Los precios y la

inflación

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Los precios y la

inflación

Los precios son un elemento esencial para el funcionamiento de la economía. Por eso los Gobiernos destinan importantes recursos para mantener un sistema de precios estable y predecible, en el cual las familias y empresas puedan tomar correctamente sus decisiones de consumo, ahorro, inversión y producción. Todos los países del mundo elaboran indicadores que les permiten monitorear la evolución mensual de los precios de los principales bienes y servicios que consumen los hogares, y de los principales insumos que utilizan las empresas en la cadena de producción.

¿Qué es el precio?

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l precio es el valor expresado en términos monetarios (dinero) de una mercancía o servicio. Es la cantidad de dinero por la cual una persona (vendedor) está dispuesta a desprenderse de un producto o brindar un servicio, y otra (comprador) está dispuesta a comprarlo. Todos los bienes y servicios que se producen y venden en un país tienen un valor de intercambio, que es el precio. Los precios funcionan como un elemento regulador dentro del sistema económico, y su evolución es un dato fundamental a partir del cual familias y empresas toman decisiones de consumo e inversión. Cuando los precios son estables, observando sus ingresos presentes, las familias pueden planificar sus gastos futuros, como comprar una vivienda, un auto, irse de vacaciones o la forma en que mantendrán sus ahorros. Lo mismo hacen las empresas: cuando los precios son estables y predecibles, pueden calcular

fácilmente sus costos, beneficios, y tomar decisiones importantes como expandir sus negocios, incorporar maquinaria nueva o contratar más personal. Diversos factores inciden en el comportamiento de los precios de una economía, que a lo largo del tiempo pueden mostrar aumentos, caídas o mantenerse estables. Cuando los precios suben, suele decirse que hay inflación. Y cuando los precios bajan, que hay deflación.

¿Qué es la inflación?

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La inflación es el incremento generalizado y continuo en los precios de los bienes y servicios que se venden en el país. Hay inflación cuando ese aumento alcanza a un conjunto amplio de productos y servicios, y se mantiene durante cierto período de tiempo. Cuando hay inflación, el dinero pierde valor, dado que para adquirir un bien o servicio hay que entregar una cantidad de dinero cada vez mayor. Cuando esto ocurre, es común decir que bajó el poder adquisitivo del dinero. Y si los ingresos no aumentan en la misma proporción que los precios, la inflación también reduce el poder adquisitivo de las familias, dado que la cantidad de bienes y servicios que pueden comprar con su ingreso, es menor.

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¿Por qué suben los precios? Muchas y variadas son las causas que producen inflación en un país. Una de ellas ocurre cuando las empresas deciden trasladar a los precios de venta subas en sus costos de producción. (Por ejemplo: aumentos en el precio de los insumos utilizados, en los salarios que se pagan, en los impuestos, en los servicios, etc.).

Cuando ello sucede, se suele hablar de inflación de costos, porque el aumento de precios es originado por subas ocurridas en los costos de producción. Otra de las 38

causas de la inflación está asociada al comportamiento de la demanda, cuando la cantidad demandada de bienes y servicios es mayor a la oferta disponible. En ese caso, la población presiona para consumir determinados productos que no están disponibles en la magnitud pretendida y, entonces, por diferentes mecanismos, se pueden desencadenar aumentos en los precios. También la inflación puede ser provocada por factores que afectan los procesos de producción. Por ejemplo: problemas climáticos, conflictos económicos o geopolíticos, que reducen la oferta disponible de bienes y servicios. Es común decir que este tipo de inflación ocurre por un shock de oferta negativo. Por ejemplo, una gran inundación puede afectar la producción de alimentos y provocar escasez e incrementar sus valores. La inflación también puede deberse a aumentos en el tipo de cambio o en los precios internacionales de las materias primas. En ese caso se suele hablar de “inflación importada”. Como los países habitualmente compran en el exterior una parte de los productos que se consumen en el mercado interno o que se utilizan como insumos en la producción, si aumenta el tipo de cambio, el valor (en moneda local) de los productos que se importan, será mayor. A su vez, los aumentos en los precios internacionales de materias primas esenciales, como el petróleo, pueden ocasionar inflación en los países. Al ser el combustible un insumo básico para la producción, su encarecimiento aumenta los costos de las empresas y, como vimos antes, un aumento de costos puede ocasionar subas en los precios al público. A lo largo de la historia, es posible identificar otros factores que han originado aumentos sostenidos y generalizados en los precios. Uno de ellos fue la emisión de dinero sin respaldo a la que acudieron muchos países para financiar los gastos de sus Gobiernos. Cuando hay emisión sin respaldo, la economía se encuentra con una gran masa de dinero circulando, que por diferentes vías, presiona sobre los precios. Si la gente tiene más dinero en su poder, es muy probable que quiera comprar más bienes y servicios. Y si no hay un aumento en la producción que acompañe esa mayor demanda del público, las empresas no podrán abastecer la demanda en las dimensiones deseadas y eso hará subir los precios. Esa suba no necesariamente ocurre por decisión de los empresarios frente a una mayor demanda, sino porque cuando hay excesos de dinero en la economía, suelen subir las importaciones y para pagar esos productos, aumenta la demanda de dólares, lo que hace aumentar el tipo de cambio y, como explicamos antes, ese aumento presiona sobre los precios, porque se encarecen los productos e insumos importados.

Otro factor que puede ocasionar aumentos en los precios son las expectativas inflacionarias. En ese caso, como el público cree que los precios van a subir, las empresas se anticipan y venden más caro pensando que de lo contrario, con el ingreso percibido por la venta no van a poder reponer el producto.

La inflación... • Reduce el poder adquisitivo del dinero. Es decir, el dinero pierde valor. • Si los ingresos de las familias suben menos que los precios, se reduce su poder de compra y ocasiona mayores niveles de pobreza. • Cuando es elevada y persistente, dificulta la planificación y las decisiones de inversión de las empresas y de ahorro de las familias. • No afecta a todos por igual ya que los ingresos no crecen para todos los sectores, familias o empresas, en igual proporción. • Genera conflictos en el funcionamiento habitual del sistema económico.

Las expectativas de inflación son un factor muy importante en la lucha contra la inflación. Por eso, la mayoría de los bancos centrales no sólo busca ejecutar correctamente su política monetaria sino también lograr una comunicación fluida y transparente con la población, para que se conozcan y comprendan las decisiones que se toman. De esa manera se busca que las expectativas de inflación del público no se aparten de la visión del Banco Central sobre la evolución de los precios.

Los costos de la inflación, de todas formas, dependerán de la magnitud y extensión con que ocurra ese fenómeno. Cuando la inflación es alta y persistente, la moneda suele dejar de ser un instrumento de cambio útil y se producen fuertes caídas en los niveles de producción y empleo. La evidencia histórica en el mundo muestra que tasas de inflación muy altas y persistentes, aumentan la pobreza y desigualdad. Pero cuando la inflación se ubica en niveles bajos y predecibles, deja de ser una amenaza para la economía, y los bancos centrales y los Gobiernos pueden trabajar conjuntamente en mantener esta variable bajo control, de manera tal que sea compatible con el equilibrio económico que necesita el país.

Las consecuencias de la inflación Se suele discutir sobre las causas de la inflación y no siempre hay acuerdo sobre ellas. Pero en cambio, suele haber mayor consenso sobre las consecuencias que producen los aumentos generalizados y sostenidos en los precios.

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Midiendo la inflación

(es decir, los precios a los que el productor o importador directo vende sus productos) o el Índice del Costo de la Construcción (ICC), que mide cuánto aumenta o disminuye el costo de construir en el país.

El Índice de Precios al Consumidor

Los movimientos de precios, sean aumentos o disminuciones, siempre producen cambios en el sistema económico, independientemente de si estas modificaciones resultan positivas o negativas. Por eso, para todos los países es fundamental conocer la evolución de los precios de los bienes y servicios que se comercializan en el mercado interno. Para ello se pueden utilizar diferentes índices de precios.

El Índice de Precios al Consumidor mide cómo evolucionan, en promedio, los precios al público de un conjunto de bienes y servicios que son representativos del consumo de las familias. El IPC no mide cuánto valen esos productos y servicios en un momento del tiempo, sino cómo evolucionaron sus precios. Cuando el índice sube, significa que, en promedio, subieron los precios y que disminuyó la capacidad de compra o poder adquisitivo de las familias. Un aumento en el IPC indica que las familias necesitarán más dinero para comprar la misma cantidad de bienes y servicios que compraban antes del aumento. Cuando el IPC baja, significa que, en promedio, bajaron los precios y que aumentó la capacidad de compra o poder adquisitivo del dinero. Esto señala que se necesita menos dinero para comprar la misma cantidad de bienes y servicios que antes del aumento.

¿Qué es un índice de precios? Un índice de precios es un indicador que mide las variaciones en el tiempo de los precios de un conjunto de bienes y servicios. Uno de los índices de precios más conocidos es el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide las variaciones en los precios de los bienes y servicios que consumen las familias. Pero no es el único. Hay otros índices de precios, como el Índice de Precios al por Mayor (IPM), que mide la evolución de los precios de los bienes en la etapa mayorista

El IPC en la Argentina se mide desde 1914. Se elabora mensualmente y el organismo encargado de su medición y difusión es el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Por la importancia que tienen en la economía los bienes y servicios de consumo cuyos precios son medidos por el IPC, es común tomar el IPC como medida de la inflación. El Índice de Precios al Consumidor refleja la variación de los precios entre dos momentos del tiempo, que puede ser positiva, negativa o nula. Cuando es positiva decimos que hubo inflación y cuando es negativa hablamos de deflación. Si la tasa es nula, significa que los precios, en promedio, se mantuvieron constantes, independientemente de que algunos valores hayan subido y otros bajado.

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¿El IPC es un Índice de Costo de Vida? El IPC no es un Índice de Costo de Vida (ICV) porque no incluye todos los gastos de los consumidores que tienen que ver con el mantenimiento de

su nivel de vida. Por ejemplo, quedan excluidos del IPC los pagos de intereses y amortizaciones de préstamos o impuestos, entre otros.

¿Qué es un valor promedio? Un promedio es un valor típico o representativo de un conjunto de datos. Hay varios tipos de valores promedio. Uno de los más comunes es el promedio aritmético, que puede ser simple o ponderado. Es muy sencillo de calcular.

Promedio simple Supongamos que se adquieren en el almacén cinco productos: pan, leche, carne, arroz y fideos. El gasto en pan es $2, en leche $1,5, en carne $5, en arroz $3 y en fideos $2. Pero se necesita calcular cuánto se gastó en promedio por cada uno de los productos que se compraron. La cuenta es simple: hay que sumar el gasto en cada uno de los bienes y dividirlo por la cantidad de bienes comprados. Promedio = 2 + 1,5 + 5 + 3 + 2 = 2,7 5

En total se gastaron $13,5, pero cada producto tuvo un costo promedio de $2,7.

Promedio ponderado Se utiliza para obtener el valor promedio de una serie de datos, pero a diferencia del promedio simple, las variables que componen la serie tienen distinta importancia o peso en el valor total. Para calcular el promedio ponderado se tiene en cuenta la importancia relativa de cada variable. Esta medida es la que se usa para calcular el IPC, ya que previamente se determina cuál es la importancia que tiene cada uno de los bienes y servicios que integran la canasta básica. Los alimentos, por ejemplo, tienen mayor ponderación o peso que los productos de indumentaria y calzado.

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