Los Monos. Crímenes, terror y negocios sucios asociados al ...

10 nov. 2013 - que vende autos BMW fue el segun- do en menos de un mes. La compra de vehículos de alto va- lor, al parecer, se ha convertido en un.
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SEGURIDAD

| Domingo 10 De noviembre De 2013

SEGURIDAD Edición de hoy a cargo de Luis Moreiro | www.lanacion.com/seguridad

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Los Monos. Crímenes, terror y negocios sucios asociados al narcotráfico en Rosario Se cree que lavan dinero invirtiendo en concesionarias que venden autos importados; si hay problemas para recuperar los fondos, lo solucionan ametrallando locales; pagan con billetes de baja denominación que llevan en cajas de cartón

Alarmas que suenan y que nadie atiende

Viene de tapa

Dos días antes de que la casa del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, fuera blanco de diez balazos, dos personas que se trasladaban en una moto dispararon contra la vidriera de la agencia de autos Natalio Automotores, que está situada en el barrio Pichincha, de Rosario. El ataque contra la concesionaria que vende autos BMW fue el segundo en menos de un mes. La compra de vehículos de alto valor, al parecer, se ha convertido en un mecanismo de blanqueo de dinero sucio, en un submundo que tiene elevado poder de compra, como es el de los narcos. Este mecanismo es investigado en el expediente 913/12, que se abrió a partir del asesinato en septiembre de 2012 de Martín “el Fantasma” Paz. Este joven de 26 años –que fue asesinado por la banda a la que pertenecía, Los Monos– fue interceptado por un sicario en la esquina de las calles 27 de Febrero y Entre Ríos, cuando se trasladaba con su esposa y su hijo de dos años en un BMW Z4, color blanco, que había retirado de la concesionaria Natalio Automotores unos días antes. Tres días después del crimen del “Fantasma” Paz, otros locales que venden autos importados –como Stern Motors, que ofrece Porsche y Mercedes-Benz– fueron blanco de atentados. Un motociclista destrozó la enorme vidriera del negocio que se encuentra frente al shopping Alto Rosario, con una ametralladora que, según el resultado de un peritaje balístico, sería una FMK3, de fabricación nacional. Un día después de ese episodio, la agencia Capozzucca tuvo el mismo destino. Una persona en moto con el mismo tipo de ametralladora disparó 15 balazos durante la madrugada.

Las causas En la investigación que se originó a partir del crimen de Martín Paz, y que tiene a la banda de Los Monos como principales inculpados en una trama de narcocriminalidad en Rosario, surgieron elementos que hacen suponer que integrantes de este grupo no sólo adquirían autos en varias concesionarias, sino que también eran capitalistas de estos negocios. “Aportaban dinero para la compra de autos que servían de stock”, dijo una alta fuente judicial, que ante la consulta de la nacion agregó: “Quieren recuperar el dinero que

el escenario Luis Moreiro LA NACIoN

C

La Justicia ya se incautó de 50 autos pertenecientes a Los Monos; creen que ésa es apenas la punta de un iceberg supuestamente aportaron”. Y como el único comprobante de esas operaciones era el miedo, atacan para hacerlo visible y recuperar lo invertido, se interpreta entre los investigadores. En septiembre pasado, la concesionaria Marrochi tuvo que depositar en una cuenta judicial 200.000 pesos que un miembro de la banda de Los Monos adelantó para la compra de un Audi A1. El pago se concretó –según publicó el periodista Hernán Lascano en el diario La Capital– luego de que Mariano Ruiz, apuntado como uno de los principales inversores de la organización, fuera detenido en la ciudad de Buenos Aires, en agosto pasado. Ruiz entregó dinero a Marrochi cuando estaba prófugo. Tras quedar preso, el narco hizo llegar un mensaje a la concesionaria para que le reintegraran el dinero que había adelantado. En la agencia se negaron y decidieron presentarse, con cierto temor, ante la Justicia. Ruiz era un buen cliente; ya había comprado dos autos importados en ese local, pero su nombre había traspasado el anonimato.

Pilas de billetes en cajas de cartón ^b^b^ “Iban a comprar autos importados con dinero en efectivo de baja denominación, que llevaban en cajas de cartón, del tamaño de las que se usan para embalar las resmas de papel para fotocopiadoras. Hay escuchas que indican que demoraban horas contando parvas de billetes de cinco pesos y de diez pesos. Son los billetes que obtenían de la recaudación de los búnkeres donde se vende droga al menudeo”, contó uno de los investigadores a la nacion.

El BMW blanco, descapotable, modelo Z4 (patente LQN 244) fue registrado el 5 de septiembre, tres días antes del asesinato de Paz. El vehículo, que costó 330.000 pesos y fue comprado en Natalio Automotores, estaba a nombre de Daniel Roberto, un empresario metalúrgico del sur de Rosario. Roberto declaró en la causa que “el Fantasma” le pidió que firmara los papeles del vehículo a cambio de reducir la deuda que el empresario tenía con el narco. Paz usaba el dinero del narcotráfico para prestar dinero y cambiar cheques. Roberto le debía 400.000 pesos. En agosto ambos fueron a Natalio Automotores, y Paz le presentó al vendedor Víctor Hugo H., de 54 años. En su declaración, el empleado contó detalles de la transacción. “Vino a fines de enero de 2012 a preguntar por un Z4. No lo teníamos en exhibición en la agencia, sino en el galpón. Lo vimos y le dije que salía 330.000 pesos o 73.000 dólares. Era una partida económica, sin tapizados de cuero ni climatizador automático”, describió ante el juez.

marcelo manera

“Al otro día, lo compró. Le dije que nosotros no recibíamos dinero en efectivo. Fue al banco Macro, donde depósito una seña de 20.000 pesos”, relató Víctor Hugo. Veinte días después, Paz pagó el saldo. “Me dijo que la plata –eran 310.000 pesos– la tenía en efectivo en el baúl del auto, un VW Bora”, señaló el empleado, y agregó: “Yo lo acompañé hasta el banco donde depositó el dinero. Me dijo que no quería retirar el auto porque tenía que ver a nombre de quién lo ponía”. Pasó un tiempo y Martín Paz no pasaba a buscar el BMW que ya había abonado. En la concesionaria necesitaban espacio en el depósito. “Yo le dejaba mensajes a una señora [la madre] para que pasara a buscar el vehículo, pero no venía”, señaló Víctor Hugo. El gerente de la concesionaria Gustavo G. declaró que les llamaba la atención que Paz no fuese a buscar el vehículo. “Le íbamos a mandar una carta documento”, afirmó. Finalmente, en agosto, Paz fue al local con el empresario. Tres días después lo mataron cuando paseaba en el flamante BMW Z4.ß

arlos Lehder Rivas tiene el raro privilegio de haber sido el primer colombiano extraditado a los Estados Unidos, en los años de Pablo Escobar Gaviria. Lehder Rivas tenía una meta: comprarse una isla en el Caribe para fundar allí un narco-Estado que le sirviera para facilitar el vuelo de las avionetas que llevaban cocaína desde los laboratorios colombianos hasta Miami. Lehder Rivas tenía el dinero para hacerlo. Y la certeza de que con esos dólares corrompía cualquier voluntad. Virginia Vallejo también es colombiana. Era figura de la TV. Se enamoró de Pablo Escobar Gaviria. Fue su pareja. En un libro escrito después de la muerte del meganarco, contó que en la casa en la que se encontraban había armarios repletos de billetes. Era tanto el dinero que entraba, que no había forma de guardarlo. Hoy, en la Argentina, el dinero que no se puede contar, se pesa. En Rosario, los billetes se guardan en cajas de cartón y se transportan a granel en los baúles de los autos. Aquí, mientras el Gobierno se toma seis meses para decidir si nombra un responsable al frente de la Sedronar, en Rosario balean la casa del gobernador de la provincia de Santa Fe. Aquí, en Buenos Aires, dirigentes políticos con responsabilidad ejecutiva en temas de seguridad y asistencia social reconocen –off the record– que en muchas villas porteñas y del conurbano perdieron el control de la situación a manos de los narcos. Hace tiempo que suenan las alarmas. Lo advierte la Iglesia; lo advierten las madres que ven cómo sus hijos caen en el paco. Lo advierten los pocos que se atreven a denunciar la connivencia narco con el poder. Faltan jueces, faltan radares, faltan aviones. Daría la impresión de que, por sobre todo, falta decisión política para combatirlo.ß