Demaría, una manada de estos paki, de unos 200 individuos, salió de Pachicosa, vino al Chuchumbleza, pasó el río, pasó el Zamora en Cuchipamba y subió por las laderas, hasta la cordillera del Chucurillo. Desde allá bajó a ChugUinda, de Chugüinda fue al Leonurcu, al Pan de Azúcar y Analmente llegó al Yunganza. Los Shuar de Pachicosa la alcanzaron en Yunganza y aquí mataron un buen número de ellos, mientras que los demás se dispersaron.

76 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS inútilmente se espera encontrar cuernos, cabezas o patas de animales. A veces conservan los picos de los tucanes, pero no como adorno, sino para hacer con ellos unos recipientes para la pólvora. Queda por apuntar que a veces encuentran un mono grande, terrible, que vive solitario en medio del monte y lo llaman sciro*4. Este no lo comen, sino que con su cabeza hacen la shanza. Más adelante contaré el motivo, con la leyenda respectiva. Pero estas grandes batidas son raras. Lo más van a caza de pájaros, entre dos o tres, sin perros y están fuera de casa todo el día o varios días, hasta que les queda pólvora y están cargados. No tienen silbatos para llamar los pájaros, pero con su voz, ejercitada desde la juventud, imitan a la perfección todos los pájaros de la selva y su cuerpo flexible, que se acerca al color de la tierra, les permite acercarse hasta pocos pasos de la víctima. Tienen buena puntería y es difícil que fallen el tiro. Téngase en cuenta que para economizar la pólvora y las municiones cargan el arma sólo parcialmente. Los pájaros que cogen los despluman por el camino y los colocan en el wampach*5. Cazan también los conejos y el venado, pero no para comerlos, sino para venderlos a los civilizados. Generalmente cazan con la escopeta, porque ya utilizan menos la wni, desde que ésta les hace perder mucho más tiempo que la escopeta. Pesca. Esta también es una de sus distracciones preferidas, pero no se trata de una profesión; por lo menos por aquí, no es retributiva como para hacer de ella una ocupación continua 46 . Los sistemas de pesca son principalmente dos: el veneno y la lanza.

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Según la descripción que me han hecho, este mono podría ser un gorila. En la misión hay varios chicos shuar, para quienes la caza es una necesidad casi diaria y, a pesar de su edad, nunca vuelven al convento con las manos vacías. Becadas, estorninos, tucanes, pavos del monte y toda una serie de pajaritos caen en sus manos. Una tarde trajeron también un venado de 25 Kg. matado con municiones para becadas. La época de la pesca es el verano, desde noviembre, cuando los ríos están más bajos.

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LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 77 En todas las huertas se cultiva el barbasco 47 . De esta planta cogen las raíces y las machacan hasta deshacerlas. Llenan con ellas varías changuinas y van donde el río es más tranquilo y donde existen brazos. Echan al agua el contenido de la changuina y esperan. Después de pocos minutos los pescados suben aflotey los recogen. En el Bomboiza ponen también el masu y emplean hasta doce o quince canastos de veneno, regándolo en diagonal, hasta un largo de 80-100 mts. de largo. El efecto es rápido y seguro. También los pescados de 60-70 cms. quedan envenenados y salen a flote, dejándose coger con las manos, sin dificultad48.

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A lo largo de las orillas del Zamora, del Paute, del Santiago, los Shuar suelen cazar los pescados grandes con la lanza. Me han contado que son habilísimos en este ejercicio y es especialmente una especie de rombo el que se coge con este sistema. Para pescar con este sistema no entran en el agua, sino que desde la orilla botan algo de comida para atraer a los pescados y cuando estos llegan en grupo y se disputan la comida, hasta saltando fuera del agua, los traspasan con la lanza, se botan al agua y echan el pescado a la orilla. Desde que han llegado los civilizados y han dado a los Shuar anzuelos para pescar, han aprendido este sistema y les gusta. Los he interrogado mucho y todos me han asegurado que antes nadie sabía pescar con el anzuelo, por lo cual no tenían anzuelos de hueso, de piedra o espinas de madera 4 9 .

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Se trata de la Jacquinia axillaris Tae. Para recoger el pescado que la corriente arrastra, preparan en el punto en que el río tiene más piedras unos pequeños canales con las piedras mismas. En la extremidad inferior colocan una especie de parrilla con nervaduras de hojas de palmera. El agua pasa y los pescados quedan. A veces la cantidad de pescado es notable. En diciembre de 1909, durante una pesca de este estilo, se recogieron cuatro canoas grandes llenas. Pero de esto no estoy del todo convencido, especialmente después de haber visto cómo saben fabricar el hilo vegetal para el anzuelo y como saben disimular y tapar este último. Es extraordinaria la facilidad con que los Shuar olvidan las cosas del pasado.

78 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS La frecuencia de este ejercicio depende mucho de las circunstancias particulares de cada familia. Evidentemente los que se encuentran cerca de ríos grandes y ricos en pescado lo practican más. Pero debe notarse que ni siquiera para ellos es un oficio, sino una diversión. Animales Tienen pocos animales domésticos y tal vez, antes de la llegada de los europeos, no tenían ninguno. El nombre que les dan parece confirmar la hipótesis de que los han importado. Puerco = ¡cuchi (como en quichua); perro = yawá (nombre del tigre, a quien se asemeja); gallo = ayump; gallina = atash'. De todas maneras ellos hoy tienen los puercos medio-domesticados; las gallinas, los pavos y los perros domesticados. Para diversión tienen monitos, loras, tórtolas. He dicho que los puercos son "medio-domesticados". En efecto les dan de comer una sola vez, por la tarde, y los dejan libres de marcharse al monte, de tal manera que a veces se alejan por días y semanas. Nunca dejan que los puercos entren en la casa, por lo cual alrededor de la huerta corre una cerca de madera 50 . Para las aves suelen construir un gallinero en la huerta, levantado un metro del suelo aproximadamente y completamente cerrado. Esto para defenderlas del murciélago, que las mata chupando la sangre. Tampoco permiten que las gallinas entren en la casa 5 1 .

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Para los puercos preparan cobertizos de distintos estilos. Donde Narankas existen 4 cuadrados, que estaban ocupados. Chiriap tiene 2 redondos, con la cerca y una puerta. Hago notar aquí, que cuando las gallinas quieren abarcar, se separan de las demás, se internan en el monte y empollan en un sitio bien apartado y bastante seco; cuando los pollitos se han desarrollado un poco, los llevan a la huerta.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 79 En la casa tienen los perros, y, como cada familia posee dos o tres, en una casa puede haber 12-15, pero todos amarrados y sobre el peak de la dueña respectiva. Los quieren mucho; duermen cerca de las mujeres. Hasta no es raro ver alguna mujer que lleva los perritos en un pliegue del tarach', sobre el pecho 52 . De todas maneras es seguro que los perros los han importado de los europeos. Yawá es el nombre del tigre y lo dan al perro en cuanto más o menos se le parece. Cuando pueden, compran perros de los civilizados, pero prefieren los que tienen color uniforme y especialmente negro, porque en la selva no ahuyentan los pájaros y los animales que van a cazar. Nunca los dejan sueltos. En la casa tienen también los monitos llamados chichi, grandes como una ardilla, vivísimos y que chillan continuamente. Los amarran por la barriga con un bejuco. Loras y tórtolas andan sueltas. Estas últimas se domestican maravillosamente. No domestican ningún otro animal, ni para cargar, ni para carne. No existen contraseñas para indicar la propiedad y se entiende que esto podría ser necesario sólo para los puercos que andan por el monte, a veces muy lejos de la casa, pero ventajosamente entre ellos respetan mucho la propiedad y no tengo noticia de robos de este tipo. Los Shuar conocen la castración, pero la utilizan sólo para los puercos (no para las aves, ni los perros). Es el hombre que la practica 53 . El cuidado de los animales es asunto exclusivo de las mujeres. Hasta los niñosrehuyende ocuparse de los animales.

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Se ha escrito que a veces las mujeres amamantan los perritos. He interrogado mucho a los Shuar y todos lo niegan rotundamente. Si se ha dado algún caso ha sido una excepción. Probablemente esta creencia nació de la manera de llevar los perritos, que describí arriba. En Gualaquiza hay Tuyas que con gusto capa también los puercos de los civilizados.

8 0 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS Al atardecer la mujer llama los puercos que están en el monte, para darles de comer. Ella cuida de las gallinas, tiene amarrados los perros durante los viajes, se ocupa de los monos, las loras, etc. Agricultura Existe en un estado rudimental. Como la base de su alimentación es vegetal, sus huertas son extensas y numerosas. En general cada casa tiene tantas huertas cuantas son las mujeres hábiles para el trabajo: cada una tiene su huerta particular. El primer sitio lo ocupa la yuca, que ellos llaman mama (Manihot aipi Pohl, n. M. utilissima Pohl). La yuca ocupa gran parte de la huerta y crece hasta los tres metros. Gracias a la fecundidad del suelo y al clima uniforme, los tubérculos crecen de manera desmedida, hasta los 60-70 cm. de largo y el grueso de la pierna de un hombre. Llegan a pesar 10-12 kg. Es de veras exquisita. Cultivan mucho el plátano, que llaman páantam (Musa sapientum). Llegan a formar verdaderos bosques de plátanos, tupidos y muy productivos. Hago notar que cuando una huerta deja de producir como al comienzo, la abandonan y van a empezar otra, en otra parte. Como la yuca, el plátano es indispensable para el Shuar. Cultivan también la pelma= sanku (Calocasia esculenta Schott) cuyo tubérculo es grande, harinoso y muy rico y las hojas son ornamentales; el camote = inchi (Ipemaea batatus Lamark) que es igualmente una pepa dulce y harinosa; la papaya (Carica papaya) de frutos grandes como sandías y óptimos para condimentar las comidas; la zanahoria (Umbrellifera, probablemente Daucus o Anacache) y el maíz, llamado shaa 5 4 . Además de estas plantas, que sirven para la cocina, cultivan el algodón = uruch', con el cual tejen el itip' y el tarach; el achiote = ipiak (Bixa Orellana) se lo cultiva abundantemente para sacar el color de las pinturas corporales y para teñir el algodón; el barbasco = timu, para la pesca; el huando = maikiua, que proporciona el remedio principal; el natém; el ají (solanácea) y la caña agria, con la cual tapan sus ichinguiam.

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Raramente cultivan los fréjoles (entsa) y el maní (arachis hipogea).

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LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 81 Algunos más avanzados ya cultivan la caña de azúcar que venden a los civilizados, para que saquen raspadura. Otros cultivan también la paja toquilla, que llaman pumpuná (Carludovica sp.). Esta también la venden, porque no la saben trabajar. Hay además el nashump', cuyos frutos, al ser mascados, negrean los dientes, y el café. Cultivan una especie de papaya más pequeña que la que cultivan los civilizados y la dan a los puercos para engordarlos; una especie de calabaza cuyos frutos son los recipientes comunes para llevar el agua. A veces también la granadilla (Tassonia sp.) cuyo rico fruto es para ellos una golosina. Fuera de la huerta cuidan el árbol de la chonta = uwí, del acho sin espinas, del akkai, y también del cacao, que, sin embargo, no comen. No usan verdaderos instrumentos de labranza. Para preparar las huertas hacen más o menos como los cristianos, es decir, primeramente con el machete cortan todos los árboles pequeños, las matas, los arbustos y los dejan secar por unos 15-20 días; cuando está todo seco y el tiempo es apto, les prenden fuego de varios lados y este sigue ardiendo tres o cuatro días, dejando parados solamente los árboles de tronco grande. Entonces con el hacha los tumban y también estos con las hojas y los bejucos los dejan secar 5 5 y después de unos 15 días los queman: parte se carbonizan, otros sirven para cercar la huerta e impedir que entren los puercos y otros se quedan. Los troncos sirven de caminos en las huertas. Dos de estos troncos, puestos a los lados opuestos en un punto de la cerca, sirven de puerta. Con el mismo machete, o con un palo puntiagudo cualquiera, hacen los huecos en el suelo y siembran la yuca, el plátano, el camote, etc. El primer trabajo, el del desmonte y la guerra, es de los hombres, la siembra es de la mujer, pero no de manera exclusiva. También la cosecha pertenece a la mujer. El marido prepara tantas huertas cuantas son las mujeres que tiene y cada mujer cuida la suya. Hago notar que mantener una huerta cuesta mucho trabajo. Los primeros años casi no crecen malezas, no entran los animales, y la tierra virgen no necesita de abonos y de grandes trabajos 55

Si no tienen hacha (las suyas de piedra no sirven) recogen alrededor de los troncos toda la vegetación ya cortada y, poco a poco, queman el árbol.

82 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS para producir abundantemente. Cuando una huerta envejece y no produce suficientemente, se la deja y se hace otra. El Shuar, antes de preparar la casa, prepara la huerta y el joven, antes de casarse, debe preparar la huerta que va a cultivar su compañera. Son muy orgullosos de la hermosura y seguridad de sus huertas y hacen ver complacidos su trabajo a los visitantes. En la cosecha de la chonta y del cacao, toma parte la familia entera. No suelen conservar los frutos de la tierra y, por otro lado, no hay necesidad. A medida que los necesitan, los cosechan. El achiote (ipiak) lo secan antes al sol y lo conservan en cestas, envuelto en hojas verdes de banano. También el cacao, una vez que lo han secado al sol y a la candela56 , lo ponen bien apretado en canastos, envuelto en hojas verdes, y lo dejan allí 3-4 semanas. Acostumbran colgar con una soga el racimo de plátanos, sacando diariamente los frutos maduros. De la misma manera conservan el maní, que para ellos es más una golosina que una comida. Las plantas maduras de nashwnp' las hacen secar sobre la repisa que se encuentra sobre cada cama. La raíz de natém que sirve para la infusión que hace soñar, la tienen fuera de la puerta de casa, sobre una repisa de madera, con cuatro patas de un metro y medio de alto; allí se seca. De otra parte en esta tierra no son necesarios los graneros y las bodegas: cada día la huerta y el monte les proveen abundantemente de lo necesario. No son imprevidentes. Cuando matan puercos o pescan, conservan los remanentes de la comida, y raramente cometen intemperancias, cuando tienen comida en abundancia. El mismo clima abrigado y húmedo, hace que no amen mucho la comida y sientan la necesidad de fruta, de hortalizas, y sobretodo de líquidos. 56

Las parrillas que usan para asar los cuartos de puerco, ahumar la carne, secar el achiote y el cacao son siempre de madera y se componen de cuatro palitos que sostienen otros entrecruzados. También los civilizados los usan para secar las carnes y la chonta.

LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 8 3 A estos indígenas les falta el cambio de las estaciones: nunca ven cambiar el aspecto de la naturaleza. Cada mes del año tiene aproximadamente las mismas flores; la cosecha de las frutas dura todo el año; la misma chonta, el cacao, el café, no maduran de golpe como el trigo o la uva en las zonas templadas. Por esto el Shuar, viendo siempre igual su selva, no piensa en considerar lo que tiene como un don o un regalo de la naturaleza, no se entusiasma por la belleza de las plantas, por las aguas de losríos,por las montañas. El Shuar no es poeta, ni es religioso. Consecuentemente no tiene fiestas para celebrar las siembras o las cosechas ordinarias, no conoce plegarias para alejar las plagas y tampoco para pedir la abundancia, no tiene templos, ni sacrificios, ni verdaderos sacerdotes; se trata de un pueblo materialista en toda la extensión de la palabra. Tienen sólo dos celebraciones que guardan cierta relación con la producción: cuando inauguran una nueva huerta y cuando desean obtener una buena cosecha. Las dos se parecen mucho. Consisten esencialmente en hacer una abundante provisión de carne, de pescado, de nijiamanch' y en preparar zumo de tabaco. Invitan a todos los parientes y las mujeres de la casa ayunan por un periodo variable, de uno a tres meses. No comen pescado y no tocan condimento alguno. En cambio preparan gran cantidad de ollas de tierra, pintadas con achiote y en estas ocasiones las adornan también con dibujos. La víspera de las fiestas las mujeres preparan gran cantidad de nijiamanch' para llenar buena parte de las ollas, y esa noche nadie duerme. Si pueden tener aguardiente, compran una buena cantidad y empiezan las libaciones. A la media noche matan el puerco más gordo, ahorcándolo 57. En una media hora lo descuartizan, llevan una parte a hervir en grandes ollas y otra a asarse sobre parrillas de madera, construidas fuera de la casa. No toman la sangre. Esta y las menudencias son comida de los 57

El sistema es sencillo y rápido. Amarran el puerco a un palo, le ponen al cuello una soga bastante floja, pasan entre el cuello y la soga un palo grueso como un brazo y tuercen. El animal gruñe dos o tres veces, pero pronto queda ahorcado cae al suelo y en cinco minutos está muerto, sin sustos, sin estertores y sin recibir golpes.

8 4 / RELACIONES ETNOGRÁFICAS Y GEOGRÁFICAS numerosos perros. Hay que decir que los Shuar aman que la carne esté bien cocinada, así esas ollas pueden estar cinco o seis horas en la candela, hasta que los huesos se ablandan y se vuelven también comestibles. Cuando sale el sol, comienza lafiestapropiamente dicha. Todos se pintan con achiote. El más viejo, o la más vieja de la casa 58 coloca con shua una señal en el brazo de todos los presentes; el mismo, o la misma, pone en la boca del dueño de lafiestael zumo de tabaco y después todos comen con grandes gritos y algazara, haciendo largas libaciones. Acabada la comida, si los invitados son numerosos y existen veleidades gimnásticas, los más fuertes acometen encuentros de lucha cuerpo a cuerpo. Obviamente al vencedor se le darán regalos. Otras veces hacen una especie de baile al son de un tamborcito: los hombres en el centro, las mujeres en la periferia.

58

Esta es otra prueba que entre los Shuar la mujer no es despreciada, ni tenida como esclava. Para la fiesta que dentro de dos meses celebrará Nantíp en casa de Vicente, será cabalmente la madre de Timas, mujer de Mashu, una vieja de 85 años o poco más, la que dirigirá la fiesta y hará el discurso. En la casa de Anaki su mamá, una viejita vigorosa y llena de vida, es la verdadera ama de hombres y mujeres.

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Tabaco, licores etc. El tabaco lo cultivan en todas las huertas y tal vez ha sido introducido por los Incas. Pero no lo fuman. Solamente con ocasión de la fiesta de la shanza, del matrimonio, de los ayunos, toman un poco de zumo exprimido de las hojas cocinadas con agua. Los que están en contacto con los civilizados a veces fuman algún cigarro o cigarrillo que les regalan, pero no los fabrican. Las mujeres y los niños jamás tocan el tabaco ni toman el zumo. De las bebidas fermentadas conocen solamente la nijiamanch', de la cual ya he hablado. Los que se hallan cerca de las casas de los civilizados aman y piden aguardiente de caña y en cambio entregan cacao y achiote, pero el consumo sigue siendo mínimo y hasta aquí no se han notado consecuencias graves 5 9 . Si durante la fiesta pueden disponer de bastante aguardiente, se emborrachan y después duermen. No mascan más que el nashump', o hierba para los dientes; mascan las semillas, poniendo mucho cuidado en no tragarlas, siendo que tienen un líquido agrio. Después las escupen. Pero pasa bastante tiempo antes de que los dientes se negreen. No conocen la coca. Medios de transporte, caminos Entre los Shuar no existen verdaderos caminos, sino sólo picas estrechas, en medio del monte. Estas son numerosas y sirven para los indígenas, no para los civilizados. Es inútil intentar introducir por allí las bestias, especialmente a causa de la costumbre que tienen de utilizar los árboles caídos como caminos, y como estos troncos a menudo no tienen más que una cuarta de diámetro es necesario ser buenos equilibristas. También los caminos más importantes, que unen las poblaciones, son del 59

Una vez habían venido unos Jívaros aquí a la misión para trabajar la paja y se les había dado aguardiente. Uno de ellos divisó un enemigo suyo y lo apuntó con la escopeta. Ventajosamente se la pudieron quitar y todo acabó allí.

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mismo tipo. Hay más: cerca de las orillas de los ríos, existen cañaverales muy tupidos, y las plantas parásitas son abundantes, hasta formar verdaderos muros vegetales llenos de espinas. Entonces los Shuar se abren paso en la parte baja y pasan agachados y arrastrándose. Si existen pequeñas quebradas, tienden sobre las mismas el primer tronco que les viene a mano y el puente está hecho. A veces el agua corre a una profundidad de 10-12 metros y es abundante, pero les basta que el tronco alcance la otra orilla y no piden más, para poder pasar. Pero no hay que pensar que les guste el barro, buscan abrir el camino en la montaña, para que no haya barro. No se preocupan de remover los obstáculos; cuando un árbol caído impide el paso, dan la vuelta y regresan al camino. Pero cabe señalar que en los caminos prefieren la línea recta y, aunque el punto de llegada se encuentre a dos o tres días, no hay peligro de que el sendero se desvíe de aquella dirección, a no ser que se trate de pasar un río, y entonces buscan un vado. En los ríos grandes no hay puentes, sino vados y estos los arreglan, quitando los pedrones más grandes. Para pasar estos ríos los hombres se quitan el itip' y lo amarran en la punta de la lanza; las mujeres no se quitan el tarach', simplemente lo exprimen bien, una vez pasado el río. Los hombres ayudan a las mujeres, especialmente llevando las kaap' más pesadas. Utilizan canoas, pero sólo en los ríos más anchos y no siempre 6 0 . No existe comercio y las pocas cosas que se intercambian entre civilizados y nativos se cargan a la espalda, sosteniéndolas con una tira de corteza de árbol sobre la frente. Es el sistema universalmente usado entre los indígenas de América. Generalmente son las mujeres las que cargan, pero actualmente tampoco los hombres rehusan cargar sus kaap' bien pesados en las largas expediciones. Los niños aprenden a los 6-7 años a llevar su carga. He visto unos pequeñitos con un canasto de cacao, de unos 6-8 kgs. y con esta carga caminan desnudos por sus senderos una jornada entera. La carga normal de una mujer es de arroba y media, es decir unos 60

En Bomboiza, cerca de la casa de Narankas, he visto a Vicente Asamat pasar seis veces el río cabalmente para ayudar a sus mujeres que habían ido a la otra orilla en busca de arcilla para tiestos. Eso mismo hizo Nantipa que lo acompañaba.

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20 kgs.; además, por lo regular, carga también un niño. La carga de un hombre es también de arroba y media, pero no llevan nada más. Cuando viajan, tocan a menudo la flauta. No tienen bestias de carga, ni carretas. No cargan a nadie, ni hombre, ni mujer, ni viejo. Cuando uno ya no puede andar, se queda en casa y no se mueve. Es esto una prueba más de su amor intenso a la libertad, por el cual nadie quiere parecer siquiera subdito de otro. Nadie va a caballo, tampoco cuando se encuentran entre civilizados. Pocas son las excepciones. Lo que se dice de este pueblo se lo puede decir de los Quichuas: aunque desde tres siglos vean las bestias de silla y de carga, no las utilizan y prefieren andar a pie y llevar las cargas al hombro. He dicho que usan canoas. Las cavan en troncos de árboles, con medios primitivos. Escogen un árbol de tronco largo, recto, que no se pudra en el agua. Esos árboles son abundantes. Uno de los preferidos es la wawa. Lo tumban con el hacha y lo van cavando poco a poco. Suelen construir antes un pequeño modelo, de un metro de largo y según este modelo van construyendo la canoa. La sección transversal no es redonda, sino cuadrada, las paredes son muy delgadas y tienen un ancho de 40-50 cms. El largo mide de 4 a 6 mts. Es tan liviana que dos hombres la pueden cargar. Sin embargo, con estas canoas afrontan las corrientes impetuosas del Bomboiza y del Zamora. El fondo es plano, así que entran poco en el agua. La proa termina con una punta, la popa está cortada en cuadro y tiene una prolongación en la parte superior para que se siente el que la maneja. Para llevarla usan unos remos en forma de pala, con el cabo corto. Reman estando parados, pero, si el agua no es honda, utilizan unos palos largos de bambú y los maniobran con habilidad, haciendo resbalar rápidamente la canoa sobre la superficie del agua. No conocen el timón, ni la vela, ni el ancla. Esto es lo que acostumbran aquí en el Bomboiza y el Zamora, pero dicen que por el Pongo tienen barcas más grandes y conocen el timón y la vela, pero es probable que allá los hayan recibido de los civilizados peruanos. Aquí las canoas sirven para pasar los ríos, pero a lo largo del Zamora navegan días enteros, para ir de un sitio a otro 61 . Aunque tengan 61

Emplean dos días desde Pachicosa a Saraguro y hasta más cuando navegan por el Santiago, para alcanzar el Marañón.

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canoas, no aman la vida en el agua, y, lo más que pueden, se quedan en tierra. Aman bañarse, nadar; sus casas se encuentran siempre a la orilla de algún río, pero no son anfibios. Todos los Shuar, hombres y mujeres, saben nadar. Aprenden a los 5-6 años y llegan a ser excelentes nadadores. Vencen las corrientes fuertes. Los he visto pasar a nado hasta el Chuchumbleza cuya corriente es impetuosa y cuyo lecho contiene grandes molones. Nadan bajo agua, de lado, y logran hacerlo también manteniéndose verticales, o casi. Comercio Es inútil hablar de este tema; entre ellos no existe y con los civilizados se encuentra en un estado rudimental. Cada casa se basta a sí misma y de otra parte sus necesidades se reducen a lo mínimo. A los civilizados piden armas de fuego, que aprecian en sumo grado. Ningún Shuar, que sea digno de aprecio, carece de carabina. Obviamente, con el fusil, precisan pólvora y municiones. Dos son los tipos de arma más usados: la carabina tipo Mauser que generalmente es introducida por los peruanos que viven por el Pongo (reciben en cambio una shanza 6 2 o un par de puercos bien gordos) y los fusiles Remington. El valor ordinario de una carabina de dos cañones es de 10-15 sucres en Cuenca (que corresponden a 25-35 liras italianas). Los Shuar la pagan con un puerco grande, de 150-200 Kgs. A cambio de pólvora y municiones dan cacao y caucho. Una libra de pólvora es suficiente para comprar una arroba de cacao (unos 12 kgs) 63 . Si se tiene 62

63

Desdichadamente, de éstas existe aún un comercio casi regular. Un comerciante de Loja, un cierto Alonso Casanova, que, según parece, es italiano, las compra por medio de colonos y de emisarios especiales y las manda a Alemania. En Gualaquiza esto fue prohibido por Mons. Costamagna. bajo pena de excomunión y por ende es sumamente raro ver una shanza en las casas jívaras También en Macas existen aún casos de compra de estos trofeos, pero esperamos desaparezcan pronto. En el Comercio del País se utiliza el antiguo sistema de medidas de Castilla. Así el quintal equivale a 4 arrobas, la arroba a 25 libras, la libra a 16 onzas. El quintal corresponde a Kgs 46.500 la libra a Kgs 0.443, etc.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 8 9 en cuenta que una arroba de cacao se vende en 6 sucres y una libra de pólvora cuesta 2-3, se ve que los colonos y pequeños negociantes logran grandes ganancias. A veces también una escopeta de un cañón es vendida por un puerco, pero es necesario internarse en el monte, hasta las casas que raras veces tienen contacto con los civilizados. Otra cosa que piden mucho son los machetes, parecidos a unos grandes cuchillos, que en la selva hacen las veces de nuestra hoz y del hacha, para tumbar los árboles. Por un machete dan más o menos media arroba de cacao, mientras que un machete cuesta S/. 0,80 (unas 2 liras) o un kaap' de achiote. El achiote vendido en la Sierra cuesta 4-5 sucres la arroba. Con la introducción del machete y del hacha, han casi desaparecido las hachas de piedra. También los cuchillos de cabo fijo son importantes para ellos y los cambian con gusto con su wanpach' de piel de mono o de tigre. En Sígsig fabrican puntas de lanza expresamente para los Shuar. De tal manera que los artículos de hierro son para ellos de importancia capital. Después vienen los tejidos. Según mi opinión, si en Gualaquiza se pudiera poner una verdadera tienda de telas, en pocos años todos los Shuar irían vestidos. En cambio la escasez de estos artículos hace que los Shuar los aprecien mucho y los utilicen sólo en las grandes ocasiones. Aman las camisas, los gorros, los pantalones, los sacos, como también los ponchos de muchos colores. Su telar primitivo vuelve demasiado lenta la fabricación de un itip' o de un tarach'. Un itip' les pide un promedio de 20 días, un tarach' de un mes. Prefieren comprar la tela y después teñirla con achiote, con una especie de ocre y con shua. Para un tarach' se necesitan 4 varas (ms. 3,30 dé tela de 80 cms. de alto). Esta vale alrededor de SI. 1,30. A cambio dan cacao (media arroba) o también achiote. Piden también muchos pañuelos e hilo de algodón de color vivo; para adquirir esto traen yuca, achiote, chonta. Piden también otras cositas que se les regalan por añadidura, como

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navajitas, agujas, espejos, anzuelos, hilo simple, tijeras. De su parte ellos dan a menudo y con gusto pequeños objetos y frutos de la huerta, especialmente cuando se los visita en su casa, como frutos de vainilla, maní, zanahorias, plátanos M . Entre ellos el comercio no existe: se regalan recíprocamente frutas de la tierra o hacen intercambio de puercos. Lo Shuar de los puntos más cercanos a las casas de los civilizados sirven de intermediarios con los que viven más adentro, pero se trata de casos aislados. No emprenden viajes con fines comerciales, no tienen mercados y por lo tanto ninguna formalidad en las pocas compra-ventas. No tienen una moneda propia ni nada que se le parezca. Sus contratos no son más que intercambios. Los más cercanos a los centros civilizados, como el Pongo, Macas, Gualaquiza, Saraguro, comienzan a conocer las monedas de plata y a calcular su valor, pero no las aceptan de buen grado, porque no saben gastarlas y temen que los engañen. Así como no tienen la moneda, tampoco conocen medidas de longitud ni de peso, ni de capacidad. Usan como término sólo la cantidad que puede contener una káap' o que puede cargar un hombre. He aquí hasta qué punto este pueblo es primitivo. Téngase en cuenta que esto se da con los civilizados, porque entre ellos una verdadera compra-venta no existe. ¿Son cumplidos y puntuales en los contratos estipulados con los civilizados? No demasiado. El "prometer mucho y cumplir poco" es mucho más corriente entre ellos que entre los civilizados, de tal manera que el 64

En 1909-1910 se ha introducido el comercio del caucho que en pocos meses se ha vuelto el artículo más pedido. Los Jívaros preparan el caucho con el sistema más bárbaro posible: tumban el árbol, practican unos cortes transversales y después de 8-10 días recogen todo lo que ha salido, lo llevan a la casa, lo ponen en agua y lo calientan. El caucho se vuelve otra vez pegajoso y entonces recaban más vetas grandes como el pulgar y las envuelven en ovillos. El precio del caucho subió pronto. Al comienzo se compraba a razón de S/.0.20 la libra, es decir una lira el Kg. Actualmente ya lo compran donde ellos en S/.0,50 la libra (liras, 2,50 el Kg.) y en Guayaquil ya cuesta 1,20 la libra (L.6 el Kg.). El precio aumenta pasando a los mercados de Cuba y N.York.

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intercambio de las mercaderías se da generalmente con la entrega inmediata de ambas partes. Cuando, por cualquier razón, uno de los dos no puede entregar enseguida su parte, entrega una prenda o fija un término de pocos días. Si dentro de este término no entrega la mercadería, se le secuestra una de sus cosas más queridas, como sería para un Shuar la carabina o la lanza. Es verdad que entre ellos existen Shuar fieles a la palabra dada, pero hay que desconfiar siempre un poco. Industria Cada casa se basta a sí misma. Todo Shuar debe saber fabricar su casa, tumbar el monte, utilizar el hacha y el machete, fabricarse la canoa, el peak, el telar, la lanza, el tunduli, la flauta, hilar el algodón, tejer el itip', teñirlo, preparar la peinilla, moler el achiote y la shua, preparar canastos, tejer bolsas de piola. Además debe conocer el uso del yukaip' de la masilla, del caucho, matar puercos, asarlos, alistar la raíz del natém, hacer collares de semillas, de dientes de mono, de botones. La mujer por su parte debe saber preparar los tiestos, ichinkian y pinink , cultivar la tierra y cocinar. Estas industrias caseras son suficientes para los habitantes. Muy pocos son los objetos típicos de algún sitio especial: como las cinturas de pelos humanos (akachu), especialidad de los jívaros del Pongo; el trabajar la caña de azúcar y sacar la raspadura, como acostumbran los de Macas; fabricar collares con mullos y el veneno para los pájaros, esto también típico de los Shuar del Pongo, como también fabricar el sumpi para hilar el algodón. Estas últimas cosas se fabrican por el Pongo, porque aquí no existe el material. Aquí los mullos no se venden, en el Pongo los Shuar dicen que se encuentran en el río. Aquí no crece la planta que produce el veneno para matar los pájaros y, tal vez, esta planta es la famosa Banisteria caapi. El sumpi se hace con el

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escudo y el carapacho de dos especies de tortugas que viven en el Pongo, la una grande, llamada charapa y la otra más pequeña, llamada kenkuim. Al hablar de ¡a cocina he dicho algo de la preparación de los tiestos. Añado solamente que con ocasión de fiestas fabrican gran cantidad de ichinkian y pinink, y las piningas acostumbran adornarlas con motivos decorativos muy sencillos, lo más de las veces, con líneas en forma de zigzag, otras veces como con ramos que quisieran ser plumas de pájaros, otras con círculos concéntricos y cruces: todo esto con una aguja o con un espino. Están muy encariñados con estos trabajos, de tal manera que no es fácil obtener una de esas tazas adornadas. También alrededor del cuello de las pinink ponen a veces una banda de rayas, pero nunca encontré una figura humana ni animal, y tampoco la reproducción de una flor. La cordelería es un trabajo de los hombres y todos deben aprenderlo, desde la niñez. En grandísima parte forman los cordeles con fibra vegetal de una especie de aloes, que dejan 8-10 días en el agua y después sacan las fibras a mano, utilizando una aguja o una espina. La fibra que se saca es fina, igual, del diámetro de un milímetro; la trenzan en dos, cuatro, ocho cuerdas. La trenza de tres cuerdas se usa para los pelos del akachu. No hace falta decir que las cuerdas que resultan son resistentes. Fabrican algunas finísimas, que sirven para pescar, otras sirven para coser, a falta de hilo y otras más grandes para amarrar monos, loras, chankin. Para las sogas muy gruesas usan otras fibras sacadas de la corteza de los árboles, especialmente de unos bejucos que tienen hasta 8-10 cms. de diámetro 6 5 . Otro sector notable de la cordelería es la fabricación de wampach', es decir bolsas que llevan terciadas y hacen el servicio de nuestros bolsillos. La mayoría de las veces éstas son de piel de mono o de tigre, y a menudo las hacen con piolas, lo que las vuelve más apreciables. El tejido es casi el mismo de las redes de nuestros pescadores, pero mucho más tupido y con unas piolas de algodón, del diámetro de 2 mm. Trabajan con 65

He visto fabricar estas sogas gruesas en la casa de Narankas: debían servir para matar un puerco.

LOS SALES1ANOS Y LA AMAZONIA / 9 3 una especie de huso de madera muy pequeño y hacen pasar las piolas con una espina del largo de una cuarta. Generalmente la bolsa es rectangular, con las dimensiones de 12-15 cms. También la banda es de piola: tiene unos 2 cms. de ancho, tiene un tejido mucho menos apretado y está bien unida a la bolsa. La resistencia de estas bolsas es grande. No recuerdo haber visto ninguna rota, por muy vieja que fuere. Añado una palabra sobre la preparación de las bolsas de piel o kapach', hechas con una sola piel de animal que generalmente es un mono. Pero usan también la piel de tigre o de oso. En este caso se adaptan al tamaño de la piel 6 6 . Conservan con cuidado la piel de la cabeza y del cuello, que sirve como tapa. La piel una vez doblada, se cose a los lados, tanto confibravegetal como con hilo de algodón. La banda es también una tira de piel de 2 cms. de ancho. Aunque estas bolsas sean bonitas, no las aprecian excesivamente y con facilidad las cambian por un cuchillo. Un articulo de cordelería más bien raro son los cedazos para pasar nijiamanch', chonta, etc. Para esto utilizan igualmente una fibra vegetal finamente trenzada y muy regular. Se trata también de un trabajo de varones. El cedazo es redondo y tiene forma de embudo. Generalmente utilizan una calabaza: le quitan el fondo y colocan la red que aprietan con unafibravegetal muyfinay resistente. Le sobreponen una faja vegetal del ancho de un dedo, asegurada con masilla de yukaip'. Mimbres. Una ocupación frecuente de los hombres es la fabricación de canastos para poner las cosas, traer la yuca y el plátano desde las huertas, vender el cacao. Estos también tienen más o menos siempre la misma forma: pueden variar las dimensiones pero no el tejido. Existen dos 66

Para preparar las pieles hacen así: cortan las extremidades y amarran la piel a unas tiras resistentes que la mantienen tiesa y la cuelgan sobre la candela, con el pelo hacia arriba. Pero de antemano esparcen encima ceniza caliente. En 8 días la piel está lista. Obviamente el sistema es bueno con el cuero de los monos. No sería el mejor con el cuero del ganado.

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tipos. El que no tiene tapa, se hace con mimbres delgados y un tejido ancho; se llama kaap' o shimpi; el segundo con mimbres gruesos y un tejido tupido, de tal manera que es totalmente cerrado. Este tiene también una tapa, tejida de la misma manera. Se llama tukup'. También el material es distinto. Para el kaap' cortan unos bejucos flexibles grandes como el dedo medio, en pedazos de 1,50 m. Los hacen secar sobre la candela y después les quitan cuidadosamente la corteza y los parten con el cuchillo. Las fibras regulares de 5-7 mms. de ancho y 2 de grueso, resultan casi perfectas. Comienzan a tejer la base y después doblan hacia arriba todas las hebras y las trenzan con otras que describen círculos paralelos. Una vez que concluyen, doblan para abajo las puntas. En este trabajo son muy rápidos y en menos de una hora fabrican un kaap' con 50 cms. de diámetro y otros tantos de profundidad. Para agarrarlo ponen una tira de corteza 6 7 . El kaap' lo usan tanto hombres como mujeres, apoyándolo a la espalda y asegurándolo a la frente con esa faja de corteza. Para fabricar las canastas cerradas (tukup') escogen las hojas de una palmera llamada kampanak; le quitan los lados, conservando la nervadura central. Esta la secan en el sol o en la candela y después con un cuchillo la dividen en tiritas de 12-15 cms. de ancho y tejen del mismo modo que para el kaap' pero sin dejar hueco alguno. He encontrado varias veces un wampach más grande, que sirve para llevar la yuca, en lugar de la chankin. Se fabrica con la fibra de una especie de chonta (hoja) y me aseguran que no se pudre. Estos canastos resultan livianos, elásticos y resistentes. He dicho que construyen muchos de ellos. Añado que no les dan gran importancia. Está sobreentendido que cuando llevan mercadería, especialmente cacao y achiote, dejan también el canasto al comprador, sin mencionar su valor. Con la palmera kampanak suelen también fabricar unas esteras no muy finas. No son muy frecuentes y sirven para las paredes del peak de las mujeres, en lugar del bambú. Las usan también para tapar provisio67

Lo más de sapán o balsa (ochroma piscatoria).

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nalmente las casas, hasta tener tiempo de tejer bien las hojas que forman el techo. Otra rama de la industria shuar es la del tejido. También en este arte demuestran su ingenio y al mismo tiempo su fosilización. Una vez visto un itip' se puede decir que se han visto todos, porque están todos hechos con el mismo algodón, los mismos colores, las mismas rayas. Todos los tarach' son iguales, todas las cintas para el pelo (etsemai) son iguales: parece que una ley férrea haya impuesto a todos el mismo modelo. Igualmente, una vez visto en una casa el huso para hilar, el paquete del algodón, el telar, se han visto todos, porque son todos perfectamente iguales. Se puede decir que la característica esencial del pueblo shuar sea la uniformidad más absoluta en todas las formas y funciones de la vida. Lo cual facilita mucho la tarea del que escribe, pero al mismo tiempo no los honra demasiado. He escrito ya en otra parte que cerca de cada peak, colgado del palo delantero, a la izquierda, hay el paquete de algodón para hilar y el huso. El paquete se compone de una hoja seca de plátano, estrechamente amarrada con fibra vegetal. A veces pesa hasta 3-4 Kgs. Colgado del mismo poste hay el sumpi o huso, que para ellos es precioso, tanto que se lo transmiten de padre a hijo. Lo que lo vuelve precioso es la placa redonda de tortuga, que llega hasta aquí desde el Pongo 6 8 . El eje es de madera de chonta y mide 60-70 cms. El telar (akanerta) es del todo primitivo y basta verlo una vez para comprender su funcionamiento. Hay dos palos cilindricos de ms. 1,30 de largo que sostienen los hilos longitudinales; una estaca divisoria sirve para pasar adelante los hilos de atrás y viceversa; una lanzadera de un metro con el hilo simple que se 68

Este hueso redondo lo preparan allá los mismos Shuar. Existen dos especies de tortugas: una grande larga 40-50 cms, que los Shuar llaman charapa, y otra más pequeña, de 15-20 cms, kenkuim. Les quitan el escudo y el carapacho y van restregando sobre una piedra, hasta lograr el grueso deseado. Por un disco de estos piden una lanza o una camisa y le demuestran mucho apego.

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coloca longitudinalmente y finalmente una estaca de chonta del mismo largo, de 3 cms. de ancho y 0,5 cms. de grueso, que sirve a presionar el hilo una vez pasado. He aquí el telar. También la técnica del tejer es primitiva. Se apoyan dos palos bastante largos a la pared de la casa y a ellos se amarra el travesano cilindrico del telar (el de arriba). El de abajo tiene una tira vegetal amarrada en las dos extremidades: el que teje está sentado en su kutan con esa tira por debajo, de tal manera que los hilos quedan bien templados. Los hilos ya están dispuestos por colores, alrededor de los dos travesanos, y todos los hilos dispares se amarran a la estaca divisora. El comienzo del trabajo es bastante aburrido, porque hay que amarrar los hilos, uno por uno, al hilo transversal, después la estaca divisora separa los hilos pares de los dispares, la de chonta iguala los puntos y pasa la lanzadera. Nuevamente la divisora invierte la posición de los hilos pares y dispares y la estaca de chonta aprieta e iguala: así sigue el trabajo. Como se puede ver, es muy lento, y para un itip emplean hasta un mes 6 9 . Es verdad que esta tela resulta fuerte, duradera y bonita, pero les sale costando demasiado, por lo cual, apenas pueden, compran tela de los civilizados. La pintan con achiote. El dibujo que resulta es a tiras, en las cuales predomina el rojo-café del achiote, pero existen también tiras blancas e hilos sin pintar, hilos negros, teñidos con shua, hilos, morados, pintados con anilina adquirida de los europeos y un color amarillo, obtenido de una especie de cera. Pero los colores no son muy tenaces, así que después de algunos meses, cuando el itip se ha mojado algunas veces, toma un solo color canela-café, del achiote. Tener varios itip es señal de riqueza. Generalmente tienen dos: uno para los casos ordinarios y el otro para las visitas. Un itip nuevo, para 69

Al tejer las bandas coloradas resultan longitudinales y se usará el tejido así para el itip', las rayas resultarán transversales, lo cual no les cae bien a su gusto estético. De tal manera que lo cortan en 2-3-4 partes y lo unen lateralmente para que el itip' resulte con las rayas longitudinales.

LOS SALES 1ANOS Y LA AMAZONIA / 9 7 visitas, lo aprecian mucho, casi como una escopeta y difícilmente se deciden a venderlo. He dicho que un Shuar debe saberse fabricar la peinilla, la cama, la canoa, el tambor, laflauta,etc. Esto me obliga a escribir unos renglones sobre sus cualidades de carpintero. Esta habilidad se desarrolla a causa del ambiente sumamente abundante en toda clase de maderas, desde la de chonta, tan dura que daña el hacha, hasta el guarumbo (Caeropia peltata) tan suave que ni sirve para quemar. Antes de que entre ellos vivieran los civilizados, el trabajar una simple canoa era una empresa. Ahora con el hacha, el machete y el cuchillo, realizan trabajos menos toscos. El tambor grande (shimiuf) lo construyen con un tronco del diámetro de 30-35 cms. En la parte superior tiene una incisión que recuerda la de nuestros violines. A través de estos agujeros raspan internamente con un cuchillo, hasta lograr una verdadera caja de resonancia. Lo cuelgan de dos palos con bejucos. Es una caja sonora de mucha potencia. Más adelante hablaré de las señales de tambor, como también del tambor pequeño y de la flauta, que no constituyen un problema, cuanto a la fabricación. La canoa es muy trabajosa. Antes, para cavarla utilizaban el fuego. Ahora la hacen con el hacha y logran fabricarla en un mes. El pumput es una especie de plato de madera redondo o cuadrado, de cms. 60 de lado, algo cavado internamente, con una agarradera en una esquina, para colgarlo. El kutank o asiento de madera, tiene generalmente dos formas: un trozo de tronco de unos 50 cms. de largo y 40 de alto, labrado y un poco hundido en la parte superior, con un mango: o también un bloque cuadrado de madera con arriba un disco pegado con masilla. De este tipo es el que usa el dueño de casa. Los hombres se sientan en estos asientos o en la cama. Las mujeres no los usan.

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La peinilla (temash') se fabrica con la nervadura de hojas secas de palmera. Las dividen en saetillas regulares, ponen a los dos lados unas tiritas y las amarran con hilos colorados. Todo varón tiene la peinilla en el pelo, de tal manera que no resulta solamente un objeto de uso, sino también de adorno. Tiene generalmente 7-8 cms. de largo y 3-4 de ancho. No hacen otros trabajos con la madera. Menos aún conocen el arte de tallar. Para esto les falta la herramienta y, sobre todo, el gusto. No conocen los metales, así que no los saben trabajar; consecuentemente en su casa, si se exceptúan las pocas cosas que reciben de los civilizados, nada hay de hierro, cobre o estaño; según me consta, en su lengua no hay término alguno para indicar metal; hierro y vidrio los llaman con el mismo vocablo castellano "hierro". Causa de esta ignorancia es probablemente el hecho que en su territorio no existen metales en superficie, y, aunque existieran, la capa vegetal y la montaña tupidísima, impedirían la explotación. En casi todos sus ríos se hallan pajitas de oro, pero para ellos no tienen valor. Si debo creer a lo que me cuenta la gente de Gualaquiza, los caucheros y los cascarilleros, que han recorrido buena parte de este territorio, existe evidencia de minerales de plata, plomo y mercurio. Pero no me han sabido traer muestra alguna. Los Shuar no saben qué decirme. Pero seguramente alrededor de Gualaquiza estos minerales no existen. Faltando el hierro y el cobre, a este pueblo le faltó uno de los factores principalísimos para la civilización. La matemática y la cosmografía En la condición primitiva en que se halla todavía el pueblo shuar, no ha encontrado una escritura, ni un signo rudimental para representar gráficamente una idea. Esta falta de un instrumento para fijar una idea tiene como consecuencia que sus conceptos en lo que se refiere a la matemática, la cosmografía, la historia y las artes sean confusos e infantiles. Es verdad

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que ellos han estado por siglos en contacto con los indios quichuas de la Sierra, antes que estos fueran reunidos en un único gobierno 7 0 . Probablemente los Shuar aprendieron de los Quichuas a tejer, a fabricar hachas de piedra y tal vez a fabricar varios instrumentos musicales. De ellos recibieron los puercos, que en idioma shuar conservan el mismo nombre kuchi. Hasta el grito para llamarlos es el mismo: cachi, cachi, que significa sal, mientras que en shuar la sal se llama we. Tal vez también las gallinas fueron introducidas por los Quichuas, tanto es verdad que aquí no existen al estado salvaje y el nombre shuar de gallina es atash y en quichua es atallpa. No se trata de afinidad idiomática, sino de términos aislados, transmitidos por la penetración incaica. Este contacto más bien amigable no sirvió para transmitir siquiera la numeración. Los Quichuas usaban los metales, conocían los rudimentos del arte, pero no tenían una verdadera escritura. El contacto de los Shuar con los Incas y los europeos después del descubrimiento de América, fue siempre hostil y, a pesar de que estos hayan implantado ciudades en el medio mismo del territorio shuar, esto no sirvió para mejorar las suertes del pueblo. De todas maneras utilizan señales convencionales. La pintura de la cara y el pecho con shua e ipiak la he explicado ya. Para señalar a los amigos el camino por seguir plantan en el suelo un palo con una especie de flecha amarrada en la extremidad, con la punta orientada hacia el camino que hay que recorrer. A veces con el mismo machete hacen una señal en la corteza de un árbol y el camino por seguir es aquel hacia el cual la muesca es más grande. Utilizan señales de propiedad individual sobre objetos caseros, como flautas, escudos (tantar). Cuando uno de la familia se ausenta y desea avisar cuándo regresará, hace en una viga de la casa varias señales y el amigo tacha una cada día; de esta manera se calcula el tiempo. He

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También aquí en Gualaquiza, cerca del río Sapotillo, hay vestigios de antiguas poblaciones quichuas. Los hay en abundancia a lo largo del río Cuyes, en Cuchipamba, en Aguacate, Rosario, Chigüinda. Los mismos nombres de estas localidades vienen del quichua.

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observado también que marcan los días que pasan, haciendo una pequeña incisión en la uña del pulgar . 71 En esta región no ha habido siempre Shuar y tal vez la época de su llegada se remonta sólo a 6-7 siglos atrás. Es seguro que aquí nunca se estableció de manera estable una civilización de tipo superior: todavía no se han encontrado piedras con incisiones. La numeración llega hasta el 10 y no existen vocablos para indicar números superiores. La numeración tiene el 5 como base pero existe una forma especial para indicar el seis y otra para el diez. La forma hiraku, típica de la segunda serie de cinco, no tiene un significado conocido 7 2 . La terminología de los números es la que sigue, notando que la posición del acento varía a causa de la presencia de otras palabras. Además no pronuncian todos de la misma manera. Voy a indicar las variantes principales (según la grafía original: n.d.T.). 1 = Chiquichiqui (forma castéi\an&)-chikichiki-chikichik 7 3 . 2 = Himar, jimar, himerchiki. 3 = Manaindyu, maná-ingiuck, mané-íngiuch. 4 = Andinkandink, hangiuck, hanchiuk. 5 = Huéamna, wehamna, huihamne, huihamna. 6 = Huiñi, huián hiraku, uihan hiraku, huiñ hiraku. 7 = Himar hiraku, hémak hiraku. 8 = Manaindyu hiraku, ingiuk hiraku. 9 = Andin Kandink Hiraku, angiuk (Kangiuk) hiraku. 10 = Uchamna hiraku, nakumnue.

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Tibirma, de la casa de Timas, había ido a Yunganza y había marcado 28 días de ausencia en el palo de la casa. Para no olvidarse, cada día pintaba un punto negro en la uña del pulgar. Mantuvo más o menos la palabra. Salió el 28 de junio y ayer, 28 de julio, estaba de regreso. Tal vez 28 son los días de estadía en Yunganza. Hiracu tal vez significa "de la otra mano" porque para contar utilizan las dos manos y también la forma hue-hiracu= las dos manos. Kia, kia, significa "solo". Así: vi-kia + yo solo; chi-kichia= otro solo; himerchiki+ dos solos.

LOS SALESIANOS Y LA AMAZONIA / 101 Cuanto al significado específico de estos términos, por el momento no estoy en grado de decirlo. Tal vez, como sucede con los nombres propios, antiguamente tenían un sentido, que se fue olvidando. Puedo solamente indicar que los dedos los llaman todavía hucamma, o tsaramme y la planta del pie la llaman todavía nahue (parecido a nahwnmue). Cuando quieren significar muchos, dicen nekammah, nahuimue hiraku (literalmente: veinte). Hiraku creo se puede traducir: doble o juntos. Cuando quieren contar se ayudan con las manos. Teniéndolas abiertas, comienzan a cerrar el meñique y sucesivamente el anular, el medio, etc. Una vez contados los dedos de ambas manos, cuentan los de los pies y, si no son suficientes, golpean un puño cerrado contra otro, diciendo: kuchat kucha= muchos. El Shuar no conoce ningún tipo de calendario. Cuenta los años con la chonta (uwí) que fructifica cada año, pero los cuenta sólo hasta 10, y después dice: kuchat y nada más. Es inútil preguntarle la edad de los niños. Se la puede conocer hasta los siete años y nada más. Los meses los cuentan con las lunas, nantu, pero para ellos no tienen un comienzo ni unfinexacto 7 4 . Por este motivo no dan un nombre a los meses, no conocen la semana; cualquier día lo llaman kashik, tsawant, pero no cuentan por kashik, sino por dormidas. El día mismo no lo dividen en partes, sino que indican aproximadamente y naturalmente de acuerdo con el sol. Así dicen: mañana= etsa kashikit (literalmente: el sol que hace día); mediodía =etsa nunka (lit.: el sol está arriba); la tarde= etsa nunka chatsá (el sol va bajando); ocaso=